La Internacional Progresista (IP) del político Demócrata estadounidense Bernie Sanders se ha tragado a buena parte del progresismo latinoamericano, incluyendo el que se ubica en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), que organiza regularmente auténticos maratones de palabras. La IP promete lo que cree que es lo mejor, y tal vez deba llamarse la atención no sobre el "postcapitalismo" y la eliminación del "culto al trabajo" (no queda claro para qué tipo de régimen socioeconómico es la pedrada), sino el mundo "próspero", que "invierta en un futuro dichoso de abundancia compartida", sin que se diga en el portal de la organización entre quiénes hay que compartir. Esta "abundancia compartida" en la prosperidad no puede no recordar la promesa de campaña de la oficialista candidata mexicana Claudia Sheinbaum, de "prosperidad compartida", si bien el último que tuvo una ocurrencia más o menos parecida fue el presidente mexicano Luis Echeverría con su "desarrollo compartido". Lo dicho por la IP o por Sheinbaum es una promesa de inclusión en sabrá Dios que "caudalosos ríos de leche y miel", parafraseando el himno del Frente Sandinista nicaraguense.
Los Demócratas estadounidenses y los .campi universitarios estadounidenses se han especializado en el "levantamiento de fondos" (fund raising), para obtener dinero o subsidios sobre la base de "intereses especiales". Quien quiera "compartir la abundancia" -suponiendo que es para todos- tiene que recitar alguno de los temas en boga, para lo que basta con ver el portal de CLACSO: mujeres, desde luego; infancias y adolescencias; migraciones; violencia; medio ambiente; Derechos Humanos y paz, y si acaso una pizca de "trabajo" si es el lugar del activismo en los sindicatos. Recientemente se ha agregado la "descolonización", también un tema de la IP, a pesar de que Estados Unidos no ha sido nunca potencia colonial y ha operado más bien sobre la base de una dominación informal que no se aborda. La gracia está en agarrar alguno de esos temas -o de minorías sexuales o raciales, sean "pueblos originarios" o "afrodescendientes" para ganar en lo que se da en llamar "visibilidad" y, a partir de aquí, hacerse de fondos. Para más señas, se toca así en parte la Agenda 2030 de Naciones Unidas y supuestos simpáticos, como el de que tal vez nadie ha llegado a la madurez sino que es un pequeño niño o un eterno adolescente, o como "el derecho a migrar", entiéndase que a entrar a como dé lugar en el Arca de Noé estadounidense. Se aproximan tiempos solares, eólicos y "de mujeres", incluso a pesar de que, sí el "tiempo de mujeres" se convierte en "preferencia por las mujeres" (y no exactamente la caballeresca de antaño), en casos como el de México es anticonstitucional: la "discriminación positiva" atenta contra los principios de no discriminación y de igualdad entre el hombre y la mujer. En fin, que se trata de saber "armar la cosa" para ajustarse a lo que se llama "la agenda" y recoger fondos con frecuencia condicionados -implícita o explícitamente- a que los descritos sean los temas abordados.
Lo anterior implica el acomodo a una "agenda global", no ajena a grandes intereses económicos, y el abandono de la realidad nacional hasta grados graves: no se abordan temáticas como la de la evolución salarial, las nuevas ocupaciones, el empleo, el desempleo, el subempleo y el empleo informal, por ejemplo; no se toca el tema de la diversificación de la "clase" media; no se aborda la situación del campo y tampoco se tratan los problemas de urbanización desbocada y desordenada; se desconoce la evolución del sector terciario (servicios) y ni se diga la de la diversificación industrial, nacional o de maquila; no existe ya el menor trabajo teórico; no se aborda la inversión extranjera directa e indirecta, ni la estructura del comercio exterior, ni se trata de los efectos del libre comercio; no se explican las diferencias entre países cuando son señaladas y la Historia no presenta el menor interés; las Humanidades se reducen a una manera de hacerse el interesante, como las relaciones internacionales a repeticiones de Goldman Sachs sobre los BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica e invitados) sin siquiera un examen de tendencias económicas reales, así se esté en realidad muy lejos de la "multipolaridad". Aunque se trata de violencia, no se aborda a fondo el crimen organizado o el narcotráfico; tampoco la minería o las bases militares extranjeras, ni se evalúan programas de gobierno detallados, si los hay. No se discuten los valores de la derecha fuera de acusarla de "ahí viene el fascismo". Si bien se habla de "reducir la desigualdad", no se toca el tema de las distintas formas de pobreza. Al parecer, no queda más que la creencia de que "la torta debe crecer" para repartirla mejor y "compartir". Tampoco hay, a decir verdad, una idea algo más nítida de futuro, salvo para un catastrofismo no siempre justificado: un día se está al borde de la Tercera Guerra Mundial y al siguiente de la lencería El Refugio, por decir algo, o del cambio climático -no es que no exista- para vender el nuevo negocio de las energías renovables. Pese a que no hace acuerdo científico, se persiste en el darwinismo: el apto es el que sabe acomodarse, pareciera que ya sin mayor idea de que está haciendo de la trampa razón de vida al no atender más que una "agenda global" y darle la espalda a la patria. Los todavía más aptos encuentran la manera de hacer clientela con los intereses-especiales-que-levantan-fondos. Al final, se está en el "extremo centro" que no llega ni a socialdemocracia, ni a la "tercera vía" alguna vez de William Clinton y Tony Blair. La ciencia social no es Lenin, es Lennon, "Imagine" y "Hey Jude", con vagas apelaciones al pueblo como lo pop. Por lo pronto, esta Odisea en el espacio es una nueva fachada de apariencia "abundante" mientras no nada más se desatienden por completo los grandes problemas nacionales, sino que no se quiere trabajar en ellos y, en el peor de los casos, se los confunde con "la agenda global". Algo tiene que haber pasado para que CLACSO esté en la IP sin mayor empacho. Por lo demás, hay cierta generación de malicia: la suficiente para adular a "grandes pensadores latinoamericanos" y a uno que otro político de izquierda y colocarse con la "nueva agenda", todo cuestión de hacerse de un "plus". Del arribismo no se sale así como así (da click en tu 45).