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domingo, 31 de julio de 2022

CIERTA ESTAFA

Los argumentos del sistema capitalista, algo distinto de la "economía de mercado", para desalentar una alternativa socialista son dos: el terror y la escasez. A decir verdad, en sus guerras internas, tan sólo Colombia y Guatemala lograron la mitad de los muertos durante el periodo de Stalin en la Unión Soviética. Podrían sumarse cifras escalofriantes como los muertos de Vietnam o de la represión en Indonesia para rebasar ampliamente el periodo mencionado, pero digamos que es un conteo no muy convincente: no se trata de ver qué sistema socioeconómico ofrece menos muertos. De todos modos, el capitalismo no está particularmente autorizado para hablar del tema.

      Estos asuntos vienen del "derechohumanismo", que a juicio de algunos pone el énfasis en los derechos y libertades, que el socialismo niega. Sin embargo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, adoptada por Naciones Unidas, no se restringe nada más a derechos y libertades políticas.  El artículo 22 estipula el derecho a la satisfacción de las necesidades económicas, sociales y culturales; el artículo 23 afirma el derecho al trabajo, a una remuneración correcta y el artículo 25, a un nivel de vida adecuado, incluyendo alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y servicios sociales. El artículo 26 estipula el derecho a la educación. Nada de lo enumerado es tomado en cuenta por los adalides de "los derechos y las libertades", que no tratan más que de la dimensión político-jurídica, dejando de lado toda la dimensión social. Ni siquiera es seguro que el capitalismo garantice por completo toda la dimensión jurídica: la presunción de inocencia es algo muy relativo en algunos países, como México por ejemplo. Otra vez, no queda claro qué autoriza a los "derechohumanistas" del capitalismo a dar lecciones que no dan en sus respectivos países, limitándose todavía más, pareciera que nada más a "las libertades", así sea cierto, pero que entonces debe ser dicho como tal. En el capitalismo formalmente están garantizadas las libertades y, por diversas razones, no es así en los socialismos existentes (por ejemplo Cuba y Nicaragua), como no lo eran en los de antaño, en particular en materia de libertad de expresión (era el caso de la Unión Soviética).

     Lo enumerado se ha utilizado para decir: "el socialismo no funcionó". Con un enfoque así, el capitalismo tampoco, y no lo va a hacer de aquí al 2030. En el mundo actual hay 700 millones de personas en pobreza extrema, gente que vive con menos de dos dólares al día. Ahora bien, casi la mitad de la población mundial, unos dos mil 900 millones de personas, o tres mil 400 millones según otras cifras, vive en la pobreza, con menos de cinco dólares 50 centavos al día, y por ende sin poder satisfacer sus necesidades básicas, por lo que el capitalismo no es capaz de asegurarles Derechos Humanos elementales, al menos que se borren artículos enteros de la Declaración de 1948. Desde luego, esta gente puede ir a votar o expresarse sin limitaciones, con frecuencia, pero el capitalismo no cumple con satisfacer los Derechos Humanos de miles de millones de personas, casi la mitad de los habitantes del planeta, a unos 80 años aproximadamente de la redacción de la Declaración mencionada, y sin contar con la franja de población que, sin ser pobre, puede estar cerca de la pobreza. Desde luego que no es problema de escasez, a diferencia del mundo socialista, sino de falta de buena remuneración, pero el resultado es peor, porque incluso en la escasez en los países socialistas se cumple, en términos generales, con darle a la población los satisfactores básicos, lo que los "derechohumanistas" occidentales ignoran sistemáticamente.

    Como la Declaración Universal de los Derechos Humanos no la redactó ningún comunista, lo que cabe lamentar es que se pinte como "superior" a un sistema que, por decirlo de alguna manera, "hambrea" a la mitad del planeta y transcurrido casi un siglo no ha sido capaz de solucionar el problema. Tal vez quepa agregar que, como se dice a veces, "las letras no entran cuando se tiene hambre", por lo que son miles de millones de suscriptores menos para Letras Libres o Nexos. En verdad, el asunto de los derechos es muy limitado: con frecuencia, incluso en países desarrollados, no se tiene derecho a la seguridad en la integridad física, ni siendo policía, ni a la seguridad en la propiedad privada (en el mundo subdesarrollado mucho menos, habida cuenta de la delincuencia), ni a la cultura porque no importa mayormente y se le prefiere el entretenimiento, que no es lo mismo. Es de suponer entonces que el sainete sobre "los derechos y las libertades" está destinado a la clase media, salvo que encima no sea más que una proyección del mundo de los negocios, que se considera libre de invertir o no y de hacerlo donde más le plazca, y que ha transformado -he aquí la clave- esta libertad en un "derecho", que, dicho sea de paso, no obliga desde luego a nada. Es "la libertad como derecho": libertad de no comprometerse con nada que no sea el beneficio para sí. . Queda por saber qué libertad puede tenerse con menos de cinco dólares 50 al día, salvo la de hacerse estafar. Saludos desde Nigeria (da click en el botón de reproducción)


LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

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