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martes, 30 de mayo de 2023

CALLEJONES ANDINOS

 Tres países andinos (Ecuador, Perú y Bolivia) pueden dar una impresión de inestabilidad política, pero ésta tiene lugar sobre todo en el Perú.

     En el Ecuador, con la salvedad del actual presidente Guillermo Lasso, los tres anteriores (dos mandatos de Rafael Correa y uno de Lenín Moreno) pudieron terminar sus mandatos. Correa gobernó prácticamente una década (2007-2017), pero no quiso reelegirse indefinidamente ni hacer arreglos constitucionales para tal fin. Lenín Moreno pudo cumplir su periodo -siendo en gran medida el derechista Lasso quien gobernaba tras bambalinas- pese a haber traicionado por completo a la Revolución Ciudadana de Correa, de la que provenía. A Lasso se le complicó por la intención de la Asamblea ecuatoriana de hacerle un juicio político. El presidente saliente (aunque se reservó el derecho a presentarse en las próximas elecciones), más allá de su decisión de "muerte cruzada" (disolver la Asamblea y gobernar por decreto hasta las próximas elecciones) demostró, como ha sucedido en varios otros países latinoamericanos (Guatemala, Honduras, El Salvador, Perú, Paraguay, Colombia, México) que la derecha no puede resistir la tentación de ligarse de uno u otro modo con el crimen organizado. Lasso iba a ser destituido, si prosperaba el juicio en su contra, por peculado, pero le apareció además una posible financiación de su campaña por el narcotráfico. El cuñado del mandatario ecuatoriano, Danilo Carrera, apareció vinculado con la mafia albanesa (a cargo de Dritan Gjika), que influyó en la designación de cargos públicos. El que mediaba, Ruben Chérres, fue asesinado. Gjika se instaló por más de una década en Guayaquil, la principal ciudad económica del Ecuador, para hacer negocios (con banano, pescado, etcétera) relacionados con una importadora de Albania relacionada con el narcotráfico. Los cargos públicos incluidos eran, por ejemplo, de servicio de Aduanas, para permitir el paso de drogas y armas., y otros para lavar de dinero. Podrá haber sorpresa por una mafia albanesa, pero no está de más recordar que en la Riviera Maya mexicana han estado operando, con todo y balaceras, mafias rumana (Florian Tudor) y vietnamita (en Xcaret), para que no se haga menos la capacidad latina de internacionalización. El problema de la corrupción y la falta de estado de Derecho no es de "bla bla", sino que crea "porosidades" que vuelven insegura la situación de poblaciones que creen poder ahorrarse el problema haciéndose de la vista gorda (¿cuántos capitalinos en México no se fueron a Guadalajara o a Cancún para ahorrarse la inseguridad?).

      Bolivia no tuvo inestabilidad en todos los años que gobernó Evo Morales (2006-2019), de izquierda, y no la ha tenido con Luis Arce, también de la izquierda de Morales, aunque hay una fuerte disputa entre ambos sobre el modo de gobernar y hacer alianzas. Si Morales cometió el error de querer forzar su reelección con un arreglo constitucional, no hizo fraude, sino que la derecha le dió un golpe sin poder asegurar gobernabilidad alguna y con métodos que le costaron finalmente la cárcel a la presidente provisional Jeanine Añez.

     El problema con Perú es que no hay izquierda en el gobierno, aunque cuando la hubo no imperó la inestabilidad: sin comulgar con algo así como el club de amigos de Fidel y Chávez, Ollanta Humala completó su periodo (2011-2016). Luego empezó la feria, siendo destituidos Pedro Pablo Kuzcynski, Martín Vizcarra y el izquierdista Pedro Castillo. A reserva de que se le está fabricando todo lo que se pueda, Castillo cometió un error al querer disolver el Congreso, para lo que no estaba facultado. Al mismo tiempo, el Congreso se apoya en la Constitución fujimorista que permite sacar a un presidente por "incapacidad moral", fórmula de lo más ambigua (Castillo difícilmente iba a ser sacado). Hasta 2020, el fujimorismo, de derecha, dominaba el Congreso, pero luego éste se fragmentó, pero los fujimoristas encontraron las alianzas necesarias para hacerle imposible gobernar a Castillo, por lo demás inexperimentado. El Congreso se ha negado ahora a convocar a nuevas elecciones, pese incluso a la petición de la presidente Dina Boluarte. La izquierda peruana considera que es necesaria una Asamblea Constituyente, pero la bloquea la derecha en el Congreso, que tiene en contra al 90 % de la población, es el más desprestigiado de América Latina y con muchísimos casos de corrupción. Aún así, ha tumbado a dos y logró que Castillo se diera un balazo en el pie. A diferencia de Ecuador y Bolivia, que no tienen antecedentes parecidos, Perú carga con toda la inercia heredada del fujimorismo, al mismo tiempo conservador y corrupto (la hija de Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, fue la contendiente de Castillo en las últimas elecciones presidenciales y casi empató con el ganador), suficiente para dedicarse a "impedir", así sea al precio de que se caigan un presidente tras otro. Así que para Julcán (da click en el botón de reproducción).



domingo, 28 de mayo de 2023

EL MELATE

 Gracias a los medios técnicos disponibles, hoy se hacen con frecuencia muchas proyecciones a futuro, a partir de estados presentes. Es así que está de moda agarrarse de China, pese a que diversos autores han sugerido que en este país asiático no hay socialismo. Los chinos no lo presumen.

     Ciertamente, China se convirtió en "taller del mundo" y, luego de la Gran Recesión de 2008, en locomotora de la economía internacional. China tiene una presencia comercial y de inversiones importante en el mundo, en particular en Asia, Africa y Sudamérica. Lo que es tabú es de qué trata el sistema socioeconómico chino, más allá de que haya tenido éxito en liquidar la pobreza extrema.

     Hay indicios de que trata, como en tantos lugares, de alegrar a una clase media que ha ascendido por sus vínculos con el partido. Pocos son los que, como Myléne Gaulard o el extinto analista mexicano Alejandro Nadal, que destaca por su criterio propio, han alertado contra los riesgos de lo que estuvo haciendo China en medio del éxito. Ahora lo ha hecho el analista estadounidense William Engdahl.

     Hasta los Juegos Olímpicos de 2008 en China, parece que los chinos sabían controlarse. Desde hace cerca de dos décadas, sin embargo, no supieron escapar a la tentación especulativa. Actualmente, entre el 25 % y el 30 % de la riqueza china está en el sector inmobiliario, en inversiones en casas, departamentos, oficinas, etcétera. Muchos chinos se pusieron a comprar en el sector inmobiliario en auge, hasta dos o más departamentos, no para habitarlos, sino para "el futuro", mientras que la tierra, en manos del partido comunista, era arrendada a empresas constructoras, que a su vez pedían prestado para edificar. Nada que no recuerde auges inmobiliarios de otros lugares, por si se quiere preguntar en algunas alcaldías de la Ciudad de México, en Benito Juárez por ejemplo. Las municipalidades chinas empezaron a depender en serio del arriendo de tierras y proyectos de infraestructura: muy listos para entrar en la opulencia. Más de un chino pedía prestado para el departamento completo, no para el enganche, algo inédito. Nadal se había metido en Google Earth y notado la cantidad de espacios en China de edificios de apartamentos vacíos. Se estaba creando una "burbuja" aprovechando precios altos y el hecho de que un bien de este tipo llega a parecer seguro. La gracia es que no caigan los precios de lo comprado. Sin embargo, desde septiembre de 2021 los precios cayeron en dos tercios en las propiedades de las 70 mayores ciudades chinas. De qué inquietar a gobiernos locales dependientes hasta en cerca del 40 % de ingresos del sector inmobiliario. Fue en grande, sin que quede claro qué tiene que ver con el socialismo la especulación inmobiliaria desenfrenada, o, para agregarle, la proliferación de multimillonarios o de millones de migrantes de origen rural buscando empleos de una ciudad a otra. En la construcción, por ejemplo.

     Para inicios de 2023, China ya se había llevado un susto con las dificultades del mayor conglomerado inmobiliario, Evergrande, y llevaba 16 meses al hilo de caída en los precios del sector, A China le cayó encima otro problema: el surgimiento del nearshoring, que empezó a provocar que varias transnacionales (tipo Samsung, Sony, etcétera) buscaran producir "más cerca del mercado", por ejemplo en México, sin que los dos grandes candidatos mexicanos a la presidencia, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, muy preocupados en hacer negocios, se fijaran en que los salarios chinos aumentaron bastante. La salida de transnacionales hizo aumentar en China el desempleo, hasta un 20 % en jóvenes, con todo y títulos universitarios. Entre un quinto y un cuarto del sector inmobiliario del país asiático quedó destinado a pura especulación. No queda claro quien puede comprar si aumenta el desempleo. De paso, más de un banco está en dificultades, y no está claro cómo financiar el presupuesto de municipalidades que le apostaron a la especulación, más allá de toda demanda real.

     China quedó con 65 millones de apartamentos vacíos, de qué alojar a toda Francia. y buenas deudas, por lo que el país optó por ocultar cifras. No se puede adelantar demasiado, pero ante la crisis económica internacional, siempre incierta, ya no es tan seguro que China pueda volver a ser la gran locomotora si tiene que reorientarse a evitar problemas de deudas serios. Tampoco es seguro que pueda recuperar los préstamos del proyecto OBOR (One Belt, One Road o "la Franja y la Ruta"). Gaulard había advertido que China, como gran economía capitalista, estaba metida en un problema de sobreacumulación. Se puede dejar en que el país asiático no es ajeno al capitalismo y éste tiene leyes, así los pronóstico muy deportivos de hoy las ignoren en sus "quinielas". Todo vacío.




viernes, 26 de mayo de 2023

UN CASO DE EXPERTÍS

 Actualmente, no es raro que los medios de comunicación masiva presenten una noticia (de la que no hay que olvidar que ya está "fabricada", es decir, que ya ha seleccionado de entre los cables noticiosos una manera de armar la presentación) acompañada de la voz de algún experto. Se sacan en ocasiones expertos de los lugares más extravagantes, pero también se trata de una selección, con frecuencia nada inocente: se escoge (o se busca por recomendación) la "expertís" (!!) de la que no vaya a salir algún criterio propio que estropee la "línea", porque la hay. Existe en la medida en que dichos medios responden a grandes intereses económicos, incluso transnacionalizados. El problema se da de una manera un poco distinta en medios independientes, que los hay: no siempre logran la distancia adecuada de los medios dominantes.

     No importa mucho el medio, pero hace poco dos expertos escribieron una noticia/comentario augurando la próxima desdolarización del mundo (como parte de una "regionalización" y marcha hacia la multipolaridad), el paso del centro de gravitación económica "de Occidente a Oriente", el declive del Norte global frente al Sur global y, además, el fulgurante ascenso de China. Es cierto, puesto que lo demuestran con datos certeros los autores: hacia finales de los años '70 (1977), curiosamente cuando algunos ya hablaban de declive estadounidense, el 85 % de las reservas de divisas en el mundo estaba en dólares. Hoy no es "más que" 58 %, lo que ciertamente expresa un declive, pero relativo, porque el porcentaje no está mal.

     Acto seguido, y pese a que sin duda entre varios países ya no se usa el dólar en las transacciones, vienen dos cifras de la "expertís" que desmienten lo que la "expertís" dice: hay un 20 % en euros, por lo que casi el 80 % corresponde a Occidente y no es posible corroborar, al menos no en este terreno, el tan mentado paso "de Occidente a Oriente". Tampoco el gran ascenso de China: el renminbi no pasa del 3%, y la noticia no dice nada del yen japonés (el yen japonés y la libra esterlina británica son más usadas que la moneda china). El artículo se llama "el fin de la supremacía del dólar": tal vez el título haga escándalo, pero cerca del 60 % en las reservas internacionales de divisas, si no es abrumador, sí sigue siendo de la mayor importancia y lejos del fin. Por lo que hace al "creciente músculo de la proyección internacional de China", necesita ir un poco más al gimnasio: tres por ciento no hace algo musculoso comparado con cerca del 60 % estadounidense, y ni siquiera con el 20 % del euro. Tampoco hay regionalización, salvo parcial en parte de América Latina (sin incluir Sudamérica) y la Unión Europea; no es el caso de Asia-Pacífico, y no se ha consolidado en Eurasia, salvo parcialmente (Unión Económica Euroasiática, encabezada por Rusia). Que Rusia y China se la lleven en yuanes, que Rusia exija rublos y que comercie en otras monedas con algunos africanos, o que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ande buscando "desdolarizarse" con Argentina y prometa una "moneda única latinoamericana" no cambia las cifras mencionadas. 

     Son décadas de esta manera de proceder. Alguien se saca un "modelo" de alguna parte y se tiene que aplicar, no importa que la realidad esté diciendo que casi el 90 % de las reservas internacionales de divisas (incluyendo el yen y la libra) estén en manos del Norte, no del Sur ni de China, y por más que en Africa se le metan monedas de cacao al negocio, si se quiere. Eso sí, Estados Unidos no aprecia demasiado a quienes se cambian al euro (ya más de uno ha sido bombardeado) y, además de asegurarse que la Unión Europea no pueda disponer del acceso a los vastos recursos rusos, busca que este mismo bloque no sea un competidor, sino comparsa (para lo que el conflicto de Ucrania ha servido bastante). Tal vez no sea necesario ser un experto para tener idea de que Estados Unidos, a grandes rasgos, no piensa lo siguiente: "miren, ya me cansé, estoy senil (Biden lo está) y me voy a casa, porque estoy demasiado agotado para hacer beneficio por doquier". Ningún automatismo conduce a la regionalización ni a la multipolaridad, y los "modelos para aplicar" suelen fallar. Por lo pronto, es entendible que se hable de "narrativa" o de "relato", puesto que ficciones no faltan, ni expertos para hacer digerir cualquier cosa. Es que como digo una cosa digo otra.



miércoles, 24 de mayo de 2023

"ÉSO" NO SE HACE

 Cuba, Nicaragua y Venezuela son para muchos los "patitos feos" de América Latina, criticados por igual por los "demócratas liberales" que por el "centro-izquierda" y presidentes como el chileno Gabriel Boric. En el límite, hay quienes piensan que se trata  de "dictaduras", palabra que se utiliza para hacer ganancia y quedar bien en la clientela, pero que no guarda mayor relación con la realidad, puesto que no hay estados de excepción en ninguno de los tres países, ni están bajo control militar. Hablar de "dictaduras" en estos tres casos es burlarse de las víctimas de verdaderas dictaduras militares, como las del Cono Sur en los años '70 y un poco más allá.

        No se hace así más que seguir el dictado estadounidense con tres países que se atrevieron a oponérsele. No se trata demasiado de socialismo, al menos no en Venezuela, que ya abandonó el "socialismo del siglo XXI". Los tres países, con un fuerte ingrediente nacional-popular, son bastante diferentes entre sí: Cuba no tiene burguesía o empresariado, como se le quiera llamar, y es un tema delicado con la cercanía de Estados Unidos; Nicaragua tiene burguesía antioligárquica, lo que no es del agrado de familias de origen decimonónico como los Chamorro, y Venezuela tiene su "boliburguesía". 

     En Cuba no se habla mucho de socialismo, pese a la voluntad mayoritaria. En Nicaragua, la co-presidente Rosario Murillo se la pasa recitando la Biblia, y Hugo Chávez en Venezuela era un merolico con una ensalada ideológica en la cabeza. Venezuela es lo más cercano al populismo. En resumidas cuentas, lo que más de uno considera es que meterse con Estados Unidos es algo que "no se hace", de mal gusto. No es de pésimo gusto que Estados Unidos se meta en los países de América Latina. El discurso lo hace la "buena sociedad" y lo sigue en buena medida la izquierda.

     En Cuba no hay corrupción arriba, aunque sí algunos privilegios, y hay corrupción a otros niveles, en el pueblo incluído. En Nicaragua no hay corrupción galopante. Venezuela es otra cosa: en medio de una situación económica difícil, se lucra al amparo del Estado, como acaba de ser denunciado a propósito de la industria petrolera (PDVSA). A diferencia de Cuba y Nicaragua, en Venezuela, país con tradición rentista, por contraste con los otros dos (Cuba tiene sobre todo la costumbre "burdelera" de parasitar al extranjero y no trabajar demasiado), está a la vista, incluso espacialmente, que la "boliburguesía" ("burguesía “ bolivariana) se la pasa muy bien, o incluso de lujo, haciendo toda clase de trampas con las sanciones económicas para enriquecerse, mientras gran parte de la población se la pasa mal y tiene que salir del país. En Cuba ha pasado algo similar con una parte de la población, que se ha ido a Estados Unidos por oleadas, desde 1959 y el Mariel a principios de los '80 hasta otras más recientes; la isla vive ya en gran parte de remesas (a lo que se suma el turismo). 

   Nicaragua es ajena a este fenómeno y tiene un aparato productivo más diversificado, además de una buena economía social (en cooperativas, por ejemplo). Si Cuba es socialismo de Estado, en condiciones de subdesarrollo, Nicaragua no lo es tanto, e incluye también inversión extranjera. A fin de cuentas, el sandinismo nunca prometió otra cosa que economía mixta, que es lo que hay. El problema con Cuba no es una necesaria apertura al sector privado: es la falta de diversificación, como en Venezuela Saudita, como se la ha llamado, y la costumbre que recrean las remesas y el turismo de agarrarse del extranjero y de mirar poco hacia adentro. En términos culturales, los tres países son una desgracia, aunque Nicaragua se diferencía un poco más en el fomento a distintas actividades artísticas, cuando la señora Murillo no está con la retahíla de Rubén Darío. En Cuba se come mal, pero hay una obesidad discursiva con José Martí y Fidel Castro; es, en verdad, mucho más que sobrepeso. Venezuela, por su parte, estuvo derrochando su fortuna petrolera entre otras cosas con el Premio Libertador para un pensamiento latinoamericano por lo general dudoso, incluyendo al muy amoroso Enrique Dussel. Si se atiende a los portales oficiales, Nicaragua hace más y parlotea menos. Cuba no piensa y Venezuela, de "cambio" mucho más reciente, es un extravío ideológico llamativo. 

   Lo que sí, nada autoriza a Estados Unidos a entrometerse, aunque más de un cubano espera la apertura y Venezuela no es para nada radical. Diferencias y problemas no faltan, pero no es tan sencillo equiparar a los tres "patitos feos", salvo por el hecho, ya señalado, de que "están en pecado" por no plegarse a los designios estadounidenses.

     De la trama recientemente destapada por el presidente venezolano Nicolás Maduro, no tan popular, no queda claro si es un esfuerzo de limpieza o parte de disputas por la renta entre facciones "boliburguesas". Venezuela se está enrumbando por lo demás a otro problema: la creciente dependencia de hogares venezolanos de remesas desde el exterior, aunque nada más cerca de la mitad de los emigrantes las envíe. 

   Cuba y Nicaragua son el producto de dos importantes revoluciones, pero Venezuela no, pese a lo que se quiera hacer de Chávez. Dicho sea de paso, Nicaragua nunca tuvo partido comunista fuerte. Cuba hace anticomunismo (pese, hay que insistir, a la voluntad de la mayoría de la población), y Venezuela reprime al partido comunista local. Para llaneros (da click en el botón de reproducción).

PD: recientemente, el secretario general del Episcopado mexicano. Ramón Castro Castro, llamó a los feligreses a orar para que México no enfrente un panorama dictatorial como el de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Ni quien se inmutara, ni en el gobierno, ni tampoco entre los "demócratas liberales": en México, donde en realidad no hay estado de Derecho, está prohibida la intervención de la Iglesia en política, pero nada más en el obeso papel de raquítica ejecución.



 

domingo, 21 de mayo de 2023

PUES A VIVIR SABROSO

 El escritor y ensayista colombiano William Ospina dijo en su momento del mandatario electo de su país, Gustavo Petro, que era "político". Esta dicho en un sentido peyorativo. La actriz Margarita Rosa de Francisco, la de "Café con aroma de mujer", dice que Petro no podrá hacer gran cosa, pero que es "poesía pura". Petro optó, no está mal, por construir capitalismo en Colombia, pero parece que no toma muy en cuenta que, si este capitalismo no es endógeno, no hará en buena medida más que reproducir las taras del subdesarrollo, y, para empezar, tal parece que las tiene el mismo Petro.

      No queda muy clara la idea que tienen de los Demócratas estadounidenses ciertos líderes latinoamericanos, que parecen pensar sobre todo en Franklin D. Roosevelt (es un referente para el mexicano Andrés Manuel López Obrador) o en John F. Kennedy, que marcó a toda una generación. El cambio ocurrido entre los Demócratas de los años '90 para acá no parece perceptible.

     En estas circunstancias, Petro fue a entrevistarse recientemente con el presidente estadounidense Joseph Biden, a quien le pidió, ni más ni menos, que encabece -lideree, es más- una nueva Alianza para el Progreso de las Américas. Petro no es el único que va a Washington, capital estadounidense, a hacer este tipo de ofertas que algún izquierdista tildaría de entreguistas. López Obrador ya ha pedido que Estados Unidos encabece algo así como una "Unión Europea" para las Américas, idea que parece venir del canciller Marcelo Ebrard. Estados Unidos ha dejado de ser mal visto en la región, en parte del progresismo, con pocas excepciones, como la del líder boliviano Evo Morales, o el igualmente popular ex presidente peruano Pedro Castillo, quien no pudo dejar de constatar el papel de "la embajada" en la trampa para hacerlo caer. De vez en cuando, el en algún grado popular López Obrador también marca el alto a la prepotencia estadounidense y sus "moditos". Pero los que en el progresismo callan, o salen con propuestas como las mencionadas, no escasean. De paso, Petro fue a abrirle la Amazonía colombiana a los intereses estadounidenses.

     Lo que no parece notar esta actitud "puertorriqueñizadora" es que NI los Estados Unidos quieren: tienen su propio juego. La Alianza del Progreso fue concebida para contener la influencia de la Revolución Cubana, por lo que no queda clara qué imagen tiene Petro de ella, salvo que sea la que quisieron de fachada dar los estadounidenses: promover el desarrollo y ampliar la clase media. Biden no hizo más que contestarle a Petro con un mar de vaguedades, entre otras cosas porque no hay ninguna influencia revolucionaria que contener.

     No sería más que una ocurrencia desafortunada si Francia Márquez, la mujer negra que oficia de vicepresidente y que propone, además de "vivir sabroso", el "ubuntu" africano, no se hubiera ido de gira por Africa a cuenta de la Open Society del magnate George Soros. A ru regreso, Márquez tuiteó: "gracias a Open Society por su apoyo financiero y logístico a nuestra visita de alto nivel a Sudáfrica, Kenia y Etiopía.  Reconocemos el aporte  al fortalecimiento de lasd democracias en América Latina y el Caribe  y el papel de las comunidades étnicas frente a la crisis climática".  Al parecer, Márquez no tiene idea del "papel" que juega Soros en distintas latitudes, pero además no queda claro si la "crisis climática" está escogiendo en particular a lo que la vicepresidente de Colombia llama "comunidades étnicas", todo parece que indicar que con la cabeza en inglés. En conjunto con Petro y su pasión por las energías renovables, parece que "capitalismo" es apenas ponerse en sintonía con Estados Unidos y el gran capital transnacional, lo que no les ha faltado a otros, desde el presidente chileno Gabriel Boric hasta el argentino Alberto Fernández, ambos con una popularidad por los suelos.

     En fin: lo de Petro y el "vivir sabroso" de Márquez tal vez sea, en efecto, "poesía pura", sin el menor entendimiento (no es algo que se pida de los poetas, ni de los llamadas "hijos de poetas"). (Da click en el botón de reproducción).


 .

jueves, 18 de mayo de 2023

MÁS CABRÓN QUE BONITO

 Quiso decir exactamente lo que se le puede criticar. La universidad pública en México, como organismo descentralizado del Estado que es (lo establece la ley), corre el riesgo, propio de este tipo de instituciones y de su carácter jurídico y presupuestario, de convertirse en un feudo, el de un grupo de poder. No se trata de un problema de "hegemonía ideológica", sino de control de dinero subordinado a fines políticos (para cooptación, como ocurrió durante ocho años con el rector anterior), por no decir que clientelares -en el fondo, sin mayor sentido de Estado. En el área de ciencias sociales, la universidad pública tiende a tener orientaciones predominantes, aunque nieguen ser "ideológicas". En términos de legislación, la universidad pública dejó por lo menos desde los años '90 de ser útil a la sociedad, según lo demostraron estudios muy precisos sobre los temas de investigación en ciencias sociales y Humanidades. Hoy es caja de resonancia de intereses particulares enquistados, que tienen la manera de imponer sus temas y de hacerlos pasar por prioritarios. No son muy diferentes de los que escoge el consejo de ciencia, porque hay todo un espacio de convergencia en el "extremo centro" bajo influencia estadounidense y de organismos internacionales, entre "demócratas liberales" universitarios y centro-izquierda, aunque se disputen posiciones de liderazgo. No queda claro por qué un consejo de ciencia del Estado no respondería en líneas generales a orientaciones estatales. Este consejo también es, por ley, un organismo público descentralizado del Estado. Otra cosa es que, en la confusión entre Estado y gobierno, sea otro feudo. Lo fue en presidencias pasadas, de tal modo que la directriz fue privilegiar todo lo que fuera de negocios. Que ahora corra el riesgo de cambiar de dueño, pero sin dejar de ser feudo, no es tema "ideológico", sino de hábitos clientelares.

     Desafortunadamente, esos hábitos se mezclan con ánimos de "celebridad", desatando ambiciones al grado de perder el recato y llegar a la obscenidad, al parecer aconsejada por especialistas de imagen y mercadotecnia, a quienes no les incomoda privatizar lo público. Si no fuera así, las siguientes cosas no deberían ser consideradas del menor interés: que la jefe de gobierno de la Ciudad de México sea mujer; que tenga el orgullo de haberse convertido en abuela; que le anuncie a Martha Debayle que se va a casar, con Jesús (es el nombre del galán), a quien reencontró por Facebook; que fue su novio hace más de 30 años; que la mamá de la jefe de gobierno tiene más de 25 mil citas y es campeona de Scopus y Elsevier, y que la precandidata se dió unas vueltas por la ciudad con el Escorpión Dorado, que sabe muy bien que ahora se gana audiencia permitiéndose la vulgaridad, como forma de histrionismo. Está claro que es campaña y hacerse visible, pero las reglas las están poniendo los medios de comunicación, los mismos que hacen público la privado y de esta misma manera privado lo público, lo que es tanto como imponer lo privado a costa de lo público. Para ser francos, nada de lo mostrado interesa en lo más mínimo al Estado, o a la nación. Lo que cuenta es el programa, pero en el caso aludido no aparece por ningún lado, salvo para decir que habrá "continuidad con sello propio", dicho con tal aderezo que no es más que demagogia. En esto converge con quienes maniobran en nombre del "anti-injerencismo" para hacer de un espacio público, la universidad, un coto de poder privado, particular, eso sí con demagogia. El espacio público no es el lugar donde cada quien se asoma a "mostrarnosla", como no es el de la maniobra politiquera para crear un espantajo y agitarlo de tal modo que, en nombre de la "autonomía", un grupo disponga para sí y sus intereses -a través del manejo del dinero- de algo público, antes de que no queden más que diferencias de facciones.



miércoles, 17 de mayo de 2023

PRECAUCIÓN: HOMBRES TRABAJANDO

 En la mayoría de los países de América Latina hay un uso torcido de la ley, al grado que es difícil hablar de estado de Derecho.

     El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, de derecha, acaba de disolver la Asamblea, para una "muerte cruzada", por la cual tiene que haber una próxima convocatoria a elecciones para completar el periodo 2021-2025. Las interpretaciones van y vienen. De acuerdo con los partidarios del ex presidente Rafael Correa, la medida de Lasso es inconstitucional, porque sólo se puede disolver el poder legislativo en caso de "grave conmoción social interna", lo que no sería el caso. En cambio, para Lasso, pareciera que tal "conmoción" sí existe, puesto que el mandatario, que cree que se trata de un "intento de desestabilización de la democracia", estaba a punto ser enfrentar un juicio político. Se lo ahorró, está dispuesto a seguir con decretos antipopulares y está tan a la baja que su tiempo parece haber terminado (cuenta con entre 10 y 20 % de aprobación, según las fuentes). Lo que despunta en el horizonte es el regreso del correísmo.

      Poco se ha mencionado, pero el ex presidente Lenín Moreno tiene encima el riesgo de prisión preventiva, por asuntos de corrupción, de la misma manera en que Lasso se encontró acusado de malversación de fondos. Por lo visto, la derecha no puede gobernar correctamente en América Latina. Es al grado que el Ecuador, actualmente uno de los países más violentos de América Latina, podría acabar, al ritmo que lleva, entre los más violentos del mundo, entre otras cosas por disputas entre dos cárteles mexicanos, uno de los cuales es ahora perseguido, en la sempiterna historia de las preferencias dictadas desde Estados Unidos (en este caso, por el cártel de Sinaloa, para amarga protesta del Cártel Jalisco Nueva Generación).

     Fuerzas armadas y policía se pronunciaron, lo que podían haber evitado, aunque lo hicieron de manera chusca, considerando constitucionales tanto el juicio político como la "muerte cruzada" decidida por Lasso. Para tener una idea, aquí sí cierta, la fiscal general del Estado, Diana Salazar (mujer y negra) tuvo el gusto de plagiar su tesis de grado. Las cosas se hacen ahora al estilo estadounidense: con fraudes y eternos pleitos legales contra ilegalidades reales o supuestas.

     En más de un país de América Latina, como acaba de mostrarlo el bastante feliz encuentro entre el presidente colombiano, Gustavo Petro, y el estadounidense, Joseph Biden, o como lo mostró la intentona de destronar al partido Colorado en Paraguay, Estados Unidos apuesta por fuerzas de centro-izquierda, por motivos políticos, para apaciguar el descontento con remiendos, pero también económicos, para asegurarse de clientes e inversiones, lo que Biden logró con las energías renovables en Colombia, puesto que Petro es "verde". Lo que no queda claro es la capacidad de la derecha no para gobernar, lo que no hace, sino para sacar ventaja u obtener beneficio de las pifias de la izquierda, como en Chile.

     Es en el contexto descrito, y en medio de las interminables barrabasadas de algunas organizaciones indígenas, que no queda claro lo que, de darse, representaría la vuelta del correísmo al Ecuador, si es que, por los problemas en la sierra y en la Amazonía, se decanta por el "centro": es algo que se está traduciendo por el voto conservador y a la derecha de una parte del electorado, que no es muy adepta a los desmanes "libertarios" de "demócratas liberales" y centro-izquierdistas, que ya pueden ubicarse en el "extremo centro". Hace rato que las votaciones en el Ecuador no muestran ninguna "avalancha" pro-Correa, salvo en la costa. Así que cabe prestar atención a la manera en que Lasso, la izquierda no correísta (que ya tiene algunos bastiones), los social-cristianos y los indígenas de Pachakutik se estarán moviendo próximamente. de un ecuatoriano famoso (da click en el botón de reproducción).


domingo, 14 de mayo de 2023

PIEL DE NIñA

 Cuando los nazis invadieron la Unión Soviética, los soviéticos se quedaron sorprendidos con el hecho de que la soldadesca alemana solía portar amuletos y cosas por el estilo, considerando que el nacionalsocialismo no era ajeno al esoterismo.

     Algunos nazis eran aficionados a usar tatuajes y a tatuar, en particular a prisioneros en los campos de concentración Los nazis que se tatuaban -con las iniciales de su grupo sanguíneo, primero en letras góticas y luego latinas, por si era necesario para transfusiones- eran los miembros de las SS (Schutzstaffel), temible formación paramilitar -inicialmente escoltas de Hitler-. Al final de la guerra, para que no los reconocieran como integrantes de este grupo, los SS hacían hasta lo imposible por borrarse los tatuajes.

     Si en la actualidad el tatuaje es bastante común y se asocia menos al bajo mundo, lo cierto es que es un signo de reconocimiento entre neonazis. Los rusos han logrado pescar así a los neonazis entre los prisioneros de guerra ucranianos: como ocurrió en Mariúpol, en el gigantesco centro fabril de Azovstal, aquéllos fueron detectados por estar tatuados, a diferencia de otros militares ucranianos. Los tatuajes no son nada divertidos, sino macabros, como puede verse aquí abajo. En otros países, no es raro que lleven también tatuajes quienes se proclaman neonazis. Dicho de otro modo, llevar un tatuaje no es equivalente de ser neonazi, pero debiera llamar la atención que ser neonazi signifique muchas veces llevar algún tatuaje. No está exenta una forma de creencia premoderna, en el sentido de que el tatuaje confiere algún tipo de fuerza especial, aunque no forzosamente sobrenatural. Los neonazis ucranianos han llegado a tatuarse incluso retratos de Hitler. Los tatuajes encontrados no dejan ninguna duda sobre la filiación, pese al empeño occidental en negarlo. Lo reconoció incluso el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien al referirse a los neonazis de su país dijo: "son lo que son". Esto, a pesar de que Zelenski es judío, pero también tomando en cuenta que algunas formaciones neonazis de Ucrania fueron patrocinadas por oligarcas judíos, como el recientemente puesto en remojo Ihor Holomoiski.

     Hay un detalle que cabe señalar: en el sovietismo, a diferencia del nazismo, nunca hubo drogas legales, ni gran permisividad con la homosexualidad (más bien estaba penada por la ley y era vista como fenómeno "fascista") o con el lesbianismo, ni exaltación de la "madre naturaleza" y de los animales, ni travestis, ni tatuajes, ni esoterismo, ni admiración por culturas antiguas, fueran el helenismo o el hinduísmo, todo al mismo tiempo que la glorificación de la familia más tradicional. Lo de aquí abajo es el tipo de ejemplos de "gran resistencia" que ha llegado a encontrarse en el Donbás, para pensarlo un poco antes de darse piquetitos artísticos en la piel.


jueves, 11 de mayo de 2023

¿Y ENTONCES?

 En México se calientan motores para la sucesión presidencial de 2024. Por lo visto, la derecha, el partido Acción Nacional (PAN), no aprende gran cosa: entre sus precandidatos se asomó el ex gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, señalado en reiteradas veces y desde hace tiempo por su muy posible colusión con el narcotráfico. Otra precandidata de Acción Nacional es Lilly Téllez, quien profesa a grandes rasgos un credo "neoliberal", aunque tiene la ventaja de ofrecer meritocracia y apego a la ley, que escasean en un país como México, donde se premia un mal entendimiento de la política y sus lealtades. A la jefe de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, lo que dice Téllez, que está harta de la corrección política y la llamada "ideología de género", le parece "casi fascista", lo que es una forma de descalificar, y no de argumentar. Lilly Téllez entró a la política con el presidente Andrés Manuel López Obrador y la bancada del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa), pero aquélla no fue respetada en su independencia de criterio. Expulsada de dicha bancada, entre otros por Héctor Díaz Polanco, Téllez aterrizó en el PAN y se enemistó con López Obrador. Estos casos -como el de la magistrada regiomontana Margarita Ríos Farjat- no pueden ser tratados como de "traiciones", tratándose de personas cuyo criterio era conocido desde antes, pero con las cuales el oficialismo quiso hacer las alianzas más amplias posibles.

     Sheinbaum, que aparece como favorita, tiene por proyecto "el de la Cuarta Transformación", agregándole honestidad, pero también algo de maña: "ser mujer", como si ésto fuera un proyecto nacional. Algunos desbarres no pasan desapercibidos: entrevistas con Martha Debayle o con el Escorpión Dorado, o anuncios de que "va a ser abuela" (¿y qué para la nación?). Sheinbaum sabe dar ayudas sociales y crear infraestructura; el logro del descenso de los delitos de alto impacto en la Ciudad de México a la mitad es ante todo de un excelente policía, Omar García Harfuch. No sería erróneo decir que Sheinbaum, pese a su honestidad, es un poco limitada.

     Con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) descabezado, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) moribundo y Movimiento Ciudadano con malas experiencias de gobierno, sin que sea útil de gran cosa servirse de Luis Donaldo Colosio hijo (Riojas), quien por lo demás no se deja, la única persona con estudios y trayectoria en cargos públicos amplios, como para tener idea del Estado, es Marcelo Ebrard. Tiene veta priísta: no solo la que fuera su cercanía con Manuel Camacho Solís, sino un buen aprendizaje con Jesús Reyes Heroles sobre la importancia de separar intereses personales y egoístas de intereses de Estado. El proyecto ya presentado por Ebrard tal vez no sea realizable: convertir a México en un país de clase media mayoritaria (actualmente esta clase representa entre el 37 % y el 42 % de la población, según las fuentes), ampliando el acceso a la educación media y superior y a los servicios de salud. Queda por saber con qué recursos y con qué grado de profesionalización. Es como sea un proyecto propio. Quedaría por ver si Ebrard puede rodearse de gente competente.

     El asunto con Sheinbaum es otro. Remite a un antiguo problema de la izquierda, la comunista incluída. La afinidad de ideales puede servir de "pegamento" para que se junte gente a la vez arribista e incompetente. ¿Es preferible buscar una mayor profesionalización del Estado o asegurarse de una clientela, por ejemplo por "ser mujer" (con lo que se mezcla la red clientelar con el grupo de presión) o por presentarse como la "fiel al Proyecto"? Esta forma de reproducción clientelar no es ninguna novedad. Por su parte, Ebrard atrae a parte de la oposición y de la clase media que quiere ver en él la culminación del proyecto del seductor de la patria y del diseño estadounidense: total apertura económica con total aperutra política, lo que el núcleo lópezobradorista de clase media baja no garantiza.

     Algo debe llamar la atención: no hay precandidato que garantice que se seguirá buscando en lo fundamental separar los negocios y el gobierno. Se menciona poco, pero los precandidatos de MoReNa tienen amarres no desdeñables con grupos de negocios, algo que los diferencía de López Obrador en su fase ascendente (cabe recordar cómo el gran plantón de Reforma disgustó a Carlos Slim, magnate clave en México, o las constantes disputas con Claudio X. González). Ebrard y Sheinbaum tienen menos arraigo popular y la primera, lo ha dicho, concibe en buena medida las ayudas sociales como una manera de reactivar el mercado para los inversionistas. Ninguno -salvo Lilly Téllez, para colmo- ha retomado un problema de corrupción que dista de haber encontrado solución. ¿Y entonces? Tabasco espectacular (da click en el botón de reproducción).


miércoles, 10 de mayo de 2023

CHILE: OTRO MILAGRO

 Menos mal que las recientes elecciones para nuevos redactores de una Constitución en Chile no fueron un referéndum sobre el presidente chileno, Gabriel Boric, con un altísimo grado de impopularidad (tal vez algo comparable al del mandatario argentino, Alberto Fernández). El 70 % de los chilenos no quiere a Boric.

     En las elecciones mencionadas, ganó el Partido Republicano, de José Antonio Kast, contendiente de Boric que no había sacado para nada malos resultados, más bien al contrario. En conjunto (incluyendo a Chile Seguro), el bloque de derecha, en el que la gente de Kast es partidaria del fallecido dictador Augusto Pinochet, se llevó casi el 57 % de los votos. El partido de Boric quedó en 28 %. La incógnita es nada más hacia dónde se moverá la derecha tradicional, y menos extremista que la de Kast. Dicho sea de paso, se ha ido extinguiendo en Chile el centroizquierda (Todo por Chile), que no logró más del 9 % de los votos. En diciembre, los chilenos tendrán que votar la nueva Constitución, por si alcanza a diferenciarse de la de Pinochet.

     Chile presumió alguna vez su "milagro neoliberal"; luego, el "milagro de la transición", y hasta hace poco, el "milagro de izquierda" por diferenciarse de procesos radicales. A decir verdad, Boric tuvo que moverse hacia el centro para no verse rebasado por Kast. Hay un punto que debiera llamar la atención, como ya le sucedió a Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, frente a un Jair Bolsonaro que no se quedó tan atrás: una parte del electorado, alejada por igual de la izquierda que de los "demócratas liberales", no parece estar muy de acuerdo con desafíos a ciertos valores tradicionales, y en particular con temas como el matrimonio igualitario, el aborto y "lo que sea para ganar votos", todo lo que se asocia para colmo con "marxismo cultural", cuando sale de universidades estadounidenses y del partido Demócrata. Tampoco queda claro por qué la izquierda no quiere tomarse en serio el problema de la seguridad, así haya que parar a migrantes. Hace rato que la izquierda dejó en buena medida al garete al mundo del trabajo, aunque no sea el caso del Partido Comunista de Chile, que consiguió la jornada laboral de 40 horas con gran aprobación: no se abordan los asuntos del desempleo, la necesidad de crear buenos empleos formales, de reducir la informalidad o de aumentar seriamente los salarios, lo que en el México de Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, no ha vuelto a hacerse (pese a una fuerte inflación reciente) desde que los estadounidenses dejaron de insistir en ello, para colmo (con Donald J. Trump). Por algún motivo que tal vez no sea ajeno al arribismo, no tan nuevo, la izquierda está en parte ocupada en los mismos temas que los "demócratas liberales", en los de los organismos internacionales y en cualquier asunto que no sea propio, como la legalización de la marihuana con José Mujica en el Uruguay antes de perder las elecciones ante la derecha. Si alguien cree que el extravío, al reflejarse en las urnas, es un beneficio, podría ver sin mucha dificultad que la derecha no sólo no puede gobernar, sino que está con frecuencia asociada a formas de fraude y de vinculación con todo lo que haya de ilícito, algo de lo que sabía Pinochet. Yendo de un lado a otro del espectro político, hay franjas de la población que parecen a la espera sobre todo de valores: en el Perú, Pedro Castillo fue empujado a ir dejándolos de lado para lo de siempre, "ganarse a las clases medias".

     A muy poco tiempo de ganar la presidencia, Boric se extravió, porque lo estaba desde antes para "ir al centro". Queda por ver qué dicen izquierda (estilo Beatriz Gutiérrez Muller) y "demócratas liberales" (si es que la gente de Nexos es algo así). Con el "ir al centro", la "técnica del salami" funciona lo suficientemente bien para que más de una izquierda no sepa cuáles son sus intereses. Lo dejamos en Violeta Parra (da click en el botón de reproducción):



martes, 9 de mayo de 2023

PARAGUAY: 75 AÑOS

 Pese a ser un país atrasado, Paraguay no deja de mostrar algunas tendencias prevalecientes en América Latina. Las más recientes elecciones las ganó Santiago Peña (más del 42 % de los votos), del oficialista Partido Colorado, con 75 años en el poder y heredero de la dictadura de Alfredo Stroessner.

     Ni Estados Unidos quería ese resultado, por lo que Washington, capital estadounidense, se esforzó por desacreditar al Partido Colorado, y en particular a Horacio Cartes, presidente paraguayo de 2013 a 2018, luego de un golpe blando contra el mandatario progresista Fernando Lugo, sacerdote de la Teología de la Liberación. Lugo tuvo que aguantar 94 tentativas de golpe.

     Cartes se había hecho dueño de 70 empresas, destacando una tabacalera (Tabesa), pero durante el periodo de gobierno posterior a Lugo sucedió que se incrementó de tal modo el tráfico de cocaína que Paraguay se convirtió en la gran plataforma de exportación de la droga hacia Europa. El banco BASA, de Cartes, se volvió parte de un enorme sistema de lavado de dinero con compras de tierras, edificios y otros bienes. Las operaciones de BASA eran superiores al producto interno bruto del país. Cartes se volvió "demasiado obvio" para Washington, como terminó ocurriéndole en Honduras a Juan Orlando Hernández (extraditado a Estados Unidos). Sin embargo, el Partido Colorado logró mantenerse en el gobierno, pese a ya no tener el dinero para ser la "aplanadora" de tiempo antes (Cartes tuvo que renunciar al llamado "Grupo Cartes" empresarial). Estados Unidos prefería una victoria del progresista Efraín Alegre.

     En Paraguay operan con toda tranquilidad agencias antinarcóticos -entre muchas otras- y militares estadounidenses. Stroessner no cayó sino por decisión estadounidense, y Washington hace lo que quiere en Paraguay, desde la producción de transgénicos hasta la habilitación de puertos para el paso de estupefacientes, pero "con discreción". Sin dejar de estar asociadas con Estados Unidos, algunas oligarquías latinoamericanas tienen margen de maniobra propio, aunque con frecuencia sobre la base de actividades ilícitas. En este sentido, y a reserva de volver sobre ello, debiera llamar la atención la fuerza conservada por la derecha chilena, pero también otras como la argentina y la brasileña, o la guatemalteca y la peruana, contra la que los partidarios del hoy ex mandatario Pedro Castillo no han podido demasiado. No hay mayores motivos para creer en alguna "gran oleada progresista" cuando el estado real de cosas tiende más bien al empate, salvo excepciones. Desde Paraguay (da click en el botón de reproducción).



domingo, 7 de mayo de 2023

¿CÓMO DESPERTAR?

 A diferencia de China, que evita sistemáticamente cualquier enfrentamiento abierto con Occidente (Estados Unidos y Europa Occidental), Rusia dice las cosas sin tapujos, aunque sin buscar la confrontación a toda costa.

      En Rusia tuvo lugar recientemente una Conferencia Internacional sobre la Multipolaridad, con la asistencia virtual de unos 100 "expertos" de 60 países, lo quno es menor. El canciller ruso, Serguei Lavrov, lo tomó como un esfuerzo por deshacerse de una unipolaridad que hace bastante rato que no es tal: como mínimo, hay un "G-2" o "condominio" entre Estados Unidos y China, tolerado por ambos, incluso a nivel de visión internacional del trabajo, lo que no ocurría con Donald J. Trump. China, a través de su presidente Xi Jinping (quien ya habló con su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski), ya se metió a intentar "mediar" en el conflicto ruso-ucraniano, pero al mismo tiempo acató el consejo de Estados Unidos: no se les ocurra vender armas a los rusos. A China no se le ha ocurrido.

     El otro que intentó mediar fue el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, quien considera que Rusia puede quedarse con Crimea y debe devolver el Donbás. Zelenski les tiende la mano a todos y los enreda. Apenas sugirió Lula una mínima culpa ucraniana en el conflicto, los teléfonos desde Washington, capital estadounidense, sonaron, incluso para la esposa del brasileño, quien tuvo que salir con una condena a Rusia. Tal pareciera que chinos y brasileños están en la confusión de moda entre objetividad y neutralidad. Si acaso, lo único que habría que negociar es un cese al fuego, porque ni Crimea ni las 4 regiones ucranianas incorporadas a Rusia van a volver a manos de Ucrania, aunque pueden servir de pretexto para que Zelenski siga hostigando.

     Hay indicios de que los cálculos de Rusia fallaron: Zelenski no cayó, logró imponer el miedo, hay una parte (centro-occidental) de Ucrania que no quiere a los rusos y en la que hay muchos intereses económicos occidentales metidos. El conflicto puede estancarse y refrendar la división de Ucrania, aunque no corresponde a la Historia.

     Como adalidad de la multipolaridad, Rusia maneja un discurso extraño, completamente ajeno a la realidad de lo que mueve a Occidente. Según Lavrov, el interés de un mundo multipolar es el diálogo respetuoso de civilizaciones, religiones y culturas, lo que, además de sonar bonito, recuerda alguna vieja iniciativa del socialdemócrata español José Luis Rodríguez Zapatero en la misma dirección. Es la respuesta a un invento estadounidense, el "choque de civilizaciones" de Samuel P. Huntington, que buscaba poner en ebullición al mundo islámico para contribuir a fracturar a la Federación Rusa. Lo que no queda claro es si civilizaciones, religiones y culturas existen al margen de sistemas socioeconómicos precisos, como "esencias", pero la deriva hacia la cultura es por lo demás algo en boga precisamente en Occidente. Ahora todo el mundo tiene algún pasado milenario, Rusia incluida, que además reclama en Eurasia un historial "colectivista" que el actual capitalismo está derruyendo. A lo sumo, pareciera una historia de la UNESCO (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia): cada quien a rescatar un "patrimonio cultural".

     Se supone que este respeto debiera dar lugar a intercambios de "ganar-ganar", la última moda empresarial. Pero, además, por ejemplo cuando se refiere a las relaciones con América Latina, Rusia las quiere sin azúcar, ni cafeína, ni conservadores artificiales: "desideologizadas" y "despolitizadas". No es tan nuevo: la Unión Soviética, por cuestiones de abastecerse de trigo, tuvo mejores relaciones con la dictadura argentina que con el Chile de Salvador Allende. A los "demócratas liberales" les encanta lo "desideologizado" y "despolitizado", y a lo chinos también. No queda más que una economía "neutra" y alguna "esencia cultural". Desde luego, Rusia no es inocente, pero en el discurso repite más de un lugar común de los "demócratas liberales", de la misma manera penosa en que el presidente ruso Vladimir Putin cree imposible el socialismo "porque los gastos superan a los ingresos", como si el marxismo dijera lo mismo que el Fondo Monetario Internacional.

      Algunos, como el estudioso Michael Parenti, creen que la multipolaridad es el paso de tránsito al socialismo, pero éste no interesa mayormente, a juzgar por la manera en que Estados Unidos logra vender sus mensajes. En el caso del continente americano, el Brasil de Lula ha hablado mucho, pero conseguido poco, algo nada extraño para la región. México, bajo la inspiración del canciller Marcelo Ebrard, ha tenido la ocurrencia de querer unir a todas las Américas (algo desestimado por Estados Unidos), es decir, sumar en un supuesto equivalente de la Unión Europea (UE) a América Latina y Estados Unidos (seguramente más Canadá). La idea de fondo tampoco es inocente: si los rusos quieren sacar a Estados Unidos de Eurasia, México quiere hacerle a Estados Unidos el trabajo de bloquear a China en las Américas. Así, al lado de una economía "neutra" -donde resulta que todos ganan- y una gran esencia cultural intocable, queda el "juego" geopolítico: para quien lo quiera, el del cálculo y el pragmatismo es el terreno en el que los estadounidenses son lo suficientemente fuertes para no perder tantas posiciones.

     India, que estaba ayudando a Rusia a evadir las sanciones, es otro país que, como China y Brasil, se hizo llamar a la orden por Estados Unidos y acató, con todo y su civilización, su cultura y sus religiones antediluvianas. Tampoco parece que cobre demasiado impulso el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Es demasiado pronto para juzgar de las iniciativas rusas (que trataron de resaltar a los BRICS desde un principio), pero si hay algo de llamativo, es una manera de plantear las cosas que parece "cocinada" entre "demócratas liberales" ("Desideologización", "despolitización"), organismos internacionales (civilizaciones, religiones y culturas) y uno que otro grupo de "expertos" (el equivalente de los Huntington: Valdai o Izborsk en Rusia). En estas condiciones, habría que preguntarle al izquierdista Slajov Zizek en qué realmente Rusia es "neofascista" (es ofensivo hablar así, y a diferencia de Ucrania, el fascismo en Rusia está prohibido), o a la ex cloboradora de RT en Español, Inna Afinogenova, en qué Rusia se está volviendo de "extrema derecha". Lo cierto -y perfectamente válido- es que Rsia está tratando de evitar ser decapitada como Estado nacional, lo que es totalmente válido. No es "la alternativa", pero sí bloqueda dos salidas capitalistas de la crisis: la bélica generalizada, como "destrucción creativa", y la del acceso a inmensas reservas de recursos naturales, aunque Rusia no haya completado su defensa de la "democracia soberana" con la autosuficiencia económica. Lo que está en juego, entonces, es la capacidad de muchos países para no despertarse un día con una soberanía meramente formal y, ya en la práctica, sin Estado y sin nación. Por ejemplo, con el nombre de Brasil en el mapa y la cabeza en inglés (da click en el botón de reproducción).



jueves, 4 de mayo de 2023

SÍ, NO LO TIENE NI OBAMA

 Algún problema  parece haber con el piso, que no está muy parejo. No han faltado quienes se han echado a perder criticando diariamente, y hasta varias veces por día, al gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México. Tampoco es que haya que defenderlo a capa y espada. Como lo hizo notar en su momento la periodista María Idalia Gómez, de Eje Central, si acaso lo hace el gobierno no es el único que polariza (en este espacio valoramos la independencia de criterio y ocurre que destaquemos cosas o personas positivas, como hace poco sobre tres periodistas mexicanas, ninguna partidaria de la autodenominada Cuarta Transformación: no nos dedicamos a golpear).

      Tan es así que, en la obsesión de los autodenominados "demócratas liberales", algunos asuntos simplemente se callan, como el hecho de que el Partido Acción Nacional (PAN), de derecha, no haya sabido gran cosa de gobernar entre el año 2000, cuando llegó Vicente Fox, y el 2012, de salida de Felipe Calderón, ninguno de los cuales, a diferencia de ex mandatarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI), parece haber entendido que el sistema, por encima de preferencias partidarias, tiene reglas que le dan estabilidad: una de ellas, la de callarse terminada la presidencia de turno (a final de cuentas, incluso alguien como el ex mandatario Ernesto Zedillo se inclinó por la discreción). Desafortunadamente para un partido de derecha al que no le faltaron buenos elementos (desde Bernardo Bátiz y el coahuilense Jesús González Schmal hasta el ex gobernador de Chihuahua, Javier Corral), los gobiernos de Acción Nacional se vieron marcados por la corrupción galopante, del escándalo Oceanografía de los hijos de Martha Sahagún durante el sexenio de Fox al del súperpolicía Genaro García Luna con Calderón).

      No queda muy bien claro con qué cara se presenta el PAN ante los electores. Lo que destaca, en estos días, es otro escándalo de corrupción, llamado del "Cártel Inmobiliario", en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México, y que involucra a tres alcaldes blanquiazules: Jorge Romero, Christian von Roehrich (tras las rejas) y el actual, Santiago Taboada. Algunos de ellos alegan "persecusión política", pero lo que permitieron salta a la vista: más de mil construcciones ilegales, en particular con pisos de más, en la alcaldía, a cambio de sobornos y departamentos en lugares como City Towers. Sin ser de clase alta, pero sí de clase media acomodada, la alcaldía estaba junto con San Pedro Garza García (Nuevo León) como el lugar con la mejor calidad de vida de México, sobre todo por los servicios ofrecidos y una ubicación privilegiada. Nunca fue un secreto que la alcaldía era panista a morir, incluso entre habitantes menos beneficiados como los del multifamiliar Miguel Alemán.

     La mentalidad de muchos de los habitantes de la Benito Juárez fue siempre entrarle a la corrupción porque "así se arreglan las cosas en México", es decir, por creer que el país entero es de gente corrupta, una forma de darse licencia para hacer otro tanto. Los departamentos para Jorge Romero eran cosa sabida. Las construcciones irregulares pulularon al grado que no faltó quien se preguntara si la alcaldía no estaba lavando dinero en grande. Hubo tiempos de negocios turbios, de refugio para narcotraficantes (como uno de los hermanos Beltrán Leyva) y, desde los '80, de locales extraños para el trasiego de drogas, a veces no muy escondido. El caso es que se creó desde hace mucho un clima en el que a los tres indiciados, parte del grupo los Ocean, debe haberles parecido que no hacían nada fuera de lo "normal" y que, por lo mismo, podían quedar impunes. Tuvieron tiempo de darle una buena desfigurada a la alcaldía, encantada de que "circulaba dinero". 

     En 2012, existió la oportunidad de que la entonces delegación Benito Juárez cambiara de manos, pero Jorge Romero seguramente no ignore cómo ganó: robándole la elección, con argucias legales, a Leticia Varela, en una diferencia de 500 votos. El asunto consistió en bloquearle la impugnación a Varela (Partido de la Revolución Democrática). Varela ofreció más adelante pruebas de la corrupción de Romero, pero fueron bloqueadas. La candidata no tenía nada que ver con el Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa), hoy oficialista. Lo increíble es que Taboada, hasta hace poco, haya figurado como favorito de la oposición en la Ciudad de México, sin que los opositores (incluyendo a Movimiento Ciudadano, para lo que basta con ver lo que ocurre en Jalisco y en Nuevo León) se den cuenta de que carecen de proyecto que no sea el de delinquir. Ya llegaron por lo demás a Yucatán, después de haber convertido Guanajuato y Tamaulipas en infiernos. A diferencia del PRI, los del PAN nunca se preocuparon mayormente de hablar de la nación, al no ser herederos de un proyecto nacional-popular. Lo dicho no quiere decir que no exista gente honesta, como entre otros justamente Varela, alguien muy profesionalizado en el conocimiento de la administración pública.

     En su momento, Jorge Romero, quien era muy cercano a Mariana Gómez del Campo, no tuvo empacho en delinquir contra su propio partido para imponer a su facción, por ejemplo con falsificaciones del padrón electoral interno, lo que fracturó al PAN capitalino.

     Hace rato que más de un partido político se volvió ante todo, y a falta de disciplina y militancia, un medio de movilidad social ascendente. Fue lo que fracturó al PRI, aunque este partido curiosamente mantiene hasta hoy algunas estructuras internas sólidas de formación política (es el único caso, porque MoReNa no puede). No está claro si no pasará algo similar con el oficialismo, cuya clientela no está entre los pobres, sino en la clase media baja. A sabiendas de que no puede ir muy lejos, la oposición ha decidido golpear a la jefe de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, esperando que el sucesor sea el canciller Marcelo Ebrard y que rompa con el lópezobradorismo, garantizando en lo posible la permanencia de los negocios y el enfeudamiento a Estados Unidos. 

     El PRI garantizó poco más de medio siglo de estabilidad en México, aunque ya con dificultades entre los años '80 y los 90 (contando a partir de 1946). El PAN ha mostrado que la derecha está ocupada sobre todo en actividades ilícitas, como en el resto de América Latina. El futuro de México puede tener menos continuidad de lo que se piensa. 30 años o un poco más de desmantelamiento del interés y el espacio públicos no pasan en vano: falta el "factor humano", más allá de ciertas especificidades de López Obrador, y no puede saberse si aparecerá para darle a México algún rumbo. En este momento no hay quien lo tenga, y, por lo que hace a la derecha, no vió más que por sí misma, durante 12 años, algo que no hacía ni el PRI.




miércoles, 3 de mayo de 2023

CUANDO TE DAN UN CONSEJO

 De la cifra hubo rumores, e incluso desde muy cerca de la presidencia se dijo que era superior a la de la Estafa Maestra. El señor John Ackerman tuvo la ocasión de hacer la revelación, pero optó por callar. Se trata del monto de dinero público que, a través de un consejo para la ciencia, terminó en manos privadas (incluyendo las de muchas transnacionales) sin que los empresarios tuvieran que devolver, innovar o siquiera dar cuentas de absolutamente nada. Se les regaló el dinero: si hicieron ciencia o tecnología, nadie lo sabe. En diferentes escalas, tráficos por el estilo hubo bastantes, suficientes para una "burocracia dorada" (de unas 85 personas en la universidad pública) y una casta de científicos para quienes la "honrada medianía" juarista es el equivalente de "no saber hacerla". Sus nombres se repiten una y otra vez, y hablan incluso en nombre de una comunidad científica que no existe, porque está fracturada.

      Ahora que el gobierno mexicano aprobó al vapor una ley de ciencia, saltaron los de siempre, sin faltar el que criticara a la "ciencia de Estado", y en este sentido "ideologizada". Saltaron los periodistas como Julián Andrade Jardí, con sus apellidos como licencia para no averiguar de qué se habla, para decir que la directora del consejo de ciencia estaba haciendo "marxismo" (!), y también "ideologizada". No se trata más que de descalificaciones: si es estatal es malo, si es marxismo, aunque no lo sea, es ideología.

     Tan no es "marxismo" que, en algunos aspectos, la nueva ley de ciencia no pudo pasarse de un lenguaje empresarial: no hizo un plan ni un programa, sino que estableció una "agenda", como decidió promover el "emprendedurismo" de los jóvenes; ahora los materiales a leer para establecer una "agenda" se llaman "insumos". El gobierno mexicano actual no está reñido con el capitalismo, salvo en la cabeza de Claudio X. González y una parte de la patronal vieja.

     La ciencia mexicana reciente -mucha innovación tecnológica no hay, pese a la existencia de talentos- se rige por criterios clientelares. No premia el trabajo, pero tampoco privilegia los negocios, salvo excepciones, sino que recompensa la capacidad de "hacer política". Desafortunadamente para la directora del consejo de ciencia, arrancó con una recompensa como investigador inmerecida para el fiscal general de la república, y con un nombramiento igual de desatinado en un Centro Público de Investigación.

     El problema con la nueva "agenda" es que no garantiza que se premie el trabajo en lugar de la pertenencia a redes clientelares y la distribución de beneficios que suponen. Si la agenda será "temática", como lo sugiere la ley, además de "horizontal" y "transversal", se arriesgará a que caigan como abejas a la colmena los mismos temas machacones de la moda y la Agenda 2030 de Naciones Unidas, para empezar: se recompensarán temas de género, de medio ambiente y cambio climático, de pueblos originarios, de afromexicanos (todo ésto se encuentra en la "agenda") y "equiparables", en nombre del lavado de cerebro que Boaventura de Sousa Santos logró en el consejo de ciencia, y puede que en una directora que no viene de ciencias sociales y Humanidades, pero que se embarca en la "pluralidad de saberes" y la "equidad epistémica". Si en materia de salud México debía ser Dinamarca, tal vez en educación superior logre lo que Nueva Zelanda: tener en los planes de estudio saberes maoríes, siendo éstos la tribu principal del lugar. No es más que la otra cara del agringamiento, considerando que en Estados Unidos la pelea entre Demócratas y Republicanos es fuerte ´por los planes de estudio. El otro aspecto es algo penoso: al parecer austero, el consejo de la ciencia en México no ve demasiado mal tener a gente medio popular sin idea de su trabajo, por más "ganas" que le eche al asunto (ahora educar al pueblo es coartarlo en su libertad).

     No hay garantía, en suma, pese a cierta demagogia y aspectos positivos, de que la ciencia mexicana no siga siendo como lo es el deporte: repleto de aficionados echando porras, con delegaciones increíbles de funcionarios incompetentes, los deportistas que aman lo que hacen -con vocación- tienen que pasar las de caín para sostener sus actividades mientras les cae encima un montón de parásitos y vividores. Sólo ocasionalmente pasa alguna persona con la idea de que las cosas pudieran ser de otra manera que clientelar y para lo que se llama "sacar raja". La ley no se da cuenta de que la muy buena idea de promover la ciencia básica y de frontera está reñida con las agendas "temáticas", por ejemplo. Como sea, los problemas más graves del país no están sugeridos como prioritarios, para no coartar la libertad de nadie, y la "agenda temática", en plena demagogia, no busca más que lograr que una parte de los científicos se sienta con la posibilidad de hacerse de poderes en nombre de tales o cuales "saberes". La práctica es vieja, las generaciones algo más nuevas. (foto: María del Rosario Espinoza, taekwondoína mexicana).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...