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martes, 29 de septiembre de 2015

FRANCIA EN LA ONU: EL BOCHORNO

El mandatario francés, Francois Hollande, se subió a la tribuna de la reciente Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a realizar todas las ecuaciones necesarias para que una intervención en Siria sea parte de los "escenarios" a tener en cuenta, un "escenario vendible". Hace tiempo, Nicolas Sarkozy ya se había adelantado de manera similar a los deseos estadounidenses, iniciando los bombardeos contra Libia. Con izquierda o con derecha, a Francia no solo no le queda la menor independencia, sino que,  como sucursal de Estados Unidos, parece querer "vender la idea" mejor incluso que el Reino Unido y que Alemania.
     Hollande lanzó la frase publicitaria: en Siria, "Bashar al-Asad no es parte de la solución, es parte del problema". Copiando al presidente estadounidense Barack Obama, Hollande culpó al actual presidente sirio de haber iniciado la represión con su "dictadura", contra gente inocente (niños incluidos, desde luego). El mandatario francés aseveró que no se podía homologar al verdugo y a la víctima, y desde luego que dejó parado a al-Asad en el papel de verdugo. Finalmente, Hollande fustigó a la "alianza del terrorismo y la dictadura": es lógico, una dictadura crea terror, por lo que el terror=el terror, venga de donde venga. El problema es que en vez de llamar a combatir a los terroristas, Hollande consideró prioritario sacar a al-Asad a patadas, puesto que sin terror no hay terror: es decir que, si no hubiera comenzado todo con una "dictadura", no habría existido como respuesta el terrorismo, llevado -nótese bien- casi al plano de "víctima"de la represión del régimen sirio, víctima que tal vez no tuvo otra alternativa que alzarse en armas dado el terror de la dictadura. Así que Hollande llamó a sentar en la mesa a todos, salvo a al-Asad: a miembros del régimen y a terroristas (que es casi lo único que hay de oposición siria). En resumidas cuentas, el llamado "pinguino" que gobierna a Francia vendió la idea de que los terroristas no hicieron más que reaccionar al terror de al-Asad, lo que no es más que el enésimo guión de la "libertad" (de sembrar el terror, por ejemplo) como reacción al autoritarismo (la dictadura de Damasco, capital siria). Es el tipo de operaciones para las cuales son ideales presidentes de centro-izquierda o intelectuales como Bernard-Henri Lévy.
      Luego de mencionar que hay 8 millones de refugiados por la guerra en Siria (son cuatro millones de refugiados), tal vez pensando en los 8 millones de hogares franceses que pagaran menos impuestos (razón por la cual podrían tal vez avalar los cálculos de Hollande en Siria, si resultan más baratos) y de hablar de "millones" de refugiados a las puertas de Europa, el mandatario francés llamó a crear una "coalición internacional" para resolver el problema sirio. Días antes, adelantándose coquetamente al deseo de Washington, el gobierno francés fue a bombardear quién sabe qué en Siria alegando "legítima defensa", cuando nadie ha atacado a Francia, ni Bashar ni el Estado Islámico.. A estas alturas, lo único que sabe hacer gran parte de la sociedad francesa es cálculos de conveniencia a título de sucursal principal del imperio estadounidense en Europa y escupirle a cualquiera que se oponga (Marine Le Pen incluida).

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...