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miércoles, 27 de septiembre de 2023

TE LO DIGO JUAN PARA QUE ME ENTIENDAS PEDRO

 En las próximas elecciones ecuatorianas, la polarización patria/antipatria no está lejos de acompañarse de una clara división de clases, aunque se tema reconocer como tal, sobre todo en la izquierda. El candidato de derecha, Daniel Noboa, es sin tapujos el del capital, que no tiene ninguna propuesta de patria, y pretende, como lo demuestra Verónica Abad, candidata a la presidencia, terminar de privatizar todo lo que esté al alcance. El binomio no se esfuerza, ni se toma la molestia de pensar: ofrece "soltar plata" antes de seguir llevándosela, mientras el Ecuador corre el riesgo de terminar de hundirse como Estado fallido. No es seguro que haya análisis más de fondo en la izquierdista Revolución Ciudadana (RC), que como sea es la solución patriótica.

       Pese a las cualidades del ex mandatario Rafael Correa, pareciera haberse heredado el hábito de izquierda de ocultar las críticas y de rechazar la teoría, para ir más a la dimensión "electorera", a riesgo de caer en trampas o perder calidad en lo ofrecido. Como sea, no falta "honestidad valiente" en la RC, como lo ha demostrado el recién excarcelado Jorge Glas, ex vicepresidente de la república y artífice de un cambio de matriz energética durante el gobierno de Correa.

      No se ha reparado en que el ex presidente Lenín Moreno está refugiado en el Paraguay. No basta con pintarlo como sicópata. Glas, quien se opuso frontalmente a Moreno, sugiere que en alguno de sus cargos internacionales, éste fue reclutado, de una forma u otra, para darle la espalda a Correa y traicionar, por cierto que no a cambio de nada, sino de "bienestar para su familia". Lo anterior no excluye una personalidad resentida, pero el entorno internacional dice bastante -ya aparece desde atrás el futuro vicepresidente camaronero Otto Sonnenholzner. No es traición exclusiva de Moreno, sicópata aislado, sino de un grupo dentro de lo que fuera Alianza País. Aunque nacido en la Amazonia, Moreno creció en la sierra y es algo que Correa no ha dejado de considerar: no queda excluído así el hábito del engaño, a reserva de saber cómo pudo hacerse un camino, y el fuero en el gobierno para hacer "lo que me dé la gana", algo muy señorial. El mismo hábito detesta la frontalidad y no excluye el sadismo: es la frontalidad guayaquileña la que le costará a Glas una persecución implacable, de varios años, incluyendo a toda su familia, sin que pueda ignorarse que estuvo dirigida contra alguien inteligente y recto. ¿Como en otros lugares de América Latina, en el Ecuador nada bueno se queda sin castigo? Glas todavía tiene que luchar por recuperar reputación y buen nombre, pese al desvanecimiento de las pruebas en su contra. Pudo haber huido, más teniendo también por ascendencia nacionalidad alemana, pero prefirió encarar la cárcel en el Ecuador.

     Pueden existir quejas del narcotráfico. En la prisión de Glas, sin embargo, las órdenes sádicas no vienen de los bajos fondos o de gente drogada, sino de altos funcionarios y una mujer, ecuatoriana, de tal modo que habría que tener cierto cuidado con la idealización de "la mujer". Ministra de gobierno, muy cercana a Estados Unidos, María Paula Romo está entre quienes ordenan el sadismo contra Glas, que tiene que presenciar por lo demás 25 motines y descuartizamientos, entre otros horrores. Más de un preso orina la celda de Glas o le lanza fundas llenas de excremento: "órdenes de la señora Romo", confiesan después, a veces arrepentidos. Y todo, fabricado. En otro orden de cosas, también se le pueden hacer preguntas a la fiscal Diana Salazar, que no va en busca de narcogenerales conocidos: ella es mujer pero, además, negra. El Ecuador es un país sin aparato de Justicia, pero es algo que se traduce en la impunidad de muchos. No es lo único, puesto que también está una personalidad ejemplar como la de Glas.

      El voto para Noboa, además de voto antipatria y voto abierto para el gran capital, es una predisposición a la injusticia y a la búsqueda de más impunidad, así se presente con rostro joven, o incluso de mujer, como en el caso de Abad. El voto puede disfrazarse de "cultura", aunque no es entendida ya sino como "marca" ("marca-país"), y hasta con algún toque indígena, pero el dinero se mueve entre la posibilidad de seguir despojando adentro y el paraíso fiscal, que involucra a Moreno .sin que sea algo demasiado mencionado- y al presidente saliente, Guillermo Lasso. No está muy claro, si la elección vuelve a polarizarse, por cuánto tiempo podrán borrarse las fronteras de clase en el discurso y reivindicarse una "patria para todos", como si no estuviera claro que no caben todos, salvo por lo que dure en la ficción nacional-popular, más allá de la igualdad ciudadana. La derecha sabe muy bien que, a estas alturas, no queda de la igualdad ciudadana más que la ficción, como lo prueba la completa destrucción del dominio público (en particular por los medios de comunicación masiva) y del derecho (la igualdad ante la ley). ¿Todos los ecuatorianos se merecen lo mismo? En este caso, Moreno y Lasso pueden pasar en Cotopaxi una temporada como la que María Paula Romo, Moreno y otros le hicieron pasar a Glas, totalmente inocente. He aquí la ruta al despeñadero (da click sin irte para abajo). ¿El bien de todos? ¿Incluyendo a la aristocracia financiera y al lumpen?



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