Mi lista de blogs

martes, 30 de marzo de 2021

EU: MÍSTER NON PLUS ULTRA

 Pocas son las maneras que tienen la gente e incluso los "responsables" de los Estados de enterarse hoy de lo que sucede en la realidad. Lo peor que pueden hacer es pasar por los medios de comunicación masiva, en particular por los que se hacen llamar "globales", pero también por el léxico de organismos internacionales actualmente bajo control de corporaciones transnacionales, como sucede para empezar con Naciones Unidas.

     Ya se ha dicho que el presidente estadounidense Barack Obama fue el que más tiempo pasó en guerra y que, por contraste, el mandatario Donald Trump se estuvo casi por completo en paz. Es difícil saber si a la gente aún le interesan los asuntos de la guerra y la paz, pero el hecho es que quienes le serrucharon el piso a Trump, a sabiendas de que con ello se preparaba la llegada del Demócrata Joseph Biden, difícilmente pueden quejarse ahora, si lo hacen, porque tampoco se estila ser antiimperialista. Muy por el contrario, no fueron pocos en América Latina los líderes progresistas que corrieron a felicitar a Biden, desde el argentino Alberto Fernández hasta el ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. En la actual campaña electoral ecuatoriana, el candidato progresista, Andrés Arauz, exhibe en las redes incluso sus buenas relaciones con el embajador estadounidense en el Ecuador, Michael Fitzpatrick, quien se reunió con ambos candidatos a la presidencia (el otro es el banquero Guillermo Lasso).

     Joseph Biden empezó su carrera política hace aproximadamente medio siglo. Durante la guerra de Yugoslavia, en los años '90, se pronunció por armar a los musulmano-bosnios y por apoyar a la Legión Arabe de Osama bin Laden (el mismísimo), que operaba en Bosnia-Herzegovina. Biden llegó a decir que había que someter a Yugoslavia a condiciones de rendición tan duras como las que se impusieron a Japón y Alemania al término de la segunda Guerra Mundial. Luego, Biden estuvo entre quienes se pronunciaron a favor de la intervención del presidente William Clinton en Kosovo.

     Biden fue la primera personalidad estadounidense en viajar a Afganistán para apoyar al presidente colocado por los estadounidenses al poco tiempo del 11/S, Hamid Karzai, de doble nacionalidad (afgana y estadounidense), y cercano a la Central de Inteligencia Estadounidense (CIA). 

     Joseph Biden estuvo muy a favor de la guerra contra Iraq y se pronunció tranquilamente sobre la necesidad de matar al líder iraquí Saddam Hussein.  Posteriormente, Biden estuvo a favor de desmembrar Iraq, dividiendo al país en tres partes. En esto compartió los planes de los neoconservadores estadounidenses para rediseñar el mapa de Medio Oriente.

     Biden contribuyó a pervertir al  Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para que se hiciera una pésima idea de Libia poco antes de atacarla, y desde luego que aquél también estuvo a favor de la guerra en Siria.

      El actual mandatario de Estados Unidos tuvo también su "romance" con la CIA en tiempos del presidente Ronald Reagan, al contribuir a rehabilitar a William Casey. Este hombre, artífice de la alianza con El Vaticano en tiempos de Juan Pablo II, se vió finalmente envuelto en el escándalo Irán-Contra poco antes de morir en 1987. Fue Biden quien promovió la carrera ascendente de Casey desde el Senado en 1981, para que fuera jefe de la CIA con Reagan.

     En 1995, Biden estuvo en el origen del Omnibus Counterterrorism Act, antecedente del Patriot Act, para la vigilancia doméstica en Estados Unidos, al grado de que el actual mandatario estadounidense considera suya la segunda.

     Estar a favor de Biden, conociendo su trayectoria, no era más que desterrar a una personalidad crítica del sistema como Trump para entronizar a alguien siempre al servicio de los peores intereses del llamado "Estado profundo". Fue pronunciarse a favor del imperio y, por lo demás, de la plutocracia (el poder de los ricos). A decir verdad, a mucha gente no le importa en lo más mínimo que Estados Unidos haga la guerra por aquí y por allá siempre y cuando sea más "para allá" que "para acá": los muertos los ponen otros y en un mundo muy supuestamente globalizado, cualquiera puede regocijarse de estar a miles de kilómetros de Yemen. Biden ni siquiera ganó las elecciones por las buenas. Que los autodenominados "demócrata liberales" se crean que están ante el non plus ultra no es demasiado raro, puesto que no hay que escarbar mucho para descubrir que siguen la pista de los grandes negocios, si a éstos, supuestamente, se debe la sociedad. No está de más insistir: hay coincidencia con parte del progresismo latinoamericano y nuevamente cabe preguntarse sobre alguna gente si es capaz de formarse un criterio propio o se limita a lo más demagógico posible. Seguramente no sea la realidad la que cuente, sino el modo en que la interpretamos, y con Biden estamos a salvo de gente como Trump, aunque esta aseveración carezca por completo de sentido. De todos modos, como lo viera en su momento el estudioso francés y simpatizante comunista Michel Clouscard, los medios de comunicación masiva están para hacer mercadotecnia y para cooptar. Así pues, agreguemos, no están para generar sentido y no faltan actividades en las cuales este mismo se esté simple y llanamente perdiendo de coyuntura en coyuntura, al grado que quepa preguntarse si algunos saben lo que hacen o no lo saben. En la foto, un Biden más real que el senil actual. Santa Claus no es.



    

domingo, 28 de marzo de 2021

EU-RUSIA: ¿INCONGRUENTES? ES LO DE MENOS...

 Da click en el botón de reproducción:


Si una cosa así le hubiera sucedido al presidente estadounidense Donald Trump, habría sido el hazmerreír de todos los medios de comunicación masiva que se dicen "globales". Sólo que quien se cayó fue el mandatario actual, Joseph Biden, así que parece que le puede suceder a cualquiera. Biden también se pone a balbucear y equivocarse en las conferencias de prensa, porque está senil: si fuera Trump, ya se estaría pidiendo la destitución, pero en cambio, en algo penoso, el ensayista mexicano Enrique Krauze pide de Biden que intervenga más o menos para "calmar" al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Ni quien haga notar ciertas diferencias de trato elementales.

     Ni siquiera es que Biden conserve sus aparentes buenos modales, que ciertamente no tenía Trump. Hace poco, en una entrevista calculada, puesto que la hacía George Stephanopoulos, ex funcionario del presidente estadounidense  William Clinton, Biden llamó "asesino" a su homólogo ruso Vladimir Putin, sin importarle desatar una crisis grave (y Putin tuvo le gentileza de no tomárselo en serio y contestarle, como los colegiales en el recreo: "el que lo dice lo es", para lo que basta efectivamente con ver el curriculum belicista de Biden). No fue lo único: semanas antes, con un corto ataque en Siria, cerca de la frontera con Iraq, Biden pudo haber desatado otra crisis, puesto que no avisó a los rusos con la antelación acordada.

     Si bien no está del todo claro que con Biden, Estados Unidos vaya a dejar un poco en paz a China, está visto que hay intención de seguir molestando a Rusia. En efecto, Estados Unidos se apresuró a principios de año a brindar apoyo al opositor ruso Alexei Navalny, quien por cierto sufrió una agresión extraña: se le habría tratado de envenenar en Rusia, pero se le dejó salir a recibir tratamiento en Alemania, lo que no tendría sentido si se hubiera buscado eliminarlo de una buena vez. Justo con la llegada de Biden, Navalny regresó a Rusia y fue presentado como "el gran opositor", lo que ni siquiera es (la principal fuerza de oposición interna a Putin está en el Partido Comunista de la Federación Rusa). Ni siquiera se reparó en que Navalny ha sido alguien acostumbrado a lo que los occidentales llaman, al unísono con Estados Unidos y la Agenda 2030 de Naciones Unidas, "discursos de odio". En efecto, el opositor, ex alumno de la universidad estadounidense de Yale (Yale World Fellows Program) y financiado por el Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED), llegó a decir que a los chechenos no podía tratárselos con pantuflazos, por lo que era preferible usar pistola. No fue ni de lejos lo único: Navalny trató a los georgianos de "roedores". Durante el conflicto de Osetia del Sur, en 2008, Navalny sugirió expulsar a todos los georgianos de Rusia. Siguió luego en 2011 con "!dejemos de alimentar el Caúcaso!", llamado a los musulmanes seres "no humanos". Por cierto que, sobre Crimea, el opositor a Putin dijo que no se le restituiría a Ucrania "porque no es la salchicha de un sandwich". Por lo visto, en Occidente sólo se dan cuenta de los "discursos de odio" cuando se los atribuyen en monomanía a Trump.

     En su equipo, Biden tiene en particular como alguien antirruso a la esposa del neoconservador Robert Kagan, la señora Victoria Nuland, subsecretaria de Estado (Departamento de Estado), quien está convencida de que Rusia se está cayendo a pedazos, pasando por su peor periodo desde hace 20 años,  por lo que bien puede tratarse de debilitarla más. Nuland fue clave en el golpe del Euromaidán ucraniano de 2014. La idea de Nuland es básicamente usar las redes sociales para debilitar al gobierno ruso. Es lo que estuvo haciendo Navalny antes de regresar a prisión por un asunto de fraude financiero.

      Lo dicho hasta aquí sirve para demostrar hasta qué grado, llegando a la irresponsabilidad, están cegados los medios de comunicación occidentales, a los que no les importa que alguien con problemas seniles esté al frente de la Casa Blanca y el famoso botón. Recientemente, Biden se refirió a la vicepresidenta Kamala Harris como "presidenta Harris" y olvidó por completo el nombre de su secretario de Defensa, Lloyd Austin, llamándolo "el tipo que dirige ese equipo". No son hechos aislados, puesto que han ocurrido otros.

     El problema de una parte de la gente de Biden con Rusia es la monomanía, pero ni siquiera es vista como tal. No se trataba de un cambio, sino de que nada se moviera, contra lo que quería Trump: es el "síndrome" de gente que no ha dejado de creer que sí, efectivamente, con la autoproclamada "democracia liberal" y con la "globalización" se ha llegado, como con la hegemonía estadounidense, al "fin de la Historia". Nos quedamos mejor con el georgiano Vakhtang Kikabidze (da click en el botón de reproducción):




viernes, 26 de marzo de 2021

UN MUNDO MARAVILLOSO

 En  estos momentos, las grandes corporaciones del mundo no están ayunas de planes. El primero de ellos es llevar la vacunación contra la Covid 19 tan lejos como sea posible, desoyendo cualquier aviso y rayando en la obligación. La Unión Europea, por ejemplo, ha dado luz verde al otorgamiento de certificados de vacunación sin los cuales no se podrá circular entre los países europeos o viajar a ellos. Habrá que estar vacunado, sí o sí, pero además la resolución vigente estipula que por Pfizer, Moderna, Oxford/AstraZeneca o Johnson&Johnson, por lo que por lo pronto no contará estar vacunado con vacunas rusas o chinas. Habrá que ver por lo demás, al ritmo actual, a qué hora termina la vacunación, si termina algún día, mientras las grandes empresas farmaceúticas ya hicieron su negocio en la medida en que ya vendieron sus medicamentos a los gobiernos (lo que ocurrió con el ineficaz antiviral Remdesivir, por ejemplo). AstraZeneca, antes de ser suspendida temporalmente en varios países europeos, ya había conseguido por ejemplo la vacunación de un millón de franceses, que para el caso sirvieron entonces de conejillos de Indias. Los responsables políticos no pueden decir que no fueron llamados a la prudencia, pero "responsables" parece una palabra demasiado fuerte. Queda lo mejor, puesto que deben pasar meses o hasta algunos años para que aparezcan los efectos más graves de las vacunas: por ejemplo, a los dos años, la vacuna contra la gripe H1N1 demostró provocar casos de narcolepsia. No importa: en un país como México, la vacuna no es obligatoria, pero se volverá a clases cuando el profesorado esté vacunado. ¿Entonces sí es obligatoria, o se dejará en paz a quien en el profesorado escoja no vacunarse, al menos no con cualquier vacuna?¿"Los derechos y las libertades" son para qué exactamente?

       Siguiendo lo dicho por el jefe del Foro Económico Mundial de Davos, Klaus Schwab, hay grandes corporaciones que están viendo en la epidemia una gran oportunidad. Así como las medidas antiterroristas en los aeropuertos se quedaron de manera crónica aunque se esté lejos de las circunstancias del 11/S de 2001, no falta quien aspire a que se queden el teletrabajo, el home office, la telemedicina, etcétera, que hacen ganar, y mucho, a determinadas corporaciones.

      No es todo. Cuando se termine de magnificar la epidemia del SARS-Cov-2, ya se habrá anunciado con qué seguir atemorizando a la gente, ya que será, según el "filántropo" Bill Gates, "todavía peor": el cambio climático. Desde Davos, pero también a partir de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se escandaliza sin pruebas científicas irrefutables, y siendo que las hay más bien en el sentido de que, lejos de dirigirse al calentamiento apocalíptico, la Tierra puede estar entrando en un periodo de enfriamiento relativo (Grand Solar Minimum). Dado que se atribuye al Hombre el calentamiento, la idea es reducir las emisiones de carbono. Ante todo, no está de más decir que quienes orientan esta gran preocupación por el cambio climático son grandes corporaciones y bancos. Mark Carney es consejero de la secretaría general de Naciones Unidas y enviado especial de este organismo para el Cambio Climático. Resulta que Carney es miembro del equipo directivo del Foro Económico Mundial. Hizo carrera en Goldman Sachs y fue gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra. La política medioambiental no está así en manos de ambientalistas, sino de la alta finanza. A ver: la idea, de apariencia muy simpática, es que se recompense las empresas "limpias y sustentables" y se castigue las "sucias", basadas en el carbón, el petróleo y el gas. Lo menos atractivo es que, como lo ha señalado en su sitio el analista William Engdahl, se está proponiendo de alguna manera hundir una de las bases de muchísimas economías, y desde la alta finanza. Se trata de una forma de redirigir el flujo de riqueza.

     Como parte del "Gran Reseteo" (Great Reset) propuesto en Davos, las grandes corporaciones y fondos de inversión gigantes como BlackRock estarían proponiendo recompensar las empresas ESG: Environment, Social Values and Governance (Medio ambiente, Valores Sociales y Gobernanza). Como en el cambio propuesto por Schwab del "capitalismo de accionistas" (shareholders) al "capitalismo de partes interesadas" (stakeholders), debería preocupar que se fusionen valores sociales y negocios.

     Pareciera que se busca reanimar un capitalismo en crisis desde antes de la epidemia, y que se intenta hacerlo desde un ánimo productivo, pero se trata en realidad del proyecto de la alta finanza para seguir extrayendo renta sin importar demasiado que se meta en problemas la producción existente. El presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, ya está en el negocio. Hay aquí desde intentos por recuperar la tasa de ganancia hasta otros por hipotecarla a la alta finanza, y tal vez ambas cosas no estén reñidas. No es seguro que funcione, como tampoco los planes de vacunar a todo el planeta. Pero los planes están dichos, son explícitos y no obedecen por lo demás a ninguna "conspiración", sino a las grandes corporaciones y grupos financieros que, se supone que como "todo el mundo", también tienen intereses. Lo grave empieza ahí donde gran parte de la Humanidad confunde sus propios y diversos intereses con los de unos cuantos negociantes que para lucrar ofrecen la salvación. Tal vez ésa sea para muchos la felicidad, o sea el mundo maravilloso (da click en el botón de reproducción).



martes, 23 de marzo de 2021

MEXICO: CREIBLE O VERDADERO

 Para redondear la explicación recientemente sugerida sobre el 1968 mexicano, cabe remitir al documental 1968: la conexión americana, que muestra a la perfección a quienes orquestaron la provocación contra el movimiento estudiantil, básicamente desde el Departamento del Distrito Federal (DDF), en ese entonces a cargo del general Alfonso Corona del Rosal. Otros documentos explican que el 2 de octubre en Tlatelolco pudieron haber estado presentes unos 300 francotiradores del "Equipo Zorro" del DDF, un grupo paramilitar. En la plaza de las Tres Culturas, ese día 2 de octubre, el lugar fue desalojado en poco más de un minuto, pero la balacera tupida se habría prolongado por 90 minutos, ya sin estudiantes ni nadie más, de tal modo que el ejército tuvo que ponerse a resguardo. Horas más tarde hubo otras balaceras intermitentes. Llama la atención que el general Marcelino García Barragán, según el titular de El Universal del 3 de octubre de 1968, se haya apresurado a declarar que no iba a instalarse el estado de sitio. Se sabe que el presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz sondeó a García Barragán sobre la posibilidad de suspender las garantías constitucionales.

      El tipo de provocación que tuvo lugar en Tlatelolco ya venía siendo ensayado desde antes. A finales de agosto del 68, luego de otra provocación por la cual en una manifestación estudiantil se había remplazado la bandera de México por una rojinegra en el Zócalo capitalino, el gobierno convocó a empleados públicos a este mismo lugar para un acto de "desagravio a la bandera". Se colaron estudiantes y al finalizar el mitin, tanquetas del ejército se lanzaron sobre los asistentes. Está documentado que aparecieron francotiradores en edificios cercanos al Zócalo, como en el de la Corte Suprema, algo que está filmado. Atención, los francotiradores disparaban a la vez contra la gente y contra las fuerzas del orden, exactamente como ocurrió en Tlatelolco. Los soldados respondían y había balas que rebotaban por ejemplo en el edificio del Hotel Majestic. Los soldados disparaban hacia la parte alta de los edificios. Dicho sea de paso: el día anterior, luego de que estudiantes volvieran a subir la bandera nacional, fueron provocadores del DDF quienes regresaron a colocar la bandera rojinegra.

     Lo que interesa es señalar cómo es un viejo modo de proceder de los estadounidenses, aunque lo ejecuten otros. En Kíev, la capital ucraniana, la plaza Maidán es también una ratonera. y a finales de febrero de 2014 se instalaron en partes altas de edificios circundantes (Conservatorio, Hotel Ucrania...) francotiradores que acabaron por disparar a la vez a las fuerzas del orden y a los manifestantes. Se sabe que los francotiradores eran entre otros georgianos contratados para el caso y que quien orquestó el asunto fue el siniestro Andriy Parubiy, neonazi ucraniano que consultaba qué hacer con la embajada estadounidense. Es exactamente el mismo guión que tuvo lugar en México décadas antes, salvo que en Ucrania los extremistas de derecha consiguieron la caída del gobierno prorruso de Viktor Yanukovich.

     Por el contexto, es posible pensar que en el 68 mexicano se buscó un golpe de Estado que se evitó con las justas, entre otras cosas gracias al tino del ejército y en particular de García Barragán, a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), aunque en la provocación estuvieran involucrados el general Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial (quien engañó a García Barragán) y el general Mario Ballesteros Prieto, jefe del Estado Mayor de la SEDENA. Cabe señalar que el coronel Manuel Díaz Escobar, el hombre que colocó a los francotiradores del DDF el 2 de octubre en Tlatelolco, ya había montado un escenario similar, también con francotiradores, en San Luis Potosí contra el navismo en 1961. 

      Mucho de lo que se dijo durante décadas sobre el 2 de octubre de 1968 fue erróneo, pero creíble y por lo demás rentable para muchos. Se logró que importara más la credibilidad que la verdad. Algo similar sucedió con el caso del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta en 1994: el investigador universitario Alejandro Tomasini Bassols logró demostrar en su momento ("Verdad y credibilidad: el caso Colosio", 30 de octubre de 2000) cómo  el último fiscal del caso, Luis Raúl González Pérez (al que luego secundaría a toda prisa Héctor Aguilar Camín), tuvo el suficiente ingenio para pervertir por completo una de las pistas a seguir-la que conducía a Jorge Antonio Sánchez Ortega, agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) - afirmando las cosas más absurdas, todo en medio de las contradicciones del implicado. Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad logró mostrar bastantes irregularidades más, pero la posible verdad es la solitaria cuando de lo que se trata no es de hacer saber, sino de hacer creer. Funciona. Así que ¿Luis Aburto Echeverría qué cosa? Llegó después de todo la felicidad (da click en el botón de reproducción).


 


    

domingo, 21 de marzo de 2021

FRANCIA SE HIZO VASALLA

 A diferencia del movimiento del 1968 mexicano, empujado desde el principio con múltiples provocaciones para dar un golpe de Estado proestadounidense, el mayo del 68 francés no tuvo injerencia de Estados Unidos, aunque los soviéticos hubieran llegado a pensar que sí, con tal de sacar de la presidencia de Francia al general Charles de Gaulle. Hay pruebas de que Estados Unidos tenía una vasta red de contactos en Francia -no ha sido revelada- y trató de acercarse a algunos líderes estudiantiles, sin mayor éxito. No se ha revelado todo lo existente en archivos antes del 20 de mayo de ese año. Lo que sí hubo en el 68 francés fue infiltración de antiguos miembros de la Organización del Ejército Secreto (OAS, por sus siglas en francés) para empujar al choque con las fuerzas del orden.

      Los reportes oficiales estadounidenses, incluyendo los del Departamento de Estado y de la Central de Inteligencia Americana (CIA), indican como sea que Estados Unidos veía con muy malos ojos a De Gaulle (a diferencia de los soviéticos), quien buscaba una política francesa con intereses propios y ajena a las presiones de la súperpotencia. Al mismo tiempo, Estados Unidos veía también con malos ojos la fuerza relativa del Partido Comunista Francés (PCF), aunque constataba que se había vuelto, según los servicios de inteligencia estadounidense, "más burgués y menos estalinista". En esas circunstancias, dado que las protestas estudiantiles iban a la vez contra De Gaulle y contra el PCF (si se quiere, a la vez contra el liberalismo original o republicanismo y contra el comunismo), los estadounidenses estuvieron dispuestos incluso a no ver una de las causas de las movilizaciones: los "comités Vietnam", favorables al país asiático en su lucha contra la ocupación de Estados Unidos. 

     Curiosamente, los servicios de inteligencia estadounidenses coinciden con los estudiantes: el malestar se debería en buena medida al "autoritarismo" de De Gaulle, quien es llamado por aquéllos "autócrata". Entretanto, dichos servicios mantienen contacto con el primer ministro Georges Pompidou, quien hace todo lo posible por calmar la situación. Estados Unidos apuesta también por la oposición socialista (socialdemócrata) frente a una situación considerada "explosiva": el 29 de mayo, el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson es informado de que  "una alternancia a la izquierda sería positiva en términos de política extranjera", y entre esas posibilidades está la del socialista Francois Mitterrand. Johnson es informado desde París, la capital francesa, por la embajada estadounidense que habla como si fuera la oposición. La CIA (por boca de Richard Helms, quien contribuyó con lo suyo al derrocamiento del gobierno chileno de Salvador Allende) critica "el desafío de De Gaulle a los obreros y los estudiantes"(!). Los mensajes afirman de que el general "ha retomado sus viejas costumbres de autócrata potente y carismático". La CIA se queja de que De Gaulle quiere mantener "la dominación de la derecha". Más abierta que la de Mitterrand es la carta del también socialista Pierre Mendés-France.

     Como en México, los estadounidenses saben que no hay ninguna injerencia extranjera en Francia y que el bloque soviético se mantiene discreto, con la diferencia de que en el mismo México lo que se desarrolla es una poderosa acción encubierta estadounidense. Cuando ha pasado el mayo de 68 francés, los estadounidenses se sienten aliviados: parece tocar a su fin la "excepción gaullista". La colaboración franco-estadounidense se irá restableciendo incluso antes de que De Gaulle se vaya y Richard Nixon llegue a la Casa Blanca.

      El primer ministro Pompidou había sido gerente general de la banca Rothschild. Encargado de suavizar las cosas durante mayo del 68, consideraba, según testimonios fidedignos, que los estudiantes que protestaban podían ser los tecnócratas encumbrados del futuro. El periodo de Pompidou como presidente (1969-1974) marcará el comienzo del laxismo, en particular con la "Nueva Sociedad" del primer ministro Jacques Chaban-Delmas, quien no hacía nada y tenía pavor de aparecer "a la derecha". Con Pompidou empiezan a colaborar también con el gobierno socialistas como Jacques Delors (por iniciativa de Chaban Delmas). Delors llegará más adelante a ser presidente de la Comisión Europea. Las cosas terminarán de "relajarse", desde luego, con la llegada de Mitterrand al gobierno en 1981, con una presidencia que durará lo suficiente (hasta 1995) para terminar de eliminar a los comunistas, permitirle la entrada en política a Jean-Marie Le Pen (Frente Nacional) y complicarle la vida a los restos del gaullismo (Jacques Chirac, quien había participado en los Acuerdos de Grenelle en 1968 entre patronato y sindicatos). Mitterrand viaja 6 veces a Estados Unidos, a los que guarda un gran agradecimiento: "les debemos lo que somos", llega a decir en 1984 en ocasión de una conmemoración del desembarco en Normandía el Día-D. Mitterrand será atlantista (partidario de una firme alianza con Estados Unidos dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte). Todo terminará finalmente con la actitud de "calma e interés" por la llegada de William Clinton a la Casa Blanca, luego de una buena amistad informal con George H.W. Bush.

     Salvo Jacques Sauvageot (quien a lo sumo hizo una actividad política discreta a favor de Delors) y Alain Krivine, los líderes del 68 francés siguieron dando de qué hablar. El anarquista franco-alemán Daniel Cohn-Bendit terminó de eurodiputado verde. Alain Geismar terminó de inspector general de la Educación General con el ministro socialista Lionel Jospin (en cuya campaña presidencial de 2002 participó), luego de haber pasado por el maoísmo con una organización ilegal, Izquierda Proletaria. Todo fue tan logrado que Geismar pudo decir alguna vez, a propósito del presidente centro-derechista francés Valéry Giscard d'Estaing, quien legalizó el aborto: "incluso un hombre de derechas como él compartía algunas de nuestras ideas". Cohn-Bendit y Geismar se volvieron afines al actual presidente Emmanuel Macron, otro de la casa Rothschild. Lo mejor es que esta "izquierda democrática" haya terminado convertida más o menos en una casta divina que acabó por confundir libertad con la total permisividad y la transgresión. Cohn-Bendit, apologeta de la pedofilia, escribió un libro (Pequeño diccionario del euro) con el politólogo y político socialista Olivier Duhamel, recientemente descubierto en un asunto también de pedofilia con un hijo de Bernard Kouchner, ministro de Salud y Acción Humanitaria de Mitterrand. La "izquierda democrática" y hasta "verde" llevó a descubrir, sin cambiar nada y en medio de la putrefacción social, que todo está permitido aunque nada sea posible, como decía el simpatizante comunista Michel Clouscard. El patronato debe estar feliz y Macron con él.

      En la foto, Cohn Bendit en 1968:



viernes, 19 de marzo de 2021

COVID 19: Y AHORA, AL PIQUETITO...

 ¿Piquetito? Pues el supuesto es que el piquetito es la salvación contra la epidemia de la Covid-19.

     Mucha gente vive en la ignorancia y otros no notan la suya porque el gran negocio se los impide. En rigor, se ha estado procediendo a vacunar aunque la aprobación de las vacunas (en particular las de Pfizer y AstraZeneca) no haya seguido los procedimientos estándar que tanto se pidieron a los tratamientos contra la Covid 19. Son "aprobaciones para uso de emergencia" sin que se conozcan bien los efectos o, más bien, a riesgo de que se vayan conociendo sobre la marcha: ya ocurrió con accidentes por trombosis con la vacuna de AstraZeneca, de tal modo que bastantes países europeos la suspendieron, temporalmente al menos. De inmediato llegó el típico discurso del gran negocio médico: "que se aguanten si los beneficios superan los costos", es decir, si salen más vivos que muertos, así que autoridades como las mexicanas se lanzaron a reivindicar la vacuna AstraZeneca que por lo demás Estados Unidos ofreció prácticamente regalarles. Falta nada más la clásica explicación: no fue la vacuna que falló, sino el paciente, por algo "idiopático" (de origen desconocido). Cabe señalar que en el caso de la medicina mexicana, para quien haya tenido el gusto de probarla desde que se volvió negocio, no parece acostumbrarse (lo que sí se hace en algunos otros países) la declaración de conflictos de interés por parte de los médicos. Un estudio hecho en Francia había dado a conocer que entre quienes se oponían al uso de la hidroxicloroquina, una mayoría de médicos tenía que ver con el laboratorio Gilead Sciences (californiano), fabricante del antiviral Remdesivir. En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) acaba de aprobar el Remdesivir para la Covid 19, ignorando distintas conclusiones científicas: el medicamento no es mayormente útil pero, además, podría encontrarse en el origen de mutaciones del virus. En suma, ahora que el gran negocio se confunde con La Ciencia, se puede hacer fraude con AstraZeneca o con el Remdesivir de Gilead sin considerar los dudosos antecedentes de estos fármacos. El asunto está en que algún gobierno los compre y el negocio ya está hecho: lo de la utilidad podría ser lo de menos y siempre se podrá hablar de "daños colaterales" (o su equivalencia médica, que consiste en que el médico le ruge a su víctima en caso de error).

     Israel, que había tenido una buena experiencia con la hidroxicloroquina, es de los países que se puso a vacunar en grande con la vacuna de Pfizer. Para principios de marzo, Israel había vacunado a la mitad de su población con esta "terapia génica" de ARNmensajero. Desde enero hubo dos mil 900 efectos adversos. En febrero,  un artículo científico pudo demostrar que se estaban provocando, atención, más muertes como resultado de la vacunación que por la Covid 19. Estas muertes incluyeron a personas jóvenes que no tenían por lo demás antecedentes de comorbilidades. Otro ejemplo: a principios de marzo, el gobierno británico informó oficialmente de 460 muertes y 243 mil 612 accidentes por la vacunación (también con Pfizer/BioNTech). Estas cifras también existen para Estados Unidos. Efectivamente, son "eventos normales": lo son por la simple y sencilla razón que lo que debió experimentarse en muestras suficientes antes de lanzar las vacunas al mercado se experimentó en realidad "sobre la marcha", justamente porque según la propia Agencia estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) se trata todavía de fármacos "experimentales". Lo que antes se hacía con ratones o con suficiente tiempo se hace ahora con la población en general, y a ciegas, por el "uso de emergencia" ya mencionado.

     Hay más. De acuerdo con investigaciones recientes del Instituto Hospital Universitario (IHU) de Marsella, Francia, entre los pacientes que se han estado recibiendo con la Covid 19, sintomáticos, un 6,4 % se había vacunado. ¿Entonces? Debe hacerse notar que no hay reportes de accidentes con las vacunas rusa y china, que no son experimentales y que además protegen contra variantes del virus, lo que no es tan seguro en otras (al menos contra las variantes sudafricana y brasileña). El asunto es viejísimo: los grandes negocios consiguen sus ganancias y socializan con cualquier labia las pérdidas. Para los gobiernos que compraron ciertas vacunas, no parece haber mucha conciencia de que el Estado no es visto más que como el encargado de subsidiar esos negocios, así se trate de estafas. No hay ninguna "nueva normalidad", sino una dinámica habitual llevada al extremo incluso por gobiernos que se dicen de izquierda. De manera llamativa, Google se ha puesto a monitorear país por país el número de vacunados, como lo hizo con los contagiados y las muertes sin considerar los recuperados. En más de un lugar, el pasaporte sanitario podría estar a la vuelta de la esquina como garantía no de que se parará la epidemia (de todos modos a la baja con o sin vacunación), sino de que el gran negocio se realice. La misma vaca, mu...(da click en el botón de reproducción).




martes, 16 de marzo de 2021

TODO VALE

 A un autor de la sección "Confabulario" del periódico mexicano El Universal se le debe una nueva andanada de anticomunismo disfrazado de "antitotalitarismo": hay que decirlo así porque los "antitotalitarios" en circulación prácticamente nunca se enredan con el nazi-fascismo, sino que se dedican reiteradamente a mostrarles a los presentes que cualquier intento por cambiar el estado de cosas existente acarrea el peligro de caer en manos de gandules que en nuestro propio nombre nos metan al Gulag, nos fusilen o nos hagan pasar toda suerte de privaciones, hambrunas incluidas. Así que ahora resulta que "el totalitarismo comenzó en Kronstadt" en 1921. 

     Dejemos de lado aquí el trabajo que hiciera alguna vez el autor italiano Domenico Losurdo para demostrar quién inventó la palabreja "totalitarismo" y cómo no sirve para mayor cosa desde el punto de vista científico, aunque sea muy útil para la propaganda (pues sí: fueron propagandistas del fascismo italiano y el nazismo alemán los primeros en usar la palabra "totalitario"). Si alguien quiere hacerse pasar por culto utilizando el lenguaje de Benito Mussolini, no se puede impedir, al menos no en democracia. Es parte de "los derechos y las libertades" ("yo digo lo que se me pegue la gana").

      Para "demostrarlo" (lo de los gandules), uno puede citar el muy difundido texto El libro negro del comunismo (1997), coordinado por el historiador francés Stéphane Courtois (un "anarco-maoísta" arrepentido), omitiendo lo siguiente. A poco de publicado este texto, en cuya gloriosa introducción Courtois le atribuye al comunismo unos 100 millones de muertos, varios de los coautores prefirieron desligarse del asunto porque el cálculo, por decirlo de algún modo, estaba demasiado "grueso" y sumaba cualquier cosa. Courtois ha llegado más lejos recientemente: hizo una biografía del líder ruso Vladimir I. Lenin (Lenin. El inventor del totalitarismo) que lo convierte, atención, en el precursor de todos los "totalitarismos", incluyendo el nazismo y el fascismo. La verdad sea dicha, no falta gente con razones objetivas para creer que un cuadrado es un círculo si se lo dictan sus intereses

     Seguramente importen poco las investigaciones de archivo serias que ya demostraron que el número de muertos en la Unión Soviética en el periodo bolchevique-socialista (porque nunca hubo comunismo) no llega ni al millón (no nos faltan 43, sino que nos sobran 99), junto a los trabajos del estadounidense Grover Furr (también de archivo) que muestran por lo demás cómo las víctimas se concentran en los años 1937-1938 en una provocación de Nikolai Ezhov al poder soviético, que se encargó de pararlo y ejecutarlo. Pero hoy estamos de buenas, así que, como el señor Courtois o como el difunto disidente ruso Alexander Solzhenitsin, vamos a sumar 99 millones 200 mil muertos para felicidad de quienes conocen sus intereses. Pues bien, de acuerdo con El libro negro del capitalismo (1998), coordinado por Gilles Perrault, entre 1900 y 1997 el capitalismo mató justamente a unos 100 millones de seres humanos. Nos podemos ir a michis, porque de otra manera habría que rehacer cálculos y concluir que el capitalismo mató a cerca de 99 millones 200 mil seres más que el "experimento comunista". Ni que fuera tan difícil: tan sólo en la primera Guerra Mundial, que comenzó en 1914 y es previa a la Revolución rusa de Octubre (1917), el capitalismo se escabechó a 18 millones de personas. Por seguir "sus intereses", por cierto. Sin hablar del siglo XIX, las aventuras coloniales, la trata de esclavos, etcétera...Desde el punto de vista de quienes sabemos que lo más realista es seguir nuestros intereses, se concluye que cualquier alternativa al capitalismo es genocida... Desde luego, en el capitalismo se supone que podemos seguir  nuestros intereses con la entera libertad de no morirnos de hambre o fusilados.

      El asunto, como se ve a juzgar por la primera Guerra Mundial, iba fuerte antes de Kronstadt, donde, supuestamente, los "representantes del proletariado" se habrían puesto a matar maquinalmente proletarios, sin que quede claro tampoco por qué se consideraría "proletarios" a marinos, que es lo que había en esa localidad. Uno puede desechar lo que se dijo oficialmente sobre el asunto, pero no los hechos: ¿por qué se supo en la prensa internacional del motín de marinos dos semanas antes de que ocurriera?¿Los marinos de Kronstadt eran de origen obrero o campesino de zonas reaccionarias de Ucrania que no tenían nada que ver con proletarios?¿El motín fue "espontáneo" o "patrocinado" gentilmente por emigrados blancos, que desde Francia hasta Finlandia se la pasaron adulando a los amotinados y haciéndoles llegar ayuda?¿Qué hacían en el asunto bancos franceses y rusos, compañías de aseguradoras, la Cruz Roja, etcétera? El problema es que la fuente no es en realidad el sovietismo oficial y ni siquiera Trotski, sino el mismo historiador anarquista estadounidense citado por el autor en "Confabulario", Paul Avrich, quien habla incluso de un Memorándum Secreto para ayudar militarmente a los amotinados. Es más, el caso está peor, porque el Avrich citado, simpatizante del amotinamiento de los marinos, afirmó que "Kronstadt presenta una situación en la cual el historiador puede simpatizar con los rebeldes, y conceder, no obstante, que los bolcheviques estuvieron justificados al someterlos. Al reconocer este hecho se capta en verdad toda la tragedia de Kronstadt". ¿Cuándo citamos a un autor y cuándo no?¿Le hacemos "cirugía" a lo que afirmó?¿Usamos además otra fuente desacreditada por los mismos que tomaron parte en su elaboración (el libro coordinado e introducido a la mala por Courtois)?¿O nos apoyamos en el escritor -novelista- británico Martin Amis que también inventa cifras y ha sido severamente criticado por otros especialistas británicos, como Orlando Figues, por equiparar a la ligera comunismo y nazismo, por falta de humildad, porque "no escribimos historia para llamar la atención sobre nosotros mismos", porque no se hace charlatanería con trabajos de otros, porque se escriben pasajes "repugnantes y faltos de decoro" y porque en el texto sobre el muy temible Koba hay errores básicos en casi todas las páginas? El auténtico protagonista del libro de Amis (al decir de El País), Koba el terrible: las risas y los 20 millones de muertos... no es Stalin, sino Martin Amis. Finalmente, citar a Trotski, el artífice de la represión en Kronstadt, tampoco es de lo mejor: Grover Furr acaba de publicar un texto con documentación de archivo en el cual se prueba la colaboración del mismo Trotski con el nazismo, el fascismo y el nacionalismo ucraniano (2020: New Evidence of  Trotsky's Conspiracy).

     Después de los trabajos historiográficos recientes, basados en un uso serio de archivos, un comunista no tiene por qué tener "un pozo siniestro en la conciencia", ni acostumbraría prestarle a Lenin falsedades como la siguiente frase: "ríndanse o serán ametrallados como conejos". El hecho es que hoy en día se puede decir lo que se quiera y adornarse con lo que sea: nuestros intereses nos permiten creerlo y sobre todo desacreditar cualquier palabra dicha desde una ética confundida con "la moral" como "coartada" de la "dizque gente de bien". La coartada es otra: corrómpete porque así es la naturaleza humana, la misma que nos dicta cómo seguir nuestros intereses y obtener desde ventajas hasta ganancias, y no intentes siquiera sugerir que hay alternativa porque no conduce más que a la muerte y la escasez. Está muy bien, salvo que lo que se coarte sea en realidad la posibilidad de cualquiera de tener acceso a información fidedigna y no a interminables montajes. La Carta Mundial de Etica para los Periodistas (Carta de Munich) sugiere "respetar la verdad, cualesquiera sean las consecuencias, en razón del derecho del público a estar informado". En principio, entonces, el público debiera estar primero, es decir, antes que nuestros intereses, que la prestación de servicios a nuestros amigos para quedar bien y en posición de recibir favores, y que la manita de puerco ideológica a las historias en nombre exclusivo de "la libertad": no se la tiene de servirle al lector cualquier cosa, incluso adulterada, y de engañarlo utilizando la coerción apenas velada ("o el actual estado de cosas o el terror", etcétera). Hacer todo lo descrito sin tener "un pozo en la conciencia" supone no tenerla y haberla remplazado por el peor sentido común de la época. Todo vale.

     Por cierto, ¿por qué el señor Courtois (foto) causa repulsa?



domingo, 14 de marzo de 2021

MEIN FUHRER: HASTA CON TIA CUQUIS...

 ¿Y si abrimos el clóset?

Claro, nos encontramos con más, y más, y más amigas de Mein Fuhrer.

     Durante los años treinta, el sionismo tuvo una relación bastante estrecha con el nazismo. Es más, así suene a escándalo, el nazismo no dejó de ser un soporte financiero para la creación del Estado de Israel, con tal de deshacerse de los judíos. Isaac Shamir, quien llegara a ser primer ministro de Israel (1983-1984 y 1982-1996), nacido en Bielorrusia,  se unió al sionismo en 1929. Su pequeña facción juvenil era admiradora del fascismo italiano de Benito Mussolini y ni más ni menos que del nazismo y Hitler. Entre 1940 y 1941, el grupo de Shamir hizo reiterados intentos para contactar a ambos líderes, para buscar una alianza contra los británicos. Estos sionistas enviaban cartas a los líderes nazi-fascistas denunciando los "decadentes" sistemas políticos británico y francés, y tratando de garantizar que estos no tendrían ningún papel en un futuro Estado judío que se estableciera en Palestina. Cabe recordar que en su momento lo que habría de ser el Estado de Israel era el Mandato Británico de Palestina (incluía el territorio de los actuales Israel, Palestina y Jordania), que duró de 1922 a 1948. Dado el carácter pequeño de la facción sionista de Shamir, ni Mussolini ni Hitler le prestaron demasiada atención. El asunto lo revelaría tiempo después la prensa estadounidense.

     En 1983, Lenni Brenner publicó un libro intitulado 51 documentos: la colaboración sionista con los nazis. A partir de aquí puede deducirse que el régimen de Mussolini veía con agrado la extrema derecha sionista de Menájem Beguin, a la postre sexto primer ministro de Israel (1977-1983) y Premio Nobel de la Paz. Nacido también en la actual Bielorrusia (Brest), Beguin se enroló a temprana edad, siendo adolescente, en el movimiento sionista Beitar, de Zeev Jabotinsky. Después de todo un periplo, Beguin llegó en plena segunda Guerra Mundial a Palestina a combatir contra los británicos. Pero quienes tuvieron la mejor "sociedad" entre sionistas y nazis fueron los del movimiento (sionista) de David Ben-Gurión y Chaim Weizmann (primer presidente del Estado de Israel y hombre de origen bielorruso también). En una Convención Sionista de 1933, se buscó un "Acuerdo de Transferencia" -pese a que desagradó a más de un judío- con los hitlerianos que asegurara el viaje de judíos alemanes a Palestina (habrían llegado hasta 60 mil) a cambio de que el sionismo le ayudara a una Alemania que buscaba volver a arrancar económicamente con la exportación de bienes manufacturados a la misma Palestina. Por este camino, resulta que entre 1933 y 1939 más del 60 % de las inversiones en la Palestina judía se originaron en la Alemania nazi. Los hitlerianos respaldaron así las colonias judías en Palestina, que pudieron sortear un periodo difícil. El acuerdo citado arriba no es ningún secreto: se conoce como Acuerdo Haavara y fue firmado por la Federación Sionista de Alemania, el Banco Leumi (dependiente de la Agencia Judía para Israel) y la Alemania nazi. Los judíos alemanes que llegaban a Palestina lo hacían en barcos nazis que ondeaban la bandera con la esvástica.

      Ya se ha dicho que el futuro territorio israelí estaba bajo mandato británico. El libro de Hitler, Mi lucha (Mein Kampf) no es nada comparado con los lances del primer ministro británico Winston Churchill contra el "judeo-bolchevismo" y a favor del sionismo ("Zionism vs Bolshevism. A Struggle for the Soul of the Jewish People").

     Cuando Htiler comenzó a proscribir toda oposición en la Alemania nazi, dejando únicamente un partido, no persiguió empero al Partido Sionista local, que obtuvo un estatus legal. Con Hitler estaban permitidas desde las marchas sionistas hasta las publicaciones sionistas, y altos dignatarios nazis fueron invitados a conocer la Palestina judía durante seis meses en 1934. Joseph Goebbels, el propagandista nazi, le dió toda la difusión al asunto. Si dejamos de hacernos de la vista gorda, resulta que Churchill y los nazis tenían la misma visión favorable del sionismo contra el bolchevismo. Por cierto, el primero en decir que había demasiados judíos en Alemania no fue Hitler, sino el ya mencionado Weizmann, quien afirmaba que "ningún país puede sorportar demasiados judíos". Hay algo más curioso todavía: el artífice de la alianza con el sionismo fue Adolf Eichmann (al grado de ponerse a aprender hebreo), artífice también de campos de concentración y sentenciado a muerte en Israel en la posguerra después de haberse refugiado en Argentina. Por lo demás, para más señas, el Acuerdo de Haavara está descrito al detalle en un libro de Edwin Black, The Transfer Agreement. En 2002 fue publicado el libro de Bryan Mark Rigg, Hitler Jewish's Soldiers (Los soldados judíos de Hitler). Unas 150 mil personas con orígenes judíos pelearon en las fuerzas hitlerianas cuando fue necesario para enfrentarse al "bolchevismo".

     Hay ciertos asuntos que no pierden actualidad. A la sombra de los Demócratas estadounidenses, en la Ucrania posterior al Euromaidán de 2014 resurgieron grupos armados fascistas, como el Batallón Azov....financiados por magnates judíos, en particular por Igor Kholomoiski, de Dniepropetrovsk. Es lo que ocurre cuando se abren clósets: se encuentra uno recuerdos del Coque, perdón, de tía Cuquis de los amigos y las amigas de Fito, como los siguientes, qué días aquéllos...




jueves, 11 de marzo de 2021

MÉXICO, SIEMPRE LIBERTARIO

 El asunto de manosear un poco por doquier la Historia no es nuevo. Por lo pronto, el gobierno de la Ciudad de México-in-Berkeley tomó la decisión de cambiarle el nombre al famoso Arbol de la Noche Triste (donde lloró el Conquistador Hernán Cortés por una derrota transitoria) para optar por "calzada de La Noche Victoriosa" (albures aparte, es de suponer), con lo cual la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, parece haber decidido tomar partido por los aztecas contra los tlaxcaltecas, totonacas, huejotzingas, texcocanos y otros, aliados de los españoles, que pueden irse, como dice la canción, a chillar a otra parte. Sheinbaum pretende que los mexicanos "recuerden su origen" y "no olviden" lo que nunca les sucedió, puesto que no existían al momento de la Conquista, salvo en la cabeza de José Alfredo Jiménez, quien alguna vez se autoproclamó "descendiente de Cuauhtémoc" en "El hijo del pueblo". Asimismo, ya no existirá la avenida Puente de Alvarado, que le debe su nombre a Pedro de Alvarado, un Conquistador ciertamente poco amable que desató la masacre del Templo Mayor. La avenida se llamará México-Tenochtitlan, porque "cómo es posible que el perpetrador de la matanza del Templo Mayor tenga el nombre de una avenida". En fin, digamos que es pasable mientras no se le ponga "boulevard Martí Batres Guadarrama", por aquello de que la actual jefa de gobierno de la capital mexicana no tiene el mejor sentido de las proporciones.

      Desde el pasado ya se había cometido la torpeza de embestir por ejemplo contra el presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928) en nombre del "antiautoritarismo". Sitios oficiales del actual gobierno de México siguen con la cantinela a la que muy curiosamente se fueron a sumar analistas políticos extranjeros. A decir verdad, fue una ocurrencia periodística llamar a Calles "Jefe Máximo de la Revolución", porque en cualquier proceso no faltan los aduladores. Ahora bien, o el asunto del "Maximato" es una pura convención o Calles no sabía para nada lo que hacía, puesto que luego de asesinado Alvaro Obregón optó por no seguir al frente del gobierno y por dar el famoso discurso en el cual propuso pasar de ser "el país de un hombre a una nación de instituciones y leyes". No dejaría de ser gracioso que Calles fuera el primero en pisotear su propia sugerencia: no la hizo embriagado, ni de poder, puesto que lo soltó y le dió el paso al presidente provisional Emilio Portes Gil, obregonista, cuyas Memorias son muy contrastadas sobre el mismo Calles, al que en muchos aspectos no obedeció. Portes Gil sugiere que el problema estaba en parte en la corte de aduladores que buscaba por arribismo rodear a Calles.

     Sigue el asunto del "nopalito" (por baboso) Pascual Ortiz Rubio, presidente de México de 1930 a 1932. Primero, el actual gobierno de México sostiene que Calles impuso a Portes Gil ("según te portes, gil") para debilitar la facción obregonista. Es un sinsentido. Al ser asesinado Obregón, las sospechas de un pueblo acostumbrado a la maledicencia recayeron sobre Calles, quien en vez de imponer cedió el lugar justamente a obregonistas como Portes Gil. Si la iniciativa de acabar con Obregón fue de la Confederación Regional Obrera Mexicana, lo que es hipotético, Portes Gil la hizo a un lado. Volvamos al "nopalito": Pedro Salmerón Sanginés, historiador afín al lópezobradorismo, escribió alguna vez, basándose en una importante labor de documentación, que el tal Ortiz Rubio no fue el candidato de Calles, ya que era Aarón Sáenz. Lo que escriben los portales del gobierno de México sobre el tema son falsedades, y Ortiz Rubio fue otra vez producto de la corte de los adulones que estaba dispuesta incluso a pasar por encima de las preferencias manifiestas de Calles. Está documentado que Ortiz Rubio no seguía en todo a Calles.

     Ortiz Rubio renunció en 1932 y, contra lo que afirma Wikipedia, Calles no se había "autoproclamado Jefe Máximo de la Revolución", al menos que no estuviera en sus cabales, puesto que deseaba un país de instituciones y leyes y no de "un solo hombre", salvo que fuera un mentiroso consumado. Al asumir Abelardo L. Rodríguez como presidente interino en 1932, dejó en claro mediante circular oficial que se le obedeciera a él y que se dejara de consultar a Calles. Fernando Benítez llegó a escribir que "el poder de Calles ya desde los tiempos de Abelardo Rodríguez era más aparente que real". En todo caso, los portales del gobierno de México debieran hacerle caso por ejemplo a sus propios historiadores, como Salmerón Sanginés. Resulta por lo demás extraña la moda, no tan nueva, de entusiasmarse con Obregón, el "vital", para desmerecer a Calles, "el mental", en una veta que exploró mal Enrique Krauze (Calles. Reformar desde el origen), alguien que parece creer que los hijos naturales están destinados a provocar conflictos religiosos antes de ir a dar en el espiritismo que nadie le ha reprochado a Francisco I. Madero. Lo que desde Ignacio Solares hasta Carmen Aristegui se estuvo haciendo al vapor con la figura de Calles en sexenios pasados fue inaudito, al grado de que en El Jefe Máximo el primero se atrevió a inventarse entrevistas con familiares del presidente que nunca tuvieron lugar y fueron oficialmente desmentidas, pero tapadas por la universidad pública, entonces a cargo de alguien de reconocida filiación priísta. El remate llegó en parte del pequeño documental El general, de Natalia Almada, bisnieta de Calles que no entendió nada. Las grabaciones de Alicia Calles, hija del supuesto Jefe Máximo, no dejan lugar a dudas: se veía envuelto y sufría por la corte de adulones que lo rodeaban, esperando algún favor, al grado de ser llamados por Calles "políticos del pilar" por su costumbre de recargarse en el ídem a la espera de una entrevista con el líder.

     El analista político de fuera de México que llegó a señalar que después de un Calles "autoritario" llegó el gobierno más benigno de Lázaro Cárdenas no parece estar al tanto de quién consolidó la figura del personalísimo Ejecutivo en México, cooptando de paso alrededor del mismo a las masas. Como sea, lo que no deja de ser bochornoso, en la parte que le toca a Krauze, es la falta de entendimiento de lo que deja una buena educación, desde el hecho de recibirla de un padrastro hasta el de convertirse en maestro de escuela (fue el caso de Calles). Francisco J. Múgica, maestro también e hijo de maestros, finalmente hecho a un lado por Cárdenas, buscaba que la política mexicana toda dejara de orientarse por asuntos personales y cesara de ser "éso´que se hace entre políticos" para ser "éso' que se hace entre el político y el pueblo". Para más señas, se ha llegado a decir que Múgica es de las personalidades preferidas del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (Múgica fue un importantísimo constituyente en 1917). El lópezobradorismo es, como todo lo descrito previamente, un fenómeno humano: no lo encabeza un maestro, sino un activista, no está exento para nada de arribistas, tiene que vérselas con una pésima oposición y no le falta una buena dosis de ignorancia e ineptitud, aunque no sean generalizables. Estamos, para variar, no en honor a la verdad sino a las ocurrencias y a la mitomanía que puede hacer de una noche triste una noche victoriosa, de ronda o de lo que sea con tal de ser de Berkeley. En fin, fuera Pedro de Alvarado, para que "los mexicanos no olviden" que, entre Chimalpopoca y los campi estadounidenses, no transcurrió nada, salvo alguna que otra pulsión "autoritaria", etcétera, etcétera... Aquí abajo, la doctora, de cerca...(ya autorizó el uso de faldas por los varoncitos en las escuelas y la no persecusión de los actos de vandalismo cada Día Internacional de la Mujer, así se trate literalmente de quemar mujeres policías, lo que según la propia jefa pues es...violencia de género).



miércoles, 10 de marzo de 2021

MÉXICO: SIN TANTITA PENA

 Por algún motivo, el actual presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se puso a llorar hace tiempo en un mitin en la plaza capitalina de las Tres Culturas en Tlatelolco, durante una conmemoración de la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968. Y es que, por otros motivos, el asunto terminó efectivamente en algo para llorar.

     Una parte de los líderes estudiantiles de 1968, encabezada por Raúl Alvarez Garín, a la larga homenajeado en la universidad pública por un rector de clarísima filiación priísta (del Partido Revolucionario Institucional, PRI), se dedicó por décadas a perseguir al presidente Luis Echeverría Alvarez (1970-1976), pese a que no fuera ni de lejos el principal culpable por lo ocurrido ese día en Tlatelolco. Muy pocos quisieron esclarecerlo y un caso más bien positivo fue el de Luis González de Alba, ya fallecido como Alvarez Garín. González de Alba rozó el problema presente de la provocación en el movimiento mexicano de 1968, al grado de que en los cubos de basura en las calles "alguien" dejaba piedras durante las manifestaciones para que fueran lanzadas contra las fuerzas del orden. No fue más que un detalle, como muchos de los "extraños" hechos retomados por González de Alba en el texto Tlatelolco. Aquella tarde.

     Mucho indica que, desde el principio, el movimiento fue empujado por provocaciones, y no nada más por las de gente como el líder Sócrates Campos Lemus, luego funcionario de Echeverría. Como lo ha demostrado Angeles Magdaleno Cárdenas, el asunto venía de lejos: de la formación, a principios de los años '60, de un cuerpo paramilitar dentro del PRI, De la Lux, que encontró el modo de atrincherarse con Alfonso Corona del Rosal en el Departamento del Distrito Federal (DDF, que dirigió el mismo militar y funcionario entre 1966 y 1970). De la Lux fue creado entre Corona del Rosal, a la sombra de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) del PRI y Alfonso Martínez Domínguez, regente del DF entre 1970 y 1971, año cuando ocurrió el "halconazo" del 10 de junio. Hay indicios de provocaciones desde el DDF, a través del servicio de Limpia, que habrían llegado a cobrar más fuerza en 1968 durante las tomas del Zócalo a finales de agosto y luego del Instituto Politécnico Nacional y la Vocacional 7. Se trataba de llevar al movimiento estudiantil a un enfrentamiento más frontal para utilizarlo como "masa de maniobra" en recambios en el poder priísta que favorecieran a Estados Unidos. El hecho es que fueron francotiradores de Corona del Rosal, no pocos (a diferencia de los del Estado Mayor Presidencial de Luis Gutiérrez Oropeza), los que provocaron la tragedia del 2 de octubre, lo que se puede reconstituir con varias pruebas: desde testimonios de periodistas de El Universal a quienes la tarde del 2 de octubre se les dijo que "ahora sí cae Díaz Ordaz", por boca de los francotiradores en cuestión, hasta testimonios apenas escondidos de la salida de aquellos en masa de Tlatelolco en la madrugada del 3 de octubre, sin ser molestados. El papel del ejército (contra el que iban dirigidas algunas acciones de los francotiradores) y del Batallón Olimpia (destinado a capturar a los líderes del movimiento estudiantil) no es clave en el desencadenamiento de la matanza, según lo sugiere por lo demás no sin desazón Tlatelolco. Aquella tarde.

     Ni el movimiento estudiantil fue "estudiantil-popular" , ni Luis Echeverría, secretario de Gobernación en 1968, estaba al servicio de la Central de Inteligencia Americana (CIA, como lo demostró el ex agente de ésta, Philip Agee), pese a los contactos establecidos bajo el código LITEMPO. Echeverría, ya siendo presidente, destituyó a Martínez Domínguez después del "halconazo" del 10 de junio. Es muy poco probable que Fernando Gutiérrez Barrios, titular de los servicios de inteligencia en 1968, haya sido lo que retrata la serie "Un extraño enemigo" (de 2018, Televisa/Amazon Prime Video). Llama en cambio la atención que se haya silenciado por completo la enorme culpabilidad de Corona del Rosal, en particular, para privilegiar la coincidencia política entre la derecha empresarial y el izquierdismo infantil "libertario" en el ánimo de linchar a Echeverría. A éste, en efecto, el Comité 68 y gente como Alvarez Garín, gran amigo de Elena Poniatowska, buscaron incluso inculparlo de un inexistente genocidio. El genocidio es "la aniquilación o el exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos y religiosos". La balacera bruta del 2 de octubre de 1968 fue deliberada, pero no para aniquilar o exterminar a los estudiantes como "grupo social" (???), siendo que había por lo demás en la plaza desde vecinos del lugar hasta curiosos y gente de paso. La plaza quedó despejada en poquísimos minutos, pero la balacera siguió y se repitió luego en altas horas de la noche, con un objetivo de provocación al ejército y no de aniquilación o exterminio de gente que simplemente no estaba en el lugar. Se puede agregar que en tiempos de Echeverría no faltaron las quejas de la derecha empresarial, al grado de atribuirle al mandatario la muerte del empresario Eugenio Garza Sada, a reserva de que la Dirección Federal de Seguridad haya cometido errores. No fue un crimen de Estado, sobre todo que no fue gente del gobierno la que ejecutó al hombre de negocios.

     ¿Por qué la izquierda mexicana no difundió los hallazgos sobre el 2 de octubre de 1968? Tal vez porque se acababa la renta política. Como sea, quedó impedido así un análisis de las contradicciones del régimen priísta, que distó mucho de ser un "monolito autoritario". Lo que hacen los medios de comunicación masiva son cada vez más caricaturas, que vuelven a la gente incapaz de reconstituir cualquier complejidad y de conceptualizar las cosas. Se puede agregar que el manejo sobre el caso Colosio, que la actual secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dió por cerrado, es igualmente incapaz -también gracias a gente de los medios de comunicación masiva- de dar con algún atisbo de verdad, como si no debiera caerse en ésta más que por error. Con la venia de Héctor Aguilar Camín, el último fiscal del caso, Luis Raúl González Pérez, se las ingenió para no ver ciertas evidencias pese a haber abierto más de una veintena de líneas de investigación. Hay evidencias que fueron dejadas libres, así, sin tantita pena, como Alfonso Corona del Rosal por los grandes adalides de las Comisiones de la Verdad. Música, maestro (da click en el botón de reproducción).


 









lunes, 8 de marzo de 2021

EL SALVADOR: AHORA, POR MÁS RESULTADOS

 Otra vez las coincidencias: los autodenominados "demócratas liberales" y el progretariado han coincidido en sospechar del presidente salvadoreño Nayib Bukele, llamado ya "autoritario" por una que otra extravagancia, pero cuyo partido, Nuevas Ideas, acaba de arrasar en las elecciones municipales y legislativas de El Salvador, aún con un alto porcentaje de abstención, cercano al 50 %. Con el control legislativo, Bukele podrá ahora llevar adelante medidas que de otro modo le eran sistemáticamente bloqueadas.

     La derrota del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) fue estrepitosa, sin que por ello esta organización se decida al análisis y la autocrítica. Se prefiere el silencio, pero puede decirse que desde antes de que terminara la guerra, en 1992, los cuadros dirigentes de la agrupación estaban perdiendo su origen popular para ser remplazados por gente de clase media que en la paz encontró sobre todo el modo de ver por sí misma y acomodarse, sin renunciar al clientelismo. Es lo mismo que ha practicado la extrema derecha de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), todo sin cambiar las condiciones de vida de la gente en un país que la guerra interna cambió económicamente: dirigente del FMLN preocupado por hacer análisis, el hoy extinto comunista Jorge Shafik Handal constataba que a raíz de la guerra El Salvador había cambiado de fisionomía socioeconómica y se había vuelto, entre otras cosas, un país de servicios, ya más allá del tradicional exportador y productor de café y algodón. Entre otras cosas mediante las remesas, El Salvador se volvió en extremo dependiente de Estados Unidos, además de hacerse un país más urbanizado y al mismo tiempo muy gravemente azotado por la violencia de miles de pandilleros.

     No deja de ser algo disgustante que Bukele se vuelva sospechoso de "neoliberalismo" o "promperialismo" y que en la cadena oficial rusa Russia Today, por ejemplo, se diga del mandatario que es algo así como un "producto a la venta" que la gente compra sin saber siquiera qué contiene, como lo sugirió Inna Afinogenova. Bukele ha obtenido hasta ahora buenos resultados en su gestión (en particular en materia de reducción de la violencia y de creación de infraestructuras) y sin duda podrá hacer más sin politiqueros bloqueando por bloquear las necesidades presupuestales. Tampoco es seguro que no haya programa: se trata de modernizar El Salvador buscando al mismo tiempo no superar todos los problemas sociales, algo imposible, pero sí buscando que los sectores más vulnerables jueguen en condiciones de mayor igualdad de oportunidades y no con la eterna cancha inclinada. De poco sirve ser insidioso y dar a entender, como lo hace por ejemplo El Faro a través de Carlos Dada, que después de todo Bukele no es más que un "ser caído" como todos, pero además un "narcisista antidemocrático". La democracia no trata de que "quepan todos por igual", el honrado y el corrupto, sino de que haya igualdad de oportunidades para una verdadera meritocracia y no para que se eternicen en el gobierno los más maliciosos, mañosos y ladrones porque "se les ha hecho justicia". Puede que el equipo de Nuevas Ideas/Gana de Bukele no sea el mejor, pero la gente se puede ir formando en el ánimo de servir y no de servirse. Hay gente para decir que en el equipo de Bukele se coló una que otra persona de la ARENA, pero no para señalar que hay ministros provenientes del FMLN (como María Ofelia Navarrete, María Chichilco) y efemelenistas con buenas expectativas, como Dagoberto Gutiérrez, con el muy buen tino de distinguir entre oligarquía y burguesía. Para Gutiérrez, quien se toma el trabajo de hacer análisis en vez de despachar calificativos a diestra y siniestra como El Faro, ocurrió con los Acuerdos de Paz que a la oligarquía se sumó una clase política dedicada a pelearse el presupuesto estatal y los puestos gubernamentales, además de los negocios empresariales ligados con la gestión pública. Los partidos se olvidaron de hacer política y se volvieron empresas, según Gutiérrez, lo que contribuyó a la despolitización de la gente. Tal vez sea la hora en El Salvador de lo que Gutiérrez llama "un capitalismo medianamente desarrollado" que nunca ha existido, pero que es preferible a la alternancia entre oligarquía y cleptocracia. No hay mayor lugar para esconderse: el FMLN no perdió ciertas concepciones oligárquicas del mundo, aunque quisiera entronizarlas a través de un Estado que ni siquiera supo gobernar.

     La actual democracia salvadoreña es un triunfo del antiguo FMLN. Pero la gente no luchó por algún tipo de cleptocracia o de clientelismo, y es legítimo entender que prefiera al menos un desarrollo "medianamente decente". El progretariado se puede quedar, como El Faro, en la colección de epítetos frente a una propuesta de cambio que acaba de ganar más del 70 % de los votos. El siguiente discurso (click en el botón de reproducción, para los hispanohablantes) muestra que, en todo caso, Bukele no es ningún tonto, y que es dable esperar resultados en vez de palabras (o ronquidos, en el caso del anterior presidente efemelenista Salvador Sánchez Cerén).


 


viernes, 5 de marzo de 2021

LOS ALIADOS VAN DE COMPRAS

 Más se acerca uno a la cronología de la segunda Guerra Mundial sin montajes y mayor claridad se puede tener sobre lo siguiente: no existieron "dos totalitarismos" (el nazi y el soviético) que provocaron el conflicto y "democracias liberales" que tuvieron que entrar al rescate. El gran capital de dichas democracias respaldó prácticamente en todo momento el nazismo y el fascismo, aunque tampoco puede decirse de éstos que hayan sido la "culminación" de dichas democracias, o de la Ilustración, etcétera.

      Para el 2 de febrero de 1943 ya estaba decidida la suerte de la guerra cuando el Ejército Rojo soviético derrotó al ejército alemán en Stalingrado. Los demás "aliados", en particular los anglosajones, se apersonaron en Europa meses después, hasta julio de ese año, y el primer ministro británico, el completamente cínico Winston Churchill, tuvo la gentileza de decir a qué llegaron. El 31 de julio de 1943, en efecto, Churchill le escribió al presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt que la intervención en Italia debía dirigirse....pues no, no a parar el fascismo, sino a evitar "el caos, la bolchevización y una eventual guerra civil" en ese país. A lo que más decía temerle Churchill era al "rampante bolchevismo", por lo que los anglosajones trataron de pactar con el rey, Victor Manuel III, que había colaborado estrechamente...con el líder fascista Benito Mussolini y con el militar de extrema derecha Pietro Badoglio, héroe de guerra fascista que al mismo tiempo se encargó de darle un golpe al mismo Mussolini. Durante su avance por la península italiana, los "aliados" se encargaron de ir dispersando la resistencia antifascista y comunista. El departamento estadounidense de Estado y el secretario estadounidense de Guerra, Henry Stimson, buscaron poner en el gobierno italiano a Dino Grandi, un alto oficial de Mussolini al que consideraban "llevado al fascismo por los excesos del comunismo" (?). De hecho, el romance estadounidense con Mussolini terminó apenas en 1940, después de comenzada la segunda Guerra Mundial, y luego de haber durado por cerca de dos décadas, en los '20s y los 30, al igual que las simpatías de Churchill hacia el Duce. Badoglio había sido bajo el fascismo un colonialista consumado en Etiopía, donde se hizo nombrar virrey, y en Tripolitania (Libia occidental ). Dino Grandi, furibundo anticomunista, había conseguido que las potencias occidentales se llevaran bien con la Italia fascista, de la cual fue embajador ni más ni menos que en Gran Bretaña en los años '30. Durante el ascenso de la Italia de Mussolini, las potencias occidentales no se dieron cuenta de las aventuras en Etiopía, Libia o Albania. Italia invadió Albania en abril de 1939. Por cierto, Grandi se fue tranquilamente a Brasil después de la guerra, para dedicarse a los negocios. Seguramente se conozca poco que los estadounidenses, al entrar por el sur de Italia, fueron instalando autoridades ligadas a la mafia que tan bien conocían en suelo de Estados Unidos (y con frecuencia de origen italiano, lo que facilitaba las cosas).

     Mientras les fue posible, Churchill y Roosevelt buscaron marginar a Francia y en particular al general Charles De Gaulle. De combate tardío a finales de 1942 en el norte de Africa, el par anglosajón estuvo tratando con el almirante francés colaborador y pro-fascista Francois Darlan, ministro de Guerra y Mercante en el primer gobierno colaboracionista de Philippe Pétain, y luego ministro del Interior y de Asuntos Exteriores y jefe de Gobierno, hasta ser remplazado por Pierre Laval. De Gaulle tuvo que decirles a los anglosajones: "pueden comprar traidores, pero no el honor de Francia".

     Con el desembarco del 6 de junio de 1944, más de año y medio después de que la guerra se hubiera decidido y mientras el líder soviético esperaba desde hace siglos la apertura del llamado "segundo frente", los anglosajones se apersonaron de nuevo en Europa para evitar el "rampante bolchevismo". Recordemos: cuando Hitler invadió Polonia el 1o de septiembre de 1939, los aliados, pese a declararle la guerra a Fito, no movieron un dedo sino hasta nueve meses después, y tan sólo para que Francia se rindiera en pocas semanas y Gran Bretaña se dedicara a esperar a que el tipejo la calmara con los bombazos sobre Londres, la capital. La reaparición en la Sicilia italiana es hasta unos tres añitos después. La "batalla de Inglaterra" duró hasta mayo de 1941 (in extremis, porque las cosas se estaban calmando desde octubre de 1940), casi el momento en que Mein Fuhrer decidió atacar a la Unión Soviética. Muy pocos -los partisanos- lo estuvieron molestando en el frente occidental. ¿Qué hicieron los "aliados" durante buena parte de la guerra?¿Esperar a que Fito liquidara a los soviéticos?¿Por qué reaparecieron a los muy pocos meses de que se dieron cuenta de que no había sido así, y a tratar con nazi-fascistas sabrá Dios si radicalmente moderados o moderadamente radicales? (en la foto, mio caro Benito, de jovenazo).



miércoles, 3 de marzo de 2021

MEXICO: MÁS BLABLABLAR

 Al parecer, algunos intelectuales, al unísono con los Demócratas estadounidenses, se han estado preparando para dictaminar qué es democrático y qué no lo es. Así lo hizo en estos días el mexicano Roger Bartra dejando por fin ver la sonrisa de la más refinada mala fe que lo caracteriza desde hace tiempo, y que alguna vez motivó que el señor Pablo González Casanova lo acusara de practicar la deshonestidad polémica.

     En efecto, en conferencia reciente, Bartra quiso preparar el camino para hablar del actual gobierno mexicano como de "posdemocracia", algo arriesgado si se diera por sentado que aquél debe ser derrocado como sea para volver al "régimen menos malo que conocemos", la democracia. Bartra volvió sobre uno de sus temas preferidos: el lópezobradorismo ni más ni menos que como "restauración del antiguo régimen" (entiéndase que el del Partido Revolucionario Institucional, PRI), e incluso "restauración del PRI primero", que entonces aludiría en un completo sinsentido al periodo del presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952). Contra lo que dice Wikipedia, el PRI no se fundó en 1929 con el nombre de PNR (Partido Nacional Revolucionario): no fue a la sombra del ex presidente Plutarco Elías Calles (1924-1928), bajo tierra cuando se fundó el PRI (1946), que se consolidó el presidencialismo ni la típica corporativización de las masas (ambos, "logros" del "zorro con sayal franciscano", Lázaro Cárdenas, entre otras cosas con el Partido de la Revolución Mexicana). Está corporativizacion, cercana en algunos aspectos a la de los fascismos y sólo formalmente parecida a la de los regímenes socialistas, caracteriza a los populismos y se pasa hoy por alto para tildar a cualquiera de "populista", aunque sólo sea por el hecho de ser demagógico, algo que no le falta al mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador. Este podrá sin duda tener alguna nostalgia de un "milagro mexicano" que no conoció mayormente, de Antonio Ortiz Mena, explícitamente (uno de los artífices de ese supuesto "milagro"), o de cualquier cosa que haga caer en el mito del pasado del "Estado de bienestar", pero hay dos cosas que simple y llanamente no se pueden hacer a la vez: buscar erradicar la corrupción en el Estado (tema sistemáticamente eludido por la oposición) y convertirla en un auténtico deporte abierto al público en general. La oposición o Loretito podrán armar los escándalos que quieran, pero deberían ser llamados a dos cosas: 1) a probar que el gobierno actual ha robado, y 2) a probar que nunca intuyeron siquiera que los gobiernos anteriores se dedicaban a robar de lo lindo. Vale para Pepe Woldenberg ( puesto que se trató de Pepe y Roger), quien sugirió alegremente y sin pruebas que las fallas administrativas descubiertas por la Auditoría Superior de la Federacion serían “ posibles raterías” y no fallas administrativas ( lo que no sería de extrañar en el relajo actual).

     Bartra quiso volver sobre un supuesto "nacionalismo" del lópezobradorismo que no es tal, aunque sea porque el actual gobierno mexicano ratificó el acuerdo de libre comercio que deja a México en pésimas condiciones -casi de Estado Libre Asociado- ante Estados Unidos (T-MEC, Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá). Cabe recordar que bajo los gobiernos del PRI, al menos hasta cierto periodo, estaba prohibido comerciar en más de un 50 % con un solo país. La "base popular" que por lo demás le atribuye Bartra al lópezobradorismo es incierta, salvo en lo que toca al reparto de algunas ayudas sociales. El actual mandatario mexicano llegó a la presidencia en plena contradicción, ya sin "sólo el pueblo puede salvar al pueblo" o incluso sin demasiada "honestidad valiente" , y más con "amor y  paz”: López Obrador obtuvo sus mejores resultados entre la gente de más ingresos (64 %) y con escolaridad de universidad o más (65 % votaron por el actual mandatario).Parametría publicó hace mucho que quien eligió al actual presidente de México fue la clase media y no exactamente "el pueblo". El cuento del "populismo" sale sobrando, y es el partido populista por excelencia, el PRI, el que en las elecciones de 2018 se granjeó a los más pobres y a la gente sin estudios o apenas con primaria. El populismo fue en su momento un movimiento del "pueblo" contra la "oligarquía", pero el lópezobradorismo tampoco se metió con la "oligarquía", sino con la "mafia del poder", es decir, con los políticos corruptos, no con oligarcas. El populismo parece haber sido en cambio en el pasado una auténtica fábrica de políticos corruptos. Los rasgos "dictatoriales" que Bartra le atribuyó al gobierno mexicano actual son ridículos, salvo que se hable sin asegurarse primero de que uno tiene las neuronas conectadas: no hay toques de queda ni por la Covid 19, ni persecusión contra opositores que pueden decir del gobierno actual absolutamente cualquier cosa, insultos incluidos, sin que les ocurra nada. ¿Y los exiliados o los políticos opositores torturados, etcétera? En verdad, es hacer pasar por seria cualquier frivolidad.

     Lo más llamativo en la conferencia del experto en la deshonestidad polémica fue la cantinela de que la Guía ética para la transformación de México del actual gobierno es "religiosa", cuando si de algo peca es de libertaria y sesentaiochera, aunque no deje de tener aciertos, y no pocos. Después de todo, no deja de resultar curioso que la más refinada mala fe vea en ciertos preceptos de moral universal una "jaula": era lo propio del antiguo régimen, que fue mezclando -hasta suicidarse como clase política-  "la corrupción somos todos" con el relativismo moral ("a mi nadie me dicta ninguna moral") propio del autodenominado "neoliberalismo", que fue a caer en el fomento de la conducta apenas disimuladamente antisocial. Roger Bartra prefirió por lo visto quedarse en la amoralidad. No está de más hacer notar el mutis de la oposición cada vez que salen a relucir escándalos de corrupción de gobiernos anteriores, así los maneje sin suficiente firmeza el fiscal Alejandro Gertz Manero: como se trata de amoralidad, no hay que hacerse responsables de nada, más allá de entelequias, es decir, no hay que responder de nada ante nadie, y para lo demás nos arreglamos entre cuates que nunca faltan para salir del agua sin mojarnos.

     Queda el asunto del autoritarismo. Sin duda, el lópezobradorismo peca de ser justamente ésto, lo que indica una fuerte y excesiva dependencia de una sola persona y la tendencia a esperar que los asuntos se compongan desde arriba, así se diga que fueron ganados desde abajo (aunque no es exactamente lo que indica el origen social de la votación para el mandatario mexicano). Pero autoritarismo falta, al grado de que cualquiera se siente libre de hacer y decir lo que le venga en gana sin que se pueda instaurar siquiera un mínimo civismo (y ni siquiera se puede pretender ya formar ciudadanos porque se arriesga una embestida del relativismo de la "diversidad"). Es tal el arraigo de décadas del llamado "neoliberalismo" que el presidente mexicano o la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, no se atreven al enforcement (a la aplicación) de nada, y mucho está en veremos. El hecho es que en rigor, discursos como el de Roger Bartra no significan en realidad gran cosa (lo que se llama realmente significar), aunque contribuyan a la contaminación ideológica y la completa toxicidad de los medios de comunicación masiva que no debieran inmiscuirse así en la vida de la universidad pública. Vaciar el debate académico de sustancia no es cualquier cosa, ni dejarlo a la buena del tráfico de favores. (foto: el tipo en cuestión).




FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...