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domingo, 10 de abril de 2022

OTRO APARECIDO

Lo dicho: después de posicionarse como candidato a la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva propuso como compañero de fórmula a alguien de centro-derecha, Geraldo Alckmin (aunque ahora situado en el Partido Socialista Brasileño), para captar el voto de indecisos y decepcionados del actual mandatario, Jair Bolsonaro.

     El giro de Lula no es nuevo. Ya ha hecho otros en el pasado. "Tendremos el mismo respeto para un recogedor de papel que está en las calles del país y el empresario más calificado", afirmó recientemente Lula, antiguo obrero metalúrgico y sobre todo curtido en el sindicalismo y la política. De lo que se trata es por lo visto de seguir en el discurso "para todos", sin que quede claro por qué deben ir juntos el que trabaja y el que se apropia de trabajo ajeno, pero nada impide soñar no con conciliar clases, sino con cancelar la contradicción, cuando no se trata de huirle. En otros temas, el carácter provinciano está más acentuado que en la trampa en la que fue a caer el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Así es como Lula pretende recuperar la respetabilidad internacional de Brasil, pese a que la ex presidenta Dilma Rousseff ha dicho con razón que no pueden seguirse manejando las cosas como si fueran "de una hacienda": "a quién interesa esta guerra, dijo el líder sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania-, la razón de esta guerra sería resuelta en una mesa tomando cerveza, si no en la primera, en la segunda, si no da, en la tercera, llegaríamos a un acuerdo de paz hasta que se terminen las cervezas". López Obrador, por su parte, se dejó hacer "manita de puerco" por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para condenar la invasión de Rusia a Ucrania, nada nuevo, pero...en el marco de la promoción #Stand Up for Ukraine. una campaña lanzada entre Trudeau y la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Tal vez López Obrador no tenga inconveniente en juntarse con U2, Madonna , Billie Eilish, Billy Joel y otras celebridades, al lado de Global Citizen y las grandes corporaciones que incluye.

    Y es que se quiere estar en todo y tener todo a la vez: el Grupo de Puebla, respaldo de Lula o de malos presidentes como el argentino Alberto Fernández, ha propuesto un "nuevo modelo de desarrollo" que quiere a la vez la novedad ecológica y generar valor con industrias, no muy lejos en algunos aspectos del Great Reset que propone el Foro Económico Mundial y que muestra inquietud por el hecho de que, en el fondo, no se ha salido de la crisis desatada en 2008 y se pretende hallar algo por el lado de la demanda. Las lecciones que enseña el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa no parecen importar demasiado: no hay democracia sin verdadero acceso a la información y sin educación de calidad, más si se trata de salir del subdesarrollo, salvo que de lo que se trate sea de creerse la posibilidad de algo así como un "capitalismo de rostro humano", capitalismo salvable. Al menos Correa piensa, y en términos de desarrollo: otros se encuentran en lo de siempre, la política por encima de la sociedad, si cabe hablar así. El Partido de los Trabajadores (PT) brasileño se desacreditó ya alguna vez en el gobierno por su manera de "hacer política"; López Obrador confunde trabajar con "hacer política", y las cosas se quedan a medias, pese a la existencia de gente con deseos de ponerse manos a la obra e instituir premios de laconismo. En fin, que si ganara Lula, se pondría a beber con rusos. !En verdad, buena suerte! Estar en una causa justa no es garantía de discernimiento ni de capacidad para la autoridad y ser estadista. Todo sea pretexto para ponerse a tono con Brasil (da click en el botón de reproducción):



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...