Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha aprobado la vacuna rusa Sputnik V contra la Covid-19, ni ha dicho nada particular sobre la evolución del virus.
La empresa farmacéutica AstraZeneca anunció hace poco que comenzó a retirar su vacuna, aunque no fue especialmente cuestionada durante la crisis sanitaria de la Covid-19. Llegó a ser en ocasiones una vacuna difícil de tolerar, y luego a causar enfermedades entre algunos de quienes se la pusieron, pero se trata de asuntos que no trascendieron.
En algunos países desarrollados ocurren cosas prácticamente imposibles en los subdesarrollados (como por ejemplo que el ex presidente francés Nicolas Sarkozy vaya a la cárcel tres años por corrupción y tráfico de influencias). Hace poco, el ex ministro japonés del Interior, Kazuhiro Haraguchi, pidió disculpas públicas por el uso de vacunas -que en realidad no lo son, sino "terapía génica"- de ARNm mensajero, las de Pfizer y Moderna. Haraguchi criticó que se haya llegado a prohibir la Ivermectina, que donde fue usada (desde Uttar Pradesh en India hasta la Ciudad de México) demostró su efectividad. Detrás de la prohibición de ese medicamento del Dr. Satoshi Omura pudieron estar, según Haraguchi, grandes intereses económicos, ya que la Ivermectina es barata. Hay quien criticó duramente a la Ciudad de México por usarla al margen de lo que dictara el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. Lo preocupante es que se haya seguido a ciegas lo instruido por grandes intereses económicos que, en buena medida, lograron su cometido, hacer negocio, como si ciertos "expertos" inmiscuidos en asuntos públicos ya no pudieran o no quisieran discernir entre intereses de la población y de los negocios, es decir, entre interés público y privado, y se diera la convergencia de ambos por "evidencia": donde está el negocio están la verdad y el bien, y más en el país del negocio, Estados Unidos. No sirve de mucho tener la Web si no se tiene discernimiento, y las cosas llegaron en algún momento a dar el fraude por "información verificada". Es natural preguntarse si no ocurre en otros terrenos, como el económico, al darse por "evidente" la política económica que sirve a los negocios. En algún momento se tiene que llegar a la creencia de que "la vida es negocio", por lo que hay que adaptarse o es "lo que hay que tener", al grado de hostigar -como ocurrió contra Oliva López, secretaria de Salud de la Ciudad de México- a quien discrepe, sin permitir que el debate salga a la luz pública.
Haraguchi fue vacunado con vacuna ARNm y al poco tiempo se encontró con serios problemas de salud, sin ser el único. Se había vacunado tres veces y se supo que dos de las vacunas tenían que ver con el hecho de que desarrollara cáncer. No fue el único político japonés en tener este tipo de problemas. Haraguchi mencionó otros tres casos. Al poco tiempo, fue bloqueado en la televisión japonesa. El ex ministro dijo que más gente morirá por esas "terapias génicas". Hay cifras que muestran para Japón, posteriormente a las vacunas y ya sin la Covid-19, una sobremortalidad de decenas de miles de personas, para los años 2021 y 2022.
La pérdida de discernimiento tiene consecuencias sobre la población, que al mismo tiempo es mantenida en la ignorancia y que no tiene la capacidad de indagar en la Web ni de distinguir entre lo verdadero y lo falso, cuando no ocurre que prefiere guiarse por lo cómodo y fácil. Ocurre en distintos terrenos -ya se ha mencionado igualmente el de la economía-, y es grave que científicos se presten a este tipo de fenómenos de masa, con tal de ganar para sí. Es este el interés que contribuye a explicar lo que tiende a creerse y lo que se descarta: un "interés" propio mal entendido como beneficio, y al menor costo, por lo que se da por equivalente de cómodo, fácil y mejor. Para protegerse del incómodo error, es preferible hacer oídos sordos a otros argumentos y simplemente descalificarlos por denegación, es decir, sin siquiera admitirlos para el debate. No sería más que una opción en el "derecho a ser libre de escoger" si aceptara sin descalificarlas otras opciones, pero sucede que no es así, por el fenómeno mismo de la denegación, es decir, la "no admisión a prueba", siendo que no faltaron pruebas positivas sobre la Ivermectina y demostraciones claras sobre el hecho de que las "vacunas" de Pfizer y Moderna cuando menos no cumplían con las etapas de rigor para ser otra cosa que experimentos. Para evidencias, las verdades reveladas y sin la menor duda (da click en el botón de reproducción).