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jueves, 30 de septiembre de 2021

SÓLO HAY DE DOS SOPAS

 Lo que más nos importa son los derechos y las libertades, por lo que respetamos -porque somos muy respetuosos y tolerantes- tus preferencias: puedes optar por  Corea del Norte en lugar de helado de vainilla, siempre y cuando no dañes a nadie y no le impongas tus gustos a otros. Después de todo, cada quien es libre de hacer lo que mejor le plazca,

      No hay verdades absolutas, así que, por si te planteas hacer una elección o buscas cambiar el sistema o el régimen, consideramos que simplemente debes estar, como nosotros, oportuna y verazmente informado. Recuerda que ya Dostoievski los había retratado en Los demonios: quien te habla de cambiar las cosas suele ser, en el mejor de los casos, un demagogo o un populista que se cree tu redentor sin que, claro, jamás se lo hayas pedido. El, como todos los demás, seguramente no buscará más que su provecho muy propio y personal, así te ofrezca religiosamente la salvación y quién sabe qué otras patrañas más. En el mejor de los casos, dejará a tu país en la ruina y te descubrirás venezolano sin serlo, todo porque a alguien se le ocurrió hablar por tí y redimirte, como si no fuera en realidad tu asunto estrictamente personal, todo personal. Eres libre de hacer contigo lo que se te pegue la gana y tal vez debieras pensarlo un poco antes de que otros decidan por tí, coartándote tu libertad de elegir lo que más te convenga.

     Debes saber que todo intento de cambio, así sea mínimo, empieza según te lo hemos descrito, con el riesgo de que alguien se aproveche del poder que tú le des. Ojalá ésto fuera todo. Como se trata de gente sin escrúpulos, púedes acabar lejos de los derechos y las libertades: sí, en una dictadura, o incluso como en China, que es lo peor de lo peor, puesto que combina lo peor del capitalismo (la explotación) con lo peor del comunismo (la inexistencia de los derechos y las libertades). Seguramente no haga falta decírtelo, porque lo habrás escuchado: te arriesgas no nada más a estar en una Venezuela, sino a pasar escasez y penurias como los cubanos y los nicaraguenses, y a que te muelan a palos si intentas protestar. Tú lo sabes: primero dejan sin medicamentos a los pobres niños con cáncer, pero después dejan sin medicamentos a toda una isla y te apalean si protestas por este derecho elemental a la salud, la tuya y la de tus seres queridos.

     Seguramente también lo sabes: no es nada más cuestión de escasez, penuria y finalmente de reparto de la pobreza. Se empieza por perseguir la libertad de expresión y se acaba en la verdad absoluta, el dogma y la censura, cuando no en la brutal represión contra cualquier forma de disidencia, hasta el día en que no te quede más que leer la Pravda antes de usarla como papel higiénico, porque de éste no vas a encontrar en supermercados con los estantes vacíos y sin dicho papel, sin Pétalo, sin el pachoncito Regio o sin Cottonelle.

     No podrás decir lo que se te venga en gana. Recuérdalo: lo que empieza como dizque derecho de réplica se convertirá en atroz censura, y no podrás ni siquiera ejercer como verdadero científico, porque te acusarán de delincuencia organizada o, seguramente también lo sepas, se te estigmatizará como enemigo del pueblo. A lo sumo, únicamente se te permitirá ejercer el proletkult de Marx Arriaga o tendrás que seguir, como tuvo que hacerlo Trofim Lysenko, las instrucciones del líder sobre genética antineoliberal. 

     A fin de cuentas, como lo ha demostrado la Historia, no podrás ni siquiera refugiarte en una indiferencia tranquila. Lo que empieza en las fiscalías generales de la república desemboca en el terror, así que podrán ir a buscarte a tu domicilio, cualquier noche, en el momento más inesperado, para que al igual que millones de millones de compatriotas tengas que confesar bajo tortura que usaste el dinero para canapés y bocadillos. Una vez firmada tu confesión, oh Nikita, te espera el Gulag: tus familiares ni siquiera podrán preguntar por tí y en medio de este terror perderán la vida millones de millones de seres inocentes. No habrá quien te defienda, porque el Ingsoc no lo permitirá y muchos andarán distraídos tomando sus pastillas de soma en lo que, según ellos, será la llegada al porvenir radiante del Hombre Nuevo y la dictadura del proletariado.

      Toda la Alcaldía Benito Juárez sabe que perderás todos tus bienes: si eres campesino, pasarás por las peores hambrunas, como la del Holodomor, y si aún así sobrevives irás también al Gulag, mientras que si eres obrero tendrás encima a unos apparatchiks hablando en tu nombre en "Aló, presidente" o en "Las Mañaneras" mientras te las apañas para conseguir un mendrugo de pan y la Pravda del día. En esas hambrunas inclementes morirán miles de millones de personas, y lo más atroz es que todo se hará en tu nombre y supuestamente por el bien de gente ordinaria como tú, que algún día creyó en palabras y frases gastadas como "Juntos haremos Historia", "Sólo el pueblo puede salvar al pueblo" o "Sonríe, vamos a ganar".  La "honestidad valiente" del Querido Líder te parecerá al final del día otra mala pasada de la neolengua. Lo sabemos desde los jacobinos que quisieron cambiar hasta el calendario: Brumario, Mesidor, Termidor...

     Tú decides en plena libertad y bien informado. Tienes la libertad de elegir. Nosotros te ofrecemos los derechos y las libertades, que hagas lo que mejor te plazca, sin daños a nadie y sin imponer tus preferencias a los demás. Lo único que queremos es que puedas decidir con información oportuna y veraz, pero en última instancia, si se te ocurre cambiar algo, lo que sea, y olvidar cómo es la naturaleza humana desde la noche de los tiempos -es decir, carne que terminará pudriéndose entre los gusanos-, por tu bien queremos que sepas que incrementas tus posibilidades de acabar con un plomazo en la nuca en La Cabaña. De todos modos, es probable que tengas la edad suficiente para recordar lo mal que acaban todos estos experimentos con nuestra condición humana: este año se cumplen 30 años del pasado de una ilusión, de la caída de la Unión Soviética y de un triunfo arrollador y evidente de la democracia liberal y el libre mercado por sobre las quimeras de querer perfeccionar en algo, por mínimo que sea, a un ser humano pecador desde los tiempos de la Biblia. Lo último que quisiéramos es que vivieras engañado o, peor aún, estafado por charlatanes que creen saberlo todo y no se han percatado de que hace rato llegamos al fin de la Historia. Tal vez haya llegado el momento, tu momento: el de elegir, como lo hemos hecho nosotros, la pura y simple realidad, la evidencia, y no sueños de opio. Son 32 pesos nada más del puro papel higiénico, pero es Pétalo Max y muy rendidor.



      

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...