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domingo, 13 de diciembre de 2020

COVID 19: INTERESES CREADOS Y NEGLIGENCIA

 

El de aquí arriba es el mapa de los países del mundo que han oficializado el uso de la hidroxicloroquina (HCQ) para tratar la Covid 19, con la salvedad de que en Estados Unidos se trata de algunos estados y no de todos, porque el fármaco antipalúdico ha sido vetado por Washington. En Europa, el mapa muestra el uso del medicamento en Portugal, Italia y Grecia (este país estuvo durante meses prácticamente sin muertes por la Covid 19), países donde ha tenido buenos resultados en términos de reducción de la letalidad (muertos/contagiados). Lo que el mapa no muestra es cómo algunos países, en especial de América Latina y el Caribe, tienen la epidemia controlada: es el caso notorio del Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia o Haití, además de Cuba. Ecuador, Perú y Haití llevan cerca de tres meses con una curva de muertes por la Covid 19 totalmente aplanada (es prácticamente una recta muy baja y no una curva, y en el caso de Haití con cero muertes casi todo el tiempo). Otro país que ha logrado aplanar la curva es El Salvador, aunque a un nivel un poco más alto que otros países mencionados. Lo que repiten la Web y los medios de comunicación masiva, en el sentido de que la HCQ es "peligrosa y tóxica", es totalmente falso: el fármaco existe desde hace cerca de 80 años, ha estado por décadas en venta libre (hasta que algunos países tomaron disposiciones contrarias), lo debe haber tomado un tercio de la Humanidad sin problema, el año pasado se habían vendido por ejemplo en Francia unos 36 millones de dosis y está probado que lo pueden recibir mujeres embarazadas y ancianos. Desde hace rato existen los estudios con ensayos randomizados (91 % de efectividad de la HCQ) y controlados (se pueden ver los resultados de unos 164 estudios) que tanto pedía "La Ciencia": la HCQ es eficaz y segura contra la Covid 19 (hcqmeta.com), sobre todo en fase temprana, pero sin descartar fases intermedias de la evolución de la enfermedad. Resulta increíble que se ignore esta cura, dejando a miles de pacientes a la experimentación y la "buena de Dios".

      Existen tres medicamentos antiguos que se han mostrado eficaces contra la Covid 19 en estudios controlados y contra placebo: la colchicina, la ivermectina y la fluvoxamina. El silencio es total, pero hay más. La vitamina D, considerada la "vitamina del siglo", ha aparecido en unos 40 estudios con resultados espectaculares contra la Covid 19. Tomada de manera preventiva, dicha vitamina puede reducir a la mitad el número de infecciones por el SARS-Cov-2, y disminuir la gravedad de la enfermedad en quienes la contraen. Así lo han probado por ejemplo estudios del especialista mundial estadounidense en la vitamina, Michael Holick (con unos 191 mil pacientes, lo que no es poco). La vitamina D puede en particular evitar la llamada "tormenta de citoquinas" en el sistema inmunológico con la Covid 19, y fue recomendada para este efecto por altas autoridades médicas francesas sólo para que la sugerencia cayera en el olvido y fuera ignorada por los medios de comunicación masiva. Un estudio español contra placebo demostró que no había decesos entre quienes tomaron vitamina D (estudio sobre 191 personas). 40 % de la población mundial carece de vitamina D y el porcentaje llega a mucho más en algunos países desarrollados (80 % en Francia). Decenas de estudios han demostrado igualmente la importancia del zinc para prevenir la infección por SARS-Cov-2. Se sabe desde hace 50 años que el zinc bloquea la reproducción viral y puede incluso bloquear la penetración del virus en la célula (el zinc interfiere la división del virus). Los pacientes hospitalizados y con carencia de zinc tendrían dos veces más posibilidades de morir. 50 % de los ancianos tiene carencia de zinc. Así las cosas, la vitamina D y el zinc hubieran podido contribuir en mucho a prevenir los contagios y hacer en todo caso la enfermedad menos grave (y no mortal), pero las nuevas generaciones de médicos creen que la única forma de prevención es una vacuna.

     Se pudo así haber hecho mucho más que lo siguiente: mandar al infectado a su casa con paracetamol (negándole por ende una asistencia médica inmediata crucial) hasta que eventualmente fuera a parar en la intubación, que requiere tal manejo que muchos países carecen de especialistas (en México el 80 % de los intubados muere). Siguiendo al nefasto e idiota doctor estadounidense Anthony Fauci, "epidemiólogo de la Casa Blanca" y director del NIAID estadounidense (Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas), se puso el acento no sobre la prevención ni el cuidado urgente en caso de infección (en los primeros cinco días, aproximadamente), sino en los "cuidados" hospitalarios: los médicos fuera de hospital quedaron fuera de la "jugada" y sin herramientas para prevenir y tratar a la brevedad (lo que en varios países mandó a la gente al dióxido de cloro, que tampoco funciona mal en los primeros días de infección). En los países con utilización temprana de HCQ, lo que prohibió Fauci, hubo 71 % menos muertes que en los países que no la utilizaron. Es probable que, de no ser por el bloqueo de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), miles de vidas se hubieran podido salvar. Algunos "Libros Blancos", como el de la Dra. Simone Gold, sugieren que entre 70 mil y 100 mil vidas habrían podido ser salvadas en Estados Unidos. Se sabe que el doctor neoyorquino Zev Zelenko estuvo logrando 84 % menos hospitalizaciones con HCQ+azitromicina+zinc (por lo demás, también hay buenas experiencias con azitromicina sola + zinc). Algunos países que usaron HCQ tuvieron hasta 90 % menos muertos que Estados Unidos. Hay ni más ni menos ya que 155 estudios que demuestran la eficacia de la HCQ. El autor Pasha Kamyshev demostró que el "expertismo" terminó destruyendo el trabajo científico (The American Mind, Claremont Institute, "How expert worship is ruining science"). Dicho sea de paso, Fauci está mejor pagado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien estuvo saboteando.

     México se caracterizó desde el principio por plegarse por completo a la manera de Fauci y la FDA de tratar las cosas: no hubo prevención, no se orientó oficialmente hacia ningún tratamiento útil y probado, no se paró de repetir falsedades sobre la HCQ y se terminó en la promoción de vacunas dudosas. Muchos de quienes criticaron la política oficial tampoco parecen haber leído demasiado: multiplicar las pruebas no deja de ser un riesgo cuando arrojan falsos positivos a montones y tampoco se trataba, contra lo que sugirió el biólogo Tony Lazcano, de colocarse, peor en nombre de La Ciencia, a la sombra de quienes ven en este tipo de crisis sanitarias no la posibilidad de curar, sino de llenarse los bolsillos.

     

LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

 La Internacional Progresista (IP) del político Demócrata estadounidense Bernie Sanders se ha tragado a buena parte del progresismo latinoam...