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domingo, 4 de abril de 2021

BRASIL EN SU CARNAVAL

 No es seguro que haya una vuelta de la "ola progresista" en América Latina, pero así lo quieren creer sin ningún análisis algunas personas como el brasileño Emir Sader. No hace mucho, el Frente Amplio salió del gobierno en el Uruguay y recientemente el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) sufrió un gravísimo descalabro en El Salvador. Como sea, una de las cartas de alguien como Sader parece ser el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aunque no esté claro hasta aquí si se presentará en las próximas elecciones del gigante sudamericano.

      No está de más recordar que, para gente de la derecha mexicana como Jorge G. Castañeda, Lula era hace tiempo "la izquierda correcta" de América Latina frente a la "izquierda incorrecta" del venezolano Hugo Chávez. Para más señas, Lula visitó en su momento a la secretaria mexicana de Desarrollo Social, Rosario Robles, para apoyar su Cruzada Nacional contra el Hambre. A decir verdad, aunque sacó a millones de brasileños de la pobreza, Lula también favoreció enormemente a los ricos con la política financiera y contribuyó a reprimarizar la economía, destruyendo la industria, lo que mostró muy bien en su momento la estudiosa francesa Myléne Gaulard. En materia política, Lula buscó en el Foro de Sao Paulo la expulsión de fuerzas comunistas y liberales, como la figura colombiana de Piedad Córdoba, según lo denunciara el líder comunista dominicano Narciso Isa Conde. Habiendo sido obrero, lo de Lula no es el trabajo, sino que suele ser la política, y mal entendida.

     En efecto, Lula dijo hace poco que el actual presidente brasileño Jair Bolsonaro está cometiendo "el peor genocidio de la historia" brasileña con su política contra el coronavirus. Lula dijo que Bolsonaro gastó millones en el medicamento hidroxicloroquina "aunque está demostrado que no servía". Lula no declaró con criterio propio (y es llamativo hasta qué punto tampoco lo tiene Sader). Simplemente repitió una carta "a gritos" de intelectuales brasileños que acusaron a Bolsonaro de "irracionalidad fascista" y de "política genocida que pone en peligro a la civilización". Si Bolsonaro fuera fascista, Lula no estaría para contarlo, o estaría contándolo en el exilio. Genocidio fue desde la Colonia el avance de los colonos en la Amazonia. El problema con Bolsonaro es otro, ya que entre otras cosas le bloquearon de mil y un formas, incluyendo graves denuncias judiciales, el uso de la hidroxicloroquina hasta llevarlo a retroceder. Curiosamente, si se observa la ciertamente alta curva de muertes por la Covid 19 en Brasil, tal vez no sea posible desligarla de los vaivenes en el uso de hidroxicloroquina. El gobierno de México nunca aprobó este fármaco y tampoco tiene un papel muy brillante que digamos, aunque hay doctores mexicanos que usan aquel con éxito. Por lo demás, está probado con estudios y estadísticas que la mortalidad por el virus es significativamente menor en los países que usan la hidroxicloroquina que en los que la rechazan. Lula ya está en la creencia de que se debe parlotear con superlativos e hipérboles (de la misma manera en que el presidente mexicano Andrés López Obrador saca no se sabe bien de dónde que el pueblo mexicano es "el más politizado del mundo"). Lula llegó a decir recientemente que el juicio que se le hizo fue "la mayor mentira jurídica en 500 años". A este ritmo, pudo haber dicho que "en milenios" sin faltar necesariamente a la verdad.

      Para variar, puede encontrarse la coincidencia entre los autonombrados "demócratas liberales", los que veían "políticamente correcto" a Lula, y los ululantes cubanos: Angel Guerra, "Guerrita" para sus amigos, escribió en el periódico mexicano La Jornada que Bolsonaro es una "amenaza para la salud global" y que "nuestros hermanos brasileños sufren un holocausto". Si lo primero es por la "mutación brasileña", también hay entre otras una sudafricana sin que nadie acuse a Sudáfica de ser una "amenaza global". En cuanto a la palabra "holocausto", tiene la connotación de un sacrificio religioso, pero seguramente Guerra la usa por usarla. Ya que el "analista" cubano habla de vacunas, seguramente no ignore que el Brasil de Bolsonaro fue presionado por Estados Unidos para no adquirir la vacuna rusa Sputnik V. No importa: Bolsonaro, el del genocidio y del holocausto, tiene con estas palabrotas que ser juzgado en algún Nuremberg...o ceder el paso en las próximas elecciones a Lula. No es que Bolsonaro sea ninguna maravilla, antes al contrario, y ni siquiera llegó a la presidencia muy limpiamente que digamos, al hacer una campaña con falsedades por WhatsApp. Es que sería mejor no apostar a ver quién es el más mañoso y capaz de ponerse "histeriquito" (como con todo tino llamaba el corresponsal de La Jornada, Eric Nepomuceno, a Bolsonaro), a costa de hacerle perder sentido a las palabras. Ya bastante hay con la descomposición social que vive Brasil -que Nepomuceno describiera muy bien- desde antes de que algunos creyeran que la solución es alguna forma de "mano dura" desde arriba. Tampoco lo es la demagogia galopante. Pero Lula se lanzará "si es necesario". Mejor algo más antiguo (da click en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...