Mi lista de blogs

jueves, 30 de septiembre de 2021

SÓLO HAY DE DOS SOPAS

 Lo que más nos importa son los derechos y las libertades, por lo que respetamos -porque somos muy respetuosos y tolerantes- tus preferencias: puedes optar por  Corea del Norte en lugar de helado de vainilla, siempre y cuando no dañes a nadie y no le impongas tus gustos a otros. Después de todo, cada quien es libre de hacer lo que mejor le plazca,

      No hay verdades absolutas, así que, por si te planteas hacer una elección o buscas cambiar el sistema o el régimen, consideramos que simplemente debes estar, como nosotros, oportuna y verazmente informado. Recuerda que ya Dostoievski los había retratado en Los demonios: quien te habla de cambiar las cosas suele ser, en el mejor de los casos, un demagogo o un populista que se cree tu redentor sin que, claro, jamás se lo hayas pedido. El, como todos los demás, seguramente no buscará más que su provecho muy propio y personal, así te ofrezca religiosamente la salvación y quién sabe qué otras patrañas más. En el mejor de los casos, dejará a tu país en la ruina y te descubrirás venezolano sin serlo, todo porque a alguien se le ocurrió hablar por tí y redimirte, como si no fuera en realidad tu asunto estrictamente personal, todo personal. Eres libre de hacer contigo lo que se te pegue la gana y tal vez debieras pensarlo un poco antes de que otros decidan por tí, coartándote tu libertad de elegir lo que más te convenga.

     Debes saber que todo intento de cambio, así sea mínimo, empieza según te lo hemos descrito, con el riesgo de que alguien se aproveche del poder que tú le des. Ojalá ésto fuera todo. Como se trata de gente sin escrúpulos, púedes acabar lejos de los derechos y las libertades: sí, en una dictadura, o incluso como en China, que es lo peor de lo peor, puesto que combina lo peor del capitalismo (la explotación) con lo peor del comunismo (la inexistencia de los derechos y las libertades). Seguramente no haga falta decírtelo, porque lo habrás escuchado: te arriesgas no nada más a estar en una Venezuela, sino a pasar escasez y penurias como los cubanos y los nicaraguenses, y a que te muelan a palos si intentas protestar. Tú lo sabes: primero dejan sin medicamentos a los pobres niños con cáncer, pero después dejan sin medicamentos a toda una isla y te apalean si protestas por este derecho elemental a la salud, la tuya y la de tus seres queridos.

     Seguramente también lo sabes: no es nada más cuestión de escasez, penuria y finalmente de reparto de la pobreza. Se empieza por perseguir la libertad de expresión y se acaba en la verdad absoluta, el dogma y la censura, cuando no en la brutal represión contra cualquier forma de disidencia, hasta el día en que no te quede más que leer la Pravda antes de usarla como papel higiénico, porque de éste no vas a encontrar en supermercados con los estantes vacíos y sin dicho papel, sin Pétalo, sin el pachoncito Regio o sin Cottonelle.

     No podrás decir lo que se te venga en gana. Recuérdalo: lo que empieza como dizque derecho de réplica se convertirá en atroz censura, y no podrás ni siquiera ejercer como verdadero científico, porque te acusarán de delincuencia organizada o, seguramente también lo sepas, se te estigmatizará como enemigo del pueblo. A lo sumo, únicamente se te permitirá ejercer el proletkult de Marx Arriaga o tendrás que seguir, como tuvo que hacerlo Trofim Lysenko, las instrucciones del líder sobre genética antineoliberal. 

     A fin de cuentas, como lo ha demostrado la Historia, no podrás ni siquiera refugiarte en una indiferencia tranquila. Lo que empieza en las fiscalías generales de la república desemboca en el terror, así que podrán ir a buscarte a tu domicilio, cualquier noche, en el momento más inesperado, para que al igual que millones de millones de compatriotas tengas que confesar bajo tortura que usaste el dinero para canapés y bocadillos. Una vez firmada tu confesión, oh Nikita, te espera el Gulag: tus familiares ni siquiera podrán preguntar por tí y en medio de este terror perderán la vida millones de millones de seres inocentes. No habrá quien te defienda, porque el Ingsoc no lo permitirá y muchos andarán distraídos tomando sus pastillas de soma en lo que, según ellos, será la llegada al porvenir radiante del Hombre Nuevo y la dictadura del proletariado.

      Toda la Alcaldía Benito Juárez sabe que perderás todos tus bienes: si eres campesino, pasarás por las peores hambrunas, como la del Holodomor, y si aún así sobrevives irás también al Gulag, mientras que si eres obrero tendrás encima a unos apparatchiks hablando en tu nombre en "Aló, presidente" o en "Las Mañaneras" mientras te las apañas para conseguir un mendrugo de pan y la Pravda del día. En esas hambrunas inclementes morirán miles de millones de personas, y lo más atroz es que todo se hará en tu nombre y supuestamente por el bien de gente ordinaria como tú, que algún día creyó en palabras y frases gastadas como "Juntos haremos Historia", "Sólo el pueblo puede salvar al pueblo" o "Sonríe, vamos a ganar".  La "honestidad valiente" del Querido Líder te parecerá al final del día otra mala pasada de la neolengua. Lo sabemos desde los jacobinos que quisieron cambiar hasta el calendario: Brumario, Mesidor, Termidor...

     Tú decides en plena libertad y bien informado. Tienes la libertad de elegir. Nosotros te ofrecemos los derechos y las libertades, que hagas lo que mejor te plazca, sin daños a nadie y sin imponer tus preferencias a los demás. Lo único que queremos es que puedas decidir con información oportuna y veraz, pero en última instancia, si se te ocurre cambiar algo, lo que sea, y olvidar cómo es la naturaleza humana desde la noche de los tiempos -es decir, carne que terminará pudriéndose entre los gusanos-, por tu bien queremos que sepas que incrementas tus posibilidades de acabar con un plomazo en la nuca en La Cabaña. De todos modos, es probable que tengas la edad suficiente para recordar lo mal que acaban todos estos experimentos con nuestra condición humana: este año se cumplen 30 años del pasado de una ilusión, de la caída de la Unión Soviética y de un triunfo arrollador y evidente de la democracia liberal y el libre mercado por sobre las quimeras de querer perfeccionar en algo, por mínimo que sea, a un ser humano pecador desde los tiempos de la Biblia. Lo último que quisiéramos es que vivieras engañado o, peor aún, estafado por charlatanes que creen saberlo todo y no se han percatado de que hace rato llegamos al fin de la Historia. Tal vez haya llegado el momento, tu momento: el de elegir, como lo hemos hecho nosotros, la pura y simple realidad, la evidencia, y no sueños de opio. Son 32 pesos nada más del puro papel higiénico, pero es Pétalo Max y muy rendidor.



      

miércoles, 29 de septiembre de 2021

MÉXICO: QUE ENCIERREN A ESE CHATO

 Lo que ocurre con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es inaudito.

     Se trata de alguien que, al decir de sus opositores, suele ubicarse fuera de la realidad. Así lo afirmaron muchos columnistas desde un principio, en particular cuando AMLO hizo a un lado los negocios del NAICM (Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México) en Texcoco. No es todo: como parte de esta desubicación del presidente, no ha faltado quien diga que lo que hace aquél es delirante y demencial, para citar textualmente. A cualquiera debiera sorprenderle que millones de mexicanos hayan votado, tal vez sin darse cuenta, por alguien ajeno a la realidad, delirante y demencial, si bien no parece haber la fórmula adecuada para destituir al jefe de Estado por lo que obviamente es incapacidad mental, y de las gruesas.

     AMLO es un ser inquietante. Se ha dedicado a perseguir un día sí y el otro también a unos periodistas que no hacen más que cumplir, en particular con su deber de no ser aplaudidores del poder. Es conocida la fobia del presidente mexicano a la crítica y conocida su intolerancia: sus conferencias "mañaneras" no hacen más que corroborarlo. Por si fuera poco, al decir de la oposición el presidente insulta, lo que vuelve a levantar serias dudas sobre su estado mental, y encima amenaza, lo que sugiere que es alguien peligroso. Estos rasgos se han manifestado en otro terreno: López Obrador odia la ciencia, por lo que la persigue, como acaba de hacerlo a través de "su" fiscal, Alejandro Gertz Manero, y encima le quita recursos a los científicos, que no buscan de ningún modo provecho propio, sino el más alto nivel para bien del país, que requiere de mucha innovación. Aunque denosta a los "conservadores", AMLO es en realidad el conservador por antonomasia.

     Andres Manuel López Obrador, hay que decirlo, ha dado muestras de no entender o, lo que es peor, de repudiar ese gran movimiento de avanzada que es el feminismo.

     No es todo. El tipo se rodea de amistades extrañas, desde el mandatario estadounidense Donald Trump hasta dictadores como el cubano Miguel Díaz-Canel, sin dejar de acercarse a "bolivarianos" como Nicolás Maduro y luego de haber asilado sin que se entienda bien por qué -y a qué costo- a quien fuera presidente de Bolivia, Evo Morales. AMLO, fuera de la realidad, no parece percatarse de que solapa con su silencio cómplice dictaduras como la nicaraguense de Daniel Ortega, faltándole a lo más granado de la política exterior mexicana, y en nombre de principios absolutos -siendo tan sencillo relativizarlos- y dogmas.

      En algo propio de quien se ha despedido de la realidad, López Obrador es un populista y un demagogo que a duras penas oculta que se quiere reelegir -según se lo dijo el escritor Mario Vargas Llosa al gran periodista Carlos Loret de Mola-, un ambicioso y sediento de poder, que no respeta por lo mismo los proverbiales equilibrios de la democracia mexicana, de todos conocidos. No faltaría mucho para constatar que AMLO es, desde luego, antidemocrático y que debe ser tratado como tal, con todo lo que ello implica, se entiende. López Obrador, a lo sumo, quiere retrotraer a un pujante y vibrante país a los tiempos del más rancio Partido Revolucionario Institucional (PRI), en alguna parte entre el "desarrollo estabilizador", Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, sin permitir el insoslayable paso a la "postmexicanidad".

      Ya sería más que suficiente si no fuera porque, en el aeropuerto en construcción de Santa Lucía, AMLO mandó colocar una torre de control que se pandea, como la Torre de Pisa, sin mencionar los desastres que provocará su Tren Maya: como aprendiz de dictador, ha hecho que el Tren llegue hasta las cercanías de su finca "La Chingada", aumentando la plusvalía de este lugar.

      Mientras la violencia está peor que nunca, López Obrador no ha tenido otras ocurrencias que las de ofrecer abrazos al crimen organizado, darle la mano a la mami de Joaquín El Chapo Guzmán y dejar libre al hijo de éste, Ovidio.

      De remate, el presidente mexicano se ha rodeado de gente corrupta, empezando con sus familiares: Pío, Felipa y Martinazo, para seguir con Manuel Bartlett, las cuentas en paraísos fiscales por parte de Gertz, las propiedades de Irma Eréndira o el patrimonio de Olga Sánchez Cordero.

     Lejos de la realidad, delirante, demencial, rodeado de familiares y políticos corruptos, autoritario, intolerante, demagogo, populista, antifeminista, opuesto a los grandes avances de la ciencia y a la sana libertad de expresión, amigo de dictatorzuelos tropicales contrarios a los derechos y las libertades, conservador, ambicioso, sediento de poder, capaz de ofrecerle abrazos al hijo de El Chapo, interesado en reelegirse, criptopriísta, pendenciero y rijoso, López Obrador, que ha alejado así a Mexiquito del Primer Mundo, debería estar sujeto a juicio por haber querido desterrar la corrupción del Estado mexicano. Después de todo, el laicismo nacionalista revolucionario no se inventó para nada ni menos aún para andar perdiendo el tiempo en sermones y en arranques ridiculos de ética: a ver, ¿si no agarramos ahorita, entonces cuándo?¿O en serio es tan iluso este tipo al grado de creer que vamos a comer rectitud y gozar con austeridad republicana? !Eso no deja para nada! Sólo para el Gulag...



     

domingo, 26 de septiembre de 2021

EL SALVADOR: CUANDO YA ES EL COLMO

 La temible dictadura salvadoreña de Nayib Bukele sigue dando de qué hablar: recientemente capturó a 200 pandilleros más, gracias a las mejoras en el Plan Control Territorial, de tal modo que el país centroamericano se encuentra en su nivel más bajo de homicidios en décadas, algo que, como es de esperar, lograrán muy pronto las ciudades estadounidenses bajo control Demócrata, como Chicago o Baltimore, por citar dos.

      La dictadura mencionada ha tomado en cuenta la conseja del mandatario estadounidense Barack Obama: "las elecciones tienen consecuencias", para poder sacar de un poder judicial "independiente" a quienes no hacían más que apoyar a dos partidos políticos y más señaladamente a uno, resolviendo a conveniencia de éste: la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), de extrema derecha, que estaba cerca de regalarle la inocencia al ex candidato presidencial Norman Quijano (gracias al removido juez Carlos Sánchez), quien luego de prometer regresar a El Salvador para dejar en claro su inocencia -cuando el poder judicial local lo favorecía- prefirió mejor abstenerse y huir. El señor fiscal Raúl Melara fue destituido por incumplir sus deberes para con el Estado y la sociedad para beneficiar en cambio intereses de grupúsculos de poder político y económico, contra lo que dicta el artículo 235 de la Constitución. Melara respondía muy en particular a ARENA. Este es el tipo de poder judicial independiente que siempre defendió Estados Unidos, según palabras literales de Jean Manes ("cuando ustedes tenían un fiscal independiente, apoyamos los casos contra la corrupción"), encargada de negocios estadounidense en el país centroamericano, y quien lamentó que Bukele se convierta en dictador con una celeridad mayor a la de Hugo Chávez en Venezuela. De acuerdo con la información disponible, lo que está ocurriendo bajo la dictadura de Bukele es horrendo, miserable y canallesco, aunque El Salvador no haya tenido en su historia moderna fiscales realmente independientes: el mismo diario digital El Faro lo sabe al haber hecho reportajes sobre los fiscales que buscaban indagar en tiempos de la guerra interna sobre los asesinatos de religiosos jesuitas, etcétera, llegando rapidísimo al silencio o la renuncia. Y para más señas, el mismo El Faro sabe a la perfección, puesto que ha hecho reportajes sobre el tema, qué grupos empresariales respaldan a Bukele (hay incluso un pequeña parte de la oligarquía: Kriete, Callejas, Salaverría, Dueñas, Regalado...) y cuáles han decidido hacerle la guerra. Por cierto: Quijano acostumbraba llegar a la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) para que don Miguel Angel Siman, presidente de la misma (es empresarial), le dijera "la mejor forma de elegir a los magistrados".

     La dictadura es parte de un proceso que para el año 2020 tenía a El Salvador entre los países del mundo con el mayor número de mujeres en cargos públicos (46,7%), por encima de una preclara democracia como la de Estados Unidos (41, 1 %). Como ocurre con todos los dictadores, Bukele ha decidido reparar cientos de escuelas que en gobiernos pasados quedaron al abandono: son ni más ni menos que 700, para mayor concreción. En cada escuela restaurada habrá por lo demás una clínica, tanto para estudiantes como para sus familiares. Se tiene prevista además la construcción de 400 escuelas en un periodo de tres años  dentro del plan Mi Nueva Escuela, con nuevos contenidos curriculares que impulsarán entre otras cosas el conocimiento de la cultura salvadoreña y la creación artística, velando por los infantes desde la primera infancia, como ocurre en todos los regímenes atroces de este tipo. Gabriela de Bukele, esposa del dictador, lanzó el programa "Nacer con cariño", que buscará que se asegure un proceso de preconcepción, embarazo y parto en el que las mujeres se sientan acompañadas y asesoradas con personal de salud, algo también característico de regímenes antidemocráticos.

     Junto con programas de infraestructura y al margen de lo que pueda suceder con la introducción de una criptomoneda, la dictadura, como es habitual, ha mantenido finanzas sanas, sin endeudarse, mediante una diferencia con gobiernos pasados: en éstos el dinero para programas institucionales desaparecía en partidas secretas para compra de lealtades y para ciertos bolsillos, por lo que resultaba que "no había dinero" para atender problemas sociales y por ende había que pedir prestado o recurrir a títulos de valores. En la dictadura de Bukele se busca evitar ese tan democrático procedimiento, que sin duda dejaba entre algunos, tal vez no tan pocos, una profunda sensación de justicia y agradecimiento, así hubiera una deuda pública del 70 % de la producción nacional y cero oportunidades para quienes no le "entraran".

     Frente a un ejemplo de checks and balances, Estados Unidos, que lo ha sancionado, Bukele no ha tenido más recurso que el típicamente dictatorial, recurriendo a frases trilladas como "no somos 'patio trasero' de nadie", siendo que el ya aludido Quijano, en cambio, sabía dejarse de ideología y vender el voto salvadoreño en Naciones Unidas. Afortunadamente, como lo mostraron algunas protestas callejeras recientes que nadie reprimió, el pueblo salvadoreño, consciente de sus derechos y libertades y merecedor de una gobernanza más acorde con la globalización, los mercados y el mundo en el que vivimos y la realidad de la que no podemos sustraernos, ha comenzado a despertar y a repudiar con toda su fuerza los atropellos descritos del dictador Bukele. La protesta se ha extendido y cunde por doquier, en particular en la Iglesia, las sectas, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y familias de reconocido prestigio y excelencia como...Siman, Meza, Poma, Esserski y otras no desvinculadas de los medios de comunicación, un baluarte democrático, como es bien sabido. El gobierno estadounidense del Demócrata Joseph Biden, que no puede tolerar estas afrentas dictatoriales a la democracia, ha optado por retirarle la ayuda al gobierno salvadoreño para entregársela a la sociedad civil, que sin duda sabrá hacer un buen uso de esta generosidad. Es inentendible, en estas circunstancias, que el movimiento sindical (STISSS) le haya dado su respaldo al dictador. 

     No podía faltar el ridículo que haría que Marx se revuelva en su tumba: El Salvador ha tenido uno de los mejores manejos de la epidemia de la Covid -19, con reconocimiento internacional, yendo dictatorialmentre contra La Ciencia y ofreciendo a la población paquetes de ayuda con ivermectina, vitamina D3, zinc y vitamina C, lo que seguramente haga que el número de contagiados sea 100 veces mayor a lo que dice el oficialismo, sobre todo después de las horrendas imágenes que todos hemos visto de las calles de San Salvador, dignas de un Gulag.

Los dejamos con estas imágenes de Bukele en Naciones Unidas: cualquiera que lo oiga (da click en el botón de reproducción) se dará cuenta de que, creyéndose el redentor y ofreciéndonos la salvación a todos, este señor es capaz de convertir, si lo dejan, al planeta entero en una nueva Venezuela donde todos seremos perseguidos tarde o temprano y tendremos que ver conculcados nuestros derechos y nuestras libertades. Ay no.




sábado, 25 de septiembre de 2021

MÉXICO: EL DIÁLOGO DE SORDOS

 El fiscal general de México, el no muy útil Alejandro Gertz Manero, buscó en estos días abrir una causa contra 31 "científicos" -ya se verá el porqué del entrecomillado- acusados, palabras más, palabras menos, de utilizar dinero del erario para darse la buena vida: viajes, restaurantes de lujo, chóferes, celulares, etcétera...No queda clara la reacción escandalizada, salvo por la gravedad de las acusaciones de Gertz, que llegó hasta "delincuencia organizada": no en todos, pero sí de manera bastante generalizada es común entre académicos de la universidad pública el uso del erario para beneficios particulares, que no tienen mucho que ver con la profesión, y sí en cambio con una carrera desenfrenada por el estatus.

     Lo de los 31 "científicos" es un decir puesto que, en este grupo, la mayoría son funcionarios, más que académicos propiamente dichos. Lo simpático fue la reacción de una parte de los científicos o académicos mexicanos, que se enfadaron como si se les estuviera persiguiendo por científicos -es decir: por su formación profesional- y no por mal uso de recursos públicos. En este caso, sería imposible que un académico se comporte como delincuente, puesto que es académico. Impecable, para todos los que se lo quieran creer, más en el curso de una epidemia que ha dejado muy mal parada a la ciencia, incluso en el mundo desarrollado. 

     En el caso de México, desde el principio del actual sexenio se tuvo conocimiento de desvíos de recursos públicos en operaciones dudosas para beneficiar a empresas transnacionales (como Intel, Monsanto, Cummins y Volkswagen...) y nacionales (grupo Alfa, o se puede preguntar también por el Centro Lavín...) que no tuvieron que rendir cuentas de un solo peso ni garantizar innovación alguna. Mientras el gasto en México crecía en la materia, los resultados en innovación científica y tecnológica caían en el ranking mundial  Y en algunos casos, los gastos de operación quintuplicaban los destinados a la investigación en ciencia y tecnología.Uno de los enterados, John Mill Ackerman Rose, estuvo cerca de revelar los pormenores del asunto, pero fue llamado al silencio, y no pareciera que exactamente por el lópezobradorismo. Por lo demás, lo simpático del caso es que el mismo Ackerman Rose, un pésimo académico (a juzgar al menos por su libro El mito de la transición democrática), se dedica a cuenta del erario universitario y otros al activismo y se da el lujo del nepotismo sin ser importunado, porque resulta que a la universidad pública, como siempre, le importan más los "equilibrios políticos" -entre grupos de poder- que los méritos académicos, cosa de la que el gran crítico Guillermo Sheridan no ha querido percatarse (la corrupción de la pareja Ackerman-Sandoval comenzó bastante antes de 2018). Además, la pareja lleva años con un tren de vida que, sin ser ilegal, no debiera ser el de universitarios, pero dista mucho de ser el único, al menos en el mundo de la investigación. La forma en que Ackerman se hizo de ciertos reconocimientos no deja de ser dudosa, pero este tipo de casos abundan. La universidad pública, y hasta hace poco otras instancias científicas, no reconocen en México la labor académica, sino la prestación de servicios políticos, que es por lo demás lo que Ackerman sigue haciendo, aprovechando para el protagonismo personal desvergonzado.

      Es desde luego falso, contra lo que dice el científico (biólogo) Antonio Lazcano, quien habla de clases que no daba, que el mundo científico mexicano esté viviendo "bajo el terror" y como "en las peores épocas del estalinismo", palabras cuyo sentido desconoce aquél, pero que desde luego permiten hacerse el interesante y obtener rating, porque es dinamita sensacionalista para ignorantes. Como ocurre en el periodismo, nadie ha sido amenazado de nada en la academia y no todo puede reducirse a un asunto de recursos (que tampoco han sufrido mermas graves), porque llegan a dar cierta lástima académicos incapaces de moverse para otra cosa que no sea pedir más y más recursos, además de hacer un uso dudoso del erario. No son pocos los investigadores de la universidad pública cuyo modo de vida, mientras se la pasan pidiendo más y más, poco tiene que ver con lo que debiera ser la vida modesta de un universitario. Tampoco son "La Comunidad Científica": unos 400 académicos de distintas instituciones se han pronunciado por parar las prácticas de corrupción en el mundo de la investigación.

       Tiene sin suda razón el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador cuando afirma: "los grados académicos no son sinónimo de cultura; se pueden tener altos grados académicos  y no tener sensibilidad en lo social, en lo humano y no poseer valores culturales". Es completamente cierto y, si bien hay excepciones, el mundo universitario, entre investigadores pero también entre profesores, llega a ser de lo más mezquino y humanamente pobre, sin que falten las conductas delictivas en las relaciones interpersonales. Se puede igualmente ser miembro de una Junta de Gobierno sin saber escribir un párrafo, por ejemplo. La regla, desde hace algunas décadas, es el fraude, y puede ejemplificarse igual con lópezobradoristas y ex rectores: Enrique Dussel, de 86 años, presume en su cuenta de Twitter de haber escrito 60 libros y 400 artículos. Lo anterior supone que haya empezado a escribir antes de los 26 años, o que en todo caso haya hecho un libro por año, lo que es imposible, al menos seriamente. Va al ritmo de un Mauricio Beuchot, filósofo nacido en 1950 y con por lo menos 43 libros en su haber, lo que se antoja difícil y sugiere que hace cualquier cosa a un ritmo realmente muy vertiginoso. Igual se puede hacer mención de las mil y un formas de maquillar estadísticas entre los funcionarios de la universidad pública. Ni siquiera es propio del subdesarrollo, no vaya a creerse que en otros países hay un gran respeto por La Ciencia. Es cosa de la creciente intromisión del sector privado en ámbitos que no le competen y sin que haya prueba definitiva de que dicho sector es en algunos rubros más eficaz que el sector público.

       La oposición al gobierno de López Obrador practica las mejores artes de cierta burguesía y de lo que Carlos Fuentes retratara alguna vez en una de sus pocas obras de calidad, Las buenas conciencias:

      -¿Me puedes devolver los 100 pesos que te presté y que quedaste en darme el lunes?

      Respuesta: -!Te recuerdo que estás hablando con un Ph.D!

       -Entiendo, pero ¿me puedes devolver los 100 pesos que te presté y que quedaste en darme el lunes?

      Respuesta: -¿Pero con quién te crees que estás hablando?¿Y en ese tono? !Te desconozco!!Eres absoluta y totalmente antidemocrático!!Dictador!¿Y encima quieres que estemos como en Venezuela?

     Desde luego, los grandes indignados no han logrado explicar en ningún momento, ni se lo han propuesto, cómo puede haber un desequilibrio de 5 a 1 entre gastos de operación (para celulares, chóferes, restaurantes de lujo, viajes...) y recursos para innovación, nula rendición de cuentas de empresas transnacionales y nacionales (nula al grado del cero...) y temas por el estilo. Aquí va el fin de la historia con la oposición mexicana, sin exculpar a los portavoces del lópezobradorismo:

     -No, simplemente quisiera que me devolvieras los 100 pe...

     -!Es inaudito!¿En verdad crees que me vas a dar lecciones de moral?!No me hagas reír!

En la foto, una toma de una ciudad universitaria mexicana (foto: cortesía de Antonio Lazcano)




     


miércoles, 22 de septiembre de 2021

RUSIA: MIEDO Y PACTOS ROTOS

 


Las últimas elecciones parlamentarias rusas mostraron una notoria tendencia a la baja de las preferencias por el oficialista Rusia Unida y el alza de votos para el Partido Comunista de la Federación Rusa, la única oposición fuerte al "putinismo".

     El mandatario ruso Vladimir Putin, que no es miembro de Rusia Unida, no se movió a favor de un desplazado ex primer ministro y ex presidente Dmitri Medvedev. En cambio, se postularon el ministro de Defensa, Serguei Shoigú (el segundo hombre más popular de Rusia), y el de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, ambos con muy buenos resultados al haber conseguido en sus puestos que la Federación Rusa se hiciera valer, y con firmeza, frente a sus enemigos, que llegaron a pensar incluso en fabricar la implosión de Rusia. Shoigú y Lavrov (foto, arriba) han sido por lo demás bien valorados por los comunistas rusos.

     Al mismo tiempo, Rusia volvió a mostrar que mantiene una combinación inusual de sovietismo (en el anhelo de paz y su proyección universal) y de un anticomunismo que en algunos, sobre todo en los medios de comunicación locales, está a prueba de todo, incluyendo evidencias. Así, además de practicar irregularidades, se le prohibió al partido comunista (entre 20 % y 25 % de los votos, contra Rusia Unida con entre 45 % y 50 %) postular a su ex candidato a la presidencia, Pavel Grudinin, junto a Guennadi Ziuganov y la cosmonauta Svetlana Savitskaya. Las cosas con Grudinin se manejaron de la peor manera: se utilizó a su ex esposa (parte de Rusia Unida) y su hijo para hacerles "cantar" que el candidato tenía cuentas en el exterior, lo que el mismo Grudinin demostró que era falso, sin que el dato importara mucho a los jueces electorales. Grudinin, empresario de la fresa exitoso, y alguna vez partidario de Putin, fue traicionado por sus familiares en una maniobra sucia del putinismo y la Comisión Central Electoral. Grudinin declaró que es repugnante envolver a mujeres e hijos en este tipo de cosas. El Kremlin negó cualquier persecusión política, pero la maniobra no deja de recordar las usadas por los medios de comunicación masiva contra el candidato comunista en las últimas elecciones presidenciales, cuando fue acusado de lo mismo. Grudinin dió explicaciones claras sobre su relación extinta con la empresa Bontro (la actual Bontro Ltd. basada en Belice es otra cosa). Los abogados que tomaron partido por la ex esposa de Grudinin son antiguos defensores de Medvedev. Se rompió con la actitud oficial el pacto no escrito de no impedir a los comunistas elegir a los candidatos y mucho menos "criminalizarlos". Lo cierto es que Rusia Unida debería mejor atender las recomendaciones de Putin para mejorar la calidad de vida de los rusos, lo que no sucede y explica los cambios en las tendencias de los votos, además de la voluntad de ir contra el popular Grudinin.

     No estaría mal detenerse de vez en cuando a ver cuán dura es la vida interna en países como Rusia y China, pese a su sovietismo en política exterior. Después de todo, en China también hay una fuerte división entre los partidarios de mantener la alianza con millonarios y corruptos y los que preferirían enderezar más el rumbo. Ni los chinos tienen mayor "modelo social" que exportar desde que están en la carrera por el dinero, al igual que muchos rusos, sobre todo en las grandes ciudades. Al mismo tiempo, en un caso como el de Rusia el país está obligado a cuidarse de provocadores como el opositor Alexei Navalny. Pero esta vez el Kremlin, si metió la mano, llegó muy lejos y es de suponer que no es nada más con los oligarcas con quienes mantendrá pactos de "no intromisión mutua". (fotos: Grudinin y Savitskaya).




domingo, 19 de septiembre de 2021

EL QUE MANDA VIVE ARRIBA

 Gran parte de la izquierda "progresista" actual creció a la sombra de la descalificación sutil del marxismo, que no es reivindicado y ha sido remplazado casi siempre, aunque haya excepciones, por la simple idea de "redistribuir" sin tocar ni por asomo las condiciones de producción. Es la izquierda que comenzó a nombre del "antidogmatismo", a partir de la segunda posguerra, y que incluso llegó a alegrarse por la caída de la Unión Soviética, en 1991, creyendo que el enemigo ya no podría recurrir al anticomunismo, aunque lo sigue haciendo. Acusar de "dogmático" o de "ortodoxo" llegó a ser una forma de descalificar a quienes se mantuvieran leales a ciertos principios y convicciones, por ser considerados universales y no por ser una "excepción a la regla". Así se empezó a tirar el universalismo por la borda, y ahora no hay modo de convocar en torno a una de las actividades más universales, el trabajo. Cabe hacer notar que no lo hace China.

     Casi al mismo tiempo, y omitiendo los orígenes siniestros del caso, empezó una embestida, reforzada por los sesentaiocheros, contra un mal definido "cartesianismo", pero repleto de estereotipos, bien recogidos en el Sur, sobre la gente "fría", "racional", "mental" y cosas por el estilo. Fue también una forma de descalificar argumentaciones y cerrarle la puerta al diálogo, pero además de negar otra dimensión también universal del Hombre: el pensar con conceptos y hacer juicios, a diferencia de los animales que según la especie tienden a responder igual al mismo estímulo. Bueno: no se puede hablar con gente "dogmática", ni "ortodoxa", ni "cartesiana", ni "mental", ni "fría", ni "racional" que encima niega "otros saberes", seguramente que los animales incluidos.

     En este orden de cosas, no está de más recordar que se hizo de lado todo análisis de la experiencia socialista, para bien y para mal, con lo que se quiso en buena medida empezar desde cero y sin tener nada que transmitir. Como ésto se acompañó de un fuerte anti-intelectualismo, se dejó de lado todo esfuerzo teórico. Es notoria la ignorancia de muchos líderes "progresistas" latinoamericanos, salvo en los casos del ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa y el ex vicepresidente boliviano Alvaro García Linera. Detrás de la retórica, el venezolano Nicolás Maduro, el cubano Miguel Díaz-Canel, el mismísimo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el argentino Alberto Fernández o el mexicano Andrés Manuel López Obrador no parecen preocupados por el hecho de que exhiben una ignorancia pavorosa, del tamaño de la de una oposición de derecha carente de conocimientos. Fernández ya empezó a pagar el precio y Lula tuvo el suyo. Díaz-Canel no puede ni comprarse una cajetilla de cigarrillos sin citar al Comandante en Jefe, ya extinto, entre gente que seguramente esté al mismo tiempo dispuesta a negar el "culto a la personalidad". Maduro distribuye "libros y libras" mientras el gobierno bolivariano venezolano premia cosas muy dudosas con su Premio Libertador al Pensamiento Crítico, y López Obrador muestra a quien quiera verlo que hay temas de los que no sabe gran cosa: como soñar no cuesta nada, menos con el canciller y presidenciable Marcelo Ebrard, se puede "pedir lo imposible", es decir, el equivalente de la Unión Europea pero entre los países de América Latina y el Caribe y Estados Unidos y Canadá, en lo que parece desaforada vocación de Estado Libre Asociado. ¿Es para que se le imponga a algún país latinoamericano o caribeño -qué tal Haití- lo que se le impuso a Grecia, por ejemplo, o para que se nos dicte |como a Hungría y Polonia, o para no tener ya ningún margen de autonomía, como le ocurre entre otros a Francia a un precio carísimo?¿Es para que algún estadounidense haga las veces de Angela Merkel? Seguramente no. Hace mucho tiempo existió el patrón oro-dólar: había que "dar el cambio" de lo que se decía o, de otro modo, lo que se decía valía lo que pesaba en oro. Ahora no se sopesa nada, más allá de cierta conveniencia y de la costumbre, y, como en la derecha, cualquiera es libre de decir lo que le plazca, sin ninguna consecuencia, mientras no imponga sus preferencias y no dañe a nadie. El mal llamado "neoliberalismo" ha logrado calar mucho más de lo que se cree. Lo que comenzó como deshacerse de los comunistas y los cartesianos puede dirigirse hacia deshacerse, sin darse cuenta, de la capacidad para pensar y la tendencia a dar respuestas estereotipadas a ciertos estímulos

     A la larga, es también una bochornosa incapacidad para salir de la retórica, da igual si democrática con "los derechos y las libertades", si con Martí y Fidel o con Bolívar por delante: es retórica y burla para quien, siendo de pueblo e incluso "cantinfleando" ("CELAC hoy día debe concretar un hecho concreto", en referencia a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), asevera (se trata del presidente peruano Pedro Castillo): "hemos hecho grandes discursos y es tiempo de pasar a la acción". ¿Alguna repercusión, pese a que Castillo clamó casi a gritos por concretar? Cero, con todo y sus errores, la gente de pueblo no es muy bienvenida que digamos.

     Es probable que la pifia propuesta por López Obrador en la CELAC haya tenido su origen en la cancillería mexicana, como podría demostrarlo una entrevista con Ebrard, quien en el pasado engalanó la Secretaría de Relaciones Exteriores con la presencia del "maestro de la palabra", el poeta nicaraguense Ernesto Cardenal, y con el payador uruguayo José Mujica. Ebrard adora lo que cree que es cultura y que no tiene por su origen en los negocios : la Línea 12 del Metro capitalino mexicano se había lucido en su momento con vagones de nombre "Elena Poniatowska" o "Carlos Fuentes", que seguramente dicen mucho a los habitantes de Tláhuac, etcétera. Contra lo que decía Bertolt Brecht (en realidad es de Martin Niemoller, por lo demás), no es necesario que algún día vengan por nosotros, después de haber ido por los otros sin que dijéramos nada. La izquierda fue por sí misma a deshacerse de sí misma sin decir mayor cosa de sí misma: ahora puede prometer desde que "otro mundo es posible" hasta la unidad con Estados Unidos sin reparar siquiera en que hay un problema en estas formas de hablar. Tal vez sea mejor el mudo Castillo: contra lo que cree The Washington Post, no fue electo para rendir cuentas a los medios de comunicación, sino al pueblo. Ya bastante lo marearon para tratar de inculcarle que gobierna el Perú para cumplir con la Agenda 2030 de Naciones Unidas. En resumidas cuentas, luego de una renuncia tras otra, cabría saber qué le queda de criterio propio a la izquierda, incluyendo a más de un partido comunista, y qué de diferencia con el "centro" Demócrata que no es, desde luego, ni dogmático ni eurocentrista, sino lo más flexible que pueda existir para el gran capital y su necesidad de aparecer como el que dirige el cambio e incluso hace las "revoluciones". (foto: Pedro Castillo mirando de frente).



viernes, 17 de septiembre de 2021

!REINITAS!

 La izquierda "progresista" de varios países latinoamericanos al parecer no realiza lo que le ocurre. Ahora es en Argentina donde los herederos del peronismo acaban de darse de bruces contra el suelo, pero basta ver cómo se orientan los "pensadores" del presidente argentino Alberto Fernández, en la llamada "Agenda Argentina", para percatarse del anclaje del "poder blando" estadounidense. Si ya se ha dicho que rara vez este tipo de gobiernos tienen que ver con los intereses de los trabajadores (que no son por lo demás lo mismo que "los obreros", mucho menos industriales), ahora igual pueden desapegarse de los sectores populares.

      Resulta particularmente desagradable que, en vez de darle un genuino servicio a la gente de pueblo, no falten como antaño las personas de clase media que llegan para tomar el lugar del antiguo patrón, con "benevolencia y caridad" hacia los sectores populares, pero siempre desde arriba: es decir, sin dar cabida a una movilidad social que le permita a la gente mencionada hacerse del poder. Es imposible porque hay "alianzas" que conservar. Francamente, no se puede hacer como la secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto: ulular que se celebra "un México más libre y soberano que nunca" al poco tiempo de ratificar el libre comercio con Estados Unidos mediante el TMEC (Tratado México -Estados Unidos- Canadá) y pegar de gritos, muy en el estilo del antes oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre la "grandeza cultural de México".

     Al rato pululan los disparates como los de la de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, una de las favoritas para suceder al mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador: tirar una estatua a Cristóbal Colón para aspirar a poner la de una mujer indígena olmeca, Tlali, pero dejar el asunto a un comité de expertos porque no puede ser que un hombre blanco haga la escultura. Mientras tanto, la señora Sheinbaum rebautiza un tramo del Paseo de la Reforma como "Paseo de las Heroínas" sin ninguna trabajadora, desde luego (adiós, Benita Galeana, por ejemplo), pero con figuras tan "señeras" como la esposa de Benito Juárez y la de Francisco I. Madero, así no hayan destacado mayormente: pareciera que se lanzan este tipo de iniciativas para autoconvencerse de que se está "haciendo Historia" y "trascendiendo", lo que no es lo mismo que brindar un servicio público y dejarle al tiempo que decida quién amerita qué en la memoria. Vuelve la sensación desagradable de gente de clase media sirviéndose de "las causas", y sin entender que el pueblo no es tonto.

      Luego llega la señora del presidente a justificar lo de la estatua de Colón con el "argumento" de que éste no descubrió nada, puesto que el continente y sus pueblos originarios "ya estaban allí". Ni siquiera se leen entre lópezobradoristas, dado que el historiador Enrique Semo ha explicado el problema de la insularidad del continente, que limitaba sus contactos con otros mundos: para decirlo de otro modo, desde luego que los pueblos originarios tampoco sabían dónde estaban, ignorándolo todo o casi de Europa, Asia y Africa. A este tipo de debates se les llama "bizantinos", pero igual se puede hacer algo más que llamar "Abya Yala" a América: como todos los apellidos terminados en "ez" en español son patronímicos de un nombre masculino, no serían sino expresiones patriarcales del colonialismo ("Martínez" son los hijos de Martín, "Hernández" los de Hernán, "López" los de "Lope", "Sánchez" los de Sancho, etcétera, sin que existan los "Cristinez", "Isabelez", "Pilarez", etcétera, para colmo), por lo que habría que proceder también aquí, para ser congruentes. El próximo presidente de México no podría ser más que Esteban Moctezuma, porque Clouthier, Ebrard, Sheinbaum o Nahle no es de lo más "originario" que haya. A decir verdad, se puede correlacionar cualquier cosa con cualquier cosa, y ya que todo ésto es parte de una ciudad de "derechos y libertades", también se pueden organizar los pocos hombres que no hacen genuflexiones ante estas cosas para acusar a las mujeres de misandria, que se define en el límite como desprecio por todo lo masculino. Lo principal es que cada quien acaba a la estadounidense: recluido en un ghetto o una reservación para salir únicamente a votar Demócrata.

     A este ritmo, el pasado en la Conquista es difícil para las mujeres, en el caso del futuro México: ¿qué van a hacer a fin de cuentas con Malinalli, también conocida como Malintzin? Reina sobre el tema un silencio sepulcral. Al mismo tiempo, se quitan estatuas de personas como Bartolomé de las Casas o Pedro de Gante.

     El desastre cultural se acerca igualmente a parte de la universidad pública y otras instituciones metidas a un absurdo: "descolonizar", para seguir al egresado de la universidad de Yale y sempiterno de Madison-Wisconsin, Boaventura de Sousa Santos. Así se quiera "descolonizar el saber", se trata de un absurdo porque la manera de operar imperial, de Estados Unidos, no es la misma de las potencias coloniales clásicas, desde las antiguas España y Portugal hasta las más modernas Inglaterra y Francia. Estados Unidos no manda colonos, sino que utiliza, además del siempre eficaz poder económico, el "poder blando", un infalible lavado de cerebro que, como el diablo, tiene la ventaja de ser invisible y hacer creer que no existe. En Estados Unidos, lo que cuenta de la palabra es el negocio: es decir, que la gente "se la compre" o no. Tal vez no falten quienes por ganas de "trascender" y llevándose a ignorantes entre las patas se "compren" todas las tonterías culturales del lópezobradorismo, para ganancia de ambiciosos, que nunca faltan. Ni la universidad pública esta protegida de esta forma de degeneración que niega la universalidad y atenta contra los propios principios de aquélla, puesto que la raíz de la palabra es la misma, pero hay que disolverse en "estudios de lo uno y lo otro" (de género, culturales, decoloniales y postcoloniales, etcétera) y armar la guerra de todos contra todos con tal de mantener a la gente atomizada y desorganizada, pero creyendo al mismo tiempo que está en plena "rebeldía" y viviendo el paraíso de los derechos sin tener que dar nada a cambio. !Es gratis! ¿En algún momento algún animoso adversario del "eurocentrismo" le ha levantado la mano a Estados Unidos? No, para nada.

     Todos estos actos circenses se acompañan de pan bajo la forma de ayudas sociales sin resolver ningún problema de fondo, porque la clase media aludida está convencida de una "naturaleza humana" o una "condición humana" que no han salido de la etapa del mal llamado "neoliberalismo" y se han olvidado de que la gente necesita educación, la misma que se abandona cada vez más en nombre de esa invariable "naturaleza" o "condición", para complacencia de la ambición de sectores de clase media con espíritu sesentaiochero y mentalidad de protectorado. México no está lejos de dar un vuelco hacia el franco estilo Demócrata estadounidense que puede representar una ruptura con lo popular del lópezobradorismo. El circo para reescribir la Historia es sobre todo sintomático de cierto espíritu de protectorado.

     La justificación que invade la universidad pública, al menos en ciertas áreas, está liquidando el humanismo, que seguramente deba ser visto también como imposición-patriarcal-de-Occidente: ya no se es primero ser humano, sino primero parte de alguna especie, mujer, afrodescendiente, pueblo originario, no binario, joven y todo lo que excluya al adulto trabajador, peor si blanco. Es fácil demostrar a qué conduce esta forma de ver, en el sentido de perder la capacidad para discriminar y tener criterio ético: ¿se debe preferir al indio analfabeta sobre el hombre blanco humanista, o admitir únicamente al segundo a condición de que su humanismo termine reduciéndose a hablar interminablemente del primero? En otros tiempos se hubiera preferido darle al indio analfabeta educación y la posibilidad de ser humanista; ahora, desde luego, no hay que atraverse a imponerle nada semejante porque es patriarcal-colonial-eurocéntrico-occidental y es preferible una pluralidad epistémica: más vale un volador de Papantla que un avión, puestos a buscar alcanzar las alturas.

     Todos estos hábitos, que llegan a la cultura woke y la cultura de la cancelación al estilo estadounidense, son inquisitoriales. En el pasado, quien confesaba ante el Santo Oficio era culpable y quien no, ni siquiera bajo tortura, es que estaba poseído por el diablo y por lo tanto era de todos modos culpable. Ahora basta con un poco de "psicología" o de "psicoanálisis": 1) sabes que eres gai pero no te atreves a decirlo: !suéltate el pelo!, o 2) si no lo reconoces, o consideras no serlo, es que no has escarbado lo suficiente en tu inconsciente, ya que todos "lo" somos de una u otra manera desde tiempos inmemoriales y es hora de que te atrevas a abrir tu clóset, y 3) si ni así, es que eres un reprimido intragable al que sería preferible no dirigirle la palabra. Ya habrá manera de mostrar a qué se remontan estas prácticas que, más o menos generalizadas, tienen también algo de fascistoide. Pero, por favor, sigamos en el homenaje a las mujeres, oh mujeres tan divinas...no queda más camino que adorarlas (adora a Sandra dando click en el botón de reproducción).










miércoles, 15 de septiembre de 2021

Y LE SIGUEN...

En distintos países latinoamericanos se ha legislado sobre el aborto, y acaba de hacerse en México despenalizándolo. Mientras tanto, algunos líderes progresistas y de izquierda que se han opuesto a lo que se llama también "interrupción voluntaria del embarazo" han tenido que sufrir los embates de uno de los "padres" del "socialismo del siglo XXI", el profesor Heinz Dieterich Steffan, quien ya había catalogado al ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa como "misógino" y en estos días arremetió contra el actual presidente peruano Pedro Castillo, inexplicablemente comparado al brasileño Jair Bolsonaro, tal vez por ser la mujer del peruano una evangélica. Castillo se ha manifestado contra el aborto por un motivo que rara vez está descrito en la Web, y es que aquél se opone a que se use el procedimiento como método anticonceptivo.

      Los "demócratas liberales" saltaron a festejar la decisión mexicana, y debieran tener ya contratado un perico que repita a cada ocasión: "los derrrrechos y las libertaaaades", "los dereeeechos y las liberrrrtades", "brrrr", sobre todo que nunca se les oye hablar por ejemplo de "las obligaciones y las responsabilidades", que seguramente sean un costo a reducir frente a la ganancia de las primeras.

     El caso es que algunas mujeres llegan bastante lejos y no faltan los varones domados (váyanse a leer los consejos de Esther Vilar, autora justamente de  Él varón domado), que creen que la mujer es una diosa. No faltó así el tipejo que tuiteara: si no tienes útero y no estás embarazada, no estés molestando. Punto, fin del argumento para legalizar el aborto, y a menor discusión, mejor.

      Alguien tuvo que informarle al tuitero que, desde el momento en que está embarazada, la mujer no es dueña de su cuerpo en su totalidad, por la simple y sencilla razón de que el ser que lleva dentro tiene su propio ADN, desarrolla sus propios órganos y es distinto a la mujer portadora. Como sea, pasemos sobre cualquier argumento que pueda parecer religioso, no sin hacer notar que ahora se habla del bebé como "el producto", como si la gente tuviera relaciones sexuales tayloristas, o incluso toyotistas, para el fin ocasional de fabricar una mercancía, lo que dice mucho. 

     Si la mujer no quiere ser tratada como objeto, puede considerar al hombre (varón) también como algo distinto a un objeto, es decir, lo que algunas llaman simpáticamente "un donador de semen". El aborto puede ser una forma de contribuir a desresponsabilizar al hombre, en el entendido de que traer un ser al mundo es una decisión (para la cual ya existen los elementos de planificación) de dos. Justamente, se trata de responsabilidad y no de las libertades y los derechos, porque a este ritmo, como le respondieron al tuitero, se pueden reivindicar "los derechos del espermatozoide" o el derecho masculino, frente a la petición de una mujer, a no usar preservativo porque "si no es tu pito mejor te callas y no molestas" (no falta por cierto el machista que alegue irresponsablemente que se niega a tomar precauciones "porque no se siente igual", lo que es inexacto). No sería agradable que el famoso "donador de semen" salga con que "son mis huevos y yo decido sobre mi cuerpo". Lo llamativo es la cantidad de gente que no parece entender que las relaciones íntimas son de dos (y por cierto que no en el sentido de utilización mutua, contra lo que creen los tayloristas del sexo)..

     De la misma manera en que no falta el tipo que se deshaga de la mujer embarazada para no asumir su parte de responsabilidad (y también hay como contraparte valientes madres solteras), no escasean en ciertos medios las mujeres para las cuales el embarazo es un medio de hacerse valer socialmente como madres, al cuarto para las doce, por temor, y para sortearlo se buscan el primer tonto que no se dé cuenta del engatusamiento, como el de mujeres que fingen estar embarazadas para atrapar a quien se deje. Vaya manera de ser dueñas de su cuerpo.

      El aborto no puede llegar a ser usado como método anticonceptivo a falta de lo que debería asegurar el Estado muy, pero muy en serio: una adecuada educación sexual para todos y no para los derechos y las libertades. Contra lo que creen algunos, el acto sexual es de lo menos animal del ser humano, e involucra una decisión de dos. Es probable que, en su momento, la presidente chilena Michelle Bachelet haya tomado la decisión más sensata: despenalizar el aborto únicamente en casos de violación, de riesgo para la vida de la madre o de malformación grave del bebé. En todo caso, alguien debiera informarles a ciertas feministas que no están solas, y no se dice ésto aquí en plan de acompañamiento, sino de crítica a lo que entienden por "derecho a decidir sobre su cuerpo". No pueden decidir, insistamos, sobre un ser distinto de ellas, aunque lo porten, con un ADN propio y órganos propios. No estaría mal responder a este argumento que parece contundente. Tengan la gentileza de no decidir por otros para seguir luego con la creencia de que se trata de "sus" hijos en exclusiva, lo cual es científicamente falso.




lunes, 13 de septiembre de 2021

NICARAGUA: Y TODO PORQUE TONGOLELE NO DA UNA

 El escritor nicaraguense Sergio Ramírez seguramente no es alguien completamente deshonesto. Es decir, no completamente. La oposición en algunos países "progresistas" o crítica de regímenes como el cubano, el nicaraguense y el venezolano tiene una rara costumbre, de la que está casi (casi) exento Ramírez: si se acusa a aquélla de haberse robado tres manzanas, no hablará nunca de robo ni de manzanas, ni de nada parecido, sino que hablará por su cuenta, sin responder a lo planteado, sobre -por ejemplo- "la inconveniencia de que los patos le tiren a las escopetas". Si el gobierno nicaraguense encarcela a ciertos opositores, lo hace con acusaciones concretas, y no "porque sí", de tal forma que los afectados y sus fieles pueden argumentar que dichas acusaciones son falsas. Pero no lo hacen, sino que discurren sobre el hecho de que "los patos le tiran a las escopetas".

     Ramírez, hoy fuera de Nicaragua, fue acusado entre otras cosas de lavado de dinero. No se trata de crimen organizado ni nada por el estilo, sino de la asociación entre una Fundación del escritor y la Fundación Violeta Barrios, financiada por estadounidenses para desestabilizar al gobierno de Daniel Ortega y que encima se embolsó para fines personales parte de la "ayuda". Ramírez ha dicho por lo menos que trató de explicar la relación de su Fundación con la otra, aunque sin precisar en qué estaba metida ésta. Contra la creencia de algunos intelectuales, al estilo de Gilles Bataillon, que prácticamente aseguran que un enfermo Daniel Ortega no gobierna, sino que está en casa en calcetines viendo todo el tiempo la televisión, el escritor afirma: "Daniel maneja el poder no puedo decir que de manera racional, pero sí realista. El sabe lo que está haciendo, esas historias de que se pasa el día viendo la televisión en calcetines no son ciertas. La articulación del poder es a través de él, la fuerza represiva depende de él.". A pregunta expresa de si Ortega estaría manejado por su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, Ramírez contesta: "a ella no le harían el más mínimo caso, maneja la propaganda y da órdenes represivas, porque él le ha delegado esos poderes". Nos dejamos entonces de que Ortega está entoloachado, dedicado al vudú y a utilizar calzoncillos rojos con sus amantes.

      Ya que, a sugerencia de Ramírez, se podría ser realista, lo es evitar comparaciones sin ningún sentido como las hechas en sus "lances" por el escritor mexicano Héctor Aguilar Camín: según éste, las acusaciones contra Ramírez "hacen palidecer las del dictador Anastasio Somoza",  Ortega es "una versión empeorada de Somoza", y "en Daniel Ortega ha reencarnado Somoza". Aquí no se está hablando de saber si hay o no algún vínculo y de qué tipo entre la Fundación de Ramírez y la Fundación Violeta Barrios, por ejemplo. Aquí se habla de algo totalmente diferente, por ejemplo de que Ramírez es "un escritor emblema de la literatura latinoamericana" y "la torre mayor de las letras nicaraguenses", suficiente para volver "inexplicable" la actitud de las autoridades nicaraguenses. Tampoco se trata de la manera de Ramírez de incitar contra Ortega, diciendo por ejemplo que a ver quién lo reconoce internacionalmente si gana las elecciones. No: se trata de que cuando alguien es Premio Cervantes, literato y político, no tiene que dar explicaciones de nada, a juicio no de Ramírez, sino de quienes lo adulan para utilizarlo y en beneficio propio, porque "los patos le tiran a las escopetas".

     Dado que el problema planteado no existe, sino que "los patos le tiran a las escopetas", es inadmisible que un advenedizo de la peor ralea le haga éso a don Sergio. Ramírez, quien como vicepresidente de Nicaragua en el pasado dice que trabajó bien con Ortega, se dice perseguido por su más reciente libro, Tongolele no sabía bailar, sin que conste en la orden de arresto. El caso es que don Sergio terminó prestándose en nombre de "la democracia y la libertad", según sus propias y bellas palabras. En los desplegados en su defensa están desde luego desde Enrique Krauze hasta Mario Vargas Llosa, pasando por el rector de la universidad pública y la Academia Mexicana de la Lengua, que ahora tiene al parecer funciones políticas (salvo que el gobierno de Ortega haya especificado en algún documento legal que está prohibido por subversivo decir que Tongolele no sabe bailar). No es lo más importante, sino el que coincidan muy tranquilamente en un desplegado condenatorio Aguilar Camín y señora  con Paco Ignacio Taibo II, Paloma Saiz, Fabrizio Mejía Madrid y nada más y nada menos que Epigmenio Ibarra. Es toda una concepción de lo que significa ser "intelectual" la que está en juego, pero no hay mucho qué agregar, si no queda claro, estándolo: el problema principal en Nicaragua es que Tongolele no sabe bailar y que los patos le tiran a las escopetas, porque no "se" ha oido hablar de nada más, ni "se" quiere oír, lo mismo que entre la intelectualidad cubana. Esta canción sale del más allá (da click en el botón de reproducción para ir al más allá).






viernes, 10 de septiembre de 2021

HABLAR DE COSAS QUE NO SE PUEDEN VER

 Una de las cosas más llamativas en los movimientos "progresistas", sean de América Latina o de otras latitudes (como seguramente deba entenderse por ejemplo el grupo La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, o Unidas Podemos en España) es la tendencia al olvido de que el trabajo es definitorio del Hombre. Se dice a veces que el trabajo existe en el reino animal, pero no es así: las abejas en el panal sólo se valen de instinto e intercambios bioquímicos para realizar su "labor", pero hasta la fecha no se conoce de ninguna abeja reina que se haya sentado en un escritorio a diseñar un panal. El hecho de que pueda haber entre animales incluso más "cooperación" que entre los seres humanos no vuelve a los primeros trabajadores: ningún animal puede hacer una mesa -ni siquiera el pájaro carpintero- ni un traje sastre -tampoco el pinguino. Lo primero que separa al género humano del reino animal es el trabajo, cambiante a través de los tiempos, desde el uso de la mano hasta el de la mente. Lo dicho no quiere decir que ciertos regímenes económicos no sean capaces de degradar el trabajo hasta la inhumanidad, que es lo que ocurría en los campos de concentración nazi-fascistas ("El trabajo hace libre", podía leerse a la entrada de uno de esos campos). Desde el principio del capitalismo, un economista como Adam Smith criticó la deshumanización que podía acarrear el trabajo manufacturero, al grado, según aquél, de "atrofiar la personalidad". Mucha gente no tiene un trabajo digno ni creador, sino "ocupación", "empleo" o alguna "chamba", y muchos no tienen ni siquiera trabajo, pero no deja de sorprender cómo éste no es para nada un tema central de varios gobiernos "progresistas". De la derecha ni se diga: está claro que no es tan suicida como para reclamar los derechos del trabajo.

     De lo que se oye hablar es por ejemplo de los derechos de los "animales no humanos", y ciudades "de derechos" como la Ciudad de México castigan con cierta severidad el maltrato animal, no sin ambiguedades, mientras en Argentina se protegen con la ley los derechos de las "personas no humanas", en el total olvido de que, según la definición (que se remonta a Boecio), una persona tiene "individualidad y raciocinio". Es seguro que no faltará quien crea poder demostrar que un animal tiene "raciocinio". La idea es que todos somos animales, en mayor o menor grado, por lo que "animales no humanos" remitiría entonces a "animales humanos", sin tomar siquiera en cuenta que hay desacuerdo entre los científicos sobre las ideas de Charles Darwin. Lo señalado tal vez forme también parte de los "derechos de la naturaleza" ahora que todo el mundo es ecológico. No está de más señalar que la naturaleza en general tampoco trabaja, aunque algunos le atribuyan "espíritu". Como sea, si en la capital mexicana un hombre enfermo tiene relaciones sexuales con un perro y lo lastima gravemente, como ocurrió hace poco, no se toma la decisión humana de curar al hombre en cuestión, sino que se lo castiga con cárcel. Se habla más arriba de ambiguedad porque muchos seres humanos, para nada tontos, no hacen más que pedir protección para animales domesticados; no queda claro qué harían de vérselas con un tiburón o una boa, pero "los derechos y las libertades" permiten que cada quien haga lo que mejor le plazca, mientras no dañe a otros, y no quiera imponer sus preferencias. Así, no falta quien tenga a una tarántula en casa. El mundo de hoy está tan ricamente evolucionado que hay para todos los gustos y, desde luego, "derechos y libertades", como los de crear restaurantes para perros o para gatos, por ejemplo, lo que ciertamente puede ser más estimulante que un domingo en familia con cada miembro de la misma pegado con autismo a su teléfono móvil.

     >Lo que está en boga, entonces, no tiene nada que ver con marxismo o marxismo-leninismo, porque no se llama a los trabajadores a ser sujetos del cambio, sino a todos menos los trabajadores: las mujeres, los LGBTTTIQ+, los pueblos originarios (olvidando por ejemplo cómo los mayas antiguos arrasaron con sus propias condiciones de vida), los afrodescendientes, los infantes, los jóvenes (todos opuestos al "adultocentrismo") y, cómo no, los animales. No falta quien, en nombre de la ética, ya ha descubierto en éstos un grupo oprimido más: hay portales que se quejan amargamente de cómo "la fuerza de trabajo animal" (!?) es explotada (!?), hasta el agotamiento e incluso la muerte, como puede ocurrirle a un buey, un burro o un caballo. Este maltrato sería la prueba de la inhumanidad del "animal humano", no el trato que pueda dar a sus semejantes: el tema tabú es la explotación entre humanos y lo que supone de deshumanización. Así pues, los trabajadores son tratados por los gobiernos "progresistas" a lo sumo como un grupo entre otros, pese a que a aquéllos se debe la creación de riqueza, que no generan ni bueyes, ni burros ni caballos, salvo que al servir como "animales de carga" nos lleven a decir que "añaden valor".

     El de la centralidad del trabajo no es un tema que esté en duda: cualquier huelga general de trabajadores, en cualquier país del mundo, le haría recordar a más de uno con quién está realmente en deuda, y está como prueba el hecho de que en la crisis sanitaria desde 2020 en ningún momento han parado los llamados "trabajos esenciales". Lo que no se puede es recompensar debidamente a quienes permiten la reproducción de la vida. Por el contrario, la derecha no para en su intento, nótese bien, de regatearles derechos y libertades y el "progresismo", en algunos casos (no en todos), se limita a darles una poca "asistencia", pero sin los privilegios de otros "oprimidos", reales o supuestos. En un mundo donde todo el mundo quiere "visibilidad" y "visibilizarse", el trabajo es asunto de simples mortales invisibles. Los motivos de esta "desaparición" son muchos, pero tampoco es del "taller del mundo", China, que puede esperarse la reivindicación de los trabajadores: en el mejor de los casos, el presidente chino Xi Jinping está haciendo maromas con la "gobernanza", otro modo de hablar como tecnócrata de organismo internacional. Como de todos modos el trabajo no ha dejado de existir, ni puede ocurrir que lo haga, pese a las fantasías más salvajes del Foro Económico Mundial, no es raro que cierto malestar de la gente que trabaja aflore de las formas más inesperadas en las urnas, sugiriendo por momentos "empates". El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, que no deja de ser un texto panfletario, expresa con todo que un "empate de clases" puede llevar al hundimiento de ambas en lo que sería una larga crisis civilizatoria, digamos, en la medida en que la idea misma de civilización está ligada a la de trabajo. Es lo de menos: lo que se puede esperar es que el new speak en boga sancione a quien, siendo un ser humano, trate a otro de "animal", "buey", "mula" o "burro", en clara afectación a los derechos de los "animales no humanos". Por ahí va el mundo woke y de la "cultura de la cancelación" sin notar siquiera el deterioro de relaciones humanas que de por sí han sido históricamente precarias, puesto que pocos sistemas han conocido periodos de verdadera humanización, pese a lo logrado materialmente por el género humano.

     Como hasta entre perros hay razas, si los adeptos de los canes permiten la expresión, no es que haya que idealizar el duro mundo del trabajo, como algunos idealizan al "pueblo". Lo que no deja de ser cierto es que son los trabajadores los que crean con su trabajo la riqueza. Se habla poco de ellos y se muestran menos sus vidas y contradicciones. Volviendo a la hipótesis del Manifiesto, es como serruchar la rama en la que se está sentado. Lo difícil sería pensar que la "caída en desuso", aparente al menos, del mundo del trabajo no conlleve consecuencias para el conjunto de la sociedad. Si hay crisis de civilización, probablemente se encuentre aquí: ya habrá modo de ver que dicha crisis no está en el "cambio climático" y otras coartadas del Gran Reinicio para, tratando de lograr ganancias renovadas, imponer a los trabajadores aún más flexibilización. Entretanto, lo deseable es que el "progresismo", en algunas de sus versiones, no se justifique en nombre de causas relegadas, como la del socialismo. Es para los trabajadores, no para todos, ni todas, ni todes, ni todxs, ni tod@s. Como el sufrimiento del negrito bonito (da click en el botón de reproducción).




jueves, 9 de septiembre de 2021

AFGANISTÁN: GENTE INMEJORABLE

 Para dentro de muy pronto, es probable que lo que se hace pasar por "la comunidad internacional" deje de ocuparse de Afganistán. No queda claro que Estados Unidos haya perdido mayor cosa, y es en todo caso una situación que no tiene comparación con la de Vietnam. Los estadounidenses se acaban de ir de territorio afgano luego de haber perdido unos dos mil 300 hombres en la "guerra más larga de la Historia de Estados Unidos", siendo que los soviéticos perdieron a cerca de 15 mil (tal vez se estaban tomando las cosas más en serio). Estados Unidos tuvo casi 60 mil bajas en la guerra de Vietnam, y no está de más insistir en que los talibanes no tienen nada que ver con el Vietcong.

     Joseph Biden, mandatario estadounidense, aclaró que no piensa dejar de pelear en Afganistán, o es que no lo oyeron bien, puesto que afirmó que es del interés estadounidense guerrear minimizando al máximo las "botas en tierra" y maximizando los artefactos tecnológicos. Por lo demás, los talibanes ya han dicho de mil y un maneras que esperan buenos tratos con Estados Unidos. Luego de un atentado en el aeropuerto de Kabul, capital afgana, atribuído a un suicida del Estado Islámico (de Khorasán, o ISIS-K) y que habría dejado 18 soldados estadounidenses muertos, además de 170 civiles, Biden se apresuró a las represalias, mientras los hechos estuvieron lejos de ser reconstituidos. Sucede que en realidad un buen número de los muertos lo fue por disparos de la soldadesca estadounidense luego del atentado. Lo admitió el Pentágono estadounidense. Un dizque "muy afectado" Biden (¿por los tiros de su gente?) prometió "no olvidar" y tomar represalias, que no tardaron en llegar. Con gran "precisión", Estados Unidos avisó a las pocas horas que había matado con drones al responsable del atentado, precisando que sin embargo "no había seguridad de que estuviera involucrado" en lo sucedido en el aeropuerto de Kabul. Al menos tres civiles perdieron la vida en el ataque con drones. A los pocos días, Biden ordenó un nuevo ataque contra presuntos miembros del ISIS-K, logrando matar a 10 miembros de una familia afgana, incluyendo a seis niños. Es lo que anunció Biden para el futuro: operaciones over -the- horizon, tan ilegales como todo lo que ha hecho Estados Unidos en Afganistán desde el principio. La operación de una fuerza multinacional en Afganistán (Enduring Freedom) nunca fue legal, ya que violó la Carta de las Naciones Unidas. No queda claro si gente como el escritor Mario Vargas Llosa ha estado llamando ("Kabul y Occidente") a seguir saltándose a la torera todas las leyes en nombre de la "responsabilidad de proteger" (por ejemplo a las mujeres afganas), o en un lenguaje ya bastante pasado, del "mundo libre" y "la civilización contra la barbarie", considerando que los talibanes son en gran parte criaturas estadounidenses, y no lo último folk de las tradiciones locales.

      TAn es así que alrededor de octubre de 2001, los talibanes le ofrecieron al gobierno estadounidense, encabezado por George W. Bush, ni más ni menos que entregarles en un tercer país -neutral- a Osama Bin Laden, a lo que los estadounidenses se negaron. Nótese que desde noviembre de 2001, los talibanes les ofrecieron también a los estadounidenses un acuerdo de paz, a través del entonces presidente afgano Hamid Karzai, lo que la superpotencia rechazó, muy en concreto por boca del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Quien crea que Estados Unidos y sus "socios y aliados" se fueron a meter en Afganistán para salvar mujeres, perseguir a villanos terroristas y "llevar la libertad" es libre de hacerlo, sobre todo en las democracias actuales, que garantizan "los derechos y las libertades" de cualquiera, incluidas las de encerrarse en grupo en historias fantásticas y acusar de "complotistas" a quien los quiera volver a la realidad. Nadie los puede obligar y se trata sin duda de una operación no exenta de riesgos cuando la gente intuye que no le conviene salir de la ideología, porque salirse cuesta. A estas alturas, es como salirse de la mafia, o como intentar dejar de beber o alguna droga. Es mucho más sencillo llegar incluso a reclamarme a Estados Unidos su supuesta "falta de liderazgo". Si alguien quiere creer que Estados Unidos y sus "socios y aliados" se metieron en Afganistán para ganar alguna guerra o algo así (y que por lo tanto habrían salido derrotados), está en su derecho y en plena libertad, como sobre tantos otros asuntos. Cada quien tiene el derecho de y la libertad de creer en lo que mejor le plazca, mientras no haga daño a otros o no trate de imponer sus derechos y libertades a los demás. Es lo único que Estados Unidos acordó desde principios de 2020 ...con los talibanes, sin necesidad de tanto escándalo. En la foto puede verse cómo se pone Biden cuando el ISIS-K -de cuya creación en el origen habría que preguntarle al funcionario estadounidense John D. Negroponte- es el autor (se dice) de un ataque suicida donde la gente muere en parte por la reacción de las tropas estadounidenses y sus disparos. La capacidad de los Clinton, Obama u otros Demócratas  para el método Stanislavski de actuación es inmejorable.






martes, 7 de septiembre de 2021

MÉXICO: EL CALIBRE DE LA OPOSICIÓN

La oposición mexicana y la inmensa mayoría de los medios de comunicación tienen un modo peculiar de debatir: consiste en no hacerlo e impedirlo.
     En efecto, para debatir se requieren por lo menos dos que se reconozcan como interlocutores válidos, como iguales. Sin embargo, lo propio de la oposición al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador consiste en descalificarlo de entrada, de tal modo que cualquier cosa que diga será errónea o sospechosa de serlo. El punto principal estriba en negarle credenciales democráticas al mandatario. Se suman desde el principio otras cosas, como la acusación reiterada de que López Obrador está "fuera de la realidad". Adjetivos no faltan: el presidente es autoritario, mentiroso, y está rodeado de miserables, canallas, dementes, delirantes, etcétera. El señor Héctor Aguilar Camín, sin salir jamás de su pequeña provincia, puede decirle tranquilamente "pendejo" al dignatario, y el bravucón de derecha Ricardo Anaya puede retar a López Obrador porque éste dice "estupideces" y porque el tono está a la pelea de barrio. Desde luego, nadie en democracia tiene por qué discutir con gente antidemocrática, por lo que seguramente debe entenderse que la oposición no está expresando su desacuerdo, sino practicando el finísimo arte del linchamiento (desde luego que no tiene el menor caso expresar desacuerdo con quien, siendo autoritario y antidemocrático, sin duda no está dispuesto a escuchar y mucho menos a debatir). Así las cosas, la oposición monologa y al mismo tiempo se la pasa golpeando por cualquier motivo, sin contestar jamás sobre lo que se le dice, puesto que viene de alguien invalidado como interlocutor.
     No queda muy claro, en estas condiciones, por qué López Obrador se da tanto trabajo en rebatir a quienes le niegan credenciales democráticas, colocándolo así por anticipado en posición de inferioridad. Desde hace rato que el presidente se pone al tú por tú, no sin errores, con quienes están seguros de haberle "tomado la medida". En este sentido, el mandatario mexicano, por sensato que sea, pierde mucho de lo que es investidura en un país donde hasta hace poco -parece que ya no tanto, por desgracia- alguna vez dijo un político que la forma es fondo. Una cosa es el carácter pueblerino de López Obrador, pero otra cosa es la pérdida cada vez mayor de toda forma en la oposición y sobre todo en los medios de comunicación masiva, que entre gritos se consideran por encima de toda autoridad. A más de uno, el hecho de tener "un nombre" o de creer que lo tiene le da una sensación irresistible de impunidad.
     Estos son los procederes. Hace no mucho tiempo, Marx Arriaga, un funcionario finalmente menor del lópezobradorismo, hizo declaraciones que alguien que en el mejor de los casos no entiende lo que le dicen tradujo como "leer por goce es un acto de consumo capitalista". Versión estenográfica de la entrevista al rescate, Arriaga demostró que jamás dijo semejante cosa, que al rato, por si fuera poco, otros ya tradujeron como "leer es un acto capitalista" (!?). Pues bien, la oposición se puso a debatir alegremente durante una buena temporada sobre algo que nadie dijo, sin que importara en lo más mínimo la inexistencia del dicho. No tiene ningún caso discutir si Arriaga es buen o mal funcionario o lanzarse a alguna toma de partido, ni siquiera, como algunos poco imaginativos opositores, partiendo del nombre de quien se llama efectivamente "Marx". El problema está en saber por qué medio mundo se lanza con la mayor tranquilidad a hablar de lo que no sabe: no Arriaga, sino quienes nunca quisieron darse por enterados de que Arriaga jamás había dicho lo que se le atribuyó. Cabe recalcarlo porque, se supone, es el presidente quien vive en una "realidad aparte". Salvo que los medios de comunicación estén logrando cada vez más fabricar justamente éso, una "realidad aparte", de la que participan alegremente desde opositores hasta más de un lópezobradorista. Insistamos: el asunto no está en saber si Marx Arriaga lo uno o si Marx Arriaga lo otro, sino en preguntarse cómo es posible que tanta gente se meta a pronunciarse, no sin vehemencia (como Jorge F. Hernández), sobre algo inexistente, que es como hablar sobre extraterrestres y asegurar haberlos visto.
      Dicho sea de paso, Arriaga se atrevió a sugerir que ayudaría a la causa de las mujeres que éstas se eduquen, gracias a la cultura y la lectura. Pues bien, como no se trata ni de educación, ni de cultura, ni de lectura, sino de dar rienda suelta a las pulsiones, si agresivas mejor, Arriaga fue embestido por "machista" y por una "desafortunada ostentación de mansplaining". Ningún hombre puede decirle a una mujer lo que le haría bien, porque es un alarde de superioridad. Dicho de otro modo, al menos que la lógica no exista, sugerir que una mujer puede emanciparse mejor teniendo acceso a la educación y la cultura es un acto de machismo. De lo que se desprende que la mujer no necesita cultura ni lectura, sino ser simplemente mujer (tal vez ni Cosmopolitan lo haya dicho tan sexi).
     No todos, pero muchos de los casos que la oposición y los medios de comunicación masiva le han sembrado al presidente y mucha de su gente son dignos de los modos de antaño de la policía judicial: te pongo la mota y luego grito a los cuatro vientos que te la encontré, para obligarte a "soltar algo", y pobre de tí si no te dejas. En este sentido, la gracia consiste en dejar a López Obrador en el gobierno pero sin el poder, que se "concibe" como el de una dizque "opinión pública", aunque termina molestando que el presidente no se quede callado. Tan feo es escudarse en el anonimato como hacerlo detrás de un "nombre" o un "grupo" -no hay pierde, es Nexos o Letras Libres- para linchar a una persona que no goza de ninguna presunción de inocencia, sino a la que además se le hace decir lo que nunca dijo. Por cierto que hay algunas excepciones dentro de la misma oposición, pero son las menos, sobre todo frente al avasallamiento de los medios de comunicación masiva. 
     Debate, como se dijo, no hay ninguno pese al ruido en el ambiente: López Obrador a veces agrega lo suyo al problema, con cierta necedad, y no es del lópezobradorismo agringado que puede salir otra cosa que "los derechos y las libertades", para variar, es decir, no es posible que pueda despuntar la obligación de comportarse con un mínimo de imparcialidad. La intelectualidad lópezobradorista está en su propio onanismo y golpeando a su manera. Algunas vías de "sanación" para algo tan descompuesto y propuestas por el mismo López Obrador no han recibido más que el olímpico desprecio de quienes no tienen nada qué aprender de ética, porque ya lo saben todo de moral y parece que de fariseísmo muy a la estadounidense. Como sea, no es muy difícil ver que la oposición no está entre pares sino descalificando de entrada y poniendo el grito en el cielo si el atacado se defiende, porque entonces se trata de "persecusión". ¿Alguno de los atacantes consuetudinarios contra López Obrador ha sido mínimamente importunado en su quehacer? Ninguno, ni siquiera en las fantasías más salvajes del converso Roger Bartra, quien sueña con ser perseguido de algo. Toman por debilidad el laxismo total con "los adversarios que no son enemigos" y creen que es "la medida" del presidente, aunque hay que tomar en cuenta que no son los adeptos de ciertos métodos inquisitoriales los que deciden el voto.
     La respuesta difícilmente puede hallarse en el activismo (que no es militancia) de alguien como la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, cuya última ocurrencia woke acaba de ser cambiar una estatua de Cristóbal Colón por una de una mujer olmeca, "el origen de los orígenes" (¿por qué no un Hombre de Neandertal o un Australopithecus, si se trata de hurgar en los más originarios de los originarios?), todo al amparo de Jesusa Rodríguez, incapaz de distinguir la escena de teatro de su propio histrionismo (es decir que Jesusa Rodríguez ya es Jesusa Rodríguez, después de haberse creído Jesusa Rodríguez). Desde luego que un conjunto de monólogos pueden dar la impresión de gran diversidad y pluralidad, pero no por ello constituyen un diálogo. Si no lo practica, puede que no sea un problema en exclusiva de López Obrador, sino de una sociedad que cree -para quien se interesa en ello- que la democracia no se practica, sino que se decreta o se consigue a imitación de los gringos. No es desde arriba, en realidad, y no hay manera clara de saber qué pasa abajo, salvo que la adhesión al lópezobradorismo es mayor que entre las clases medias, a diferencia de 2018.


viernes, 3 de septiembre de 2021

MÁS MENTIRAS DE BIDEN...Y MÁS SILENCIO

 Sin que se haga mucho ruido, el presidente estadounidense Joseph Biden ha estado lanzando iniciativas aparentemente favorables a los negros estadounidenses, aunque aquéllas también pueden interpretarse como demagogia electorera.

     La administración Biden financia el "proyecto  1619", según el cual Estados Unidos habría sido fundado no en 1620, año de llegada de los "padres peregrinos" (en realidad son las primeras colonias y se celebran con el Día de Acción de Gracias), ni en el Día de la Independencia, en 1776, sino con la llegada de los primeros esclavos en 1619, sin que importe que no haya estadounidenses en el asunto: aquéllos fueron "importados" por portugueses (aliados con los africanos imbangala contra los ndongo) y no por británicos, lo que contribuye a que el "proyecto" mencionado sea una falsificación de la Historia. Sin embargo,  el secretario de Educación del actual gobierno de Estados Unidos, Miguel Cardona, hijo de puertorriqueños, ha sido encargado de crear becas en las escuelas que enseñen el "proyecto 1619", pese a que también hay que decir que los esclavos fueron llevados por un corsario holandés. La ocurrencia del "proyecto" fue del periódico The New York Times en 2019 y fue muy pronto cuestionada por historiadores. No es lo único que ha hecho Biden: creó un día festivo, como feriado federal, para el 19 de junio, conocido como juneteenth, que corresponde a 1865, año en que los últimos esclavos se enteraron de que eran libres, informados por un general de Texas, en Galveston. En ambos casos, se trató del resultado oficial del activismo de izquierda.

     El asunto de la esclavitud es espinoso en el modo en que es manejado por los activistas. Cabe señalar que, en la Historia, la peor esclavitud no fue la que impusieron colonizadores blancos del sur de la actual Norteamérica, de las Antillas y de Brasil, sino la larguísima trata de esclavos negros por parte de los árabes, que duró mucho más tiempo. Todas las sociedades musulmanas han sido esclavistas, lo que no impide que bastantes negros estadounidenses se conviertan al Islam. El comercio árabe de esclavos se prolonga desde el siglo VII hasta el XX.

     Luego está la trata intra africana. Resulta por lo demás que los colonos blancos no siempre tenían que irse a "cazar" negros, por la simple y sencilla razón de que, por la trata mencionada (entre negros africanos), eran reyezuelos negros los que les vendían a los blancos los esclavos, luego de guerras tribales.

       La trata árabe superó en tiempo y número de esclavos a la trata blanca, amén del papel ya mencionado de los propios africanos negros, sin que nadie les haya dicho a los árabes que pidan perdón, ni a los africanos negros que se perdonen a sí mismos. Lo dicho no justifica de ningún modo la trata blanca y sus brutalidades, pero lo que no se puede hacer es dejarle el asunto en exclusiva a los blancos, a la manera en que se trata el asunto en Estados Unidos y mientras se llega a perseguir por ejemplo a quien quiera enseñar algo con La cabaña del Tío Tom, o a sesgar juicios como el hecho al policía Derek Chauvin por la muerte de George Floyd. En este último caso, en vez de reivindicarlos como eternas víctimas, es probable que sea mejor darles a los negros estadounidenses las capacidades suficientes para alejarse de las drogas, del pandillerismo, de los asesinatos entre sí mismos -que son más graves que las agresiones recibidas de los blancos- y de una cultura que los relega al deporte y les niega el acceso a otras potencialidades que no sean la música. En suma, habría que hacer de los negros seres humanos en vez de pasarse el tiempo racializando las cosas y cualquier debate, así se quiera disfrazar con lo "políticamente correcto" de llamar a aquéllos "afrodescendientes". El problema actual de los negros estadounidenses, porque con frecuencia tienen uno (aunque no todos), no es la esclavitud y no está lejos de lo que los mismos negros creen que es su supuesta "cultura". La "acción afirmativa" o la "discriminación positiva", por lo demás basadas incluso en inventos como los de Biden, no cambiarán mayor cosa si no se reconocen por ejemplo, como lo hiciera en su momento el político y sociólogo estadounidense Daniel Patrick Moynihan, problemas como los de las disfuncionalidades de las familias negras, de las que Floyd fue un magnífico ejemplo. Tampoco se trata de usar a los negros estadounidenses como carne de cañón, al estilo de la "organización" Black Lives Matter. Los problemas sociales y culturales difícilmente se resuelven racializándolos, lo mismo que se ha estado haciendo en América Latina no nada más con los afrodescendientes, sino también con los "pueblos originarios", al grado de afirmar falsamente, como lo hace un cambio constitucional, que la nación mexicana, por ejemplo, "está sustentada originalmente en sus pueblos indígenas". Era el caso del mundo precolombino, pero no de la nación mexicana cuando surgió a principios del siglo XIX, y tampoco tiene Estados Unidos mayor cosa que ver con el "proyecto 1619". Por lo demás, españoles (en Florida y las Carolinas) y británicos ya habían llevado esclavos a América del Norte antes de 1619. Temptations, da click en el botón de reproducción.



     

FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...