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miércoles, 29 de enero de 2020

BRASIL: LAS CARICATURAS TAMBIEN ME HACEN LLORAR

Para un "fascista" o "neofascista", no deja de ser extraña la conducta del mandatario brasileño Jair Bolsonaro. El último en tocar el tema fue el músico Caetano Veloso: "el fascismo está mostrando sus garras en Brasil", afirmó en estos días.
    En un franco arranque de subdesarrollo, el ahora ex Ministro de Cultura, Roberto Alvim, plagió antes de ser destituído al propagandista nazi Joseph Goebbels. En el video en el cual lo hizo, Alvim empleó para colmo música de Richard Wagner, el clásico favorito del nacionalsocialismo alemán. Bolsonaro cesó fulminantemente al copión: "es un pronunciamiento desafortunado, aunque se haya disculpado, dijo el mandatario brasileño, se ha convertido su permanencia en insostenible. Reitero nuestro repudio a las ideologías totalitarias y genocidas", cortó tajante.
      No es todo, aunque ya se haya explicado que fue mínima la persecusión del fascismo contra la homosexualidad. Hacia finales del año pasado, Bolsonaro le espetó a un periodista que lo cuestionó en asuntos de corrupción: "usted tiene una increíble cara de homosexual, y no por éso lo voy a acusar de ello", le dijo. Dado que arreciaron las críticas, a las pocas horas el presidente de Brasil se disculpó. "Me equivoqué, no debí haberlo dicho", afirmó Bolsonaro. Tal vez el asunto de Alvim se explique (!tal vez!) porque gobiernos como el brasileño no quieren enemistarse con Israel. ¿Pero en el caso del periodista? Veamos: según algunas fuentes de prensa, Bolsonaro es "el presidente más misógino del mundo". ¿La foto del mandatario con su esposa abajo muestra algo así?
Desde luego, tiene algo de caricaturesco que la inquisitorial cadena CNN (Cable News Network) haya puesto el grito en el cielo porque Bolsonaro se refirió a Greta Thunberg, la muchachita activista sueca de 17 años contra el cambio climático, como "mocosa" (pirralha, en portugués). ¿Es que Thunberg no parece a ratos una mocosa, al menos a juzgar por la foto de aquí abajo? (y "mocosa" es algo muy levemente despectivo, pero tal vez "adultocéntrico"...).

Para colmo, Bolsonaro fue criticado por referirse de esta forma a los indígenas amazónicos: "el indio ha cambiado, dijo, está evolucionando, y convirtiéndose cada vez más en un ser humano como nosotros". El mandatario se ganó hasta demandas, aunque en el portal ruso Sputnik, por ejemplo, lo dicho por el presidente fue sacado de contexto, ya que Bolsonaro hablaba de que los indios fueran propietarios de sus tierras. Pero el problema es que su afirmación, a juzgar por la siguientes fotos de quienes lo acusan de ecocida, genocida, etcétera, no parece muy exacta, al no haber tanto parecido como el sostenido por el mismo Bolsonaro (véase a la pareja presidencial y a los seres humanos de la Amazonía):



Lo hecho por Alvim sugiere que en el gobierno brasileño, el cual, no hay que olvidarlo, hace rato que soltó a Luiz Inácio Lula da Silva, deberían tomarse clases de fascismo, en vez de retroceder al primer escándalo de los medios de comunicación masiva de estilo Demócrata, políticamente correcto y que curiosamente buscan imponer un modo único de ver las cosas. "Nunca creí que vería semejante retroceso mientras estuviera vivo", declaró Veloso. Ciertamente: ahora es Netflix, con un documental de Petra Costa (nacida en 1983), "La democracia en peligro", el que da los cursos de lucha antifascista (abajo de la pareja presidencial, los demócratas y Michel Temer, según Petra Costa).


FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...