El Ecuador era hasta hace algún tiempo un país pacífico, aunque no exento de golpes de Estado ni de robos a transeúnte en Guayaquil, donde se decía que una mujer "tenía que cuidar más la billetera que la nalga", con perdón del lector. Puede que en alguna época, Haití haya sido más pacífico que ahora. Y, desde luego, Costa Rica fue un oasis, al grado de no tener ejército y sí en cambio la reputación de la "pura vida", uno de los países más felices del mundo. Hace algunos años, un asesinato en Limón, en la costa Caribe costarricense, suscitó un escándalo nacional, y, si acaso subían los robos, la válvula de escape era culpar a la inmigración nicaraguense.
Este país está ahora cerca de otros "cinco minutos de fama", pero por motivos distintos a los que hicieron las delicias del turismo, en particular el ecológico. Los costarricenses, de por sí con el desplome del sistema de partidos tradicional, están pasando por la ola de homicidios más grande de su historia moderna. 2023 ya es el año más mortífero, con más de las 654 muertes de 2022, en un país de cinco millones de habitantes. El año podría cerrar con 900 homicidios. Las muertes son cada vez más violentas, con torturas.
Costa Rica es ruta de paso de droga entre Colombia y Estados Unidos y Europa. Dos tercios de los homicidios en 2023 se atribuyen a bandas rivales que se disputan el control del trasiego, como en el Ecuador, Haití o incluso el Uruguay. Actualmente, los "ticos" creen que la violencia y la inseguridad son el principal problema del país. Las autoridades apenas empiezan a reaccionar. Van dos Suizas menos atractivas y más violentas: la "Suiza de Centroamérica", la misma Costa Rica, y el Uruguay, "Suiza de América". Para más señas, el gobierno "tico" ha tenido que declarar el estado de emergencia.
Con Rodrigo Chaves al frente, el gobierno ha decidido emprenderla contra la educación y la salud que eran orgullo del país centroamericano. Más allá de las decisiones presidenciales, el sistema educativo local está en crisis, gracias entre otras cosas a la actitud de la llamada "generación de cristal", a la que no se puede tocar. Chaves dice que "recorta" financiamiento para asegurar "eficiencia", para beneficio del "pueblo". En realidad, de seguir las cosas así, son otros jóvenes "ticos" los que se mostrarán eficientes, aunque no precisamente en los estudios. No estaría de más decir que, a estas alturas, El Salvador es mucho más seguro que Costa Rica. Desafortunadamente, el problema ha llegado también a Nicaragua, hasta hace algunos años uno de los países más seguros de América Latina, ya con Daniel Ortega en el gobierno. Ya no es así. Cabe señalar que, como parte de su "ascendencia Suiza", Costa Rica y el Uruguay tenían junto con Cuba los mayores IDH (Indices de Desarrollo Humano) de América Latina. Cuba puede jactarse menos, también: la delincuencia común está creciendo. No es exactamente cuestión de pobreza, pero sí de precarización de la vida y de una marginalidad que tampoco es nueva, si se recuerda el éxodo del Mariel a principios de los '80. El hecho es que, si se ofrece cabida para todos en "el mercado" y emprendedurismo, no hay que extrañarse que cada uno busque su lugar bajo el sol con los medios a su alcance y sus "capacidades de emprender". Décadas de sostener que "no hay alternativa" no pueden sino provocar que la gente se comporte así, en el entendido de que "no hay alternativa". Por si alguien lo creyó, gratis no era. (da click en el botón de reproducción)