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domingo, 18 de agosto de 2024

AL ESTILO AMERICANO

 Parte del espectáculo creado alrededor de la captura en Estados Unidos de Ismael El Mayo Zambada consiste en decir todo y su contrario: hablar para que las cosas no se aclaren u "ocultar mostrando", algo barroco. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, tuvo la gentileza de enredarla todavía más. Afirmó casi que había gente en El Paso, Texas, en Estados Unidos, que vió un objeto volador no identificado (ovni) y le gritó desde tierra: "oh, please come, come on, please come here", a lo que sorpresivamente el objeto dió una vuelta, fue bajando y finalmente aterrizó. Se bajó un tipo llamado Joaquín, pidió un intérprete y afirmó: "¿a que no saben qué les traje?". No había terminado de decir "pues nomás chequen" que bajó Zambada y lanzó: "ya llegué". Claro, Estados Unidos no tuvo que ver en nada, y Salazar se siguió hablando de "cooperación", cuando él mismo dió a entender que no hubo ninguna, puesto que no "se" sabe de dónde diablos salió el avión, ni de dónde despegó, ni cómo voló, ni si había o no algún acuerdo con un "Chapito", etcétera. Zambada le puso su toque de salsa a través de su abogado al decir que "lo agarraron los sheriffes/todos con pistola en mano", y que él nada más iba a hacer una llamada de teléfono, o lo que es más, ya que ya saben ustedes "que la violencia no funciona", a platicar con un par de políticos sobre el rectorado de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), porque el Mayo es todo un académico y un político, además; pues que llega al punto de encuentro, lo meten a un cuarto y sale volando para caer en Texas, pues como que no son ondas, uno queriendo mejorar el plan de estudios y otros en otro plan, etcétera, etcétera.

       Dejando de lado lo dicho por la periodista María Idalia Gómez, en el sentido de que lo propio de las operaciones de inteligencia es enredar las versiones como cortina de humo para que no se sepa de lo ocurrido, alguien se quemó. En efecto, la periodista Anabel Hernández ya no parece tener interés en México, sino en servir a Estados Unidos, que le ha querido "meter un calambre" a la autodenominada Cuarta Transformación. Anabel Hernández ya había mostrado su poco cuidado de las fuentes: en alguna ocasión, "le dijeron" que Joan Sebastian era algo así como el campeón del narco, y lo repitió, lo que le valió que la ex del cantautor, Maribel Guardia, le pidiera pruebas: videos, audios, lo que hubiera. Nada. Es que "le dijeron", como siempre "La Jennifer" y otra gente de la DEA (Drug Enforcement Agency-Agencia de Control de Drogas, que metió en México a Edgar Valdéz La Barbie). La segunda fue que Lucha Villa ligaba con un narco. También "se lo dijeron" a la periodista. A ver: no es que en una ocasión Villa no haya ido a ver al narco, pero es algo que carece de relevancia si no se precisa, más si fue en una ocasión y por un momento, no lo suficiente para quemar así a la Grandota de Camargo. Igualmente, Joan Sebastian perdió dos hijos baleados, pero en el segundo caso el cantautor dió una larga conferencia de prensa explicando el origen de su dinero, entre otras cosas para que no le fueran a catear la casa indebidamente. Finalmente, Anabel Hernández optó por lo que "le dijeron testigos protegidos" para sacarse de la manga historias del estilo "pues que estaba el candidato en un mitin y luego se fue a un cuartito con El Grande y salió del lugar con maletines llenos de dólares". Menos mal que no con joyas, como Lucha Villa. No es nada más que Anabel Hernández tal vez deba diversificar sus fuentes; es que, digamos, debiera "cambiar de Cártel".

      La segunda víctima es...la oposición encabezada por Claudio X. González y carita de "yo no fui" María Amparo Casar, ligada a un grupo muy bien llamado Nexos. Resulta que ambos encabezan Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), organización de la siempre muy inocente "Mme La Sociedad Civil", como la llamaba José Joaquín Blanco. Pues bien, mientras Ken Salazar afirma que todo está como en Disneylandia, resulta que "la embajada" se la pasó el sexenio que termina financiando a MCCI, junto con National Endowment for Democracy (NED-Fondo Nacional para la Democracia) y la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). Ya ha habida ocasión de decir cómo, por su parte, la Open Society Foundation de George Soros metió su cuchara en el feminismo universitario. Todo muy al estilo de Bugs Bunny preguntando "¿qué hay de nuevo, viejo?". Dicho sea porque, desde los años '80, como ya ha habido ocasión de decirlo, el Comité de Santa Fe reaganiano decía que Estados Unidos debía fortalecer a la sociedad civil: todo el mundo empezó a hablar de esta Mme y a sentirse "miembro de la sociedad civil", además de creerse que las organizaciones no gubernamentales son  hermanas de la caridad, cuando suelen recibir dinero del extranjero e incluso de gobiernos del extranjero. Ahora resulta que los tentáculos de Estados Unidos llegan todavía más lejos. Ken dice que no se mete en nada: caray, claro, no es él, sino el dinero de "la embajada" el que se mete. Ken "nada más" opina sobre la reforma judicial mexicana, con toda imprudencia, y advierte que "no se metan con su TMEC" (Tratado México Estados Unidos Canadá). "Estamos Unidos, mexicanos" se convierte en "Estados Unidos, mexicanos", desde que en los años '80 en la capital mexicana, entonces Distrito Federal, ya empezaba a haber mucho en inglés. Cómo se pasa la vida, parafraseando a Ricardo Garibay (da click en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...