En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la menor justicia en México (El cártel Judicial). ¿De qué debe ser "independiente" el poder judicial? No del Estado, del que forma parte, por lo que debiera primar el interés público sobre los intereses privados o de facción. No es el caso, comenzando por la parte de juzgadores que sirven al crimen organizado.
Los ex ministros de la Corte cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador no han seguido el ejemplo de la ministra Lenia Batres. A través de grandes sueldos y de fideicomisos, los juzgadores tienen privilegios insultantes, y no se justifica que, de no tenerlos, puedan corromperse. Los tienen y se corrompen. Lo segundo es la frecuencia del nepotismo en el aparato judicial. A raíz de medidas tomadas en 1995 con el presidente Ernesto Zedillo y secundadas por su funcionario Esteban Moctezuma, entonces secretario de Gobernación (además una presencia inexplicable en un tramo del gabinete de López Obrador), se facilitó la designación de juzgadores "a dedo" (a través del Consejo de la Judicatura), lo que no podía sino dar en una gigantesca corrupción, incluyendo la presencia en el poder Judicial de gente que de leyes no sabe mayor cosa.
Es cierto que se modificó la Constitución en el actual sexenio para hacer del poder Judicial algo meritocrático, y que se decretó la creación de la Escuela de Formación Judicial, desde 2021, para que hubiera concursos de oposición para poder acceder a plazas de juzgadores. Sin embargo, llegó la trampa con redes de tráfico y comercialización de los exámenes de los concursos de oposición, por cierto que a cambio de sumas exorbitantes. En estas condiciones, si bien hay una minoría de excepciones, el aparato Judicial mexicano sigue en la corrupción. Si, como se dice coloquialmente en México, se le "saca la vuelta" al concurso, el primer lugar en el que se viola la ley es...el aparato Judicial. No es seguro que se trate de agregar instancias, si bien la Agencia Federal Anticorrupción que aspira a crear la actual candidata oficialista Claudia Sheinbaum parece querer ocuparse sobre todo del problema de la adjudicación de contratos. Simplemente correspondería hacer efectivo el criterio meritocrático y encontrar la forma de penar muy gravemente a quien lo viole. De paso, el aparato Judicial debiera suprimir distintos privilegios para que prime la vocación de servicio sobre el ánimo de hacerse de prebendas.
Sobre la base de la corrupción existente, el poder Judicial está malamente influido por la "política" -la facciosa- y por el mundo mediático. Así, si resulta cierto y comprobable que la presidente de la Corte, Norma Piña, se reunió con líderes de partidos políticos de oposición, no queda claro en qué quiere la oposición que el poder Judicial sea independiente. El mundo mediático pone su parte: después del escándalo armado hace algunos años por el paso del "socavón exprés" en Cuernavaca (un tema que interesaba sobremanera por ejemplo a la periodista Carmen Aristegui), ni importó en lo más mínimo que la ministra Lenia Batres fuera dejada sola en la Corte por la renuencia de otros ministros a sancionar a un culpable del hecho. No se trata de defender a Batres o al ex ministro Arturo Zaldívar, sino de mostrar lo siguiente: si cada quien entiende el aparato Judicial como lugar para "su gente", cada facción se hará pasar por el "interés de la Justicia" y no verá en la otra sino "puros intereses mezquinos", sin que ninguno pueda reivindicar el interés superior del Estado. Es la pura parálisis. Se retomará el tema, puesto que ya despuntó con Sheinbaum: mientras algo tan vago como "el pueblo" sea el "pegamento" de la izquierda, y no el trabajo (es decir, la base de la meritocracia), no puede evitarse el amiguismo, el favoritismo y otras prácticas que, a fin de cuentas, perjudican a quienes ponen la honestidad por delante. Como sea, trabajos como los distintos de J.J. Lemus, independientes, de alguien que fue víctima de la bajeza de la familia Calderón Hinojosa (Acción Nacional), pero que por igual han denunciado al fiscal Alejandro Gertz Manero, merecen reconocimiento. Va otra vez, así, muy feo (da click en el botón de reproducción).