Actualmente, no es raro que los medios de comunicación masiva presenten una noticia (de la que no hay que olvidar que ya está "fabricada", es decir, que ya ha seleccionado de entre los cables noticiosos una manera de armar la presentación) acompañada de la voz de algún experto. Se sacan en ocasiones expertos de los lugares más extravagantes, pero también se trata de una selección, con frecuencia nada inocente: se escoge (o se busca por recomendación) la "expertís" (!!) de la que no vaya a salir algún criterio propio que estropee la "línea", porque la hay. Existe en la medida en que dichos medios responden a grandes intereses económicos, incluso transnacionalizados. El problema se da de una manera un poco distinta en medios independientes, que los hay: no siempre logran la distancia adecuada de los medios dominantes.
No importa mucho el medio, pero hace poco dos expertos escribieron una noticia/comentario augurando la próxima desdolarización del mundo (como parte de una "regionalización" y marcha hacia la multipolaridad), el paso del centro de gravitación económica "de Occidente a Oriente", el declive del Norte global frente al Sur global y, además, el fulgurante ascenso de China. Es cierto, puesto que lo demuestran con datos certeros los autores: hacia finales de los años '70 (1977), curiosamente cuando algunos ya hablaban de declive estadounidense, el 85 % de las reservas de divisas en el mundo estaba en dólares. Hoy no es "más que" 58 %, lo que ciertamente expresa un declive, pero relativo, porque el porcentaje no está mal.
Acto seguido, y pese a que sin duda entre varios países ya no se usa el dólar en las transacciones, vienen dos cifras de la "expertís" que desmienten lo que la "expertís" dice: hay un 20 % en euros, por lo que casi el 80 % corresponde a Occidente y no es posible corroborar, al menos no en este terreno, el tan mentado paso "de Occidente a Oriente". Tampoco el gran ascenso de China: el renminbi no pasa del 3%, y la noticia no dice nada del yen japonés (el yen japonés y la libra esterlina británica son más usadas que la moneda china). El artículo se llama "el fin de la supremacía del dólar": tal vez el título haga escándalo, pero cerca del 60 % en las reservas internacionales de divisas, si no es abrumador, sí sigue siendo de la mayor importancia y lejos del fin. Por lo que hace al "creciente músculo de la proyección internacional de China", necesita ir un poco más al gimnasio: tres por ciento no hace algo musculoso comparado con cerca del 60 % estadounidense, y ni siquiera con el 20 % del euro. Tampoco hay regionalización, salvo parcial en parte de América Latina (sin incluir Sudamérica) y la Unión Europea; no es el caso de Asia-Pacífico, y no se ha consolidado en Eurasia, salvo parcialmente (Unión Económica Euroasiática, encabezada por Rusia). Que Rusia y China se la lleven en yuanes, que Rusia exija rublos y que comercie en otras monedas con algunos africanos, o que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ande buscando "desdolarizarse" con Argentina y prometa una "moneda única latinoamericana" no cambia las cifras mencionadas.
Son décadas de esta manera de proceder. Alguien se saca un "modelo" de alguna parte y se tiene que aplicar, no importa que la realidad esté diciendo que casi el 90 % de las reservas internacionales de divisas (incluyendo el yen y la libra) estén en manos del Norte, no del Sur ni de China, y por más que en Africa se le metan monedas de cacao al negocio, si se quiere. Eso sí, Estados Unidos no aprecia demasiado a quienes se cambian al euro (ya más de uno ha sido bombardeado) y, además de asegurarse que la Unión Europea no pueda disponer del acceso a los vastos recursos rusos, busca que este mismo bloque no sea un competidor, sino comparsa (para lo que el conflicto de Ucrania ha servido bastante). Tal vez no sea necesario ser un experto para tener idea de que Estados Unidos, a grandes rasgos, no piensa lo siguiente: "miren, ya me cansé, estoy senil (Biden lo está) y me voy a casa, porque estoy demasiado agotado para hacer beneficio por doquier". Ningún automatismo conduce a la regionalización ni a la multipolaridad, y los "modelos para aplicar" suelen fallar. Por lo pronto, es entendible que se hable de "narrativa" o de "relato", puesto que ficciones no faltan, ni expertos para hacer digerir cualquier cosa. Es que como digo una cosa digo otra.