Estados Unidos ha venido haciendo toda una política de recuperación de posiciones en Sudamérica, lo que incluye a Bolivia, el país del mundo con las mayores riquezas de litio. Actualmente, la ventaja del Movimiento al Socialismo (MAS) en el gobierno es sobre todo la desarticulación de la oposición. Los enfrentamientos dentro del MAS pueden contribuir a una situación caótica. Con una flamante encargada de negocios, Debra Hevia, Estados Unidos fomenta candidatos de cara a las elecciones de 2025, en particular entre los cruceños y cochabambinos (oriente), con antiguas figuras como Manfred Reyes y Johnny Fernández (por lo pronto). La apuesta sigue siendo en parte la división regional, aunque también la fabricación del espantajo de un supuesto "narcogobierno" y el ahondamiento de las divisiones dentro del MAS, jugando en parte la carta "indigenista". Algunos libertarios no tienen clara la diferencia entre el líder sindicalista Evo Morales y un jefe sioux. Es de esperar que Morales lo entienda.
Lo dicho tiene que ver con una información grave del portal Rebelión. El marido de Katherine Ledebur es un médico de origen cubano que trata a Morales. Ledebur y marido están ligados a las orientaciones cubano-estadounidenses de Miami. Ledebur, quien dirige la Red de Información Andina, financia activamente la radio Kausachun Coca, partidaria de Morales. Los fondos para este y otros objetivos entre los indígenas provienen de una compañía como BlackRock y de Alexander Soros, hijo de George Soros. Desde la llegada de Hevia, por lo demás, la presencia estadounidense en las regiones que apoyan a Morales se ha incrementado.
Dos cosas deben ser tomadas en cuenta, además de que varios líderes progresistas latinoamericanos están en la Internacional Progresista del Demócrata estadounidense Bernie Sanders. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente brasileño; Francia Márquez, vicepresidente colombiana o algunos antiguos miembros del gobierno chileno de Gabriel Boric, como Giorgio Jackson (Internacional Progresista) se han manifestado a favor de los Demócratas estadounidenses y del presidente Joseph Biden o del magnate George Soros. Morales ha tenido en el pasado cierto acercamiento con el presidente estadounidense William Clinton y con el presidente James Carter, además de compartir el mundo de las organizaciones no gubernamentales que inundan el área andina. En algún momento en su pasado onegeísta Morales tuvo que ver con Human Rights Watch/Americas, financiada por Soros. No se trata de demeritar a Evo Morales en un momento delicado, ni al ex vicepresidente Alvaro García Linera (pese a su excesivo "indigenismo" a falta de "sujeto social"), pero hace buen rato que más de un progresista se ha creído la política "inclusiva" Demócrata (¿qué hace el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa en la Internacional de Sanders?). Ya ha habido ocasión de mencionar a quienes están en la Internacional Progresista, y es de deplorar como versión "a la derecha" o al "extremo centro" de la decaída socialdemocracia. Ni siquiera queda claro qué hace García Linera en dicha Internacional.
Hay otros casos, como el de la cubana Mariela Castro, el del brasileño Fernando Haddad que tiene en jaque a la educación y la salud brasileñas, Sacha Llorenti (del ALBA-TCP-Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), el ex candidato ecuatoriano a vicepresidente, Andrés Arauz y la comunista chilena Karol Cariola.
Lo que deja en claro la situación boliviana, como la mexicana, es que Estados Unidos juega varias cartas a la vez, a la izquierda y a la derecha, para estancar las situaciones internas, crear parálisis y entretanto sacar provecho. Es una pena decirlo, pero a la Internacional mencionada se han sumado el gobernante Movimiento Semilla guatemalteco y el partido hondureño Libertad y Refundación, igualmente gobernante y de Manuel Zelaya, además del presidente colombiano Gustavo Petro. No es cuestión de estar por principio contra Estados Unidos, pero tampoco de ignorar lo que los Demócratas han venido haciendo en América Latina: todo un cálculo de recuperación de espacios perdidos, tal vez mientras la izquierda de origen nacionalista-popular no pierde sus hábitos de "maniobra", creyendo ser ella la que se sirve de "las contradicciones del enemigo". En todo caso, no queda clara la amistad con el gran capital estadounidense del que desde los años '90 está agarrado un partido Demócrata convertido un un club de arribistas. De paso, la Internacional Progresista es una de las vías mediante las cuales desde Estados Unidos se está fagocitando a las universidades públicas latinoamericanas.
Evo Morales, a fuerza de hacer énfasis en los indígenas, puede llegar a ser líder de facción y no exento de un personalismo hartante. Quienes sí saben lo que hacen son los estadounidenses al buscar reiteradamente la desestabilización de Bolivia (da click en el botón de reproducción).