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domingo, 18 de diciembre de 2022

CUANDO OCURRE EL DESLIZ...

Gracias a una vieja trayectoria que se remonta a la Colonia, en América Latina se desconoce a partir de qué nivel de ingreso -a falta de hábitos cívicos- puede considerase que una persona es responsable de sus actos. Mucha gente de escasos recursos lo es, porque tiene a su carga un trabajo, sin que pueda decirse forzosamente lo mismo de gente acomodada, capaz de destruir una economía entera por aplicar a ciegas algún modelo. Sin embargo, la idea de que la gente de abajo delinque por escasez de recursos y/o falta de oportunidades está arraigada: los pobres, como víctimas de la pobreza, no tienen ninguna responsabilidad de nada, sino que son inocentes casi por definición.
     Es en estas condiciones que el periódico mexicano de izquierda La Jornada denuncia lo que considera el "sombrío récord" de pandilleros detenidos en 260 días en El Salvador, unos 60 mil, y las "atroces violaciones a los Derechos Humanos" que ésto supone. Hay una nueva palabreja para este tipo de situaciones: resulta que es "populismo penal". El rotativo considera que con políticas como la salvadoreña sólo se exacerban los problemas de fondo, puesto que el origen de todo está en la pobreza, la desigualdad, la marginación y la "exasperante falta de oportunidades", claro está, del "neoliberalismo". Encima, el periódico mexicano se inventa que los recursos destinados a liquidar el pandillerismo se restarán a la salud, la educación, la cultura, la vivienda y el trabajo, por lo que se recrudecerán las "carencias" y con ello, las situaciones "incontrolables". Por si fuera de interés, lo que ha hecho el Salvador es poner en la cárcel al equivalente de un millón 300 mil mexicanos, de una población de más de 120 millones.
     Las pandillas salvadoreñas, o maras, de origen estadounidense (angelino en particular), no se caracterizan por la suavidad en sus métodos: son homicidas. Si el actual gobierno salvadoreño tiene un 85 por ciento de popularidad, además de realizar programas sociales que la izquierda desconoce, es porque la gente de escasos recursos, pobre, y que vive en medio de la desigualdad siente que puede, para empezar, salir a ganarse la vida honradamente sin correr el riesgo de ser asaltada, violada, ejecutada o lo que se quiera, además de que esa misma gente con carencias puede disfrutar sin peligro de salir a pasear un poco, por ejemplo, o de ir a visitar a sus familiares. No se está hablando de los marginados, sino de la gente con carencias que escoge ganarse la vida de otro modo que asesinando, extorsionando, cobrando derecho de piso, etcétera. ¿Qué extraña visión es ésa que confunde escasos recursos con marginación o pobreza con exclusión? Es la visión de los ricos y del lenguaje de los organismos internacionales y los medios universitarios. ¿Qué es lo que se puede salir de control si la gente que trabaja puede hacerlo con tranquilidad y seguridad, incluyendo la seguridad en su ingreso?¿Los Derechos Humanos de la gente trabajadora no cuentan?
     Da un poquito de pena decirlo, pero no queda claro por qué la delincuencia, más con fuertes tendencias homicidas, no debiera ser perseguida con toda la dureza del caso, y castigada. Los motines carcelarios no ocurren en El Salvador, por cierto, en cuyas prisiones se han tomado medidas de lo más elementales como prohibir teléfonos móviles e internet para que los centros de reclusión no sean centros de mando del crimen organizado.
     Es el colmo que La Jornada hable de la necesidad de una "mínima vigencia de la civilización", por contraste con la "inhumanidad" del gobierno salvadoreño. Esta es la gente con la que se debe ser "mínimamente civilizado" y "humano", y ésto es lo que, a juicio del periódico mexicano, producen "las carencias":.




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FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...