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martes, 30 de marzo de 2021

EU: MÍSTER NON PLUS ULTRA

 Pocas son las maneras que tienen la gente e incluso los "responsables" de los Estados de enterarse hoy de lo que sucede en la realidad. Lo peor que pueden hacer es pasar por los medios de comunicación masiva, en particular por los que se hacen llamar "globales", pero también por el léxico de organismos internacionales actualmente bajo control de corporaciones transnacionales, como sucede para empezar con Naciones Unidas.

     Ya se ha dicho que el presidente estadounidense Barack Obama fue el que más tiempo pasó en guerra y que, por contraste, el mandatario Donald Trump se estuvo casi por completo en paz. Es difícil saber si a la gente aún le interesan los asuntos de la guerra y la paz, pero el hecho es que quienes le serrucharon el piso a Trump, a sabiendas de que con ello se preparaba la llegada del Demócrata Joseph Biden, difícilmente pueden quejarse ahora, si lo hacen, porque tampoco se estila ser antiimperialista. Muy por el contrario, no fueron pocos en América Latina los líderes progresistas que corrieron a felicitar a Biden, desde el argentino Alberto Fernández hasta el ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. En la actual campaña electoral ecuatoriana, el candidato progresista, Andrés Arauz, exhibe en las redes incluso sus buenas relaciones con el embajador estadounidense en el Ecuador, Michael Fitzpatrick, quien se reunió con ambos candidatos a la presidencia (el otro es el banquero Guillermo Lasso).

     Joseph Biden empezó su carrera política hace aproximadamente medio siglo. Durante la guerra de Yugoslavia, en los años '90, se pronunció por armar a los musulmano-bosnios y por apoyar a la Legión Arabe de Osama bin Laden (el mismísimo), que operaba en Bosnia-Herzegovina. Biden llegó a decir que había que someter a Yugoslavia a condiciones de rendición tan duras como las que se impusieron a Japón y Alemania al término de la segunda Guerra Mundial. Luego, Biden estuvo entre quienes se pronunciaron a favor de la intervención del presidente William Clinton en Kosovo.

     Biden fue la primera personalidad estadounidense en viajar a Afganistán para apoyar al presidente colocado por los estadounidenses al poco tiempo del 11/S, Hamid Karzai, de doble nacionalidad (afgana y estadounidense), y cercano a la Central de Inteligencia Estadounidense (CIA). 

     Joseph Biden estuvo muy a favor de la guerra contra Iraq y se pronunció tranquilamente sobre la necesidad de matar al líder iraquí Saddam Hussein.  Posteriormente, Biden estuvo a favor de desmembrar Iraq, dividiendo al país en tres partes. En esto compartió los planes de los neoconservadores estadounidenses para rediseñar el mapa de Medio Oriente.

     Biden contribuyó a pervertir al  Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para que se hiciera una pésima idea de Libia poco antes de atacarla, y desde luego que aquél también estuvo a favor de la guerra en Siria.

      El actual mandatario de Estados Unidos tuvo también su "romance" con la CIA en tiempos del presidente Ronald Reagan, al contribuir a rehabilitar a William Casey. Este hombre, artífice de la alianza con El Vaticano en tiempos de Juan Pablo II, se vió finalmente envuelto en el escándalo Irán-Contra poco antes de morir en 1987. Fue Biden quien promovió la carrera ascendente de Casey desde el Senado en 1981, para que fuera jefe de la CIA con Reagan.

     En 1995, Biden estuvo en el origen del Omnibus Counterterrorism Act, antecedente del Patriot Act, para la vigilancia doméstica en Estados Unidos, al grado de que el actual mandatario estadounidense considera suya la segunda.

     Estar a favor de Biden, conociendo su trayectoria, no era más que desterrar a una personalidad crítica del sistema como Trump para entronizar a alguien siempre al servicio de los peores intereses del llamado "Estado profundo". Fue pronunciarse a favor del imperio y, por lo demás, de la plutocracia (el poder de los ricos). A decir verdad, a mucha gente no le importa en lo más mínimo que Estados Unidos haga la guerra por aquí y por allá siempre y cuando sea más "para allá" que "para acá": los muertos los ponen otros y en un mundo muy supuestamente globalizado, cualquiera puede regocijarse de estar a miles de kilómetros de Yemen. Biden ni siquiera ganó las elecciones por las buenas. Que los autodenominados "demócrata liberales" se crean que están ante el non plus ultra no es demasiado raro, puesto que no hay que escarbar mucho para descubrir que siguen la pista de los grandes negocios, si a éstos, supuestamente, se debe la sociedad. No está de más insistir: hay coincidencia con parte del progresismo latinoamericano y nuevamente cabe preguntarse sobre alguna gente si es capaz de formarse un criterio propio o se limita a lo más demagógico posible. Seguramente no sea la realidad la que cuente, sino el modo en que la interpretamos, y con Biden estamos a salvo de gente como Trump, aunque esta aseveración carezca por completo de sentido. De todos modos, como lo viera en su momento el estudioso francés y simpatizante comunista Michel Clouscard, los medios de comunicación masiva están para hacer mercadotecnia y para cooptar. Así pues, agreguemos, no están para generar sentido y no faltan actividades en las cuales este mismo se esté simple y llanamente perdiendo de coyuntura en coyuntura, al grado que quepa preguntarse si algunos saben lo que hacen o no lo saben. En la foto, un Biden más real que el senil actual. Santa Claus no es.



    

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...