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martes, 16 de abril de 2024

EL PAÍS, A UN SEXENIO DEL KÍNDER

 Ayotzinapa es una "causa" de los libertarios para terminar diciendo, como lo hizo en su momento el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, que hubo un "crimen de Estado". Encinas está hoy en el equipo de la candidata oficialista Claudia Sheinbaum, que no para de reivindicar su herencia del 68, como acaba de hacerlo en un podcast con Epigmenio Ibarra, "un gran hombre". Ibarra supo encontrar en el destrampe de Argos la feliz coincidencia de grandes poderes económicos y del libertarismo: es a lo que se dirige quien se hace llamar en el podcast "Sheinboom" (!), hace videos al estilo "Friends" (con el "equipazo": Clara Brugada, Omar García Harfuch y Ernestina Godoy) y le da "amor y paz" al "pueblo" ("Amor con amor se paga", en el estilo OV7). En su podcast con Ibarra, Sheinbaum vuelve sobre la "onda": haber "terminado con los dogmas", lo que significa haberse lanzado al pragmatismo, haber abandonado toda teoría, estar cerca de hacerlo con cualquier capacidad de abstracción, dedicarse de lleno a la mercadotecnia, haber perdido todo sentido de Estado -el que le quedaba al presidente Andrés Manuel López Obrador, no demasiado- y estar por terminar de rematar a la nación.

        Encinas no terminó con el asunto Ayotzinapa y Sheinbaum ofreció que, de ser necesario, seguirá con el caso. López Obrador conoce algo bien al "pueblo", por lo que hace rato dejó establecido que ya se sabía a grandes rasgos lo ocurrido en 2014 con los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, que no se trataba de seguir embistiendo al ejército, si bien algunos militares estuvieron involucrados en el caso, y tampoco de prolongar la manipulación de los padres de familia de los muertos, sobre todo por quienes insisten en el descrédito de las fuerzas armadas. No hay motivo -contra lo que dice Sheinbaum- para que el priísta (del PRI, Partido Revolucionario Institucional), Jesús Murillo Karam, no vaya a terminar de purgar su pena en prisión domiciliaria, a la que tiene derecho por ley, habida cuenta de la edad y algunas enfermedades de cuidado. Nadie saldrá a defender a Murillo Karam, quien entendió muy bien, según lo expresó al ser detenido, las reglas vigentes del sistema: la necesidad de un chivo expiatorio, mientras un juez deja en libertad a más de un criminal involucrado en el caso.

       El "mal gobierno" requiere de un "buen pueblo", así que es irrepetible lo que sugirió Murillo Karam para no herir susceptibilidades de los padres de los normalistas. Este "buen pueblo", entiéndase que no todo, no está exento de recurrir a prácticas erróneas: tal vez por ello lo que más lamente López Obrador sea cómo gente "de pueblo" fue a "huachicolear" a Tlahuelilpan hasta que el ducto estalló y dejó un reguero de muertos. Parte del "pueblo" sabe servirse de su lugar de víctima para extorsionar.

     La Alianza Mexicana de Transportistas (Amotac) ha hecho 20 denuncias  por robo de vehículos de carga y hurto de combustible que desemboca cerca de la normal de Ayotzinapa. No hay manera de mencionar que el secuestro de transporte, de distinta índole, es un delito, y que los 43 y otros se habían tomado alegremente autobuses a costa, nótese bien, de los chóferes, que son gente de pueblo y que trabaja, por lo que uno, harto, encerró a normalistas en un camión. El otro riesgo es el de tomarse un transporte con una carga equivocada, de droga, por ejemplo. Los normalistas han seguido tomándose transportes: aunque éstos están asegurados, a los chóferes como sea les cobran dinero, por ejemplo por los deducibles. Según la denuncia reproducida por Quadratín Guerrero, si la carga cuesta 700 mil pesos, por ejemplo, el deducible es de 150 mil pesos.

       Hecho poco conocido, el delito en el estado de Guerrero ha ido a la baja, también según el portal de Quadratín Guerrero, por lo que la entidad federativa ha bajado al octavo lugar en homicidios dolosos, incluyendo el puerto de Acapulco. Casi la mitad de los homicidios dolosos se concentra en un puñado de entidades federativas en las cuales, salvo excepciones, "gobierna" la oposición, o gobernaba hasta hace poco (como el estado de México): Guanajuato, Chihuahua y Jalisco, junto con Baja California y Michoacán, sin negar tampoco la influencia jalisciense en el clima de violencia en algunas partes de Michoacán. Enrique Alfaro, "el amo de Jalisco", es un gobernador de Movimiento Ciudadano ligado al crimen organizado. Y el partido Acción Nacional (PAN), de derecha, que amedrenta a periodistas en Querétaro (como ocurrió con Vicente Serrano), tiene una irrefrenable vocación por la delincuencia (Guanajuato y Chihuahua), que se repite en algunas alcaldías, si bien no todas, de la Ciudad de México. Las cifras de Guerrero, un estado poco amable por herencia colonial terrible, son de 2024.

     Así las cosas, puede ser. Los estudiantes normalistas no eran ajenos a actividades delictivas, pero el tema es tabú, pese a que estas actividades prosiguen y dañan a la gente de pueblo que se gana la vida con su trabajo, no lucrando con tragedias. Dicho sea de paso, los delincuentes narcotraficantes y los policías municipales que participaron en los hechos de "la noche de Iguala" son tan gente "de pueblo" como los normalistas: no es lo que ocurre cuando hay un "crimen de Estado", sino cuando el Estado no ha estado presente o ha dejado de estarlo, por lo que ya no queda ningún interés público, como el de la seguridad, sino apenas intereses particulares de facción. En el informe de Encinas, resulta que el gobierno (autoridades federales y estatales) fue "omiso y negligente", lo que no hace sino confirmar la ausencia de Estado, sin excluir una buena dosis de interés de facción, aunque, según la costumbre priísta, se diera y se tuviera un aspecto institucional (por cierto que Enrique de la Madrid es menos de mala fe, aunque no le falte un lado cínico, que el líder oficialista Mario Delgado, que no entiende de economía y se cubre metiéndose con "el papá de Enrique", una bajeza). El informe de Encinas concluyó en 2022 "que no hay indicio alguno de que los estudiantes sigan con vida". Hay indicios, como es habitual, del "ya me cansé" de Murillo Karam y de que no faltará el taxista "de pueblo" que jure que su compadre vió a los 43 en el Campo Militar no. 1. En fin, que canciones para Sheinbaum ya hay varias, y tal vez falte ésta de algún fan (da click en el botón de reproducción):



DESPACITO

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