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viernes, 30 de agosto de 2024

EL TIEMPO ES ORO

 El teléfono móvil es como cualquier instrumento técnico, incluyendo la Internet, para la que no se educa, porque educar es "conducir" (e-ducere), y hoy puede parecer "autoritario". ¿Quién y con qué derecho puede pretender "conducir" a otro?

       El teléfono fijo, algo en desuso, no siempre era bien utilizado, pero era doméstico, o si estaba en la calle, cabe notar que con la idea de reserva para hablar, en mayor o menor grado, con cabina, ni se diga en los países con inviernos difíciles. Así, en el espacio público que era la calle, los teléfonos fijos estaban hechos de tal modo que no fueran motivo para enterarse de vida, santo y seña de cada uno, si bien había bromas, por ejemplo sobre la manera de parlotear de un albañil ('qué? no pus ¿por qué? Nooo, qué. O bueno, ¿qué?, o ¿de qué o qué?, y así durante largo tiempo). También había horas para llamar.

      Algo cambió, es posible recordarlo, con el beeper, bastante típico de gente de negocios que a cualquier hora puede que le propongan uno o que le aparezca un cliente. Es el "estilo de vida" del ejecutivo de empresa, que debe estar localizable en cualquier momento para "la transacción" o alguna oferta. Después de todo, hasta hoy los bancos no respetan horarios y llaman casi en cualquier momento si alguien tiene "un excelente historial crediticio por lo que se hizo acreedor a una promoción que dura solamente este mes y que...". Ni se diga en caso de un mínimo atraso de pago: el teléfono suena a cada rato, así se trate de una mínima cantidad, o se molesta a un familiar también en cualquier momento, porque es ya plan de "cacería". El que tenía su pequeño beeper debía interrumpir lo que estuviera haciendo -aunque hubiera ganado en algo de libertad- si mandaban mensaje el jefe o la secretaria. ¿Era el problema del pequeño aparatito? No: lo era del negocio que, como lo indica la palabra, debe estar 24/24, porque es neg-otium, ni el menor tiempo de "ocio" o libre, sino la necesidad de "rendir" a toda hora. Si acaso, alguna educación debiera consistir en mostrar que el celular tiene un uso distinto según quien lo tenga. Pero ya no era exactamente así desde la época del teléfono fijo.

        Hay países como Ucrania o Rusia en los cuales el celular es casi manía nacional. En todo caso, no sólo se han difundido las comodidades del instrumento, sino que con ellas, el problema es que se ha propagado cierta conducta como si cualquiera fuera hombre de negocios, disponiendo y estando disponible a cualquier hora. La calle es ahora un mundo de ejecutivos de empresa cualquiera sea su condición, porque el celular es bastante igualitario y, bueno o malo, todo el mundo tiene uno. Se puede caminar por la calle y oír de repente cómo alguien detrás de uno vocifera "Lisette, ¿vas a pasar a la escuela por los niños sí o no?". Resulta incómodo voltear y ver que en un espacio público no queda claro ni siquiera si uno es Lisette y debe pasar por sabrá Dios qué chiquillos. Igual en lugares de venta: el que en el súper va pegado al "cel" y avienta el carrito porque ni siquiera se fija por dónde va. La mujer que arriesga un accidente en el tránsito porque, claro, "ahí va hablando esa señora por su cel" y se distrae. El que cruza la calle (esto es verídico) hablando por su "cel", gritando "va voy para arriba" y casi se le hace realidad cuando le pega un coche que apenas alcanzó a frenar al dar la vuelta: el chavo no se percató de nada porque, en resumidas cuentas, el uso de "negocios" del teléfono móvil hace perder el sentido del espacio, y más del público, hasta donde es compartido. Se deshacen todas las reglas. Y entonces se va estrechando el espacio público y la idea misma de lo que implica cooperar para convivir. Que coopere tu madre: estoy recibiendo una llamada de...y con el "cel" siempre es urgente.

      El espacio privado, doméstico, también cambia. Hay chiquillos y chiquillas de México que ya no van del cuarto o recámara a la cocina para ver si ya está lista la cena, sino que se lo preguntan a mamá por WhatsApp. Hay parejas o familias que exhiben su aburrimiento e incapacidad para estar solos pegándose del celular en vez de interesarse mínimamente por el otro. La cena está lista y cada uno sigue imperturbable con su "cel" como si estuviera pendiente del curso de las acciones en la Bolsa de Tokio cuando cerró la de México y la de Nueva York. Es una manera -de tantas hoy- de hacer sentir que se es importante y que, como el señor ejecutivo o gerente, se lo es porque se está realmente muy muy ocupado. Es conocido que en México se mira el "cel" para fingir que no se está solo. Sí claro: uno tiene "un millón de amigos" y en cualquier momento uno de ellos puede querer "cantar más fuerte". Hasta pasar al "cel" fetiche con "apps" para todo. Igual, es útil: avisar que se está retrasado, que se tuvo un contratiempo, concertar una cita, un comentario rápido, lo que se quiera: no es el instrumento en sí, es el que se cree "hombre de negocios" y, como diría la canción, luego "todo lo quiere con socios". Con este uso, la propagación del "cel" sin educación -tampoco es la especialidad del hombre de negocios- da en algo entre "un mundo maravilloso" (se supone que para la comunicación) y lo que por momentos se parece bastante, en la calle o en casa, a un asilo de alienados. (da click en el botón de reproducción).



martes, 27 de agosto de 2024

PASEO DE LA REFORMA

 Ken, en realidad Kenneth Lee Salazar, difícilmente puede decir que se siente "méxico-americano", porque es hijo de estadounidenses de ascendencia española, que se reivindican como tales -para diferenciarse de los mexicanos- en algunos estados de la Unión Americana. Contra lo que dicen algunos medios, Kenneth Lee usa sombrero de ranch, sin excluir corbatín "vaquero", pero no es una texana, mucho menos en el sentido en que se entiende en México, por la forma. O Kenneth Lee es algo provinciano, de Denver, Colorado, nada raro para un estadounidense, o está en algún show. Es más probable que, como típico estadounidense, sea a la vez muy provinciano y con creencias de sabrá Dios qué "superioridad", por ser de Estados Unidos. Es Kenneth Lee, no Pancho Pistolas. Kenneth Lee, gente de Barack Obama, se pasó todo el sexenio mexicano que termina invitándose a la política mexicana, siendo que está prohibido por la ley. No es todo, porque Kenneth Lee tiene el típico trastorno de personalidad de la época, que pasa por un proceso psíquico llamado "denegación": se le pueden poner delante pruebas y argumentos válidos para que corrija o reflexione; dirá "sí ya sé, pero sin embargo", es decir que parecerá que entendió, pero seguirá como si nada y sin la menor idea de límite, a conveniencia propia. A pesar de que se le dijo diplomáticamente a Salazar que dejara de entrometerse en asuntos internos de México, el tal Kenneth Lee hizo una oda a la soberanía nacional y enseguida se metió todavía más en lo que no es su asunto. El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió respeto. Kenneth Lee dijo "siempre trabajamos con el máximo respeto a la soberanía de México," , para seguirle de inmediato sobre "la identificación de acontecimientos que limitarían innecesariamente nuestra capacidad para alcanzar objetivos juntos". Otra cosa típica del trastorno mencionado: mete a ambos no nada más tratándose de un asunto que no le incumbe, sino para ver si le resuelven el de él. Se le acababa de decir que no es de "juntos", sino que hay un límite que separa, por lo que Salazar encontró el "modo" de volverse a "volar la barda"; "la embajada" agregó que le "preocupa mucho que la elección popular de jueces no aborde la corrupción judicial ni fortalezca el Poder Judicial del Gobierno de México". O sea: "sí, ya sé lo de la soberanía, pero sin embargo....", y vuelta a lo mismo. La palabra del otro sólo sirve para tomar de ella ("si, ya sé...") lo necesario para "darle la vuelta" ("pero sin embargo..") sin tomarla en cuenta. Esto implica que Estados Unidos ha dejado de ver en México un límite, aparte de que Salazar tiene un trastorno de personalidad de perversión narcisista (el tipo de persona que se resume en "con todo respeto, te voy a faltar al respeto"). La perversión está en el "modo": sacarle "la vuelta" con denegación de lo dicho por el otro, y ni se diga lo que de narcisista puede tener verse en la imagen de un país que se cree superior o con algo que le da "el derecho y la libertad" de imponer y dominar. Es lo que no hay que soltar.

       No es sencillo, desde el punto de vista lógico, entender el rechazo a una "elección popular de jueces" en cierta medida mal entendida, puesto que nadie ha hablado de cuestionar la relación con Estados Unidos, mucho menos en materia de "libre" comercio e inversión extranjera. Por el contrario, tanto López Obrador como la presidente electa, Claudia Sheinbaum, no han parado de vanagloriarse de la capacidad de México para atraer "inversiones históricas". López Obrador no cuestionó el TMEC (Tratado México Estados Unidos Canadá), y nada más buscó que no se afectara directamente la soberanía energética mexicana, petrolera en particular, además de parar el fracking (que tanto le gusta a Kenneth Lee), las concesiones mineras y la injerencia en el litio. No hubo mayor escándalo: ¿por qué entonces ahora sí, más allá de chantajear en la transición para, como se dice coloquialmente, "meterle un calambre" a Sheinbaum, como ya se le hizo para precipitarla -como sucedió- a ratificar al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez?  

      El aparato judicial se ha convertido, junto a los medios de comunicación masiva, en un instrumento muy socorrido para obstaculizar a los gobiernos "progresistas" de América Latina. Esto suele suponer la corrupción en grande de dichos aparatos, que no incomoda a Estados Unidos, que antes no había dicho nada sobre los problemas muy graves de la Justicia mexicana y sus irregularidades, por decir lo menos. ¿Por qué nunca dijo nada Estados Unidos?¿Qué sentido tiene hablar de una "independencia judicial" que no existe, puesto que en México la justicia se rige por el dinero y los tráficos de favores e influencias? Es en parte con lo que Estados Unidos ha aprendido a hacer: se ha servido de la corrupción para el negocio propio, haciendo igual que más de un mexicano. La idea tal vez sea seguir así: en distintos países, la "Justicia" se ha utilizado para "criminalizar" a oponentes a los intereses dominantes, incluso tibios, desde Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina hasta Ollanta Humala en el Perú o Rafael Correa en el Ecuador. Estados Unidos se ha entrometido en asuntos de Justicia en Panamá y en Honduras, además de buscar tutelar indirectamente el aparato judicial en Guatemala, El Salvador y Honduras, a través de "comisiones" internacionales (en Guatemala y El Salvador no funcionó). ¿Acaso estas supervisiones terminaron con el "Pacto de corruptos" guatemalteco o con el completo relajo que había en la Justicia salvadoreña, que organizaba tables en los tribunales en vez de perseguir a los pandilleros?¿Ha habido algún interés por hacer justicia en el caso haitiano del asesinato del presidente Jovenel Moise, quien quería denunciar contubernios de políticos locales con el narcotráfico? ¿O es que Estados Unidos no sabe nada de estos contubernios? Ningún interés en parar: en la mayoría de los casos, con beneplácito de Estados Unidos, se ha permitido o incluso alentado la corrupción del aparato judicial para fines políticos y para chantajear reiteradamente. El Poder Judicial mexicano, salvo excepciones, ya ha demostrado que es capaz de rebasar sus funciones, politizarse y entrometerse en lo que no debe, por ejemplo en funciones del Legislativo. ¿Estados Unidos ha dicho algo? No, nada. Tampoco sobre la ineficacia de la Fiscalía General de la República. ¿El asunto es por la "elección popular de los jueces", o por el temor a que el Poder Judicial deje de someterse a redes de tráficos de influencias y favores, limitando así la capacidad del poder económico para influir en las decisiones judiciales?¿Para qué dar una imagen distorsionada de lo que significa esta elección, como si mañana se pudiera candidatear cualquiera, o un "Chapito"? La reforma incluye requisitos académicos para ser elegible que difícilmente puede tener un narco, salvo que la próxima sea de narcos con muy buen promedio y práctica profesional de abogacía. O se trata de hacer creer que la elección popular consiste en meter de jueces a pepenadores, cargadores de La Merced, empleados de limpia de la Cdmx y vendedores ambulantes. Se puede estar de acuerdo o no con el sistema de elección, pero no se trata de insinuar lo que no es. Es tan carente de lógica lo dicho por Kenneth Lee que sale a alertar contra la infiltración del narco en el aparato Judicial. ¿Qué en la actualidad no se acostumbra a soltar a delincuentes, y por qué no dice nada Estados Unidos? Es decir, Salazar dice que puede ocurrir lo que ya ha ocurrido sin que Estados Unidos diga ni pío. Tan es falto de sentido que poco falta para que Kenneth Lee diga que la reforma va a corromper al Poder Judicial. ¿Por cierto, no prohíbe acaso la reforma en curso financiar pública o privadamente a los candidatos?

       Una fabricación le impidió a Lula presentarse anteriormente como candidato a la presidencia de Brasil: en dicho invento, es sabido que hubo injerencia de personal del Departamento de Justicia estadounidense y del FBI (Oficina Federal de Investigación, por sus siglas en inglés). Los casos de Odebrecht fueron montados con el mismo Departamento -entre otros, contra Humala y en el Ecuador contra Jorge Glas-, hasta que la misma gente de la empresa reconoció que fabricaba cosas. Tal vez Salazar pueda decir un poco más de lo que le "soplan" desde Estados Unidos a la periodista mexicana Anabel Hernández para tratar de armarle un "caso" a López Obrador, a partir de apariencias legales como las usadas en el asunto de Odebrecht: "testigos protegidos" que, hecho el daño, reconocen que se inventaron lo dicho, o algunos francamente desacreditados.

      En varios países de América Latina, la "justicia" está bajo influencia o asesoría directa de Estados Unidos. Eso ha implicado que el aparato judicial sea aún más torcido. Si en México se hiciera valer la ley, Kenneth Lee Salazar hace rato que estaría de vuelta en Denver o en algún southwestern roots ranch de por el rumbo. El menor resquicio ya no se diga de soberanía, sino de independencia, incomoda a más de uno, porque desde 1994 no falta quien quiera "la enchilada completa". Ah, eso sí, cada vez mejor: Stevie Wonder o su equivalente les da la bienvenida...a México (da click en el botón de reproducción).



                                                                                                                                                         

domingo, 25 de agosto de 2024

CHALE: TODOS TACUBOS

 Parte de la influencia lumpen se ha hecho notar en México en el vocabulario usado por "clases" medias e incluso gente acomodada. Esto se debe al nulo interés actual de la clase dominante en dirigir, por ende en educar, menos cuando tiende a creer que son máquinas las que se encargarán de todo: a veces, en vez de empleo doméstico, ya todo es máquina "inteligente" con la que se habla para dar órdenes, como una aspiradora o la luz que se prende al oír una voz. Es parte de la descualificación creciente de la mano de obra.

      Más allá de lo que en vez de "padre" o "a toda madre" está "chido", y del supuesto encanto o estatus de la referencia reiterada a la flatulencia, hay algo más, y que no es precisamente el "arte de amar" de Erich Fromm, sino la creencia en el sexo oral como parte de la humillación, al igual que la sodomía. Así, se plantea todo un problema capitalino shakespeariano: ¿mamar o no mamar? Alguien fuerte físicamente, la clase de individuo que pasa un bien tiempo en el gym y que luce sus pectorales y bíceps, no es, pongamos por caso, "campeón", palabra más bien reservada a los perros: es alguien que está "bien mamado" o "muy mamado", por lo que, como lo mostraba una antigua película mexicana, Bala mordida, la superioridad es de quien "se hace mamar", y lo chocante, lo del "mamón". Lo que prolifera ahora es hablar de "mamadas", como algo a rechazar ("puras mamadas", "esas son mamadas"), o como invitación a no pasarse: "no mames".. Este vocabulario, aderezado con referencias a flatulencias, puede invadir la conversación en un grado en el que cabe preguntarse qué es lo que hay, en lugar de la famosa "materia gris", en una mente con este tipo de fijaciones. El chilango (habitante de la Ciudad de México) siempre ha sido algo vulgar, a diferencia del provinciano, y por cierto que no hay novedad en el albur, por ejemplo, que ha dado gente famosa en el "barrio bravo"" de Tepito. Lo nuevo es lo lumpen, propio de chavo banda, incorporado como marca de estatus. Muchos pueblos utilizan groserías e insultos, dentro de ciertos límites, pero sin caer en la reiteración del vocabulario lumpen, y por lo demás, muy reducido. Si algo resulta molesto, es una especie de regodeo en estas dos o tres expresiones y en ir escuchando por la radio "La corneta", de tal modo y con tal volumen que muestra lo que algunos han estudiado para otro país, el Ecuador: un buen grado de "genitalidad", se entiende que como patología. Es la nueva modalidad de provocación, indiferencia y ostentación: si antes era el manejo de la pistola, motivo de más de una burla hacia algún "azul" o "tamarindo" (policía), que no parecía distinguir entre sus "armas", ahora resulta que es una manera de "sacarse la corneta" a voz en cuello, en público y con regodeo, lo que más de un taxista, por ejemplo, considera que además debe estar "mostrando" al pasajero, todo en medio de una moda de "respeto" y "tolerancia" (¿y si el pasajero es mujer?). No es ya tiempo de volver a cuando las "faltas a la moral" podían ser incluso pretexto para el abuso de algún "mordelón" (policía); sin embargo, tampoco está dicho que deba renunciarse a un mínimo pudor, o que renunciar a éste sea una marca de alguna superioridad por "darse el chance". ¿De qué y hasta dónde hay que dar chance? En los términos de "la banda" que ha pasado a parte de la "clase" media: "¿es neta?". Porque suena, para decirlo también en este registro corporal, "muy culero".

        Puede dejarse de lado la moral, porque no es el problema de fondo. Tampoco se trata de que haya gobierno sobre pedos y mamadas de nadie. Así como "nadie manda en corazón ajeno", tal vez pueda decirse que "nadie manda en pedos ajenos" o en "mamadas ajenas" Desde hace bastante tiempo, no faltan psicólogos y psicoanalistas para alertar contra algún "superyó" coercitivo o represivo, cuando es época de derechos y libertades: en particular, de "deschongarse", soltarse el pelo, las agujetas de zapatos viejos, de desinhibirse y desacomplejarse, para dar rienda suelta al deseo. Tampoco falta quien, al que señale alguna regla, le diga "juzgón", en plena trampa: decirle a alguien "juzgón" es juzgarlo "juzgón", como decirle a alguien "criticón" es criticarlo. Puede que haya quien quiera licencia para seguir su deseo sin que se le diga nada, mucho menos objetando. El problema está en saber no si se quiere vivir con o sin "reglas sociales", sino si se quiere o no vivir en un Estado o, para decirlo de manera menos rimbombante, con espacio público, en el que todos los que lo integran sean formalmente iguales, con lo que ésto implica: que "lo personal no es político", contra lo dicho por Carol Hanisch, o, para expresarlo de otra manera, que los espacios público y privado tienen una mínima separación, para asegurar la existencia de una sociedad como tal.. Ya ha habido ocasión de sugerir que es algo que se está extinguiendo, porque lo privado se vuelve público y se privatiza lo público. En este sentido, los derechos y libertades son los de ir ocupando un espacio de todos con "pedos" y "mamadas" muy personales, como si fueran de interés público, al grado de gritonear; la otra es, como en "La corneta", estar "al aire" -es decir, ante un público- exhibiendo opiniones personalísimas (y a fin de cuentas, privadas) sobre asuntos que antes eran considerados "íntimos", mientras que ahora hay que estar al tanto de cómo "lo" hacen en casa tal y cual. ¿Es de interés público saber cómo cogen o defecan Eduardo Videgaray y José Ramón Sancristóbal, y entonces cualquiera que lo desee "lo" puede exhibir, o es que hay que tolerarlo porque tienen no una corneta, sino un micrófono, y en su patología se creen que es un poder?¿El chófer de taxi está dando un servicio por el que es pagado, o está "sacando lana" sin importarle que le reviente el oído al pasajero, con banda sinaloense o con las "revelaciones" de "La Corneta", si acaso además con las bocinas del coche en la parte trasera, en otra muestra de patología, porque cree en el derecho y la libertad de hacer su deseo sin tomar en cuenta en lo más mínimo que no ha sido pagado para "ello"?¿Creen los habitantes de ciertas colonias que sus perros tienen prioridad sobre los peatones, sin considerarlos en lo más mínimo, porque los perros son "muy de ellos" y hay que imponerlos por cuestión de estatus?¿Creen algunos que en un restaurante el de la mesa vecina tiene algún motivo para oír una conversación casi a gritos de medio hípsters sobre "pedos" que afortunadamente, por la frecuencia en que se repiten por minuto, no salen más que de la boca, al menos en el momento? No es nada más el aspecto lumpen. Es también la conversión del espacio público en reality show en el que hay plenos derechos y libertades de exhibir lo que tanto ocupa a los universitarios: cuerpos y emociones (y ni siquiera afectos que ni gestualmente se dan). En vez de policías de tránsito, puede contratarse a émulos de Cristina (Saralegui). La cosa es "no reprimirse", sino "soltarse": si eres feo, gordo o anoréxica, !muéstralo y gózalo!

       Sea de manera abierta o en algún rinconcito, lo anterior supone darse licencia para imponer -pasando límites-, creerse que por algún motivo hay quien "se las puede" (por ser joven, mujer o por estar con un micrófono) y quien tiene que dar su consentimiento. Es la regla de Grey que no aguantó ni la misma Grey en sus "50 sombras": el sadomasoquismo ya no es considerado una patología en el DSM (Manual de diagnóstico de trastornos mentales), lo que, para decirlo de otro modo, implica que se toleran las conductas sádicas y se promueve el consentimiento masoquista (lo "BDSM", muy sencillo de encontrar en la red, para "jugar" con los roles de dominación y sumisión). Como en realidad tampoco se trata de un tema sexual, es cosa de naturalizar que haya quienes, al creer que "se las pueden" o que tienen licencia -derecho y libertad- para ello, dominen, al grado de rayar en buscar aniquilar la integridad del otro, y quienes deban dar su consentimiento, aunque sea porque no tienen de otra (¿me bajo del taxi?¿me salgo del restaurante?¿me cambio de acera?¿me callo mi opinión?). Es parte de lo que han logrado los libertarios: hacer pasar la dominación y la sumisión por asuntos de "libertad y derecho", como si hubiera libertad y derecho de dominar (ah, pero el que no consienta, puede irse "libremente", por lo que está siendo tratado como un explotado, libre de cambiar de patrón: cambia de taxi, de restaurante, de acera o de interlocutor "si no te gusta"). No es difícil de notar cómo quienes, como parte de un grupo político, hablan de "conversación pública" y en vez de "conversar", se pasan el tiempo golpeando, sin que se sepa sobre la base de qué supuesto "atributo": una pluma, un micrófono, una cámara.... Dicha "conversación"" no es ni siquiera palique, chacoteo, cotorreo, sino circo romano: creyendo tener "la audiencia", lanzar a quien se deje a los leones. Todo en medio de un creciente deterioro de lo que fue hecho para sacar al ser humano de su animalidad: educación, civismo, etcétera, y no que no haya que decir ni una grosería o ni un insulto, pero sí evitarse de tres a cinco menciones de "pedos" en un minuto, porque es, como se dice coloquialmente, necesario a veces "limpiarse la boca con jabón". Y como el lenguaje es expresión de la conciencia...Entonces no está clara la crítica -si no es una trampa- del psicólogo al "deber ser" ridiculizado como must -urbación (del inglés "debe", must): pareciera que uno que otro tiene en mente que la norma -!el deber ser!- dicta que tener estatus es darse licencia para no salir del habla de lépero y ostentarla. (da click en el botón de reproducción).



viernes, 23 de agosto de 2024

PURITITAS COINCIDENCIAS

 Cualquiera en México sabe que la justicia se da poco y tiende a prevalecer la impunidad. No es raro que se considere que la balanza de la justicia se incline ante quien puede comprársela: más de un abogado encuentra de lo más natural "soltar lana" (dar dinero)para conseguir una resolución favorable. Tampoco escasean abogados con el reflejo de que lo primero que hay que hacer ante la "Justicia" es alguna "maña" para colocarse en situación ventajosa, y contraria a la imparcialidad. El hoy ex magistrado Arturo Zaldívar no logró enderezar el aparato judicial. En las cárceles mexicanas abunda la gente inocente, sin defensa y sin sentencia; fuera de la cárcel abundan las prácticas contrarias a la ley, y tampoco es secreta cierta proclividad a soltar a delincuentes. Como muchas otras cosas, la Justicia es cuestión de "relaciones" -como lo probó Hernán Gómez Bruera en Traición en Palacio, a propósito del intocado Julio Scherer Ibarra, hijo de Julio Scherer García-, de clientelas personales e incluso de nepotismo, en perjuicio de quienes no tienen recursos para sobornar. El aparato de Justicia está amafiado y así lo ha mostrado de manera contundente otro periodista, J.J. Lemus, en El cártel judicial. Por lo demás, parte de ese aparato tiene privilegios exorbitantes. En las condiciones descritas, es totalmente entendible que el Poder Judicial deba reformarse, salvo que se tenga el cinismo de decir que funciona y que es "independiente" (¿del dinero?). Otra cosa es la discrepancia sobre el modo de proceder: Zaldívar, como se ha dicho, no consiguió demasiado, y no es seguro que sea un Poder para ser "votado", porque la justicia no se vota. El problema -que según Gómez Bruera incluye a Zaldívar- está en el traslape de funciones institucionales del Estado, que debieran ser válidas e iguales para todos, y las razones de dependencias y preferencias personales al margen del mérito de quien quiera que se trate. El aparato judicial no es el único que tiene este problema: bastaría con indagar por qué, por ejemplo, se traslapan los intereses de una universidad pública con los de un grupo político que hace y deshace de acuerdo con incondicionalidades personales, si es necesario haciéndolas pasar por encima del interés institucional, al grado de supeditarlo al extranjero para asegurar al mismo tiempo los privilegios del "grupo" que hace de intermediario, y al que no le importa que la universidad no logre cumplir con sus funciones sustantivas. Traslape, pues, de lo que debiera ser interés general, en términos de igualdad para todos los ciudadanos, en el Estado, e intereses particulares, muy personales, siempre a la caza de situaciones de ventaja y de privilegios como negación de dicha igualdad. O dicho de otra manera: la justicia es ciega, o bien se descubre la facultad de ver quién le paga mejor, quién se maneja con recomendaciones, quién es familiar de quién y amigo de quién, para hacer distingos que encima se hacen pasar por naturales y de gran ""calidez". Eso sí, pobre del que no tenga "palancas". Así se maneja también parte del sistema de salud, además de lo dicho sobre parte del educativo. No tiene ningún caso perorar sobre "pesos y contrapesos" e "independencia del Poder Judicial" si es sabido de todos que, aunque hay excepciones, se vende al mejor postor y es en realidad ciego a la impartición de Justicia. No es ciega; es o se hace tuerta.

     Es completamente falso que Estados Unidos tenga alguna preocupación por el Poder Judicial mexicano, porque aprovecha su corrupción, y es al grado que existen empresas transnacionales con "partidas para corrupción". Hay una parte de supuesto escándalo hecha para no mostrar los motivos de lo dicho o lo hecho. El aparato de Justicia ecuatoriano, por ejemplo, está completamente podrido, pero no es Estados Unidos quien vaya a gritarlo o empeñarse en sancionar por ejemplo asaltos a sedes diplomáticas. Según el portal de Rebelión, el fujimorismo -político y no exento de vínculos con el crimen organizado- controla el Poder Judicial del Perú, que opera como gobierno pero no como Estado, por lo que no es "parejo":  el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo responden a intereses de grupo que acechan al Ministerio Público y la Junta Nacional de Justicia, sin que Estados Unidos ni nadie diga nada. En Brasil, el Legislativo se dedica a entorpecer sistemáticamente al Ejecutivo, porque, a la hora del presupuesto, los legisladores ven por la "tajada" que pueden llevarse para corrupción a nivel local y no por ningún Estado-nación de nada. Tampoco hay problema. El ánimo de Estados Unidos es paralizar y seguir haciendo negocio. El de los medios de comunicación es ponerse al sensacionalismo para nada: ¿ya se sabe qué pasó realmente con Ismael El Mayo Zambada o se cree que va a "soltar la sopa", como se dice coloquialmente en México, y tal vez contra la llamada "Cuarta Transformación"? Qué interesante. Igual de sensacionalista que la alharaca sobre la invitación del gobierno de México al presidente ruso Vladimir Putin, con una horda de gente de "expertís" preguntándose si habrá que capturarlo o no y no si va a llegar a México a exponerse. Chantajear con que "cante" Zambada, o chantajear con que si viene Putin. Estarse todo el tiempo a presión para obtener algo.

        Es en estas circunstancias, y al margen del rumbo que tome en México la reforma del Poder Judicial, que ésta no es lo que importa, salvo como pretexto para chantajear a la presidente electa Claudia Sheinbaum, a muy poco tiempo de que termine su mandato Andrés Manuel López Obrador. Para el caso, se da la fabricación de otra supuesta relación de causa a efecto, cuando no es el propósito de la reforma planteada: que va a afectar la inversión extranjera y el libre comercio, incluyendo el TMEC (Tratado México Estados Unidos Canadá). No hay la menor lógica: ¿entonces el aparato judicial mexicano no funciona porque no afecta a la inversión extranjera ni al libre comercio? ¿Israel Vallarta está en la cárcel por la inversión extranjera y el libre comercio, que hacen que en el estado de Durango se coloque en juzgados a decenas de familiares? El embajador estadounidense Ken Salazar tiene la suerte del laxismo del aparato judicial mexicano y del Ejecutivo, por lo que dicta "la 33" (el artículo 33 de la Constitución mexicana: "los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país"). Otra cosa es que, sin que se sepa bien a bien qué camino va a tomar, esta reforma sea criticada de antemano por parte de la alta finanza, tipo Citibanamex, Fitch o Morgan Stanley. Debe ser consigna, porque a Salazar -cuyo apellido no es de origen latino, sino hispano southwestern roots- se le ocurrió decir que la Reforma Judicial, además de favorecer a políticos y narcos, "amenaza la histórica relación comercial construida entre México y Estados Unidos".  Salazar es muy de la época, porque agrega que respeta la soberanía nacional mexicana (sí: el estilo de hoy es "con todo respeto, te voy a partir la madre"). No hay absolutamente nadie en México que haya establecido alguna relación entre la reforma y el libre comercio o la inversión extranjera. Y ni siquiera porque desde 1994 se hagan con el libre comercio cosas que van contra la legislación mexicana.

    Al ser electa, Sheinbaum tuvo que correr a nombrar al titular de Hacienda y a "tranquilizar a los mercados" mediante las mil y un reuniones con gente de negocios. Ahora, Estados Unidos, sin importar las incoherencias, sale con otra cosa y otra más para chantajear de tal modo que Sheinbaum no haga mucho caso de López Obrador, se "orille a la orilla" y se atenga a lo que "se tiene que", no vaya a ser que se fuguen capitales, se devalúe la moneda o se frene la inversión extranjera por una reforma judicial. Al rato por una supuesta "sobrerrepresentación", por la institución electoral o por cualquier otra coartada, con tal de "crear un topón" y "cerrársele" al menor intento por distanciarse del "modelo" instaurado desde los '80.  Es al mismo tiempo "correr al centro"" para que haya convergencia en la subordinación a Estados Unidos y dividir para reinar. Con lo que sea. Es harina de otro costal cómo se elijan los jueces y qué se pueda hacer para que haya en México menos injusticia e impunidad. Por cierto, tampoco es que ahora vayan a ser magistrados "el Tuercas", "el Patotas", "el Charlie" y "el Muñeco". Ken, la alta finanza y unos cuantos más se invitaron solos: es el problema de ponerse al open house con todo el país. Encima de llegar de gorrones, hablan como si estuvieran "en estado inconveniente" y "se pasan" con los asistentes, que, como Ricardo Monreal, en vez de hacerla de sacaborrachos les manifiesta él también "todo su respeto, aunque no haya que hacerles caso" ("con todo respeto, me vales madre"). Ahora no se sabe si la gente es "respetuosamente grosera" o "groseramente respetuosa". Have a nice day. De los contadísimos países en los que se elije directamente a los jueces, uno es...Estados Unidos. (da click en el botón de reproducción)



martes, 20 de agosto de 2024

MÁS ARTIFICIAL, MENOS INTELIGENTE

 A diferencia del pasado, hoy no se hace mayor proyección de algún "futuro luminoso" o de alguna "utopía", aunque esta palabra significa "en ninguna parte". Lo que se ha creado como expectativa es a lo sumo lo dicho por la Agenda 2030 de Naciones Unidas -destinada a lograr el "desarrollo sostenible"- y por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Gran parte de dicha Agenda no se cumplirá, aunque el capitalismo tiene capacidad de reducir la pobreza extrema (la indigencia o miseria) y conseguir ser "sostenible", en el sentido de evitar derrumbes o colapsos como los que llegaron a anticiparse con la Gran Depresión de los años '30. Uno de los asuntos controvertidos tiene que ver con el cambio climático: no que no exista, sino que hay diferencias sobre las causas. De los objetivos (son 17) de la Agenda 2030 es probable que pueda avanzarse en materia de pobreza extrema (no de pobreza), de mayor igualdad para la mujer (en lo que se entiende o malentiende por "empoderamiento"), y de medio ambiente: el capitalismo no forzosamente liquidará por doquier el entorno ambiental, aunque sea porque la ecología, como parte de la pobreza extrema y del feminismo, se han convertido en negocio, para ampliar "nichos de mercado". Menos pobreza extrema es en parte algo más de consumo, como la entrada de mujeres al mercado de trabajo y el corporate greenwashing. La idea de un "colapso ecológico" suele hacer que se crea en factores "externos" a las relaciones humanas (relaciones sociales): huracanes, tsunamis, sequías, cambios de temperatura, lo que se quiera. En cambio, no se cree que el capitalismo pueda ir generando desde dentro, desde el tipo de relación humana y social que genera, un deterioro progresivo, es decir, deshumanizante.

      El WEF ha agarrado la creencia en un "capitalismo inclusivo", que atienda a todos, y a los designados como "vulnerables": originarios y afrodescendientes, mujeres históricamente relegadas por el patriarcado, jóvenes con sueños (es decir, con deseos e ilusiones), discapacitados que no eran tomados en cuenta al ser dados por "minusválidos", y hasta animales, para que no sean objeto de maltrato. Además de esta "oferta", no exenta de significar nuevos "nichos de mercado" -como lo son las minorías sexuales-, está en ciernes la que entronca con la Agenda 2030 en la introducción de energías renovables para la "descarbonización", pese al desacuerdo sobre el origen del cambio climático. Adicionalmente, ya despunta algo más propio del WEF: el uso de Inteligencia Artificial (IA). Cabe agregar cierta pasión por la robotización. En todos los casos, se trata de técnicas, y como lo ha dicho el extinto estudioso de la técnica, Bernard Stiegler, es un remedio o un veneno (pharmakón), lo que es muy fácil de constatar. El automóvil puede ser de gran utilidad, pero también contribuir a perder horas en un embotellamiento irracional. El teléfono celular puede ser útil, pero también algo que aliene, si se está pendiente más de este objeto que de lo que sucede en el entorno, desde la calle hasta el hogar. La técnica en sí es neutra, aunque, por ser mercancía, algo que se compra y se vende, en el capitalismo se la convierta en fetiche, algo también fácil de probar: no falta quien crea que tiene algún poder especial, casi mágico, por tener un Ferrari o la última marca de iPhone. En este sentido, las energías renovables (eólica, solar, etcétera) o la IA pueden ser útiles, pero también ser convertidas en fetiche: no es difícil probar que más de uno cree en la IA como en un poder casi mágico que le va a responder a todo, sin saber cómo está hecha por seres humanos. Ni las energías renovables, ni los coches eléctricos, ni la IAA son seres vivos. Son remedios o venenos según se usen, como la Internet, el teléfono o la televisión. Ahora bien, las condiciones de uso dependen de relaciones humanas y sociales, porque las "cosas" no hacen nada solas: un avión no vuela solo (ni un dron), un teléfono no "cotorrea" solo, un iPhone no manda mensajes solo, la ""caja idiota" (la TV) no "habla". Así que no hay nada que indique que nuevas técnicas impliquen un mundo humanamente mejor: después de todo, cualquiera puede ver qué hubo en el mundo cuando se descubrieron la máquina de vapor, el telégrafo o la radio. En 1900, la gente andaba de lo más "quitada de la pena".

      Volviendo a la Agenda 2030, no hay por ahora signos claros de lo siguiente: de que se tendrán fuertes crecimientos económicos (ningún organismo internacional lo tiene previsto, y más bien, si se habla de "atonía", es por "falta de tono" o "vigor"); de que habrá reducción de las desigualdades;  de que mejorarán la salud y la educación, su calidad y el acceso a ambas (más bien la tendencia es al deterioro, incluso en países desarrollados); o de que habrá más paz y justicia. Dejamos de lado lo que ocurra con el agua y con los bosques, habiendo situaciones diversas en el planeta, o lo que ocurra con la infraestructura ("conectividad", "movilidad", etcétera). Si se observa correctamente, pueden darse novedades técnicas, pero, dejando de lado la problemática del crecimiento (que mide el ritmo de acumulación de capital), no hay elementos para creer firmemente en mejoras de humanización como en la salud, la educación, la seguridad, la justicia y el problema de las desigualdades. No puede excluirse la conjugación de nuevas técnicas con un mayor deterioro humano, y no sería nada nuevo: por ejemplo, desde el seductor de la patria se creó en México una imagen del Porfiriato de "buena economía" (los ferrocarriles, la entrada de inversión extranjera, etcétera) a la que le habría faltado "buena política" (democracia). Sucede que, economía y política aparte, lo que ocurrió en el Porfiriato con la propiedad y el trabajo fue una calamidad que preparó la Revolución. Los salarios bajaron, para quienes los recibieran y no tuvieran que estar con tiendas de raya infamantes, y los despojos se incrementaron para precipitar la concentración de la tierra, todo pese al Paseo de la Reforma y las novedades técnicas.

      El gran capital es el que ha apostado por las energías renovables, la IA, la digitalización e informatización de todo lo posible y algunas cosas más: no es un secreto que lo enumerado supone, digamos, un "problema" para el empleo, porque se tiende a remplazar "trabajo vivo" (de personas) por "trabajo muerto" (de máquinas), sin contar el efecto mental de estar rodeado de "cosas automáticas", si se recuerda el filme Tiempos modernos, de Chaplin, sobre lo que fue la cadena de montaje. Más máquinas y menos personas supone dos cosas: una tendencia a menos creación de ganancia (no la crean las máquinas, sino que la crea el trabajo, y las máquinas NO trabajan, como tampoco "trabajan esos chilaquiles") y a menor capacidad de consumo (que se puede paliar en parte con programas sociales). Aunque se tenga la expectativa de mayores ganancias gracias a nuevas técnicas, no es más que el fetichismo de algunos ricos, porque nada está exento de contradicción, y en este caso, de problemas sociales en el empleo, el consumo, la enajenación a máquinas, etcétera. Más bien pueden aumentar la precariedad y la inseguridad, y a través de éstas, la deshumanización, al grado de perder de vista lo que distingue lo humano de lo no humano. Es en este sentido que, fuera de promoverse como "inclusivo", con la creencia de que "habrá para todos", el capitalismo que venció al socialismo no tiene mayor ejemplo de sociedad que proponer, salvo la vaga idea de una "Gran Clase Media Universal", herencia de la segunda posguerra, mientras otras tendencias no indican mayor movilidad social ascendente ni mejor calidad de vida para "todos". Si acaso, tendría que retomarse un fuerte crecimiento, bajo el supuesto (no probado, por lo demás) de que, si "crece el pastel", habrá mayores pedazos para "todos", o para las "tres cuartas partes". No son las expectativas de los organismos internacionales, ni se cumplirá la dimensión social de la Agenda 2030, ni hay automatismo del estilo del WEF que garantice que un "mundo verde", "limpio", etcétera, solucione problemas sociales que se atienden poco o por encima, para "salir del paso" y ""controlar monitoreando", y que pueden seguir descomponiéndose -como la educación y la salud- hasta que tal vez huela bastante a putrefacto. Por ahora, no falta quien crea que la librará con su aromatizante de vainilla, fresa o canela, y que queriendo ser incluido pase por encima "de todos menos consigo" (mismo). El Foro Económico Mundial ya ni siquiera habla de sociedad, porque sociedad ya no hay, ni interesa que la haya si es algo realmente en común u organizable: lo putrefacto es lo que, al descomponerse, se va desintegrando, en grupos de interés, comunidades, familias e individuos; el caos como lo único estable y garantía de desorganización (da click en el botón de reproducción).



domingo, 18 de agosto de 2024

AL ESTILO AMERICANO

 Parte del espectáculo creado alrededor de la captura en Estados Unidos de Ismael El Mayo Zambada consiste en decir todo y su contrario: hablar para que las cosas no se aclaren u "ocultar mostrando", algo barroco. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, tuvo la gentileza de enredarla todavía más. Afirmó casi que había gente en El Paso, Texas, en Estados Unidos, que vió un objeto volador no identificado (ovni) y le gritó desde tierra: "oh, please come, come on, please come here", a lo que sorpresivamente el objeto dió una vuelta, fue bajando y finalmente aterrizó. Se bajó un tipo llamado Joaquín, pidió un intérprete y afirmó: "¿a que no saben qué les traje?". No había terminado de decir "pues nomás chequen" que bajó Zambada y lanzó: "ya llegué". Claro, Estados Unidos no tuvo que ver en nada, y Salazar se siguió hablando de "cooperación", cuando él mismo dió a entender que no hubo ninguna, puesto que no "se" sabe de dónde diablos salió el avión, ni de dónde despegó, ni cómo voló, ni si había o no algún acuerdo con un "Chapito", etcétera. Zambada le puso su toque de salsa a través de su abogado al decir que "lo agarraron los sheriffes/todos con pistola en mano", y que él nada más iba a hacer una llamada de teléfono, o lo que es más, ya que ya saben ustedes "que la violencia no funciona", a platicar con un par de políticos sobre el rectorado de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), porque el Mayo es todo un académico y un político, además; pues que llega al punto de encuentro, lo meten a un cuarto y sale volando para caer en Texas, pues como que no son ondas, uno queriendo mejorar el plan de estudios y otros en otro plan, etcétera, etcétera.

       Dejando de lado lo dicho por la periodista María Idalia Gómez, en el sentido de que lo propio de las operaciones de inteligencia es enredar las versiones como cortina de humo para que no se sepa de lo ocurrido, alguien se quemó. En efecto, la periodista Anabel Hernández ya no parece tener interés en México, sino en servir a Estados Unidos, que le ha querido "meter un calambre" a la autodenominada Cuarta Transformación. Anabel Hernández ya había mostrado su poco cuidado de las fuentes: en alguna ocasión, "le dijeron" que Joan Sebastian era algo así como el campeón del narco, y lo repitió, lo que le valió que la ex del cantautor, Maribel Guardia, le pidiera pruebas: videos, audios, lo que hubiera. Nada. Es que "le dijeron", como siempre "La Jennifer" y otra gente de la DEA (Drug Enforcement Agency-Agencia de Control de Drogas, que metió en México a Edgar Valdéz La Barbie). La segunda fue que Lucha Villa ligaba con un narco. También "se lo dijeron" a la periodista. A ver: no es que en una ocasión Villa no haya ido a ver al narco, pero es algo que carece de relevancia si no se precisa, más si fue en una ocasión y por un momento, no lo suficiente para quemar así a la Grandota de Camargo. Igualmente, Joan Sebastian perdió dos hijos baleados, pero en el segundo caso el cantautor dió una larga conferencia de prensa explicando el origen de su dinero, entre otras cosas para que no le fueran a catear la casa indebidamente. Finalmente, Anabel Hernández optó por lo que "le dijeron testigos protegidos" para sacarse de la manga historias del estilo "pues que estaba el candidato en un mitin y luego se fue a un cuartito con El Grande y salió del lugar con maletines llenos de dólares". Menos mal que no con joyas, como Lucha Villa. No es nada más que Anabel Hernández tal vez deba diversificar sus fuentes; es que, digamos, debiera "cambiar de Cártel".

      La segunda víctima es...la oposición encabezada por Claudio X. González y carita de "yo no fui" María Amparo Casar, ligada a un grupo muy bien llamado Nexos. Resulta que ambos encabezan Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), organización de la siempre muy inocente "Mme La Sociedad Civil", como la llamaba José Joaquín Blanco. Pues bien, mientras Ken Salazar afirma que todo está como en Disneylandia, resulta que "la embajada" se la pasó el sexenio que termina financiando a MCCI, junto con National Endowment for Democracy (NED-Fondo Nacional para la Democracia) y la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). Ya ha habida ocasión de decir cómo, por su parte, la Open Society Foundation de George Soros metió su cuchara en el feminismo universitario. Todo muy al estilo de Bugs Bunny preguntando "¿qué hay de nuevo, viejo?". Dicho sea porque, desde los años '80, como ya ha habido ocasión de decirlo, el Comité de Santa Fe reaganiano decía que Estados Unidos debía fortalecer a la sociedad civil: todo el mundo empezó a hablar de esta Mme y a sentirse "miembro de la sociedad civil", además de creerse que las organizaciones no gubernamentales son  hermanas de la caridad, cuando suelen recibir dinero del extranjero e incluso de gobiernos del extranjero. Ahora resulta que los tentáculos de Estados Unidos llegan todavía más lejos. Ken dice que no se mete en nada: caray, claro, no es él, sino el dinero de "la embajada" el que se mete. Ken "nada más" opina sobre la reforma judicial mexicana, con toda imprudencia, y advierte que "no se metan con su TMEC" (Tratado México Estados Unidos Canadá). "Estamos Unidos, mexicanos" se convierte en "Estados Unidos, mexicanos", desde que en los años '80 en la capital mexicana, entonces Distrito Federal, ya empezaba a haber mucho en inglés. Cómo se pasa la vida, parafraseando a Ricardo Garibay (da click en el botón de reproducción).



viernes, 16 de agosto de 2024

A VER A QUÉ HORAS

 Como en otros territorios de América Latina, en el del actual Ecuador la población indígena u originaria, como se quiera llamar, es bastante diversa. Pese a "levantamientos" en los '90 que sorprendieron por inesperados, cuando se estaba a 500 años del Descubrimiento de América, es falso que en todos los casos hayan sido "500 años de resistencia". Los pueblos originarios del actual Ecuador estaban sometidos al imperio inca y se le resistían en más de una ocasión. Por lo mismo, hubo grupos que en la llegada de los españoles se les unieron -como los cañaris, en la sierra centro-sur-, al igual que los tlaxcaltecas en el actual México contra los aztecas. Otros, como Rumiñahui, pelearon en parte contra imposiciones incas y contra los conquistadores españoles. Es una historia difícil de aprender, por la "guerra civil" inca. Hubo también grupos transportados desde otros lugares del imperio inca al "Ecuador", en calidad de mitimaes. Hasta la actualidad, los pueblos originarios del Ecuador son muy diversos: algunos son más bien prósperos y hacen comercio en el extranjero, de Estados Unidos a Europa Occidental, y se los puede encontrar por lo demás en algunas calles céntricas de la Ciudad de México, porque son grandes artesanos: son los otavaleños, de Imbabura, al norte de Quito, capital ecuatoriana, y bien integrados igualmente con el turismo. Otros indígenas son llamativamente pobres, en la sierra centro, y presas fáciles de sus cabecillas; algunos más son hoscos y aguerridos, como los saraguros, en la sierra sur. Los indígenas amazónicos son un mundo aparte. Es por lo mismo que las diferencias políticas no escasean, y que no es fácil tratar con varios líderes que tienen sentido de estamento, como si no hubiera problemas dentro de los distintos grupos. Los hay tempranamente ligados a Estados Unidos y con gente de estudios en el extranjero. Al actuar como estamento, es decir, primero como grupos indígenas y después como ecuatorianos, no hay sentido de ciudadanía, es decir, de igualdad con los demás ecuatorianos, y más de un pueblo originario ecuatoriano puede pasar de ser discriminado de la peor manera a sentirse "especial" y con una mezcla de derechos y privilegios. En cada elección, los indígenas se lanzan aparte, incluyendo indígenas "a medias" como Yaku Pérez, y no es raro que terminen votando por el patrón, es decir, a la derecha. Aún así, la Revolución Ciudadana (RC), ligada al ex presidente Rafael Correa, ha logrado avanzar en parte de los territorios de fuerte presencia indígena, como Imbabura y parte de la sierra centro. En las elecciones venideras, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) ya tiene "su" candidato, Leonídas Iza.

      Para aunar a la diversidad, los indígenas amazónicos tienen desde los años 50 influencia de evangélicos estadounidenses -aunque en una que otra ocasión los contactos terminaran mal- y la tuvieron después por parte del Instituto Linguístico del Verano. Si bien el "levantamiento"" serrano de 1990 fue previo a una moda que se instaló en 1992 y que ignora la historia (también los amazónicos han acostumbrado pelearse entre sí, legos de cualquier "vida en comunidad" idealizable), la antropología, en gran medida estadounidense, ha hecho un gran daño, junto a quienes creen en las universidades en lo que quieren ver de los indígenas, y no en lo que son, sea para bien o también para mal. Detrás está la creencia libertaria y hippie en la "vida en comunidad" (sí claro, los amazónicos intercambiaban como signo de paz incluso las mujeres) y en la "fusión con la naturaleza", pero suelen haber comportamientos -los pudieron constatar quienes trataron a los huaorani- en los que los grupos sacrifican a su propia gente. Los indígenas en conjunto son una minoría de la población, y cerca del 60 % se concentra en la sierra centro-norte, además de un 14 % en la Amazonía, dependiendo de las fuentes  (algunas dan cifras más altas para sierra y Amazonía). Ahora bien, los indígenas ecuatorianos en conjunto no llegan ni al 10 %% de la población (siete por ciento aproximadamente, según la Comisión Económica para América Latina-CEPAL). Esto quiere decir que tienen cierta facultad de "arbitrar" votaciones mientras se les haga caso y las elecciones sean reñidas, pero no queda claro por qué las universidades ya no pueden dar cuenta de los problemas del 90 % o más de la población.

      Ante el verdadero problema que representa gente con un "sentimiento aparte" e imprevisible, la RC ha decidido volver a lanzar como candidata a la presidencia a Luisa González, de la provincia costera< de Manabí, bastión de la misma RC y tierra liberal por excelencia. González quedó casi empatada con el actual presidente, Daniel Noboa, que consiguió buen respaldo en la sierra centro y centro-sur. Luisa González tiene gran inteligencia práctica y experiencia de gobierno: es una forma peculiar de intuición para no dejar sin resolver los asuntos de gobierno. Sin embargo, esta vez va para vicepresidente Diego Borja, quiteño, como llamada a gente de centro y centro-derecha, pero también a una parte de "las izquierdas"; Borja no es "correísta", antes bien, al contrario, y tiene por lo demás una buena calidad profesional. Ya existe el antecedente de que hay quienes, ligados al empresariado, como Carlos Rabascall (atraía más votos que los indígenas), pueden atraer votos para la RC. La idea es no depender de la última arbitrariedad indígena para tratar de ganar, de ser posible, en la primera vuelta en 2025. Se entiende que, en parte, la RC se recorre al "centro", pero aquí es ante la apremiante necesidad de evitar que el Ecuador termine de desplomarse como Estado fallido. La derecha y Estados Unidos han estado buscando hacer lo de siempre: además de lanzar a Noboa, que no da una, "dispersar el voto" con candidaturas de ocasión, a lo que puede contribuir parte de la izquierda, y con la idea de obtener "su parte" en lo que el ex vicepresidente Jorge Glas llamó "la patria del tongo": de reparto clientelista. La "dispersión del voto" se juega entre los "intereses especiales" de los indígenas y los clientelistas de ocasión, lo que implica que Estados Unidos apuesta a la vez por la modernización de fachada ("modernización pasiva") y por mentalidades retrógradas. Con Borja se dificulta el "anticorreísmo".(click en el botón de reproducción).



lunes, 12 de agosto de 2024

PARA ABRIL O PARA EL MAYO

 Quedan sin problemas los campeones del fentanilo, los Guzmán Salazar (Iván Archivaldo y Jesús Alfredo), y al chisme durante días sobre la captura de un viejón al que no le queda mucho de vida, y de quien no se sabrá qué cante: no se supo del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, ni de Joaquín El Chapo Guzmán. Todo el mundo tiene "la" fuente, una "garganta profunda", y casi nadie algún análisis que vaya más allá de lo que podría terminar siendo que Ismael El Mayo Zambada estaba sentado en una marisquería de Culiacán, sintió que giraba 360 grados, se cayó y al despertar estaba en El Paso, Texas, sin que nadie, ni el propio Mayo, pueda decir algo certero, ni siquiera recordar que el señor parecía estar esperando su pensión de adultos mayores más que dedicándose al fentanilo, que no era su especialidad; prefería cocaína y marihuana. La gracia de los medios de comunicación no es pensar, sino "hacer revelaciones"" porque el sensacionalismo es rating.

      Maria Idalia Gómez es de la poca gente del mundo periodístico que dijo lo plausible: la caída del Mayo le vino bien a la Demócrata Kamala Harris, que busca remontar en campaña: ¿por qué nadie lo dijo en México, cuando casi todo el mundo se la pasa amarrando la coyuntura mexicana a la estadounidense? Dicha caída le cayó como un gran trofeo al gobierno del presidente Joseph Biden, por si acaso pareciera que fuera incapaz de frenar a los "mexicanos asesinos". El gobierno mexicano ni se enteró, pero lo cierto es que, hace poco, Andrés Manuel López Obrador, mandatario de México, tuvo que recordarle a la presidente electa, Claudia Sheinbaum, que no tiene por qué tomar partido -muy en concreto, contra Donald J. Trump- en las elecciones estadounidenses. Sheinbaum se dejó llevar mediáticamente, ya que es, a fin de cuentas, en cierta medida un fenómeno mediático; ni se diga Kamala Harris, que brilló cuatro años por su completa ausencia, y que comparte con Sheinbaum la cortedad de miras. Seguramente deba entenderse que no habría mayor "bien" que Harris-Sheinbaum, por orientación y porque es supuestamente "tiempo de mujeres"". Maria Idalia Gómez sugirió que la caída del Mayo está también para tener controlado al gobierno de México. Al parecer, quedan dos tipos de orientaciones: la del que, como decía José Martí, siendo aldeano cree que "su aldea es el mundo entero", y la de quien cree, como decía Carlos Fuentes, que en los '80 nació ya la primera generación de chicanos de este lado de la frontera, en México. Ni la menor capacidad de ver qué hace Estados Unidos, que es ver por sus propios intereses, calcular y, volviendo a María Idalia Gómez, manipular para beneficiarlos. Lo que se quiere decir es que, a diferencia del pasado, cuando se tenía precaución ante los intereses ajenos, porque se los veía como tales, hoy o no se los ven, o más de uno se siente parte de ellos. ¿Hay que recordar a las legisladoras en el Congreso mexicano haciendo campaña por Hillary Clinton?¿A los universitarios con pósters de Hillary en sus cubículos?¿Lo dicho por Arturo Zaldívar sobre Taylor Swift?¿La operación Rápido y furioso?¿El pedido de "enchilada completa"?¿Que un hermano y un hijo de Zambada colaboran con Estados Unidos, como los Guzmán López?¿Que Biden fue el primer extranjero en abalanzarse a felicitar a Sheinbaum? La tirada es Harris-Sheinbaum. Mientras en México se interpreta como "dos mujeres, un camino". Y cada historia de algún narco pasado a la congeladora y silenciado es como la de García Luna: "del dinero y de Camelia, nunca se supo nada". Entre otras cosas porque la hábil fue Camelia, no Emilio Varela. Tiempo de mujeres. A la siguiente va a ser el de Laurita Garza, la maestra de la escuela.

      Maria Idalia Gómez dió información suficiente para mostrar que Estados Unidos manipula a México cooperando lo mínimo. Una agencia estadounidense tiene todo sobre lo sucedido entre las 10 de la noche y las 3:59 de la mañana en Iguala y alrededores cuando desaparecieron los 43 de Ayotzinapa. Hasta hoy, es información que Washington, capital estadounidense, no ha querido darle a México. ¿Eso es un "matrimonio que no puede divorciarse", como dice Sheinbaum? Es que no parece llegar siquiera a "amigos con beneficios"; tal vez es "50 sombras de Grey".

     Si llega Trump, habrá dificultades con la Demócrata Sheinbaum y su gabinete Demócrata. López Obrador intentó gente menos "izquierda caviar": Rocío Nahle, Rosa Icela Rodríguez, Adán Augusto López Hernández. La corriente mediática empujó a escoger entre Marcelo Ebrard y Sheinbaum. Así que, para no pasar un mal rato, no debe faltar mucho para que empiece en México la campaña por Kamala. Kamala, carnal. Tiempo de mujeres (da click en el botón del bienestar, perdón, de reproducción))



domingo, 11 de agosto de 2024

LO MÁS SEGURO ES QUE QUIÉN SABE

 Dentro de los pronósticos actuales sobre la economía internacional, se habla de recesión o de "crisis", sin que se sepa qué viene y, a decir verdad, sin que se entienda bien a bien qué "crisis". Dicha economía, salvo en parte por el dinamismo de China, no se repuso del todo de la llamada "Gran Recesión" de 2008, y andaba con más problemas en ciernes cuando se dió la Covid-19. Siguieron la inflación, atribuida a las más diversas causas, y mucho de inercia. Se está en buena medida a la expectativa del efecto de los más recientes cambios tecnológicos, de las energías renovables a la inteligencia artificial. Pero de recuperación sólida y duradera de la economía internacional, nada, salvo la incertidumbre. Para ser lo más precisos que se pueda, la economía capitalista -sin que se la llame como tal, sino "de mercado"- no ha vuelto a vivir una Edad de Oro como la que tuvo por cerca de 20 años o un poco más, de 1945 a 1965/67. Para tomar el caso de México, no ha vuelto a haber ningún "milagro mexicano" ni "desarrollo estabilizador", a diferencia de la segunda posguerra.

      La economía internacional comenzó a dar signos de crisis a finales de los '60, con inestabilidad cambiaria y problemas en Estados Unidos, lo que llevó al acontecimiento clave de 1971: la supresión del patrón oro-dólar, vigente desde 1944. Algunos consideran que la crisis comenzó un poco después, con un primer shock petrolero en 1973-1774, lo que implica que a veces se prolongue la Edad de Oro casi hasta 1975 ((los "treinta gloriosos" años). Se entró entonces en "estanflación", estancamiento con inflación, y a la vuelta llegó otro shock petrolero, en 1978-179, seguido de recesión 1981-1982 y luego de un atisbo de crisis financiera en 1987; la década de los '90 se fue en una crisis financiera tras otra (México, Brasil, Rusia, Asia), luego llegó la "burbuja.com" y el "efecto tango"; unos años de aparente recuperación, y a la "Gran Recesión" de 2008. A falta de estabilidad y solidez comparables a los años de la segunda posguerra, unas dos décadas continuas o un poco más, no es difícil decir que, de tumbo en tumbo, se vive en "crisis" desde hace décadas o, para ser más precisos, desde hace más de medio siglo, a reserva de saber si se saldrá o no: es la crisis más larga en la historia del capitalismo, de lejos, en comparación con menos de un cuarto de siglo a finales del siglo XIX o en el periodo de entreguerras. Hay generaciones que no han conocido más que "la crisis". Fuera de una que otra cosa esotérica, del tipo "la Era de Acuario", ni el Foro Económico Mundial puede decir si el cambio tecnológico traerá algún nuevo periodo de estabilidad, más o menos prolongado. Los pronósticos más recientes hablan de "atonía" (!) cuando menos hasta 2026, ya cerca del fin de la Agenda 2030, que no se cumplirá. Tampoco hay buenos pronósticos para la economía mexicana. En todas estas circunstancias, se prefiere la anestesia: "vivir el momento", algo así como "un día a la vez" (tipo Alanon -Alcohólicos Anónimos), sin tomar en cuenta el pasado ni tener mayor expectativa a futuro.

     Si se toma la economía mexicana, da síntomas de inestabilidad desde el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976), cuando el peso se devalúa y se acaba el "milagroso" cambio a 12.50; lo que se perfila como "abundancia" no es sino endeudamiento que crea la crisis de 1982, seguida de la crisis de casi todo un sexenio (Miguel de la Madrid, 1982-1988), con los "ajustes"; nuevas promesas y, a la vuelta de la esquina, en 1994, la economía "prendida de alfileres" y el "error de diciembre", seguido del Fobaproa para "diferir" la crisis; un esbozo de tranquilidad y los efectos de la "Gran Recesión" de 2008, más los efectos terribles del libre comercio, no mencionados; a la vuelta, los efectos de la Covid-19, en parte como pretexto, y la inflación más o menos duradera. No hay manera de saber de dónde pudo sacar el presidente Andrés Manuel López Obrador que México iba a crecer al seis por ciento (ah, casi, es que se atravesó el coronavirus...). Con el sexenio de Enrique Peña Nieto, sus reformas y el Pacto por México, se iba a salir de la mediocridad y México iba a ser una gran potencia. Ahora viene otro milagro, el del nearshoring. Hasta ahora, sin salir de la crisis, ni tener nada realmente parecido a la estabilidad de la segunda posguerra. La promesa de turno es la "prosperidad compartida", entiéndase que los empresarios van a compartir, salvo que se trate de que sean los trabajadores que "compartan" con los empresarios. Ni tan original: el Foro Económico Mundial tiene un rato hablando de "compartírnosla", pasando del capitalismo de accionistas (shareholders) al de "partes interesadas" (stakeholders), los "impactados por la decisión de la empresa". Al mismo tiempo, no hay realmente nadie que imagine algún futuro ya no se diga de prosperidad, sino de estabilidad. Lo que se ha vuelto más estable, hasta nuevo aviso, es el estado de crisis. Eso sí, con algo de Arca de Noé: "sálvese quien pueda, y yo primero". De alternativas, no se habla: es tabú, y de lo que se trata es de saber si va a haber para "compartir" o no va a haber. También parece un hecho que no hay colapso o derrumbe a la vista, menos si se cree que son cosas de alternativas fallidas. Nunca falta quien "se alquila para soñar" y repite algo sobre el "mundo multipolar", aunque francamente no es para mañana o pasado. De "transición" no se puede hablar, porque supone ir de un punto A a uno B y hace rato que ni idea de "B". En fin, en el 2026 nos echamos una platicadita, y mientras pues...vamos viendo ((da click en el botón de reproducción).



sábado, 10 de agosto de 2024

GAME OVER

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viernes, 9 de agosto de 2024

YO YA NO ESTOY PARA ROSAS. CAMBIÉ DE APPROACH.

 El lenguaje de más de un mexicano, en particular el capitalino, se ha empobrecido notoriamente, dejando de lado el uso reiterado del "wey" (buey), no tan nuevo. Ahora no es raro decir de algo que está bien que "está chido" o "es muy chido" o ""bien chido". La otra palabra llena de fragancia al chilango: un "problema" es algo que no huele muy bien, un "pedo", así que "no hay pedo", o alguien "trae un pedo", o está "metido en un pedo", o pregunta "¿cuál es el pedo?", o si está borracho está "bien pedo", o trae un "mal pedo", o simplemente pregunta "¿qué pedo?". Lo que cabe hacer notar, además de la extrañeza de otros latinoamericanos ante este "delito en fragancia", es que es lenguaje lumpen, adoptado desde los años '80, y que remplaza al mexicanísimo lenguaje que cuando algo estaba bien decía que "era padre", "estaba muy padre" -lo que ahora se usa poco- o "a toda madre" (los regiomontanos dicen que algo está "con madre", por ejemplo "cantan con madre"). Así que nada más faltaba un "padre a toda madre" o una "madre bien padre". Además, el otro no era antes un reiterado "wey", sino "mano" (de "hermano"), llegándose a usar el "mana" o "manita", también. El otro estilo, el lumpen, empezó con los "chavos banda" en los '80, de Observatorio, en la capital ("Los Panchitos"), pero no es "mexicanísimo", sino marginal. Nada más que el marginal llega a estar en el centro. Los demás es banda, pero sinaloense, bravuconada rebajada, ya no el honor del charro. Sobre "este pinche pedo"", cabría agregar que no es del mejor aromatizante cuando el gringo racista dice del mexicano que es un beaner ("frijolero"), y no precisamente por el epazote.

        Recientemente, un youtuber logró meterse en Guadalajara en territorio del CJNG (Cártel Jalisco Nueva Generación), que incluye pandillas. Llama la atención de éstas, como de las antiguas maras salvadoreñas, el uso de tatuajes, frecuente entre jóvenes y no tan jóvenes (hasta la presidente electa tiene uno, eso sí, chiquito). Esto no quiere decir sino lo consabido desde hace mucho: el tatuaje es cosa de bajos fondos (alguna vez lo fue de marineros malencarados). Lo otro es la gorra con la visera al revés. Así, una parte de la clase media se entusiasma por los tatuajes, propios del mundo lumpen, cree que después de todo "está chido"" y que "no hay pedo", para que sea completo. El tatuaje es generacional, no marca de pertenencia nacional.

        El mismo youtuber logró entrevistarse con un sicario mayor del CJNG, y resulta que trabaja "para la empresa", como la llama, además de creer en Dios: no tiene demasiado miedo, no más que el niño con temor a ser golpeado por su madre o la señora por su hombre. Se levanta temprano y "trabaja para la empresa" buena parte del día, ganando un salario semanal casi de clase media. Al rato resulta que es un "hombre de bien", porque hace cosas "por la comunidad". Así que el crimen organizado es "de bien" y parte de la clase media no se mete con él, ni lo llama siquiera por su nombre, y no le importa mientras sepa que, a fin de cuentas, hace circular dinero. Al mismo tiempo, se adopta algo del estilo pandilleril: lenguaje, tatuajes, algunas formas de vestir, por lo demás bastante americanizadas.

       El otro día, una muchacha (tez morena, pelo muy negro) entró con su madre, que traía unos pequeños pants ajustados, a un pequeño local a sacarse unas fotos. Agregó: "paso al rato por ellas, thank you". Es como un integrante del grupo Matisse -en el que Román y Melissa Robles explican sus pedos literales al público, y cuándo se los echan- que no se aproxima a un tema, sino que explica cuál es su approach. Todo entre lumpen y americanizado, siendo por lo demás que las cosas se anudan en las pandillas de eLEI (LA, Los Ángeles). Ni pedo, así va parte de México, y a más de uno le parece chido, según su approach. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 7 de agosto de 2024

QUE NO LES DIGAN, QUE NO LES CUENTEN

 Cuando el actual gobierno del Ecuador asaltó la embajada mexicana en Quito, capital ecuatoriana, los medios de comunicación masiva hicieron lo que saben hacer, ideología: desplazaron el tema central, que era la persona de Jorge Glas, para armar un escándalo, en gran parte de imagen, como si el tema más importante no fuera una vida, sino el honor de México. Cuando menos, México no dejó caer a Glas en el olvido, aunque esta persona es rehén de una necesidad política, demagógica y mercadotécnica del presidente ecuatoriano Daniel Noboa, además de la necesidad de congraciarse con Estados Unidos. Se da de Glas la imagen de corrupto, aunque no lo sea, para hacer pasar a Noboa como campeón de la decencia, luchador contra la corrupción y la inseguridad, sin que importe en lo más mínimo que no logre hasta ahora recapturar al mafioso Fito Macías o que tenga a una canciller fuera de la ley, la señora Gabriela Sommerfeld, al tener vínculos con paraísos fiscales, sin haberlos reportado a la Contraloría. En rigor, la canciller no está legalmente facultada para tener el cargo.  En el Ecuador no es posible tener cargos de funcionario si se tienen negocios en paraísos fiscales.                   

        El Ecuador cuajó como nación hasta muy tarde, hacia finales del siglo XX, al sumarse la riqueza petrolera de la Amazonía al conjunto, agregando una región selvática hasta entonces no muy tomada en cuenta, salvo por el hecho de que alguna vez el Perú le quitó al Ecuador la mitad de su territorio, justamente en la Amazonía, de tal modo que los mapas oficiales ecuatorianos reivindican hasta hoy esa porción de territorio. Al mismo tiempo, la "cuestión indígena" ha servido para marcar contrastes entre la costa, muy favorable a la RC (Revolución Ciudadana, presidida por Luisa González), y la sierra, conservadora, una antigua división, incluso objeto de bromas, a la que se ha sumado gran parte de la Amazonía con importante población indígena. Estas diferencias regionales contribuyen a dividir el voto y, si la derecha ha ido perdiendo terreno, como le ha ocurrido al Partido Social Cristiano (PSC), logra con frecuencia ganar gracias al apoyo indígena serrano y amazónico, entre gente que se comporta como estamento, lo que los estadounidenses saben muy bien. 

     Luego del boom petrolero en los '70, el Ecuador comenzó a mantenerse a flote en parte por la circulación obvia del dinero del narcotráfico, tratándose de un país vecino de Colombia -muy dividida- y del Perú, cerca de ser otro Estado fallido. Lo dicho quiere decir que no todos han perdido con la crisis, pero hay división en las "clases medias", según las profesiones, y entre parte de los empresarios. Lo que está en juego es si el Ecuador puede retomar la senda del afianzamiento del Estado nacional, o si terminará de descomponerse. Pese a lo dicho por algunos "expertos del voto" y pese a las divisiones regionales, la RC es la única fuerza política de alcance nacional, yendo más allá de la costa; en parte de la sierra y en el norte de la Amazonía, además de la provincia "afro" -negra- de Esmeraldas. No hay ninguna fuerza unitaria equivalente. la RC tiene un núcleo duro de 30 %% del voto, sobre todo en la costa, pero ha logrado afianzarse en parte de la sierra y en el norte de la Amazonía. La RC se queda a muy poco de ganar, y la izquierda que así se hace llamar (Partido Socialista Ecuatoriano, Movimiento Popular Democrático), junto a los indígenas (en particular la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador -CONAIE) llega a entre cinco y ocho por ciento de votos, que suele dar a la derecha, sin temor a juntarse incluso con gente como el extinto Fernando Villavicencio, agente de la CIA (Central de Inteligencia Americana) o provocadores como Clever Jiménez. En vez de ir a buscar votos entre gente que cree que la política "es un negocio y no una misión", el ex presidente Rafael Correa (RC) ha propuesto aliarse con sectores de derecha en un Frente de Salvación Nacional, cuando se trata de evitar que el Ecuador termine de hundirse como Estado fallido. De cuajar, la idea de Correa estaría muy cerca de ser original y creativa ante el hundimiento de América Latina, recurriendo a valores y no a porcentajes en las encuestas a costa de desprestigiarse por el "reparto".                                                                                                                                                                                                         Es un mínimo de unidad nacional, o la antipatria, es decir, el negocio a costa de que el Ecuador termine de hundirse. Lo que Correa pone por delante es el amor a la Patria en lugar de la supuesta alternativa entre "negocio" y politiquería, que es en lo que está la antigua izquierda, salvo excepciones. El truco ideológico de parte de la derecha es presentarse como el "bien" del dinero y el negocio contra el mal "político", atribuido a Correa, cuando es en realidad esa parte de la derecha que termina por ganar gracias a votos clientelistas o "estamentales", como los indígenas. Lo propio de la ideología es también presentar las cosas al revés (da click en el botón de reproducción).  




                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                .

                                                                                                                                                                     . 

                                                      .

                                                                                                                               .

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domingo, 4 de agosto de 2024

HIS MAJESTY THE BABY

 Beatriz Flores era una secretaria que, eso sí, no aguantaba los abusos de autoridad del jefe. De cariño, a la señora, de cierta edad, se le decía Betty. Betty Flores. Quienes se burlaban la llamaban Betty Flowers, tal vez porque no le faltaban ciertos aires.

     Un día, hubo un eclipse. Los hay de vez en cuando y se pueden ver, a veces, simplemente mirando al cielo, con la precaución de tener papel tornasol en los ojos. Si se hace de esta manera, se ve el eclipse. A Betty Flores no le disgustaban estas cosas de la naturaleza. Así que un día le tocó el eclipse en horas de oficina. Muy fácil, podía salirse y ver el eclipse. Sin embargo, la señora Flowers optó por tener una pequeña televisión y mirar en ella el fenómeno natural. Después, Betty se enorgullecía de haberlo visto, y decía a quien quisiera oirla: "estuve viendo el eclipse". Era, en realidad, falso: Betty Flowers miró lo que le mostraron del eclipse en la televisión, no el eclipse, pese a que le hubiera bastado con un poco de papel tornasol. Lo que vió Betty fue la manera en que la televisión decidió mostrar el eclipse. Esa manera suponía que alguien escogiera cómo filmar el eclipse y, seguramente también, el comentario de uno más: "en este momento está usted viendo un eclipse". La señora Flowers no había visto el eclipse y, en todo caso, debió decir: "ah, ví el eclipse en la TV". Se hubiera entendido que se perdió de algo, a lo que se podría agregar que no tuvo plena libertad, puesto que tuvo que ver lo que otros decidían mostrarle., Hubiera sido distinto estar afuera, voltear hacia el cielo y decidir por cuenta propia en qué momento pararle o seguirle. Lo que le pasó a Betty es de lo más común: confundió el eclipse con la imagen del eclipse. Normalmente, se entiende que no es lo mismo, sobre todo que lo segundo tiene algo de artificial. El problema empieza cuando se toma la imagen por la realidad. Entonces se puede creer que se está viendo "lo que pasa en Ucrania" o "lo que pasa en Gaza", cuando no es más que una imagen o una serie de imágenes escogidas de esos lugares de guerra, y queda por saber escogidas de qué manera y con qué fin. Para decirlo de otra manera, lo verosímil, por creíble que parezca, no es lo verdadero: es, cuando mucho, lo vero-símil, el "símil" de lo verdadero (vero), a sabiendas de que lo similar no es idéntico a lo verdadero. No es porque alguien ve en la televisión imágenes de tal o cual guerra que está mejor enterado de lo que sucede: le pueden mostrar, como puesta en escena, un edificio en ruinas y decirle que fueron los rusos, así hayan sido los ucranianos. Si todo el tiempo ocurre este tipo de cosas y se crea, por así decirlo, el "síndrome de Betty Flowers", como decía el disidente soviético Alexander Zinoviev llega el momento en que para mucha gente lo verosímil es más parecido a la verdad que la verdad misma. Es decir que emociona más ver el eclipse por la tele que aburrirse en algún exterior tratando de otear con papel tornasol al cielo. La realidad puede parece hasta aburrida. En la tele le agregan a la imagen sonido y palabras, para completar el espectáculo. Cuando muestran el edificio bombardeado, le suman algún comentario elocuente, indignado, casi a gritos ("y mire usted lo que volvió a hacer Putin"), musiquita de suspenso parar crear un ambiente y un ir y venir de la cámara, de tal modo que pareciera que el televidente está participando, cuando en realidad es pasivo y puede que le estén tomando el pelo -estafándolo, haciéndole fraude. Pues bien, la verdad es que Betty Flowers no vió el eclipse, sino un programa de TV sobre el eclipse. Por algo era el "Flowers". Después ocurre que más de uno, por "haberlo visto", cree que "estuvo ahí". A los estadounidenses, que tienen hasta sus programas de "casos de la vida real", les encanta este tipo de fraude. Es del mismo tipo de la apariencia de confianza de la que no paran de hablar los empresarios o del "¿cómo está usted el día de hoy?" de una llamada telefónica de un banco para actuar sobre la emoción. Cualquiera puede probar a contestar así: "mal, fíjese que hoy murió mi perrito Bobby y estoy desconsolado, así que no sé qué me aconseja. Haga algo, se lo ruego". Por lo general, muchos no toleran la realidad, sino que prefieren seguir en la "narrativa" -es ficción- que tienen en la cabeza, al grado que la persona del banco contestará una de dos: "lo siento mucho, le llamo para decirle que tenemos una oferta de crédito para usted...", o bien, sin la menor atención "un gusto, señor, llamo porque tenemos para usted una oferta de crédito...". Que Bobby se friegue, o el que vió el eclipse con papel tornasol: "en la TV lo mostraron completito".

      Si una persona no ha sido educada para discernir entre realidad e imagen de la realidad, puede llegar a ser de lo más mundana y creerse que está "en el juego que todos juegan", así no tenga juicio de realidad, es decir, que esté extraviada en su laberinto de imágenes. Eso sí, mundana: "lo ví con Loret de Mola", "el perro Bermúdez dijo de X jugada", "salió en CNN": ignorante, pero encontrando lo mundano y cómodo de serlo hasta llegar a hostigar la realidad por "negativa", porque después de todo se parlotea desde la comodidad del hogar, no desde el campo de batalla en Ucrania o en Gaza. Es decir que se habla de una masacre como se hablaría de la asistencia a un evento social: "¿ya viste lo que pasó en Gaza?" al mismo título de "¿supiste quién estuvo ayer en la fiesta de Carlos Slim?". Se llega, en más de una ocasión por mezcla de miedo e interés, a no discernir y a empezar a rodar cuesta abajo en términos de valores, si una fiesta=una masacre, con tal de creer que "se participa" y se huye de una dosis de soledad que es parte de la realidad, a diferencia de la evasión. Es así que esta misma evasión puede terminar por volverse la norma, es decir que una patología es la norma, lo "normal" y "lo que hay que tener" (the right stuff): mente de Disneylandia o de Las Vegas 24/24 para hacer fraude y encima hostigar a quien no se lo tome en serio y opte por las dificultades de la realidad. Es en el contexto de enajenación descrito que, a diferencia del nazi-fascismo y pese a que éste era una forma de delirio, se está ante gente que, aún no creyendo más que en imágenes y en la forma en que se las muestran, y confundiéndolas con la realidad, al grado de tener adicción a lo mundano, ha hecho la opción no en una sociedad cohesionada, sino en el temor a una realidad bastante solitaria (por atomización social) y en la escapatoria a la "zona de confort". No deja de ser un poco cobarde, pese a la fuerza de la creencia en la última fantasía, la imaginación en mal sentido. No es difícil constatar cómo se llega así a rehuir cualquier problema: por ejemplo, el planteado por la diferencia entre la realidad y las fantasías que vende la TV para el deseo. Después de todo, Betty Flowers preferirá asegurar que lo mejor es verlo en la tele, no arriesgarse a lastimarse los ojos y además "presenciarlo" (!) con toda comodidad, sin nada que pensar, puesto que en la TV ya se "lo" dicen a uno "todo tal y como ES". Onda digerible tipo Gerber. Nos seguimos con el giro en los '70 (da click en el botón de reproducción).




viernes, 2 de agosto de 2024

LAS ALAS DEL DESEO

 Hace ya varios años, una estudiante fue asesinada por su novio en el campus de la universidad pública, en altas horas de la madrugada. El asesinato fue finalmente catalogado como feminicidio y el novio, duramente sentenciado, mientras que la entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, pedía disculpas por errores previos en la investigación que habrían "revictimizado" a la víctima. Lo que no se quiso ya tocar es que altas horas de la madrugada no son para salir a pasear, y menos con un novio adicto a drogas y alcohol, que a duras penas se dió cuenta de lo que había hecho. Hay antecedentes de que la pareja consumía cocaína y éxtasis. No es, seguramente, que no se debiera castigar al culpable, pero es difícil de entender que las circunstancias se hayan ocultado, porque se pudo haber mandado otro mensaje: el de los riesgos de actuar en pareja bajo el influjo de las drogas y el alcohol, sin que le pareciera demasiado anormal a la víctima, según se pudo constatar por información que reprodujo en su momento el periódico Excélsior. Sheinbaum se metió en otro caso algo similar en Morelos: recatalogando como feminicidio, lo que puede ser, pero sin volver sobre el asunto de que la víctima  podría haber tenido también intoxicación alcohólica, dadas las circunstancias de su muerte. Hay un caso más, sin resolver, el de Debanhi Escobar en Nuevo León: pudo haber sido asesinada por narcojuniors, pero ella se dedicaba a una forma de prostitución y, además, de consumo de alcohol y droga. Dicho de otra manera, pasa al estilo estadounidense, como con George Floyd: un error policíaco sirve de coartada para alegar que la víctima era un negro y que el policía debe recibir una pena alta, cuando Floyd estaba tan drogado que a duras penas sabía qué hacía. ¿Ser mujer o ser negro implica terminar por ocultar un factor de riesgo ante la violencia, el consumo de droga, en particular? No es fácil perder a un ser querido, pero lo debiera ser promover precauciones para no tocar a ciertos mundos subterráneos en los cuales circula "con derechos y libertades" lo que debe entenderse por vicio. Y es así que en todos los casos hay un ingrediente de "accidente" por causa de los estupefacientes, lo que es altamente probable. La contradicción está en no ver como anomalía -el consumo de droga y alcohol- lo que hace que aumente el riesgo de una conducta criminal. ¿De dónde salieron el alcohol y las drogas en todos los casos, o en el de la colonia Narvarte de la Ciudad de México, que terminó en varios asesinatos que se buscó hacer pasar incluso por "políticos"? Otra vez multifeminicidio y el ocultamiento de lo que ocurre en el mundo subterráneo, en el que por lo que pareciera no es tan difícil conseguirse cómo alterar los sentidos, en un sistema que promueve bajo muchas formas esta alteración y el control desde la dimensión sensorial.

     Como parte de lo anterior está una exaltación de un "feminismo" muy joven que es, en lo fundamental, pro-abortista y que llega a parar centros de enseñanza aún sin ser representativo, y a crear desmanes en las calles, sin que, siendo jefe de gobierno de la Ciudad de México, Sheinbaum los haya censurado y sancionado, porque "la causa" no lo admite, pese a obvias provocaciones y a que, también en el mundo subterráneo, se sepa desde dónde parten las llamadas "porros violetas" y en qué circunstancias actúan y en cuáles no. El problema llega más alto, puesto que buena parte del feminismo en círculos de investigadores es financiado desde Estados Unidos, sabiéndose qué reconocidas "feministas" reciben el dinero, tratándose en el origen del sempiterno George Soros. No es cuestión de "conspiración", sino de hacer aparecer al capitalismo como "inclusivo" y promotor del "cambio", para lo que los libertarios e "infantiles de izquierda" sirven a los grandes negocios. No hay indicios de que el dinero llegue hasta las "porros violetas", pero sí de tolerancia y de uso político de ciertos extremismos, lo que no es ninguna novedad. Antes de 2018, los desmanes eran de los supuestos "anarquistas"; después pasaron a manos de grupúsculos feministas que no son representativos, y que hace rato adulteraron una causa justa, para tratar de sembrar un clima como el imperante en varias universidades estadounidenses, llegando a las "culturas" woke y cancel. En ciertos aspectos, no es más que una nueva versión estadounidense de la epidemia de "memoria recuperada" que llega al estilo brujas de Salem. La reacción conservadora es atribuir estas "reparaciones" a un supuesto "marxismo cultural", cuando se trata más bien de bogas sesentayochistas: siempre la "libertad" -vender la creencia de que el capitalismo permite cumplir todo deseo- al servicio del gran negocio que, como el anuncio de una tienda departamental mexicana, reza que "la moda rompe reglas": de acuerdo, la moda de meterse alcohol y drogas hace rato que rompe reglas elementales de precaución, y hace que, como parte de la inseguridad y la precariedad, se acepte la existencia del mundo subterráneo descrito, muy tolerado y únicamente sancionado por arranques de puritanismo. Mismo caso en otros países con migrantes o sus descendientes, como el de Nahel en Francia: error policíaco y ocultamiento de que la víctima no estaba en condiciones de conducir, no nada más por no tener licencia (tenía 17 años),  ni estudios (los había abandonado), sino también por probables antecedentes de líos con la policía. Para no decir que los estudiantes de "Ayotzi" secuestraban autobuses, por lo que delinquían. Pero, siendo jóvenes, como las mujeres y los negros no podían ser más que puramente inocentes, confundiéndose inocencia e irresponsabilidad. Los "derechos y libertades", exentos de obligaciones, derivan hacia el modo en que se toca al mundo subterráneo: mediante la irresponsabilidad, en un sistema que ha dejado de enseñar a los jóvenes la libertad con responsabilidad, si la segunda debe "saltar por los aires" (gracias a la embriaguez sensorial)  en nombre del deseo. Piérdete.(da lik en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...