De entrada, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo alguna vez que "no todo el que tiene es malo", y nadie ha dicho que la autodenominada "Cuarta Transformación" sea contra los ricos, algo así "a lo Robin Hood" de "quitarle a los ricos para darle a los pobres", por lo que no se grava especialmente a la gente de dinero, aunque está eso sí llamada a pagar impuestos, como el dueño de Grupo Azteca, Ricardo Salinas Pliego, por ejemplo.
Queda por saber hasta dónde el problema se sitúa en la llamada "clase política", en un país como México en que es habitual saquear el erario. Recientemente, los grandes lorocutores en distintos medios han emprendido una campaña para "mostrarle a la gente" que la "clase política" actual es la peor (/!hasta de la Historia!), porque "roba" -es lo que se da a entender- cuando al mismo tiempo pregona la "austeridad republicana " (lo de la medianía de Juárez ya quedó adulterado con "justa" en vez de "honrada", y los del Movimiento de Regeneración Nacional -MoReNa ya fueron a caer en el garlito). ¿Es "justa medianía"? No parece en más de un caso en MoReNa, pero queda por saber si es "honrada" o no, es decir, si ciertos lujos son o no a costa del erario, porque si no lo son, no hay falta de honradez y es asunto que no debe atenderse: ya se había intentado el sexenio anterior con el militar Luis Crescencio Sandoval y el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo "¿y?". Nunca se pudo probar que la "casa gris" de uno de los hijos de López Obrador fuera producto de algo malhabido, y el tal hijo, José Ramón López Beltrán, ni siquiera era funcionario ni parte de la "clase política". Simplemente, a este vástago, como lo dijo su padre, "le gusta el dinero". Y no es el único, puesto que parece ser también cosa de otro hijo, Andy López Beltrán. ¿El problema es el gusto por el dinero o la "clase política"? En el caso de Andy, lo único que contravendría la "Cuarta Transformación" sería que el viajecito a Tokio (en un hotel tampoco del otro mundo en precios extranjeros) y el cuadro japonés de Yayoi Kusama se hayan pagado con recursos del erario o de un sueldo anómalo. Andy no es funcionario público, y apenas es "empresario" con Chocolates Finca Rocío. Lo suyo o no es para escándalo, o es por tonto, porque el cuadro japonés lo fue a meter en un departamento de la calle Odontología de la colonia Copilco, que no es de ningún lujo. Todo está en "desproporcionar", sin negar gustos lujosos de Andy, pero omitiendo los precios de los hoteles en Tokio o cualquier ciudad de país central. ¿Hay peculado? No parece, como tampoco en el caso de la "casa gris". Las cifras de los negocios del morenista Adán Augusto López Hernández no son menores, pero tampoco parece haber peculado y queda por probar si tuvo López Hernández vínculos con "La barredora" que lo beneficiaran en algo. Al secretario de Educación Pública, niño del ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México) no le van a cobrar muy caro sus desayunos de lujo en Portugal, y ya ha habido ocasión de decir que Ricardo Monreal viene de una familia no precisamente pobre de Fresnillo, Zacatecas: curiosamente, importa que una de sus hijas se aparezca en un lujoso Fashion Week en París, capital francesa, pero no tanto que media familia esté metida en política con algo de clánico. ¿No le incomoda cierto nepotismo a la oposición, que no dijo nada cuando otra hija de Monreal, Catalina, se lanzó a la alcaldía Cuauhtémoc, siendo por lo demás ella otra egresada del ITAM y yendo a aterrizar con un sueldazo al frente del Instituto Nacional de Economía Social (INAES)? ¿Importa más María Monreal en la moda en París, cuando el tema ni viene al caso, porque no es funcionaria?¿Y no estaba con la esposa de Santiago Taboada, ex candidato derechista a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México?
De lo que se trata es, para ganancia propia, de explotar lo más bajo de la gente en México. Como ya hubo ocasión de demostrar, la ex alcaldesa de Álvaro Obregón en la capital mexicana y gober preciosa de Campeche, con "noches de jaguar", Layda Sansores, está muy, pero muy atiborrada de propiedades, y ni quien le pida que se ponga a lo franciscano. ¿Es con "la clase política"? Entonces, como se dice coloquialmente en México, "o todos coludos, o todos rabones", para agarrarla por ejemplo con Alito Moreno ("dirigente" del Partido Revolucionario Institucional) con 12 inmuebles en Campeche, además de cinco autos, algunos pagados al contado, y un reloj Mont Blanc de 80 mil pesos (igual, al contado), cuatro veces más que el hotel de Andy en Tokio. Nada que ver con una casa por terminar de pagar, de 12 millones de pesos, de Gerardo Fernández Noroña en "Tepoz", mal gusto aparte, ni con un taxi aéreo. ¿Hay peculado o no? Si no lo hay en Alito, como quiera está algo lejos de la "austeridad" de nada. Bastaría comparar el precio de su reloj con el del taxi aéreo de Fernández Noroña. Ah, es el PRI. Entonces para olvidarse de cómo creció el patrimonio del panista Ricardo Anaya y su familia cuando aquél pasó por la administración pública (33 propiedades). A ver: según la última candidata del PRIAN (para no contar la fortuna del perredista y ex jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera), "si a los 60 años no tienes un patrimonio, estás bien guey" (sic). Muy modestamente, pese a la opacidad de sus declaraciones patrimoniales, Gálvez dijo "es todo lo que tengo": tres inmuebles y una empresa.
Como no hay modo de ocultar ni las fortunas, lo que queda es recurrir a "miren, dicen ser austeros, pero viven con lujos", así que "son peores". Primero, el problema no está entonces en el lujo, como no lo está en los relojes de Moreno por cuatro millones de pesos, que son varias veces el cuadro japonés de Andy. El problema tampoco está en formas de corrupción como el nepotismo de los Monreal, y como no es política, importa un comino lo que haga María Monreal en su Fashion Week, aunque importan más los lujos de Ricardo Monreal en Madrid, capital española. Todo está en saber si Monreal (Ricardo), Fernández Noroña y Mario Delgado usaron dinero público, a la antigua usanza (como directores y subdirectores de burocracias doradas en secretarías de Estado), o si en particular López Hernández ganó pecuniariamente con "La Barredora", para establecer pruebas con relaciones de causa a efecto y no "supuestos", como el de la "casa gris". O bien se puede ser de un total cinismo al montarle a "los de abajo" y las "clases medias" un teatro para que se explote el resentimiento social, cosa que el antiguo régimen sabía hacer bien para corromper. Y como la "política" para "atraer" es lo que cuenta, no es Layda Sansores la que importa, ni el nepotismo de los Monreal, sino lo cercano al ex presidente Andrés Manuel López Obrador y a cierto radicalismo, como en Fernández Noroña. Ni que importara el departamento de Loretito en Miami (15 millones de pesos) o sus cuentas en las islas Vírgenes Británicas (Bedforbury Group), además de 12 departamentos de la familia, una mansión en Valle de Bravo y un departamento en Polanco, Ciudad de México, por 100 millones de pesos. Son costumbres del antiguo régimen: "todos los políticos son iguales", menos el seductor de la patria, que dice estar "en el desempleo", o Alito, que deja a los de MoReNa como novatos -y no se trata entonces tampoco de "todos los políticos son iguales". Vaya. (da click en el botón de reproducción)