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miércoles, 23 de octubre de 2024

¿ON TOY?

 A pesar de ciertas discrepancias en las fuentes, México sigue teniendo a varias de las ciudades más violentas del mundo, aunque sin relación con la pobreza, pese a las recientes dificultades del estado sureño de Chiapas. Las ciudades más violentas en México están ligadas al tránsito de droga hacia Estados Unidos. En los listados de las ciudades más violentas del mundo hay algunas nuevas, en particular la capital haitiana, Puerto Príncipe, y la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, en ambos casos con ligas, también, con el tráfico de droga. Algunas penosas excepciones en México tienen que ver con hábitos de ciertos grupos sociales y de turistas, como en Cuernavaca y Acapulco, entre las 20 más violentas. Se trata de casos tolerados.

      Entre lo nuevo está la ausencia de Caracas, capital venezolana: para ser precisos, era insegura desde antes del chavismo y salió de entre las primeras de la lista con el presidente venezolano Nicolás Maduro. Venezuela es un país de lejos más seguro que México. El crimen organizado en esa parte del Caribe pasa por Trinidad y Tobago. No es novedad que México esté acompañado de Colombia y Brasil, en gran medida también por asuntos de droga, a lo que cabe agregar que en Venezuela no mete sus narices Estados Unidos. La inclusión de Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, es nueva, y es la onceava ciudad más peligrosa del mundo. Además de la salida de Caracas, y de que hace ya cierto rato salió San Salvador, capital salvadoreña, cabe hacer notar una mayor seguridad en Centroamérica: salió del listado San Pedro Sula, en Honduras, ciudad que era de las más peligrosas del mundo, hasta caer al lugar 48, y también ha disminuido la violencia en Guatemala. Ciudad de Guatemala salió de la lista de las 50 más violentas, desde 2020. En Honduras, además de San Pedro Sula, ciudad más violenta del mundo durante cuatro años consecutivos, está, junto con el Distrito Central (50), a punto de salir de la lista. Esto ha venido sucediendo con el gobierno progresista de Xiomara Castro, que en algunos aspectos ha seguido al gobierno salvadoreño presidido por Nayib Bukele. Honduras es, con Haití, uno de los países más pobres de América Latina.

     No hay ninguna ciudad europea o asiática en la lista, pero sí hay, además de algunas sudafricanas, varias estadounidenses: Memphis, New Orleans, Baltimore, Cleveland, Detroit, Washington, ya sea ciudades con fuerte presencia de población negra o parte de un declive industrial ya de varias décadas. Algo llama la atención: no hay en la lista ciudades estadounidenses con fuerte población "hispana", al grado que, por ejemplo, no está Los Ángeles. No es así asunto de "sangre caliente", y entre las ciudades con importante población negra, el problema es añejo, y no está desligado del tráfico de droga.. Tampoco hay indicio claro de que sea un problema de inmigrantes. Si se consideran los casos de Estados Unidos y Sudáfrica, hay algo de problema de segregación en el que, en parte, intervienen hábitos de la población negra, por motivos históricos, lo que con frecuencia no se quiere reconocer. Después de todo, el Caribe también es en gran medida de población negra, y además de Puerto Príncipe y Puerto España, está el peligro de Kingston, en Jamaica, otra vez ligado al tráfico de droga. Una parte del Caribe es el paraíso turístico al lado de la segregación, aunque no es el caso de Haití. Si Estados Unidos es la gran potencia, no queda claro por qué no puede con algunas de sus ciudades, suponiendo que quiera, ni por qué resulta en realidad que es, en gran medida, en las puertas de Estados Unidos que hay fuerte violencia, trátese de México o de Haití y Jamaica, o incluso de Colombia. No es un secreto que el tráfico de droga se tolera para tener a una parte de la población estadounidense "entretenida", porque no se trata de pobreza, sino de marginalidad, que es distinto, y es un negocio más. Lo que cabría buscar más bien son las tasas de desempleo: galopante en Haití, de los niveles más altos en la historia en Jamaica, y se puede hurgar en las ciudades estadounidenses mencionadas, o en las sudafricanas; Sudáfrica tiene la mayor tasa de desempleo del mundo. Hasta cerca del 42 % de la población sudafricana en edad de trabajar estaría en el desempleo (Los Angeles Times). Se puede agregar algo más, a partir de la presencia de Cuernavaca, Acapulco y Cancún (lugar 40): ociosidad, la de marginales y la de turistas o sectores más o menos acomodados, que con frecuencia ostentan su ocio como signo de estatus, y se consideran "libres y con derecho" de "meterse" lo que les venga en gana. En suma, cosa de ricos y marginales, salvo en la complicación de México, más allá de su sol y sus "eternas primaveras": Ciudad Obregón, Manzanillo, Zacatecas o Colima no son lugares de marginales. Ni tampoco pobres. La dificultad para México está en zafarse de lo que implica tener como vecino a un país no exento de violencia, marginalidad y adicciones. Signo positivo de que, dentro de ciertos límites, es posible mejorar la seguridad: San Juan, capital de Puerto Rico y en algún momento modelo de marginalidad (hasta en versión Calle 13 para consumo hasta del progresismo), salió de la lista de las 50 más violentas.

     En perspectiva general, la baja de la inseguridad es muy notoria en el llamado "triángulo norte" de Centroamérica.  Por lo demás, hay que cuidarse siempre de la presentación de las cifras: mientras la violencia ha ido en aumento en el Ecuador, Chile, Perú, en la capital argentina (Buenos Aires) y República Dominicana, es sobre todo Brasil que tiene, en América Latina, problemas serios (Sao Paulo, Río de Janeiro, Salvador, Recife, Fortaleza, entre otras, no desligadas tampoco de rutas de la droga): llegan a conjuntarse problemas raciales, de marginalidad y de tráfico de droga, o a veces de líos en lugares turísticos (Río). Habría que considerar muchos otros elementos: secuestros, robos, extorsiones, condiciones carcelarias, etcétera. Pese a la insistencia en el problema de los homicidios, México, incluida la capital, ha mejorado en otros aspectos, por ejemplo en una reducción muy drástica (88% en los últimos años) de secuestros. Si se critica a Bukele por la proporción de personas encarceladas, al menos habría que agregar que, dejando de lado Ruanda y San Vicente y Granadinas, después de El Salvador, muy sencillo, sigue Estados Unidos. Otra vez problemas, ¿no? Del tipo de los que tenía esta estrella (da click en el botón de reproducción).


 

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