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domingo, 23 de mayo de 2021

MÉXICO: ¿QUIÉN PERSIGUE LA CORRUPCIÓN?

 ¿Quién dijo que las cosas tenían que ser al derecho y no al revés?

     Carlos Loret de Mola estuvo transmitiendo en 2005 la supuesta captura de los presuntos secuestradores Israel Vallarta y Florence Cassez. Ahora se sabe que esa transmisión en vivo fue un montaje, y lo ha admitido Loret de Mola, sólo que ha dicho que él "no sabía" que se trataba de tal cosa. Loret de Mola demoró con amparos cuatro años en comparecer en el caso Vallarta, y al hacerlo finalmente, por sorpresa, como testigo, tuvo facilidades contrarias a las constitucionales (se pasó por alto el artículo 17 constitucional). Siempre en calidad de testigo y no de indiciado, Loret de Mola reiteró que sí, "fue un montaje", pero que su "error periodístico" consistió en no darse cuenta de lo que ocurría. A lo sumo pidió disculpas.

      En realidad, no queda claro si la ley mexicana permite en este caso mentirle a la autoridad, algo que normalmente es castigado (con prisión), aunque no con la severidad de un país como Estados Unidos (20 años por perjurio o quebrantamiento de la fe jurada). Sucede que Loret sí fue avisado en reiteradas ocasiones, a través de un sistema de intranet, de lo anómalo del caso durante la transmisión, por la periodista Laura Barranco, quien le solicitó incluso "parar": se estaba inculpando a una ciudadana francesa, por lo que se le avisó a Loret de Mola, por su bien, que podía meterse en líos al violar la presunción de inocencia; fue igualmente avisado de que los secuestrados no reconocían de ninguna manera a los supuestos secuestradores, y fue nuevamente conminado a detener la transmisión, a lo que Loret de Mola contestó que no pensaba hacer ningún caso, puesto que "era nota". Dicho sea de paso, también quedó una sombra de duda sobre la productora Azucena Pimentel, hoy parte del equipo de Comunicación de la Presidencia mexicana. Durante la escenificación, Loret de Mola incluso dijo: "éso está bueno, está chingón. ¿será que se pueden regresar?", pidiendo la repetición de una escena con policías.

     Se está así, digamos, ante un presunto delincuente si es castigable en ese tipo de testimonio el perjurio. En otros términos, el realizador, junto con un auténtico payaso (Brozo), del programa Latinus, y que suele departir con intelectuales dedicados a dar cuenta de la "sensación térmica" del país, como lo hace Héctor Aguilar Camín, podría ser un delincuente, sin que se trate de una forma de "calificarlo" o "etiquetarlo", sino de llamar los hechos. Sería de este modo el presunto delincuente quien se queja de que el actual gobierno mexicano es "como todos", pero "moral", y de que es perseguido, lo que supone alguna forma de represión o maltrato inexistentes, como para todos los que se creen perseguidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

     Loret de Mola dijo que López Obrador le sacó los trapos sucios al sol "por Pío, Felipa, Irma Eréndira y Bartlett". Pío López Obrador está siendo investigado por el Instituto Nacional Electoral (INE) por recibir sobres de dinero, aunque fue exonerado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que no halló irregularidades en sus cuentas, por lo que, aunque no sea sin duda el mejor de los procedimientos, no es constitutivo de corrupción. Por cierto, tampoco hay corrupción alguna en las propiedades de la secretaria de la Función Pública (SFP), Irma Eréndira Sandoval, aunque su tren de vida y el de su esposo, John M. Ackerman, no se caracterice por la austeridad que debería primar en universitarios. López Obrador fue claro sobre su prima Felipa: Petróleos Mexicanos (Pemex) no puede entregarle contratos. Pemex se disculpó por no haber impedido que se le otorgaran previamente contratos, salvo que alguien haya creído que se trataba de quedar bien. Manuel Bartlett no omitió declarar nada. Simplemente tiene muchos negocios a nombre de parientes y "relaciones" suyas, y se trata de asuntos de muy larga data, dados los antecedentes familiares del funcionario. Dicho de otro manera: puede tratarse en todos los casos de una moralidad dudosa, pero no hay irregularidades legales, por lo que Loret de Mola ve una corrupción inexistente. Simplemente, busca como puede lo que se le antoja como el "flanco débil" de López Obrador para, en lo típico, "darle donde más le duela": si el presidente dice luchar contra la corrupción, en realidad se debe colegir que está rodeado por ella y que no hace nada. El destinatario del mensaje no es el mandatario, sino la audiencia.

      Pasemos, no sin dejar de hacerlo notar, sobre el hecho de que estos casos no son muy moralizantes para el lópezobradorismo. Vayamos a la sabiduría china: quien no tiene el concepto de un toro, no puede reconocerlo si lo tiene enfrente y decir "he aquí un toro", reconociendo además sus propiedades. Dada su trayectoria, es difícil que Loret de Mola tenga idea de lo que es la ética, por lo que no puede reconocerla si se la encuentra. Dicho de otro modo, quien se ha dedicado a la politiquería y no cree más que en éso no puede reconocer que alguien, así lo haga entre errores, incluso graves, esté tratando de conseguir un comportamiento ético en el gobierno, en el sentido de ajeno a la corrupción. Es el problema de gran parte de la oposición y, lastimosamente, de una mayoría de intelectuales, sin concepto de nada: en lo que es tratar de sacar adelante un proyecto contra la corrupción no ven más que politiquería, enfermedad personal de poder y ánimo de "perseguir" al grado de poner "la democracia en peligro". Todo, dicho gracias a un laxismo presidencial muy singular, digamos que excesivamente amoroso, y a la creencia de que los intelectuales opositores son representativos de algo, lo que no es el caso. ¿O es que Loret de Mola ha entendido mejor que el gobierno el grado de ignorancia no menor de la gente en México? Aún así, se contradice: por la misma ignorancia, lo que diga cualquier intelectual, empezando por Héctor Aguilar Camín o Enrique Krauze y siguiendo por lo demás por Paco Ignacio Taibo II o El Fisgón, probablemente no inmute a demasiada gente. No quita que quien denuncia lo que da por hecho, la corrupción, condenando antes de juzgar, es el presunto culpable de un delito. Se entiende que, de acuerdo con un programa malamente filmado con un payaso vulgar en el desierto de Sonora (qué culpa tiene éste), se haga mofa de la "moral" presidencial. No es sencillo hablar de ética con quien pudiera haber cometido perjurio, violación de la Constitución y está mintiendo sobre lo sucedido en 2005 con Vallarta y Cassez. (Foto: Loret de Mola como cree estar actualmente). Es cosa de algunos intelectuales si creen haber encontrado un foro en un presunto delincuente, que no cae nada más porque en México las normas de convivencia siguen dictándolas...los delincuentes.



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