Mi lista de blogs

viernes, 29 de abril de 2022

FRANCIA: A REMOLQUE

 No se trata de un asunto de "pueblos" contra "élites" para hacer pasar algún populismo. De todos modos, si alguien habló de "pueblo" en Francia, no hizo más que apegarse a la Constitución, según la cual el principio de la soberanía (artículo 2) es "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Quien quiera puede preguntarse si es lo que ha estado haciendo el recién electo presidente francés Emmanuel Macron. La Constitución francesa exige (artículo 4) que los partidos y agrupaciones políticas repeten "los principios de la soberanía nacional y de la democracia". En este orden de cosas, el gobierno de Macron no podía llamar a votar a partir de algo cuyo nombre empieza como "Ministerio de Europa", salvo que salga algún bravo a demostrar que la integración en la Unión Europea (UE) no significa menoscabo de dicha soberanía. Por lo demás, la Constitución establece que "la ley garantiza las expresiones pluralistas de las opiniones y la participación equitativa de los partidos y las agrupaciones políticas en la vida democrática de la nación". Estas condiciones desaparecen desde el momento en que se descalifica a un contrincante como potencialmente "antidemocrático": es lo que se hace cuando se ubica a tal o cual en "la extrema derecha" y cerca del "fascismo" o del "tirano" mandatario ruso Vladimir Putin. Cualquiera que haya leído el programa de la candidata del Agrupamiento Nacional, Marine Le Pen, se podía dar cuenta que no había nada de "extrema derecha" y mucho menos de "fascista". Cabría preguntarse si apegarse a la Constitución y en particular lo más posible al principio de soberanía es una "amenaza", en cuyo caso la Constitución misma suena "amenazante".

     Hay que tomar en cuenta que, cinco años atrás, Macron logró ganar la partida torciendo el aparato de Justicia contra el favorito de centro-derecha, Francois Fillon. Esta vez, fueron descartados de entrada, por el sistema de "padrinazgos", candidatos anti-europeístas como Francois Asselineau, de la Unión Popular Republicana (UPR). Macron ganó en medio de un voto récord para la Agrupación Nacional y la mayor abstención en medio siglo: bien cabe pensar que parte de Francia no termina de encontrar el camino para deshacerse de las imposiciones de la UE, y no que esta es objeto de adoración.

     Algunos analistas han hecho notar dos cosas. Luego de la primera vuelta, la distancia entre Macron y Marine Le Pen era mínima. Se fue ampliando por la intervención de los medios de comunicación, dedicados a infundir el miedo a la "extrema derecha", fabricada. Cabe preguntarse si éste es un estado de opinión o de Derecho, si el voto es "libre, directo y secreto". ¿Libre del chantaje "si votas por Le Pen, votas por Putin o votas por el fascismo », es decir, "si votas por Le Pen, te colocas por fuera de la democracia"...? ¿Es realmente un voto libre? Sería como decir, si el segundo hubiera sido Fabien Roussel, del Partido Comunista Francés (PCF), que resulta que se ubica en la "extrema izquierda", lo cual es totalmente falso: "si votas por Roussel, votas por el Gulag". La ley francesa dice que los partidos y agrupaciones políticas "se forman y ejercen su actividad libremente". Cabe preguntarse si esta libertad no se vió coartada por la campaña masiva de los medios de comunicación, al grado de quedar éstos por encima del Estado y sus leyes. No había nada en el programa de Marine Le Pen que representara un desafío al Estado (antes al contrario).

     Lo segundo fue el procedimiento del tercer lugar, el gran demagogo de centro-izquierda, Jean Luc Mélenchon, felicitado doble, en plena injerencia en los asuntos internos franceses, por un presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que se permitió insinuaciones contra el "canto de las sirenas". Mélenchon dijo que daría a sus partidarios a escoger qué hacer en la segunda vuelta, para lo que realizó una encuesta: ésta fue trucada, puesto que se abrió la posibilidad de abstenerse o votar por Macron, pero nunca se le preguntó a la gente sobre la posibilidad de votar por Marine Le Pen, a pesar de que había simpatizantes de La Francia Insumisa (el partido de Mélenchon) que querían hacerlo. Mélenchon simplemente cargó los dados.

      En rigor, el asunto no llega ni siquiera a "las élites". Cabe preguntarse hasta dónde, si los franceses no se hallan (o no les permiten hallarse), no es porque el debilitamiento del Estado ha hecho que sea en parte suplantado por los medios de comunicación masiva. Lograron lo que Michel Clouscard llamaba la alianza "liberal-libertaria": la imposición europeísta derechista y conservadora con la izquierda, todo agitando un fantasma. No habrá sido la primera vez que Macron es "colocado" o "sembrado": que buena parte de los franceses no haya encontrado otro camino no quiere decir que el tipo no sea en buena medida detestado, y en vez de descalificar a toda oposición, o casi, como potencialmente anti-democrática, los "demócratas liberales" podrían explicar si leen por lo menos la Constitución y si la entienden, porque mayor libertad no tienen. Están "adheridos" a los dictados de los medios sin la menor distancia, lo que indica que carecen de criterio propio, sin que nadie les impida ejercerlo, porque el capitalismo no lo hace, al menos no formalmente. Nos volvemos a Aznavour (da click en el botón de reproducción):





miércoles, 27 de abril de 2022

URSS: A CIEN AÑOS

 En este 2022 se cumplen cien años de la creación de la Unión Soviética. Hay bastante material que permite hacerse una idea de lo que fue la trayectoria de este país.

     No se trató de capitalismo de Estado, ya que la burocracia tenía privilegios, pero no era dueña de medios de producción. Para que haya capitalismo tiene que haber capitalistas. Si bien hubo "degeneración burocrática", la historia soviética no se reduce a este fenómeno que en tiempos de Stalin se trató de evitar de distintas maneras.

     Como es sabido, la Revolución bolchevique de 1917 se hizo del gobierno en un país abrumadoramente campesino y con poco desarrollo capitalista. La herencia feudal habría de pesar mucho y, en más de un aspecto, subsiste hasta la actualidad. Lo positivo está en que la construcción socialista pudo beneficiarse de las tradiciones comunitarias campesinas (de la obshina), que impregnaron incluso a los obreros durante buen tiempo, dado su origen rural. La Unión Soviética fue un país predominantemente rural hasta aproximadamente mediados de los años '60.

      La herencia negativa fue la de una "aristocracia funcionarial" que en el zarismo acostumbraba pasar de la francachela a la arbitrariedad con los subordinados,  dados a ser a la vez "igualados" y siervos, todo lo cual sirve de antecedente para comprender que los rusos se acusen entre sí de ser "de doble cara". La pesada burocracia fue heredada del zarismo.

     Luego del triunfo contra el nazi-fascismo en la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética se encerró en la contradicción entre el sentimiento victorioso y una economía y sobre todo una demografía en ruinas. Stalin lamentaba que la guerra había sido tan terrible que no había habido "ni una sola familia que no tuviera a alguien muerto en la contienda". Si durante el periodo del líder soviético Mijaíl Gorbachov se elevó a 27 millones de muertos, la cifra más realista calculada por los propios soviéticos (como Víktor Zemskov) habla de poco menos de 20 millones de muertos, de todos modos una cifra brutal. Pese al rápido descubrimiento de la bomba atómica propia (1949) e incluso luego el lanzamiento del primer satélite (Sputnik, en 1957), el resultado de la guerra fue una brecha entre discurso y realidad que luego se agrandaría.

     La burocracia ganó lugar bajo Nikita Jrushchov, tratándose sobre todo de la burocracia partidaria: ser "miembro del partido", "héroe" de lo que fuera y recitar a Lenin sin mayor idea podía permitir ascender e insertarse en alguna clientela, a la sombra de alguien.

     Terminado el periodo fanfarrón de Jrushchov (1964), fue el turno de la burocracia que ya venía rampando de antes, con los Primeros Secretarios: la burocracia sectorial-territorial y sus presiones clientelares. Con la creciente urbanización aparecieron capas medias citadinas "aspiracionistas". La Constitución de 1977 difiere bastante de la de 1936: se pasó de un país de "obreros y campesinos" a algo más amorfo, el Estado "de todo el pueblo". Dadas las dificultades de la economía soviética (que tampoco cabe exagerar), despuntó la economía ilegal y el crimen organizado. Hubo un notorio aflojamiento del interés por el marxismo. Luego de Jrushchov, Leónid Brezhnev, en el "periodo de estancamiento", encarnó la diferencia entre palabra y realidad y la corrupción rampante, además de permitir que la Unión Soviética se viera embarcada en un triunfalismo erróneo por el tercermundismo. Lo anterior no quiere decir que no hubiera socialismo de Estado y gente dispuesta a cumplir con las reglas socialistas, pese a las presiones en otro sentido -el de los privilegios- de una parte media y alta de la burocracia, pero también de las capas medias citadinas. Aquí se crearon elementos protocapitalistas.

      En condiciones de hostilidad desde el exterior, no hubo manera de pasar de una gran propiedad estatal a una mayor propiedad social, aunque ambas estuvieran consagradas constitucionalmente desde 1936. La Constitución de 1977 agregó la "propiedad personal" de manera algo extraña, sin atreverse a nombrarla privada. Lo cierto es que la lectura de la "traición de los líderes" se antoja simplista; parte de las capas medias citadinas estaba más atraída y seducida por el consumo occidental que por el socialismo. Es en este sentido que se dice que la serie de televisión estadounidense Beverly Hills 90210 tumbó a una Unión Soviética, que no tenía idea clara del capitalismo, y que acabó por no tenerla tampoco del socialismo, en la conjugación de éste con rasgos feudales, de capas medias a ultranza y protocapitalistas. Hasta hoy es posible percibir en esas capas medias el desprecio por el mundo de los trabajadores y rivalidades a muerte por el estatus social.

     El triunfo de los Primeros Secretarios del Partido, sin ninguna idea ideológica y sí en cambio un sentido agudo del arribismo -"maldita casta", decía Stalin- queda claro cuando se ve cómo pasaron de líderes socialistas a encumbrados capitalistas, sin dejar de lado los arcaismos feudales, personalidades como Nursultán Nazarbayev en Kazajistán, Saparmurat Niyazov en Turkmenistán, Eduard Shevardnadze en Georgia (el mismo que fue canciller de Gorbachov), Islam Karimov en Uzbekistán o Heydar Aliyev en Azerbaiyán. Varias de estas personalidades se lanzaron al muy feudal culto a la personalidad (Nazarbayev, Aliyev, Niyazov) al mismo tiempo que a las alianzas con un Occidente capitalista al que nunca le molestó este culto desenfrenado.

     Lo nuevo en Rusia es el capitalismo, que no cabe reducir a "oligarcas" o "crimen organizado", pero coexiste con rasgos feudales y otros heredados del sovietismo, por lo que una caracterización de un solo trazo no sirve: hay varias tendencias en juego. Lo que sí, el socialismo de Estado cré algo curioso: gente concienzuda sin libertad de pensamiento. Esta libertad ha dejado de ser característica del capitalismo, que tampoco es un monolito. Pero el sovietismo dejó la herencia en más de uno de "hacer las cosas a conciencia", y no en desmedro de los demás. Sobre el tema, Vajtang Kikabidze (da click en el botón de reproducción).



lunes, 25 de abril de 2022

FRANCIA: QUÉ GRAN ESTILO

 Cuando se acusa a medio mundo de "populista", menos a un candidato supuestamente de "centro", se está probablemente en un supermercado colocando etiquetas de productos. Sin siquiera ver lo que contienen, por cierto, puesto que en principio los candidatos tienen propuestas. En las últimas elecciones presidenciales francesas, el ganador, el presidente Emmanuel Macron, no se tomó mayor molestia de hacer propuestas (salvo la jubilación a los 65 años), y buena parte de la gente no se tomó tampoco la molestia de evaluar lo que hizo en su primer periodo. La abstención en la segunda vuelta fue altísima, de cerca de 40 %, la mayor en medio siglo. No se vaya a creer que alguna Francia entusiasmada salió a elegir a Macron.

     Desde hace años, la gracia consiste en jugárselas como "cortador de cupón": gritar "!ahí viene el fascismo!" sin saber siquiera qué es éste para votar a lo que es el "centro" o lo que era el supuesto "socialismo", igualmente al "centro". No se trata más que de una "jugada" muy poco convincente, sobre todo cuando el de derecha y conservador no es otro que el mismísimo Macron. 

     Macron viene de lejos, puesto que ya había ocupado cargos con el presidente socialista Francois Hollande, quien demostró que una parte de los franceses no le teme al ridículo. Al parecer, tampoco se le teme a la prepotencia y la majadería de un Macron que está donde está gracias a los Rothschild y la Unión Europea. De ésta salieron al último minuto algunos dignatarios a solicitar el voto para Macron. Si Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional, era casi la candidata del presidente ruso Vladimir Putin, estamos en que Macron jugó la carta de la descalificación para ganar, rayando en la "expulsión de la democracia" de su contrincante. Después de todo, el "populista" al rato es "autoritario", al poco tiempo "autócrata" y luego se acerca del "totalitarismo". Los autodenominados "demócratas liberales" tienen al parecer algún tipo de monopolio: los demás no son más que gente antidemocrática embozada, y no faltó quien, como el mexicano Ulrich Richter, acercara a Marine Le Pen del supuesto "tirano" presidente ruso Vladimir Putin. El programa de Marine Le Pen no tenía nada que ver con estas etiquetas, pero los medios de comunicación masiva no difundieron programas, en ningún momento. Así gana Macron: con los medios a su favor, descalificando y, la vez pasada, con la prevaricación del aparato de Justicia contra Francois Fillon, candidato de Los Republicanos. Al parecer, a los "demócratas liberales" no les importa que la Justicia tenga que corromperse -lo que reconocieron varios jueces- y ponerse al servicio de Hollande para que Macron pudiera pasar la primera vez, siendo que el favorito era Fillon, algo qué tal vez no se haya olvidado. Dado lo que se dedica a hacer el actual presidente francés, no deja de recordar en México la trayectoria del seductor de la patria, ya prácticamente gobernante en 1982-1988, como Macron desde Hollande, y para lo mismo: desmantelar el Estado.

      Los latinoamericanos de izquierda se inclinaron por el ex socialista y hoy gran demagogo Jean-Luc Mélenchon, al no distinguir entre gobierno y Estado (Marine Le Pen se propuso como "mujer de Estado") ni tener mayor idea republicana. Líder de La Francia Insumisa, gran admirador del progretariado latinoamericano, Mélenchon ofreció lo imposible y se coló en un importante tercer lugar que, ambicioso de poder como es, le hace esperar que a partir de las próximas elecciones legislativas podrá ser primer ministro. De Macron. Apenas conocidos los resultados de la primera vuelta, Mélenchon salió a gritar, sabiendo que era el fiel de la balanza, "!ni un voto a Le Pen!". El ego-candidato de La Francia Insumisa carga con la enorme responsabilidad de haber facilitado el triunfo del candidato de la alta finanza, los ricos y los jubilados, sin haber estado a la altura de un Estado, porque tal vez Francia se ha vuelto un simple asunto de dinero para una parte de la población. Por cierto que, ajeno a la tradición de no entrometerse en los asuntos de otro país, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador agarró el teléfono para felicitar a su « amigo » Mélenchon, el politicastro sin visión de Estado.

     Es una lástima que gente como el intelectual mexicano Enrique Krauze, al tuitear "Macron o el suicidio", no entienda la diferencia entre gobierno y Estado y el riesgo para éste de que Macron le pase por encima de mil maneras desde el gobierno, asociado a intereses extranjeros. Al parecer, no se quiere mucho a Francia si se le desea convertirse en un "Estado libre asociado" más, con el agravante de que el francés ha sido un Estado republicano y los "demócratas liberales" tampoco parecen entender lo que es la "cosa pública", más allá de intereses particulares y personales que juegan con todo cinismo, puesto que es "lo que hay que tener".

     Macron tiene consigo la venta de joyas del patrimonio empresarial francés, como EDF y Alstom (ambas en el sector eléctrico), una gestión criminal de la crisis sanitaria de la Covid 19, y mucho en materia de destrucción de instituciones, desde los poderes independientes por los que tanto claman los autodenominados "demócratas liberales" hasta las inspecciones ministeriales. Macron no está destruyendo el gobierno, sino el Estado, a la sombra de la Unión Europea, y sin que haya "conspiracionismo" en decirlo: al fin y al cabo, a ciertos grandes intereses financieros ni siquiera les importa "destruir sociedad". Tal vez quienes lo apoyen en la coyuntura no se den cuenta de que es un proyecto suicida, pero que parece preferible al supuesto "fascismo" o "populismo" (quien sí prometió el oro y el moro fue Mélenchon). Lástima por cierto por la manera de Fabien Roussel, del Partido Comunista Francés, de dilapidar y echar a perder lo que había ganado. La izquierda vuelve a tenderle la cama a la tecnocracia de derecha y conservadora que se hace pasar por "liberal".

     Desde luego, hay que estar bastante despistado para pensar que cualquier forma de tratar de recuperar la herencia del general Charles De Gaulle -algo en lo que convino Marine Le Pen, que no es la prolongación de su padre- y las virtudes del Estado francés es "populismo". Macron es el gobierno de Davos en Francia. Si a más de uno no le incomoda que los Estados se suiciden, adelante, aunque es probable que a la larga haya consecuencias, por más que existan los que piensen ahorrárselas. La derecha laica y republicana (si se deja de lado a Eric Zemmour) de la Agrupación Nacional sacó el mejor resultado de su historia. Por lo demás, para las legislativas de junio, en las cuales Mélenchon piensa coronarse Jean-Luc I de Francia, más de la mitad de los franceses no quiere que gane La República en Marcha (LRM), de Macron. Así que que, como lo sugirió Aznavour (da click en el botón de reproducción), hay que saber «  no despedirse », salvo de quienes no leen ni un programa, no evalúan ni un resultado, confunden el periodismo con el etiquetado en un súpermercado y se limitan a buscar sacar de la democracia a quienes no tienen la misma visión que ellos, que al mismo tiempo se dicen graciosamente plurales, descalificando en el camino la menor contradicción.



jueves, 21 de abril de 2022

URSS: LAS HISTORIAS QUE NO SIRVEN

 Ya se ha dicho que la cifra de muertos del Gulag fue de un millón 600 mil, muchos de ellos en las difíciles condiciones de la Segunda Guerra Mundial (900 mil), cuando todos los recursos disponibles se destinaban al Frente. No hay "millones" de muertos. Por otra parte, entre 1937 y 1938 hubo en la Unión Soviética 700 mil presos políticos ejecutados, sin que llegaran forzosamente al Gulag (podían no pasar de la Lubianka, el edificio de la policía secreta en Moscú, capital soviética).

      No fueron los "muertos de Stalin", aunque el mismo Stalin viera y anotara muchos expedientes, no siempre optando por la muerte. Eran expedientes que le eran presentados por Nikolai Yezhov, a cargo del NKVD (Comisariato del Pueblo para Asuntos del Interior). El problema está en que muchos de estos expedientes fueron fabricados, y el estudioso Simon Sebag Montefiore ha podido dar cuenta de que Stalin se sorprendió de que le presentaran "tantos casos" de "enemigos del pueblo". Si las represiones en masa comenzaron a mediados de 1937, para diciembre del mismo año ya se intuía en la dirigencia comunista (bolchevique) soviética que había algo de anómalo (lo mismo que sospechaba Stalin). Para principios de 1938, Kliment Voroshílov y Viacheslav Molotov, dos altos dirigentes soviéticos, tenían serias dudas. Al comienzo de 1939, fueron Lavrenti Beria, A.A. Andreev y Gueorgui Malenkov quienes redactaron un documento (dado a conocer apenas en 2008 de los archivos) mostrando que se ejecutaba a gente inocente , se encubría al mismo tiempo a verdaderos enemigos y se había tomado la costumbre de obtener "admisiones" sobre la base de golpizas masivas a los arrestados; el documento hacía notar que el NKVD estaba haciendo estas cosas al margen de la Procuraduría soviética.  

     Lo anómalo está en que Yezhov era agente alemán y actuaba por órdenes de Ernst Kostring, agregado de la embajada de Alemania en la Unión Soviética: la idea era sembrar el terror matando a gente inocente para crear enojo y desestabilización contra el gobierno presidido por Stalin, contra el cual se planearon por lo demás golpes de Estado y actos terroristas.

      Son los allegados de Stalin quienes le informaron de dos cosas importantes: la ejecución de gente inocente y la obtención de falsas declaraciones bajo tortura. Al poco tiempo, Stalin destituyó a Yezhov, lo mandó investigar y se determinó su culpabilidad, junto a algunas personas más, algunas de las cuales compartían por lo demás el libertinaje del encargado del NKVD: borracheras interminables, peores a medida que se avanzaba en las "purgas", prostitución, bisexualismo y sodomía. Yezhov fue ejecutado en 1940.

     Lo dicho sugiere que Yezhov actuó en buena medida por su cuenta y no "por órdenes de Stalin", quien, según Simon Sebag Montefiore, lamentó más bien que Yezhov matara gente inocente y muy buenos cuadros políticos, que al parecer hacían sombra a los ambiciosos, algunos de los cuales también empujaron las purgas de Yezhov (o si no, cabe ver la brillante trayectoria asesina por "cuotas" de Nikita Jrushchov). 

     Para darse cuenta de lo sucedido hay que considerar dos cosas. En primer lugar, la historia, salvo que siga en el siglo XIX, no se reduce a la biografía del "rey malo" o el "rey bueno" de los que depende absolutamente todo lo que suceda en el reino. En segundo lugar, desde los años '20 se sabía que Alemania atacaría tarde o temprano a la Unión Soviética, por lo que puede pensarse que había conspiraciones reales contra ella, por lo menos para debilitarla. Lo más fantástico que han logrado los historiadores de los regímenes socialistas es hacer caso omiso del clima de cerco que los ha rodeado siempre, como sucede por lo demás en América Latina con Cuba y Nicaragua. ¿Se pueden omitir los cercos y lo que provocan, o es que a fin de cuentas están justificados?¿Por qué nunca decir nada al respecto, aunque no sea la explicación de todo?¿Stalin y sus allegados eran unos simples "paranoicos" -pasemos sobre las historias del "tipo resentido desde su infancia"- cuando en Europa del Este había un abierto "cordón sanitario" contra la Unión Soviética en los años '30? De tomarse en cuenta el cerco real, es poco probable que todas las conspiraciones hayan sido un invento de algo así como el "doctor Satán" para quedarse en el poder. Este tipo de historia no complace más que a quienes en Occidente venden la idea -con muchos dispuestos a comprársela- de que es "capitalismo o Gulag".

     Dicho lo anterior, no se trata de rehabilitar a nadie, sino de aprender de la experiencia, salvo que se quiera creer que todo lo mejor del mundo empezó con los boomers y sus vástagos. "Sobre mi tumba tirarán montañas de basura, llegó a decir Stalin. El viento de la Historia las borrará inexorablemente". Los archivos se abrieron y ya ocurrió. Otros son los motivos que llevan a más de un "demócrata liberal" a lanzar "millones" al viento para ganancia propia. Es necesario salir de la historia de un solo hombre a otro tipo de historia sobre lo sucedido con la Unión Soviética.

A ver si es posible percatarse visualmente de quién fue Yezhov (da click en el botón de reproducción): Está en una fosa común del cementerio Donskoi. Stalin no.



martes, 19 de abril de 2022

MILLONES DE TRILLONES DE BILLONES DE MUERTOS

 Se supone, según algunos, que para entender lo que pasa hoy en Ucrania hay que entender lo que era la Unión Soviética, sin ninguna tradición democrática y aficionada en cambio a matar. El hecho es que incluso gente seria, como la estudiosa estadounidense Anne Applebaum, cae en simplezas mientras los medios de comunicación masiva se dedican al cinismo: inventan cifras de refugiados, hablan de "genocidios" inexistentes, se olvidan de lo que anunciaron con escándalo ayer, etcétera, con tal de llevar a la dizque "opinión pública" a "consensuar" o "legitimar" las decisiones de los grandes poderes.

      Applebaum es autora de una obra sobre el Gulag donde se ve obligada a reconocer que, a diferencia de los campos de exterminio nazi, aquél no estaba hecho para matar (está dicho en el apéndice de su obra sobre el tema). Queriendo sugerir terror y más terror, este tipo de estudiosos termina enredándose. Tienen que reconocer que, a diferencia también de los campos de exterminio nazi, del Gulag se sale: el estudioso francés Nicolas Werth, otro preferido del anticomunismo, ha reconocido que, al primero de enero de 1940, el 60.7 % de los detenidos purga penas de menos de cinco años. El Gulag nunca mató a "millones", y lo reconoce Applebaum: murieron un millón 600 mil personas, de las cuales 900 mil durante la Segunda Guerra Mundial. La cifra cubre el periodo 1930-1956, de acuerdo con Applebaum. En los campos soviéticos de trabajo forzado, la mayoría de las muertes tuvo lugar a causa de una hambruna y una epidemia de tifus entre 1932-1933, fenómenos que no afectaron nada más a Ucrania, sino también a varias regiones de Rusia. No hubo muertos por motivos de trabajos como los impuestos por los campos de exterminio nazi.

      Nadie niega que hayan habido ejecuciones de prisioneros políticos (Anne Applebaum sugiere poco menos de 800 mil de 1934 a 1953 la mayoría entre 1937 y 1938, en la gravísima ejovchtchina). Todo está lejos  de los 110 millones de Solyenitsin, los 40 millones de Roy Medvedev y "lo que no se sabe realmente qué pasó" A los investigadores occidentales se les abrieron sin problemas los archivos soviéticos. Werth pudo hablar con el estudioso ruso del tema Viktor Zemskov y acceder a los archivos.

       Sería fantástico pensar que al Gulag no iban más que prisioneros políticos y que no había delincuentes comunes. Estos constituían en realidad la mayoría de los detenidos. Si se restan los muertos de hambruna y tifus y los delincuentes comunes, los ejecutados por motivos políticos no llegan al millón, asunto sobre el que se volverá.

      Como punto de comparación, cabe recodar que los nazis y sus colaboradores mataron a unos seis millones de judíos. Pero el punto de comparación es otro: los soviéticos perdieron 27 millones de vidas por la invasión y la ocupación nazi. Hay muchos elementos -salvo lo poco aportado por Vasili Grossman- que impiden equiparar -como lo hizo el Parlamento Europeo en 2019- nazismo y sovietismo. Lo que sucede hoy en Ucrania debería mostrar a qué conduce esta pretensión de historiografía, además de meterle a los occidentales el miedo a todo cambio radical, que tienen bastante bien interiorizado: prohibición de los comunistas, apología del nazismo. De lo que se trata es de utilizar la "técnica del salami" para arrebatarles a los soviéticos su victoria.

      A reserva de volver sobre él, el historiador Laurence Rees ofrece una cifra muy sencilla: En los primeros meses de la guerra (a partir de junio de 1941) fueron capturados 3 millones 350 mil soldados soviéticos. En diciembre de 1941 ya no quedaban en vida sino un millón 100 mil. Muchos fueron ejecutados por motivos políticos, dada la llamada "Orden de los Comisarios" que obligaba a los nazis a matar a los responsables políticos soviéticos. En menos de seis meses, los nazis mataron -sin ninguna de las condiciones de detención de un Gulag, sino en situaciones dantescas, incluyendo el hambre total- a dos millones 250 mil soviéticos, es decir, no muy lejos del doble de los muertos en el Gulag y casi tres veces los muertos de la ejovchtchina. A diferencia del Gulag, a estos prisioneros no se les dió 45 minutos de desayuno ni dos horas de cena, ni tres horas de actividades culturales y educativas diarias.

     El monumento en Moscú, capital rusa, a las víctimas del Gulag, entre las cuales hubo inocentes, sobre todo entre 1937 y 1938, tiene su razón de ser, pero no es fundamental, y por cierto que otro historiador occidental, Simon Sebag Montefiore, dió testimonio de que Stalin lamentó, y no poco, las muertes de inocentes y de muy buenos cuadros políticos durante el periodo 1937-1938.

     A ver cuántos miles de millones de ucranianos resultan desplazados y muertos por las tropas chechenas. Nos platican, sin falta. Queda la canción favorita de Stalin (da click en el botón de reproducción).






sábado, 16 de abril de 2022

UCRANIA: NO SE SABE NADA

 Durante la Segunda Guerra Mundial, sin que sea un secreto para nadie, nacionalistas ucranianos (del oeste del país), encabezados sobre todo por Stepan Bandera y en menor medida por Román Shújevich, colaboraron con los nazis en el exterminio de judíos y polacos por decenas de miles y en ataques contra el ejército soviético. El único punto de discordia fue que los alemanes no querían una Ucrania independiente. Terminada la guerra, estos nacionalistas fueron reclutados por Estados Unidos para pelear contra la Unión Soviética. Un dato es importante: de los muertos judíos en el Holocausto, un cuarto era ucraniano.

     Cuando triunfó la "revolución naranja" en Ucrania, a principios de los años 2000, el entonces presidente Víctor Yuschenko firmó un decreto declarando "héroe nacional de Ucrania" a Bandera. El asunto no terminó ahí.

     Con el correr de los años, el parlamento ucraniano decidió celebrar a nivel nacional los aniversarios de distintos "héroes nacionales", como "un componente importante de la memoria nacional y para contribuir a la consolidación de la sociedad": se incluyeron a 11 colaboradores de los nazis y entre ellos gente culpable de pogromos contra judíos en ciudades como Umán y Zhitomir que, por cierto, no están muy lejos de Vinnitsa, en el centro de Ucrania, donde durante la guerra Hitler tuvo uno de sus cuarteles generales. Se incluyó el aniversario de Andriy Melnyk, uno de los organizadores de la masacre de miles de judíos en Babi Yar. Entre el 29 y 30 de septiembre de 1941, más de 30 mil judíos fueron asesinados en este lugar en una sola operación. 


 

      Como parte de la "operación" para "devolverle la memoria" a los ucranianos, se empezaron a rebautizar calles y a eregir monumentos a estos "héroes nacionales", en particular Bandera y Shújevich. Entre monumentos, museos y placas conmemorativas, el proceso tuvo lugar en cerca de 60 localidades y ciudades, incluyendo Zhitomir, por ejemplo (placa conmemorativa y calle). En el año 2016, dos años después del Euromaidán, un bulevar de la capital Kíev recibió el nombre de Bandera. El bulevar lleva a Babi Yar.. El asunto desencadenó las protestas del Centro Simon Wiesenthal y del Congreso Mundial Judío. Por lo demás, hay monumentos a Bandera y Shújevich en Estados Unidos y Canadá. Se hicieron en Ucrania festivales Shújevich y el Congreso Mundial Judío volvió a la condena, por el monumento al mismo Shújevich en la ciudad de Ivano Frankivsk. Se glorificó al genocida Yaroslav Stetsko, aliado abierto de Hitler, en unas 13 localidades.

     No se trata así nada más de las milicias neonazis actuales, sino de toda una rehabilitación de la colaboración con el nazismo y sus prácticas. Todo lo enumerado se puede comprobar en fuentes occidentales, al margen de Putin o no Putin. El actual presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condecoró como "héroe nacional" a Dmytro Kotsyubail, del partido neonazi Sector Derecho y uno de los artífices de la matanza de la Casa de los Sindicatos en la ciudad de Odessa en 2014.

     Es de suponer que alguna gracia debe tener acusar al enemigo de todo lo que uno hace. El ataque reciente de misil a la estación de tren de Kramatorsk fue realizado con un Tochka-U que sólo tiene el ejército ucraniano y del que se conoció incluso el número de serie. Como sea, se seguirá investigando hasta en el clóset del mandatario ruso Vladimir Putin por si aparece ahí algún nazi o un nuevo Hitler.

     Cabe aclarar lo que, luego de lo de Kramatorsk, propuso Juan Ramón de la Fuente (que no es diplomático de carrera y sí "chapulín"), representante de México en Naciones Unidas: investigar los "crímenes de guerra", resguardar las instituciones de salud y algo así como un !goya! para las mujeres ucranianas, los niños y las personas con discapacidad. Al parecer, en Occidente no importa en lo más mínimo investigar nada; tampoco parece grave ponerse del lado de criminales con tal de "mentir para convivir" y dárselas de importante al ser mundano y seguir la moda.

Los de aquí arriba son los soldados buriatos acusados de los sucesos de Bucha.

La de aquí abajo es la bandera de Buriatia:

 

No distinguen entre Yakutia y Buriatia. Tampoco importa mostrar fotos falsas.



    

jueves, 14 de abril de 2022

COSTA RICA: A TIENTAS

 Seguramente deba interpretarse como una señal que el "modelo" costarricense se haya agotado. En las más recientes elecciones presidenciales, y en nombre de la lucha contra la corrupción, se impuso Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático. Pese a las comparaciones hechas por algunos, no se trata de un nuevo Nayib Bukele en Centroamérica. A fin de cuentas, Bukele, presidente salvadoreño, se benefició de lo logrado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) antes de empantanarse y caer en el clientelismo y el nepotismo, además de la ineficacia para gobernar.

     Chaves, que obtuvo sus mejores votaciones en la periferia del "éxito" costarricense -en las provincias de Puntarenas y Limón-, logró como sea desalojar al tradicional Partido Liberación Nacional, del "pepefiguerismo" de posguerra, que se presentó ahora con el hijo del líder, José María Figueres Olsen. Este hijo de Don Pepe representa una trayectoria común en América Latina: proveniente de una tradición con tintes populistas (y nada más que tintes, sin ser un populismo clásico), se perdió en la tecnocracia, los organismos internacionales, el Consenso de Washington y la corrupción, un poco al modo -en pequeña escala- del Partido Revolucionario Institucional (PRI) mexicano. Hace rato que parte de la población costarricense busca a tientas alternativas.

     Y es que, si bien se supone que es un país feliz y un paraíso ecológico, de lo más atractivo para el turismo, Costa Rica no ha escapado al destino de otros países centroamericanos, ni por la influencia estadounidense, ni por la instalación de industrias maquiladoras. No todo es "pura vida", porque el país centroamericano no ha podido escapar al deterioro de las condiciones de vida que ha afectado a casi toda Centroamérica -Nicaragua es un caso aparte- y Panamá.

     Pese a la estabilidad democrática y a distintos logros en bienestar y medio ambiente, Costa Rica ha visto crecer la desigualdad, al grado de ser el décimonoveno país más desigual del mundo;  se ha convertido en el quinto país más desigual de América Latina. La pobreza afecta a un 20 % de la población (seis por ciento en pobreza extrema). El desempleo está un poco por arriba del 14 %., una de las tasas más altas en América Latina, siendo que el porcentaje era hasta 2018 de un solo dígito. Más del 40 % de la población económicamente activa ha ido a parar al sector informal. Por lo visto, no hay modo de escapar a la crisis capitalista ni refugios seguros.

      Es difícil tachar a Chaves de "populista" y callar sobre los tintes de Don Pepe e hijos. Costa Rica se encuentra dividida, a juzgar por los resultados de la más reciente votación: casi 53 % para Chaves y poco más de 47 % para Figueres Olsen, que ni siquiera triunfó en todo el Valle Central, más allá de San José (capital) y la vieja Cartago. Algo común es en casi toda América Latina el hartazgo con los partidos tradicionales, sin que haya una lectura clara de lo que emerge en términos de sectores sociales: lo cierto es que, en medio de un abstencionismo del 42 %, Costa Rica, sin ser un Estado fallido, lleva ya un buen rato buscando otra cosa que la clase política tradicional. Algo tico (da click en el botón de reproducción):





martes, 12 de abril de 2022

OTRO GENIO SALE DE LA BOTELLA

 Vasili Grossman, en especial el de la monumental novela Vida y destino, es la adoración de los autodenominados "demócratas liberales". Terminada en el momento del deshielo, la novela fue censurada por las autoridades soviéticas. Fue posible salvar microfilmes y la novela vió finalmente la luz en Occidente a principios de los años '80, ya muerto Grossman. No es éste un lugar de apreciación literaria y, en todo caso, la misma no puede consistir, si es que pretende ser tal, en ver qué ventaja política se obtiene de lo escrito para la "causa" (!y luego se quejan de los comisarios!).

      Grossman escribió dos cosas -entre otras- en su novela: hizo un símil entre "los dos totalitarismos", el nazi y el soviético, y redactó andanadas sobre "todas las libertades" y el hecho de que los individuos concretos fueran sacrificados al Estado. Para Grossman, cuya obra completa no fue recuperada en Occidente (en particular El pueblo es inmortal), los bolcheviques "fundaron un Estado que prometía igualdad y justicia social, pero aniquilaron la libertad". La frase es curiosa, porque habría que suponer que existía la libertad en el imperio zarista. El asunto no termina aquí.

     Hay cierto espacio para comparar el Estado nazi con el soviético. El primero fue de una herencia feudal reciclada por el gran capital, que la puso a su servicio, y el segundo tuvo que construirse en gran medida a partir de una herencia feudal (eso sí, sin respaldo del gran capital). Los regímenes feudales o que heredan del feudalismo no suelen ser, si no cortan con decisión, de los más apropiados para ejercer en particular la libertad de pensamiento, y no era el fuerte del nazismo, que no tenía el menor interés en ello, ni del sovietismo (del que se pueden dar otras explicaciones). Los pueblos de señores, vasallos y siervos no son especialmente adictos a la libertad, y mucho menos a la de pensamiento, entre otras cosas porque están atravesados por la religión, que pide creer, no saber. El símil termina ahí, aunque es un hecho que la libertad de pensamiento y la independencia de criterio no eran del agrado del sovietismo. No lo son de los chinos y nadie les dice mayor cosa, mientras haya cabida para los negocios. No es que sea un "asunto de Estado": es que la población, también, tiene tendencia a la fe ciega en un líder y, claro está, a culparlo de todo cuando las cosas no van. "Yo obedecía órdenes" puede ser una buena manera de zafarse tanto en la Alemania juzgada por sus crímenes como a partir del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Nikita Jrushchov también “obedecía órdenes “ y no podía decir que no.

     Mal colocados están algunos países periféricos para la crítica feroz. "El innombrable", contra lo que cree José Woldenberg en México, no es una manera de polarizar ni de insultar, sino de hacer ilusión a la mezcla de miedo y reverencia que inspiró el seductor de la patria a partir de 1988-1994. La gente solía callar ante la menor crítica: por temor al poder, pero también por conveniencia ante la promesa de llegar al Primer Mundo. Pero también están mal colocados algunos países centrales, aunque puede decirse que hay una tradición de individualismo que hace que, en países como Francia y Estados Unidos, sea posible encontrar gente que piensa y habla sin miedo a salir de "la manada" o del circulito de amigos. Pensar más allá de la comodidad de "la taza de café y el círculo de amigos", como proponía José Martí, no muy amigable con Marx al acusarlo de "odiar", no es algo común en América Latina y su "capitalismo de amigotes", aunque hay excepciones, por lo general desoídas, también por temor. ¿Cuántas cosas no se dicen de frente en tantas estructuras intermedias latinoamericanas en las cuales la iniciativa individual es sospechosa de buscar "algo personal"? Raúl Castro lo lamentaba en su último informe al secretariado general del Partido Comunista de Cuba (PCC).

     El censor ideológico soviético Mijaíl Suslov, para quien el texto de Grossman era incorrecto y falso con los comunistas, no estaba tan descaminado cuando vió a qué podía servir la novela de Grossman, y es para lo que sirvió, lo que no le resta valor en cierta crítica a las herencias feudales: al final de cuentas, el poco respeto por la vida, además de por la libertad ya mencionada y la independencia de criterio. Es una lástima que algunos se confundan: al repetir todos lo mismo y no situar las cosas en su contexto, cantan a coro de tal modo que vale preguntarse en dónde está su independencia y su libertad para pensar fuera de las ganancias que sus palabras puedan reportar. Es que, en su fase actual, el capitalismo está más preocupado por sincronizar las mentes que por apreciar las que son de hombres libres.

     Tal vez alguien tenga la capacidad de descifrar cómo Isabel Turrent, luego de una oda a Grossman, concluye que el presidente ruso Vladimir Putin "nos" (?) puede llevar a un nuevo Stalingrado, todo con "experimentos históricos monstruosos" y el "retorno a los tiempos de las masacres". No se trata desde luego de pensar, sino de amalgamar lo que sea con tal de hacer sensacionalismo y ganar rating. No es el mejor homenaje a lo que de razón puede haber en la obra de Grossman.


 


domingo, 10 de abril de 2022

OTRO APARECIDO

Lo dicho: después de posicionarse como candidato a la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva propuso como compañero de fórmula a alguien de centro-derecha, Geraldo Alckmin (aunque ahora situado en el Partido Socialista Brasileño), para captar el voto de indecisos y decepcionados del actual mandatario, Jair Bolsonaro.

     El giro de Lula no es nuevo. Ya ha hecho otros en el pasado. "Tendremos el mismo respeto para un recogedor de papel que está en las calles del país y el empresario más calificado", afirmó recientemente Lula, antiguo obrero metalúrgico y sobre todo curtido en el sindicalismo y la política. De lo que se trata es por lo visto de seguir en el discurso "para todos", sin que quede claro por qué deben ir juntos el que trabaja y el que se apropia de trabajo ajeno, pero nada impide soñar no con conciliar clases, sino con cancelar la contradicción, cuando no se trata de huirle. En otros temas, el carácter provinciano está más acentuado que en la trampa en la que fue a caer el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Así es como Lula pretende recuperar la respetabilidad internacional de Brasil, pese a que la ex presidenta Dilma Rousseff ha dicho con razón que no pueden seguirse manejando las cosas como si fueran "de una hacienda": "a quién interesa esta guerra, dijo el líder sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania-, la razón de esta guerra sería resuelta en una mesa tomando cerveza, si no en la primera, en la segunda, si no da, en la tercera, llegaríamos a un acuerdo de paz hasta que se terminen las cervezas". López Obrador, por su parte, se dejó hacer "manita de puerco" por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para condenar la invasión de Rusia a Ucrania, nada nuevo, pero...en el marco de la promoción #Stand Up for Ukraine. una campaña lanzada entre Trudeau y la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Tal vez López Obrador no tenga inconveniente en juntarse con U2, Madonna , Billie Eilish, Billy Joel y otras celebridades, al lado de Global Citizen y las grandes corporaciones que incluye.

    Y es que se quiere estar en todo y tener todo a la vez: el Grupo de Puebla, respaldo de Lula o de malos presidentes como el argentino Alberto Fernández, ha propuesto un "nuevo modelo de desarrollo" que quiere a la vez la novedad ecológica y generar valor con industrias, no muy lejos en algunos aspectos del Great Reset que propone el Foro Económico Mundial y que muestra inquietud por el hecho de que, en el fondo, no se ha salido de la crisis desatada en 2008 y se pretende hallar algo por el lado de la demanda. Las lecciones que enseña el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa no parecen importar demasiado: no hay democracia sin verdadero acceso a la información y sin educación de calidad, más si se trata de salir del subdesarrollo, salvo que de lo que se trate sea de creerse la posibilidad de algo así como un "capitalismo de rostro humano", capitalismo salvable. Al menos Correa piensa, y en términos de desarrollo: otros se encuentran en lo de siempre, la política por encima de la sociedad, si cabe hablar así. El Partido de los Trabajadores (PT) brasileño se desacreditó ya alguna vez en el gobierno por su manera de "hacer política"; López Obrador confunde trabajar con "hacer política", y las cosas se quedan a medias, pese a la existencia de gente con deseos de ponerse manos a la obra e instituir premios de laconismo. En fin, que si ganara Lula, se pondría a beber con rusos. !En verdad, buena suerte! Estar en una causa justa no es garantía de discernimiento ni de capacidad para la autoridad y ser estadista. Todo sea pretexto para ponerse a tono con Brasil (da click en el botón de reproducción):



jueves, 7 de abril de 2022

AGARREN AL BURIATO, PRÓXIMAMENTE POR NETFLIX

 Las posibilidades no son muchas. O la gente que está en altos cargos, desde organismos internacionales hasta El Vaticano, se basa para tomar decisiones y hacer declaraciones en reportes o informes de personas que no están preparadas para hacerse de un criterio propio, y que por lo mismo no le transmiten forzosamente la verdad al "jefe"; o el asunto es que no importa mucho tener criterio y libertad de pensamiento, sino sumarse a la "manada", por interés, conveniencia y hasta comodidad. Se está ante la incompetencia y el cinismo, o ante una mezcla bastante fuerte de ambas cosas, que pareciera ser lo que tiende a predominar en los medios de comunicación masiva occidentales y en lo que se supone es la "opinión pública". En el caso del aparentemente inocuo Papa Francisco, ya van varias veces que se muestra indignado y pega de gritos sobre el tema de Ucrania a partir de falsedades. El último espectáculo consistió en besar una bandera ucraniana procedente de Bucha, donde supuestamente las tropas rusas habrían matado a civiles.

     Lo llamativo es que gracias a la manera que tienen los medios de tratar las cosas, no hay forma de aprender de la experiencia. Durante la guerra de Yugoslavia hubo reiterados montajes, como los de ataques a civiles en mercados de Sarajevo atribuidos a serbio-bosnios; Estados Unidos optó por atacar Irak en 2003 sobre la base de un puro montaje, al no existir en ese país armas de destrucción masiva; también era montajes las imágenes de la población de Guta, en Siria, supuestamente víctima de un ataque químico. Ejemplos no faltan.

     Las tropas rusas salieron de la ciudad de Bucha, no muy lejos de Kíev, capital ucraniana, el 30 de marzo. El primero de abril, la policía nacional ucraniana publicó un anuncio en el que informó que se dirigía a Bucha "para liquidar a los colaboracionistas", porque da la casualidad que la población local se había llevado bien con los rusos. Hay pruebas de video de la represalia ucraniana. En Mariúpol no sucedió otra cosa: los ucronazis le dispararon a la población civil simpatizante de los rusos o simplemente neutral, que podía reconocerse por un brazalete blanco. Los muertos de Bucha llevan brazaletes blancos, pero además algunos llevan bolsas verdes de ayuda alimentaria proporcionada por las tropas rusas.

     En Estados Unidos se tiene el testimonio de un periodista mexicano que sabe lo que ocurrió. Nadie se ha apresurado a difundirlo. El periodista dijo que la sangre estaba fresca y que los muertos tenían poco de haber sido ejecutados. Hay manera de abundar en este sentido. Según las imágenes satelitales mostradas en Occidente, los cuerpos llevaban ahí unas tres semanas, desafiando las leyes de la biología, puesto que no se descompusieron, ni fueron atacados por buitres o ratas (tal vez nada de ésto existe en Ucrania). The New York Times situó los cadáveres de la calle Yablonska de Bucha entre el 9 y el 11 de marzo. Desde entonces, no hubo un solo día por debajo de seis grados en la ciudad, de tal modo que los cadáveres debieron haberse descompuesto. Así las cosas, el UK's Daily Mail prefirió mover la fecha de las imágenes satelitales al 19 de marzo. Durante el tiempo de incursión de las tropas rusas llegó a llover. Sin embargo, las bolsas verdes y otros objetos con los cadáveres no se ven afectados por ningún mal tiempo.

     Un asunto bastante significativo es que el alcalde de Bucha, Anatoli Fedorchuk, al parecer no se percató de nada de nada: apenas se fueron los rusos salió en video para decir que todo andaba bien.

     ¿Por cierto, quién torturó a las víctimas?¿El teniente coronel buriato?

     A estas alturas, un occidental promedio ya debiera haberse aprendido algo sobre el montaje, que es muy fácil de conseguir en las condiciones técnicas actuales de los medios de comunicación masiva. En cuanto a las grabaciones de tropas rusas hechas por los servicios secretos alemanes, no indican mayor cosa.

     Ya debiera quedar claro también a qué se dedica el presidente ucraniano Volodímir Zelenski:(foto) a relanzar sistemáticamente el pleito, cada vez que hay asomo de arreglo, a dar órdenes a cuanto parlamento se deje, en medio de ovaciones a cual más estrenduosa, y a conseguir desatar nuevas oleadas de sanciones contra la Federación Rusa, que es lo que le interesa a Estados Unidos, que tiene todo el guión ensayado: el presidente ruso, Vladimir Putin, es el nuevo "carnicero", el "criminal de guerra" que debería ir al Tribunal Penal Internacional de La Haya, que "no puede seguir en el poder" y temas por el estilo que tienen como fin dividir a los rusos y crear las condiciones de algún cambio "de colores" o algo así. Los occidentales debieran inquietarse de estar en manos de gente inepta, cínica o, peor, ambas cosas: es la gente que los está dizque gobernando. Al menos que la dizque opinión pública no tenga inconveniente en ponerse también a la total incompetencia y al "¿y qué?" cínico. ¿No pasa nada, verdad?

Gran comediante para asuntos trágicos:



    

martes, 5 de abril de 2022

BRASIL: ¿VUELVE LULA?

 El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha anunciado que piensa competir en las próximas elecciones brasileñas. El hecho de que aparezca como favorito no quiere decir que lo sea para la mayoría de la sociedad en Brasil: tiene un 40% de intenciones de voto. Para granjearse más apoyos, Lula está más que moderado y buscando gente hacia el centro-derecha. Es el tipo de alianza que casi garantiza  que no pueda hacer nada significativo mucho más allá de programas asistenciales. El resto es sabido: Lula es muy hábil para la demagogia y jugar sobre la creencia de que, si él pudo, después de no tener para comer, cualquiera puede. "Tengo conciencia de que hay gente más letrada que yo, que leyó más libros, que aprendió a hablar inglés o francés con facilidad, aduce Lula, pero no hay uno de mis adversarios que entienda del alma del pueblo brasileño como yo, que mal hablo portugués". Es de esperar que, a falta de educación, el alma del pueblo brasileño no se reduzca a un plato de feijoada.

     Lula, bastante querido de los autodenominados "demócratas liberales", repite lo mismo que ellos: que el actual mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, es un "fascista", un "genocida" por la manera en que manejó la crisis sanitaria de la Covid-19 y contrario a lo bueno que puede representar el presidente estadounidense Joseph Biden frente al vencido Donald Trump. Por lo demás, es no salir de la misma tara: dado el papelón del Partido de los Trabajadores (PT) en las últimas elecciones, en las cuales fue derrotado Fernando Haddad, se trata de votar por el "hombre providencial", lo que tampoco les estorba a los "demócratas liberales".

     Otros asuntos pueden quedar opacados. Lo ocurrido cuando Lula estuvo encarcelado, con la manera en que cayó la presidenta Dilma Rousseff e incluso con el destino que siguió el fugaz presidente Michel Temer da cuenta de un país más, por cierto que bastante violento, sin estado de Derecho. El mismo PT había caído en más de una trama de corrupción en tiempos de Lula. Al parecer, a los "demócratas liberales" no les interesa dicho estado de Derecho más que en contados casos: que no lo haya en Guatemala, Haití, Perú (donde el Derecho se utiliza para destronar a cuanto presidente se deje), en muchos aspectos en México (sin que sea de hoy) o que se haya caído por completo en el Ecuador, por mencionar algunos casos, no es algo digno de la menor mención. Se está hablando por lo demás de Derechos políticos, ni siquiera de los sociales dejados al abandono. Al parecer, sólo importan en la cantinela contra Cuba, Nicaragua y Venezuela y cuando lo dicten los grandes medios de comunicación masiva. Ni siquiera se repara mayormente que la ausencia de un estado de Derecho sólido impida cumplir con los tan llevados y traídos Derechos Humanos. Estos tienen a estrecharse cada vez más: derechos de las mujeres, de los grupos LGBTTTIQ+, de los pueblos originarios y los afrodescendientes, hasta hacerla francamente cansada.

     Con su creencia de que se enfrenta al "fascismo", Lula tiene en mente un "Frente" lo más amplio posible que le está planteando algunos problemas con las bases del PT. De una manera general, salvo en Nicaragua (es decir, sin incluir a Cuba ni Venezuela), por circunstancias excepcionales, y Bolivia, la izquierda latinoamericana se está orillando cada vez más al centrismo para poder llegar a un poder que no define ella, sino que definen los medios de comunicación masiva y parte de las clases medias. Hace rato que Lula está a tono ahora que todo trata de estar a tono y cantar a coro. Es posible así que, en vez de perder solo, Lula gane mal acompañado, y bastante distante de intereses que no consisten nada más en no pasar hambre, sino en tener valores propios. Nada más falta que Lula esté de vuelta para pedir lo imposible: cumplir la agenda 2030 de Naciones Unidas. Mejor quedarse a oír otra cosa (da click en el botón de reproducción).





domingo, 3 de abril de 2022

NUCLEAR: DE PROGRAMAS A PROGRAMAS

 Ya se había señalado hace poco que, poco antes de la invasión rusa, Ucrania se estaba preparando para tener armas nucleares "sucias", en lo que jugó un papel de importancia el Centro Científico Nacional del Instituto de Física y Tecnología de Kharkov. Occidente puede armar escándalos cuando se alega que Irán está cerca de dotarse del arma nuclear. Pero el asunto de Ucrania se calló pese a que este país firmó desde 1994 el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

      El Centro mencionado no actuó en solitario. Recibió ayuda del Instituto para la Investigación Nuclear y del Instituto de Química Orgánica de Kíev, capital ucraniana. La ayuda fue para la separación de isótopos de materiales nucleares. Dadas las capacidades heredadas de la época soviética, Ucrania disponía de la capacidad para crear en un tiempo relativamente breve armas nucleares. Venía trabajando en ello desde los años '90, pero el proceso se aceleró a partir de 2014 y bajo la presidencia de Petró Poroshenko.

     En la dirección indicada estuvieron trabajando también el Instituto para Asuntos de Seguridad Nacional de Chernóbil y el Centro Estatal Científico y Técnico para la Seguridad Nuclear y Radioactiva de Kíev. También se encontraron involucrados empleados de la Universidad Nacional Politécnica de Odessa, con experiencia en modelización matemática de la cinética de las reacciones termonucleares.

      Ucrania estaba por lo demás explorando en los últimos años su riqueza en minas de uranio y desarrollando depósitos de este material en ciudades como Mykolaiv, Kirovograd y Dniepropetrovsk. Había compañías extranjeras asesorando a Ucrania en el enriquecimiento de uranio. Estaba trabajando en este proceso la planta fabril hidrometalúrgica de Zhovty Vody.

     Desde 2013, y con ayuda de Turuía, se estaba creando un sistema para misiles con las empresas Yushmashzavod y la Oficina Yuzhnoe. Estaba en desarrollo el sistema de misiles Grom-2, con un alcance de 500 kilómetros, y el sistema Alibey en Odessa, Así pues, Ucrania estaba trabajando en dotarse de su propio sistema de misiles y muy cerca de dotarse de un dispositivo nuclear, basado en plutonio. Cuando empezó la invasión rusa, las pruebas de estos programas se trataron de esconder en la Universidad Nacional Politécnica de Lviv. Se trató de ocultar el componente armado y ofensivo del programa nuclear "pacífico" ucraniano. Es poco probable que los aliados extranjeros de Ucrania desconocieran lo que estaba sucediendo, máxime que algunos componentes del programa nuclear se tuvieron que importar, en particular el plutonio.

     No queda claro por qué los partidarios de la no proliferación callaron ante esta información. Si se hubiera seguido el modelo iraní, había que imponerle una lluvia de sanciones a Ucrania. Por lo demás, cabe decir que el programa iraní, que no iba muy lejos, fue detenido entre otras cosas gracias a la buena voluntad en la cooperación rusa. El pacto con Irán se logró en 2015, con la garantía de Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, Alemania y Rusia. Es Estados Unidos que se retiró del pacto, aunque gracias a la mediación rusa Irán contribuyó a consolidar el Plan de Acción Integral Conjunto, que ampara el programa pacífico de la ciudad iraní de Bushehr, en operación desde 2011. Lo descrito contrasta con el programa no muy pacífico de Ucrania y su carácter violatorio de las leyes internacionales en medio del silencio generalizado y, probablemente, de una buena dosis de complicidad: debe haber sido obvio contra quién iba dirigido el programa de Kíev.

     Cabe señalar que prácticamente todas las versiones del "problema ucraniano" vertidas en Occidente carecen de sustento y no son más que engañifas, salvo en unos muy pocos medios alternativos. La estafa se acepta por ignorancia, pero en la comentocracia por interés y comodidad y, desde luego, para lograr hacerse de ganancias en una audiencia "preparada". La dizque opinión pública occidental no tiene ni la más remota idea de lo que sucede en Ucrania, y es sobre esta base carente de información -no de montajes- que se pronuncia con la mayor de las soberbias y en plena irresponsabilidad. Saludos a la capital ucraniana de la mafia (da click en el botón de reproducción), Odessa.



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...