Desde hace buen tiempo, por lo menos los '80, las "teorías" se consideran que son nada más "en teoría", no forzosamente en "la realidad", y se viene demoliendo la capacidad del ser humano para tener conceptos, que ubican propiedades esenciales. Así, en vez del significado, importa más el "efecto" de una palabra. Concepto se llega a reducir a "diseño". ¿Se tiene nación? No, hace rato que se tiene "proyecto de nación", no a la manera de concepto, sino de anticipación de un "diseño". Por lo demás, "en teoría", por ejemplo, se supone que no es bueno ser corrupto, por ejemplo, pero en "la realidad", se cree que "todo el mundo lo hace" y que hay que tomarlo en cuenta. Así que no se actúa sobre lo que es "en teoría", y se presume de ser "realista". De igual modo, no se tiene concepto de mayor cosa, y lo que importa no es tenerlo, sino actuar "en la realidad".
La Revolución rusa de Octubre fue hecha por alguien, Lenin, que actuaba y reflexionaba a la vez, y que pensaba con conceptos y con categorías (no son lo mismo), por lo que el líder ruso fijó una posición filosófica, en Materialismo y empiriocriticismo y en los Cuadernos Filosóficos. Si la teoría no está petrificada, se nutre de la realidad para cambiar y cambiarla, pero no es acción sin "cabeza", ni siquiera con uno que otro "pensamiento". Igual quien quiera puede concluir del derrumbe soviético el "fracaso de la teoría", convirtiendo a ésta en "ilusión" o "utopía": lo que es "en teoría". Puestas las cosas así, nadie se mueve por lo que existe nada más "en teoría", porque se toma por idealismo o alguna forma de romanticismo. Nadie vive de "lo abstracto" que, como se dice peyorativamente, es "abstracto". Hay que estar en lo concreto.
La Revolución Cubana tuvo lugar tres años después del XXavo Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), en 1959. Dicha Revolución no tuvo mayor sustento teórico, sino un "sentir" a partir de 1953 en Fidel Castro y "La historia me absolverá". No cualquier "sentir", pero sin que, pese a su memoria y erudición, Fidel Castro fuera capaz de teorizar o de conceptualizar, al grado de terminar confesando, en un discurso en la universidad de La Habana, que "nadie tenía idea de qué es el socialismo". Ernesto el "Che" Guevara no tuvo tampoco teoría alguna, y es posible pensar que ninguno de los dos se adentró demasiado en el trabajo de Marx. Interesaba más "pasar a la acción" y el equivalente del "haz algo". Tampoco hay teoría en Carlos Fonseca Amador, fundador del sandinismo nicaraguense, ni en la Revolución Mexicana de principios del siglo XX. En América Latina, hubo teoría en la llamada "Teoría de la Dependencia", pero no basada en una filosofía clara; la teoría marxista fue más la de José Carlos Mariátegui y, hasta cierto punto, de Víctor Raúl Haya de la Torre, también peruano, entre los años '20 y los '30. Antes de actuar, hay que pensar, es lo que se supone. Eso era cuando "concebir" se asumía como algo con consecuencias. Asuntos del "Diamat" aparte, algo queda entre los '20 y los '30 de teoría en Stalin, en particular sobre la llamada "cuestión nacional", pero se debilita después en seguimiento (no siempre) de Lenin ("Cuestiones del leninismo"). Los años '20 y '30 son también los de la teoría autodenominada "neoliberal", por lo demás con una posición filosófica. La capacidad teórica soviética se verá luego limitada, algo proclive a formas de positivismo (con leyes ineluctables) y luego con adaptación "a la acción" empujada por el anticolonialismo y la liberación nacional. Tomar la calle. "Ir a las masas", al mítin, al baño de pueblo, al trabajo "en campo", al testimonio vivo ("yo estuve ahí, yo lo conocí, yo lo ví", etcétera). Se tomó de manera peculiar la tesis de Marx sobre Feuerbach: "los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo, y de lo que se trata es de transformarlo". A partir de la segunda posguerra, ya se trata de no parar de "cambiar".
Lo que ocurre tiene que ver con los medios de comunicación, en parte: "en vivo y en directo". Hay que "estar ahí", por lo que, después de la radio (Hitler y Mussolini no tenían idea de mayor cosa, salvo de "movilizar a las masas", como le gustó luego decir a la extrema izquierda), fue llegando el tiempo de más medios, cine y televisión en masa. Hay que "saber transmitir", y la teoría es árida, el concepto arduo y "concebir" algo que "la técnica" quede ahorrar. El sovietismo se vuelve técnica antes que teoría desde Stalin, aunque por la fuerza de las cosas, y todavía hay una "concepción" en la industrialización y la colectivización forzada. Para las ciencias sociales, en la segunda posguerra se va eclipsando la teoría y la capacidad de conceptualizar empieza a decaer: ya es cosa "de campo", de "observación participante", de "estar ahí para Ser Ahí", "arrojado": lo demás es "libresco", "aburrido", y hay que "hacer algo", que aparece como "espontáneo" y "auténtico", porque es "en vivo" (luego será "en tiempo real"). No es necesaria tampoco alguna filosofía, ni, como parte de ésta, algún humanismo, ni "concepción" de la persona, salvo para alguna naturaleza eterna y "la vida", hecha de "momentos". El líder soviético Mijaíl Gorbachov, el que decía "la vida castiga a quienes llegan tarde", terminó en lo que se conoció como "Doctrina Sinatra", puesto que, sin teoría ni concepción de mayor cosa, fue "actuando", y "a su manera". A lo sumo, en algún momento, como el actual de exceso de influencia de las "ciencias exactas" en las "sociales", hubo "modelos"; no debe quedar más que el escandinavo. ¿Concepción?¿Creación? No: técnica, "aplicación", ejecución y creer que conocer es "estar ahí", y que no se puede desde el concepto, hasta que no lo haya. Tener teoría sería poder "explicar", pero también "observar": importa más "estar ahí", por ritual o por protagonismo, que observar bien y explicar y explicarse, para hacer consciente. Por lo demás, se acaba en que no se puede llegar a la realidad con el concepto: por ejemplo, de que el fuego es caliente. Ah no, hay que ir a quemarse la mano y hacer un informe sobre ello ("yo estuve en la estufa") con alguna glosa y alguna encuesta que dé el número de quemados al exponerse al fuego. Como gobernar "andando en territorio", para "palpar" la "realidad". Hasta que investigar sea "ir a palpar", gobernar "ir a palpar", encuestar "ir a palpar", y se vida, de tanto palpar, en lo que, a diferencia del realismo de principios del siglo XX, cuando menos es de lo más sexy. Y sin dos dedos de frente. La fase Olga Breeskin del sistema: sin duda, para "estar ahí". El medio es el mensaje. (da click en el botón de reproducción).