Cuando alguien está "in", se puede saltar hasta la lógica si equivale a estar "out". Hasta "expertos" rusos consideran que las protestas de miles en Kíev y otras ciudades ucranianas son algo así como una "revolución". Lo mejor de los tiempos actuales es que algunas revoluciones las hace el imperio: es un "plus", éso de salir a la calle respaldado por la potencia, o éso de ser potencia con fans en la calle. Es un negocio redondo donde todos salen ganando -al menos todos los que están en el negocio. Las protestas se desataron porque Ucrania, según los manifestantes, tenía derecho a firmar el acuerdo de asociación en ciernes con la Unión Europea (UE). La UE ya se apresuró a exigir que se respete la "libertad de expresión" de toda esta gente pacífica y el "derecho de reunión", que se ha ido convirtiendo en derecho a poner un gobierno a tambalearse.
Desde el 29 de octubre pasado, en una conferencia en la Academia Mohyla de Kíev, el embajador estadounidense en Ucrania, Geoffrey Pyatt, seguramente que en uso de la "libertad de expresión" y en medio de una reunión, llamó a las autoridades locales a un acercamiento con la UE, a la liberación de Yulia Timoshenko y a cumplir -con ayuda de Washington- con las normas técnicas de asociación. Por lo demás, el acuerdo UE-Ucrania estipulaba la creación de una estructura supranacional facultada para tomar decisiones de cumplimiento obligatorio para Ucrania, por encima de su Constitución; también quedó asentado el ingreso en el territorio de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), en un párrafo del documento de asociación. Según diversos análisis económicos, la asociación con la UE llevaría al quiebre de miles de empresas, a liquidar las de alta tecnología, a complicar las exportaciones de cereales y a problemas con Rusia, lo que inquietó a un sector de hombres de negocios ucranianos.
En suma, el acuerdo con la UE se convirtió en vía regia para restringir o incluso suprimir la soberanía de Ucrania. En uso de sus facultades, los manifestantes -acompañados de uno que otro provocador- proeuropeos salieron a pedir la liquidación de Ucrania en nombre del "derecho a decidir" y, por si fuera poco, en la Plaza Maidan, de la Independencia. Los partidarios de liquidar Ucrania en los hechos son incluso nacionalistas, desde el partido Svoboda hasta Udar (Golpe), del boxeador Vitali Klitschko, asociado con la CDU alemana (democracia-cristiana, de derecha, de Angela Merkel).
Lo mejor para la nación y la independencia de Ucrania es que su futuro se decida en Bruselas, Berlín y Washington. Es muy "in", y lo que es Ucrania, no es economía, ni sociedad ni política, es una marca. Patriotísimo. Cualquier otra visión de las cosas está "out".
Si el presidente ruso, Vladimir Putin, aduce -como lo hizo- que la campaña callejera en Kíev está orquestada y que la política de la UE es de chantaje, seguramente es por "los intereses de Moscú" (que hombre tan materialista...). En cambio, en la calle se es sublime. !Si hasta las feministas del grupo Femen son proUE!
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lunes, 2 de diciembre de 2013
FANÁTICAMENTE MODERADOS
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