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miércoles, 7 de julio de 2021

EU: EL GRAN SIMULADOR...

 Era de esperarse, pero hubo quienes no estuvieron lejos de ver en el presidente estadounidense Joseph Biden algo así como un Franklin D. Roosevelt redivivo y el "fin del neoliberalismo", según lo pregonó el diario mexicano de izquierda no comunista La Jornada.

     Biden difícilmente podía ignorar que su "gran plan" sería frenado en el Congreso entre los Republicanos y los Demócratas favorables a las grandes corporaciones, por lo que se está, parafraseando al analista William Engdahl, en algo así como "make Elon Musk great again". El "gran plan" de infraestructuras del actual huésped de la Casa Blanca iba por 2.3 millones de millones de dólares, y claro, luego de una buena discusión desembocó en algo más pequeñito, 579 mil millones de dólares.

     Por lo demás, queda por saber qué se entiende por "infraestructura". Al parecer, el muy poco innovador Biden lo comprende como siempre en lo que se conoce como capitalismo monopolista de Estado, más de lo mismo: ayudas sustanciosas del Estado para las grandes corporaciones privadas. De lo que se trata es de subsidiar la tecnología que pueda competir con China y las grandes empresas multinacionales que, en la medida en que se les impongan algunos impuestitos más, tendrán un nuevo pretexto para deslocalizar sus actividades, afectando el empleo en Estados Unidos. Biden prometió la creación de millones de empleos, lo que no forzosamente sucederá. La suma aprobada no serviría ni siquiera para recuperarse de los efectos de la Covid 19 y el "nuevo impulso" quedaría abortado.

     El dinerito aprobado no se usará demasiado "a la Roosevelt" para cubrir el déficit estadounidense de autopistas, puentes, líneas férreas, redes eléctricas y de agua potable de calidad. El "estímulo" tiene más que ver con la "Agenda Verde" de la que fue a agarrarse el gran capital, por ejemplo con los coches eléctricos. Se invertirá más en este rubro que en lugares decentes para el paso de los coches. Se darán igualmente créditos generosos a energías alternativas, libres de carbono ("Cero carbono"), para acelerar la desindustrialización de la súperpotencia. Si Alemania es el modelo a seguir, la energía muy verde de la canciller Angela Merkel ha creado los costos de electricidad más altos de Europa. De pasada, Biden destinará dinero para comidas escolares "verdes", con la gentileza de eliminar cubiertos de plástico para que los niños coman tal vez con las manos, es lo de menos. Por ahí hay uno que otro dinerito para asuntos raciales y de género, pero hay que estar de acuerdo: la "cuestión social" está fuera del programa, y en realidad lo está desde que Biden ni siquiera cumplió con el alza del salario mínimo que prometió. Por lo que resta, estos proyectos de Agenda Verde serían financiados por un mayor déficit federal y mayores aumentos de impuestos, los más importantes de los '90.

     No se reparará gran cosa y se seguirán perdiendo empleos, mientras se tomará del Estado para subsidiar a un gran capital urgido de cambios para recuperarse, sin lograrlo realmente desde hace rato. Tan sólo para reparar la infraestructura en mal estado en Estados Unidos se necesitarían 6 millones de millones de dólares, según la Sociedad estadounidense de Ingenieros Civiles, Para lo que es propiamente del público y del gobierno no hay dinero. Por ejemplo, se estima que un 40 % de las carreteras y autopistas de Estados Unidos están en condiciones malas o mediocres, pero en vez de reparar hay que introducir coches eléctricos. Entre las influencias sobre Biden están Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional, y Adewale Adeyemo, miembro del equipo de Janet Yellen en la secretaría del Tesoro: simplemente, ambas personas tienen vínculos estrechos con el gigantesco Fondo de Inversión BlackRock, clave en la agenda de "Gran Reinicio" del Foro Económico Mundial de Davos. La alta finanza no puede sino apostarle a la recuperación de la tasa de ganancia, para lo que el Estado estadounidense dará un generoso empujoncito. Que sea "verde" no cambia mucho las cosas, de lo que se trata es de negocios, no de la gente, salvo que haya quien crea que los negocios son para la gente. Aquí queda el gran simulador, otro después de los mandatarios William Clinton y Barack Obama (da click en el botón de reproducción).


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FANÁTICAMENTE MODERADOS

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