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martes, 30 de septiembre de 2025

NO SE VA, NO SE VA, NO SE VA

 Una de las características de la personalidad de la época, conservadora-libertaria y psicópata narcisista, es no alcanzar a percibir a quien tiene enfrente más que en lo que sirve o conviene: lo demás cae en el terreno de la indiferencia, la incapacidad para conocer, la falta de curiosidad y, por lo mismo, en la insensibilidad. Así, no se alimenta de Rusia más que una percepción negativa, que sirva y convenga al egoísmo de algunas potencias, para forzar la apertura del mercado ruso, en particular de recursos naturales, de distintas formas, como "escenarios", dibujados desde antes del fin de la Guerra Fría. Dado lo dicho, no hay límites, porque lo que está enfrente no es percibido sino como prolongación de lo propio, en deseos y fantasías, en particular de dominación: no hay la menor información sobre lo que ocurre dentro de Rusia, salvo por el deseo de que cuando menos, a fuerza de desgaste, crezca el descontento o se resquebraje la cúpula gobernante. Lo único es la proyección/inversión de Rusia como "amenaza", bajo el pretexto del conflicto con Ucrania o lo que sea. Normalmente, la percepción del otro como algo independiente supone límites, pero la personalidad de la época no admite la independencia. No le interesa más que la propiedad para sí para tomar posesión, adueñarse, y, en última instancia, consumir y destruir, sin la menor idea de lo que significa de daño. Ya se había logrado mucho en los '90, durante el "gobierno" ruso de Boris Yeltsin, que respondía al estereotipo de la fantasía de algunas potencias: el borrachín bruto e irresponsable. Cualquier cosa que haga el de enfrente es "torcida" en la interpretación (por lo que se habla también de perverso narcisista): si se quiere pleito, se cree que el límite puesto enfrente es en ánimo de pleito; si a todo "se le da la vuelta", se cree que el único interés del presidente ruso, Vladimir Putin, es salirse con la suya. Simplemente, no hay enfrente nada "otro", salvo para devaluar el borrachín o "la estación de gasolina". Como ya se ha sugerido, con este tipo de personalidad, muy propio de algunas generaciones, no hay modo de sacarla de su ego, de la creencia en "el derecho y la libertad" como los de imponer, de la incapacidad para percibir y lo único, fuera de cortar de tajo, es "apuntarle al miedo", desde una posición de fuerza, porque el mismo ego, aunque se crea omnipotente, percibe para sí mismo, como parte de la omnipotencia, la importancia del propio pellejo. Como lo ha sugerido el estudioso Thierry Patrice, está detrás del malvado el miedo a morir. Y como se dice coloquialmente en México, "el miedo no anda en burro". Es por lo mismo que el más arrogante de todos, Estados Unidos, no quiere recibir ni un cadáver propio, ni un misil en suelo propio.

         Parte del actual problema con algunos europeos está en lo que el estudioso de Rusia, Rafael Poch de Feliú, ha detectado como una gran ignorancia entre los líderes; así, además de tenerle mala voluntad a Rusia, ignoran mucho de ella. Lo único que no ignoran es que les puede caer un misil encima, pero por lo visto buscan cómo "darle la vuelta" al asunto. Parecen creer que, en caso de escalada, siempre podrán contar con Estados Unidos, es decir que Rusia "no se atreverá" al "fin del mundo, nuclear". Recurren al chantaje y la seducción y, por lo pronto, lograron del presidente Donald J. Trump que busque cómo sancionar con aranceles a Turquía, India, China y algunos europeos si siguen comprando energéticos rusos, a reserva de saber si sucederá. Si ocurriera, sería un golpe fuerte para la economía rusa, que no ha alcanzado a rediseñar su aparato productivo. Turquía e India son país volátiles. Los europeos involucrados pueden ceder a cambio de armas, ya que ninguna potencia renuncia al llamado "keynesianismo militar" para mantener la economía a flote. Dicho de otro modo, si pudieran, las potencias centrales harían la guerra. Y pueden estar "buscándole el modo". 

       Parte del problema generacional se presenta en los baby boomers, nacidos en los '40 y que creen que la Historia comenzó en 1968; en los hijos de esa generación, la clase de gente que, poco más, poco menos, ronda los 50, se toma muy en serio su "libertad" y es "especialita" con su "yo", y sus descendientes; el libro Generation Me (Jean Twenge) describe a una generación más, la nacida en los '80 y '90,  que no entiende de reglas sociales, de otra cosa que no sea "puedes tener y ser cualquier cosa que desees" y la creencia en el mundo de las preferencias, sexuales incluidas, además de lo cómodo y sin mucho esfuerzo. Son las edades del presidente francés, Emmanuel Macron, o de su primer ministro gay, Sébastien Lecornu, o del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mark Rutte. Crecidos al mismo tiempo en el consumismo, el mamismo (aunque en alianza con "papi" en el infantilismo), el deseo y la fantasía y el remate TINA (There is no Alternative), tienen como parte del desorden de personalidad la tendencia a creer que no se pagan consecuencias y que cualquier cosa que se decida es gratis. Se saben bien que "la libertad" es la del zorro en el gallinero, y creen que es de "no pares, sigue sigue". A cambio de sus derechos y libertades y sus cosas de niños malcriados, son los del juego sin reglas y de la libertad para el interés del más fuerte, que es lo pactado en la casa o la casa de campo.

      Es MUY notoria la diferencia con la dirigencia rusa, con mucha frecuencia nacida en los años '50 (salvo, claro, el ex presidente Dmitri Medvedev). Al mismo tiempo que con educación soviética, y algunas ideas sobre el tipo de capitalismo a construir, se trata de personas con dos problemas: su tendencia a la pifia intelectual, por lo que necesitan que haya quien los "Medio Oriente", y cierto grado de ilegitimidad, por su forma de haber llegado y sus amigotes de dinero. No es raro que algunos "ideólogos", más atribuidos que otra cosa, sean de los 60 (Alexander Duguin o Serguei Glaziev, por ejemplo). Pero hay uno, Serguei Karagánov, nacido en 1955, que en medio de sus pifias ha aventurado algo por si algunos europeos quieren seguir aventurándose: como ya se sabe, recibir a tiros a una "coalición de voluntarios" si se asoma a Ucrania; y si las cosas siguen empeorando con la intrusión en territorio ruso, lo que ya está, podría ser como sigue, de lo que ya se ha hablado: "Oreshnik" a domicilio para Alemania, Francia y/o Reino Unido, al estilo del de Dnipró para los ucranianos, y en caso de respuesta de los afectados, réplica "en espejo", pero nuclear. Las potencias europeas le apuestan, en este caso, a que le entre Estados Unidos, pero distintos dirigentes rusos (como Andrei Belousov o Serguei Narishkin, dos de seguridad y de los 50) estiman que no forzosamente, porque Estados Unidos no tiene ni el menor deseo de un pleito final intercontinental. No es tan nuevo, de parte rusa, jugar sobre las diferencias entre Estados Unidos y las principales potencias europeas: nada más que no se trata, llegado el caso, de sentarse primero a negociar, sino, como se dice coloquialmente en México, de aventarse "un tirito", pegando primero, para ver si los malcriados, de no recibir ayuda de mamá, mejor se van a acostar, así dejen hecho un tiradero. A menos que se trate más de "jugar a la guerra" en las fronteras rusas para ver si la economía se reanima fabricando y vendiendo, además de armas, miedo. Es en lo que parece encontrar entretenimiento Lecornu, al menos que sea tan ignorante -no es seguro- que no se haya percatado de que está prácticamente siendo apuntado. Chulada de "libertades y derechos", la de exponerse y exponer a la población propia a una sacrosanta madriza. Ni sería el fin de la Historia. Ni habría suficiente Born in the USA...ni tantas razones para tragarse en Rusia lo que sea. Por lo general, las posibilidades y las tendencias son varias, y no se trata de hacer quinielas, sino de analizar. También pueden pasar otras cosas, salvo un "nuevo orden mundial". Por lo pronto, tal vez el gobierno ruso se separe de una parte de la oligarquía local que no hizo más que soñar, como ha dicho el cineasta Nikita Mijalkov, "con quien no nos quiere": París, la Costa Azul, la Costa del Sol, Palma de Mallorca, el Reino Unido para Román Abramovich con el Chelsea, Capri(c'est fini?), las escapadas a Finlandia, Suecia (como modelo para Gorbi ), las playas del Adriático desde los '80, tal vez el Ferrari en la Toscana, las islas griegas y un toque de lavado en Chipre... (da click en el botón de reproducción).









     

      

     

lunes, 29 de septiembre de 2025

QUE NO TE LLEVEN AL BAILE

 Los pandillas que azotan a la capital haitiana, Puerto Príncipe, suelen ser tomadas por algo así como un desastre natural, como lo ha señalado recientemente Guadi Calvo en el portal Rebelíon. Sin embargo, Estados Unidos es el primer lugar donde se sabe que no es así, por lo que el gobierno de Donald J. Trump ha tomado algunas pocas medidas para sancionar a los empresarios que están detrás de los pandilleros de "Vivir Juntos" (Viv Ansanm). Es así que acaba de ser detenido Dimitri Vorbe, gran empresario, por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Previamente había sido arrestado el magnate Réginald Boulos, acusado directamente de vínculos con las pandillas. Vorbe es un gran empresario de la electricidad. Como ya se había señalado, parte de la política del presidente Nayib Bukele en El Salvador fue perseguir a líderes importantes de ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) que tenían vínculos con las pandillas locales, las maras. Pero el gobierno de Trump no ha logrado ir mucho más lejos en Haití, y la pequeña misión de soldados kenianos no puede hacer gran cosa: siguen dándose de tanto en tanto masacres contra gente de abajo, como hace poco de más de una decena de personas en Arcahaie (Labodrie), cerca de Puerto Príncipe. Tampoco parece mayor solución mandar a los mercenarios de Erik Prince, de lo que ahora es Vectus Global.

      Las pandillas sirven, en parte, de elemento disuasorio contra cualquier intento de organización desde abajo, al menos en la capital, puesto que al interior de Haití hay formas de autodefensa. Este asunto de no exclusivo del país caribeño. En Colombia, el paramilitarismo ha servido también, al igual que las fuerzas del narcotráfico, para reprimir, como sucedió con la Unión Patriótica (UP) en los '80, en parte a manos del narco Gonzalo Rodríguez Gacha, conocido como "El mexicano". Pese a que no se dice mucho sobre el tema, aunque lo ha revelado Juan Jesús Lemus, periodista de investigación independiente, en México el narcotráfico llega a aliarse con empresas transnacionales mineras, por ejemplo, para "coexistir", haciendo los sicarios el trabajo sucio de liquidar a cualquiera que se oponga a la entrada o los abusos de la empresa (y también hay una que otra mexicana metida en este modo de accionar). Ha sucedido, además de en el norte, también en Michoacán, documentado por el mismo Lemus. No se trata de "criminalización de la oposición", sino del uso de criminales para reprimirla, pero pesa una losa de silencio sobre la problemática, como pesó alguna vez, entre 1988 y 19994, sobre los frecuentes asesinatos de miembros del PRD (Partido de la Revolución Democrática) en aparentes asuntos "comunes". Una represión similar llega a darse en Brasil y Paraguay. Por lo demás, en el Ecuador, la conocida carga de banano con droga se acompaña de una brutal represión a cualquier intento de sindicalización. Ocurre que en Haití, como en El Salvador antes de Bukele, el caos le ganó a la búsqueda de controlarlo, al menos en la capital. En todos los casos, son rancios empresarios y transnacionales que se sirven del crimen organizado (como el capital transnacional en grande y algunos gobiernos se sirven de grupos neonazis en Ucrania, lo que implica la alianza del capital y el lumpen. Es, por así decirlo", la "criminalización de la aristocracia financiera", que igual se alía con el terrorismo islámico, sea "moderadamente fanático" o "fanáticamente moderado", como sucedió en Siria para destruir al gobierno de Bashar al-Asad, para no hablar de Afganistán (donde también, en parte, el caos le ganó al intento por controlarlo, manteniéndolo). Así, en resumidas cuentas, la aristocracia financiera se sirve del crimen organizado.

        En las condiciones descritas, las acusaciones de "narco" contra el actual gobierno mexicano son un fenómeno ideológico de inversión/proyección: Acción Nacional y el en el ocaso Partido Revolucionario Institucional (PRI), que saben muy bien del negocio, se lo atribuyen al gobierno: como parte del negocio es político, es probable, a reserva de la evolución de las cosas, que sea lo que se busca al tratar de "sacar" al líder del Senado, Adán Augusto López Hernández, para "desradicalizar" a la Cuarta Transformación. Políticos y medios de comunicación han creado un clima de linchamiento para usurpar un lugar que, en todo caso, corresponde al aparato judicial y a la policía, que encontró de inmediato al líder de La barredora. No se trata de "desastres naturales" -calamidades o pestes- del estilo "todos los políticos son iguales", ah, y éstos, "los peores", seguramente porque el intento de escandalizar se mide en la escala de Richter y la intensidad de las "ondas" en la audiencia: más allá de la presunción de inocencia y el debido proceso, los jueces no son los medios de comunicación masiva, a riesgo de que, como en el Ecuador, termine de caerse y corromperse al extremo el aparato judicial. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 24 de septiembre de 2025

ES TENDENCIA

 ¿Salió de alguien más o de lo que se llama una "intuición fulgurante" o "flashazo"? Recientemente, la presidentA de México, ClaudiA Sheinbaum, afirmó que el PRI (Partido Revolucionario Institucional), "oficial" de 1946 al 2000, podría desaparecer (ya casi se extinguió el PRD -Partido de la Revolución Democrática, perdido en asuntos de clientela), y que la derecha del partido Acción Nacional (PAN) se uniría con MC (Movimiento Ciudadano).

      Lo dicho no es "el peor de los antojos" de Sheinbaum porque, de hecho, es prácticamente lo que YA sucedió en 2024. Ya hubo ocasión de notar cómo, pese al fuerte triunfo de Sheinbaum, por casi 60 % de los votos, hubo una marcada división del voto en el país, entre el sur y el centro-norte, con excepción de Sinaloa y de Baja California. Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Quintana Roo votaron abrumadoramente por Sheinbaum, al igual que Tabasco (cuna del presidente Andrés Manuel López Obrador), para que no hubiera duda de la inclinación de los estados más pobres por la actual presidentA. Dos estados con las dos segundas urbes más importantes de México, Jalisco (Guadalajara) y Nuevo León (Monterrey) se inclinaron por MC. No son ciudades para nada menores.. Por lo demás, la oposición sabía qué estaba haciendo con el precandidato Marcelo Ebrard y después con el PRIANRD criticando a MC por lanzar a Jorge Álvarez Máynez. Aunque no con el impacto de lo ocurrido en 2021, en 2024 la Ciudad de México se dividió, sin que importara qué clase de gente es el panista Santiago Taboada, quien, fascineroso y todo, llegó a casi 40 % de los votos contra casi 52 % de Clara Brugada, actual jefe de gobierno (hasta que exija ser llamada jefa). Entre Taboada y MC (Salomón Chertorivski), llegaban a cerca del 45 % de los votos capitalinos, sin que nadie se atreviera -por preferencia por la "política"- a divulgar cómo Taboada fue capaz literalmente de envenenar el agua de la alcaldía del PAN (Benito Juárez) para culpar al gobierno capitalino. El grueso de la votación opositora fue para el PAN en la capital, y el PRI no hizo el ridículo completo nada más porque participó el PRD. Ya ha habido ocasión de ver la votación por entidades federativas: Sheinbaum perdió también Guanajuato (en lo que toca al Movimiento de Regeneración Nacional, MoReNa), ganó con las justas en Zacatecas y Querétaro, y en 55 % en Michoacán: suficiente para localizar la habitual diferenciación del Bajío, pues porque "la vida no vale nada" ni con MC en Jalisco, ni con el PAN en Guanajuato, para agregar que Aguascalientes, con su feria de San Marcos, le dió el triunfo al PRIANRD (Xóchitl Gálvez), y 42 % a Sheinbaum. Un chilango (capitalino), siendo lo que tiende a ser, diría que la gente del Bajío es siempre "especialita". Ni en Puebla hacen "esas cosas" (se fueron al 65 % con Sheinbaum). En el norte, el resultado en Chihuahua fue de 53 % para Sheinbaum, como en Coahuila, aunque Tamaulipas y Sonora se fueron con la actual presidenta a más del 60 %, porque Sonora probó de todo antes de acabar en quiebra, y a su modo también Tamaulipas. Nuevo León es otra historia. Así, el centro-izquierda actual no controla las dos segundas ciudades del país, no arrasa en la capital, no la hace en el Bajío y no termina de vencer resistencias panistas y priístas en parte del norte (Nuevo León de lado por MC). Al PRI le quedan dos estados, uno ganado por buena política de seguridad (Coahuila) y otro tal vez por endogamia (Durango, preguntar por los Cabrera Sarabia, franquicia de del cártel de Sinaloa).. MC, ya se ha dicho, tiene las dos segundas ciudades del país, y el PAN persistió en Chihuahua, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y !bomba!, Yucatán). La extinción del PRI, salvo en el Turiluchas para ver a Alito Moreno, no es algo de descartar, previa anotación: fue el partido que por décadas, cabría decir que desde 1940 bajo la forma previa del PRM, aseguró, "haiga sido como haiga sido", la unidad nacional, hasta principios de resquebrajamiento en los '90.

       Bien vistas las cosas, hay ciertas tendencias a la división del país en dos. Pese a las dudas que han llegado a pesar sobre él, el hoy independiente Manlio Fabio Beltrones tiene razón cuando sugiere que no se puede gobernar, así sea en nombre del "pueblo", como si se tuviera el 90 %. En materia de diputados, el centro-izquierda es menos apabullante que Sheinbaum, ya que apenas rebasa (con el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista) el 50 % (54,7 %, que es a lo que se refiere Beltrones)., mientras el resto se acerca al 40 %, incluyendo un 11 % del PRI. La diferencia a favor del centro-izquierda la hace el Verde Ecologista. Algo llamativo, en los lugares del norte donde MoReNa gana diputaciones es donde la gente parece harta del crimen organizado, salvo parcialmente en Coahuila. Igual parece haber sucedido en parte de Sinaloa. Al PRI le quedan espacios de miseria y crimen organizado. Lo único pensante que le queda al PRI es el ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, aunque en la entidad creció mucho MoReNa. No se trata de alguna "especificidad" del PRI: en muchos países de América Latina, el tiempo del populismo y sus variantes se ha estado terminando, como en Argentina fue batido el peronismo, en Panamá se fracturó gravemente el torrijismo, y en otros lugares no queda mayor rastro del bucaramismo (Ecuador), ni se diga del velasquismo, o va en bajada el "pepefiguerismo" en Costa Rica o no hay más "emenerrismo" en Bolivia ni "aprismo" en el Perú. La época del populismo nacional-revolucionario se acabó, y otra cosa es la demagogia o lo son los esbozos de alternativas. Ni el intento populista del presidente Nicolás Maduro logra algo más que la adhesión de la mitad de los votantes, luego de haber imitado en parte los métodos "adecos" (de Acción Democrática). Por perdida de centralidad del Estado, salvo en Cuba, el sentido de unidad se ha ido perdiendo y se tiende a la fractura en dos, centro izquierda y centro derecha. Muchas votaciones reflejan esta división (Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Venezuela, Costa Rica, Guatemala, Panamá -en tendencia, Chile, Argentina...). Las excepciones son pocas (Paraguay "colorado", Nicaragua "sandinista", El Salvador con Bukele...).

     La oposición del PRIAN (ya sin RD y casi sin PRI) y de MC sí haría probablemente contrapeso al MoReNa, a menos que se siga presentando cierto excepcionalismo mexicano desde abajo; al mismo tiempo, la creciente integración con Estados Unidos empuja a formas de desintegración del Estado nacional. Lo que sí, aunque sea muy pronto para anticipar, y dando por sentado que, en algunos aspectos, lo predicho por Sheinbaum ya está, cuando menos muy latente, hay que tener presente que, salvo excepciones, la derecha o el "centro-derecha" no está exento de vínculos con el crimen organizado y desmanes del mismo (en parte del Bajío al menos, salvo Aguascalientes y Querétaro; lo hecho con Jalisco y Guanajuato no tiene nombre). En tendencia, la división está, y no es asunto de la telenovela sobre Adán Augusto para "desradicalizar" al MoReNa, olvidando el problema más delicado planteado por el gobernador sinaloense Rubén Rocha Moya, y planteado por el PRI, en parte. Góbers preciosos como Silvano Aureoles (PRD Michoacán) o los dos anteriores de Jalisco -uno de ellos (el que no está algunos pies bajo tierra), comparado con Mariano Otero, con tal de recibir dinero para seguir con Letras Libres- no parece que atrajeran el morbo creado por Latinus y otros que ya perdieron toda toda noción de patria. Como en parte Don Beltrone (para no decir que Alito, después de pedir a la Agencia de Control de Drogas -DEA y la Oficina Federal de Investigación-FBI en México, podría solicitar marines en Campeche y lanzarse al Turiluchas disfrazado de Santa Anna). A alternar entre Republicanos y Demócratas versión franquicia, a reserva de que pueda notarse que el centro-izquierda es bastante menos fascineroso y sí, con frecuencia de honestidad probada. Con mayor frecuencia que el PAN (que le dió a México un narcogobierno), el PRI (que acabó en un festín de gobernadores a cuál más chueco) e incluso MC con Enrique Alfaro (si bastaba con verlo). Igualito que Mariano Otero, constituyente de 1842 y 1847 (Alfaro va ahora de "constituyente" empresario futbolero). Los niños regios de MC tampoco están exentos de traer a Monterrey de cabeza. Así que lo que hoy es tendencia, latente, al rato puede estar así como muy quien sabe cómo, por aquéllo de que "los de abajo" en México pesan, porque se les teme en su anarquía furiosa cuando no se dejan. Es tendencia, y lo que algunos quisieran (entre otros, parte de los medios, aunque tampoco terminan de corromper, como relevos que son del seductor de la patria). Nada más. Como se dice en México coloquialmente, "le cuelga", y no se trata de agitar fantasmas para volver a sacarse de la manga al conciliador Marcelo Ebrard. También "le cuelga" y depende del vecino. Porque ser un vecino así o tener un vecino así... (da click en el botón de reproducción).



martes, 23 de septiembre de 2025

ESCENAS DE PUDOR Y LIVIANDAD

 Es muy difícil saber cuánto tiempo puede tomar erradicar el fomento del mal gusto como forma de corrupción, algo de léperos que fue colocando el antiguo régimen, aunque al mismo tiempo "lépero" se valía como crítica ("no seas lépero"). Ya no, porque en nombre de la tolerancia se trata del gusto de cada quien. "Muy su asunto" si alguien es lépero. Lo que no queda claro es si tiene derecho a ostentarlo, pero para el libertario, sí, porque "lo personal es político", y el pudor es cosa del pasado o "interpretación" de alguien con inclinaciones tal vez religiosas o con disfraz de decencia, lo propio del "reprimido" que no se atreve a "soltarse".

        Es del antiguo régimen por la costumbre creada del "relajo" para que tal o cual terminara "rajándose" y entrando no en amistad, sino en complicidad o en contubernio. Lo que ya existía en los años '20 con algunos revolucionarios, magnánimos a costa del erario, habría de seguir con las fiestas de "La bandida" o de "La comanche", para anudar tráficos de favores e influencias en medio del "destrampe", y para tiempos del presidente José López Portillo (1976-1982) ya era todo un deporte, como lo mostró el jefe de la policía capitalina, Arturo "El negro" Durazo, en tiempos de "liberación", cuando ya eran menos las películas sin acostones, apenas y quedaba para "morder" el "daño a la moral" y los mismos acostones estaban en boga, antes de que a mediados de los '80 comenzara el susto del SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida). Por lo demás, en el antiguo régimen ir a la peluquería era ofrecerse alguna revista que mostrara "chichotas y nalgotas", antes de que ya se difundiera Playboy. Al mismo tiempo, el antiguo régimen toleraba el gusto por las exhibiciones de la muerte y la nota roja, en lo que se hizo famosa Alarma!, que siguió con otras, al punto de causar la sorpresa y el análisis de alguien como John Gibler en Morir en México. Por largo tiemo, no faltaba el taxista machín -con la puesta en escena de la lectura del periódico- que en una página veía a una casi encuerada y a la siguiente un descuartizado. Para más señas, esto se remonta a la prensa de los años '30, que descubrió el modo de hacer negocio con el morbo. Nada nuevo. El Doctor "Morboi" ya tiene andanzas de casi un siglo, y, por lo demás, incluso el presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz (1966-1970) se fue adelantando al pacto conservador-libertario con los desplantes de una "a calzón quitado". ¿Bueno, y qué? Al rato llegó por lo demás el llamado "cine de ficheras". Se podía a la vez transgredir y tener intereses conservadores, a condición de que hubiera tolerancia mutua: el de López Porpillo, el último "gobierno de la Revolución", pudo dar así en el festín de la corrupción, de escándalo en escándalo, hasta que el siguiente hiciera un ademán de "renovación moral" que no duró mucho. El pacto hacía que transgredir fuera chic.

      Los taxistas que oyen el programa "La corneta", de Eduardo Videgaray (Hermanito de Luis Videgaray) y José Ramón San Cristóbal, no han inventado nada. Ni siquiera la puesta en escena provocadora y machista del chófer, como antes con el periodicucho, ofrecido al pasajero. "La corneta" tiene que estar a volumen suficiente para provocar: el pasajero "le entra", o es "reprimido", pero como es asunto de gustos y preferencias de cada quien, el programa es tolerado, y muy "popular", pero además supone que el pudor y la decencia son un gusto o una preferencia más:  Lo obsceno no es reprobable, sino que es, también, muy asunto de gustos y preferencias, por lo que no hay discernimiento, ya que da igual el pudor que la obscenidad, y por lo tanto, el autocontrol que la liberación de la pulsión. Nadie está facultado para sugerir discernir entre el bien y el mal, aunque el ademán del volumen y las "gracejadas" del programita le apuestan a los Doctores Morboi e incluso Pornoi, por lo que por lo menos hay que considerar que lo anterior quiere decir, y no faltará quien lo justifique, que el morbo es natural y, como tal, normal, por lo que quien lo rechace es un "desviado" que puede ser acusado de "intolerante" con los gustos y preferencias de cada quien. Lo malvado está en colocar al pasajero en posición de testigo/espectador y, aunque se hable de "libertad de elegir", en colocarlo en la situación de "no hay de otra", "hay que entrarle", "'todo el mundo' lo hace" y ante la imposición "pues al fin y al cabo a mí me gusta", y te lo aguantas (aunque el reglamento de un servicio de aplicación lo tenga prohibido, y no por una cuestión de gustos, sino de dinero y de propiedad, por lo que no se paga para una "escena" así). Puesta en escena la de "La corneta", para buscar un testigo/espectador de la obscenidad, aunque se haga pasar por lo open minded; corrompido el escucha, y sin ignorar lo que está haciendo, tiene que demostrarse que "la corrupción somos todos" así sea transgrediendo el reglamento de la aplicación y la "propiedad de sí" del cliente (de la misma manera en que las líneas de autobuses agasajan con películas gringas). Así que nos vamos a "entretener todos", y creernos que el chófer "no sabe lo que hace", lo que implicaría que no sabe el reglamento de la aplicación. No: como sí sabe en qué se regodea, tiene que demostrarse y demostrar religiosamente que, "al final del día", a todos nos gusta pecar, salvo que a algún idiota le dé por creerse santo, lo que dará en santurrón. Para que moralmente estemos todos aniquilados. Y como si encima tuvieran alguna importancia las opiniones "políticas" de "La corneta". Tampoco tienen ninguna importancia las obscenidades, a reserva de que hay que saber que, si se busca un testigo/espectador, se lo está coartando por codiciar su eventual pudor o decencia para rebajarlos. Lo de los "gustos" no es más que para las licencias de cada quien, cuando se es licencioso, y para, al no discernir, aparentemente, hacer pasar la grosería maliciosa. Así los que no entienden el cambio (da click en el botón de reproducción).



sábado, 20 de septiembre de 2025

NO HAY, NO HAY

 Tal vez cause sorpresa, o suene como balazo en catedral, pero, parafraseando a la canción, "nada es global en el mundo". Dicho de otro modo, lo global no existe, ni como "aldea global". Ni hay "globalización". Los orígenes del uso de esta palabra, que no remite a ningún concepto, están en parte en los Estados Unidos en los '90, soñando con controlar "el globo", como El gran dictador, de Charles Chaplin (y éso que Hitler tampoco quería adueñarse del mundo entero), y en parte en cierta costumbre de país central de tener tiendas con "productos del mundo entero", lo que no es, porque no puede ser ENTERO, del mismo modo en que nada abarca el GLOBO. Ni siquiera porque se esté "más interconectado"; la idea ya estaba rondando desde los '70, cuando se hablaba de un mundo "interdependiente".

      ¿Alguien ha comido "platillos globales", o se asoma a un food court donde, además de platillos locales, hay japoneses, chinos, italianos y estadounidenses, y con frecuencia no mucho más? ¿Alguien viste "ropa global", o sigue modas estadounidenses, italianas o de zapatos españoles? ¿Existe un cártel global, o se trata de algunos grupos del crimen organizado mexicanos, italianos, albaneses, colombianos y ocasionalmente chinos o japoneses? Debería entenderse así de qué hablan los chinos lanzando a diestra y siniestra iniciativas "globales"?¿Hay gobernanza global?¿Moneda global? Ni siquiera remplazando "global" por "mundial", como se cree a veces en Francia resolver el problema: tampoco hay mundialización, ni gobierno mundial, ni moneda mundial, y un "Mundial de Fútbol" es una convención, nada más, entre otras cosas porque llegan equipos preseleccionados. Tampoco existen artistas "de talla mundial", Ni puede haber "guerra mundial": en caso de conflicto nuclear entre Rusia y Estados Unidos, no quedará "mundo". No hay valores globales, y los universales tienen otro sentido que el de abarcarlo "todo". Lo que, por las características de su inmigración, sí existe, es un Estado "protomundial", Estados Unidos. Pero nada más "proto", de la misma manera en que , por muy extendido que esté, Estados Unidos no llega a "súperimperialismo". La idea del "todo" es deseo o fantasía, pero el ser humano nunca lo sabe todo, ni puede abarcarlo todo, ni tener soluciones para todo: siempre hay algo que se le escapa, en lo real, por más sensación de omnipotencia que crea tener. "Global" da sensación de omnipotencia, pero una creencia no es la realidad. 

        Cuando se habla de "globalistas", se trata de algo preciso: intereses del capital transnacional mezclados con la alta finanza. Dicho capital tiene gran libertad de movimiento, pero casas matrices nacionales, en el sentido de que no existe el "capital global". Tampoco existen finanzas globales, sino sedes en Wall Street, la City de Londres, la bolsa de Chicago, la de Tokio o la de Shanghai. Se dice "transnacional" porque hay capitales nacionales que atraviesan fronteras, y "multinacionales" porque tienen presencia en varios países. El siglo XX fue el de la consolidación de las naciones, incluso en lo que fuera Yugoslavia o en la antigua Unión Soviética. Hay que distinguir Estado de nación: a los "globalistas" les estorba el Estado, porque son tipo Imagine, la canción de John Lennon, y no quieren trabas al movimiento del capital, aunque tampoco les incomoda que el Estado los rescate si hay problemas. Algunos quisieran que fuera igual con la fuerza de trabajo, con el "derecho a migrar". Para redondear, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) son una fantasía, aunque la recupere un capital de corte más nacional, por embrionario, sobre todo en Rusia y China.

       Lo que existe son relaciones internacionales (no se estudia ninguna carrera de "relaciones globales"), y así, cuando se examinan los flujos de comercio internacional, se detecta que está concentrado en pocos polos. Un mapa de estos flujos muestra la debilidad de las relaciones "Sur-Sur"., y lo siguiente: India comercia en gran medida con la UE (Unión Europea) y Estados Unidos y China. A su vez, China comercia con Japón, Rusia, la UE, Estados Unidos y el sudeste asiático, a grandes rasgos. Un flujo de relativa importancia se da entre México y Estados Unidos. Por lo demás, como acostumbrado, América Latina y África se podrían hundir sin graves consecuencias para la economía internacional, ni siquiera por cierto flujo Brasil-UE. ¿Cuál interconexión? Los grandes flujos de comercio son entre Estados Unidos y Japón, Estados Unidos y China,, Estados Unidos y la UE, y la UE y China, además del flujo entre la UE y Japón. En suma, la Tríada (UE, Japón, Estados Unidos) y la novedad China. India es secundaria. Lo descrito responde en parte a los flujos financieros. Dicho sea de paso, la UE es prácticamente el gran centro comercial internacional, en términos de origen y destino de los flujos. En materia industrial, no hay muchos destinos emergentes, y están situados en los "bordes" de los grandes polos: México, algunos país norafricanos (Marruecos, Argelia, Egipto), Turquía y el sudeste asiático. Aunque con variaciones, la inversión extranjera directa presenta un cuadro similar: hay una muy fuerte interacción entre los países de la Tríada y entre estos y China. Después, con aumentos o descensos de cifras absolutas se pueden vender hasta milagros, como dice una canción mexicana.

       Lo global remite en realidad a la sensación de "libertad" de poder, para un segmento de la población, moverse a donde sea, aunque tampoco es así con los flujos migratorios. Es, como se dice, la libertad de ser "hombre de mundo", de viajes a los lugares más exóticos (estilo el pintor francés Paul Gauguin en Tahití), para volver en plan "acabo de llegar de Balí", si acaso oír música "del mundo" (de moda desde los '90 para que cualquiera -que pueda- se sienta de Cabo Verde con Cesaria Évora) y pláticas nigerianas (Chimamanda Ngozi, y otras charlas TED); se trata de formas no tan nuevas de cosmopolitismo, y que dan estatus, a riesgo de volver a una parte de la gente apátrida, hasta donde, aún con sedes nacionales, hay capital al que le da igual, o casi, estar un día en Indonesia y el otro en Tanzania. De ahí el éxito de ciudades-Estado: Dubai, Hong Kong, hasta hace poco Singapur. Se mezcla con la sensación de "burbuja" de no tener que vérselas con ningún problema nacional, o incluso, ningún problema de nada, si el dinero es suficiente. Un problema es algo "sucio", como el Estado. En términos económicos, la novedad es China, a reserva de saber qué implica; y la otra novedad, el cambio tecnológico. Por lo demás, lo verdaderamente nuevo, en parte, es el deseo y la fantasía de tirar a Rusia "debajo del autobús, al final del día", como Estado que estorba a la creencia de un "mundo sin fronteras", y por la "chiripa", como se dice en México, del líder soviético Mijaíl Gorbachov. Si acaso en algo la hubo en los '70 y '80 por la llamada MAD (Destrucción Mutua Asegurada), la idea de Humanidad esta remplazada por "lo global" como omnipotente, al grado de que un puñado de países se refiere a sí mismo como "el mundo", por la falta de conciencia ("la especie") y la negativa a reconocer, por encima del cosmopolitismo, valores universales, del género humano, que por lo demás se expresan de las más diversas maneras. El cosmopolitismo José Alfredo -de provinciano advenedizo- se acompaña, en nombre de la "libertad", de una fuerte creencia de superioridad, de la que falta por ver si doblará al presidente estadounidense Donald J. Trump. Y como la mona, aunque se vista de seda, mona se queda, no hay nada global en el mundo: hay flujos económicos muy concentrados en pocos países y, en parte, la idea de que un Estado fuerte estorba, además de que el "modelo" a seguir es el del país miscelánea para el consumo de un segmento de la población que cree que la sensación de omnipotencia es lo común, y se la atribuye....ah sí, al presidente ruso (y éso que en algunos medios rusos y en la cabeza del ex presidente Dmitri Medvedev las cosas tampoco van por el lado de la sensatez). (da click en el botón de reproducción).















       

jueves, 18 de septiembre de 2025

NO TE CONVIERTAS EN ESTADÍSTICA

 En Estados Unidos, cuando un académico muere no es motivo de mayor cosa. En algunos países de Europa, como el Reino Unido o Francia, hay dedicatorias discretas, un poco según la trayectoria de la persona: se escriben libros, entre varios, que tienen como dedicatoria "Essays in honour to" ("Ensayos en honor a"), o "Mélanges offerts á" ("Miscelánea ofrecida a"). Los alemanes tienen algo equivalente, Festsrichft. Se puede decir, para simplificar, que se trata de pequeñas y discretas dedicatorias, centradas en el trabajo (de ahí la contribución de colegas), y no más. Dicho de otro modo, no se hacen grandes rituales y se es más bien austero, lo que es una antigua tradición burguesa, además de que la muerte cae en la esfera privada. Fuera de lo anterior, en algunos países centrales a veces se hacen trucos con las herencias materiales para detrimento de "la que se fué", pero no es legal: la ley francesa, por ejemplo, obliga simple y llanamente a repartir a partes iguales entre hijos, para evitar rivalidades.

        En parte de América Latina y México, en cambio, la muerte de quien es considerado POLÍTICAMENTE alguien, es decir, de alguien DE PODER, se convierte en el equivalente del mexicano Guadalupe-Reyes (del 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, al 6 de enero, día de los Reyes Magos). El ritual comienza antes de la muerte, por "derecho de antiguedad", si hay utilidad política, por ejemplo en un lugar de la universidad pública para conciliar entre dos "grupos", para lo que es utilizada la señora, ex directora, que nunca ha tenido inconveniente en tragar sapos. Para algunos, es el olvido y la omisión, al grado de no salir ni en el lugar correspondiente del sitio web oficial. Para otros, los cubiertos del poder y la gloria, es el infaltable homenaje al fallecer y, después, conmemoración tras conmemoración para que, desde el otro mundo, el difunto permita seguir el tráfico de favores e influencias: que el aniversario de su partida, el de su nacimiento, el de su libro, lo que sea con tal de, como se dice a veces, "sacar raja". A lo anterior se suma la tendencia más reciente al vedettismo, por lo que en el ritual se acentúa la dimensión de espectáculo, y ocurre entonces otra cosa: la persona y su vida privada se colocan bajo los reflectores, mientras allegados y colegas se dedican a lo que se conoce coloquialmente como "quemar incienso". Ya lo había predicho el estudioso Serge Gruzinski: no queda clara la parte "moderna" y la de pura idolatría, en un país que en su centro es fácilmente idólatra. En suma, a star is born (nace una estrella), aunque al mismo tiempo la persona deja de ser tal y es santificada para comulgar, ser pretexto para la comunión, y asegurar la unidad entre dos grupos, el de los tapatíos y el de la Obrera. La comunidad, que se la vive en pugnas intestinas o fratricidas, parece confirmarse en su monolitismo. No queda claro si la señora es Barbra Streisand o la santa de Cabora que le puso "mística" a la academia.

         Asegurado el propósito político, en el sentido de conjurar la fisura, se incorpora algo de lo más incomprensible, en apariencia: la ex directora se refiere a su propia familia como un clan, sin ruborizarse, afirma además que es la visión familiar (entiéndase entonces que "clánica") la que la ha guiado en la academia, por lo que ha propiciado el trabajo colectivo (entiéndase la formación de "clanes académicos", llamados "redes", para relacionarse desaforadamente). Ahora, la esfera privada invade el dominio público, como la empresa que no para de hablar de confianza, para burla de Alexa Zuarth en redes: a la ceremonia del retiro asisten los familiares y en pantalla, por video, habla un hermano, así tenga un pésimo aire; el esposo, parte del club de sudacas, arrogante e inútil, y un par de infantas de la supuesta realeza debidamente colocadas en el extranjero. Luego de buscar comulgar para evitar la fisura de la comunidad, pese a ciertos ademanes "progre", es el esplendor liberal-oligárquico: que viva lo extranjero si es para que se beneficie mi "clan". La impunidad está asegurada, así se hayan hecho cosas no muy "delicadas" contra quienes se valen por cuenta propia y no por un "clan" y el tráfico de influencias y favores, que no duda en ser discrecional, llegado el momento. Para el caso, el trabajo o el aporte académico son lo de menos, salvo para tener título de impune (un académico es algo sacrosanto ajeno a los negocios turbios): cuenta como "mérito" haber asegurado la unidad del "grupo" y haber reproducido el clientelismo "modernizándolo" con "redes". Si a la señora se le dice que contribuyó a la destrucción de las disciplinas, se pone...a llorar. Es un buen ejemplo de la utilización de mujeres por el poder, para salir de la institucionalidad por dos vías, ambas con señoras, a la vez sumisas y dizque empoderadas, entre de estilo latino y de estilo estadounidense, para reproducir un estado de cosas y la inercia: el "clan" -origen de la práctica clientelista- mercantilizado. Pese a la puesta en escena familiar, no es la persona la que cuenta, como raramente en caso de muerte, cuando se puede incluso desaparecer de los portales institucionales: es el ROL ANTES QUE LA PERSONA, llegado el caso sacrificándola al poder. Señoras, o la versión universitaria de la Miss del colegio, pero nunca una dama, a falta de distinción individual The show must go on. Hemos terminado, y volvemos próximamente a asuntos menos particulares (da click en el botón de reproducción)




DEBUT Y DESPEDIDA

 Como ya se ha sugerido, la maldad o el actuar de una persona malvada no tiene que ver con el horror de Hollywood. Se suele relacionar más con la búsqueda de un chivo expiatorio y con intereses concretos, como el de ubicarse del lado del poder para no perderse "ocasiones" de recibir privilegios y de no ausentarse del "reparto", por codicia o ambición, más allá de los que aspiran a "quedar bien" y "no tener problemas". Sin embargo, no pueden no saber cómo los "llama" ese poder, qué les pide, desde complicidades hasta lo que se conoce en México como "hacerse el occiso".

     Lo grave puede estar en lo que ha trabajado Rusia a partir de la filosofía de Iván Ilyn, y de ciertas tendencias en los medios de comunicación masiva: el ritual del chivo expiatorio, para lo cual se prefiere creer a saber, llega a cebarse entre la mala voluntad y la ignorancia sobre gente inocente o, si se quiere decir en términos de ley, "no culpable", aunque el ritual se invente supuestas culpabilidades ("la mala mujer", la "extranjera", la supuesta "mujer falo", etcétera). Es, del mismo modo, el "autócrata" o "la amenaza". No tiene el menor sentido hablar de democracia o de buenas causas cuando no se reconoce la más elemental presunción de inocencia, y se condena o se sentencia antes de cualquier proceso que, para decirlo de otro modo, implica, con pruebas, "conocimiento de causa". Es una pena el servicio de generaciones libertarias a la verticalidad machista y conservadora, para pasarle "la cuenta" a una persona no sólo inocente, sino que ha sido fiel por casi 20 años, por ejemplo, buscado salidas decorosas, no dañar y, sobre todo, evitar las guerritas como parte del drama y la telenovela. Parte de lo feo está en no averiguar nada, porque se prefiere creer, como ya se ha dicho, para evitar a toda costa enemistarse con el poder, es decir, por conveniencia y por miedo de pagar ls consecuencias que se le cargan al chivo expiatorio: miedo al aislamiento social. ¿Como se teme el aislamiento social, se aisla al chivo expiatorio, o a lo sumo se lo utiliza para "corroborar información", no de la persona a la que se aísla, sino del último chisme o rumor captado? Se teme el sufrimiento de un eventual aislamiento, o el estigma social, y se le inflige al chivo expiatorio. Esto, además de ser propio de una persona con miedo, lo es de la que opta al mismo tiempo por la cobardía y un dejo de sadismo. Es frecuente en la clientela, como la latinoamericanista y sus ramificaciones. Apostarle al aislamiento "fatídico" de una persona, que "!debe regresarse por donde vino" o caer en el olvido, para engrandecimiento propio o para salvar el pellejo ante alguna eventual represalia del poder, o llegar a insinuar al chivo expiatorio desde el chisme o el rumor, es además la peor deslealtad y el tiro por la espalda, porque se trata al aislado o la aislada desde información o "influencia" obtenidas por la espalda. Lo que conviene entender es que quien actúa así está "roto" y, antes que verse a sí mismo, prefiere pasar a la destrucción o el aniquilamiento moral del otro. Alguien benevolente se alejará o no dirá mucho.

        Ilyn ha venido a cambiar las cosas. Una persona inocente o "no culpable", "consciente de la ley", puede ser violentada o amenazada en su seguridad por la personalidad descrita más arriba. Pero no es correcta, ni siquiera desde el punto de vista cristiano, la respuesta de Tolstoi, en el sentido de la "resistencia pacífica" al mal, más si el riesgo está en que sea tomado por el equivalente de "poner la otra mejilla". En situaciones de peligro para la integridad de la persona (para lo que basta el equilibrio psicológico), lo que cambia es que no se trata ya de alejarse, sino de usar la fuerza, "para ser justo en un mundo injusto" y como "obligación noble", así se quiera salir que historias emocionales de rencores, resentimientos o venganzas, que no vienen al caso: con variantes y "sopesamiento" debido, puede ser necesario el uso de la fuerza justamente para preservar la inocencia y defender la "no culpabilidad", así el uso mencionado, desafortunadamente, no esté exento de riesgos, sacrificios o incluso pérdidas. No es mucho secreto el de Ilyn: "por las buenas, soy muy bueno; por las malas, soy peor", diría el "Divo de Juárez". Incluso si, debiéndose hacer nada más lo mínimo, y proporcionalmente, es necesario dañar al otro si es una persona malvada. Como sea, bajeza del latinoamericanismo: xenofobia anticonstitucional en México, misoginia con colaboración de "señoras" (que no se quejen de que se hable de "pleitos de viejas"), cobardía y violencia, temor al sacrificio propio pero disposición cuando menos a ver el ajeno, como si fuera circo romano, habladurías por la espalda, aceptación de imposiciones y sumisión, y codicia o ambición. Interesa clarificar los mecanismos para saber defenderse y, si no hay opción, nótese que después de haber agotado las posibilidades, sí, usar la fuerza, a manera de protegerse. Aunque quien está a la sombra del poder se crea inmune o impune, y vocifere "qué poca" por un síntoma de proyección/inversión digno de Diván el Terrible, si acaso hubiera cura. De la gran familia narcisista mirándose en "la grandeza de...", por ejemplo de la "Patria Grande", no se sale sin ser objeto de represalia, porque independencia es no hombría, sino para la persona malvada, "testigo incómodo", por liquidar, incluso con damnatio memoriae. A jugar a otra parte con lo que el regiomontano Agustín Basave llegó a llamar "escondidillas con la consciencia". Sobre todo si se tienen cadáveres en el clóset. Enjoy (da click en el botón de reproducción).






martes, 16 de septiembre de 2025

GUADELUPE TERESINHA BERTUSSI, O DEL SUBIMPERIALISMO EMOCIONAL

 Las mujeres brasileñas tienen cierto gusto especial por la confusión entre la realidad y una telenovela: en vez de apagar la televisión, convierten la realidad fácilmente en asunto...de "escenas". Hasta con un supuesto sentido terapeútico.

        En el caso del personaje -es que, como se decía antes, "es todo un personaje"- a quien nos referimos aquí, conocido domésticamente como "Andorinha", ha confesado tener un lejano pasado extraño, al haber tenido en algo así como "la clandestinidad" una relación con alguien de quien no supo si se llamaba "Nildo", o "Ourico". Aquí comienza parte de la trama, puesto que en la hacienda latinoamericanista existe alguien de nombre Nildo Ouriques, que como se acostumbra en la "casa grande", se cuelga de grandes nombres para agrandar el propio, tratar de cubrirse de gloria, ponerse en campaña y repetir la teoría de la dependencia, en la que se refiere más a "Theo" (!) que a un Ruy Mauro Marini (conocido como "Ruy Mauro") que no se esforzó demasiado ni salió mucho de la "esfera de la circulación". De hecho, en la "casa grande" se está bastante en dicha esfera y a la espera de recoger en la de la distribución, sin especial empeño en la de la producción. Cosa de fazenda: el hombre brasileño con sus toques afeminados, y la mujer de drama pero medio hombruna. En fin, empieza el suspenso: ¿Era Nildo o Ourico? 

    Acto seguido, "Andorinha" confiesa a un ingenuo que el marido de aquélla está en fase terminal, y le quedan entre dos y cinco años de vida. Como cuando no están más frenéticos que Henry & June (según "Andorinha", 365 días al año -!qué ritmo, los locos del ritmo!- y con algo de mota en la playa si hay ocasión), lo que tiene al señor en plena genitalidad, viven peleando o recibiendo visitas entre pelea y pelea, "cama y mesa" ("mal bicho", se dice de la segunda esposa del patrón) y el señor es llevado a visitas hospitalarias con una manera de arrancar y frenar el choque que es propia de quien quiere amansar al pasajero (que debe ser el "sexo pasajero", de tan buena que está la batucada todo el año, de carnaval). Cama y mesa. No tanto amantes a la antigua.

      La "Guade", porque todo destila amor, tal vez no sabe que la casona de Tlalpan es producto de un despojo legalizado a la primera esposa del señor. De lo más frecuente en las fortunas oligárquicas. Pero entre que si son Nildos o son Ouricos, la brasileña es de la maña y le prepara el golpe al patrón, porque no hay telenovela sin pleito por una herencia, y hay que apresurarse a invertirlo todo, como en el carnaval: el legítimo debe salir en "escena" de ilegítimo y, a su vez, la ilegítima de "legítima". Conmina a Jussara Teixeira a que siente al hijo -heredero en potencia- con Diván el Terrible. Como la casa grande es de que "lo mejor de nuestras vidas queda en familia", la tal Jussara es la señora de Sergio de la Peña, una nulidad completa que es asesor de tesis de Nildo Ouriques. El patrón, fuerte con quienes creyó débiles, está al "punto" para la celada, a ritmo de samba en sambódromo o bossa nova: un buen día, después de sacado el hijo de la batucada, "Andorinha", con toda la familia al apoyo, remata con "ladrón que roba a ladrón" y se queda como heredera única y universal, en lo que se decide si es Nildo o Ourico, y procede a prohibir al hijo que se asome por la fazenda, mientras el patrón, ya en plan cuento de Gabo, se limita con lo que le queda -ya despojado- a comprarse calcetines nuevos. Y tal vez a creerse que, como todo dueño de vidas y haciendas, ha cumplido con repartir casas entre señoras. En este punto, el ingenuo sale de la historia. Y entran a escena los que se creen lo de la "legítima", que con tal de estar invitado a la casona  y "relacionarse" no falta quien se crea hasta que es Pelé, o Xuxa.

       Cuando el patrón, ya en otro lugar, necesita hospedaje para un tratamiento, la heredera única y universal se lo niega, porque ya es señora, no servidumbre, y el señor va a parar en otra hacienda, en Coapa, a una colecta de dinero con Beatriz Stolowicz y más para el tal tratamiento. Como además de plan familiar se tiene el de contar los centavos, no indigna que el patrón no tenga ni uno por dejarlo todo a señoras por aquí y por allá, y tampoco indigna el papelón de "Andorinha", totalmente inmisericorde, sino que se haga colecta de dinero cuando se está en la "esfera de la circulación" en espera de pasar a la distribución, incluyendo en los clanes de pseudoburguesía mexicana. Nadie parece inquietarse de que la conducta de "Andorinha" sea propia de una patología, porque después de todo, queda en familia, la impunidad se vale (aunque sea porque se enseña a agachar) e interviene otro brasileño con la misma molicie (parece que todos tuvieran fatiga crónica), Severo Salles, en toda una operación subimperialismo emocional en el latinoamericanismo, y en la que las coronelas mexicanas salen también de escena (corriendo). Así la telenovela, así las brasileñas y así la familia latinoamericanista. A reserva de que batucada es "va tocada" (pero bien "tocada"), salvo que la serie se llame tiernamente "Andorinha" (víctima, típico modo de presentarse de la persona perversa); alguien, en la escena final, se acerca al hijo desplumado y le pregunta: ¿conoces a Nildo Ouriques? Cómo se pasa la vida: ¿se refiere a "Nildo" o a "Ourico"?¿Y por qué en vez de seguir repitiendo lo de siempre como si fuera pegajoso como una lambada o "Lanza perfume"con Rita Lee  no piden trabajo en O'Globo? Porque, en lo que son Nildos o son Ouricos, figurinos, es como del dinero y de Camelia: nunca más se supo nada. (da click en el botón de reproducción: ¿alguien más quiere un protagónico y más "escenas" o no se la quiere acabar?)





lunes, 15 de septiembre de 2025

CON CARA DE WHAT

 Una de las cosas que se ha extraviado en el mundo actual es el sentido de los valores universales, que no son los mismos que los de los "derechos y libertades". En el caso de México, parte se perdió cuando el gobierno del presidente Vicente Fox (2000-2006) erradicó las materias de civismo y ética, que no son ajenos a dichos valores, que tampoco son los de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), Es una contradicción flagrante hablar de valores universales y confundirlos con los Derechos Humanos o la diversidad cultural. No se trata tampoco de "reflexión crítica" -izquierdismo- o de "responsabilidad social", lo último de moda en el mundo empresarial, para conjugar la inercia con el ademán "libertario".

         En los valores universales, la persona pasa antes que cualquier diferencia, de género, de raza, de condición socioeconómica, de religión, etcétera, es decir, antes tanto de cualquier rol como de cualquier "identidad", y se trata de que esos valores estén por fuera de la dominación o, para decirlo de otro modo, que tiendan a excluirla para privilegiar lo que entre seres humanos hay de semejante, y que no es nada más cuestión de "la especie", sino del "género". En este sentido, algo como el "humanismo mexicano", por ejemplo, no dice mucho, como tampoco el "socialismo con características chinas", etcétera. Si se trata de privilegiar lo que hay de semejante, así se exprese de manera diversa, es preferible tener reglas basadas en la igualdad, de la que se habla poco, porque desde hace rato el gran privilegio es para "la libertad". A final de cuentas, cada quien es "libre" de "hacer lo que quiera", a lo que se agrega "mientras no dañe a los demás": esto significa que no es necesario ver en alguien más a un semejante, salvo a otro "propietario de sí mismo" igualmente libre de "hacer lo que quiera", aunque sea en realidad "captado" por el deseo o hasta por la fantasía. Desde luego, se trata de tolerancia, sin que ello implique tampoco reconocimiento de la semejanza; antes bien, se debe tolerar de todo, o casi, por "la libertad de cada quién".

       Después, empiezan las licencias. Si la justicia es un valor universal, se le puede anteponer que "de justiciero no se logra nada", que "tú no vas a cambiar al sistema" (ni a nadie), o que la injusticia existe desde tiempos bíblicos y no conviene "salir de redentor crucificado". Si la bondad es un valor universal, es también ingenuidad: cuidado, porque hay que tener cuidado en este mundo material, e igualmente la generosidad es un riesgo, porque otro puede sacar provecho sin devolver nada. Si la compasión es otro valor universal, como "nadie la tiene" no viene al caso y "si le das un golpe a otro, dáselo bien, porque si se levanta es para devolvértelo". La honestidad puede llegado el caso hacer perder ocasiones u oportunidades. La responsabilidad se confunde con culpa para no asumir "culpas" y tener coartadas para, de ser posible, ahorrarse consecuencias si es que implican pérdidas, porque nadie las quiere, en ningún terreno. El amor es para oír un concierto de Roberto Carlos y seducir, pero también ya algo de consumo, como lo ha mostrado la estudiosa Eva Illouz: se consume romanticismo o cursilería, entre otros estereotipos. La gratitud está en desuso ("ah, fue tu decisión, yo no te pedí que lo hicieras", etcétera); la solidaridad es un proyecto de asistencia a grupos vulnerables o una Secretaría, y a duras penas hay "respeto" confundido con tolerancia. Lo mejor, desde hace mucho tiempo: con que "no hay verdad absoluta", resulta que cada quien tiene "su" verdad, habla según le va en la feria e "interpreta" de acuerdo con sus intereses. A este ritmo, casi no hay valor universal que resista: es que cada quien lo ve "a su modo", con lo que se acabó la universalidad misma y cualquier semejanza: no hay nada superior por encima del "interés propio" de cada "ego", la búsqueda de lo que lo beneficie al menor costo, o de ser posible sin ninguno, y la "libre competencia" que, si se acompaña de tolerancia y "respeto", significa desconocer al semejante y no tener ninguna relación con él. Hace rato que se ha interiorizado bastante que lo básico es "la libertad", el ademán de "tolerancia" (confundido con respeto), la evitación de todo riesgo de pérdida (por bondad, generosidad, empatía, etcétera, o compromiso) y, si no es la rivalidad soterrada, la "tolerancia" convertida en indiferencia: cada quien a lo suyo. Es la trampa del relativismo: "no hay verdad absoluta" no puede tomarse entonces como verdad absoluta. El problema está en saber que rige el interés, que es en rigor "estar entre" (inter esse): como cualquier semejanza deja entrever un riesgo en la "intersección" entre "la gente", no queda más que el mantra mexicano ("me vale madre") y la diferencia que, sin la semejanza mencionada, es radicalmente otra, salvo para competir por los recursos, así sea en nombre del "gusto" de cada uno: entre la indiferencia y la rivalidad, y cada quien a su buen emprender y entender. ¿Reglas del juego? No hay mayormente, salvo "tolerarse" mientras cada quien busca lo suyo. A riesgo de que "juego sin reglas", a fuerza de rivalidad, sea una violencia larvada crónica. Hace mucho que el presidente ruso, Vladimir Putin, hizo la pregunta: ¿reglas del juego o juego sin reglas? Si no hay valores universales, sino "interpretaciones de cada quien" e intereses, egos sin nada superior a todos ellos, es como con la personalidad de la época: no queda más que la indiferencia o el riesgo de encontronazo entre "subjetividades", por "tener diferencias" ("es que tuvimos diferencias", o "se pelearon por una diferencia"), según la evolución: la sobrevivencia del más apto, es decir, del que logre dominar o crea poder lograrlo. No quiero reglas -la personalidad de la época como "niño malcriado", según el psicoanalista Jean-Charles Bouchoux-, mucho menos universales, y no entiendo por qué están las cosas medio hostiles, si cada uno es libre de que se cumplan sus deseos y fantasías, es decir, de la arbitrariedad completa, si "en gustos se rompen géneros" (da click en el botón de reproducción).

WHAT


QUE SEA

 Como ya se había señalado en alguna ocasión, el neurólogo y psiquiatra Boris Cyrulnik, inventor de la ahora tan llevada y traída "resiliencia", estimó alguna vez en 200 mil el número de habitantes de una ciudad para que en ésta no haya psicópatas. Es posible pensar que la psicopatía es hoy algo bastante extendido, dado el alance de la urbanización. Psicópata no es quien se muestra en las pantallas de Hollywood con su preferencia por todo lo que sea horror y sexo como formas de "entretenimiento". Aquí se habla del psicópata narcisista o del perverso narcisista, que es alguien que no tiene mayor idea de los límites, que tiene un ego a prueba de toda alteridad y que no alcanzaría a "sentir" el daño que puede hacer a los demás (por lo que es el típico incapaz de reconocer y enmendar un error): es el que carece por completo de empatía, pero que puede ser eventualmente inteligente y seductor. Tal vez se malinterprete si se habla de "mal", pero se trata de una persona dañina (no sirve de mucho ponerse a hablar de gente "tóxica" sin entender de qué se trata). Para el estudioso francés Thierry Patrice, el malvado no tiene mayor percepción del sufrimiento que inflige a otro; cabe agregar con todo que puede también tener rasgos de sadismo, lo que supone conciencia del daño que se busca hacer. A veces ocurre que el que daña no toleraría que se lo hagan, o que lo ha sufrido y está "roto".

        ¿Habrá quien recuerde al presidente estadounidense Ronald Reagan y su designación del "Imperio del Mal"? Los soviéticos le tenían miedo, porque no podían entrever hasta dónde podía llegar. Ya que se habla como sea de "mal", para Patrice el malvado necesita de un espectador que calle o sea indiferente, pero que tácitamente apruebe, si no está en contubernio. El malvado se sirve así de un fenómeno colectivo para convertir a su víctima en chivo expiatorio, con dichos contubernios o aprobaciones tácitas. Por lo demás, el malvado se ceba sobre alguien que tiene algún valor y algo que es codiciado. El malvado resiente en el fondo la falta de lo que codicia o "sufre" por el valor del otro. Es, dicho sea de paso, lo que está en juego en la relación con Rusia, a través del típico fenómeno de proyección/inversión en el que el presidente ruso, Vladimir Putin, es la nueva versión del "imperio del mal" o el "villano favorito". Tiene un valor, el de ser frontal (a diferencia de los malabarismos de los chinos), lo que, otra vez en proyección/inversión, lo hace aparecer como factor de "confrontación" y "amenaza", el "conflictivo". Y gracias a la fuerza de los medios de comunicación masiva, se encuentra cómo armar el espectáculo permanente -de la "amenaza"- para que más de uno asista sin decir nada, por contubernio, por miedo o por indiferencia, cuando no por inconciencia/ignorancia y por COMODIDAD, lo que llevó hace pocos días al analista Alfredo Jalife-Rahme a sugerir de nuevo que se pare de pronosticar la "Tercera Guerra Mundial" a la ligera y como si fuera pelea del "Canelo" contra Pacquiao o algo así, porque de una conflagración así podría suceder que no haya vencedores ni vencidos. Por lo demás, no se "siente" el daño que se pueda infligir a Rusia, y al mismo tiempo se le inflige por cierto miedo: al alcance de la crisis de los países centrales, "sufrimiento" al que se teme. La parte de codicia está en buscar acceso a los gigantescos recursos rusos. Así que no es película de horror y sexo: es, ideología mediante y con sensación de superioridad, la personalidad psicópata de la época en acción, a la que se iría sumando en cierto grado Donald J. Trump, presidente estadounidense, por lo pronto para ver si China e India dejan de comprar petróleo ruso, al igual que algunos europeos. Lo de Ucrania es un pretexto, puesto que el inicio del cerco data de 1997, si no es que desde antes.

         Hablar con una personalidad así es imposible porque, como se dice, le "da la vuelta a todo", en lo que es de lo más ducho el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, aunque no es el único perverso, si se trata de torcerlo todo. Basta con ver a las brujildas de la Comisión Europea, como Úrsula von Der Leyen o la  alta representante de Exteriores,  Kaja Kallas, mujeres con pulsión de muerte, mientras la UE (Unión Europea) se inventa provocaciones rusas en Polonia o en Rumania. Es poco probable que esas personas no sepan que son falsedades, pero se trata más bien de poner a prueba a Rusia, de "tantear" las formas de un eventual conflicto y de repetir machaconamente el ritual para el espectáculo mediático, ganando contubernios o silencio cómplice. No queda claro hasta dónde está Rusia consciente del miedo o la cobardía que anida en los países centrales: miedo a no salir de la crisis y cobardía de "echarse de a montón" para aislar a Rusia. Se trata ya de una patología. Lo que puede decirse es que, a nivel oficial, Rusia ha hecho suya la idea de Iván Ilyn, filósofo ruso exiliado en los años 20 del siglo pasado: el derecho de resistir al mal mediante la fuerza. Se trata, a grandes rasgos, del derecho a la legítima defensa. Lo que no termina de quedar claro es hasta dónde puede quedar deformada la percepción de la situación en los países centrales, y hasta donde alcanza a ver la percepción rusa, ya que no es un asunto de diferencias culturales, ni de movidas, jugadas y más geopolíticas al infinito, sino de pérdida de referentes y de sentido: ¿entienden el sentido de lo que hacen quienes pronostican "la Tercera Guerra Mundial" o quienes no piden algo de moderación (cuando menos) de la UE y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)? (da click en el botón de reproducción).



viernes, 12 de septiembre de 2025

SI TIENEN TELE, AHÍ SE VEN

 La Ciudad de México se lo traga todo, en las patologías de la imposición y la sumisión. O casi, habida cuenta de las notorias mejoras en los años 2000, desde que la izquierda triunfó en la urbe en 1997: ya no es la difícil ciudad más bien sucia, insegura y contaminada de los '80, ni madriguera de porros y paramilitares, como de 1968 (al amparo de la regencia) hasta los '80, ni lugar invadido de ambulantes y con transporte de mediana calidad (Ruta 100), etcétera. Al mismo tiempo, la hoy CDMX (antes Distrito Federal) sigue siendo la ciudad más corrupta de México, aunque tampoco abundan los policías "mordelones" o los judiciales extorsionadores, ni lugarcitos como Tlaxcoaque para una "calentadita" a los opositores extremos.

      Cuando llegaron los españoles, ya había una ciudad que los maravilló: Tenochtitlan. Para más señas, la corrupción no es "cultural", porque la cultura mexicana tiene dos grandes troncos, el prehispánico y el español, y en el mundo precolombino no había corrupción. En cambio, la hubo en grande durante la Colonia, y vista como algo "natural", por distintos motivos, y asociando por lo demás a caciques indígenas. A pesar de lo dicho, la capital virreinal, que lo era del lugar más importante para el imperio colonial, la Nueva España, se convirtió en lo que se conoce como "la ciudad de los palacios". A la larga, hizo girar en torno suyo -y a Hernán Cortés y Moctezuma +Cuauhtémoc- la idea de "México" en sus supuestos orígenes, aunque en realidad lo estén, entre otros, en Miguel Hidalgo y Costilla y el no suficientemente valorado José María Morelos y Pavón, con la Independencia (más allá de la biografía de Fernando Benítez). A la "ciudad de los palacios" se le reconoce hasta hoy, en canales subterráneos, calzadas y barrios, la herencia prehispánica. Hoy, por lo demás, se han reducido los lugares de miseria.

          Para finales del siglo XIX, México empezó a entrar en la era de masas, aunque al cabo de un siglo nucleado por la hacienda como forma de socialización de gran importancia, y de origen colonial, aunque perduró con la Independencia. El surgimiento del poder político, salvo por Benito Juárez, quedó ligado al espíritu de hacienda y la "casa poblada" familiar y de dependientes, la felicidad de las telenovelas y el drama oligárquico. Desde el poder político, sin capitalismo endógeno (en particular a falta de industria nacional, salvo excepciones), y por ende de origen señorial, pero ilegítimo, se podía "alquilar" a la inversión extranjera para lograr la modernización, que dejó huella, y no nada más en el ferrocarril: las construcciones de estilo porfiriano, el antecedente del Paseo de la Reforma y el inicio de la construcción del palacio de Bellas Artes agregaron más de "monumental" a la capital mexicana. Quedó en la mentalidad capitalina, ya en el inicio de la era de masas, una cierta idea de la política, al mismo tiempo señorial, ilegítima y clientelista, heredada de cuatro siglos (la Colonia más el siglo XIX de la hacienda), no desprendida de la Iglesia, y la afición por lo extranjero, para tiempos del Porfiriato, el afrancesamiento. Hasta cierto punto, es el poder político que "concesionó" como "favor": a clientelas nacionales allegadas, y a la inversión extranjera.

      Para más señas todavía, es también lo que hizo el seductor de la patria (1988-1994), siempre desde el poder político. Fue la época, aunque ya se trataba desde antes, con el presidente Miguel de la Madrid (1982-1988) en que empezó a dejar de verse a Diaz como negativo. Al poco rato era un Díaz "con rostro humano" con "El vuelo del águila", la telenovela. Se decía que Díaz había logrado el progreso económico, pero no la "democracia", tanto como decir que no había sabido "repartir". Ahora bien, más allá de la modernización, a la inmensa mayoría del país no le fue bien con Díaz, al grado de que, siendo pobre, se empobreció más, lo que han probado estudios históricos con estadísticas en la mano. Dicho sea de paso, a la mayoría tampoco le fue bien a finales de los '80 y en los '90. Pero una parte de la población fue a dar en lo que Andrés Manuel López Obrador llamó "neoporfirismo", por lo demás sin ser el único  Llegó una nueva modernización, esta vez estadounidense, latente desde antes. La CDMX, entonces Distrito Federal, mantuvo prácticas clientelistas y vió llegar una nueva extranjerización: el capitalino, el "chilango", oye música con frecuencia en inglés y, con la misma frecuencia, se cree un señor con el que hay que aguantarse un uso particular del libre albedrío, que depende de la buena o mala voluntad, la del "hago siempre lo que quiero...", además "me las puedo..." y "a mi nadie me dice que...", por lo que nada es asunto de responsabilidad u obligación, sino de "culpas"; poner al "señor" o la "señora" delante de una responsabilidad es atribuirle una "culpa" de la que está exento, porque su libre albedrío es fuero.

        Al mismo tiempo, así fuera por influencia del exterior capitalista, se fue aprendiendo el cálculo de conveniencia, hasta que, andando el siglo XX, fuera pasando a mayor plano, en lugar de la antigua maniobra "autoritaria": después de todo, la "gente decente" capitalina se acostumbró a "entrarle" y a arreglárselas con dinero para, como lo decían incluso empresas transnacionales, "engrasar" la corrupción. El "chilango" puede ser el de la cortesía, o incluso el del trato que llega a lo afable, cuando no a la "confianza" que instauró el antiguo régimen (el del PRI-Partido Revolucionario Institucional), dando la impresión de cercanía emotiva, y el mismo dispuesto a deshacerse del otro sin gran problema si lo dicta la conveniencia. No es "lo mexicano", sino lo que, de preferencia por la jerarquía en el Porfiriato, se convirtió en "empate" priísta, como propio de la era de masas en el Tercer Mundo, a caballo entre el mundo precapitalista y el capitalista: el engaño, de muy antigua raigambre, al servicio de lo más ramplón del capitalismo, la pura conveniencia, que se afianzó luego del seductor de la patria entre varias generaciones, y que da en el "aprovechado", que es la reputación no tan infrecuente del latino en general, aunque como versión específica de un comportamiento de masa ("me creí superior a cualquiera"...).

         Tal vez lo incómodo no sea la conveniencia, que se puede interpretar de diversas maneras, pero que puede llegar, como en el mundo de los países centrales, al egoísmo más crudo, lo que Marx llamaba "las aguas heladas del cálculo egoísta". Es de lo más duro. Pero no se trata de idealizar lo que fue creando en parte el hoy llamado Sur, y que es en una parte de México (ni siquiera todo el país) el uso frecuente de la "cercanía personal", la "familiaridad", hasta de "melcocha", reservándose -para colmo, como fuero- el cálculo de conveniencia más ajeno a la apariencia dada. Es el clientelismo "moderno", del lazo de dependencia personal "juramentado", pero potencialmente desleal: siempre entre dos sillas, el egoísmo sin empacho pero, además, en el Sur, no asumido como tal, sino "apadrinado" en grupo. No es entonces cosa exclusiva del capitalino. Como se dice, "sobre aviso no hay engaño". Lo que es más propio del capitalino es lo que se conoce coloquialmente como "golpe avisa": en vez de hacer aparecer de entrada la conveniencia descarnada, el preámbulo es lo contrario del "sobre aviso", y por lo tanto, es también el potencial engaño: la familiaridad como artificio de "trato personal", o el "choro mareador", para "marear el punto" y buscar aventajar. Cantinflas lo vió y encontró la manera de reírse de este "modo de ser". Desde los '90, ha sido menos -salvo en ámbitos cortesanos- y más abierta la conveniencia, que puede llevar a otras reglas, pero también a ir descartando el engaño mencionado. Los que lo atribuyen erróneamente al grupo gobernante son los del "neoporfirismo", persistente en el mundo mediático (por cierto que, ya agarrando experiencia, la presidentA Claudia Sheinbaum se ha vuelto hábil ante tanta engañifa de los medios, que "hacen creer"): México puede desempatar, y parte de la CDMX también, pasada la onda lumpen. Será más citadino y menos "barroco", tal vez, para error de quienes han querido hacer de ciertas conductas supuesta "cultura". La cosa nostra no es cultura. Lo que el antiguo jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, no consiguió, por falta de callo, tal vez vaya lográndose con suficiente tiempo para la autodenominada "Cuarta Transformación", más allá de sus resabios izquierdistas o priístas (da click en el botón de reproducción).




jueves, 11 de septiembre de 2025

A QUIÉN LE IMPORTA

 El hecho de que una universidad pública sea en la ley un organismo descentralizado del Estado conlleva riesgos: uno de ellos, conocido en la enseñanza del Derecho, de que se convierta en un feudo, es decir, en una dependencia al servicio de un "señor" y "su" gente, una clientela. Sucede en la medida en que, desde hace tiempo, la universidad es un reducto de seguidores del seductor de la patria, con variantes, desde resabios del PRI (Partido Revolucionario Institucional), como ocurrió durante ocho largos años con el obispo de Copilco, hasta de enquistados como los Woldies, del Instituto de Estudios para la Transición Democrática, que en cierta medida, poco antes de afianzarse, se repartieron premios entre sí con un rasero de clientela, y no ligados propiamente al trabajo académico, sobre todo a falta de éste si se estaba por ejemplo en cargos de supervisión electoral. Por lo que se refiere al obispo de Copilco, en su momento, de cooptación, ni siquiera se dió el trabajo de disimular su afiliación partidaria. Lo dicho aquí no lo es todo, aunque se trate de una tendencia fuerte; la universidad pública sigue contando, sobre todo a nivel administrativo, con gente de especial buen sentido del servicio público y algunas buenas áreas de estudio, además de, finalmente, una paulatina (aunque ambigua) renovación generacional, para no idealizar el pasado "estilo India", de "vacas sagradas". El carácter "descentralizado" tiene que ver con una autonomía concebida por el "uso" de la universidad, para todas las corrientes de pensamiento, y JUSTAMENTE para evitar el manoseo político-ideológico. El predominio de "grupos" que responde a una "política" es, de entrada, ajeno al espíritu universitario.

         Desde hace años, y más notoriamente desde 1999, aunque hay tendencias previas, la universidad no sirve al Estado en gran medida porque responde a intereses de organismos internacionales, que dictan las grandes líneas a seguir (como por ejemplo a través de un memorándum con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico- OCDE cuando la encabezaba José Ángel Gurría, funcionario del seductor de la patria). A través de informes y "recomendaciones", dichos organismos encuentran la manera de que los funcionarios/tecnócratas repercutan "agendas" al interior de la universidad, quedando por saber si los intereses de dichos organismos son los mismos que los del Estado mexicano, más por la influencia transnacional. Aunque hay excepciones, lo que se hace en bastantes lugares de la universidad pública no responde al interés del Estado nacional, con atributo soberano, sino al exterior. Desde los 80, se agrega el incesante trasiego de universitarios al exterior y, en particular, al "tráfico" con universidades foráneas, en particular de Estados Unidos, y en menor medida de Canadá: la creencia es que lo de afuera es por fuerza mejor que el "pobre Mexiquito", hasta la apertura indiscriminada y la indiferencia y la ignorancia de lo propio. Es la generación del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), que se reforzó desde los '90 con la "globalización" como coartada. Son en parte los "demócratas liberales" que no ocultan que el Estado nacional les parece algo "atrasado". Como se dice coloquialmente en México, son aficionados a "mamar y dar de topes", y no debe haber Estado más que para saquear el erario. Están en primera fila para situarse contra la autodenominada "Cuarta Transformación", si hay privilegios creados que se sientan inseguros, en vez de contribuir a diagnosticar y resolver los problemas del Estado nacional.

         Los otros, quienes crecieron "Demócrata" y ponen el aderezo libertario, sin excluir a la izquierda "radical", consideran que el Estado-opresor-es-un-macho-violador o, para decirlo de otro modo, confunden Estado y gobierno, como los "demócratas liberales": participan de la recolección de fondos (fund raising) con las modas de "acción afirmativa": a su manera, el uso de fondos del Estado -es decir, del interés general- para, diciéndolo otra vez coloquialmente, "patear el pesebre", al grado de llegar a un despilfarro de recursos monumental por saturación de lo mismo y "sobreproducción" que tampoco obedece a intereses endógenos. Se trata de generaciones intermedias que hacen "grupo de presión" para generar la creencia del all inclusive, todas las minorías de lo que sea incluidas, y ocupando el espacio público con asuntos personales, desde que "lo personal es político", sumando a la clientela su decisión de hacerla de .lobby. Trátese de las clientelas, de los grupos de presión o de ambas cosas, ya no tienen que ver con el interés del Estado, general y público, porque se trata de intereses privados, al amparo de la autonomía que a la "izquierda grupo de presión" le sirve también para lanzarse contra el Estado.

        La autonomía no es soberanía de una academia que no tiene dinámica propia (endógena), sino que baila al son de intereses exteriores que no son los del Estado, sino con frecuencia extranjeros: sí se trata de "neoporfirismo" tanto por la preferencia por la moda foránea y el abandono del interés nacional como por la reducción de lo nacional a asuntos de "grupos" de privilegiados con pretensiones aristocráticas -por mi raza hablará Carmelita Romero Rubio- y pasión por la intriga y ese "ser dueño de su silencio" tan de don Porfirio, para enseñarse a no hablar nunca más de lo "necesario y conveniente" para permanecer en el "círculo", y a tal grado a costa de la independencia de criterio, que se toma ésta como si alguien, en vez de entregar "la merca", se la quisiera quedar para beneficio propio y -pura proyección/inversión- por ánimo personalista. De lo último que se habla en la corte es de trabajo, salvo como pretexto para tener con qué "moverse" y ascender, así sea la última de las frivolidades o pura chatarra. Al mismo tiempo, entre las generaciones más jóvenes, queda por saber si, dadas sus circunstancias específicas, y aún con "grupos de presión" encima, pueden encontrar un camino propio que no sea el de los acaparadores de tantos años. Algunas posibilidades hay, entorpecidas por personas que, como no es tan difícil de entender, se hicieron de privilegios a costa del Estado y, por lo tanto, del mínimo de institucionalidad alcanzado. Lo otro es la universidad "patito" para cerrar no precisamente con broche de oro, y creyendo que la culpa es de Trump o de la "4T". Cualquier cosa, que en proyección/inversión sea exterior, con tal de no asumir nada, y "trascender" no dejando en la Tierra más que ese cuidado de "nada más de lo necesario y conveniente" para asegurar privilegios, hacer relaciones de poder y para, llegado el caso, debilitar al compadre. Ya que se está en Andrés Manuel López Obrador (Neoporfirismo), tal vez lo anti4T sea un ánimo de necesariato. De importancia muy de dudar (da click en el botón de reproducción)







martes, 9 de septiembre de 2025

VAS PA'TRÁS, PAPÁ

 Francia es, como en parte (aunque menor) España, un país que conserva cierto grado de debate de ideas, a condición de evitarse un punto: como el Reino Unido, del que han salido muchos historiadores de la más refinada mala fe sobre el tema, en Francia es prácticamente imposible hablar con un mínimo de serenidad de la Unión Soviética y de Rusia. Se trata en Francia y el Reino Unido de dos antiguos imperios coloniales, ya capitalistas, que creen tener algo de "especial" y que, en materia de anticomunismo, son bastante peores que Estados Unidos, motivo por el cual el Reino Unido está "apuntado" por las armas rusas, y algunos excesivos creen en un complot "anglosajón". En materia de historia de la Unión Soviética, hay a veces historiadores estadounidenses honestos, como algunos en España. Es en cambio imposible en Francia y el Reino Unido. Han pasado décadas desde Charles De Gaulle en Francia y su idea de tener mayor independencia frente a Estados Unidos. Por lo demás, algunos creen en una capacidad de ideas de Alemania que es reducida, y en este país tampoco falta la mala fe anticomunista. La diferencia, en parte, está con Francia en el debate de ideas mencionado, por lo que puede haber alguien como Marine Le Pen, por extraño que suene. A su vez, Estados Unidos tiene buena tradición de historiadores en lo que se llamaría una tradición "empírica". Como al estadounidense le gusta ésta, salvo excepciones difícilmente se lanzará a inventos graves como los de los británicos y los franceses sobre la historia del comunismo. La tradición capitalista de Francia y en parte del Reino Unido, más que de engaño, es de hipocresía y de lo que a raíz del francés Moliére se conoce como "tartufismo", más incluso que de simple cálculo de conveniencia a la estadounidense. De los países mencionados, pese a la hipocresía frecuente, Francia es el que más conserva una mezcla de cortesia y educación que se llama politesse. En cambio, el estadounidense puede ser majadero -como lo es el presidente Donald J. Trump- y el alemán prepotente y, como el estadounidense, orgulloso de su ignorancia. Se trata apenas de tendencias.

         Gracias a lo que viene sucediendo desde hace décadas, en particular los '80, un país como Francia se encuentra con un antiguo declive agravado. El declive se remonta, en parte, a los gravísimos estragos de la Primera Guerra Mundial, comparativamente más graves que los de la Segunda; pese a De Gaulle, Francia tuvo dificultades en aceptar la descolonización de la segunda posguerra, en particular por la cuestión de Argelia y el peso de la población francesa de origen argelino: es en este terreno que Jean-Marie Le Pen fue alguien de extrema derecha siniestra. El declive prosiguió luego con las deslocalizaciones industriales y el deterioro paulatino de los servicios públicos, alguna vez muy buenos, en particular en materia de educación y salud. Era un muy buen sistema educativo que contribuía a alimentar el debate de ideas: para que se tenga una idea, hoy un 30 % de los franceses adultos no puede leer una página escrita. La investigación científica y tecnológica ha decaído. En resumen, una parte no menor de la población francesa se está volviendo cada vez más tonta, para decirlo de manera suave, sin que ayude conjugar tontería e hipocresía, al servir esta última para no hacer ya "trabajo" mental (lo que se conoce como "el trabajo mental de..."). Está remplazado, aunque en redes es algo distinto, por grandes medios de comunicación masiva cuya insolencia se ha acentuado, volviendo permeable la población a la mezcla de la época de mala voluntad e ignorancia, lo que tipifican bien varios de los últimos presidentes franceses, como Nicolas Sarkozy, el inenarrable Francois Hollande y un Macron psicópata narcisista. Esto ocurre más allá de la inmigración, por el peso mediático y de la alta finanza, que llevaron de hecho a Macron al gobierno. Al mismo tiempo, en una situación asi, los inmigrantes más recientes no se sienten obligados a ser primero ciudadanos y después de tal color u origen, sino que agarran un espíritu de "gueto" o incluso de delincuencia que no es justificable. Según el científico francés Didier Raoult, parte del declive francés hoy tiene que ver con una vida de "servicios" (que ocupa al 80 % de la población) repleta de "administrativos" ("gestores") que en realidad ya no saben gran cosa, ni sobre lo que "gestionan": igual que la universidad pública, por lo demás, y gracias a la digitalización, también. Es así que quienes "gestionan" (como en México lo hizo Hugo López-Gatell), sin enterarse de mucho, impidieron a Raoult trabajar con hidroxicloroquina siendo que, gracias a ésta, el Instituto marsellés del médico mencionado logró la tasa de mortalidad más baja del mundo por COVID 19. Como para resolver problemas hay que pensar, se ha llegado a la obviedad de que lo mejor es no tener problemas y andar simplificándolo todo: la conclusión es que hay que proceder "sin pensarlo mucho" (si todavía se plantea algo de pensar en vez de recitar un protocolo).

      Como lo sugiere Raoult, el resultado es que los asuntos prácticos en realidad ya no se saben enfrentar, para no decir que los del orden de lo humano tampoco, más allá de seguir reglas mínimas, procedimientos y protocolos. Para Raoult, quienes "hacen" (se puede entender que de manera creativa) son cada vez más minoritarios. En educación y salud, cada vez menos se "sabe hacer", y en cambio se inflan los "gestores" tipo video-juego. Así, Francia conserva en ciertos espacios particulares capacidad de debate de ideas, pero no interesan demasiado, y se trata de un país que se está "des-civilizando": es notoria la diferencia, por ejemplo, entre el nivel a la baja de un estudiante francés (o un alemán), próximo de la tontería de más de un estadounidense (para quien la tontería también tiene que ser "mega", "súper", "híper" y "monstruo"), y el nivel más alto de algún español (no siempre), pero sobre todo asiático, chino en particular. En varios países centrales, hay gente que percibe una pérdida de sentido: algunos creen que lo hay en seguirle como en el siglo XX a la creencia de que los bárbaros son los de afuera y los "autócratas" como el presidente ruso Vladimir Putin. Ni siquiera sirve tratar de alertar, porque habría que "saberse de otra" y más de uno cree encontrar la escapatoria cerrándolo todo con llave. Y aún así, el "Sur global" se abre -nada nuevo- en vez de pararle a la imitación por el conocido "efecto demostración". Si el del país central es tonto, es que es el progreso y que ser tonto es lo máximo. Qué bueno que la vida sea cada vez más simple: si no fuera por el trabajo y por la prudencia de algunos, la simplicidad tal vez ya fuera la de hacer guerras a pedradas, para seguir a Albert Einstein. Porque, como decía De Gaulle sobre la gente peligrosa, lo puede ser peor si "además, tiene talento". Como los que celebran a Macron -y no saben de la tendencia a la vanidad del hombre francés y a la lealtad de la mujer francesa-y no tienen sino entre recelo e indiferencia ante el verdadero debate. ¿Muy su asunto el de Francia? (da click en el botón de reproducción).



TORRE DE ESPECIALIDADES "JOSÉ ALFREDO"

 Una de las más simpáticas cosas de varias profesiones liberales en México, incluyendo a médicos y abogados, es que no pagan impuestos, ni parece haber prisa o pedido de que lo hagan: una forma de privilegio, de entrada, y para todo un sector, de llenarse los bolsillos echando al mismo tiempo pestes contra el gobierno. Si alguna vez México tuvo muy buena reputación en ciertas áreas de la medicina, como la neurología o la cardiología, ahora ya no. Hubo una época en que era de gente acomodada el "me van a operar en Houston", y resultaba que en Estados Unidos el médico era mexicano.

      Como cuenta el ensayista William Ospina de Colombia, el médico en México tiene la costumbre, si se equivoca, de rugirle a su víctima. Con hábitos de antaño, el médico tiene de cura y de militar: lo que dice es "verdad revelada" y, además, se le debe obedecer a ciegas. Tiene además hábito de monopolista o acaparador: es "el que sabe", y toma por ofensa ("aquí el médico soy yo") cualquier intento del paciente por informarse para cooperar. Pese al ademán de la "confianza", se trata ante todo de hacer valer una jerarquía ante quien está necesitado, llegando esta posición a ser más importante que el ejercicio de una "ciencia y arte". Para comenzar con el folclore, una medicina funciona si se le tiene "confianza", y si no funciona, es porque, para empezar, al médico no se le tiene la DEBIDA confianza. Luego, entra uno en un mundo de posibilidades, cuando el médico se sirve de la confianza para pasar a la desverguenza o el cinismo. Uno, que se cree especialista en medicina psicosomática, confunde uno tras otro los efectos secundarios con "somatizaciones": no se trata de error, sino de sensibilidad del paciente "idiosincrático", "porque cada uno reacciona a su manera", en cuyo caso debiera fabricarse un medicamento para cada paciente. Después está el Gran Maestro que le dice a su paciente: "lo que usted tiene da para todo", como otra que diagnostica "un poco de todo", para quedar enfermo "de todo un poquito" (a riesgo de entrar en una maratónica toma de medicinas para "todo"). Otra se saca de la chistera que el paciente tiene una mente "muy poderosa" que "destruye todas las medicinas" Uno más diagnostica: "tienes algo más raro que un perro verde", sin mover un dedo para indagar, en lo más mínimo. El asunto es que no se trata de curar, y mucho menos de "curar sin dañar", sino de ver quién se queda con "la culpa" (por "idiosincrático") y quien consigue eludir cualquier responsabilidad, porque lo propio del mundo señorial es que un señor no le rinde cuentas a nadie ("a mi nadie me..."). No se trata más que de fabricar culpables, como hasta hace algún tiempo en el aparato judicial: cosa del paciente si "tiene un poco de todo", algo "más raro que un perro verde" o si "somatiza" todo lo que toma o "destruye los medicamentos con su mente tan poderosa". El raro es el paciente, no el médico diciendo cualquier cosa para "salir del paso", no buscarse ningún "problema" y, en una verdadera enfermedad del "quedar bien", empezar consigo mismo, convencido de que el paciente es todo un fenómeno. No faltan otras gracejadas: si en un lugar le encuentran una catarata en un ojo, en otro, de "recomendado", le encuentra dos cataratas. Después de todo, en la recomendación no cuenta el paciente, sino "ofrendarlo" al tráfico de favores entre "quién lo recomienda" y el "profesional". El asunto puede eternizarse años y hacer que se estropeen por ejemplo los años de juventud en un larguísimo tour por lo que el médico de la psicosomática resume tranquilamente así: "soy huevón pero he estudiado" (!). Se puede añadir el otro Maestro que concluye: "estoy seguro de que usted no tiene nada" (será nada mejor que hacer que pasear entre médicos, total que es muy entretenido"). O el que recomienda atención "porque el paciente tiene doctorado" (excelente: el estudio de la economía internacional exenta de enfermedades). Y si hay confusión, lo "psiquiátrico" da para la sentencia ante la que ya sólo cabe el amparo: "lo que usted tiene es emocional". No es que los médicos no dominen su oficio; es que el paciente no domina sus emociones. Y vuelta a lo mismo, por cierto después de pasar por una "enfermedad de Crohn" y una "colitis" de las que se descubre que nunca existieron. "Lo suyo es emocional" tiene algo de "está usted para asilo de locos", no los médicos que tienen una imaginación para salir del paso cuando menos tan febril como la de uno.

        Para otros, muy tristemente, ha tocado la confusión de una angina de pecho con un infarto y una arritmia en realidad inexistentes, y, cuando corresponde recetar el más sencillo de los medicamentos por prevención, recibir nueve (!), como si se hubiera pedido buffet, ocho innecesarios por completo y uno de ellos considerado muy peligroso: suficiente para estar meses en cama encontrando el modo de salir de tan grave iatrogenia. No es suficiente, más allá del riesgo de terapeutas "naturistas" que, así ayuden temporalmente, no saben mucho de medicina. Al fin, hay algo, y es necesario volver a pasar por la conducta cínica: si se le dice al médico que ponga atención y que no es asunto de negocios, como todo un ilustre psicópata corta la conversación "porque ahorita se murió una tía muy querida y tengo que estar acompañando a mis primas". Algunos lógicamente se cansan, y llega a partir de una información médica errónea el desenlace fatal: nadie querrá saber de él si hubo algún "problema", sino ahorrárselo, "quedar bien" y desaparecer; pese a la ley, no hay demanda que valga ante un médico porque las cosas están hechas para que se protejan entre sí en el gremio. Así el negocio desde que, en los '80, empezó la medicina mexicana a olvidarse los bisturíes dentro de los cuerpos operados y otras linduras. Apenas recientemente, y de manera parcial, aparecen algunos médicos más jóvenes que no oscilan entre "a mi nadie me..." y la psicopatía narcisista. No están exentos, por más privilegios que lleguen a tener. (da click en el botón de reproducción")



domingo, 7 de septiembre de 2025

VAMOS A ARMAR UN DESMADRE

 Es en gran medida un enigma hasta dónde la personalidad de la época puede conservar la conciencia de sus actos y de la responsabilidad, o volverse irresponsable por creer a ciegas, sin distancia alguna, en tal o cual cosa, los negocios como "realidad última", por ejemplo, en cuyo caso los países centrales están en una contradicción: entre la necesidad de buscar "reabrir" a su favor el mercado ruso y sus gigantescas riquezas, en aras de quitarse límites a la ganancia, y el riesgo de desembocar en una situación absurda, dado que, de volarse el planeta por una guerra nuclear o la "Tercera Guerra Mundial", ya no habrá posibilidad de gran cosa, y por ende, tampoco de hacer negocios. Como se encuentran las cosas en la actualidad, la segunda opción supone que Estados Unidos tenga un papel importante, y se desate un conflicto intercontinental.

         Recientemente, se anunció en París, capital francesa, que la "Coalición de voluntarios"  ha logrado la anuencia de 26 países para, en caso de alto al fuego, armisticio o acuerdo de paz, llevar a Ucrania tropas a ser desplegadas "por aire, mar y tierra". Se ha llegado a un punto en que no hay problema, como se ha sugerido ya, en delirar: el presidente francés, Emmanuel Macron, puede afirmar a la vez que se trata de "lograr una paz duradera" y "que no se imponga ninguna limitación de formato o capacidad al ejército ucraniano". La manera más "segura" de lograr la paz es armando y respaldando a fondo a un ejército. Aquí está por lo demás la mezcla de mala voluntad e ignorancia, puesto que, si acaso se hiciera realidad este plan, hace rato que se sabe -y lo ha reiterado el presidente ruso, Vladimir Putin- que estos nuevos "voluntarios" (al parecer nunca faltan en Ucrania)- que se convertirán en blanco para Rusia. Ni siquiera se está negociando nada: se le ha dicho a Rusia que no podrá "condicionar" esta presencia de "voluntarios" (es "sí" o "sí"), porque se trata de "disuadirla", pero además, Macron considera que hay que presionar a Rusia con más sanciones para que "se siente a negociar", sin que se sepa qué, puesto que, de entrada, sobre los "voluntarios" se dice que no hay nada que negociar. Por lo visto, no se quiere notar que la Unión Europea (UE) y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) no están negociando absolutamente nada, a diferencia del presidente estadounidense Donald J. Trump, chantajeado, sino buscando por enésima vez imponer y buscar hechos consumados, por lo demás siguiendo un guión de más de 30 años de existencia. Como es sabido, el psicópata o perverso narcisista ("perverso" en el sentido de "torcer" las cosas) tiene dificultades para entender, si no es que, como dicen algunos, "no entiende que no entiende", no dejando más alternativa que el límite por la fuerza, cuando, peor, cree que la paciencia del otro no es más que debilidad. El medio es el mensaje: si los "voluntarios" aducen que "la paz" se hace por la fuerza (para "disuadir", "dar seguridad", etcétera), no hay motivo para que, perdida la paciencia, el otro considere lo mismo, que "pacificar" Ucrania es, en buena lógica, desmilitarizarla y, por lo mismo, usar la fuerza contra cualquier pretensión de darle fuerza a Ucrania. El resto es para el espectador, si se trata de saber quién empezó: se dirá que Rusia en 2022, sin cuestionar qué hace la OTAN rodeando a Rusia desde 1997, cuando menos, es decir, desde mucho antes de 2022. Al menos que "los voluntarios" no conozcan lo que no sea el chantaje, implícito si el capital "extorsiona plusvalía", basándose en la necesidad de la fuerza de trabajo, que no tiene otra que venderse para ganarse la vida. Lo "natural", entonces, es aprovechar "la ocasión" ("la ocasión hace al ladrón"), desde luego la caída del bloque socialista, para chantajear a Rusia y buscar colocarla en la situación cuando menos de venderse, después de haberlo hecho tan bien en los años '90, si no "en necesidad". Hasta aquí la mala voluntad. La ignorancia parece estar en otro lado: como se cree y se repite que Rusia es poca cosa, sobre todo si los "voluntarios" se creen "superiores" (por "deducción" luego del fin de la Guerra Fría), se tiende a olvidar que, por sus dimensiones y su grado de adelanto, el "estado de necesidad" de Rusia no lo es tanto.

     Lo que está en juego es una creación del capitalismo naciente, en el siglo XVII, con los Tratados de Westfalia, el Estado-nación (que en Rusia es multinacional), puesto e tela de juicio por los "globalistas", y que está en dificultades un poco por doquier, a reserva de cómo sean interpretadas, porque no es asunto sencillo ni de reivindicar ninguna Estadolatría o el "Estado de Bienestar", contra las creencias "progres". Desde el punto de vista de lo que representa históricamente, Rusia es "reaccionaria", ya que no hay futuro en el Estado "porque sí" o para respaldar negocios. Este es otro debate. la UE está dañando gravemente a más de un Estado-nación miembro. En más de un lugar del "Sur global", el Estado no alcanzó a consolidarse, se ha debilitado desde los '80 o ha caído en situación "fallida", en particular en América Latina y África. En principio, el Estado debiera estar para "la administración de las cosas", y no más. Al mismo tiempo, el "globalismo" implica tal concentración de poderíos que complica la resolución de problemas a escala nacional, e incluso local, llevando a formas varias de descomposición. Entre "globalistas" y "nacionalistas", se trata de una diferencia "por arriba" que no tiene visos de solución.

     Por lo pronto, lo que tal vez logren los "voluntarios" sea escalar la tensión, si no es por lo demás lo que buscan, como parte del chantaje, porque es propio de la personalidad de la época no conocer de límites y, por lo mismo, crear situaciones límite, al grado de jugar a diario con "la guerra nuclear" o "la Tercera Mundial" no para suicidarse, sino para intimidar al otro, por lo demás culpándolo y convirtiéndolo para el espectador en "el malo". Dicho de otro modo, los "voluntarios", después de todo, buscan escalar, presentándose como "el bien", porque no se saben ninguna otra. No es posible anticipar demasiado, aunque hay que distinguir dos cosas: la razón y la justicia que están del lado del patriotismo ruso, y la notoria incapacidad de Rusia para entender hasta qué punto es el propio sistema escogido por Rusia el que, en la actualidad, tiene rasgos patológicos. No queda claro, por o pronto, si lo que están buscando los "voluntarios" no es un desastre a las puertas de Rusia (da click en el botón de reproducción).



        

VOLARE

 Enrique Semo es uno de los historiadores más serios y rigurosos de México, sino el mejor, pese a caer por momentos en cierta tendencia -no ...