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miércoles, 30 de octubre de 2024

PUNTO, Y...APARTE

 Recientemente, una sexóloga mexicana, ante la insistencia de la audiencia, volvió a pronunciarse sobre la "entrada por la puerta trasera": además de dar datos de que, mientras a muchos hombres les gusta, a una mayoría de mujeres no, digo estar en este segundo lugar, agregando que considera que se trata de una práctica más dolorosa que placentera y que es sucia. Otra vez salió la horda de los llamados "neoliberales" en defensa de la propiedad privada, con la que cada propietario hace lo que mejor le plaza "mientras no dañe a terceros" (querrá decir "a otros", salvo que en una relación de pareja se especifique quién es el "tercero": lenguaje de aseguradora). Hay quien defiende el "amor libre", sin decir "libre de qué"; quien dice que es "libertad de experimentar", como si la cama fuera un laboratorio (en fin, no se trata de prohibir vocaciones científicas); y quien se pone mal porque la sexóloga dijo que le parece algo sucio; es su gusto, como a otros no les gustan los nopales, por la baba. Si alguien tiene otro gusto, pues que diga por qué no es sucio, o no se está discutiendo de nada. Como la Web está repleta de información sobre el asunto, hay hasta quien es explícito sobre lo que ocurre cuando, mientras el uno entra por la puerta trasera, el otro la goza tanto que relaja los esfínteres. En fin, la sexóloga dice que es un lugar donde puede haber bacterias y es más probable que, sin precauciones, se pueda contraer una enfermedad de transmisión sexual. Nada que no conozcan los homosexuales, ni los que, además de lubricante y preservativo, llegan a tener que recurrir al antibiótico. Sobre todo si es la fiesta back room y es de a muchos por noche, tipo San Francisco. Habría que dejarla como en los nopales: a unos les gusta la consistencia y a otros no. Pues bien, en honor a la propiedad privada de cada uno y su libertad y derecho de hacer lo que quiera, y además expresarse libremente, hay a quienes la entrada por la puerta trasera les parece sucio y a quienes no. Salvo que se trate de otra cosa. No es problema de "lo prohibido" ni de lo "pecaminoso", ni tiene interés ser "liberado" y open minded.

      En otro programa, más claro ("Sexo anal"), una psicóloga brasileña dice que no le gusta, pero que no sabe si no le encantará dentro de diez años. La entrevista es con una mujer sudamericana que ya le encontró el gusto. Lo interesante es que es una actriz porno. Ella misma explica, para que no haya confusiones, que no es natural entrar por la puerta de atrás, por una simple cuestión anatómica de "tres aros" que también explica la psicóloga brasileña. No se está diciendo que "no es natural" porque es un "pecado nefando" o algo "prohibido", sino porque es posible demostrar que la anatomía humana, simple y llanamente, no está hecha para "entrar por la puerta trasera"; se explica que con frecuencia se tenga que recurrir a medios artificiales para reducir los riesgos, a reserva de que haya a quien le gusten los riesgos o lo artificial, claro, "mientras no dañe a terceros". También es explicable que, si es cuestión de gustos, haya quien prefiera algo más natural. No es necesario hostigar con que se trata de mojigatería o de temor al riesgo. Cada uno a lo suyo, salvo que se trata no de algo que "siempre ha existido, sólo que ahora se habla", sino de una práctica que ha ido en aumento.

      Esa es la verdadera materia. La explicación de la sexóloga mexicana es que la práctica, antes muy marginal, ha ido en aumento por una razón: la facilidad de acceso a la industria porno. O en gustos se rompen géneros, y cualquiera está en libertad y en su derecho de considerar que le parece sucio; cosas de la pluralidad. O entonces es debatible y, de entrada, puede decirse que todo el mundo sabe que la industria porno no es asunto de sentimientos, sino de "uso" del otro para beneficio propio, así se le llame placer o satisfacción. No hay más que un paso al uso de instrumentos, puesto que el otro es un instrumento u objeto para la satisfacción propia, de tal modo que incluso recibe un salario y vende una mercancía, energía corporal (no el cuerpo, puesto que aquí no se habla de trata o de esclavitud). Es una mercantilización de la actividad sexual y, como negocio, está disponible para deseos y fantasías de quien lo desee. Felicidades para quien considere que entra por la puerta de atrás ante todo para darle un gustazo a su pareja, y para la pareja que da su consentimiento, a su vez, porque quiere ver de lo más feliz a su partner. El problema es que no es de lo que trata la industria porno, ni la actriz porno mencionada, sino de la libertad y el derecho de usar al otro si hay consentimiento de por medio, en cuyo caso se trata de uso mutuo, cada quien para satisfacer el interés propío: si no es asunto de dominación y sumisión, puede que se haya inventado esta variante del "ganar-ganar", o sea, "tú te beneficias y yo me beneficio". Alguien podrá decir que es "economía de cuidados" y que debe remunerarse. Después de todo, quien recurre a un servicio sexual paga por obtener un beneficio, y quien lo otorga se lleva también un beneficio, por lo que se trata de un feliz intercambio y no es posible hablar de prostitución, sino del "trabajo" de una sexoservidora (que la afilien al IMSS y al INFONAVIT). No por nada es algo tolerado y existen "zonas de tolerancia", porque ya no se les llama "zonas rojas". Tan tolerado como el narcomenudeo y meterse cualquier cosa sin ser mayormente incomodado, mientras no sea motivo de escándalo. No es delito contra la propiedad. Que no se diga que no es muy lógico, formalmente al menos. Lo único que no cuadra es que la entrada por la puerta trasera no es del agrado de una importante mayoría -aunque no sea abrumadora- de mujeres. Ni siquiera con el "ganar-ganar". Hay "algo" que agrada a muchos hombres y que no es "del gusto" de una mayoría de mujeres, y que, a juzgar por los testimonios, puede que no sea el acto en sí: a lo que suena es a lo que dicen todas las expresiones machistas en diversas partes del mundo, que asocian la entrada por la salida con la humillación. Si va a resultar que hasta en estos temas se trata de "democracia", en fin, que se distingan de qué mayoría y qué minoría se va en el asunto, porque a la mayoría de los hombres les gusta lo que a la mayoría de las mujeres no. O se educa contra el machismo, o cuando menos se respetan las minorías y las mayorías, a ver cómo. Supongamos que una minoría de hombres no tiene gusto en entrar por la puerta de atrás, y debe ser tan respetado y tolerado como la mayoría de mujeres que son del mismo gusto. Que la mayoría de hombres se las ingenie con una minoría de menosz del 40 % de las mujeres o con otros hombres, puesto que tampoco es necesario cerrar los ojos a la bisexualidad.

      Recientemente, un hombre mexiquense (del estado de México, en México) fue mandado a la cárcel porque entró por la puerta de atrás de un perrito. Fue enviado a la cárcel, por maltrato a un animal, aunque en realidad debió ser mandado a rehabilitación mental, por problemas de zoofilia. Lo que se entiende es no que "afectó a terceros" (?), ni que el animal (o sea, el perrito) no dió su consentimiento, sino que tiene "sentimiento de sí" y fue lastimado en éste. Queda de tarea preguntarse si entre humanos, atención, no se está "en otro nivel", como efectivamente lo pretenden los open minded: sólo que no más alto, sino más bajo, si se toma en cuenta que el ser humano tiene también en principio "sentimiento de sí" y, además, conciencia. No vaya a ser que más de uno obtenga el consentimiento no para "nada más la puntita", que es lo anatómicamente "posible", sino para, como se dice coloquialmente en México, andar de "culero" o "pasarse de verga". Es decir, para hacer pasar el interés particular del macho o del gay por interés general, que no atienden los tontos "reprimidos". Si es así, entonces es que hay que saber llevarse y no jugar sucio: en el plano de las creencias, para dejar de lado las parejas win win que además acepten el switch. Si va a ser erótico, que sea completo y de pareja "pareja", no como las matinées de Edwige Fenech o Ugo Tognazzi. Lo demás, tal vez lo pueda explicar el escritor mexicano Enrique Serna, que parece haber entendido a la maravilla a José José (donde las toman, las dan). Aquí el consentimiento libre, pleno e informado, fofera chilanga (da click en el botón de reproducción).




martes, 29 de octubre de 2024

MI GUSTO ES

 La presidentA de México, Claudia Sheinbaum, decidió dar una Pensión de Bienestar para Mujeres de 60 a 64 años. No se trata de ninguna medida de igualdad, sino de lo que se conoce como "discriminación positiva", es decir, de una preferencia (vamos a pensar que no es un privilegio) por una parte de la población, considerada además "adulta mayor". No es sino la traducción del estilo estadounidense de lo que se considera "senior", en una sociedad, la de Estados Unidos, en la que si no, se puede ser ""junior". Al ritmo que se tiene, el problema de la madurez no se plantea, ni nada sobre lo que significa, cuando en realidad de 60 a 64 años tal vez se trate más de edad madura que de "adultos mayores". Los otros a considerar son los infantes y, como no se trata de ninguna madurez, es más bien de celebrar la infancia, porque se supone que "infancia es destino", cuando no se celebra al adulto como "niño grandote" o como alguien que no superó algún trauma de infancia. "Calladito, te ves más bonito" se aplica ahora al hombre, a la persona madura y que trabaja y es productiva. Es un paréntesis entre la infancia y el "adulto mayor", que son considerados grupos "vulnerables" (de donde el "interés superior de la niñez", por ejemplo). El resultado puede ser otra de las joyas del "sistema": pór ejemplo, el "papá de azúcar" (sugar daddy) que se encuentra una pareja 30 años más joven, o por el estilo. En fin, el primer mensaje agraciado de la Pensión es que a los 60 ya se es "adulto mayor".

       Como se trata de "discriminación positiva", la medida es anticonstitucional, porque establece una desigualdad entre mujeres y hombres, a favor de las primeras, lo que contraviene el artículo primero de la Constitución de México, en el sentido de prohibir toda forma de discriminación, incluidas las de género; y el artículo 4o, según el cual "la mujer y el hombre son iguales ante la ley". Pues no: resulta que las hay "más iguales que otros", por el hecho de ser mujeres, así que se trata de una excepcionalidad. Queda por saber si no fue, en parte, el resultado de una mercadotecnia bien calculada: cerca de la mitad de las mujeres en México no trabaja y las amas de casa -es decir, las mujeres que se dedican al hogar- votaron masivamente por Sheinbaum. Parte del asunto tiene que ver también con la "economía de los cuidados" que promueve Naciones Unidas. En fin: buena manera de ganarse votos entre la mitad de la población y de introducir una moda internacional más. Si de igualdad se trata, es mejor lo que también promueve Sheinbaum: igualdad de salarios entre hombres y mujeres, es decir, a mismo trabajo, mismo salario. Es igualmente correcto que una persona "trabajadora del hogar" tenga prestaciones sociales, como cualquier asalariado. Sin embargo, no hay manera de que, al menos la Web, decida que las amas de casa hacen un trabajo: hacen labores o tareas domésticas. No es nada más asunto de salario, sino de que cambiar pañales, tender camas, limpiar el piso y hacer algo de comer no representan forzosamente un trabajo, porque no implican lo que un trabajo en términos de creación, salvo si acaso en la cocina. Es por lo mismo que a veces, para colaborar "con el gasto", una que otra mujer se lanza a poner su lugar de "comida casera" o "cocina económica"". Que se sepa, nadie ofrece como trabajo cambiar pañales, limpiar los trastes de la familia, lavar el piso de la sala, tender la cama o regañar a los niños. Es más, Sheinbaum se aventó a hablar hasta de "cuidar al marido", lo que, se supone, no es ningún trabajo, al menos no que se ofrezca en el mercado ("Se cuidan maridos"). Como decía el tío Gamboín, "ojo, mucho ojo" si alguien le ofrece a un ama de casa, como trabajo, cuidarle al marido. Para los niños, existe el trabajo remunerado de niñera, pero no hay ningún anuncio de periódico que diga "Se cambian pañales", ni "Se tienden camas" (otra cosa es un hotel). Ni "se educan niños". Si, según Sheinbaum (y no es la única), hay actividades no sujetas a mercantilización (a ser tratadas como mercancías), no existe ninguna razón para recompensar monetariamente labores o tareas domésticas, salvo que ese trabajo sea de "fuerza de trabajo". Lo que se está haciendo es del tipo del novio que después de besarse con la novia, le pregunte: ¿cuánto te debo?...¿O acaso no es una forma de cuidado?

    En realidad, se trata de una mercantilización más, en este caso, de las relaciones familiares. Lo peor es que es universal: la señora fifí que tiene empleada doméstica, se va al manicure, luego a cafetear con las amigas y en la tarde a clases de yoga, si tiene entre 60 y 64 años ¿hay manera de saber por qué se le va a premiar? Y que no se dude que es el ama de casa con derechos y libertades: o se las da el marido o se le recuerda quién es quién en el hogar. Si acaso, podría entenderse en los sectores más tradicionales en los que el machismo empieza por "no quiero que trabajes" o "quiero que cuando nos cásemos te salgas de trabajar". Si lo que se va a recompensar es el cuidado de la crianza de los niños, del hogar (limpieza, comida, planchadita a la ropa, etcétera) y "del marido", se trata de premiar, por simple lógica: que el señor de la casa no se ocupe de los niños (empezando por los pañales), ni de ayudarles en la tarea, por decir algo más; de que no colabore en asuntos domésticos o "del hogar", y de que sea "atendido como Dios manda", porque no puede ni servirse un café ni prepararse unos huevos. En suma, si fuera Pensión para lo que se entiende por "ama de casa", el resultado es "cría machos y échate a dormir", que al fin y al cabo al rato cae la pensión del bienestar. Ni siquiera está la gentileza de focalizar la ayuda en madres solteras o en mujeres que tienen "doble jornada", lo que sería más explicable, porque se trata en ambos casos de situaciones de desigualdad, y cabría restablecer la igualdad, a ver si el hombre deja de ausentarse de la parte que le corresponde o de tener a la mujer multiplicándose por dos. Pues no: ahora van a dar Pensión por ir a hacer la cola de las tortillas, falta por saber si es o no un trabajo. 

     De remate, la creencia está en que la señora tenga "autonomía financiera" y no sea víctima de "violencia económica". Perdón: ¿con tres mil pesos bimestrales?¿O sea, con mil 500 pesos mensuales alcanza para otra cosa que no sea "darse un gustito"? Es el segundo invento gracejada de Sheinbaum, después de "Mi beca para empezar": hasta de mil 180 pesos, empezando por 970, es decir que por cuidados de "toda una vida" una mujer recibirá mensualmente un poco más, no mucho, que un infante por cursar la secundaria. Aparte, gobierno codo, salvo el presidente Andrés Manuel López Obrador con la Pensión de Adultos Mayores, aunque no se explica que la reciba gente de buenos recursos y tenga el típico cinismo "clasemediero" de ir a arrancarle al gobierno hasta el último centavo. Mejor dar ayudas para algo que suene así como "Sembrando viudas" o "Jóvenes destruyendo el futuro", si lo tienen. Ah sí, decía el escritor Juan Rulfo que la vida no es muy seria en sus cosas. Salvo de que se trate de relanzar en algo el consumo, para no creerse que todo niño o toda mujer se merece sabrá Dios qué por el solo hecho de serlo, y al margen de cualquier mérito, salvo que se considere un mérito cambiar pañales, ponerse en la cola de las tortillas, tender una cama y barrer la sala: señores, si por estos asuntos les empiezan a dar "un gustito" desde los 60, piénsenlo y lléguenle. Nadie les va a dar un extra por andar todo el día trabajando como bestias de carga para, como se dice, "llevar el sustento a la casa". Ahora es que es la señora de la casa se la pasó "en chinga". Dios quiera que al llegar a casa luego de una jornada de trabajo extenuante ella no se haya ido al cine para gozar de su "autonomía financiera", dejando la cocina botada. Ni chistar, porque es "violencia económica". Y aquí más dulzura y delicadeza (da click en el botón de reproducción).



domingo, 27 de octubre de 2024

NADA DE ÉSTO FUE UN ERROR

 En la actualidad, a diferencia del pasado, el sadomasoquismo no está considerado como un problema psicológico, aunque no es infrecuente que se le critique a alguien ser "masoquista". Es mucho menos frecuente que se le diga a tal o cual que es sádico, pese a que existen formas de sadismo en algunos aspectos crecientes, en particular las ligadas al uso de drogas. Se supone que, si hay consentimiento, quedan admitidas las prácticas sexuales BDSM, y se pueden encontrar videos en la Web al respecto, sin prohibición. Siglas creadas en 1990, BDSM, se supone que se incluye la dominación y la sumisión y el bondage (esclavitud o cautiverio), lo que implica la inmovilización de la otra persona. Hay gente que no aguanta demasiado este "juego con consentimiento", según el filme Cincuenta sombras de Grey. Como sea, el sadomasoquismo "libre", "informado" y "pleno" ya no es considerado en los manuales oficiales de trastornos mentales como una patología. Es decir, si la otra persona está de acuerdo, no es considerado patológico ser sádico, como tampoco ser masoquista. Resulta que es "sexualidad alternativa" y al gusto de cada uno. Debe entenderse que hay prácticas sexuales en las que quien domina obtiene placer causando dolor, y que la persona sumisa lo obtiene aceptando la situación. Es un "intercambio erótico de poder", no es algo tan nuevo y se origina en prácticas homosexuales y no admite mucho a los switch, que gustan de cambiar los roles. Pareciera que fue en el pasado algo marginal, y que por el asunto del "consentimiento" se ha tratado de volver ""normal", tal vez al grado de que lo "marginal" se "normalice" y sea tolerado, con el mismo dicho repetitivo: "mientras no se afecte a otros". Para más señas, se entiende que el crimen organizado se tolera también "mientras no afecte a otros", es decir, mientras no afecte a gente no involucrada. Después de todo, el gobernador de Sonora, en México, Alfonso Durazo, llamó alguna vez a la población a no inquietarse -por lo que ocurría en Caborca- porque era cosa de "no meterse" y ya. En la ciudad de Guadalajara y alrededores es sabido lo dicho sobre el crimen organizado: "si uno no se mete con él, ellos no se meten con otros", es decir, con "terceros", lo que tal vez quiera decir que, en asuntos de narcotráfico, por ejemplo, cabe decidir si se da o no el "consentimiento informado" para consumir o meterse a traficar. Si no, basta con mirar a otro lado y evitarse paseos innecesarios por Culiacán o ciertos antros. Para el caso de que se alegue que las prácticas sadomasoquistas son tan viejas como la Humanidad o como los samurai, puede ser, pero no quiere decir que hayan sido toleradas o que hayan ido más allá de lo "marginal".

       Es tan tolerado que no faltan sitios no prohibidos de "sodomía BDSM" en la Web. Esto quiere decir, por lo BDSM, que lo marginal ya no lo es tanto. En cuanto a la sodomía, es frecuente el alegato de que es tan antigua como Sodoma y Gomorra y que, a fin de cuentas, también es cuestión de "consentimiento", y por cierto igualmente algo que se asociaba hasta hace algún tiempo con la homosexualidad. La razón es sencilla: no se procrea "por la puerta trasera", pero la relación sexual está hoy más allá de la procreación y en el "principio de placer", por lo que parece valer entrar por la salida (vaya). Hasta hace algún tiempo, se asociaba la sodomía con humillación, en el sentido de que la parte "activa" dominaba a la "pasiva", ya fuera entre dos hombres o entre un hombre y una mujer. La sodomía era tan parte del machismo que no era considerado homosexual, entre hombre y hombre, quien llevara la parte "activa", ni bisexual. Es un tema que el feminismo no toca.

      Una psicóloga mexicana, sexóloga, ante la marejada de preguntas para saber si la sodomía es válida o no, y ante la marejada de mujeres que explican en Youtube cómo lo gozan, consideró algo morbosa la cuestión, dijo que no era lo suyo, pero dió una pista interesante, más si se toma en cuenta que la marejada mencionada es de mujeres, no de hombres. Lo que hizo la sexóloga mexicana es lo siguiente: al hombre que le propusiera muy gentilmente -en plan de obtención del "consentimiento libre, pleno e informado"- entrar "por la puerta de atrás", decirle que sí, siempre y cuando el mismo hombre estuviera de acuerdo con que, con algún juguete o equivalente, la mujer también lo hiciera, es decir, que entrara "por la puerta de atrás del señor". Pues bien, ninguno aceptó, por lo que se trataba simple y sencillamente de desconocer aquéllo de que "no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a tí", o "trata a los demás como quieres que te traten". Y éso que la sexóloga no hacía más que, formalmente, ejercer sus propios "derechos y libertades" y pedir del hombre gentilmente su "consentimiento libre, pleno e informado". Si se quiere dejar en gustos, entonces cabe decir que hay gente a la que le gusta dominar y a la que le gusta ser dominada, lo que habla maravillas del "sistema " actual en su capacidad para obtener lo que se ha llamado "servidumbre voluntaria". Al mismo tiempo, lo que encontró la sexóloga mexicana es que a muchas personas no les gusta ser dominadas ni sumisas, empezando por la horda que quiere consentimiento para dominar y someter, y terminando por quien considera de iguales una relación de pareja, por lo que no hay lugar para que alguno domine y el otro consienta en que lo dominen. Se puede si se quiere dejar en asunto de gustos, pero si en gustos se rompen géneros, hay una parte de la gente que debe respetar a quien no quiere consentir, ser dominado o sometido ni mezclar placer con dolor. En este caso, cada uno a lo suyo, pero si no, es decir, si se empieza con que "todo el mundo lo hace", se trata de intereses particulares, no generales: a muchas mujeres y hombres no les gusta verse dominados, sometidos o humillados, y no queda más que pedir que a los hombres que no les gusta verse en esta situación, se pregunten por qué se la infligen a otros u otras: ¿por qué suponen que a otros u otras les gusta lo que ellos no están dispuestos a admitir de ninguna manera? No hay ningún secreto: porque quieren dominar sin ser dominados, y es algo que está por encima de gustos, por lo que las cosas cambian de terreno, más si se considera que es homosexual -como por lo general ocurre- al hombre que acepta que se le llegue "por la puerta trasera". Si lo logrado como prueba por la sexóloga mexicana es correcto, lo único que falta es que el hombre dominador sea un feminista empedernido que se maravilla de cuánta mujer acepta -gritándolo en Youtube y aconsejando con todo el know how- feliz de la vida lo que no le está permitido a ella. A ver, o hay tabúes o se termina con "lo que callamos las mujeres": no dejen de reclamar su derecho a ir al sex shop más cercano y comprarse un pene de plástico para entrar "por la puerta de atrás" de su galán, quien sin duda lo aceptará muy gustoso. Aunque si es como dice la sexóloga mencionada, el "todo el mundo lo hace" o "existe desde tiempos de la Biblia" es como "el mercado" o como el "¿qué querían que hiciera?": si lo marginal tiende a ser parte de lo normal, y como no es ni siquiera asunto de sexo, lo anormal es no aceptar alguna forma de contrato o convenio "libre, pleno e informado" para ser tratado de manera injusta. Es decir que es anormal tener cierto carácter y un poco de criterio para discernir entre "lo que es justo" y lo que no lo es. Es cierto, desde tiempos inmemoriales hay quienes aceptan la injusticia y quienes no. Y quienes la tienen tan arraigada que la practican y la consienten. Tienen que considerar que, si es supuestamente asunto de gustos, le deben respeto a quienes no aprecian la injusticia. O entonces estamos en otra cosa, que involucra la confusión entre aparato reproductor y excretor, lugar de entrada y de salida, pero apenas como expresión de cuando mínimo el tipo de confusión mental que considera que "lo que hay que tener" es la capacidad para normalizar la injusticia y tratar como marginal a quien no la acepta. Admirable. (da click en el botón de reproducción).



viernes, 25 de octubre de 2024

EL SÍNDROME DEL SEÑOR BARRIGA

 La izquierda, incluyendo con frecuencia la que queda hoy como comunista, no tiene mayor teoría, aunque no sea defecto exclusivo de aquélla. Existen trabajos académicos marxistas sobre el capitalismo actual, pero la izquierda está más interesada en "actuar", lo que implica una buena dosis de pragmatismo, para no decir que de simple acomodo a las circunstancias, según se vayan presentando. Es poco lo que se ha hecho sobre los medios de comunicación masiva, que se encargan de "sincronizar con la coyuntura", así sea de manera superficial. Y así, la izquierda con frecuencia no sólo no va más allá de la coyuntura, sin ver tendencias a mediano o largo plazos, sino que además repite palabras sin mucha consciencia de su significado, mientras los medios las lanzan para "crear una impresión" y, en más de una ocasión, buscar conseguir un "efecto" bastante primario en la audiencia, a través de la emoción.

      A lo anterior se agrega algo así como el "síndrome de renta" de los tiempos actuales, que hace que la izquierda, en vez de analizar lo específico de la actual crisis, viva de sus antiguos laureles. Al tenor en parte de los medios, "hay que" (the right stuff) vilipendiar a la derecha llenándola de etiquetas. Cuba ya se había lanzado en su momento, a principios del siglo XX, a denunciar el supuesto "fascismo" de George W. Bush, que por derechista que fuera no sólo no tenía gran cosa de "fascista", sino que además se unió al presidente Barack Obama y otros contra Donald J. Trump. Sin que a nadie le pasara en ningún momento por la cabeza decir de Obama que es "fascista", lo que no es. Dicho sea de paso, Trump tampoco es "fascista", ahora que otra vez Cuba se lanza a la "gran lucha" contra "el fascismo y el neo-fascismo", incluso en América Latina. Lo peor es que es la clase de gente que no recuerda nada de los coqueteos de dos populismos clásicos, el de Getúlio Vargas en Brasil y el de Juan Domingo Perón en Argentina, con el nazi-fascismo. Se trata de algo probado, pero tabú. Por lo pronto, no son tampoco "fascistas" el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro o el mandatario argentino Javier Milei, como tampoco, ni de lejos, lo es el presidente salvadoreño Nayib Bukele. Como se trata de personas a la derecha, y no al "centro", no son del gusto de los medios, que "gestionan" la política, buscando orientarla; ni siquiera son argumentos que Bolsonaro tenga vínculos con militares y sea pro-dictadura, sin más, porque "dictadura" y "fascismo" no son lo mismo. De lo que se trata, en parte, es de "impresionar" con algo de creación de miedo; para la izquierda, muy tristemente, se trata de colgarse de un mérito -el antifascismo- antiguo, pero no sin impostura, ya que hoy no se está luchando contra ningún "fascismo", ni siquiera en el caso de José Antonio Kast en Chile, pese a su "pinochetismo": Bolsonaro, por ejemplo, no asaltó un poder que no tiene, y Trump fue el primer presidente estadounidense sin guerras. Del mismo orden son los ataques contra Marine Le Pen (Agrupamiento Nacional) en Francia, que no es "fascismo". En esto, en vez de hacerse preguntas, la izquierda es nada más la caja de resonancia de los medios, y muestra temor a tener algún criterio propio que supuestamente la aísle. Recurre al mismo tiempo a la descalificación fácil, sin debatir, mucho menos en temas de valores, y al mismo tiempo, como un impostor, se presenta, como se dice coloquialmente en México, "saludando con sombrero ajeno", para ir a dar en lo mismo que los Demócratas estadounidenses y los medios, es decir, lo mismo que el gran capital, callando sobre el apoyo que dan a nedo-nazis de verdad, como los llamados "banderistas" en Ucrania. Simplemente, no hay coherencia, ni importa que la haya, porque si se trata de "antifascismo" habría que estar del lado de Rusia en el conflicto ucraniano. Tampoco. Entonces se trata de crear imagen para venderla y sacar la renta: es asunto publicitario. Como parte de la izquierda es fina y sútilmente utilizada por el gran capital para crear otra "impresión", la de "cambio" con "libertad", se obtiene renta recitando para ver si se logra también audiencia. Todo, penosamente, sin la menor distancia ante los medios de comunicación masiva, y creyendo que "izquierda" es un privilegio que da un derecho como el del señor Barriga en la vecindad del Chavo: pasar de vez en cuando a "cobrar". Más allá de casos aislados que utiliza el imperialismo, no hay "fascismo" en el horizonte, salvo para hacer una caricatura, denunciarlo y presentarse como alguien que merece votos para jugar al "no pasarán".

       Ya ha habido ocasión de decirlo, la izquierda, y en parte también la comunista, en medio de sus divisiones, renunció a su propia historia, aunque parezca dar una impresión de que no es así al presentarse como "antifascista". Hay de fondo un problema grave de valores, y prestarse a que la derecha, a veces no exenta de ridículo, atribuya ciertas cosas a lo que llama "marxismo cultural", también para descalificar, en el estilo de un Bolsonaro. Todo por no admitir que se perdió, y por no saber perder, porque se trata de rondar el poder y aferrarse a él -el presidente colombiano Gustavo Petro es de los que saben de esta "voluntad de poder"-, y no de atender necesidades sociales ni de los trabajadores, salvo excepciones. El remate suele consistir en agarrarse de China como de un clavo ardiendo: qué curioso, como lo hace el gran capital si hay posibilidad de negocio. Lo que es dormir con el enemigo. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 23 de octubre de 2024

¿ON TOY?

 A pesar de ciertas discrepancias en las fuentes, México sigue teniendo a varias de las ciudades más violentas del mundo, aunque sin relación con la pobreza, pese a las recientes dificultades del estado sureño de Chiapas. Las ciudades más violentas en México están ligadas al tránsito de droga hacia Estados Unidos. En los listados de las ciudades más violentas del mundo hay algunas nuevas, en particular la capital haitiana, Puerto Príncipe, y la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, en ambos casos con ligas, también, con el tráfico de droga. Algunas penosas excepciones en México tienen que ver con hábitos de ciertos grupos sociales y de turistas, como en Cuernavaca y Acapulco, entre las 20 más violentas. Se trata de casos tolerados.

      Entre lo nuevo está la ausencia de Caracas, capital venezolana: para ser precisos, era insegura desde antes del chavismo y salió de entre las primeras de la lista con el presidente venezolano Nicolás Maduro. Venezuela es un país de lejos más seguro que México. El crimen organizado en esa parte del Caribe pasa por Trinidad y Tobago. No es novedad que México esté acompañado de Colombia y Brasil, en gran medida también por asuntos de droga, a lo que cabe agregar que en Venezuela no mete sus narices Estados Unidos. La inclusión de Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, es nueva, y es la onceava ciudad más peligrosa del mundo. Además de la salida de Caracas, y de que hace ya cierto rato salió San Salvador, capital salvadoreña, cabe hacer notar una mayor seguridad en Centroamérica: salió del listado San Pedro Sula, en Honduras, ciudad que era de las más peligrosas del mundo, hasta caer al lugar 48, y también ha disminuido la violencia en Guatemala. Ciudad de Guatemala salió de la lista de las 50 más violentas, desde 2020. En Honduras, además de San Pedro Sula, ciudad más violenta del mundo durante cuatro años consecutivos, está, junto con el Distrito Central (50), a punto de salir de la lista. Esto ha venido sucediendo con el gobierno progresista de Xiomara Castro, que en algunos aspectos ha seguido al gobierno salvadoreño presidido por Nayib Bukele. Honduras es, con Haití, uno de los países más pobres de América Latina.

     No hay ninguna ciudad europea o asiática en la lista, pero sí hay, además de algunas sudafricanas, varias estadounidenses: Memphis, New Orleans, Baltimore, Cleveland, Detroit, Washington, ya sea ciudades con fuerte presencia de población negra o parte de un declive industrial ya de varias décadas. Algo llama la atención: no hay en la lista ciudades estadounidenses con fuerte población "hispana", al grado que, por ejemplo, no está Los Ángeles. No es así asunto de "sangre caliente", y entre las ciudades con importante población negra, el problema es añejo, y no está desligado del tráfico de droga.. Tampoco hay indicio claro de que sea un problema de inmigrantes. Si se consideran los casos de Estados Unidos y Sudáfrica, hay algo de problema de segregación en el que, en parte, intervienen hábitos de la población negra, por motivos históricos, lo que con frecuencia no se quiere reconocer. Después de todo, el Caribe también es en gran medida de población negra, y además de Puerto Príncipe y Puerto España, está el peligro de Kingston, en Jamaica, otra vez ligado al tráfico de droga. Una parte del Caribe es el paraíso turístico al lado de la segregación, aunque no es el caso de Haití. Si Estados Unidos es la gran potencia, no queda claro por qué no puede con algunas de sus ciudades, suponiendo que quiera, ni por qué resulta en realidad que es, en gran medida, en las puertas de Estados Unidos que hay fuerte violencia, trátese de México o de Haití y Jamaica, o incluso de Colombia. No es un secreto que el tráfico de droga se tolera para tener a una parte de la población estadounidense "entretenida", porque no se trata de pobreza, sino de marginalidad, que es distinto, y es un negocio más. Lo que cabría buscar más bien son las tasas de desempleo: galopante en Haití, de los niveles más altos en la historia en Jamaica, y se puede hurgar en las ciudades estadounidenses mencionadas, o en las sudafricanas; Sudáfrica tiene la mayor tasa de desempleo del mundo. Hasta cerca del 42 % de la población sudafricana en edad de trabajar estaría en el desempleo (Los Angeles Times). Se puede agregar algo más, a partir de la presencia de Cuernavaca, Acapulco y Cancún (lugar 40): ociosidad, la de marginales y la de turistas o sectores más o menos acomodados, que con frecuencia ostentan su ocio como signo de estatus, y se consideran "libres y con derecho" de "meterse" lo que les venga en gana. En suma, cosa de ricos y marginales, salvo en la complicación de México, más allá de su sol y sus "eternas primaveras": Ciudad Obregón, Manzanillo, Zacatecas o Colima no son lugares de marginales. Ni tampoco pobres. La dificultad para México está en zafarse de lo que implica tener como vecino a un país no exento de violencia, marginalidad y adicciones. Signo positivo de que, dentro de ciertos límites, es posible mejorar la seguridad: San Juan, capital de Puerto Rico y en algún momento modelo de marginalidad (hasta en versión Calle 13 para consumo hasta del progresismo), salió de la lista de las 50 más violentas.

     En perspectiva general, la baja de la inseguridad es muy notoria en el llamado "triángulo norte" de Centroamérica.  Por lo demás, hay que cuidarse siempre de la presentación de las cifras: mientras la violencia ha ido en aumento en el Ecuador, Chile, Perú, en la capital argentina (Buenos Aires) y República Dominicana, es sobre todo Brasil que tiene, en América Latina, problemas serios (Sao Paulo, Río de Janeiro, Salvador, Recife, Fortaleza, entre otras, no desligadas tampoco de rutas de la droga): llegan a conjuntarse problemas raciales, de marginalidad y de tráfico de droga, o a veces de líos en lugares turísticos (Río). Habría que considerar muchos otros elementos: secuestros, robos, extorsiones, condiciones carcelarias, etcétera. Pese a la insistencia en el problema de los homicidios, México, incluida la capital, ha mejorado en otros aspectos, por ejemplo en una reducción muy drástica (88% en los últimos años) de secuestros. Si se critica a Bukele por la proporción de personas encarceladas, al menos habría que agregar que, dejando de lado Ruanda y San Vicente y Granadinas, después de El Salvador, muy sencillo, sigue Estados Unidos. Otra vez problemas, ¿no? Del tipo de los que tenía esta estrella (da click en el botón de reproducción).


 

lunes, 21 de octubre de 2024

¿YA SE DECIDEN?

 Una de las mejores cosas de la actualidad es que cada quien es libre de hacer su "cortar y pegar" (copypaste) para ver si, como se dice en México, "es chicle y pega", y satisface sabrá Dios qué deseo y qué fantasía.

       El gobierno mexicano pactó en los '80 con el narcotráfico, queda por saber si por "razón de Estado", es decir, para que "circulara dinero" y se evitara una crisis mayor de la que había por los llamados "ajustes estructurales". El riesgo del pacto era que las cosas se salieran de control. Como sea, el periodista Manuel Buendía y el agente estadounidense Enrique "Kiki" Camarena se acercaron a lo mismo: un pacto con el beneplácito estadounidense y en particular, con una agencia de inteligencia, justo al mismo tiempo que se desmoronaba y se corrompía la inteligencia mexicana. Nada que no se sepa. Para los '80, la Revolución Mexicana no era referente y desde la Copa Mundial de Fútbol de 1986 los ricos se habían tomado la calle. Tan no era referente que al poco tiempo empezó a verse de otro modo, idealizado, a Porfirio Díaz, y hasta a rumorearse sobre el regreso de sus restos.

       El seductor de la patria no fue un estadista: le creó a México una segunda gran complicación, al firmar en 1994 un acuerdo de libre comercio que prosiguió con el desmantelamiento de la economía nacional, ya iniciado en 1986 con la entrada al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, antecedente de la OMC, Organización Mundial de Comercio). El acuerdo de libre comercio fue el modo en que se decapitó al Estado, puesto que no podía contar con un mínimo (que tampoco era tan grande) de soberanía económica. Sin ésta, la soberanía política se ve muy reducida: ningún secreto, puesto que los "demócratas liberales" y otros se apasionaron con la globalización y el cosmopolitismo, o hasta por la "postmexicanidad" (para conversos como Roger Bartra). La creencia era que, después de todo, don Porfirio no lo había hecho tan mal: había abierto en grande la economía sin perder el control político. Sin cuestionar esa apertura, otros creyeron que era necesario también abrir la política (muchos amigos de Camacho). El riesgo, luego de la decapitación del Estado, era que la nación se dividiera. Para entonces, el narcotráfico era un auténtico dolor de cabeza. Optando por abrir la política, no es seguro que Ernesto Zedillo calculara el efecto sobre la nación, a la que tan mal que bien cohesionaba en buen grado el PRI (Partido Revolucionario Institucional). Tampoco es secreto: desde finales de los '80, cuando se iban agotando los últimos elementos nacionalistas del PRI, Estados Unidos era favorable a "la alternancia". Zedillo tampoco fue estadista. Tal vez quiera contarse entre los adalides de la democracia. Cosa curiosa, Estados Unidos jugaba dos cartas a la vez: la "política"-estilo Camacho- y la tecnocrática (estilo Zedillo), para un doble movimiento: dividir y controlar. Desde los '90, ya iba en ascenso Genaro García Luna en el aparato de seguridad mexicano.

       El presidente Vicente Fox expresó no nada más la carencia de un estadista -terminó diciendo que manejaba los asuntos del país como gerencia de Coca-Cola-,  sino la profundización de la integración con Estados Unidos, salvo que no se recuerde cuál era el objetivo de seguridad del Plan Puebla-Panamá, lo que tampoco es ningún secreto. Como Fox no se tomó las cosas demasiado en serio, al final de su sexenio, según confesión de Ernesto Cordero (secretario de Hacienda y luego de Desarrollo Social en la presidencia de Felipe Calderón, 2006-2012), ocurría que era tal la proliferación de grupos del crimen organizado que se perdía el control. Calderón no entró a ninguna "guerra contra el narco", sino a favorecer a un cartel contra los demás: en este sentido, ya sin Estado, no estaba reñida la seguridad con la asociación con uno o dos cárteles, por lo que se trató de restablecer el control, lo que hace que el encargado, García Luna, sienta que cumplió con la encomienda y sea "dos personas", según se lo dijo un juez estadounidense: un policía y un criminal. No tan nuevo, puesto que sucedía cuando menos desde Arturo Durazo en el sexenio de José López Portillo (1976-1982). Ningún secreto, a partir de la matanza del río Tula. Ahora se sabe, por el periódico mexicano El Independiente, que tanto Fox como Calderón sabían de esta doble faceta de García Luna, habiendo sido informados en varias ocasiones (desde Alejandro Gertz Manero hasta Tomás Ángeles Dauahare). Hay elementos para pensar que no actuaron como estadistas, habiendo quedado decapitado el Estado, sino al servicio de Estados Unidos. Ningún secreto tampoco, habida cuenta de la Iniciativa Mérida. La política de Calderón fue cuando menos asistida por Estados Unidos. En este marco actuó García Luna con Calderón, sin que hubiera ningún secreto. Calderón hizo lo mismo que Zedillo con el general Jesús Gutiérrez Rebollo: "enfrió" a Tomás Ángeles en la cárcel. Lo hecho por Calderón no fue para la seguridad de México, sino para la de Estados Unidos. Es por lo mismo que, terminada su encomienda, García Luna se fue muy tranquilamente a vivir en Estados Unidos. Antes de ser "enfriado", García Luna rindió un último servicio: ensuciar al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Es lastimosa la coincidencia con la periodista Anabel Hernández. Tampoco nuevo: desde Camarena, resulta que encima las agencias de seguridad estadounidenses se pelean donde operan. Es en este contexto que se capturó a Ismael "El Mayo Zambada". Tampoco es algo que no se sepa: basta con ver cómo se enreda el "Estado profundo" con Donald J. Trump, por ejemplo. García Luna fue detenido por la DEA (Agencia de Control de Drogas). También había sido el caso del general Salvador Cienfuegos. Este colaboró con la Central de Inteligencia Americana (CIA). En cambio, la familia Zambada tiene un largo historial de cooperación con Estados Unidos para el control del tráfico de droga, trátese del "Vicentillo" o de "Rey". "El Mayo" fue a dar con el FBI (Agencia Federal de Investigación), aunque con mano de la DEA.

       ¿Por qué no se tomó en cuenta lo dicho recientemente por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez?  Si participó en el asesinato de Luis Donaldo Colosio, en 1994, como lo sostiene hoy la FGR (Fiscalía General de la República), Jorge Antonio Sánchez Ortega fue rescatado del lugar donde estaba detenido por García Luna, subdirector operativo del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional). Establecer relaciones no indica suponer "conspiraciones", pero, como se trata de "cortar y editar", igual resulta que García Luna también se las gastaba "en solitario", y es por lo que Estados Unidos lo metió a la cárcel. Si hubiera algún tipo de relación de causa a efecto, y si García Luna, luego de responder no sólo a Fox y Calderón sino a Estados Unidos, al grado de ir a jubilarse con negocios allá, resulta parte del caso Colosio, a través de una agencia de seguridad, es legítimo preguntarse desde cuándo y para qué el mismo García Luna optó por servir a Estados Unidos, puesto que, a sabiendas de quién era, lo protegieron Fox y Calderón, también para beneficio de Estados Unidos. Tan es así que con Fox y Calderón proliferó la injerencia de agencias estadounidenses en México, al grado de tratar de "infiltrar cárteles" mediante el tráfico de armas en la Operación Rápido y Furioso. García Luna entró en 1989 al CISEN. No es que sea demasiado relevante en 1994, pero sí es que, como después, fue considerado confiable. Lo suficiente para sacar de aprietos a Sánchez Ortega. Luego fue considerado confiable para favorecer a un cártel contra otros, para seguridad de Estados Unidos, y confiable para retirarse a residir en Estados Unidos. García Luna fue "enfriado" y tenía un mal antecedente en medio de las diferencias entre agencias estadounidenses: en 2012 su "gente" la emprendió a balazos contra un automóvil diplomático estadounidense con agentes de la CIA adentro. Tal vez algo más: Edgar Valdéz Villareal, "La Barbie", fue arrestado en 2010: como agente de la DEA infiltrado en el narcotráfico, Valdéz sabía muy bien a qué se dedicaba García Luna. Se negó a tratos con Calderón y fue "enfriado". En México nunca se quiso poner atención al caso. Por pasos: si Gutiérrez Rebollo sabía demasiado (sobre la familia política de Zedillo y sobre su secretario Liébano Sáenz), fue "enfriado". Y los que sabían de las andanzas de García Luna, también: Tomás Ángeles y "La Barbie".

       Hay elementos para pensar que Anabel Hernández desafortunadamente cree demasiado en Estados Unidos y sus "testigos protegidos". A reserva de lo que se decida, la periodista Maria Idalia Gómez sugiere que "El Mayo" fue "pasado a retiro", por decirlo de alguna manera, cualquiera que haya sido la forma, si por entrega o traición. Con "El Mayo"" se sabrá tan poco como con García Luna o con Joaquín "El Chapo" Guzmán en Estados Unidos. No se trata de que hablen, sino de silenciarlos. La intentona de vincular a López Obrador con el narco no funcionó. Sin embargo, María Idalia Gómez ha señalado las deficiencias de la FGR y el ex gobernador de Sinaloa, Francisco Labastida Ochoa (que no sabe qué es una dictadura), indicó que no es cuestión del Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) decidir si el actual gobernador del estado, Rubén Rocha Moya, es inocente o no en el caso de "El Mayo", sino que le toca a la FGR. Como sea, en rigor no es si Rocha Moya sí o Rocha Moya no, o si un ex rector sinaloense sí o no, sino qué decidirá el dueño del negocio, si Mayiza o Chapiza. Los hermanos Guzmán López, ya fuera de la cárcel en Estados Unidos, están listos a colaborar y los Zambada también lo han hecho. Lo que indica la violencia en parte de Sinaloa es ausencia del Estado e ineptitud gubernamental, cuando no colusiones por determinar, si acaso la Fiscalía consigue actuar: los medios no se preguntan quién va a perseguir y capturar a los líderes de la Mayiza o la Chapiza, sino por quién se va a inclinar la balanza, y hasta dónde el asunto puede ser utilizado para "acalambrar" al gobierno entrante de México, mediante Rocha Moya.  Como ya ha ocurrido anteriormente, pueden acentuarse divisiones entre antiguos aliados: en principio, de lo que se trata es, como en toda mafia que se respete, de guardar cierta honorabilidad, no hacer demasiado escándalo y, de ser posible, no olvidarse de la forma estadounidense de llevar el negocio; dárselas de puritano y arreglar en sigilo, puesto que, si es correcto lo señalado, la actual candidata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, con tal de ganarse a la audiencia promete la guerra contra el cártel de Sinaloa y el fentanilo, pero Calderón y García Luna estuvieron en activo a la sombra del presidente Barack Obama, de lo más cercano a la CIA. Ni Estado ni gobierno pueden evitar en México que se compita por el negocio, hasta que se clarifique en Estados Unidos cómo y con quiénes se va a manejar, salvo sorpresas.  Desafortunadamente, al cabo de algunas semanas de la visita del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a Sinaloa, el vacío (mexicano y estadounidense) ya fue percibido como "margen de maniobra" para hacerse de la mejor posición, antes de que el dueño del negocio vuelva para lo de siempre: determinar de quién es el monopolio de entre los socios (el tipo de cosas que, por falta de formación en ciencia económica, no entendió Rafael Caro Quintero con su cártel de Caborca: !si en materia de balazos no es libre competencia!). Algo debe saber el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, mientras todo el mundo sabe dónde está la Chapiza: de lo que se trató es de quitarle de encima al cártel de Caborca, para no "calentar la plaza", ni la de Guaymas, aunque no haya mayores resultados en Ciudad Obregón. Y ni siquiera es asunto de que algo se haya pactado. Es simplemente de entenderle al "mercado" (da click en el botón de reproducción).



sábado, 19 de octubre de 2024

COMO FUÉ, NO SÉ DECIRTE COMO FUÉ

 A raíz de la publicación de un libro suyo, Francisco Labastida Ochoa, ex gobernador de Sinaloa y ex candidato a la presidencia, ha vuelto a algunas declaraciones. Nadie ha podido probar colusión alguna de Labastida Ochoa con el narcotráfico, ni ha sido desmentida la información del ex gobernador, en el sentido de que, dentro de ciertos límites, combatió al crimen organizado, hasta un "hasta aquí" que lo obligó a irse de embajador en Portugal, en tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari. Queda, eso sí, el asunto de tomar fondos del Estado para intereses personalistas, lo que tal vez pudo llegar hasta un hermano de Labastida Ochoa, erróneamente acusado de "narco" en el mismo mundillo intelectual del que se fue finalmente a pegar. Francisco Labastida no siempre tuvo las mejores ""conexiones" en política, ni la mejor visión, y no dejó de ser alguien cercano al mundo empresarial. No es seguro que emplee las mejores palabras para referirse al actual gobierno, aunque hay elementos para pensar que el hoy gobernador sinaloense, Rubén Rocha Moya, no debió ser arropado por clientelismo del Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa), dadas las contradicciones sobre la captura de Ismael "El Mayo" Zambada. Como sea, los intereses personalistas de Labastida Ochoa fueron "de partido", no para beneficio personal, ya que no se trata de alguien enriquecido, punto a favor que tampoco tuvo algún desmentido. Ni colusión con el narco, ni enriquecimiento, ni visión simplista del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el pasado.

      Lo que llama la atención en lo contado recientemente por Labastida Ochoa es que, aún sin que hubiera animadversión personal, hay fuertes indicios de que el presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) quería a como diera lugar deshacerse del PRI. No sólo no hubo recursos, sino que se dejó al PRI prácticamente en la quiebra; se le cerraron espacios publicitarios, y en varias ocasiones, una de ellas muy notoria en Chihuahua, Zedillo dió la orden de dejar a Labastida a su suerte. Pongamos, tal vez, nada de acarreados o de recursos del Estado, pero otra cosa es que Zedillo tuviera algo más en mente que la tan llevada y traída democracia. El día de las elecciones, Zedillo se adelantó a anunciar resultados antes de que Labastida reconociera, como estaba listo para hacerlo, la derrota; Zedillo se adelantó a las autoridades electorales. Hay más: ante pedidos de Labastida, Zedillo se negó una y otra vez a poner ciertos logros del gobierno por delante so pretexto de no parecer que "favorecía a Labastida". Una cosa era que Zedillo quisiera imparcialidad del Estado, y otra que se rehuyera a actuar como hombre de partido, no queda claro si para separar Estado y partido o, más bien, para demeritar al PRI. En suma, "transición a la democracia" se volvió "antiautoritarismo" para retratar un pasado sin contradicciones en el antiguo régimen. Labastida piensa que Zedillo era honesto pero, de todos modos, lo "honesto" se había vuelto "deshacerse del PRI", y en este caso Zedillo contribuía, al no actuar como hombre de gobierno, a ir sacando al PRI. No que debiera acarrear o dar recursos indebidos, pero sí que era, en principio, un gobierno del PRI, que como tal podía poner uno que otro logro por delante. Con indicios, no menores, y pese a una antigua visión de "la cargada", Francisco Labastida Ochoa llegó a decir que la elección del 2000 no la ganó Vicente Fox, de Acción Nacional, sino el interés de Zedillo en hacer perder al PRI.

     El problema de esta idea es que embona muy bien con el papel jugado por el mismo Zedillo en 1994: era el candidato de Joseph Marie Córdoba Montoya, hombre clave del gobierno y de vínculos de seguridad con Estados Unidos, que no negó, y que diera a conocer Jorge G. Castañeda. Fue el "ala" que vió con malos ojos que Salinas se decantara para sucederlo por Luis Donaldo Colosio. No está de más recordar que Colosio había levantado en mucho el PRI, luego del fraude de 1988, sin que sea claro por qué no es algo que se recuerda. Dicho sea de paso, Salinas, como Enrique Peña Nieto, se atuvo a las reglas de un sistema que fue apareciendo desde antes del PRI: quedarse callado sobre presidentes posteriores, lo que Zedillo no hizo, enfrascado por lo demás en el mar de mentiras que le reveló la analista Viridiana Ríos. Lo que ofrecía Colosio, cuya campaña iba repuntando, era una reforma del Estado que, de lograrse, sí fuera parcialmente, hubiera favorecido al PRI. Resultó que un "asesino solitario" objetivamente le abrió el camino a Zedillo, gran beneficiario de la muerte de Colosio, a quien no sólo nunca honró, sino que terminó de tratar de "sepultar" con un expediente que fue ajeno a los mínimos requisitos de una verdadera indagación. Al rato resulta que "la vida es sueño", que no es más que ir de "casualidad en casualidad" y que no hay más que coincidencias entre las cuales no es posible establecer ninguna relación. No hubo más que la equivocación de un presidente y la de un candidato que no supo hacerse a un lado. El resto consiste en parecer "lógico". Lo ocurrido en el 2000 fue el "gran deseo de la sociedad mexicana" de llegar a un "mundo maravilloso": no que fuera el del crimen organizado, sino el de la "gente con bienestar", si se trataba de "bienestar para tu familia". Como a su modo Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida Ochoa no es hermana de la caridad, pero sí el tipo de personas que, aún en la confusión entre gobierno y Estado, consideraron ciertas reglas del juego. Zedillo, en cambio, fue el que obedeció. En nombre de la democracia, si acaso, formó parte de quienes contribuyeron a la demolición tecnocrática del Estado mexicano, para ahora que, sin demérito de lo que llegue a hacerse en seguridad o en uno que otro aspecto más, finalmente pueda compartirse prosperidad con Estados Unidos, de lo que pueden eventualmente sentirse de lo más felices, haciendo por lo demás creer, al lanzar la propina, que es mutuo y nos están compartiendo su prosperidad, es decir que 240 empresarios gringos y los que se sumen no vienen a hacer negocios y ganancias, sino muy de amiguis a llevarnos a la prosperidad. (da click en el botón de reproducción)



miércoles, 16 de octubre de 2024

A FONDO, AL FONDO, ¿Y A LA DERECHA?

 Uno de los procesos llamados "progresistas" en América Latina, el de Bolivia, está de capa caída, dado el nivel al que ha llegado el enfrentamiento entre el presidente boliviano, Luis Arce, y el líder Evo Morales. En este segundo caso, es posible que Morales haya terminado por creerse algo así como una "encarnación" del poder popular, aunque ya no tiene bases con el mismo alcance de antaño. El gobierno de Arce, a su vez, pareciera haber caído en el terreno de la disputa personal, cuando lo que estuvo en juego, en principio, era otra cosa: la relación a establecer entre partido (Movimiento al Socialismo- MAS), movimientos sociales y Estado. Como lo señalara hace algún tiempo el ex vicepresidente Álvaro García Linera, el riesgo es de una fractura ya muy grave que lleve a la división de cara a las elecciones de 2025. Morales está en búsqueda de nuevos subterfugios para candidatearse. Fue una intentona de subterfugio que lo llevó, en parte, a los problemas de 2019, sin excusar en nada a la oposición. Por ahora, ya se está en el deleite de los medios de comunicación: que si Arce es un acosador sexual o si Morales el campeón del estupro. El riesgo es el de añadir al enfrentamiento personal un tipo de espectáculo que lleve a evadirse de lo que está realmente en juego, a través de las variantes de un proyecto sociopolítico. Ya llegó el estilo estadounidense de irse a tribunales para todo, por nada, porque sí, porque no y por si acaso. Cuando se planteó hace varios años el referéndum sobre la reelección, los medios pusieron el "debate" sobre una amante del entonces presidente. Ahora se discute quién y cómo se acuesta con quién. Cosas de la salida del atraso, tal vez, porque es así en Estados Unidos. Y todo a través de "Yessica" o "Cindy". 

     El problema no está en Arce ni en Morales, más allá de que, como se dice, cuando menos Morales "se la creyó". Se trata de que ese tipo de personalización atenta contra las instituciones en un país que no se ha caracterizado por la fuerza de las mismas; así, no hay la suficiente lealtad al Estado como para refrenarse en lo que se maneja en público, y es donde intervienen los medios para llevar agua a su molino y al de grandes intereses privados y foráneos, puesto que parte del asunto, como en algunos otros países de América Latina, es evitar que Bolivia se acerque demasiado a China, lo que ya estaba en juego en el referéndum constitucional de hace algunos años. Que si la amante y el "hijo secreto", pero sobre todo que la involucrada era gerente local de una empresa china, CAMC Engineering, que había logrado buenas licitaciones del Estado. Fue este asunto el que inclinó la balanza del referéndum contra Morales, como si además se estuviera discutiendo si Bolivia "debe acostarse" con China o con Estados Unidos. En vez de ir al fondo del problema, lo único que se le ocurrió a Morales fue ir a encontrar un subterfugio constitucional para lanzarse a la reelección. Como van las cosas, no hay programas a debate, sino una discusión sobre los acostones de Morales y de Arce, a cual supuestamente más "depravado", según el exótico "indigenista" vicepresidente David Choquehuanca. Era sabido, desde hace rato, que Estados Unidos iba a buscar meterse en la política boliviana.

     Lo que era más razonable era un apoyo crítico del MAS y Morales al gobierno de Arce, y el derecho del mismo MAS y de Morales a denunciar lo que considerara errores de programa o "vicios", como una potencial corrupción, en el gobierno, pero no pasar a otro tipo de demolición; Arce, a su vez, no debió hacer caso del personalismo de Morales al grado de que se tolerara una persecución con "dedicatoria" obcecada. Sobre todo que la situación económica es menos buena que antes. Simplemente, vuelve a exhibirse la fragilidad del Estado y la persistencia de resortes personalistas y clientelistas -al grado de dividir a las bases sociales-. No queda claro hasta donde la fragilidad del espacio público y ciudadano no está siendo terminada de echar abajo por los medios y por la imprudencia de los personalismos. Así que a discutir si es Yessica o Cindy, para que tal vez no sea ninguna de las dos, sino sabrá Dios qué candidato que ofrezca -igual, con los medios- restaurar una apariencia de modales. Lo de fondo, es de fondo y se fue, por ahora, muy al fondo.(da click en el botón de reproducción).




domingo, 13 de octubre de 2024

CUANDO ESTÁ MUY EN CHINO

 No es exagerado decir que en Occidente o tal vez también en Japón se entiende poco de Rusia, y se cree además entender de China. Desafortunadamente, incluso el movimiento comunista internacional está dividido sobre estos dos países, considerados "imperialistas" por quienes enfilan detrás del partido comunista griego. Parte de la izquierda se agarra de China como de un clavo ardiendo, nada más porque este país asiático se autodenomina socialista, y a uno que otro quizás le parezca que en Rusia está la Unión Soviética, por la manera en que los rusos se enfrentan con Estados Unidos y la Unión Europea (UE). O "imperialista" es una vaguedad, o remite a características precisas: ni Rusia ni China se consideran superiores a nadie, ni se meten mayormente en política ajena, cualquiera sea la opinión que se tenga sobre el conflicto en Ucrania. No es raro que los mismos que critican a Rusia por su presencia militar en el Este "ucraniano" estén entre quienes encuentran de lo más normal la previa anexión de Crimea, sobre la que nadie dice mayor cosa. Ni siquiera hay expansionismo "panruso", o los rusos ya estuvieran en la frontera con Moldavia. Rusia es un país limitado en exportación de mercancías, salvo en algunos rubros como el petróleo, el gas y el trigo (nada característico de un país imperialista), y en exportación de capital (inversión en el exterior). China es distinta, puesto que es el gran socio comercial del mundo -Rusia incluida- y exporta capital, invirtiendo en el exterior. Al mismo tiempo, China por lo general evita meterse en política de otros países o intervenir militarmente, al igual que Rusia, excepción hecha de Ucrania, salvo que Rusia es la acosada. Salvo rasgos aíslados, ninguno de estos países reúne las características de un imperio, ni siquiera porque, poniéndose a tono, lleguen a remitir a antiguas tradiciones imperiales, como el confucianismo o la religión ortodoxa, en este segundo caso, bastante a medias. Lo que entre otras cosas reivindica Rusia del pasado zarista es el momento en que, a principios del siglo XX, se buscó fortalecer el capitalismo, y a lo sumo ambos países tienen cierto síndrome de "gran potencia".

      Los dos elementos que distinguen a Rusia y China para garantizar la cohesión de cada uno son un fuerte nacionalismo, o patriotismo, y un papel no desdeñable del Estado, si bien el papel del sector privado en China es enorme. La diferencia con Occidente radica en que, en éste, en muchos lugares el Estado se ha debilitado mucho, y de igual modo, el sentimiento de pertenencia nacional. Ya no es nada más en África que se habla de "Estados fallidos". A su vez, pese al keynesianismo militar, los estadounidenses están lejos de ser "estatistas", y en la Unión Europea (UE) más de un Estado se ha debilitado por el traslado de decisiones antes soberanas a "la gente de Bruselas". Así, quienes son dizque "liberales" y se asocian con los libertarios rara vez consideran al Estado, considerado un peligro de "obesidad" o de "autoritarismo", y tienen en la nación algo que han dejado con frecuencia de entender o de ver con patriotismo. Un rebrote de nacionalismo suele ser calificado casi de "fascista" por quienes, a estas alturas, son en gran medida cosmopolitas ante todo. Al mismo tiempo, dada esta tendencia, no debe extrañar que surjan fenómenos como el argentino de Javier Milei, "motosierra" contra el Estado. Parte de la diferencia está en que a Rusia y en cierta medida a China los acosan, no a Occidente o Japón, por lo que se mantienen cierto estatismo y un nacionalismo fuertes. Si hay otra diferencia, es que Occidente está en manos de la alta finanza y Rusia y China, en cambio, no, siendo más países productivos.

      Lo anterior no termina de explicar muchas cosas. Para quienes se agarran de China, la incógnita está en saber si es algún modelo de algo, porque mucho de lo chino es en realidad "extranjero en china", dada una muy fuerte apertura al exterior: China dirá lo que quiera, pero el estatismo y el nacionalismo tienen mucho de "política" y no tanto de economía, a tal grado que el país asiático es muy dependiente de los imperialismos estadounidense, japonés y de la UE, por lo que se trata de andarse con cuidado y no confrontar. Rusia, en cambio, es un país más soberano: dicho de otro modo, puede encontrar un "motor interno" que China no tiene tan seguro; Rusia es más independiente, China es muy dependiente. Se omite con frecuencia que Rusia, pese a sus limitaciones, es la quinta potencia mundial y, a diferencia de China, un país de ingreso medio alto (China es de ingreso medio mediano alto). Si Estados Unidos sigue siendo la gran potencia, y el mundo en general está bajo fuertísima influencia de la alianza Estados Unidos-UE-Japón, China es dependiente de ésta, no así Rusia. El problema está en saber si China puede llegar a un tipo de desenvolvimiento endógeno, o si el "modelo", más allá del comercio, es la apertura a lo que caiga. Si Estados Unidos sigue siendo la gran potencia, lo es de consumo y finanzas, como para parasitar a medio mundo, y extender lo propio del imperialismo, que es el parasitismo. Que se extienda es también a falta de Estado y nación, en particular en lo económico, lo que arroja por lo demás dudas sobre China. Lo paradójico es que una alternativa al capitalismo no es, según lo mostró el siglo XX, la "Estadolatría", ni el encierro en el nacionalismo. Paradójico porque, al mismo tiempo que cae en lo parasitario, Occidente está más adelantado si se trata de reducir el gigantismo estatal, así sea mediante formas de "medievalización"; y en este caso, Rusia y China están en un mayor atraso. Lo anterior no quiere decir que, para terminar de avanzar, haya que pasar forzosamente por el probable "caos controlado" occidental, dejándoselo todo a las gigantescas corporaciones. Lo seguro es que una contradicción actual, salvo error de cálculo de algún tonto, está en que el mundo está al mismo tiempo en too big to fail y en too big to survive (al mismo tiempo demasiado grande para caerse y demasiado grande para sobrevivir). Rusia y China no dejan mucho lugar a dudas, porque no son países divididos; muchos en Occidente, en cambio, están partidos a la mitad y, si no hay correctivos, en vías de descomponerse para que quienes "hicieron su apuesta" -sobre la base de lo que pareció "de lo más evidente"- se pongan, salvo excepciones (y se está terminando la hora de defender a Cuba, en cuyos aeropuertos como el de La Habana, la capital, no sale una maleta entera por el gran deporte del robo), a buscar en lo que es un laberinto de inseguridad y precariedad muy "medievalizante". Estados maltrechos, naciones a medias y divisiones sociales notorias: la bifurcación está, pero si no hay cómo leer las señales...(da click en el botón de reproducción).



jueves, 10 de octubre de 2024

MI ADORABLE ANGELITO

 Hace mucho tiempo que la izquierda ha abandonado toda teoría, lanzándose a la pura acción con creencias bastante vagas. De ninguna manera, salvo en Nicaragua con una vertiente cristiana, se hace mención del socialismo: se abandonó en Venezuela y se esquiva con frecuencia en Cuba. Tampoco se reivindica demasiado al nacionalismo, que si es entendido como patriotismo, amor a la patria, no es negativo, salvo sobre todo en Cuba con la insistencia en José Martí. No es posible mencionar al imperialismo, y la última, alentada por Cuba y Venezuela, está en hacer creer en "fascismos" y "neofascismos", en plena consonancia con los autodenominados "demócratas liberales", pero sin definición precisa del fascismo. A lo sumo ocurre en México que el hoy ex presidente Andrés Manuel López Obrador creyó en el pueblo, aunque la actual presidentA, Claudia Sheinbaum, llega a confundirse con "la gente", de tanta vaguedad y decapitación teórica. Todavía quedó en López Obrador algún resabio de la "filosofía de la liberación", en particular de Enrique Dussel, suficiente para confundir "pueblo" con "pobres" u "oprimidos". En Venezuela, Hugo Chávez saltaba de Nietzsche y el ultraderechista argentino Norberto Cerisole al "socialismo del siglo XXI" y luego a Cristo. Por antecedentes académicos, el ex presidente Rafael Correa es capaz de "concebir" algo -fue el caso del "buen vivir"-, al igual que el ex vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, del "capitalismo andino amazónico" al "socialismo comunitario". Más de uno deambula en alguna parte entre tocar lo menos posible a los de "arriba" y hacer algo por los de "abajo", del tipo "bienestar", sin el menor análisis teórico. Ni siquiera está para "concebir" alguna nueva versión de lo que se llamaba "economía mixta". Se trata ya no de cambiar ninguna estructura, sino de andar poniendo parches por aquí y por allá. No se dice "capitalismo", con frecuencia ni a la izquierda, sino "mercado". La izquierda parece haber sido la primera en creer que "comunista", "socialista", "imperialista" o "capitalista" son formas de insultar. Salvo excepciones, lo mejor parece ser la demagogia e invocaciones a la "democracia", las "libertades" y los "derechos". Pero teoría, nada: ocurre como si se hubiera tomado al pie de la letra que una cosa es lo que hay "en teoría" y otra "la realidad", como si la teoría no fuera para comprender la realidad, sino una forma de estar fuera de ella, no sin idealismo. "En teoría" tal vez, pero lo que se entiende por "realidad" es lo que cuenta, y nadie querrá quedarse fuera de la realidad ni vivir "en teoría". No queda más que ir navegando con la idea de que, después de todo, se sabe de dónde se viene pero no a donde se va. Así que a irla pasando sin perderse ninguna vivencia ni momento: el aquí y el ahora. Al máximo.

      La total renuncia a la teoría es consecuencia de un viejo asunto, y de un fuerte antiintelectualismo, puesto que "intelectual" es peyorativo -sin duda, en parte por problemas de los propios intelectuales- y no se asocia con "intelecto", con capacidad para hacer las cosas "intelegibles". No se trata de descifrar la realidad ni de volverla intelegible mediante conceptos, sino que se tiene a la realidad por algo dado a lo que hay que saber adaptarse. El resto ya lo ha hecho el llamado "neoliberalismo" (y es una pena, pero un anarcocapitalista como el presidente argentino Javier Milei sí es capaz de teoría y de andar en otra cosa que no sea captar maoistamente el "sentido del viento", que se comparta o no esa teoría). Según el "neoliberalismo", el mundo, a imagen y semejanza del mercado, no está hecho más que de individuos en cuya naturaleza está ante todo sacar beneficio propio. ¿Que hablan de la nación mexicana? Pues mientras tanto hay unos cuantos robando muy a gusto. ¿Que hablan de socialismo? Pues ya se sabe hasta qué punto es capaz de llegar la burocracia con tal de convertirse en oligarquía, y hasta mafiosa. Que no se hable de "capitalismo", porque es para ricos que nada más piensan en llenarse los bolsillos y en lujos. ¿El buen vivir? No existe, es el interés de un corrupto como Correa, y el "socialismo comunitario" un pretexto para que Evo Morales quiera perpetuarse en el poder. ¿El Estado? Políticos que no atienden a quienes pagamos impuestos, sino que nada más ven por sí mismos. Así que, a final de cuentas, lo mejor es morderse la cola y no ver más que por uno mismo en vez de andar creyendo en lo que es "en teoría", pero que no sirve en la realidad. Llama la atención que se llegue al abandono de la nación y ni se diga del Estado: el trabajo ya lo han hecho los libertarios, y el Estado opresor no es más que un macho violador, etcétera. ¿El Hombre o la Humanidad? Bien decía alguno que nunca los ha visto: ha visto a un mexicano, un francés, un inglés, un alemán, pero 'cuál Humanidad? Si desde la Biblia son puras guerras y calamidades y ahorita andamos pésimo.

      Así que tampoco podemos concebir el "capital" (incluso para la izquierda, tabú). En vez de que en nombre de "teorías" nos den gato por liebre, mejor es no creernos nada y estarnos en "lo que hay": nuestro yo a merced no del comunismo, ni del socialismo, ni del capitalismo, ni de la nación (me quiero largar a Estados Unidos), ni del Estado, ni de la Humanidad, sino de la tele, la Web, el celular, los videojuegos, la vida cotidiana, las pequeñas cosas, los bonitos detalles, las amenidades, el entretenimiento, un buen vinito, y todo lo que, como se sabe, o se cree saber o, es más, se quiere creer que se sabe, es ajeno al "sistema" -otra vez, el lenguaje hippie -y....¿a los grandes negocios? Ah, es que ésos, no son una creencia a ser burlada, sino una oferta para quien quiera y sepa beneficiarse, sin ver -porque ya lo concebible es inconcebible- que algunos se llevan la parte del león o la mayor rebanada del pastel. Mientras nos toque algo, hasta podemos tirarle migas al que no tiene nada. La oferta es de lo más tangible, no una invención "intelectual", y en el límite nos podemos creer que los grandes negocios no hacen más que recoger los frutos de su dedicación a la inversión y la técnica: terminemos de mordernos la cola, ni por asomo los negocios buscan el beneficio propio ante todo. O limitémonos a evitar concebir que los negocios se interesan ante todo por obtener beneficios para sí mismos. Sin ellos, no seríamos nada. Aunque haya que volverse a morder la cola cuando hay que toparse con que a una aseguradora, un banco o una empresa telefónica no les interesa más que su beneficio personal a "infinitum de velocidad" y en nombre del bien para el cliente, aunque importe bastante menos de lo que pueda parecer. Ni de qué preocuparse: el "mercado" se las arregla solo. A esperar que el "mercado" sea otra cosa- por cierto, invisible- que gente de negocios buscando como todo el mundo el beneficio propio.(da click en el botón de reproducción)



lunes, 7 de octubre de 2024

URUGUAY, COSAS DE LA VIDA

 

Lo que sucede en el Uruguay muestran en gran medida al resto de América Latina, salvo excepciones: la derecha no es capaz de gobernar, aunque no deja de tener cierto poder. El Uruguay se caracteriza por una completa falta de visión teórica de la izquierda: hace rato que se prefirió, con anuencia transnacional, el "folclor de la filosofía" del ex guerrillero tupamaro y hoy ex presidente José Mujica, mezcla de aspirante a oficinista y de payador de estancia, el que "improvisa para ocultar su ignorancia", para más señas. El Uruguay no ha dado siempre lo mejor a la izquierda latinoamericana, pero sí a la "clase" media, "media clase", sobre la base de la creencia en una "Suiza de América" que no escapó a la dictadura en parte de los '70 y '80. Mario Benedetti y Eduardo Galeano son buenas muestras de lo que se puede hacer de América Latina para consumo de dicha "clase" y para desplazar a la tradición uruguaya de fuerte sindicalismo y de presencia comunista, que encarnara el líder Rodney Arismendi. Hace rato que en el izquierdista Frente Amplio las cosas se fueron por otro lado: parece difícil reconocer que tal vez el estilo de Mujica haya tenido que ver con el regreso de la derecha con Luis Lacalle Pou. Este tiene popularidad pese a que el Frente Amplio puede ganar la presidencia, tal vez sin contar con el Legislativo. La enésima situación de un país fuertemente dividido. Para el caso, 40 % es la popularidad de Lacalle y 40 % la intención de voto para el Frente Amplio, mientras en el Uruguay hay en principio un humor social "moderado". Debe tomarse en cuenta, dada la enfermedad de Mujica, que si falta lo llorarán por igual en la extrema izquierda que entre los cosmopolitas transnacionales, a quienes no molesta en lo más mínimo ningún folclor que sirva al mismo tiempo para vender dizque "cultura" y la ilusión de cambio: nada que se pueda cuestionar. Después de todo, con lo de que "si la vida te da limones, haz limonadas", Mujica resultó ser el campeón de las limonadas, es decir, del hablar en nombre de "la vida". No es una persona la que hace tal o cual cosa, con sus consecuencias: es "la vida". Con "la vida" andaba el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, porque decía que "la vida castiga a quien se queda atrás". Ni atrás ni por delante: Gorbachov se quedó en "la vida", porque así lo quiso "la vida".

       Por más que abarque todo un espectro de izquierda, el Frente Amplio no se propone ninguna ruptura con el capitalismo y llega a deslizarse incluso hacia formulaciones programáticas que no están ni en español, sino en "spanglish". El problema de fondo no es ajeno al de muchos otros países de América Latina: como lo expresara el diplomático panameño Nils Castro, llegar al gobierno sin tener el poder; esto se ha agravado porque no hay manera de saber qué hacer en la relación "partido-gobierno"(lo que ha desembocado en una crisis muy grave por ejemplo en Bolivia), viejo problema de izquierda, incluso comunista, y porque una vez "arriba" se descuida el trabajo "abajo", en la sociedad (lo que el Movimiento de Regeneración Nacional en México, separado del Ejecutivo, parece querer enmendar con capacidad organizativa bajo el liderazgo de Luisa Alcalde y Andrés López Beltrán). El trabajo teórico es nulo y la izquierda avanza a tientas con nociones muy vagas, así haya buenas intenciones. Todas estas deficiencias explican la incapacidad para tener realmente poder, incluso en países como Venezuela. El precandidato del Frente Amplio, Yamandú Orsí, es de "abajo", pero no basta: el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, es un antiguo trabajador del transporte, pero en un proceso sin cabeza, sin que tampoco la tuviera realmente Hugo Chávez. Orsí está cerca de la antigua guerrilla pasada por lo "libertario". Tampoco se salva de errores Evo Morales en Bolivia. Orsí se encuentra en la estela de Mujica.

       Con la derecha, el nivel de vida general ha bajado en Uruguay, y la "Suiza de América", además de tener una gran pobreza infantil, se está llevando otra sorpresa creyendo ser una excepción, como lo creía antes de la dictadura: la inseguridad creciente, no desligada del tráfico de droga, y el muy poco feliz récord de tener el mayor número no sólo de suicidios, sino de presos por habitante en América Latina (485 por cada 100 mil habitantes). Nada más falta el asunto de "poderes y contrapoderes" -por ejemplo, ganar la presidencia sin tener el Congreso- para seguir en lo mismo, mientras cierto grado se lumpenización se hace sentir. ¿Cosas de "la vida" y no de alguna relación con la alianza entre libertarios e intereses transnacionales, para "libertad" para ambos? (da click en el botón de reproducción).



viernes, 4 de octubre de 2024

AY AMOR, YA NO ME QUIERAS TANTO

 ¿Alguien la corrigió? La presidentA de México enmendó la plana, y distinguió finalmente entre "ama de casa" y "trabajadora del hogar".  No es seguro que el actor Rafael Inclán haya querido ir más allá de una broma inocua al hablar de la presidenta como "ama de casa". Es simplemente algo bastante tradicional, ya que muchas "amas de casa" se "dedican al hogar" y no trabajan, en el sentido de que no ejercen una profesión. "Sirvienta" es una palabra que se considera hoy peyorativa, pero que no tiene nada que ver con la esclavitud, salvo que, en la Colonia, no era raro que esclavas negras "sirvieran" como "domésticas", llegando incluso así a lograr la manumisión. Por lo demás, era más asunto de servidumbre ("servidumbre doméstica") que de "esclavitud", al grado de que más de uno o una se "educara" por ejemplo con una nana indígena. Era parte de la hacienda, y como es un hábito que no termina de irse, es frecuente que la vivienda en un país como México o en otros de América Latina se construya con lo que se conoce como "cuarto de servicio", para las "trabajadoras del hogar". Ya se ha dicho, es buena noticia que estas trabajadoras (no hay mal mayor en llamarlas por igual "empleadas domésticas") reciban un buen salario y prestaciones sociales, justamente para ir terminando con los hábitos señoriales de servidumbre. De paso se evitarán hábitos de la servidumbre misma, como entrometerse en los asuntos de "la hacienda" o lo que se conoce coloquialmente como desaparecer de tal modo que se dice "irse como las chachas". Parte de lo nuevo puede estar en que los hijos de familia pierdan la costumbre de "iniciarse" con la "sirvienta", lo que existía cuando menos hasta los '70 y no era más que una forma, también de hacienda, del "derecho de pernada" (en Chiapas seguía existiendo en algunos lugares hasta principios de los '90).

      "Ama de casa" puede tener algo de peyorativo si se refiere a una relación tradicional, todavía frecuente, en la que la mujer se encarga de los asuntos domésticos a cambio de que el hombre lo haga del sustento. Peyorativo, si a la vieja usanza encasilla a la mujer en el ámbito puramente doméstico, siendo conocido que puede llegar prácticamente hasta la prohibición de trabajar. Corrigió, pero Sheinbaum volvió a salir con una extravagancia: se declaró abuela, mamá y "ama de casa"... y "con orgullo". Es otro "tic", por dos motivos: si es el "ama de casa", quiere decir que el esposo o las antiguas parejas (Carlos Ímaz, por ejemplo), no entendían mucho de igualdad, ya que la palabra "ama", femenino de "amo", implica apoderarse de labores domésticas que debieran más bien ser compartidas (en más de un país, es normal por ejemplo que el hombre cocine, y bueno, Miguel Ángel Mancera cambiaba pañales). En este sentido, vaya lapsus doble: la presidenta no se define como esposa, siéndolo y con lo que ésto implica, pero además, la misma presidenta se define como "ama de casa", lo que quiere decir que algo extraño pasa -para variar- con "el invisible de la foto": si quien quiere que le digan simplemente "Jesús" y no ser "Primer Caballero" considera que Claudia Sheinbaum tiene además que ser "ama de casa", es de lo más tradicional y de poco compañerismo. Cierto, como lo dijo Sheinbaum, que una "ama de casa" merece reconocimiento por ser la primera en levantarse, hacer el desayuno para todos, llevar a los niños a la escuela y pasar por ellos, ayudarles en la tarea, preparar de comer, de cenar, recibir al señor cuando llega del trabajo, etcétera. Lo extravagante es que es un reconocimiento y todo el respeto !a la desigualdad que implica ser "ama de casa", cuando no encima tener una doble jornada extenuante. Mis respetos para la desigualdad. Lo deseable, en términos de igualdad, no es la "doble jornada", sino que el hombre aligere la carga de la mujer y que comparta las labores domésticas, en lugar de limitarse a hacerse atender y servir. Y, más aún, que vele en lo posible por la casa si resulta que, por andar del tingo al tango, la mujer no está en capacidad de llevar una "doble jornada". Son cosas ya posibles por dos motivos: por las madres que educan a sus hijos para hacer labores domésticas, por ciertas facilidades tecnológicas (para lavar, limpiar o cocinar, por ejemplo), y eventualmente por poder tener trabajadora del hogar. No, no son las "amas de casa" las "heroínas", sino las madres que enseñan a sus hijos labores domésticas, que trapeen, se cocinen, se laven la ropa, se encarguen de reparar una falla en el hogar, tiendan su cama, etcétera sin que se crea que por ello son "niñitas" o reciban el ataque machista de "es que es mandilón". Como ya son cosas que ocurren, es de esperar pronto enterarse de que Jesús, además de trabajar, prepara un sushi maravilloso, trapea la cocina, quita el polvo de los muebles de la sala (sí, con un plumero), lava los platos, tiende la cama y algunas cosas más,. por consideración a que Sheinbaum seguramente está algo desbordada y será así por unos seis añitos. Al menos que haya atención en Palacio. Claro, lo absolutamente sensacional sería que el señor Tarriba presida el DIF: querría decir, de lo más magnífico, que la crianza de los niños se entienda no como asunto exclusivo de la madre, sino como necesidad de que también se involucre simbólicamente el padre, en vez de ser "el invisible de la foto". ¿Es igualdad o reconocimiento del poder de las "amas de casa" a través de los asuntos domésticos, convirtiendo al proveedor en dependiente y preparando la revancha de las comadres, que tan bien describiera Ricardo Garibay en Cómo se pasa la vida?¿Es a la comadre que el gobierno le va a dar un ingreso extra para que encima se apodere de los nietos, y tenga más de lo que le pasa el señor de la casa, porque es el complemento del "ama de casa"?¿Ahora se va a remunerar la obligación de reciprocidad, que no es un trabajo, o si es universal el extrita, la ociosidad de quienes son mujeres "ninis", más allá de los hijos (de llevarlos y traerlos, no más, puesto que los debe educar la maestra, el profe de natación, la nana, la que enseña a tocar el piano, el de la clase de gimnasia, la de macramé, etcétera) y que ni trabajan ni atienden la casa? Queremos a Jesús en el DIF y a un hombre en la secretaría de Mujeres, no a alguien que parece como Citlalli Hernández dedicarse a la lucha libre, al menos que tampoco se puedan tener gustos propios y sea "misógino" decirle a una persona que está "gorda". Resulta que, si a fin de cuentas Inclán tuvo razón y Sheinbaum dice asumirse como "ama de casa", ya no queda en absoluto claro si aún hay algún lugar para un hombre. Por éso se es "abuela", "madre" y "ama de casa". No dijo "esposa". Jesús es "el invisible de la casa", después de que pasara un sexenio en el que "Beatriz", intocable, nada más vió por lo suyo y remató con un trato público infamante para Andrés Manuel López Obrador. Primero los roles. Y por encima de los afectos. Lugar para compañerismo, ninguno. Que no sea nada más tiempo de hombres solidarios. (da click en el botón de reproducción: es la suegra de México).

PD: Pedro de Alvarado acribilló a una familia azteca en una fiesta. Huyó y se presume que cruzó LA frontera. LANZA MOCTEZUMA ORDEN DE APREHENSIÓN Y SOLICITA EXTRADICIÓN. MÁS, EN UNOS MOMENTOS.





ZACATEXAS

 Tal vez el actor Rafael Inclán sea un poco cavernario. Como de refilón, comentó, ahora que México tiene una mujer presidenta, Claudia Sheinbaum: "vamos a tener una ama de casa seis años". ¿Qué quiso decir? A lo mejor que México es como una casa y que ahora tiene "ama", que para el caso es el femenino de "amo". Es por ello que un esclavo negro o un indígena podían referirse a una mujer como "amita". "Ama de casa" significaría entonces que Inclán entendió que la figura presidencial es como la del amo, nada más que ahora es con una mujer, en el entendido que una de las acepciones de "ama de casa" es también "dueña de casa". Al mismo tiempo, no deja de ser simplemente muy tradicional. Tanto que una buena mitad de las mujeres mexicanas es ama de casa, aquí en el sentido de que no trabaja, que si acaso fue el lado cavernario de Inclán, aunque no es tan seguro. La gran mayoría de las mujeres amas de casa votaron por Sheinbaum, a reserva de saber el origen social, y puede que en parte por el ofrecimiento de un dinerito por "la economía de cuidados", retribuible entre los 60 y los 64 años. Lo interesante de algunas reformas propuestas es inducir mediante la ley a "salario igual por trabajo igual" entre hombres y mujeres. Es parte de la normalización del principio de igualdad.

       Lo que resulta extravagante es que, en conferencia de prensa, la presidenta se haya mostrado indignada por el comentario de Inclán, al confundir aquélla "ama de casa" con "empleada doméstica" o "trabajadora del hogar". Ninguna mujer a quien se le pregunte a qué se dedica y conteste "soy ama de casa" se considera, de ninguna manera, la "sirvienta", la "chacha" o la "empleada doméstica", sino que es el equivalente de decir "me dedico al hogar", lo que corresponde con frecuencia a una división del trabajo tradicional: el hombre provee el sustento, o "da para el gasto", y la mujer "ama de casa" se dedica a labores domésticas, entre las que se considera la crianza de los hijos. A niveles sociales altos, es sobre todo a lo último aunque sea un decir. "Ama de casa" quiere decir "no trabajo", si bien sucede que "atender la casa" y al hombre es, en la perspectiva más conservadora, en reciprocidad de lo recibido por quien provee. En niveles sociales altos, se tiene "trabajadora del hogar", sin dejar de ser "ama de casa", salvo que en la primera descansan algunas labores pagadas (adelante si con prestaciones sociales). Si "ama" es el femenino de "amo", es decir que significa "dueña", no hay modo, ni a patadas, de que la "trabajadora del hogar" sea la "ama de casa", salvo en la suya, tal vez, parcialmente. No se puede ser trabajador y patrón al mismo tiempo: la "trabajadora del hogar" no es, donde trabaja, la "ama de casa", salvo en algunos finales de telenovela. No queda claro hasta donde la presión mediática -para adular a la presidenta- llega para sembrar la más completa confusión, máxime que Inclán no dijo "sirvienta", ni "chacha", ni "empleada doméstica". ¿Quién le metió semejante equivocación en la cabeza a Sheinbaum, o le llegó por cuenta propia? El rollo sobre el Porfiriato y la Colonia ni venía al caso. Un enredo al margen de lo que significan las cosas, un linchamiento gratuito y una actitud dudosa de más de un progresista en Youtube o redes: no fijarse en el disparate con tal de "quedar bien". Es del mismo estilo que no invitar al rey de España, por no saber que es el jefe de Estado y que América no fue conquistada por un Estado, sino por la unión de dos reinos, el de Castilla y Aragón, sin que existiera ninguna España. Dijo la presidenta que es que "hubo muchas matanzas". Sí, también de aztecas contra tlaxcaltecas. Todo ésto es no tenerlo miedo a la ignorancia ni a descuidar lo que se dice, salvo que se quiera entrar en serio en lo del perdón. Que se pida a los descendientes de tlaxcaltecas, texcocanos (que la agarren contra Delfina Gómez), huejotzingas, totonacas y otros por andarle haciendo caso a Hernán Cortés y ayudarlo por miles a tumbar al imperio azteca. O entonces, además de creerse las últimas tonterías de gente ociosa en algún campus estadounidense, no se ha salido de la mitomanía del antiguo régimen y su "descendiente de Cuauhtémoc, mexicano por fortuna" de José Alfredo u otras de "Yo soy mexicano" de Jorge Negrete ("y como Cuauhtémoc, cuando estoy sufriendo, antes que rajarme, me aguanto y me río"). No como el tarugo de Cortés que se fue a llorar a un árbol hoy rebautizado como "victorioso". ¿No que muy macho? Al rato falta lo de que "a Malintzin la bolsearon". Por lo demás, una cosa es la equidad y la igualdad entre hombres y mujeres y otra una forma de "discriminación positiva" a la estadounidense-- que es anticonstitucional si vira a la "opción preferencial por las mujeres" (por el bien de todo, primero las mujeres, y nos pasamos por alto el artículo primero de la Constitución). La paridad de género se decidió para la administración pública: ¿entonces también para las labores de enfermería, de enseñanza, de sobrecargos (ni que se les diga "sobrecargas") y otras?¿Es por mérito o por cuotas? Por favor, si es lo que se desea: se solicitan garroteras. barman(as), bartenderas, cadeneras, somellieras (sumillieras), etcétera. O de otro modo parece que se está utilizando con extravagancia la creencia de Sheinbaum de que las mujeres son "especiales": el machito se cree lo mismo. Ante la "ama de casa", por ejemplo (encima Sheinbaum considera que las mujeres "dan la vida": ah sí, sin pecado concebida...). Cualquier disparate es válido porque quien lo haga notar es algún misógino que atenta contra gente que es "especial". Para más señas, lo que una doctora o científica no puede razonar, porque primero le gana la emoción primaria, es que Enrique Peña Nieto era más sensato: preguntado sobre el precio de la tortilla, reconoció no tener ni idea al no ser "la señora de la casa". No dijo "pregúntenle a la señora de la limpieza". Como quiera, el mandato no es público, sino mediático, es decir que a estas alturas no se responde ante el Estado como interés general y público, sino ante sus majestades los medios y sus ocurrencias, como la de no entender ni jota de lo que dijo Inclán ni atreverse a sugerirle a Sheinbaum que "ama de casa" no es "la sirvienta". No cuenta en lo más mínimo pensar, sino escandalizar.

        Como parte del circo ofrecido, el gabinete de Sheinbaum salió a justificarse ante los medios -!confundidos con el público, increíble!- por haber invitado al presidente ruso Vladimir Putin a la toma de posesión. Horas o días de "conversación" (no es pública, por favor) sobre si había que capturarlo o no, sin el menor asomo de sensatez: ¿alguien en sus cinco creyó que Putin es tarado al grado de aceptar y venir a plantarse en México, es decir, en las narices de Estados Unidos? Pues imposible: incluso para no comprometer a México. Ni siquiera quedó claro si esta "conversación" no era nada más para "acalambrar" a Sheinbaum.

      El manifiesto desprecio por la mujer inteligente y la preferencia por la obtusa de emociones puede verse en otro circo mediático: que si iba a cantar o no Ismael "El Mayo" Zambada, cuando la periodista María Idalia Gómez afirmó que es habitual de los operativos de inteligencia enredar las pistas. Ni caso: horas y días de "conversación" cuando ni Genaro García Luna ni Joaquín "El Chapo" Guzmán andan por Estados Unidos gritando con megáfono sus conexiones. Ah, pero Ken Salazar se apresuró a torcerle el brazo a Sheinbaum, al igual que la "triple especial" (mujer, medio negra, medio hindú) Kamala Harris -aquí habrá cuotas para todos, menos para hombres blancos heterosexuales y trabajadores, por "riesgo potencial de patriarcado". Normalmente, al circo se asiste para reírse, no para arrancarse con solemnidad a "quedar bien" y esperar ser retribuido con algún favor. Ahora resulta que se rinde cuenta a los medios (una oración/cada mañana): entonces no se es UNA estadistA, sino la escogida de los medios para lo que Sheinbaum no paró de repetir en su toma de posesión: todas las seguridades para los empresarios y para una invasión de inversión extranjera; todas las libertades para todos, "prohibido prohibir" y el feliz matrimonio de los libertarios con los grandes negocios. No es necesario ninguna sensatez particular; de lo que se trata es de que empresarios e inversión extranjera provean, de que la "señora de la casa" administre el gasto y de que se retribuya como es debido a la "trabajadora del hogar", dándole -como en las telenovelas- alguno que otro derecho de "ama de casa". Srvientas acá no hay, nomás sirvientes. Si no lo son, como en el caso de Andrés Manuel López Obrador, pues no falta quien sienta que le salen ronchas. Como a Beatriz Gutiérrez Muller, que se enseñó a manejar la emoción culpabilizante para imponer. Es que Inclán es comediante, no burro. Se refirió a "la señora de la casa". Es lo que hay. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 2 de octubre de 2024

¿MÁS PAN Y MENOS CIRCO?

La gente en México tiende a veces a creerse que es el país de la fiesta por excelencia, pero en todo caso hay muchas formas de entenderla. Una es la fiesta de pueblo, y otra la fiesta en casa de alguna persona de dinero. Lo que en el pueblo es andar "perdido de borracho" o ""hasta las manitas" puede ser entre gente acomodada "tener mucha chispa". Desde los años '70, tiempo de John Travolta, en ciertos sectores la "fiestecilla" puede ser sobre todo algo de entretenimiento. No es la fiesta de algún barrio de Iztapalapa que no puede pasarse de tiros al aire. Como sea, fiesta hay en muchas partes del mundo, así se considere que, más allá de México, ser fiestero es cosa muy de latinos. Los cubanos o los brasileños, por ejemplo, son bastante fiesteros. En otras latitudes también hay formas de fiesta: si es de parranda, un ruso puede agarrarla sin problema. Tal vez para un haitiano el vudú tenga algo de festivo. Todo depende de lo que se entienda por fiesta: para más de uno, si la cosa es de entretenimiento y dinero, Las Vegas en Estados Unidos resulta un fiestononón. Hay variantes: la pachanga, la parranda...En México puede tener un sesgo de lo que se conoce como "echar desmadre", en aparente caos, o "armar relajo", al grado que se han escrito libros sobre el tema y, además, sobre una supuesta proclividad del mexicano a la risa. O a "tomarlo todo a chunga", como se dice a veces coloquialmente. El escritor mexicano Juan Rulfo decía que "la vida no es muy seria en sus cosas". Y en el mundo latino la gente seria no es demasiado bien vista. Serio puede ser adusto, pero también con decoro, y aquí empiezan los problemas.

       Desde los años '20/30, una parte del oficialismo mexicano creó -con antecedentes en el Porfiriato- la "pachanga" como forma de corromper, llevando a perder el decoro. El líder sindical Luis N. Morones tenía mala fama por sus "bacanales" en su casa de Tlalpan, ofreciendo muchachas del Teatro Iris. No fue muy lejos. Ya después, con el PRI (Partido Revolucionario Instituciona), el fiestononón se perfeccionó con "La bandida", en la Ciudad de México, y con "La comanche", en Guadalajara. Eran casas en las cuales se bebía -y otras cosas más- y se armaban encuentros con mujeres: no tan nuevo, desde los años '20 Francisco Serrano sabía de esta forma de "hacer amistades". Más que amistades, son cómplices: queda en deuda quien ha estado donde se lo agasaja e incluso se le presentan mujeres, de la buena o mala vida. No era generalizado, pero existía en el PRI y se reprodujo con José López Portillo (1976-1982) a través de Arturo Durazo. No es la fiesta inocua de la discoteca. Es la parranda "que va para largo" en tal o cual casa donde se aparece tal o cual influyente: un político, alguien del espectáculo, un escritor, pero también un policía... La socialización es la de un aparente "relajo", pero está en realidad muy codificada pese al caos aparente. El arte de "La bandida" o de "La comanche" consistía en saber a quién hacer socializar con quién para "conectes", relaciones que pudieran ir más allá del momento.

     Como en otros países de América Latina, la confianza en la fiesta es aparente: se mide al otro, utilizando por ejemplo la capacidad de aguante para beber. El asunto crucial es el de la omnipresente maniobra: maniobrar al otro para ver si "presta el blanco", mostrando alguna debilidad o vulnerabilidad, cuidando de no exponerse y no mostrar el flanco propio. El que no se "raja" y el que se "raja" y, como decía un campesino citado por Octavio Paz, termina con que, al "abrirse"", se "vendió" ("me vendí con fulano"). Es el lugar de los "piques" para ver si el otro abre su juego antes que el que "pica" lo haga con el propio. La corrupción está en la habilidad para "hacer caer" al otro, dejándolo en deuda: "hacerlo caer" si habla de más, si cae en brazos de alguna invitada, o de un invitado. Ya "se le sabe" o, como se dice también coloquialmente, se lo puede agarrar porque se ha dado a conocer ""de que pie cojea", o porque ya se sabe de una u otra manera que "tiene cola que le pisen". No nada más es complicidad, sino verticalidad entre quienes "le saben algo a uno" y el que temerá que, si no cumple con lo impuesto, "le saquen los trapitos al sol". No es lo único que creó el PRI, puesto que también hubo políticos que se atuvieron al decoro y a esquivar estas formas de socialización, pero de todos modos se arraigaron como parte de la corrupción. El que muestra su "flanco débil" se arriesga a ser extorsionado. A la larga, puede ser una cadena infernal e invivible cuando la socialización se basa en tráficos de favores e influencias. Insistamos, no es tanto cosa de "la chingada", sino de maniobras, ardides, estratagemas, madruguetes, para "tener agarrado" al otro como forma de dominación. Con el inconveniente latino de ponerse al sentimiento: siempre cae frente al estadounidense que calcula sin embarazarse del menor sentimiento si es necesario.

      En medio del principio de la obligación de "ser feliz", "pasarla bien", "no pensarlo", no "tomárselo tan en serio", de "divertirse", "pasar el rato" y "entretenerse con algo", se fue cayendo en la confusión de fiesta y "desmadre" o "relajo" permanente, al grado del relajo como forma de disolver toda seriedad y dejar a cada quien, de un histrionismo a otro, en libertad de moverse a pura conveniencia, sin prestar el menor flanco y buscando insistentemente el débil del otro. Salvo excepciones decorosas, así se fue extraviando a gran parte de México en el autodenigramiento al mismo tiempo que se ensalzó cada vez más lo estadounidense, no sin esa ayuda del PRI que fue Televisa. Si el pueblo fue alguna vez revolucionario, fue llevado a convertirse en caricatura de sí mismo y en la fiesta como "chacoteo", vulgaridad y ostentación de la misma. El asunto no terminó con el descalabro de un PRI cada vez más corrupto y relegando a su gente decorosa. Siguió a partir del año 2000 en la degeneración del narcomoney y hasta llegar a la majadería más completa y desparpajada de banda sinaloense. Habiendo quedado atrás la Revolución desde que los "pirrurris" tomaron la calle en el Mundial de Fútbol de 1986, el pueblo, entre sueños de opio creyendo llegar a ser de Primer Mundo, fue a dar en lo lumpen, junto a parte de la "clase" media. No hay manera de parar esta degradación pese al rescate buscado por el hoy ex presidente Andrés Manuel López Obrador, quien buscó restituir valores, de distintas maneras, sin ser mayormente escuchado: ni cartillas morales, ni guías éticas, ni verdadera definición de algún humanismo mexicano, sino más banda en el Zócalo capitalino y Taylor Swift. Además de una oposición con una candidata, Xóchitl Gálvez, que mostró cómo para algunos "lo popular" es "el derecho y la libertad" de estar en alguna parte entre el lépero y el pelado, al igual que Atypical TV con Carlos Alazraki o Javier Lozano, confundiendo lo popular y lo que se cree que da popularidad. La grosería, la ostentación de la mala educación y la insolencia, como si fuera lo propio del pueblo. Es más bien lo propio de Brozo o de un empresario como Ricardo Salinas Pliego: la competencia por el pueblo como competencia por ver quien puede volar más bajo, como manera de enlodar y hacer que "todos caigan", atribuyéndoselo a un López Obrador que nunca se asomó al público para hablar de "mamadas", de si tal o cual "la cagó" o para decirle a Alazraki "no manches". No quedó de la oposición más que lo soez, como degeneración de la antigua maniobra en circo: la corrupción como franco espectáculo para permitirse a la vez ser majadero y denigrar, sin lograrlo, y éso que la autodenominada Cuarta Transformación no carece de alguna gente "corriente" y que fue muy cercana al presidente.

       El péndulo quiso que medios y mercadotecnia le dieran ahora a México una gobernadora Timbiriche con pueblo de boutique, gabinete de supuesta alcurnia y un nuevo intento, bajo presión mediática, por excluir al pueblo. Si la gobernadora no es vulgar, ciertamente, ni deshonesta, no es seguro que la nueva jefe de gobierno del "momento chilango", Clara Brugada, no sea la siguiente presentación de Los Ángeles Azules. Salvo en López Obrador, el pueblo es pretexto para que lo maniobren, buscándole el flanco débil, o fabricándoselo para corromperlo y cooptarlo. La maniobra es un viejo asunto, es algo violento y se hace pasar por "cultura" y por el típico ánimo festivo que tiene la persona que no se da cuenta de que la están "bolseando". Si en el PRI quedó a veces un poco de decoro (siendo Acción Nacional el partido experto en perderlo por completo, en desfiguros como los del "comandante Borolas" o Vicente Fox), no es lo que va a sobrevivir; quedó lo otro, en más de un medio de comunicación, para rebajar como si hubiera que convencer de que, supuestamente, "la corrupción somos todos". EL PRIAN se hundió. La gobernadora Ilse, Ivonne y Mimí, a diferencia de López Obrador, ve al pueblo por encima del hombro, aunque tenga una que otra virtud: honestidad, pero no valiente. Faltará ver si de otros sectores "medios" -hay gente joven para ello, ligada al MoReNa- puede salir una visión del pueblo -ya muy lejos de Dios y muy cerca de Estados Unidos- que cuando menos lo acerque del trabajo digno, de valores y lo aleje de la creencia de que en la vida se trata de ser pasota y andar en la fiesta. No se corrompe a la propia gente, ni por cierto que tampoco desde abajo votando por las mil y un becas del bienestar. La maniobra ha hecho creer desde hace mucho, desde tiempos del PRI y Televisa, que lo que necesitan los "jodidos" de Emilio Azcárraga es que los tengan entretenidos y en la corrupción maniobrándolos con pan y circo. 

      Corrupción no es nada más soborno, cohecho, soltar dinero para obtener algo. Es también buscar obtener alguna ventaja, a través de una maniobra, del flanco débil o la vulnerabilidad de otro, una forma de extorsión: es para lo que llegan a servir ciertas modalidades de socialización hechas para que se tenga a uno agarrado, a otro "soltando la sopa" o "la papa", en fin, para sacar información que pueda ser utilizada para la maniobra misma. Parte del "marear" puede consistir en "sembrarle" al otro "unas amigas" para que "caiga en tentación". La atmósfera de relajo es ideal para confundir y "marear" y dar la apariencia de confianza, que no es sino "confiancita". La siguiente de los herederos de la descomposición del PRI y de los periodos de Acción Nacional consistirá en los medios en ir tratando de "marear" a la gobernadora Timbiriche para que termine de "recorrerse al centro". (da click en el botón de reproducción).



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...