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lunes, 26 de junio de 2023

LOS CAMINOS DE LA VIDA.

 Fueron gestos hermosos, casi sublimes.

     Evgueni Prigozhin es un oligarca, surgido casi de la nada (empezó como vendedor de hot dogs), que tenía Wagner, un grupo de mercenarios. Este grupo actuaba donde Rusia lo necesitara: República Centroafricana, Sudán, Siria, y ahora, Ucrania. Tenía fama de despiadado a la hora de sacrificar a sus propios hombres. En el conflicto entre Rusia y Ucrania, el grupo Wagner no fue especialmente tierno en Bajmut. Es inexplicable que un gobierno se haya apoyado así en mercenarios, un poco por amistad con un oligarca patriótico. En realidad, no debió ser.

     Prigozhin empezó a meterse con las autoridades rusas, criticándoles la forma de llevar el conflicto, en particular al ministro de Defensa, Serguei Shoigú. Por lo demás, los mercenarios de Wagner estaban siendo reclutados en cárceles: tu libertad contra tu combate en el frente. A raíz de las críticas, las autoridades habían decidido cortarle la cabeza a Prigozhin -no literalmente: en Rusia no es para tanto.

    Y pues bien, en un acto de rebeldía propio de un señor feudal o un boyardo, Prigozhin se amotinó en la ciudad rusa de Rostov del Don y amenazó con marchar sobre Moscú. El mandatario ruso, Vladimir Putin, declaró que se trataba de una "puñalada por la espalda". Habida cuenta de las sanciones en Rusia por hablar mal del conflicto, a Prigozhin debían encarcelarlo (ya no se estila fusilar), si se tratara de un régimen capitalista, pero intervino el presidente de Belarús, Alexandr Lukashenko, medió y Prigozhin se fue a Belarús. Su gente se reintegró a unidades del frente. Un motín, una amenaza de asonada militar, y como resultado, el perdón.

      Como es cosa feudal, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ratificó que Prigozhin, indultado, quedaba libre de cargos, pero agregó que, además, no había nada que objetarle a este "héroe", menos aún por sus "hazañas". Si el gesto de Prigozhin fue de señor feudal, el de las autoridades también: magnánimes, honraron al "gran patriota" y, pese a que fue llevado a Belarús, todo quedó en arreglo entre amigos y grandes perdones. Ni fusilamientos, porque todos detestan el socialismo, pero ni ley, tampoco: ni al aceptar servicios de mercenarios, ni al amotinarse Wagner, ni a la hora de sancionar el motín. Una parte es comprensible: se quiso evitar un derramamiento de sangre. La otra lo es menos: es la Rusia de los grandes gestos, de la grandeza del perdón y del arreglo entre aristócratas, cuando se trata de llegar al capitalismo vía Alejandro III, Nicolás II, la Rus de Kíev o Dmitri Donskoi, vencedor de los mongoles, es decir, dando marcha atrás en el tiempo porque no hay antecedentes históricos de capitalismo, salvo parcialmente en Piotr Stolypin, a principios del siglo XX. Tampoco se trata exactamente de mafias: nadie apareció con un tiro en la nuca. Es más del orden de lo sublime: el perdón desde lo más alto.

     Como dice la canción: no hubo curiosos, no hubo disparos, nadie lloró. Ucrania apenas festejó, pero el hecho es que su tan cacareada "contraofensiva" no sirvió para nada. Estados Unidos, con una inteligencia que estaba al tanto, no se metió, ni buscó esta vez -pese a esperarlo -dividir a la élite rusa, porque no hay el deseo de meterse directamente con una potencia militarmente superior. A pesar de ésto, Prigozhin estaba haciendo algo grave que Occidente pudo haber utilizado. Tal vez se esté a la espera de una fractura más fuerte, a partir del desgaste en Ucrania, que no puede ir más allá: Rusia tiene la guerra en buena medida ganada. Lo hermoso es cómo los "valores tradicionales" dan también lugar a las actitudes "tradicionales": manera de boyardo, maneras de zar, todo al margen de una ley que, en cambio, cae de la manera más pesada sobre el primer tonto que en una conversación anodina, y sin ser aristócrata, diga que la "operación militar especial", por justificada que esté, no es de lo más espléndida: sin bromear, pueden ser por ejemplo 15 años de cárcel. En América Latina se llama "capitalismo de compadres"; en Rusia es la-gesta-heroica-que-prepara-la-gran-multipolaridad. La favorita de López Obrador (da click en el botón de reproducción).


FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...