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viernes, 10 de enero de 2020

MEXICO: LAS CIFRAS EXTRAÑAS DE AMLO

Una encuesta reciente del periódico mexicano El Financiero arrojó resultados que no dejan de ser ambiguos: el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tendría hasta un muy amplio 72 % de aprobación de la población, pero nada más un 41 % de la misma estaría viendo con buenos ojos la lucha emprendida contra la corrupción. La segunda se antoja una cifra baja y difícil de interpretar, considerando que dicha lucha es el eje del gobierno de AMLO. ¿Bastante más de la mitad de la población mexicana no estaría viendo resultados contra la corrupción?
      Pueden estar ocurriendo varias cosas, algunas positivas, como que una parte de la población vea de buena manera la ausencia de corrupción en las altas esferas del gobierno mexicano, o también la lucha contra algunos "peces gordos" de administraciones pasadas. Con todo, sucede que en realidad ni siquiera la mitad de la población vive positivamente y con resultados el combate de AMLO contra la corrupción. Esta no se erradica de la noche a la mañana, y no implica nada más la ilegalidad, sino también conductas de moralidad dudosa. Puede ser que una parte de la población siga viendo corrupción efectivamente existente y en distintos niveles, que llegarían a pasar desapercibidos para las altas esferas del gobierno.
      La corrupción puede encontrar una de sus bases en el tráfico de favores, muy difundido, y que va desde el influyentismo y el amiguismo hasta las recomendaciones personalizadas y los compadrazgos mal entendidos. Desde junio del año pasado, el mandatario mexicano advirtió contra el influyentismo y el amiguismo, pero hay pruebas de que no es seguro que el mensaje haya sido entendido. En efecto, es entre los mismos partidarios del lópezobradorismo, notoriamente entre sus "ideólogos", "intelectuales" o simpatizantes en los medios de comunicación masiva y con cierta frecuencia en las redes sociales que se da lo más cercano a la endogamia, en una pálida imitación de los grupos dizque liberales o alguna vez cercanos al seductor de la patria. No se excluye el uso faccioso de instituciones como la universidad pública y el principio de relación es el "yo te invito-tú me invitas". Nada ilegal, pues, pero sí completamente clientelar. Es posible pensar entonces que ocurre también a otros niveles: se sigue pensando, tal vez en buena parte de la población, que la movilidad social se consigue no mediante el mérito, más aún en el trabajo, sino con el "saber relacionarse", "tener conectes", "estar bien colocado", "tener palancas", "ser recomendado", en suma, con un "sentido común" muy peculiar y el hecho de actuarlo. Se está lejos de la "revolución de las conciencias" que ha buscado López Obrador y ni siquiera se ha conseguido, hasta ahora, la elaboración de la prometida Constitución Moral. Por lo demás, los dizque liberales y los cercanos al seductor de la patria han buscado difundir la especie de que, por ser supuestamente populista, es AMLO quien estaría dado a formas de corrupción (se las buscan hasta por debajo de las piedras) y no el mal llamado "neoliberalismo" que ha echado raíces más profundas de lo que suele creerse. El hecho es que, para la mayoría en México, el combate de AMLO contra la corrupción no ha sido positivo. Y no debe faltar quien espere, en nombre de una supuesta "realidad", que no lo sea. Por otra parte: ¿el 72 % de aprobación en general es por el dinero regado en programas sociales?

EL BALBOA QUIERE DÓLAR

 No queda claro por qué algunos se lanzan a anunciar triunfos imposibles: como era de prever, la candidata popular Maribel Gordón obtuvo en ...