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jueves, 2 de octubre de 2025

¿QUIÉN SE HA LLEVADO TU QUESO?

 Algunos, incluidos dentro de Rusia, creen que la gracia de este país es que es "una gran potencia", como a su manera lo era la Unión Soviética, y que por lo tanto puede contrarrestar al "hegemonismo" para algunos "euro-atlántico", sin tomar en cuenta, curiosamente, a Japón y Corea del Sur. Se supone que hay la posibilidad de un mayor "margen de maniobra". En realidad, lo que está específicamente en juego es otra cosa, y el problema de la injusticia que representa colocar a Rusia en "o subordinada, o destruíble", no pudiendo existir más que como "falito" del mamismo de ciertas potencias, como ocurrió en los '90 con el presidente Borís Pepsin. Un vástago (porque es capitalista) independiente es "inconcebible". Pero no son muchos los del Sur que, más allá de buscarse un "margen de maniobra", a la antigua usanza, se oponen a lo que hace por ejemplo la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). No dicen gran cosa o, para formularlo de otro modo, no se apresuran a defender a Rusia ante la injusticia, en vez de buscar servirse de ella como "gran potencia" para "tener más cartas de juego".

        Ya es tabú hablar de alternativa social, y no quedan sino dos, por motivos geopolíticos, en gran medida: lo que hay de socialismo de Estado en Cuba, y la herencia "Zuche" de Corea del Norte. Venezuela hace rato que no está en ningún "socialismo del siglo XXI", además de ser anticomunista, pese al PSUV (Partido Socialista Unificado de Venezuela). Por otra parte, tiene razón el estudioso William I. Robinson cundo llama a no idealizar como alternativas las que no lo son del todo. Al igual que Venezuela, Nicaragua está en su derecho de defenderse de una agresión, pero, además de ser una economía mixta, tiene una fuerte relación económica con Estados Unidos, su principal socio comercial, además de la plataforma de maquila (textil, sobre todo) para los mismos Estados Unidos. Si acaso, la ventaja de Nicaragua es una economía más diversificada que la petro-venezolana y que la de Cuba, que pese al bloqueo también tiene formas de dependencia con Estados Unidos. Lo único es que Nicaragua tiene cierta vocación de "socialismo cristiano", algo un tanto primitivo.

        Lo interesante es el fenómeno ideológico con China, comenzando con los propios chinos, que dicen estar en el "socialismo con características chinas", lo que es tanto como decir que en China se hacen cosas a lo chino. Es ciertamente probable. Sólo en México se hacen hospitales "a lo Dinamarca", lo que, dicho así, sólo puede fallar. Salvo que se tengan impuestos y gasto público "a lo Dinamarca", o relaciones preferenciales con Groenlandia. El prometa empieza donde se cree que las palabras crean la realidad. Ni siquiera es obligado que se le acerquen. Parte del problema del abandono del marxismo no es el marxismo, sino la incapacidad para abstraer. Hace rato que es peyorativo lo que "existe en teoría" o es "pura abstracción", lo propio de idealistas, al menos en la ideología que presenta las cosas de manera proyectada y en inversión. ¿El hecho de que don Xi Jinping diga que China es socialista la convierte en socialista? En este caso, ¿por qué el decir que uno es el heredero del trono de España no lo convertiría en tal? Lo mejor empieza cuando aparecen los amiguis a decir "buenos días, Majestad", o "buenos días, Príncipe".

        Gracias recientemente al portal Rebelión y los hechos que aporta, se puede saber que China no es socialista, y ni siquiera socialismo de Estado. Sólo un tercio de los trabajadores urbanos trabaja en el sector estatal, o en el "social" (cooperativas y otras formas colectivas), por lo que, a reserva de las formas de propiedad privada, si es o no extendida la mercantil simple, resulta que la mayoría de los trabajadores chinos no es dueña de los medios de producción. Para lo que sirve el "socialismo con características chinas"  es para que muy "a lo chino" los trabajadores, además, no tengan salarios decentes, ni sindicatos serios que realmente los representen, ni jornadas laborales normales, ni buenas prestaciones sociales. Tampoco hay cogestión. Cuando se tiene "cierto salario" en China, se ahorra, porque el dinero público se detrae de prestaciones sociales hacia infraestructura y otro tipo de inversiones. Es capitalismo "a lo chino", o es lo que parece, pese a la erradicación de la pobreza extrema y la aparición de clases medias, aunque no llegarían a la mitad de la población. La desigualdad social en China no tiene nada que ver con alguna "sociedad armoniosa" ni con ninguna "armonía bajo el cielo" cuando "a lo chino" el 10 % de los más ricos se lleva el 40 % de la riqueza y el porcentaje del producto interno bruto (PIB) para protección social es de 6,3 % contra 19 % en Estados Unidos y 25 % en España o Alemania). En el índice de equidad de distribución de servicios de salud y de educación, si Estados Unidos anda mal (lugar 78), China anda mucho peor (lugar 120), por lo que, a diferencia de uno que otro país central, China no es Estado de Bienestar. Ni a lo chino. "A lo chino" restarle al gasto social para seguir "compitiendo" desaforadamente en cuanta cosa dizque "global" se inventa la dirigencia china: cierto, no quiere la hegemonía mundial, pero tiene sus dejos de "síndrome de Gran Han". Para lo que sirve, aquí sí, lo milenario: para que la gente siga aguantando y aceptando la obediencia confuciana hecha sumisión.

      China ciertamente es hoy un elemento comercial muy importante en el mundo, a reserva de saber por cuántos milenios más podrá seguir apostándole a asuntos dizque "globales" para succionar recursos de diversas latitudes y avenarle al mundo una sobreproducción que permite que quienes están en pobreza moderada se vistan "a lo chino" con marcas de países centrales, porque a duras penas (salvo por estudios como los de la economista Myléne Gaulard) se puede saber qué es realmente chino (!Aywey!) y qué de Apple "made in China". 

     China no es un imperialismo, porque es un error decir que todo capitalismo encierra en potencia el imperialismo; no es así en los capitalismos dependientes, y en materia económica, China es en buena medida un país subordinado al capital transnacional de los países centrales, en especial de Estados Unidos y Japón, en años recientes.

      Si se trata de cantidad, sí, China en algunos aspectos es potencia. Es un país que hace mucho (?).Si se trata de calidad, pese a la competencia tecnológica, no es tan sencillo decidir; y si se trata de algún "salto cualitativo" social, entonces sí, se entiende que sea con "características chinas", porque entender en qué la calidad de vida de China pudiera ser mejor que la de las potencias centrales capitalistas...pues está en chino. Y contando. Si el líder Deng Xiao Ping lo dijo muy claro: "no importa de qué color sea el gato, mientras pueda cazar ratones" (da click en el botón de reproducción).



A DIOS GRACIAS

 Parte de la afición por China es un resabio del pasado, puesto que ese país comenzó a ponerse de moda después del deshielo soviético de 195...