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viernes, 19 de marzo de 2021

COVID 19: Y AHORA, AL PIQUETITO...

 ¿Piquetito? Pues el supuesto es que el piquetito es la salvación contra la epidemia de la Covid-19.

     Mucha gente vive en la ignorancia y otros no notan la suya porque el gran negocio se los impide. En rigor, se ha estado procediendo a vacunar aunque la aprobación de las vacunas (en particular las de Pfizer y AstraZeneca) no haya seguido los procedimientos estándar que tanto se pidieron a los tratamientos contra la Covid 19. Son "aprobaciones para uso de emergencia" sin que se conozcan bien los efectos o, más bien, a riesgo de que se vayan conociendo sobre la marcha: ya ocurrió con accidentes por trombosis con la vacuna de AstraZeneca, de tal modo que bastantes países europeos la suspendieron, temporalmente al menos. De inmediato llegó el típico discurso del gran negocio médico: "que se aguanten si los beneficios superan los costos", es decir, si salen más vivos que muertos, así que autoridades como las mexicanas se lanzaron a reivindicar la vacuna AstraZeneca que por lo demás Estados Unidos ofreció prácticamente regalarles. Falta nada más la clásica explicación: no fue la vacuna que falló, sino el paciente, por algo "idiopático" (de origen desconocido). Cabe señalar que en el caso de la medicina mexicana, para quien haya tenido el gusto de probarla desde que se volvió negocio, no parece acostumbrarse (lo que sí se hace en algunos otros países) la declaración de conflictos de interés por parte de los médicos. Un estudio hecho en Francia había dado a conocer que entre quienes se oponían al uso de la hidroxicloroquina, una mayoría de médicos tenía que ver con el laboratorio Gilead Sciences (californiano), fabricante del antiviral Remdesivir. En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) acaba de aprobar el Remdesivir para la Covid 19, ignorando distintas conclusiones científicas: el medicamento no es mayormente útil pero, además, podría encontrarse en el origen de mutaciones del virus. En suma, ahora que el gran negocio se confunde con La Ciencia, se puede hacer fraude con AstraZeneca o con el Remdesivir de Gilead sin considerar los dudosos antecedentes de estos fármacos. El asunto está en que algún gobierno los compre y el negocio ya está hecho: lo de la utilidad podría ser lo de menos y siempre se podrá hablar de "daños colaterales" (o su equivalencia médica, que consiste en que el médico le ruge a su víctima en caso de error).

     Israel, que había tenido una buena experiencia con la hidroxicloroquina, es de los países que se puso a vacunar en grande con la vacuna de Pfizer. Para principios de marzo, Israel había vacunado a la mitad de su población con esta "terapia génica" de ARNmensajero. Desde enero hubo dos mil 900 efectos adversos. En febrero,  un artículo científico pudo demostrar que se estaban provocando, atención, más muertes como resultado de la vacunación que por la Covid 19. Estas muertes incluyeron a personas jóvenes que no tenían por lo demás antecedentes de comorbilidades. Otro ejemplo: a principios de marzo, el gobierno británico informó oficialmente de 460 muertes y 243 mil 612 accidentes por la vacunación (también con Pfizer/BioNTech). Estas cifras también existen para Estados Unidos. Efectivamente, son "eventos normales": lo son por la simple y sencilla razón que lo que debió experimentarse en muestras suficientes antes de lanzar las vacunas al mercado se experimentó en realidad "sobre la marcha", justamente porque según la propia Agencia estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) se trata todavía de fármacos "experimentales". Lo que antes se hacía con ratones o con suficiente tiempo se hace ahora con la población en general, y a ciegas, por el "uso de emergencia" ya mencionado.

     Hay más. De acuerdo con investigaciones recientes del Instituto Hospital Universitario (IHU) de Marsella, Francia, entre los pacientes que se han estado recibiendo con la Covid 19, sintomáticos, un 6,4 % se había vacunado. ¿Entonces? Debe hacerse notar que no hay reportes de accidentes con las vacunas rusa y china, que no son experimentales y que además protegen contra variantes del virus, lo que no es tan seguro en otras (al menos contra las variantes sudafricana y brasileña). El asunto es viejísimo: los grandes negocios consiguen sus ganancias y socializan con cualquier labia las pérdidas. Para los gobiernos que compraron ciertas vacunas, no parece haber mucha conciencia de que el Estado no es visto más que como el encargado de subsidiar esos negocios, así se trate de estafas. No hay ninguna "nueva normalidad", sino una dinámica habitual llevada al extremo incluso por gobiernos que se dicen de izquierda. De manera llamativa, Google se ha puesto a monitorear país por país el número de vacunados, como lo hizo con los contagiados y las muertes sin considerar los recuperados. En más de un lugar, el pasaporte sanitario podría estar a la vuelta de la esquina como garantía no de que se parará la epidemia (de todos modos a la baja con o sin vacunación), sino de que el gran negocio se realice. La misma vaca, mu...(da click en el botón de reproducción).




APAGA LA LUZ

 Como Marx, Engels y Lenin trabajaron en sociedades de despegue industrial (de "maquinaria y gran industria") y parcialmente agrar...