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domingo, 20 de diciembre de 2020

COVID 19: ¿VACUNAS SIN RIESGO?

 Quien se tome la molestia de observar con Google como motor de búsqueda las cifras de muertes por la Covid 19 en distintos países del mundo podrá darse cuenta de algunas cosas extrañas, al menos en la medida en que no han sido retomadas por los medios de comunicación masiva. No son pocos los países que tienen simplemente una curva epidémica normal, en forma de campana, y que han logrado reducir la mortalidad a niveles mínimos (se habla entonces de bastante menos de 10 muertos al día). Es el caso de varios países latinoamericanos, y no está de más preguntarse por qué motivo habría que lanzar campañas de vacunación masiva en esas condiciones. En cambio, siguiendo a Estados Unidos, y al parecer tiene que ser de esta manera, México tiene cifras de muertes diarias que hasta esta fecha superan a las de Libia, un país en ruinas y del que podría decirse que prácticamente no existe, o a las de India, con el hecho de que éste es hoy el país más poblado del mundo, con más de mil 400 millones de habitantes. Como ya se ha dicho, ni siquiera se trataría de multiplicar los tests PCR cuando está señalado que dan cualquier cantidad de falsos positivos.

       Se apresta así una campaña de vacunación que se quiso desde el principio, a reserva de que haya tratamientos que incluso pueden evitar con bastante facilidad que la gente vaya a aterrizar al hospital. Hay el riesgo de que algunas vacunas, justamente las más promovidas, sean un fraude: la precipitación en utilizarlas puede tener que ver igual con las cotizaciones de las respectivas empresas farmaceúticas en la Bolsa de Valores, de tal modo que luego de haberse disparado no caigan. Dicho de otra manera, sería un criterio financiero, y no de salud pública, el que estaría llevando a la precipitación.Como lo ha recordado en Francia el doctor Christian Perrone, no se han publicado estudios sobre la eficacia o peligrosidad de ciertas vacunas: lo que se ha tenido son los comunicados de prensa de las empresas fabricantes, que de paso contribuyen al alza de las cotizaciones bursátiles. En palabras de otro médico francés, el doctor Didier Raoult, las autoridades sanitarias no han recibido los datos y estudios detallados sobre las vacunas, sino la publicidad de las empresas farmaceúticas sobre sus productos. No se les ha exigido lo que se le pidió por ejemplo a los tratamientos probados y en cambio se han otorgado autorizaciones de venta "en emergencia". 

     Muy en particular en los casos de las vacunas de Pfizer y Moderna, se ha buscado negar que sean terapias génicas y que el producto hecho a base de ARN mensajero pueda alterar el ADN del paciente: en otras palabras, no habría manipulación genética (la vacuna ARN no penetraría en el núcleo de la célula y no podría integrarse con el ADN). Un doctor como Perrone sostiene que se está entrando en realidad en territorio desconocido: un ARN (ácido ribonucleico) extranjero al cuerpo sí tendría la posibilidad de "codificar" para el ADN (ácido desoxirribonucleico) e integrarse en los cromosomas, mediante un mecanismo de "transcriptasa inversa". Se puede si se quiere dejar la literatura especializada, aunque quepa añadir que la vacuna contendría una "proteína espiga", la syncityn-1, vital para la formación de la placenta en la mujer embarazada : el doctor Micheal  Yeadon, ni más ni menos que antiguo director de Pfizer, considera que no es necesaria una vacuna para una epidemia que en muchos lugares está terminando y solicitó a la Agencia Europea del Medicamento, a principios de diciembre, que se detuvieran los estudios sobre la vacuna, y en particular sobre la de Pfizer/BioNTech. 

     Pfizer ya tiene cierta experiencia en estafas (en Nigeria, por ejemplo) y la vacuna con ARN mensajero ha formado parte, lo cual no deja de ser desagradable, del programa DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency, por sus siglas en inglés) para fines militares. Pfizer, más que Moderna (aunque tampoco está excluída), es una empresa farmaceútica que lleva décadas trabajando con contratos militares y ha recibido centenares de millones de dólares del Pentágono estadounidense para hacer investigación. En 2013, la DARPA le dió un contrato millonario a Pfizer para desarrollar trabajos con el ARN mensajero, y lo mismo hizo luego con Moderna. En suma, sería bueno saber al menos que se está experimentando con tecnología militar estadounidense. No es aquí el lugar para especular más allá de lo que son datos comprobados. El hecho es que debieran motivar a precaución. Digamos nada más que, si por algún motivo vacunas de ARN mensajero nunca probadas en seres humanos llegaran a crear problemas ("inesperados", supongamos), las corporaciones habrán hecho fraude, porque ya habrán conseguido sus ganancias (tanto por el curso de las acciones en Bolsa como por las compras millonarias de distintos gobiernos) sin garantizar resultados, y de hecho en muchos de los convenios firmados no los están garantizando. Puede que no pase a mayores, pero quienes han adquirido estas vacunas lo han hecho arriesgándose a un fraude. El motivo por el que no se puede dudar de estas vacunas, de manera razonable, es que sería mal tomado -como "rumor"- por el curso de las acciones en Bolsa.  

     Cabe señalar que el ramo farmaceútico se caracteriza en el capitalismo actual por ser uno de los que tienen las mayores tasas de ganancia. Se puede agregar que las campañas de vacunación deberían llegar a por lo menos 3 mil 500 millones de habitantes en el planeta. Aún así, medio mundo "explica" que con todo y vacuna deberán seguir las medidas "barrera": el uso de cubrebocas, la "sana distancia", etcétera. ¿No hubiera sido mejor mantenerse a sana distancia del fraude, por ejemplo con lo ocurrido con el antirretroviral Remdesivir? Parece que la fase actual del capitalismo no está realmente bien identificada.¿Otra probadita?




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