¿Alguien la corrigió? La presidentA de México enmendó la plana, y distinguió finalmente entre "ama de casa" y "trabajadora del hogar". No es seguro que el actor Rafael Inclán haya querido ir más allá de una broma inocua al hablar de la presidenta como "ama de casa". Es simplemente algo bastante tradicional, ya que muchas "amas de casa" se "dedican al hogar" y no trabajan, en el sentido de que no ejercen una profesión. "Sirvienta" es una palabra que se considera hoy peyorativa, pero que no tiene nada que ver con la esclavitud, salvo que, en la Colonia, no era raro que esclavas negras "sirvieran" como "domésticas", llegando incluso así a lograr la manumisión. Por lo demás, era más asunto de servidumbre ("servidumbre doméstica") que de "esclavitud", al grado de que más de uno o una se "educara" por ejemplo con una nana indígena. Era parte de la hacienda, y como es un hábito que no termina de irse, es frecuente que la vivienda en un país como México o en otros de América Latina se construya con lo que se conoce como "cuarto de servicio", para las "trabajadoras del hogar". Ya se ha dicho, es buena noticia que estas trabajadoras (no hay mal mayor en llamarlas por igual "empleadas domésticas") reciban un buen salario y prestaciones sociales, justamente para ir terminando con los hábitos señoriales de servidumbre. De paso se evitarán hábitos de la servidumbre misma, como entrometerse en los asuntos de "la hacienda" o lo que se conoce coloquialmente como desaparecer de tal modo que se dice "irse como las chachas". Parte de lo nuevo puede estar en que los hijos de familia pierdan la costumbre de "iniciarse" con la "sirvienta", lo que existía cuando menos hasta los '70 y no era más que una forma, también de hacienda, del "derecho de pernada" (en Chiapas seguía existiendo en algunos lugares hasta principios de los '90).
"Ama de casa" puede tener algo de peyorativo si se refiere a una relación tradicional, todavía frecuente, en la que la mujer se encarga de los asuntos domésticos a cambio de que el hombre lo haga del sustento. Peyorativo, si a la vieja usanza encasilla a la mujer en el ámbito puramente doméstico, siendo conocido que puede llegar prácticamente hasta la prohibición de trabajar. Corrigió, pero Sheinbaum volvió a salir con una extravagancia: se declaró abuela, mamá y "ama de casa"... y "con orgullo". Es otro "tic", por dos motivos: si es el "ama de casa", quiere decir que el esposo o las antiguas parejas (Carlos Ímaz, por ejemplo), no entendían mucho de igualdad, ya que la palabra "ama", femenino de "amo", implica apoderarse de labores domésticas que debieran más bien ser compartidas (en más de un país, es normal por ejemplo que el hombre cocine, y bueno, Miguel Ángel Mancera cambiaba pañales). En este sentido, vaya lapsus doble: la presidenta no se define como esposa, siéndolo y con lo que ésto implica, pero además, la misma presidenta se define como "ama de casa", lo que quiere decir que algo extraño pasa -para variar- con "el invisible de la foto": si quien quiere que le digan simplemente "Jesús" y no ser "Primer Caballero" considera que Claudia Sheinbaum tiene además que ser "ama de casa", es de lo más tradicional y de poco compañerismo. Cierto, como lo dijo Sheinbaum, que una "ama de casa" merece reconocimiento por ser la primera en levantarse, hacer el desayuno para todos, llevar a los niños a la escuela y pasar por ellos, ayudarles en la tarea, preparar de comer, de cenar, recibir al señor cuando llega del trabajo, etcétera. Lo extravagante es que es un reconocimiento y todo el respeto !a la desigualdad que implica ser "ama de casa", cuando no encima tener una doble jornada extenuante. Mis respetos para la desigualdad. Lo deseable, en términos de igualdad, no es la "doble jornada", sino que el hombre aligere la carga de la mujer y que comparta las labores domésticas, en lugar de limitarse a hacerse atender y servir. Y, más aún, que vele en lo posible por la casa si resulta que, por andar del tingo al tango, la mujer no está en capacidad de llevar una "doble jornada". Son cosas ya posibles por dos motivos: por las madres que educan a sus hijos para hacer labores domésticas, por ciertas facilidades tecnológicas (para lavar, limpiar o cocinar, por ejemplo), y eventualmente por poder tener trabajadora del hogar. No, no son las "amas de casa" las "heroínas", sino las madres que enseñan a sus hijos labores domésticas, que trapeen, se cocinen, se laven la ropa, se encarguen de reparar una falla en el hogar, tiendan su cama, etcétera sin que se crea que por ello son "niñitas" o reciban el ataque machista de "es que es mandilón". Como ya son cosas que ocurren, es de esperar pronto enterarse de que Jesús, además de trabajar, prepara un sushi maravilloso, trapea la cocina, quita el polvo de los muebles de la sala (sí, con un plumero), lava los platos, tiende la cama y algunas cosas más,. por consideración a que Sheinbaum seguramente está algo desbordada y será así por unos seis añitos. Al menos que haya atención en Palacio. Claro, lo absolutamente sensacional sería que el señor Tarriba presida el DIF: querría decir, de lo más magnífico, que la crianza de los niños se entienda no como asunto exclusivo de la madre, sino como necesidad de que también se involucre simbólicamente el padre, en vez de ser "el invisible de la foto". ¿Es igualdad o reconocimiento del poder de las "amas de casa" a través de los asuntos domésticos, convirtiendo al proveedor en dependiente y preparando la revancha de las comadres, que tan bien describiera Ricardo Garibay en Cómo se pasa la vida?¿Es a la comadre que el gobierno le va a dar un ingreso extra para que encima se apodere de los nietos, y tenga más de lo que le pasa el señor de la casa, porque es el complemento del "ama de casa"?¿Ahora se va a remunerar la obligación de reciprocidad, que no es un trabajo, o si es universal el extrita, la ociosidad de quienes son mujeres "ninis", más allá de los hijos (de llevarlos y traerlos, no más, puesto que los debe educar la maestra, el profe de natación, la nana, la que enseña a tocar el piano, el de la clase de gimnasia, la de macramé, etcétera) y que ni trabajan ni atienden la casa? Queremos a Jesús en el DIF y a un hombre en la secretaría de Mujeres, no a alguien que parece como Citlalli Hernández dedicarse a la lucha libre, al menos que tampoco se puedan tener gustos propios y sea "misógino" decirle a una persona que está "gorda". Resulta que, si a fin de cuentas Inclán tuvo razón y Sheinbaum dice asumirse como "ama de casa", ya no queda en absoluto claro si aún hay algún lugar para un hombre. Por éso se es "abuela", "madre" y "ama de casa". No dijo "esposa". Jesús es "el invisible de la casa", después de que pasara un sexenio en el que "Beatriz", intocable, nada más vió por lo suyo y remató con un trato público infamante para Andrés Manuel López Obrador. Primero los roles. Y por encima de los afectos. Lugar para compañerismo, ninguno. Que no sea nada más tiempo de hombres solidarios. (da click en el botón de reproducción: es la suegra de México).
PD: Pedro de Alvarado acribilló a una familia azteca en una fiesta. Huyó y se presume que cruzó LA frontera. LANZA MOCTEZUMA ORDEN DE APREHENSIÓN Y SOLICITA EXTRADICIÓN. MÁS, EN UNOS MOMENTOS.