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miércoles, 15 de septiembre de 2021

Y LE SIGUEN...

En distintos países latinoamericanos se ha legislado sobre el aborto, y acaba de hacerse en México despenalizándolo. Mientras tanto, algunos líderes progresistas y de izquierda que se han opuesto a lo que se llama también "interrupción voluntaria del embarazo" han tenido que sufrir los embates de uno de los "padres" del "socialismo del siglo XXI", el profesor Heinz Dieterich Steffan, quien ya había catalogado al ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa como "misógino" y en estos días arremetió contra el actual presidente peruano Pedro Castillo, inexplicablemente comparado al brasileño Jair Bolsonaro, tal vez por ser la mujer del peruano una evangélica. Castillo se ha manifestado contra el aborto por un motivo que rara vez está descrito en la Web, y es que aquél se opone a que se use el procedimiento como método anticonceptivo.

      Los "demócratas liberales" saltaron a festejar la decisión mexicana, y debieran tener ya contratado un perico que repita a cada ocasión: "los derrrrechos y las libertaaaades", "los dereeeechos y las liberrrrtades", "brrrr", sobre todo que nunca se les oye hablar por ejemplo de "las obligaciones y las responsabilidades", que seguramente sean un costo a reducir frente a la ganancia de las primeras.

     El caso es que algunas mujeres llegan bastante lejos y no faltan los varones domados (váyanse a leer los consejos de Esther Vilar, autora justamente de  Él varón domado), que creen que la mujer es una diosa. No faltó así el tipejo que tuiteara: si no tienes útero y no estás embarazada, no estés molestando. Punto, fin del argumento para legalizar el aborto, y a menor discusión, mejor.

      Alguien tuvo que informarle al tuitero que, desde el momento en que está embarazada, la mujer no es dueña de su cuerpo en su totalidad, por la simple y sencilla razón de que el ser que lleva dentro tiene su propio ADN, desarrolla sus propios órganos y es distinto a la mujer portadora. Como sea, pasemos sobre cualquier argumento que pueda parecer religioso, no sin hacer notar que ahora se habla del bebé como "el producto", como si la gente tuviera relaciones sexuales tayloristas, o incluso toyotistas, para el fin ocasional de fabricar una mercancía, lo que dice mucho. 

     Si la mujer no quiere ser tratada como objeto, puede considerar al hombre (varón) también como algo distinto a un objeto, es decir, lo que algunas llaman simpáticamente "un donador de semen". El aborto puede ser una forma de contribuir a desresponsabilizar al hombre, en el entendido de que traer un ser al mundo es una decisión (para la cual ya existen los elementos de planificación) de dos. Justamente, se trata de responsabilidad y no de las libertades y los derechos, porque a este ritmo, como le respondieron al tuitero, se pueden reivindicar "los derechos del espermatozoide" o el derecho masculino, frente a la petición de una mujer, a no usar preservativo porque "si no es tu pito mejor te callas y no molestas" (no falta por cierto el machista que alegue irresponsablemente que se niega a tomar precauciones "porque no se siente igual", lo que es inexacto). No sería agradable que el famoso "donador de semen" salga con que "son mis huevos y yo decido sobre mi cuerpo". Lo llamativo es la cantidad de gente que no parece entender que las relaciones íntimas son de dos (y por cierto que no en el sentido de utilización mutua, contra lo que creen los tayloristas del sexo)..

     De la misma manera en que no falta el tipo que se deshaga de la mujer embarazada para no asumir su parte de responsabilidad (y también hay como contraparte valientes madres solteras), no escasean en ciertos medios las mujeres para las cuales el embarazo es un medio de hacerse valer socialmente como madres, al cuarto para las doce, por temor, y para sortearlo se buscan el primer tonto que no se dé cuenta del engatusamiento, como el de mujeres que fingen estar embarazadas para atrapar a quien se deje. Vaya manera de ser dueñas de su cuerpo.

      El aborto no puede llegar a ser usado como método anticonceptivo a falta de lo que debería asegurar el Estado muy, pero muy en serio: una adecuada educación sexual para todos y no para los derechos y las libertades. Contra lo que creen algunos, el acto sexual es de lo menos animal del ser humano, e involucra una decisión de dos. Es probable que, en su momento, la presidente chilena Michelle Bachelet haya tomado la decisión más sensata: despenalizar el aborto únicamente en casos de violación, de riesgo para la vida de la madre o de malformación grave del bebé. En todo caso, alguien debiera informarles a ciertas feministas que no están solas, y no se dice ésto aquí en plan de acompañamiento, sino de crítica a lo que entienden por "derecho a decidir sobre su cuerpo". No pueden decidir, insistamos, sobre un ser distinto de ellas, aunque lo porten, con un ADN propio y órganos propios. No estaría mal responder a este argumento que parece contundente. Tengan la gentileza de no decidir por otros para seguir luego con la creencia de que se trata de "sus" hijos en exclusiva, lo cual es científicamente falso.




LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

 La Internacional Progresista (IP) del político Demócrata estadounidense Bernie Sanders se ha tragado a buena parte del progresismo latinoam...