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martes, 8 de noviembre de 2022

ALIANZAS DEMÓCRATAS Y OTRAS

 Al parecer, es algo mal comprendido que los Demócratas estadounidenses están amarrados por completo al gran capital financiero. Es este mismo el que, en función de la tasa de ganancia, impulsa las energías renovables contra el cambio climático, pese a las discrepancias científicas que pueda haber sobre el mismo, y al hecho de que los combustibles fósiles seguirán siendo de primer orden por algunas décadas más. Baste recordar cómo se pasa la vida: hace mucho que se ha olvidado el famoso asunto del agujero en la capa de ozono que era el supuesto síntoma del apocalipsis.

      Entre las corporaciones financieras de la mayor importancia se encuentra el gigante BlackRock, creado en 1988, y que maneja un capital superior a la riqueza anual de Alemania y Francia juntas. Con sus consultorías y "consejos", parte de sus actividades, esta corporación estadounidense tiene la capacidad de dar o restar "confianza para invertir" en países enteros, tratándose de un "gestor de inversiones", por lo demás accionista de numerosas empresas. Brian Deese es director del Consejo Económico nacional estadounidense y, por ende, uno de los principales asesores del presidente Joseph Biden en materia de economía: Deese procede de BlackRock, donde fue jefe de inversión sustentable. Deese sirvió también en la administración del presidente Barack Obama. Adewale Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro con Biden, viene también de BlackRock. Trabajó en 2004 en la campaña de John Kerry y sirvió también en la administración Obama, en el Departamento del Tesoro. Michael Pyle, el principal asesor económico de la vicepresidente Kamala Harris, es gente de BlackRock, donde fue jefe de estrategia de inversión global. También trabajó en la administración Obama. Ex asesor de seguridad nacional de Obama, Thomas Donilon es hoy presidente de la rama de investigación de BlackRock. Dicho sea de paso, Pyle también fue asesor de Hillary Clinton. Cuando ésta se encontraba en la carrera a la Casa Blanca, su asesora Cheryl Mills entró al equipo directivo de BlackRock.

     En 2019, fue un equipo de BlackRock el que diseñó un plan de emergencia para la Reserva Federal estadounidense con tal de evitar otra crisis severa como la de 2008. El jefe de la Reserva, Jerome Powell, lo agradeció dándole a la corporación  control sobre el manejo de la deuda. Dadas sus características, al no ser propiamente un banco, BlackRock puede inmiscuirse en la Reserva Federal, Wall Street y otros lugares clave sin ser objeto de regulaciones.

     El jefe de BlackRock, Laurence Fink, es parte del Consejo de Relaciones Exteriores estadounidense y del Foro Económico Mundial. No se trata de ninguna "conspiración", sino del hecho de que el Partido Demócrata fue dejando de ser lo que era para convertirse en una escalera de advenedizos pegados de los grandes negocios, sin que nadie les reclame siquiera algún "conflicto de interés". Tan no es conspiración que algunos de los planes de dicho Foro para el "Gran Reseteo" parecen haber fallado. Es probable que algo similar suceda con los planes tipo Green New Deal. Es de lamentarlo por los berrinches de Greta Thunberg, pero no es "conspiración" justamente porque el mundo es mucho más grande que las ideas de las élites y las agendas de organismos internacionales, como la 2030 de Naciones Unidas. Todavía falta el fraude: es decir, que buena parte de la población se percate en la práctica -de otro modo no puede hacerlo- de que la estafan con promesas que no se pueden cumplir, y con procesos que, pudiendo ser un remedio, se convierten en un veneno, como la automatización/digitalización/smartphonización de todo. Lo que queda menos claro es por qué gobiernos progresistas adoptan sin mirar mayormente muchas de las formas del credo del Partido Demócrata estadounidense. Para terminar: un hijo del magnate mexicano Carlos Slim, Marco Antonio Slim Domit, es parte del equipo directivo de BlackRock. 

     Si lo que se muestra a continuación de Biden fuera el modo de comportarse en la gerontocracia soviética, ya sería motivo de mil y una burlas, pero en Occidente no pasa nada: la pregunta es por la salud mental de Donald Trump, así quepa preguntarse quién gobierna hoy Estados Unidos. No es aparentemente culpa de nadie que se confunda el más completo cinismo y el fraude con la franqueza, y que se tome la de alguien como el presidente ruso Vladimir Putin por "amenaza". En efecto, estas imágenes de Biden no son amenaza para nadie:




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FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...