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jueves, 16 de junio de 2022

EL MAYOR NEGOCIO DE LA HISTORIA

 La Tierra se encuentra en un largo proceso de transición, marcado por cambios demográficos (que tenderán a estabilizarse en poco tiempo), en la relación entre el campo y la ciudad (paso a una urbanización abrumadora) y de uso de los recursos naturales, muchos de los cuales no están por agotarse y se necesitan por lo demás para las nuevas tecnologías, que no son completamente intangibles (!serían invisibles!). Un teléfono móvil o una computadora necesitan ser fabricadas. Si bien es necesario tener cuidado de evitar la depredación ecológica, que no es propiamente capitalista (baste con recordar lo que le ocurrió a la civilización maya), es menos seguro que se acerque el fin del mundo pronosticado por La Ciencia: ni siquiera hay en el debate científico consenso sobre las causas del cambio climática ni sobre sus consecuencias. Lo que sí ocurre es que toda modalidad de sensacionalismo vende en los medios de comunicación masiva.

      Desde luego que seduce si se habla de "energías limpias", porque nadie las querrá "sucias". Sin embargo, no hay una respuesta definitiva sobre las "energías renovables". Dicho de otra manera, no hay que tomarse a pecho el sensacionalismo sobre los supuestos cataclismos del cambio climático ni absolutizar las bondades de las energías limpias. Estas problemáticas no se plantean en el vacío, sino en el contexto de un sistema socioeconómico concreto del que sería erróneo pensar que está preocupado por resolver los problemas de la gente. En estos momentos, no ha habido recuperación de la llamada "Gran Recesión" de 2008 y una larga crisis continúa, después de haber arrancado a finales de los años '60. Pese a la duración de la crisis,  de más de medio siglo, sigue pensándose en la coyuntura o ante el apocalipsis, dos maneras de precipitarse.

      Quien está acelerando para salir de la crisis es el gran capital, que no es asunto de conspiración, sino de velar por sus intereses y por tratar de salvar problemas crónicos con la baja tendencial de la tasa de ganancia. Es así que este gran capital se ha metido al alarmismo ecológico para llevar a transformaciones que permitan vender nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, este capital no logra superar la contradicción entre trabajo muerto y trabajo vivo, incrementando el capital constante (con toda la nueva tecnología) y desvalorizando la fuerza de trabajo al grado de colocarla con frecuencia de adorno detrás de un proceso automático que desconoce y la enajena, sin recibir capacitación, pero sí algún salario que evite que el capital se quede sin mercados.

     John Kerry, enviado especial de Estados Unidos para el Clima y ex funcionario del gobierno de Barack Obama, acaba de declarar que la transición a energías limpias "es el mayor mercado     que se haya creado jamás en el mundo". Por si no queda claro, está diciendo que es un gigantesco negocio. La lucha contra el cambio climático resulta ser "una de las mayores oportunidades de hacer dinero en generaciones", según afirmó Kerry en la Cumbre de las Américas. Para Kerry, ni siquiera debería debatirse la "evidencia" del cambio climático: tal ve se entienda por qué.. La gente está con frecuencia dispuesta a créerselo: si hay sol, porque hace calor y si hay lluvia, porque hay viento, todo debido a que "la naturaleza se está vengando de lo que le hicimos".

       Hasta ahora, las reconversiones no han sido muy exitosas. Se ha logrado poco, salvo en la fortuna de otro Demócrata estadounidense, Albert Gore, conocido como Al, arduo promotor del ecologismo. No debería quedar duda, más allá de la cierta necesidad de cambiar más de un hábito: el actual sistema socioeconómico no está conduciendo al colapso, sino que está buscando sin tapujos hacer negocio en grande de un eventual paso a una ganancia sustentable, es decir que está empujando a meterse en nuevos "nichos" para salvar un problema de rentabilidad, a reserva de que, la verdad sea dicha, haya mucho de esta "transición energética" que sea muy discutible y por lo demás costoso.

       Cabe agregar que este anhelo no está desligado de la voluntad de aislar a la potencia energética por excelencia, que es Rusia, cuyas autoridades sostienen que las energías fósiles tradicionales seguirán siendo necesarias, por lo menos por un cuarto de siglo más. No es cosa del "enigma ruso", sino de bloquear una alternativa a los planes de reconversión que significan para algunos lo dicho por Kerry. El negocio es obligado en el paraíso de las "libertades". Y ahora es limpio (da click en el botón de reproducción y sumérgete en el sentimiento oeeánico, el líquido amniótico o lo más parecido).




       

EL BALBOA QUIERE DÓLAR

 No queda claro por qué algunos se lanzan a anunciar triunfos imposibles: como era de prever, la candidata popular Maribel Gordón obtuvo en ...