EL SALVADOR: PARA VOLVER A HABLAR BIEN DE BUKELE

El presidente salvadoreño Nayib  Bukele ha vuelto a dar de qué hablar, y no precisamente por el hecho, poco mencionado internacionalmente, de que gracias al Plan Control Territorial febrero de 2020 haya sido el mes con menos homicidios desde finales de la guerra interna en El Salvador, en 1992.
     Sucede que, hasta la fecha, los crímenes de guerra del periodo del conflicto armado (1980-1992, aunque en realidad se remonta a un poco antes) no han sido juzgados. Hace pocos días, la Asamblea Legislativa salvadoreña trató de hacer pasar al vapor el equivalente de una ley de amnistía, bajo el nombre de "Ley Especial de Justicia Transicional, Reparación y Reconciliación Nacional". Se apresuraron a votar a favor de ella los diputados de la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), pero, de manera un tanto inaudita, los legisladores del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) no votaron, en vez de votar en contra, por lo que Bukele los acusó de "silencio cómplice". La única explicación que dió el FMLN es que "no votó" porque está del lado de las víctimas. A final de cuentas, lo que ocurrió en es que en un largo mensaje Bukele explicó cómo se trataba en realidad de una amnistía de hecho, lo que el FMLN no dijo nunca. Así las cosas, el mandatario salvadoreño vetó la ley, nótese que contra la voluntad de los areneros. Han pasado 40 años, no sin justicia, pero sí sin castigo a determinados crímenes. Lo que cabe lamentar es que, teniendo la justicia de su lado durante el conflicto armado, que dejó unos 75 mil muertos y cerca de 7 mil desaparecidos, el FMLN no haya querido hacer un balance crítico, incluyendo el de brutalidades como la del asesinato del poeta Roque Dalton, el asesinato de la comandante Mélida Anaya Montes (Ana María) por el comandante Salvador Cayetano Carpio (Marcial) y lo acontecido en el Frente Paracentral "Anastasio Aquino" para liquidar a cientos de supuestos "infiltrados". De discutirse abiertamente estos casos, no es de descartar que se diera en la ex guerrilla salvadoreña la búsqueda de un silencio tan fuerte como el de la que fue la Unión Nacional Revolucionaria Guatemalteca (UNRG). Es un hecho que a partir de 1992 el FMLN sufrió divisiones severas y a la par muestras de ineptitud como la del presidente Salvador Sánchez Cerén para gobernar. Sin embargo, el FMLN optó por no hacer el balance crítico y por llegar a las aberraciones como la de "no votar" la ley que los areneros buscaron para la amnistía. !El mismo diputado por Usulután del FMLN Jorge Shafick Handal dijo, y fue una excepción, que se trataba de una amnistía! La razón quedó del lado del veto de Bukele. (da click en el botón de reproducción para oir al grupo salvadoreño Yolocamba Itá).