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viernes, 15 de agosto de 2025

PONTE A AVIONAR

 Está de moda, gracias a los medios de comunicación masiva y a Estados Unidos, ponerse a lo grande, o lo mega, híper, súper o friki. México y Rusia, por ejemplo, tienen arranques que, por reivindicar lo "ancestral", parecieran oponerse al gusto estadounidense por todo lo nuevo, lo sea o no. A pesar empero de la "grandeza mexicana", poema y también canción de José José (cuya vida fue hecha añicos en México), no llega a lo "milenario": la nación mexicana tiene poco más de dos siglos de existencia, menos de lo que duró la Colonia, y antes, el imperio azteca tenía también, a su vez, menos de lo que duró la Colonia. O se habla de nación y Estado, o casi cualquiera tiene alguna antiguedad que sacarse de la manga, sólo que los mexicanos no eran olmecas, o entonces los únicos milenarios del asunto son los tabasqueños. Nadie en sus cinco confunde a los olmecas con México y sus antecedentes, o con los mayas o los toltecas (salvo para hacerla al guerrero resiliente), por decir algo, o entonces Estados Unidos tiene tradiciones milenarias, y nos vamos hasta Asia, de donde vinieron los pueblos originarios que cruzaron el estrecho de Bering y fueron poblando América. Se termina en el tipo de discusión de campus estadounidense para saber a qué tienen derecho los negros si en África surgió el primer Hombre, al menos como Homo Sapiens. Lo "milenario" es en realidad parte del deseo -que no necesidad- de hacerla muy en grande (por cierto, también lo hizo Antonio López de Santa Anna, que era mexicano), para publicidad, turismo y creerse la demagogia en política, o sugerir sabrá Dios qué capacidad de aguante con tal de tener una tortillita y un chilito. En tiempo de esplendor, por ahí se van en duración siux y teotihuacanos, por ejemplo. Y los mayas ya no habían aguantado -por lo que no existían como civilización- hasta que llegaran los españoles (por cierto que tampoco milenarios y en gran parte ocupados con los árabes por cinco siglos). En todo caso, México, como tal, no tiene nada de milenario, ni siquiera en la forma actual de sus pueblos originarios.

        El otro que tiene arranques es el presidente ruso, Vladimir Putin, más allá de que la Federación Rusa sea el país más grande del mundo. Antes de intervenir en Ucrania, Putin se sacó de la manga una historia "ancestral" para tratar de mostrar que rusos y ucranianos son lo mismo, sólo que unos tipo Coca y otros tipo Pepsi. Aunque en realidad ni en la misma Rusia se ha zanjado el debate sobre el origen, si europeo o asiático (debido a la invasión mongola, tampoco milenaria), resultaría que el meollo del asunto estaría en el territorio de la Rus de Kiev, para nada milenaria, sino que fue una federación de grupos eslavos que duró del siglo IX al XIII. Fue el primer Estado eslavo de la historia, y ciertamente abarcaba Ucrania y Rusia central. Ni siquiera los eslavos son milenarios, y la Rus de Kíev se fue formando en parte con varegos (población nórdica), hasta llegar a Kíev y alrededores a través de Finlandia. Si bien el territorio de la Rus de Kíev abarcaba gran parte de la actual Rusia europea, no incluía...lo que actualmente está en Rusia desde 2022 (Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia). Habría que deducir que, por algún motivo, Putin reivindica algo y se toma territorios que nada que ver. El hecho es que hay que sacar a relucir no el "aguante" a la mexicana (algo así como tragalotodo), sino la capacidad para vencer a cualquier invasor. Y de ahí, nada más le falta a Putin seguir al historiador ruso Valentín Falin y recitar algo sobre los escitas, nómadas de la estepa en la antiguedad (aunque tampoco milenarios). La cosa es igual, hacerla en grande: y para ello hay que inventarse, de cabo a rabo, herencias "milenarias". No valen sin embargo ni para la Rus de Kiev, ni para la invasión de Genghis Khan. Si se trata de orígenes, para el caso los primeros pobladores de la actual Rusia aparecieron hacia el Caúcaso y Siberia. El imperio ruso, ya como tal, es reciente, del siglo XVIII. Es entendible que países como México y Rusia, por motivos distintos, tengan que reivindicarse frente a Estados Unidos, "socios y aliados", pero no deja de ser curioso que se haga con llamados a algo inexistente -pero eso sí, grandotote- como lo "milenario". Es del mismo tenor que los "odios ancestrales" en la antigua Yugoslavia. Cada uno sentía híper odio por los deseos mega serbios. Como no se trata de algún asunto en manos de argentinos, ni tan evidentes, es posible pensar que es el tipo de elocuencia que se da cuando los medios de comunicación masiva se basan en la impresión, y por lo mismo, en la necesidad de "causar sensación", aunque se haga creer que sólo es posible con extravagancias "a lo Trump" (por Donald J. Trump, presidente estadounidense que no lo hace nada mal en términos mediáticos para "escandalizar"). En efecto, se puede pasar con facilidad de "causar sensación" al "escándalo".

      Como parte del asunto, no hay día en que no ocurra algo "histórico", como si de verdad fuera de todos los días, y no faltan "momentos históricos" (ah sí, memorables). Algunos se anticipan a "hacer Historia" e invitan a hacerla en grande "juntos". Es del mismo tipo que la repetición incesante sobre la "multipolaridad", aunque sea demostrable que no hay tal, o sobre un "nuevo orden" declarado una tras otra desde 1991, y nunca establecido con claridad, pero parte de lo que crea tal o cual impresión. Con la pena, pero la impresión no es la realidad (salvo a veces la primera impresión), ni lo es la capacidad de tal o cual para dárselas de interesante cuando lo que en los medios está en juego es la captación de la atención. Es publicitario-libertario: "la marca o el modelo X que hará historia. No te lo pierdas". El "gol para la historia", el "partido para la historia", todos los días hay un gran cambio porque "tú haces el cambio" -con prestar atención- y eres parte de un mundo que cambia día tras día, etcétera. Hasta rechazar la realidad por incómoda, sobre todo si plantea algún problema, de tal modo que la menor conversación lo evita y prefiere seguir "fluyendo". Milenios fluyendo en lo que no por nada se llama "narrativa" (no narración) y tiene "personajes" en vez de personas: claro, si es ficción. Buen viaje. (da click en el botón de reproducción)


jueves, 14 de agosto de 2025

A LA CARGA, MIS...VALIENTES

 Desde que desapareció la Unión Soviética, los "socios y aliados" del centro han venido contando a su modo la historia de la Segunda Guerra Mundial, como si Europa hubiera sido liberada por Estados Unidos. En realidad, en lo fundamental, el ejército alemán ya estaba derrotado a principios de febrero de 1942, luego de la victoria soviética en Stalingrado. A pesar del pedido soviético de la apertura de un "segundo frente", por los "aliados", en Europa Occidental, éstos se tomaron su tiempo: se apersonaron en Sicilia hasta julio de 1943 y en el "Día D" de Normandía hasta junio...de 1944, ya para otra cosa: detener el avance soviético. Desde julio y agosto de 1943 se dió otra derrota alemana en la batalla de Kursk. Los "aliados" llegaron a Normandía cuando los soviéticos, por las mismas fechas, con la operación "Bagratión", enfilaban hacia Alemania. La tardanza de los "aliados" es, en parte, la que hizo que el nazismo tuviera tiempo de poner en práctica la "solución final" contra la población judía, a partir de principios de 1942, y no antes.

            Con Japón, las cosas no fueron mejor, ya que Estados Unidos alegó que lanzó las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki para evitar pérdidas en lo que podía ser la ocupación de Japón. Según lo reprodujera hace poco en Rebelión una declaración del general estadounidense Henry Arnold, en realidad Japón estaba "al borde del colapso" con o sin bomba. Otros, como el almirante William Leahy, condenaron la decisión estadounidense. Leahy consideró que el arma atómico no había sido "ninguna ayuda", y agregó que los japoneses "ya estaban derrotados y listos para rendirse", lo que de hecho estaban buscando. Lo que podía suceder, en cambio, era una invasión soviética a Japón, si se considera que, para agosto de 1945, la Unión Soviética ya tenía asegurada la victoria contra los nazis. Los soviéticos habían tomado Sajalín y estaban por tomar Hokkaido, la segunda isla más grande de Japón. El único escollo entre los japoneses era que querían conservar su emperador, condición de las negociaciones que el presidente estadounidense Harry S. Truman no consideraba: aceptándolo, Estados Unidos podía terminar la guerra desde antes del lanzamiento de las bombas atómicas. El general Douglas MacArthur lo reconoció. En realidad, importaba hacer una demostración de fuerza contra la Unión Soviética, algo que era del interés de más de uno en la administración Truman. De la misma manera, aunque menos brutal, que el "Día D" fue para ir a parar a los soviéticos en Alemania. Con Truman se pensó en usar la bomba atómica contra los soviéticos, pero se necesitaban 400 ojivas y no las había. Ante ésto, científicos del "Proyecto Manhattan" pasaron datos a los soviéticos, incluyendo el Oppenheimer de la película, con tal de frenar la escalada estadounidense (MacArthur pensó emplear la bomba atómica contra China). Con tal de hacer la demostración de fuerza mencionada, según el general estadounidense Carer Clarke lo que se hizo en Hiroshima y Nagasaki no fue un acto de guerra, sino un "experimento"., sabiendo que no se necesitaba. Dwight D. Eisenhower, presidente estadounidense, llegó a declarar: "Japón ya estaba derrotado y la bomba atómica era completamente innecesaria. Ya no era obligatorio como medida para salvar vidas estadounidenses". Simplemente, Japón buscaba rendirse "con el mínimo desprestigio". Por lo demás, en 1965, el historiador Gal Alperovitz mostró que Japón ya había capitulado poco antes de las bombas.

         Las historias oficiales sobre Hiroshima y Nagasaki y sobre el "Día D" son simplemente mentiras. Estados Unidos no es, ni de lejos, el país que haya contribuido en grande para "liberar Europa", la clase de espectáculo que empezó a montarse en los años '90. Por cierto, no queda claro que se atribuya el terror al "comunismo", en exclusiva, ni que no se diga nada cuando el "presidente" ucraniano Volodímir Zelenski pide un ataque nuclear preventivo contra Rusia. Es la pérdida de la noción de lo más elemental entre los "socios y aliados" que, eso sí, se detienen -como en 1949, cuando ya la Unión Soviética tenía su propia bomba- únicamente por miedo, y por un fondo cobarde, porque es propio de la cobardía lo hecho en Hiroshima y Nagasaki 80 años atrás, contra población civil. (da click en el botón de reproducción).



martes, 12 de agosto de 2025

TOPEN ÉSO

 Recientemente, varios dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) fueron sorprendidos por los medios dándose la "buena vida", con lujos. En esta medida, la presidentA mexicana, Claudia Sheinbaum, y la de MoReNa, Luisa Alcalde, hicieron indirectamente un llamado de atención, aunque tal vez incompleto. ¿La noticia es política o es notita de la página de "sociales"?

      Novedad, no hay ninguna. En el sexenio pasado se buscaron varios escándalos: uno con un hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador (José Ramón López Beltrán), a quien, como dijo su propio padre, le gusta el dinero. No se pudo probar gran cosa de la "casa en Houston". La otra fue con la manera del jefe del ejército de viajar a Europa, a lo que López Obrador zanjó con un "¿y qué?", de colmillo. Si Andy (!) López Beltrán, Mario Delgado o Ricardo Monreal tienen atracción por el lujo, mientras el dinero no salga de alguna corrupción, pues "su gusto es", aunque aparezca como una "cochinada". Se trata de lo siguiente, considerando que la autodenominada "Cuarta Transformación" no ha decidido nada contra "los ricos", la "burguesía" ni "el que tiene", sino contra quienes tienen mediante la corrupción y el saqueo. No es el caso de ninguno de los mencionados, salvo prueba en contrario, o no se trata sino de apostarle a una parte de lo más bajo de la gente de abajo: el resentimiento, frecuente en parte de México. Tan viejo como "nosotros los pobres" y "ustedes los ricos", como parte de los hábitos de antiguo régimen de la oposición. La verdadera cochinada es la siguiente: el "desempleado" seductor de la patria, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto seguramente no viven de modo franciscano. Pero es: éstos no pretenden estar sin mancha. Son lo que son. Los feos son los que pretenden estar sin mancha y, sin embargo, "se manchan". Esos sí. Aunque no roben. ¿El problema es el lujo o el robo?

       El lujo no es, ni siquiera el malhabido, o se estaría con las circunstancias detrás de Vector y el empresario Alfonso Romo, lavador de dinero. O detrás de las propiedades del pseudoperiodista Carlos Loret de Mola, feliz a cada montaje. No hay nadie molesto. La gente se cree que algunos son ricos por su propio esfuerzo. Se aparece entonces el dueño de Grupo Azteca, Ricardo Salinas Pliego, de vacaciones de lujo en Malta y a decir: "aquí, vacacionando a lo Andy, pero con mi dinero y no con el del pueblo". No es un explotador, sino un emprendedor. Tan cercano, él sí, al pueblo, que como Carlos Alazraki o el "Escorpión Dorado" se da licencia de creer que ser mexicano es hablar con peladeces o como banda de Observatorio. Otro tic del antiguo régimen: "políticos ladrones". Que a gente de abajo que difícilmente saldrá de su condición se le vendan libros de Og Mandino o Robert Kiyosaki. Salinas Pliego, otro ejemplar chilango. Y que no es especialmente aficionado a pagar impuestos. La cochinada: sí, todos somos igual de transas, corruptos, pero los de MoReNa son peores, porque hablando del bien común también siguen intereses personalísimos. Lo normal sería que Salinas Pliego siga yendo a Malta, Loret de Mola a Miami, como vecino de Genaro García Luna, Romo a sus empresas y que la gente de MoReNa se vaya a Oaxtepec. Entretanto, ni el lujo ni la corrupción son problema, sino que los de MoReNa fingen. Romo, Loret o Salinas Pliego no fingen: dicen "La Verdad". Sobre todo cuando lo niegan todo.

       Así que el problema del país no es la explotación, o sobreexplotación, sino que es "la política". ¿E importa MoReNa como más de lo mismo o peor? Ricardo Monreal no sería mayor novedad, ya que es de una familia zacatecana muy acomodada, entre la economía y la política. Que se de lujos en Madrid, capital española, no es tan raro: si acaso, un poco típico de mentalidad subdesarrollada. Otros en España -o hasta con nacionalidad española- dirán que son hijos de la "cultura del esfuerzo" que representa la presidencia. Puede no molestar que por la Secretaría de Educación Pública (SEP) pase cualquier cosa, hasta lo que parece un premio político de tantos (como el anterior a "la maestra Delfina"), pero es de escándalo que el secretario Mario Delgado se desayune en un hotel de lujo de Lisboa, capital portuguesa. ¿Y Andy? En hoteles de siete mil 500 pesos la noche, en Tokio, capital japonesa, aunque realmente no es mucho comparado con los hoteles de Monreal y de Delgado. ¿Importa? Entonces debiera inquietar que Layda Sansores, en su declaración patrimonial de 2022, haya incluido 16 propiedades. Y contando, aunque haya alegado siete heredadas. Nada. Aunque, como se dice coloquialmente en México, la señora tenga "más propiedades que el nopal". Y que no destaque en su trabajo. Nada porque, encima, tiene la sospecha de lujos a costa del erario, ella sí. Entonces no molestan ni los lujos ni la corrupción. Se trata de dos otras cosas: de "editar" los lujos de algunos en MoReNa -distan de ser los únicos- para descalificar moralmente a la "Cuarta Transformación" apelando a lo más bajo; y de hacer a un lado a Andy como supuesto "heredero" de López Obrador, con el que se especula como en su momento de precandidato lo quiso hacer Marcelo Ebrard, para "quedar bien". Es probable que sea parte del mismo golpeteo que ha afectado a Adán Augusto López Hernández.

      Parte de la verdad -MoReNa no es un partido de gente pobre, ni está exento de ambiciones- para apelar a bajas pasiones -ya se habló del resentimiento-, y llevarse a quien se deje moralmente entre las patas: la corrupción somos todos, nada más que éstos son "los enemigos del pueblo", porque se gastan su dinero en lujos. Aunque como ninguno usó el erario, cada uno pueda decir, como Salinas Pliego, que regó la tierra con el sudor de su frente. Se trata de inducir a error, entre el engaño y el fraude, haciendo creer que este engaño y este fraude son de MoReNa: dicen aquí "no somos iguales", pero son hasta peores, y para el caso es mejor, como Alazraki o Salinas Pliego, ser un adinerado lépero, dándoselas de "gente" -con leperadas- mientras la explotan. "Es neta". (da click en el botón de reproducción).



jueves, 7 de agosto de 2025

EN EL FONDO (PERO MUY EN EL FONDO)...

 La Ciudad de México, hoy CDMX y ya no Distrito Federal (D.F), a cuyos sábados le cantara "Chava" Flores, ha dejado en más de un aspecto de ser lo que fue hasta los '80 o '90, desde que es gobernada por la izquierda. Ya no es la ciudad de inmigración, del Jacinto Cenobio extraviado o de las llamadas "Marías", ya no recordadas como tales. La CDMX es una ciudad mucho más segura, no la de los '80 con su garantía de asalto o de "secuestro express", y cualquiera sabe los pocos lugares a evitar, más, de noche, pese a la existencia de un mundo subterráneo que no se trata de ignorar. Pese a tener "sus días" y "sus horas" (de tráfico odioso), ya no es el D.F. irrespirable de los '80, terribles en materia de contaminación. No es una ciudad sucia, y está mejor cuidada, sin que le falten áreas verdes. Es buena ciudad para el turismo, nacional y extranjero, pese a los que salieron corriendo en los '80 a refugiarse en Guadalajara. La CDMX no es ciudad de pandillas apenas disimuladas y desafiantes, como en algunas colonias de Guadalajara o partes de Monterrey. No es lugar de mayor prostitución, más bien reducida a unos pocos lugares en Sullivan, la Merced y partes de la calzada de Tlalpan. No ha vuelto el pico de cierta inseguridad de finales del periodo de Miguel Ángel Mancera, de buena voluntad pero falta de experiencia. La CDMX ya no es la invasión del comercio ambulante un poco por doquier. No es ya la de las transas de Ruta100, así tenga defectos el Metro. Más de una unidad habitacional está bien o mejor cuidada. La CDMX sigue esplendorosa como antigua Ciudad de los Palacios, y llena de actividades culturales. Ya no es, tampoco, la ciudad de "Los Panchitos". Comparando temblores, ya no es la de 1985, como lo demostró 2017, porque han mejorado las normas de construcción y es demostrable que lo que se cae es, con frecuencia, por corrupción. La Ciudad de México no es de tugurios ni de miseria extendida, salvo excepciones, sino más bien de unas clases medias diversas. Tal vez la CDMX sea, en parte, lugar de surgimiento de sectores de la población acordes con la "honrada medianía", como la presidentA Claudia Sheinbaum, o la honesta Clara Brugada, pese a sus "bemoles" (que tal vez todo el mundo tenga). La CDMX no es industrial y ya tiene vínculos tenues con el campo, salvo en ciertas alcaldías como Milpa Alta. Parte de la fisionomía de la CDMX ha mejorado, y si hay grandeza, es la de quienes la trabajan, como lo mostrara el documental "En el hoyo", de Juan Carlos Rulfo, a pesar de un mal empresariado, sin siquiera sentido arquitectónico, como para ir a plantar un Museo Soumaya o algún edificio universitario sin tradición. El parque La Mexicana tal vez salve a Santa Fe de creerse que es un mini Dubái. Que Observatorio recuerda que no es. Incluso a nivel de abajo, parte -y nada más -de la población ya no es la que hacía portadas de Nexos sobre "el mexicano feo", y es notoria una mejor alimentación también en parte de "los de abajo". Ya no abundan los "tamarindos" "mordelones", ni los judiciales al acecho para extorsionar, como hasta los '80.

         Antigua Joya de la Corona, con la Nueva España, y no "milenaria", por cierto (si se cuenta el tiempo de los aztecas antes de la llegada de los españoles), así se hagan tonterías por mitomanía, y sede del poder político, no del económico, la CDMX y el antes D.F., que le han dado uno que otro presidente al país, y la presidentA Claudia Sheinbaum, también mitomanías aparte sobre el 68, destaca por dos cosas, más allá de lo enumerado: la frecuente vulgaridad de sus habitantes y la manera que tiene la urbe de corromper, y que no es nada más asunto de "los políticos", porque los mundos del espectáculo, deportivo y universitario "no cantan mal las rancheras", como se dice coloquialmente, y no es nada más el uso del "relajo" y de la fiesta que se remonta a tiempo atrás, antes incluso de "La bandida" y su uso de la "pachanga" para anudar complicidades, que es en parte -si lo sabrá el mundo de oficinistas- no un gusto, sino una de tantas formas de corromper. Son legión las historias de Televisa, las de vidas destruidas (como la de José José, emblemática, como se dice), las del deporte y quien lo dirija (de Raúl González a Ana Gabriela Guevara, ambos fronterizos), o de la vida cortesana universitaria. Esta vida se traga de todo: exilios, refugiados, gente de los más diversos orígenes nacionales, diplomáticos y "agregados", pseudopoetas, todos al usufructo y el goce de las "relaciones" para "trepar" y hacerse de privilegios, porque el D.F. y la CDMX dan más de un privilegio, insistamos que no sólo a políticos. Es la ciudad cortesana en la que, desde la arquitectura, los distintos signos del privilegio están bastante remarcados, como la disposición a tratar mal o a desconocer ("ningunear") a quien se considere que no los tiene o no da acceso a ellos. No es ciudad del mérito, aunque en algo se va abriendo un poco de paso. Es la ciudad que asocia sobrevivencia a adquisición de uno u otro privilegio, y que, curiosamente, da al que cree tener algo de estatus la creencia de que puede permitirse ser grosero.

       Ya no es la ciudad del "pinche" o de "la chingada" para los mitos de quienes descansan en Paz. A raíz de los '80, entre desclasamientos y advenedizos, es la ciudad carente de educación, por cortés que sea, y donde es de lástima el muy limitado vocabulario de quienes no pueden puntuar sin un "wey", sacar lo "banda" con un "chido", equiparar un problema a un "pedo" y algo mal hecho a una "mamada", además de buscar manchar -ciudad de maledicencia- sin querer ser manchado, profiriendo "no manches". Honra a la Ciudad de los Palacios decir: "no manches, wey, se me hace que son mamadas, pero no hay pedo, a fin de cuentas está chido". Es lenguaje banda, no "mexicanidad", y propio, como lo mostrara para otros lares el escritor José Donoso, de la atracción de la oligarquía en decadencia por la apariencia de "vitalidad" del lumpen, al igual que la del gringo. Xenofobia para el mérito: tolerancia para el gringo corruptor en la Zona Rosa, para sus muy sospechosos restaurantes sudcoreanos y, en la misma Zona, el ambulantaje y los casinos, como si no se notara con qué otro lugar de la ciudad está la conexión. El mundo universitario y el del espectáculo lo saben: el sexo es forma de corromper, por no hablar del mal gusto de cronistas fallecidos o de escritores de altura echados a perder, pero privilegiados, y que terminan por creer que por un privilegio bien vale la pena corromperse.

         La Ciudad de México, que hace rato ya no es de ninguna Epoca de Oro, es también más agringada, cuando menos desde los '80, si no es que desde antes, entre rock en tu idioma y ondas Vaselina. Luego de hacerse de la ciudad, tomándose las calles en el Mundial de Futbol de 1986, juniors, "fresas" y "pirrurris" se vieron atraídos por la alianza con el lumpen. Una parte de las clases medias, bajas incluidas, remató esta extranjerización galopante -de políticos de vacaciones en Vail o de parientes en LA-, junto con la aparición del mundo financiero proclive al fraude, con décadas de banda sinaloense como resabio de "nacionalidad": lo tóxico "echando cuerpo" dizque en nombre de lo "antitóxico". Lo peor es que se entienda vulgaridad y grosería amenazante, moda incluida, como lo típico del chilango con derecho y libertad de ser así porque le parece "de estatus": el privilegio de ser un orate y, como para otros en el mundo cortesano de las "relaciones", de pasar por encima del otro sin el menor asomo de misericordia. Era para los que iban a misa, no para quienes van al centro comercial los domingos. Contradictoria la ciudad, y desafortunada la percepción de sus privilegios: son otros que los de ser vulgar, valemadrista, gandalla, cínico, desvergonzado, maledicente, admirador de lo extranjero aunque se trate de otro aprovechado más, inmisericorde y muy "barroco": seguramente la trompa de alguien como Carlos Alazraki sea el mejor ejemplo. Ha sido la ciudad para hacer fortuna trepando, para recién llegados y advenedizos, pero también va cambiando, poco a poco, lentamente...para mejores cuidados, y si acaso perdura no la cortesía cercana a la poblana o la tlaxcalteca, apariencia, sino la amabilidad de ya generaciones de no inmigrantes que puedan ver a la ciudad y todos sus habitantes, para servirla (da click en el botón de reproducción).



LOS QUE SE QUEDARON

 Los niños están con frecuencia lejos de ser "la inocencia". Se les suele enseñar, desde "peques", lo que no es de su interés, sino de su familia, que en más de un país no entiende para qué sirve la escuela: más que aprender, los infantes ya están en "lecciones de vida" en las que se les muestra "cómo relacionarse", antes que cómo desarrollar su personalidad. Ir a la escuela es, muy temprano, ir a "hacer relaciones" que tal vez un día, si perduran, puedan ser también "conexiones" o "contactos".

         Pese a la escuela, el niño es orientado sobre con quién sí y con quién no relacionarse. Hasta los años '70, por ejemplo, y pese al inicio de la fiesta libertaria, no era raro que a un infante se le enseñara que debía evitar a otro cuyos padres se hubieran divorciado, porque era un "estigma" y el signo de alguna "desgracia". Según las situaciones, los niños ya podían ser hábiles para excluir a alguien, en colectivo, con la llamada "ley del hielo": no le hables a sutano o mengano, no te juntes con perengano. Podía ser, también, por motivos "políticos": oye, eres medio rojillo. Los niños pueden aprender no de su personalidad o de civismo, pero sí de poder, en el sentido de su uso colectivo contra el "uno". Lo extraño es que, después, los adultos reproduzcan este comportamiento escolar, aunque sea con sobrentendidos. Es, en parte, el principio del perverso o del psicópata narcisista: con un dejo libertario, aparecer como espontáneo, todo sonrisas y hasta seductor, por encanto, y al mismo tiempo con valores conservadores, del tipo de los mostrados por Carlos Fuentes en Las buenas conciencias, y que consisten en "ocultar mostrando", como han dicho algunos del barroco: "tapar". El niño malcriado ha aprendido no de la escuela, pero sí para hacer lo que le dicte la gana, y al mismo tiempo, por el "tapar", a ocultar los problemas en vez de hacer con ellos, para lo cual, aparentando un supuesto "individualismo" (que no es más que egoísmo), al mismo tiempo encuentra en la familia complicidades o cuando menos tolerancia. Si sobre una base común, de invitaciones (te invito a mi fiesta...), tiene poder y "relaciones", a las que llama "de amistad", sin saber lo que es, ya está: el infante tiene la creencia de que lo puede todo sin la menor sanción, ni se diga social. No es el "individuo hecho a sí mismo", sino el omnipotente con respaldo familiar y de "relaciones", que así entrará a la vida adulta.

         Como era por lo demás con hábitos de hacienda o de "casa poblada" y de familia extendida, era el mundo intelectual de los '70, a la vez open minded e intolerantemente conservador en algunas cosas, como la familia no sólo para recargarse, sino para torear la individuación que supone hacer con la soledad, al menos en cierto grado. Ese era el poder, por ejemplo del exilio latinoamericano en México: te invito a mi fiesta, no te juntes con tal o cual, etcétera, y relaciones en grande en asados y vinitos. Amantes, pero con el derecho conservador de vuelta a casa con tal o cual "señora". Era l base de lo que se proyectaba hacia afuera como relación de clientela, y se prolongó hasta los '80. Se le dejaba de hablar al que "caía en desgracia" si dejaba de ser la prolongación de tal o cual (ex de, esposa de, viuda de, hijo de, hija de, etcétera...), y era como sobreentendido la "ley del hielo", salvo que uno que otro de apariencia humana se apareciera a "pobretear" al "desgraciado", con lo que Hannah Arendt llamara "la caridad que humilla". El "desgraciado" o el independiente era un "don nadie" a lo sumo para "pobretear": ser "alguien" era tener "relaciones", no sólo para sí, sino para lo que fue apareciendo en los '80: para ofrecer dichas "relaciones" y saber "cotizarse", lo que se tradujo en ponerle precio a cada quien en las "relaciones", según el acceso que dieran al poder y la posibilidad de rehuir encontrarse consigo mismo. Ser persona de "contactos", "recomendaciones", etcétera: influencias. Es lo que se confundió con el mérito: no el trabajo ni la personalidad propia, más bien atrofiada, sino la apariencia de "libertad" -hasta tomarse licencias de grosería- y el "mérito" de tener y poder ofrecer y ostentar "relaciones", para lo cual algunos más tarde se siguieron en redes. "Yo soy yo y mis relaciones": cualquier problema debe ser "tapado" para "no dañar la imagen", porque las apariencias, a la hora de "hacer relaciones" y mantenerlas, suponen no "caer en desgracia". Se sumará el vedettismo en los medios. 

        Refugio en la familia, aún con sus verdaderas disfuncionalidades, entre lo que se llama coloquialmente en México "muéganos", y en las "relaciones", de la familia extensa a las logradas en el paso por el sistema educativo u algún otro lugar, hasta donde pudiera permitirlo el de trabajo, aunque más hostil: y el sempiterno cálculo de desprecio por el independiente, creyéndolo temeroso, para por aislamiento -la "ley del hielo"- hacerlo pasar por las "horcas caudinas". Para este mundo de "enchufes", el que desarrolla su personalidad no es perceptible, cuando no es un testigo incómodo de la vida que se dejó en el camino desde la infancia y sin verdaderos afectos; "todos tienen su precio", es la culminación de esta trayectoria de un "niño grandote" que ya no alcanzó a ver, salvo para cierto machacar en la destrucción, que no es así y que ningún centro comercial vende verdadera confianza, lealtad o, para ir más lejos, verdaderos afectos. Y todo por creer que, antes que crecer, lo importante es tener muchos amiguitos para jugar. Feliz coro de pajaritos. Vaya. (da click en el botón de reproducción).



miércoles, 6 de agosto de 2025

SORPRESAS TE DA LA VIDA

 La ciudadana francesa Florence Cassez, alguna vez acusada sin serlo de "secuestradora", logró salir libre por un amparo "liso y llano", hasta donde se consideró que había sido víctima de un montaje televisivo que desvirtuó todo el proceso. A pesar de numerosas demostraciones de que Cassez era inocente, NO fue declarada tal. Dicho sea de paso, las investigaciones de las periodistas Anne Vigna y Emmanuelle Steels dejaron entrever que sí existía una banda de secuestradores, pero protegida por la policía (la entonces AFI, Agencia Federal de Seguridad), y era una banda que no tenía nada que ver con Cassez, en lo absoluto. Esto quiere decir que se había franqueado un límite. En efecto, en tiempos del PRI (Partido Revolucionario Institucional), parte de la conocida eficacia de la policía mexicana estaba en su manera de tener nexos con la delincuencia, pero, eso sí, a favor de la policía, lo que se fue invirtiendo en los años '80. Como ya ha habido ocasión de recordarlo, el político priísta Manlio Fabio Beltrones llegó a decir que con el derechista partido Acción Nacional (PAN), se hacía lo que el PRI, "más lo que se imaginaba que hacía el PRI". El PRI tenía cierto sentido de Estado, pero se perdió entre los '80 y los '90: entonces, fue la delincuencia la que se tomó el gobierno, y éste se puso al servicio del crimen organizado. Es por ello que el secretario de Seguridad del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), Genaro García Luna, se asoció con el cartel de Sinaloa y, en parte también, con el de los Beltrán Leyva, en lo que no fue nunca una "guerra contra las drogas", sino la decisión estadounidense de controlar el mercado monopolizándolo con dicho cartel, favorecido contra sus rivales para "controlar el caos".

       Junto con Cassez fue detenido Israel Vallarta. Este permaneció hasta hace poco en la cárcel, sin sentencia, pero es importante señalar lo siguiente. Primero, hay elementos para pensar que Vallarta buscó proteger a los Cassez (ya que Sébastien Cassez, hermano de Florence Cassez, hacía negocios en México) de las extorsiones de alguien llamado Eduardo Margolis, hombre de la comunidad judía en México, muy poderoso, cuyas conexiones tal vez no sean del todo conocidas, aunque entre otras cosas traficaba armas. Margolis, con contactos en la policía, decidió vengarse de Vallarta, y a éste se le fabricó de cabo a rabo un caso. No es fácil de entender que Sébastien Cassez se haya esfumado, ni que, ya liberada, tiempo después, Florence Cassez haya aceptado hablar con Margolis. El que estaba pagando "el pato", como se dice coloquialmente en México, era Vallarta, y junto con él, su familia.

      Al poco tiempo se le inventó a Vallarta ser miembro de una banda de secuestradores, "Los Zodiaco". Resulta que no lo era, ni tenía nada que ver, pero que la banda existía y estaba protegida por la AFI, por lo que, entonces, la policía protegía a delincuentes, traficaba influencias con gente como Margolis y fabricaba culpables. La delincuencia se volvió "gobierno", traficando influencias y favores, a cambio de negocios (como los hechos con Margolis, a reserva de saber si las bandas de secuestradores tenían que pagar "cuota" por ser protegidas). Vallarta no quiso salir como Cassez, sino declarado INOCENTE, lo que logró, a diferencia de Cassez, y a reserva de que haya tenido algo que ver (lo que no es seguro) la muerte de la señora Isabel Miranda de Wallace, dedicada a fabricar culpables encontrando contubernios en el aparato judicial, y notoriamente en la FGR (Fiscalía General de la República). Miranda de Wallace, premiada por su "defensa de los Derechos Humanos" y candidata alguna vez a la jefatura de gobierno capitalina, era una delincuente, como su hijo. Se trataba, aquí también, de proteger a la delincuencia fabricando culpables, aunque uno, Brenda Quevedo, logró a estas alturas importantes pasos hacia la libertad.

       Juan Rulfo le mostró alguna vez a Elías Trabulse una curiosa crónica de Indias: en caso de delito, los españoles, en vez de agarrar al culpable, se dedicaban a "prender indios", como se decía, es decir, a agarrar al primer indio que encontraran, así fuera inocente, para engañar y aparentar haber hecho justicia. No es nada más el montaje televisivo con Cassez y Vallarta, sino la regresión a tiempos coloniales, limitada en tiempos del PRI, que sí tenía esa práctica, pero no muy propagada y menos con tales espectáculos. Si acaso, lo que a partir de cierto momento era conocido era que la policía, en caso por ejemplo de asalto bancario, llegaba muy tarde y agarraba a quien se dejara  para inculpar, aunque ya con Arturo "El Negro" Durazo eran delincuentes, o más precisamente reos, los que salían de la cárcel a asaltar para darle su "parte" a la policía, como lo muestra el filme La cuarta compañía, de 2016.

      Andarse con la cantinela de "las víctimas del secuestro" es desconocer que, como casi todo país latinoamericano, México con frecuencia (no siempre) se caracteriza por el ENGAÑO, al que simplemente García Luna "redimensionó". El engaño estuvo en fabricar culpables para proteger a la delincuencia hecha "gobierno" y a los verdaderos delincuentes. Vallarta se ganó a pulso, con la ayuda de su esposa, Maria Sainz (y no faltó cierto apoyo de Cassez) la libertad y la inocencia, y puede tomarse como efecto de la reforma judicial, porque antes, ni una pifia de un mal enterado Adán Augusto López Hernández ni los formalismos anticonstitucionales de Olga Sánchez Cordero ayudaron en nada. El mérito es de Vallarta. Y puede servir de ejemplo de que, como gusta decirse, "SI se puede" frente a lo que para otros no es más que el enfermizo asunto de "saber relacionarse" para influencias y favores y tener una sensación no siempre correcta de omnipotencia. García Luna y su acólito Luis Cárdenas Palomino perdieron su libertad y, en particular, el primero midió mal sus "conexiones" con sus patrones estadounidenses, como más de un narcotraficante, aunque desde luego que se los hará hablar (El Mayo y Caro Quintero) y se los congelará, y no se les dará ninguna pena de muerte. Por criticable que sea, la autodenominada "Cuarta Transformación" no es "lo mismo o peor". Eso es de "demócratas liberales" y "progres" que no consiguen "relacionarse en la grande" (da click en el botón de reproducción).







martes, 5 de agosto de 2025

PRECISIONES: FRANCOISE PERUS

 Se proporciona aquí la información que Wikipedia decidió borrar.

     Francoise Perus falleció el 24 de junio de 2025 a consecuencia de una ruptura de aneurisma aórtico, luego de varios meses de procedimientos médicos iatrogénicos.

     Francoise Perus es la única persona en haber ganado dos veces el Premio Casa de las Américas, de Cuba (en 1976 y 1981), en Ensayo.

      Francoise Perus recibió en su último centro de adscripción, el CIALC-UNAM (Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, Universidad Nacional Autónoma de México), un homenaje (por sus 50 años de labor en la UNAM), a través de una entrevista, que se publicó como tal en la revista Cuadernos Americanos, del mismo CIALC, y que se complementa con un texto compilado en el CEPE-UNAM (Centro de Enseñanza para Extranjeros) por Horacio Molano.

     Francoise Perus se inició en la UNAM como docente, a mediados de los '70, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y pasó a ser parte, por largos años, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la misma UNAM.

     Francoise Perus creó la idea de "regímenes de literariedad", en los cuales se entrecruzan las dimensiones popular, letrada y de masas. Al momento de fallecer repentinamente, se encontraba trabajando en las figuraciones de la alteridad en América Latina y en la problemática del desdibujamiento de los Estudios Latinoamericanos. Desarrolló algunas ideas parecidas a las de la española Paloma Hernández García ("De Lutero"), en el sentido de que la reforma de Lutero creó un daño al desinstitucionalizar la Iglesia, dejar la lectura del texto religioso a la subjetividad de cada quien y dar lugar al relativismo. Francoise Perus abogó por la necesidad humana de contar con tres dimensiones trascendentes/metafísicas: cognitiva, ética y estética.

      Hasta aquí con este punto, ya que se confundió mérito y aporte con supuesta "alabanza" a una persona. Esto contrasta por lo demás con otros artículos en los que se miente o se engaña sobre tal o cual biografiado, con la reiterada negativa a enmendar, y en lo que hace entrar en juego la "otredad": hombre y latino tiene licencia, mujer y "extranjera" no puede tener derechos.

Sobre la cuestión planteada por LASA (Sección Perú), que igualmente procedió al borrado, en este caso, de un comentario:

     El segundo Premio Casa de las Américas (1981) en Cuba fue otorgado por un jurado, pero Cuba se negó a firmar el acta, y embodegó el libro, bloqueando su circulación. Lejos de ser algo así como "la Casa de todos", este centro se encargó, además de hacer gala de machismo, de significarle a Francoise Perus que, si hubiera sido por Cuba, los Premios no se le habrían otorgado. Es así que Casa de las Américas, por parte de quien la jefaturó por larguísimo tiempo, mostró su "limitada tolerancia ideológica" (teniendo por lo demás que dejar sentada su postura literalmente a gritos -literalmente, insistamos- en...Estados Unidos).

       Francoise Perus se interesó en su labor y no en el "fuste" de nadie (aunque tuvo un notorio interes por la idea de “totalidad heterogénea y no dialéctica “, de Cornejo Polar), al preferir desarrollar su propia personalidad antes que las relaciones de poder.

UN DOS TRES POR TRUMP QUE ESTÁ DETRÁS DEL POSTE

 Como algo propio de la personalidad de la época, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han ido cercando a Rusia, nótese que desde antes de que ésta interviniera en el Este de Ucrania. Es un cerco que, en algunos aspectos, recuerda lo que se llamaba "cordón sanitario" en los años '30 del siglo pasado. En el Este de Ucrania, contra los Acuerdos de Minsk, antes de 2022 se estuvo agrediendo a la población rusófona, de modo armado, y con la ayuda de mercenarios y de neonazis, por lo que nadie se los inventó. Rusia intervino para evitar una masacre mayor. Prácticamente todos los hechos armados protagonizados por Rusia han sido de carácter defensivo, por igual en las guerras de Chechenia y de Osetia del Sur. Basta ver un mapa para percatarse de que Rusia no ha estado cercando a nadie, y en en su propio territorio (Chechenia) o en sus fronteras inmediatas que se han presentado conflictos armados. Ya ha habido ocasión de probar cómo Ucrania ha sido preparada, desde hace tiempo, como plataforma de agresión contra el territorio ruso. Lo propio de la personalidad de la época es agredir, violentar y, en caso de respuesta, presentarse como la víctima, entiéndase en este caso que de una supuesta "amenaza rusa". El resultado consiste en golpear dos veces: primero por el cerco, o por el incumplimiento de los Acuerdos de Minsk, y segundo, cuando hay respuesta, culpando al agredido. Con este tipo de personalidad hay que andarse con cuidado, porque sólo conoce de fuerza y no de reglas, por lo que no es posible pactar gran cosa, aunque, por el lugar del testigo en la maldad, importa evitar provocaciones y, mientras se pueda, tender la mano a negociaciones, lo contrario de violentar una y otra vez.

         El presidente estadounidense Donald J. Trump ha tenido un comportamiento errático frente al conflicto entre Ucrania y Rusia, en parte por la habilidad del "presidente" ucraniano, Volodímir Zelenski, para "agarrarlo" de los negocios. Mientras hace ésto, Zelenski sabotea un intento tras otro de parar: como agrede a Rusia en su territorio, bastante más allá del Donbás, Rusia responde, y vuelve lo mismo, que se ha hecho creer a Trump: como decía el general panameño Omar Torrijos, se toma "cualquier defensa por un ataque", así que, cortada la secuencia de los hechos, cada vez que Rusia responde, resulta que es la agresora, y que el agresor ucraniano es la supuesta víctima. Además, se trata de una personalidad de la época proclive al cinismo: Zelenski acaba de pedir más armas no para defenderse, sino para atacar a Rusia para lograr "un cambio de régimen", lo que demuestra que hace rato que no se trata de la autodeterminación nacional. Cuando menos mareado, como lo está por lo demás en el plano financiero, Trump va de ultimátum en ultimátum contra Rusia y con la amenaza de más sanciones, incluidas algunas para países que, como India, compran petróleo ruso, por necesidad, pero también por negocio propio (lo compran a precio barato para revenderlo caro).

       Ante el anuncio de sanciones por parte de Trump, el ex presidente, ex premier y parte del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, quien se caracteriza por su cortedad de miras, sacó de la manga el recordatorio de un riesgo nuclear, sin que nadie estuviera en el tema, y al poco rato, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, especificó que no es algo en lo que pueda haber algún vencedor. Trump reaccionó mandando dos submarinos nucleares por el rumbo del Báltico, y otra vez saltaron al ruedo los "espontáneos" a tratar de tensar la cuerda. En realidad, no hubo nada de especial en el gesto de Trump, como tampoco en su pseudoataque a Irán: esos submarinos suelen estar ahí, se pase o no de palabras Medvédev.

       Como el problema está sobre todo con algunos europeos, el gobierno ruso optó simplemente por ponerse al parejo de las reiteradas amenazas de algunos como Francia, el Reino Unido y Alemania, y acercó los misiles "Oreshnik" (Avellano) a la parte europea de Rusia y a Belarús, de la misma manera en que hizo caso omiso, siguiendo a varios europeos occidentales (que hace rato dieron el primer paso), y se reservó el derecho de acercar armas nucleares tácticas a las fronteras europeas. Esto quiere decir que es una RESPUESTA "pareja" a la voluntad europea de bajar el umbral de uso de ciertas armas, y no hay ninguna agresión rusa, sino simplemente el mensaje de que, en caso de que se quiera poner en peligro serio el territorio ruso, queda en peligro igualmente serio el de los países europeos que decidan seguir en el cerco y la potencial agresión contra Rusia. Por lo general, la personalidad de la época sabe detectar el miedo propio, aunque juegue de manera irresponsable con el que pudiera tener el otro. Lo que hace Rusia es significarle a Francia, el Reino Unido y Alemania dos cosas: que si llegan demasiado lejos en territorio ruso, poniendo en riesgo al Estado, no saldrán impunes o indemnes; y si la quieren escalar con Estados Unidos, no habrá vencedores, así que, de todos modos, no hay ninguna garantía de que los "socios y aliados" no salgan perdiendo, aunque la personalidad de la época tienda a creer que no puede suceder. Se da muy bien cuenta cuando le apuntan a la cabeza. Más allá del objeto y, pese a todo, del valor de Rusia, para el testigo del mal debe quedar claro que el agredido no hace más que actuar en legítima defensa. Una cosa es que algunos "socios y aliados" deseen una guerra o fantaseen con ella; otra cosa es el juicio de realidad que puede imponerse si las están encañonando Da click en el botón de reproducción).


lunes, 4 de agosto de 2025

A TOUR DE FORCE, SEÑORA MABEL MORAÑA

 Aquí se transmite, en parte, un pensamiento ajeno, pero es poco probable que sea bueno servirse de una persona para complacer al poder y pasar, de ser necesario, por encima de alguien, así se lo adule.

         La Revolución Cubana, ya ha habido ocasión de decirlo, ha tenido, contra lo que suelen decir los autodenominados "demócratas-liberales", mucho de anticomunista, empezando por el hecho de que dicha Revolución NO fue hecha por comunistas, que eran parte del PSP (Partido Socialista Popular) y tenían una política errática. Fidel Castro pudo haber dicho que en el biberón le dieron "marxismo-leninismo", pero no es para nada cierto. Castro, en 1953, estaba más cerca del Partido Ortodoxo. Creó el Movimiento 26 de Julio, y luego del triunfo de la Revolución, tuvo roces con el PSP, aunque también se apoyó en él para tener cuadros, algunos muy buenos, como Carlos Rafael Rodríguez. Ya se ha dicho, también, que la Unión Soviética no vió con buenos ojos el "guevarismo" con sus guerrillas, que en casi todos los casos, fracasaron. Una parte de la intelectualidad cubana, en el mundo de la cultura, no se esforzó demasiado por esconder su anticomunismo y, como parte de él, su antimarxismo. El daño para los partidos comunistas latinoamericanos fue grave, al tener que colocarse a remolque de un proceso no comunista, sino en más de un aspecto "nacionalista-revolucionario": primero José Martí, luego vemos, y Martí no quería especialmente a Marx, al hacerlo pasar por "odiador" (entre clases). Y a pesar de todo, Cuba se metió a su manera en el socialismo de Estado y está hoy en sus atolladeros. La opinión comunista fue que el proceso cubano era de "clases medias" (se decía en la época "pequeño-burgués"), y en la dirección, lo fue, no sin cierto temor a la iniciativa desde abajo. Cuando se tiene tolerancia, se puede escuchar a Carmelo Mesa-Lago o a Rafael Rojas sin descalificar de entrada. Como ya ha habido ocasión de decirlo, el menor de los Castro, Raúl Castro, fue el único en el 26 de Julio en saber de marxismo-leninismo. Y no el más cerrado, sino el "disidente", como lo llamara Salim Lamrani. Si se trata aquí de reproducir, en parte, una voz ajena, consideraba que el cubano era un proceso de "clases medias" y que sigue siéndolo, por lo que, agreguemos, se "congelaron" las clases sociales en Cuba, aunque las hay, o cuando menos una fuerte estratificación. El "fidelismo", de más de medio siglo, acalló la discrepancia comunista tildando el desacuerdo de "estalinista", un recurso del "mundo libre" que no sirve sino para descalificar si no se reconstituye el punto de desacuerdo. Y seguramente deba suponerse "limitada tolerancia ideológica".

        El asunto no vale mucho para quien no haya tenido militancia comunista y mucho menos haya tenido que ver con el "estalinismo", o ni siquiera haya comenzado una trayectoria en los '60, sino hasta los '70, cuando el marxismo ya buscaba por otro lado que el "dogmático" (en Gramsci, por ejemplo, antes de que lo recuperara Estados Unidos en el Comité de Santa Fe). Es muy difícil saber si, en los '70, quedaba en la atmósfera intelectual alguien de "limitada tolerancia ideológica" (hasta Nuestro Tiempo iba a la zaga en México). No era así porque la Revolución Cubana, de 1959, siendo posterior a 1956 (fecha del "deshielo"), pretendía ser lo que hoy queda claro que no es, y en muy poco fue: VANGUARDIA. Otra gente prefería la "retaguardia" para trabajar en paz. Los comunistas estaban fuera, pese al PCC (Partido Comunista de Cuba), nido de "26 de Julio", porque ya no eran la vanguardia, al haberse colocado a remolque. Pero se asoció poder y vanguardismo. Y así se procedió en Cuba, en la cultura, hasta el desastre: buscando alianzas con cualquiera que no fuera comunista aunque, al poco rato, le plantara a Cuba una puñalada por la espalda. Lo que los comunistas prácticamente no hicieron. Eso se llama no saber discernir, de parte y parte, o no tener amigos.

       El poco icónico llamado (por Pablo Neruda) "sargento" Roberto Fernández Retamar, al margen de sus cualidades literarias reales o supuestas, fue el eterno de Casa de las Américas, y un gran anticomunista y antimarxista, como tal desleal a los principios de la Revolución, y tolerante con lo que llamaba "su" imperialismo: el estadounidense. Era alguien, entonces, de "limitada tolerancia", pero de avezado sentido del poder, hecho sentir como "familiar" no para los amigos, sino para los incondicionales Casa de las Américas no era casa común, sino la casa de "Roberto", su feudo, con licencia para desconocer hasta sus propios jurados de concurso y sus Premios, e irlo a gritar...a Estados Unidos, además de hacer gala de machismo y de necedad a la española. En "su" Casa, "Roberto" era capaz de las peores ruindades humanas, a sabiendas de que la Revolución daba impunidad o patente de corso, como se quiera llamar. Parte del mundo cultural cubano fue una sarta de gente aprovechada, aunque hubo excepciones. Nunca fue secreto, y así lo dijo Raúl Castro alguna vez, que en caso de que se hundiera el barco, la intelectualidad estaría entre los primeros en abandonar el barco. Otros más adivinaron el vanguardismo y arrastraron a la intelectualidad cubana en las ocurrencias de campi estadounidenses, de donde surgieron algunas vedettes. Para volver sobre una voz ajena, Santiago Castro-Gómez es la excepción, tal vez por no estar en un campus estadounidense. Es difícil pensar que otros puedan "hacer un poco más": en algunos casos, encontraron en las "relaciones" desde Estados Unidos una compensación, de poder, como la que ofrecía Cuba, si los "post", lo "trans" y demás es lo suficientemente oscuro para hacer creer que se es "interesante". The right stuff.

jueves, 31 de julio de 2025

SANTO CONTRA LAS MOMIAS

 Hay personas que, como decía el general Charles de Gaulle, "encima de todo, tienen talento". No están exentas de inteligencia, e incluso de lucidez, hasta podría decirse que "luciferina", pero esta inteligencia, intelectual en parte, poco tiene que ver con una personalidad de afectos atrofiados. Es lo propio del perverso ("torcido") narcisista o psicópata narcisista. No es alguien carente de habilidades, ni un ignorante, mucho menos cuando se trata, como lo hacen algunos animales, de "olfatear" al otro emocionalmente y en sus fortalezas y debilidades, para parasitarlo. Tampoco es gente carente de moral, aunque sí de ética.

       Es la clase de gente que ha logrado "saberse" muy pronto las convenciones sociales y cómo, al mismo tiempo, adaptárseles y servirse de ellas. Puede esta persona, si tiene su lado "libertario", ser crítica de estas convenciones y molestarse en lo que traban sus deseos y fantasías. Dichas convenciones son formas y se juegan, aunque al mismo tiempo, se guarda reserva. Con esta reserva puede hacerse mucho si se tiene una personalidad afianzada. Pero si no es el caso, es, más allá del espacio para la conveniencia y el egoísmo final, el lugar de un posible "vacío" temido, porque es "fuero interno" que, de estar atrofiado afectivamente, remite a la carencia de integración entre afecto y una ética que es individual. Se está así ante personalidades disociadas, y con algo de atención, es algo relativamente fácil de detectar, contrastando palabras y hechos. Las palabras, por la atrofia de la sensibilidad, rara vez se convierten en hechos. En cambio, pueden tener de fraude o embuste, aunque no aparezca sino como "lo que hay que tener", la "movida" para, en nombre del "interés", no perderlo de vista y sujetar las convenciones al mismo. Si las convenciones dicen que hay que "seguir el interés propio", ya está: la fachada no impide el egoísmo o la conveniencia. Lo que ocurre es, en realidad, falta de singularidad o individuación como ser único e irrepetible, más allá de la biología. Se puede tener un gran intelecto o una gran capacidad para mimos y apapachos y, llegado el momento, atropellar al otro anteponiendo el egoísmo y la conveniencia, a sabiendas de que es lo socialmente aceptado y no sancionado. En el "fuero interno", lo temido es un miedo profundo al criterio propio, porque es socialmente sancionado: la sociedad, o sus células básicas, reclaman la REPRODUCCIÓN -más de lo mismo-, no la singularización en una verdadera diferencia, al grado que ante ésta se practica la "negligencia benigna" o el descuido y la falta de verdadera atención. El que no está in está out. Ocurre que la "sociedad", hasta donde la hay, recompensa al perverso narcisista o al psicópata de múltiples maneras: en los países del centro, con toda crudeza, y en más de una periferia, con envoltura para regalo, como si fuera de gratuidad o por "espontaneidad", que si lo es, se desdice al poco rato para "no abrirse", como el que desconoce a aquél ante el cual "se rajó", como dice la expresión mexicana. Lo que rara vez aparece es lo que marca la verdadera diferencia en la capacidad para evitarse la inhumanidad del egoísmo y la conveniencia y reconocer qué es lo que hace a un ser propiamente humano (y no es el tan llevado y traído "lenguaje"), más allá de "la vida".

        Aunque el apego a la moral lo impide, el que juega las convenciones que critica es el hijo libertario del padre conservador, en peculiar síntesis. Se vuelve personalidad de la época, creyente en que el Gran Otro - las "relaciones"- tiene solución, salida o escapatoria para todo (vía redes, comenzando por las familiares), porque, como lo ha sugerido el estudioso Slavoj Zizek, es alguien proclive al cinismo. "Si ya sé, pero...", y otra vez a lo mismo. No puede ser más que cínico el que juega las convenciones que dice rechazar. Y para algo así, además de la habilidad para moverse en varios terrenos, se requiere de inteligencia. El mundo universitario, como el de la izquierda, está repleto -aunque no sea el único- de gente inteligente (y admirada como tal) carente de sensibilidad, atrofiada en los afectos, trocados por "intereses", e incapaz de empatía. Ocurre que como "tú solito no vas a cambiar el sistema" -otro descubrimiento libertario-, hay que "hacerlo desde dentro" o, mejor, "adaptarse", para sobrevivir y lograr la "zona de confort" en "lo que hay que tener". Frente a la disociación, se busca el amparo de "la condición humana" o "la naturaleza humana". Y puede ser la misma gente que se queja de un mundo hostil, pero que no quiere pagar las consecuencias de cambiar, menos si se siente protegida en el goce de las "redes" y termina viendo al ajeno (porque lo es) como testigo potencialmente peligroso. Se ha ido acabando el tiempo de "es que va a cambiar": no puede y no queda más que alejarse o tener a la persona "en la mirilla", ya que, por la protección social recibida -de contubernios y cómplices-, ya no puede ser "el monje que vendió su Ferrari" ni nada parecido. Es la "nada" a la que teme, porque no tiene definición humana  propia o porque no defiende nada: como lo escribiera Paul Nizan en su Antoine Bloyé, es quien, de detalle en detalle, logra una gran capitulación vital, así se crea "superior a cualquiera" o cuando menos al depredado que se deje. Muertos en vida jugándole al vivo y creyéndose el artificio. La inteligencia o lucidez es de cuidado. "Y además, tiene talento...". (da click en el botón de reproducción)









lunes, 28 de julio de 2025

EVASIÓN

 Parte de un discurso de moda hace rato, cuando menos desde los años '80, dice que "no hay verdad absoluta" y agrega que, a final de cuentas, cada uno tiene "su" verdad. En este sentido, cada uno puede sostener lo que sea y, por lo demás, no ha faltado en la ciencia social, también desde hace mucho, lo suficiente para sugerir que, después de todo, no se puede conocer "la" verdad. No está mal: esto le da el derecho y la libertad a cualquiera de creer que lo que tiene en mente es verdad porque es "su" verdad, porque así lo desea y porque se vale la fantasía. Como se trata de "tolerarse" y no de debatir, por lo que hay "conversación" pero no debate o discusión, al grado que algunos hablan de "la conversación pública", hay gente lo suficientemente hábil para, como se dice coloquialmente en México, "marear el punto": sin este punto, ya no se trata de descubrir o saber nada, sino de ingeniárselas para salirse con la suya, así sea a costa del otro, con tal de no reconocer un error, que puede ser grave. Alguien que está en una fantasía o una ilusión y que se mueve por "el objeto causa del deseo" puede llevar lo suficiente para no PODER reconocer, porque es grave para la personalidad propia, un error, sus consecuencias y, por ejemplo, el arrepentimiento (de lo más infrecuente) y no la petición del perdón, sino la reparación del daño. Se puede desplegar una gran inteligencia y hasta lucidez, porque, como se dice también coloquialmente en México, "el miedo no anda en burro", en este caso el miedo a reconocer un error o más, a dejar de creer que la humildad es una forma de servidumbre. Pasado cierto umbral, es un tipo de personalidad con la que no se puede hacer nada, salvo cuidarse.

        La actual encargada de la Inteligencia estadounidense, Tulsi Gabbard, alguien a quien no se ha puesto suficiente atención, puso sobre el tapete documentos desclasificados, transmitidos al Departamento de Justicia y al FBI (Agencia Federal de Investigación) de que el presidente Barack Obama armó un equipo de Inteligencia para fabricar en el pasado contra Donald J. Trump, hoy presidente de Estados Unidos, una campaña haciéndolo aparecer como "candidato de Rusia". Ya es sabido y ha sido mencionado que la historia del "servidor Demócrata" fue lo que se conoce como un "trabajo interno". Si hay consecuencias legales, la honestidad supondría negar lo ocurrido ."nunca haría algo así", por ejemplo- o esperar al curso de algún proceso, haciendo uso de la presunción de inocencia ("que lo decida la ley"). En vez de lo sugerido, Obama procede de otro modo: mientras su equipo indica que "no hay evidencia suficiente", lo que corresponde a la Justicia, el hoy ex presidente se apresura a descalificar a Trump: no contesta sobre el punto, sino que, como la personalidad de la época, para salirse con la suya "gira la tortilla" o "le da la vuelta a la tortilla" (dicho sea en términos españoles o mexicanos) para culpar al actual presidente, que estaría usando un "distractor" por el caso Jeffrey Epstein. Ya no se está hablando de Obama, sino culpando a Trump y descalificándolo. ¿El punto? Se desplazó: no es si Obama o no Obama, sino que Trump es un mentiroso, alguien que "desplaza el punto"(vaya), que es Epstein (a reserva de que le toque a Trump hacer con el caso) y que hay un culpable, Trump, que algo esconde (Epstein). Absolutamente nadie va a decir que Obama practica la denegación (no entrada al punto), el desplazamiento (hacia otro punto) y la inversión (de culpable a víctima): la apuesta malvada de Obama es invitación a linchar a Trump, aprovechar las preferencias del testigo (mediático, en este caso) y a destruir un valor, el de Tulsi Gabbard. La verdad aparente es entonces la cantinela sobre las extravagancias de Trump, Epstein incluido. Igual de penoso que no entender por qué Trump puso en su gabinete a Robert Kennedy Jr. y por qué a estas alturas es mezcla de ignorancia y mala fe decir que "nunca se sabrá lo que pasó con John F. Kennedy". Aunque ya se sepa. Encima, Obama se aparece a repetir lo mismo que el "progretariado" mundial y los "demócratas liberales": "lo que pasa es que" con gente como Trump la democracia "está en peligro" y se va a la "autocracia". Si hay alguna supuesta verdad, se confundirá con lo que parezca verosímil (vero-símil), por lo mediático, que buscará usurpar el lugar de la Justicia -o influir lo suficiente sobre ella. ¿Obama SI o NO armó un operativo de inteligencia contra Trump, con ayuda del director de la Central de Inteligencia Americana (CIA), John Brennan,, se secretario de Estado, John Kerry, la asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice y otros? "Eso" es lo que se buscará que no sea debatido. Como el alud de tonterías sobre "la mano de Putin" que dijo haber visto hasta Pepe Meade, contrincante de "Andrés Manuelovich" López Obrador en 2018.

        Obama y la señora Hillary Clinton, demostradamente una criminal de guerra (en Yugoslavia, Libia y Siria), han sido objeto de predilección, incluida América Latina, por identificación primitiva de raza y género, al margen de los hechos (Obama se pasó su tiempo en guerras, entre otras cosas). Cayeron en este asunto de señuelos desde universitarios "progres" hasta gente que se apareció por ejemplo en la Cámara de Diputados mexicana haciendo propaganda abierta para la señora, en pleno error de país. Cuando se vive en la fantasía y la ilusión, se cree en imágenes y en publicidad, y se confunde deseo e interés, deseando lo que no es de interés propio. No es cuestión de abrazos con Trump, pero sí de un poco de discernimiento. Cuando cayó Siria, Trump dijo que Estados Unidos no debía meterse, y fue un golpe armado por los Demócratas, en el último tramo de la administración de Joseph Biden, y fue también cuando Israel se arrancó en Gaza.

       Por cierto, cuando se desclasifican documentos, ¿valen o no? Porque también se desclasificaron documentos sobre Martin Luther King Jr. Fue amenazado, pero no parece forzosamente que haya sido siempre ejemplar y no más bien, en parte al menos, mitificado (por lo demás se llamaba Michael King), para servirse de los Derechos Civiles, felicidad Demócrata para dividir a la gente. Y éso que, desclasificación tras desclasificación, Trump ha buscado mantener a raya al llamado "Estado profundo". La pena es por el "progretariado" que se niega a hablar de valores, a diferencia de una parte de la derecha, y que prefiere fantasías e ilusiones de inclusión, así haya que renunciar a toda alternativa y, de paso, a un mínimo de verdad, por dolorosa que sea. Decirla resulta ahora  "discriminación" - ah, es porque soy mujer, soy afrodescendiente, tengo "otra preferencia", etcétera-y como máximo "fascismo". Trump es "facho" y discrimina a Obama(da click en el botón de reproducción)






viernes, 25 de julio de 2025

!QUÉ BÁRBAROS!

 Siempre puede debatirse qué es "barbarie". En la Antiguedad, el "bárbaro" era el extranjero, el "ajeno". Para otros, la alternativa era "civilización o barbarie". El bárbaro se identifica con frecuencia con el "bruto", el de que comprende, o que hace cosas que así lo muestran, llevando a exclamar "!qué bárbaro!". Es, en parte, el salvaje o el que tiene actos considerados de "salvajismo", o de "bruto" incluso cuando se hace pasar por "civilizado" (por ejemplo, como lo muestra México bárbaro, donde el "progreso" consiste entre otras cosas en deportar y hacer trabajar inhumanamente a indios yaquis en Yucatán). Para otros, es "socialismo o barbarie", en la idea, propia primero de Rosa Luxemburgo, al comenzar el siglo XX, de que el capitalismo es la guerra, y ésta, la barbarie. Lo cierto es que el capitalismo ha llegado no sólo a prácticas de guerra terribles, sino también a coexistir con regresiones hacia formas de vida bárbaras por opuestas a lo "civilizado", es decir, por mucho de violencia contra la capacidad de convivencia pacífica. No hay casi país agredido por Estados Unidos y sus "socios y aliados" que no haya dado en la barbarie y la violencia continua, salvo, en parte lo que fuera Yugoslavia.

         El lugar por excelencia de la regresión bárbara ha sido Afganistán. Antes lo fue Somalia, que se dividió en dos y dejó de ser noticia, luego del fracaso de la intervención estadounidense (Afganistán es un fracaso sólo a medias), retratada en La caída del halcón negro. La región sigue siendo violenta, por extensión a lo que queda de Yemen, y por la piratería a la entrada del Mar Rojo, ruta estratégica naval internacional al conectar con el Canal de Suez. Se trata de "Estados fallidos" en los cuales la barbarie se manifiesta en rivalidades clánicas (Somalia/Somalilandia) o tribales (Afganistán). La creencia de base, en tribus y clanes, está en la fuerza de los lazos de parentesco. Se puede pasar a las pugnas intestinas o alianzas inestables, alternativamente, pero predomina la "identidad" y la "pertenencia" sobre el individuo o, más aún, sobre la idea de persona, como concepto universal, como llega a ocurrir por lo demás en parte en América Latina con "la familia" o "parentela". Es la endogamia y la exclusión de lo "ajeno" que impide la constitución de una sociedad o ciudadanía plenas: fuera del clan o la tribu, no se tiene obligación, y el grupo endogámico se mantiene cerrado. La diferencia en Yugoslavia, salvo parcialmente en Kosovo, es que se trata de nacionalidades, algo más avanzado como "comunidad", lo que permite una mayor fortaleza social y cuasi-estatal, aunque bajo la idea pseudo-étnica de "una nación-un Estado", cuando no se confunde además "nación" y "pueblo". Los kosovares son algo distintos por la influencia albanesa de las familias-clan (fis), lo que, por endogamia, facilita la acción mafiosa (hace rato que la mafia albanesa ha llegado a América Latina). No existe algo realmente parecido en otras nacionalidades de la antigua Yugoslavia, pese al intento de fabricación de "odios ancestrales". No es Sicilia ni Córcega.

        Irak acabó igualmente en un desastre, en parte por motivos religiosos, lo que dió en la aparición del terrorismo de Daesh o el EIIL (ejército Islámico de Irak y Levante), ahora ubicado en parte de Afganistán. Las prácticas de estos islamistas mostraron ser bárbaras, por especialmente crueles, en particular en Siria. Parte de la des-civilización se ha mostrado en la destrucción de patrimonios arqueológicos, como el de Palmira en Siria, o la destrucción de los Budas del valle de Bamiyán en Afganistán. El grupo endogámico, como en parte la familia latinoamericana, no puede aceptar un "otro" independiente que cuestione usos y costumbres: es a imagen y semejanza o "radicalmente otro", "sin común medida", y destruible. En América Latina se debe a la fuerza del parentesco tanto entre pueblos originarios como entre españoles, aunque hay varios elementos atenuantes, como el mestizaje y en parte el cristianismo y cierta movilidad social (no es India, país especializado en la destrucción de templos de otras culturas, por ejemplo de sijs o lugares de culto musulmanes). En las circunstancias descritas, es poco entendible que un país sin gran tradición "familística", de tribus o clanes, como Rusia, tenga por geopolítica que reconocer a los talibanes afganos o buscar tratar con los nuevos dueños de Siria.

      Libia se debilitó en sus cerca de 140 tribus o clanes. Entre otras cosas, Libia es hoy un traficadero de migrantes hacia Europa, bajo control de tal o cual grupo tribal o clánico metido a la extorsión o más a fondo al crimen organizado. Tampoco hizo bien, para nada, Rusia -menos el gobierno mexicano de Claudia Sheinbaum al tener embajadora de quién sabe qué parte de Libia - en tratar con el "gobierno" libio de Jalifa Haftar (hombre de la CIA-Central de Inteligencia Americana, salvo el este (sede en Bengasi). Libia está dividida cuando menos en dos.

        Estados Unidos puede convivir bastante bien en un mundo de reservaciones y guetos. Cuando no, de pandillas y mercenarios, y de mafias, como las italianas con las que se alió en el sur de la península al final de la Segunda Guerra Mundial (después de todo, en los '80 se creció con elogios de "El padrino" y "Cara cortada" para pasar al rato a "Pandillas de Nueva York). Basta cruzar dos libros, El choque de civilizaciones de Samuel Huntington y El gran tablero mundial, de Zbigniew Brzezinski, para ver el papel reservado al mundo islámico y a los árabes a quienes acabó detestando el hoy extinto líder libio Muamar El Gadafi, por su incapacidad para hacer causa común, la misma de América Latina, más allá de las palabras. No se puede hacer prácticamente nada en común cuando el refugio en la implosión es lo que atomiza a la sociedad, llámese tribu, clan o familia, y cuando se viven como forma primordial de "identidad" y "pertenencia". Este es, en parte, el "Sur" bajo el ala de Estados Unidos y sus "socios y aliados": el ruido y el furor de un idiota, el que lo es porque no entiende vitalmente lo que no sea su carapazón social más elemental y no puede "estar en sociedad", ya ni se diga en civilización.

       El remate, según lo ha mostrado por ejemplo el portal Rebelión, es lo que está sucediendo en Siria, sin que importe en lo más mínimo (la izquierda está agarrada de una Palestina idealizada y sin entender para qué es el "Gran Medio Oriente Ampliado"): mientras se decide si el presidente estadounidense y el premier israelí, Donald J. Trump y Benjamín Netanhayu, respectivamente, son "fascistas",  el emir "gobernante" del país, Abu Mohamad al-Golani, tiene a sus seguidores perpetrando matanzas contra los alauítas, los drusos (perseguidos de parte beduina, hasta que Estados Unidos trató de parar) y cristianos: según el portal citado, cerca de mil drusos asesinados, por familias enteras, y cerca de dos mil alauítas, en Latakia y otras partes costeras. Que se le pregunte a un habitante de país central: dirá que "no entiende nada" -mientras sigue en su carapazón social, como la que tienen los drusos, por lo demás- y que "Bashar y sus crímenes". Nadie que ponga su tribu, su clan o su familia antes que la sociedad, la ciudadanía y el individuo puede entender en qué contribuye a servir a otros y a descomponer la vida volviéndola hostil por conveniencia, ceguera, miedo y cobardía, o por "interés" mal entendido, cuando antes que como persona se "es" por "identidad" y "adscripción al grupo". Ya se sabe por ejemplo en México cómo se las gastan los cangrejos de la cubeta con el que intenta salirse. Pues así son y así viven el "sentimiento" -o la "emoción" -tribus, clanes y más de una familia (no todas). Antes era parte de lo "bárbaro" por "primitivo": ahora es parte de patrimonios milenarios, y hasta para arte y "cultura" o para hacerse el "rebelde" con la barbita. (da click en el botón de reproducción).




lunes, 21 de julio de 2025

A VER A QUÉ HORAS...

 El fenómeno de la psicopatía narcisista o del perverso narcisista, como se quiera llamar, no es algo del todo nuevo, pero sí de respuestas novedosas. No se trata de idealizar ningún pasado, mucho menos el patriarcal, como se le ha querido llamar a veces erróneamente. Probablemente cada época tiene sus retos propios, y a cada generación le toca hacer con ellos, aunque sin desvincularse del llamado "enlace de generaciones", que da a los ancianos la facultad de la sabiduría (con frecuencia, no siempre tampoco). Es probable que la Humanidad haya llegado un términos históricamente recientes a una sensación de omnipotencia, en su capacidad para actuar sobre la naturaleza y sobre las condiciones de vida humanas. Por "perverso" se entiende "torcido", no lo que la psiquiatría al uso ha ya normalizado en el sado-masoquismo, etcétera, aunque sí "nocivo" (y no lo que se vulgariza como "tóxico"). La psicopatía tampoco implica forzosamente criminalidad, aunque sí daño. Es posible pensar que estos tipos de personalidad, narcisistas y egocéntricos, hayan ido surgiendo en la segunda posguerra, si no es que un poco antes, reforzados por lo "libertario" de finales de los años '60 y las contradicciones de la crisis posterior, que, pese a ser tal, no ha sido escasa en beneficiarios: no es crisis para todos por igual, ni es tan sencillo como "el uno por ciento contra el 99 %". Hay capas medias, aunque no sean mayoría, privilegios de la llamada "globalización" y la llegada de los consumidores antes que productores, de una u otra manera alejados de lo que transformó al mono en Hombre: el trabajo, más si útil.

         Gracias a las redes sociales, y pese a la ausencia de educación digital mínima, se han creado varios espacios para defenderse de las personalidades antes mencionadas y alejarse o mantenerlas a raya (lo que a veces puede incluir consejos maquiavélicos si se entiende bien a Maquiavelo, y no en sentido peyorativo). Nadie está obligado a aguantar ese tipo de personalidades ni el daño infligido, así se presente al revés, como víctima y culpabilizante, con tal de ser "consecuentado" o quedar "inmune" (e impune). Lo que está claro es que se trata de personas que no cambian, por distintos motivos, incluso aunque tengan uno que otro lado más o menos (no tanto) "bueno". No cambian por atrofia afectiva, así sean personas inteligentes, lo suficiente incluso para "ver" al otro, pero sin empatía. Esta falta de empatía queda de manifiesto en su capacidad -e incluso decisión- de dañar sin reconocer (por omnipotencia) el menor error, porque el aprendizaje afectivo no puede darse, y no pasa del miedo, en última instancia: visto en el otro, para dominarlo y controlarlo, con agudeza, pero "tapado" -al grado del autoengaño- en la viga propia, salvo que se les haga sentir como recordatorio.

       Lo que distintos sitios contribuyen a afirmar es que ningún "interés" justifica aguantarse el daño infligido. Primero: nada de que "la familia", ya que por fin se antepone la integridad individual, así sea duro lograrla y pueda llevar a formas de soledad. Hay valores que están por encima de los lazos de sangre y que permiten tomar distancia de algún familiar si daña y no aprende. Nadie tiene derecho al reclamo "de la sociedad" por encima de la integridad individual. Ni a "echar montón" familiar o socialmente, propio por lo demás de gente cobarde.  Como ya lo estudió hace rato Marie-France Hirigoyen, tampoco en el lugar de trabajo, por formas de acoso (Hirigoyen avanzó sobre el acoso moral y laboral, en su tiempo). Una parte limitada del psicoanálisis lacaniano (Jean-Pierre Lebrun, belga) ha avanzado en la misma dirección, con reflexiones importantes sobre la sociedad actual, que no sanciona e incluso recompensa comportamientos nocivos, para que se cuelen el perverso o psicópata narcisista y encuentren complicidades o contubernios. A su manera, aunque siendo vulgarizado, el neurólogo y psiquiatra francés Boris Cyrulnik (el de la ahora tan llevada y traída "resiliencia") adelantó, por ejemplo sobre sus "patitos feos", el problema de las sociedades que golpean dos veces, una tolerando el daño y otra culpando a la víctima. Después se ha avanzado sobre la descripción del perverso narcisista, en particular con Jean-Charles Bouchoux y algunos pocos más. Todo lo descrito restituye el lugar de la "psicología social" y busca salir del individualismo mal entendido, el del "hazle como puedas, está en tí, "sí se puede" y algo así como el "emprendedurismo" en el que han ido a dar prácticamente todas las corrientes de la psicología y el psicoanálisis, del estilo "no es la realidad que te afecta, sino cómo la interpretas" (el psicópata siempre la interpreta por tí...), para llevar a todo el que se deje ante la charlatanería a interminables juegos mentales sin actos, mientras que lo propio del perverso o psicópata narcisista es que no duda en pasar al acto.

       Gracias a la joven Elizabeth Caplés por, al fin, algo simple: el libro Tú no eres el problema. Gracias a El Wasón, Secretos de la Vida, Latidos del Planeta, Reflexiones y sentimientos, Qué bonita reflexión, Riqueza incalculable,  Carlos Rizo, Reflexiones de la Abuela, Daniela Pol, incluso El Capo Willy´s y a Tony Montana. Gracias a Alto Valor y a Abuso narcisista y Psicopatía. Es asunto de integrar afectos y valores mínimos, y no es fácil, pero también de dejarse de "buenismo" cuando, con fórceps de "optimismo" y "sé positivo" o de "no pasa nada", se trata de negar que sí, la maldad existe, por lo que hay que encontrar cómo hacer con ella. Y no es la maldad al estilo de los espectáculos de terror de Hollywood. La capacidad de discernimiento no es una opción a dejar de lado, como si se pudiera escoger no tener criterio (o no tener escrúpulos). Gracias también a Backdoor por mostrar cómo la época es de cínicos. No se trata de ser "resiliente" por "decir algo", ni de nombrar a cualquiera "un guerrero" al pésimo estilo de Miguel Ruiz, ni de hacer negocio relegando el juicio de realidad y el de valor, para entrar en "narrativas" y otras formas de contarse cuentos: o que se diga entonces en qué centro comercial venden confianza o lealtad, por ejemplo -en verdad, no palabras para "fidelizar a la clientela". Al menos en redes y algunas lecturas ya hay algo más allá de la industria de la "lectura del inconsciente", del formateo de la gente y de la autoayuda. Se trata de otra cosa. Cuando menos, si el mundo imperante es darwinista, de saber cómo hacer con los depredadores. Al menos son útiles para tener la verdadera posibilidad de escoger, como lo quería hace algunos siglos Pico della Mirandola: evadir la decisión, el conocimiento de las opciones y negar la maldad o practicarla son YA una opción, con consecuencias que no tienen por qué pagar otros, ni en familia, ni en sociedad, salvo gran ignorancia, si no es fingida (da click en el botón de reproducción).





domingo, 20 de julio de 2025

LO SUYO ES MENTAL

 Con Rusia, pese a ciertos ecos del pasado, no se trata de parar alguna supuesta amenaza, puesto que este país ha visto más bien encogerse su periferia o lo que durante un tiempo fue llamado el "extranjero cercano". Lo acaba de reconfirmar el movimiento de tropas de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) hacia Moldavia, luego del alejamiento de Azerbaiyán y el acercamiento de este último con Armenia. Si se tratara de trazar flechas en un mapa, tienen casi siempre una dirección inequívoca: van HACIA Rusia, no parten DE Rusia, salvo en el caso limitado del Este ex ucraniano. Como ya se ha dicho, los ataques de Ucrania van HACIA Rusia, no hacia el Donbás o Crimea. Ya no es mucho lo que se puede hacer ante la forma de alegar de la OTAN y la UE (Unión Europea), como si se estuvieran defendiendo.

      Por una parte, se trata de ambición de control y poder, con el rechazo a lo que sea más o menos independiente, hasta donde Rusia lo es y opone la idea de soberanía -como capacidad de tomar decisiones propias- a la dependencia y el vasallaje que supone el "globalismo". Como ya ha habido ocasión de expresarlo, es la personalidad de la época, fomentada por los medios de comunicación masiva más poderosos, que requieren entre otras cosas de una autoimagen no sólo positiva, sino de omnipotencia. Esta es el resultado de carecer de la idea del límite y de creer que todo es cosa de deseo y fantasía ilimitadas, al grado de una suerte de adicción. Esto dificulta por lo demás una correcta evaluación de a quien se tiene enfrente. Es suficiente para alentar errores, a reserva de saber hasta dónde pueden llegar, dejando de lado la teatralidad del presidente estadounidense Donald J. Trump, quien ha decidido mandar a Ucrania armas que no sirven para nada, y dar algunos días a Rusia para cesar hostilidades, como si el árbitro debiera seguir siendo Estados Unidos, sin consultar. El presidente ruso Vladimir Putin ya ha señalado que hay cierto tipo de personalidades con las que no tiene sentido hablar, porque no hay diálogo ni negociación y acuerdo posibles, y únicamente entienden de actos, de preferencia de fuerza.

      Más allá de las dimensiones mediática y militar, de cerco, el problema no tiene gran cosa que ver con el "alma rusa" y su "resistencia" o con alguna supuesta "amenaza". Es otro, rara vez visto por los rusos, y tiene que ver con la larga crisis de un capitalismo que se rige por la necesidad de ganancia (que se mide por una tasa), no por ningún "humanitarismo" que no es "humanidad". No está de más recordar que no ha vuelto a haber una época "dorada" como la excepcional de la segunda posguerra, y, aunque de manera desigual, el capitalismo está en su crisis históricamente más larga, desde finales de los '60, sin recuperación duradera de la tasa de ganancia y con diferencias internas, que explican a alguien como Trump, que representa sectores afectados por la competencia. Los "globalistas", gente de Davos y de las grandes empresas transnacionales, con sede en la Tríada (Estados Unidos, UE, Japón) buscan salir de aprietos ampliando mercados para mercancías y capitales y para obtener recursos naturales y mano de obra, si es posible con ganancias extraordinarias. Parte de las precauciones con China es que se trata de un mercado que se ha abierto. Rusia, en cambio, representa una barrera para llegar, como se trató en los años '90, a inmensos recursos naturales, que son vistos como eventual posibilidad de relanzar la rentabilidad, de accederse a ellos. Es una gigantesca "reserva" -más que la de Ucrania- que permite pensar a algunos en una salida transitoria de la crisis, si se removiera el obstáculo del patriotismo ruso. Es la eterna obsesión que se traduce desde tiempos de la hegemonía británica en la teoría del "corazón del mundo" (Halford MacKinder) a controlar para asegurarse el predominio económico internacional. Los planes para desmembrar Rusia no son un secreto y ya ha habido ocasión de mencionarlos. Gran parte del asunto, entonces, es económico: colocar, de alguna u otra manera, a Rusia en situación de que sus recursos naturales sean un botín para relanzar las ganancias de la Tríada. Es por esto que la flecha va DESDE  EUROPA HACIA RUSIA, AMENAZÁNDOLA, y con eventual presión estadounidense. Alguien debería tomarse la molestia, en vez de discutir asuntos de imagen, de considerar las riquezas gigantescas que encierra Rusia. Según lo admiten diversos portales en la Web, Rusia es "increíblemente rica" en mineral de hierro, níquel, aluminio, cobre, oro, platino, titanio, manganeso, cromo, diamantes, carbón, sal, grafito, roca de fosfato, sales de potasio y, desde luego, en petróleo y gas, además de algunas riquezas agrícolas (como el trigo). ¿De cuándo acá un capitalista no soñaría con hacerse de tanta riqueza?¿O se cree que se está buscando "humanitariamente" salvar a Rusia de una supuesta "autocracia"? La maldad necesita de un objeto, un valor y un espectador: el valor, el de Rusia de no dejar entrar a cualquiera a sus gigantescos recursos; el objeto, estos recursos que son CODICIADOS, como si algún infante no se diera cuenta del papel de la codicia en el capitalismo, y el espectador, los de los medios de comunicación masiva para hacerlos cómplices de un acorralamiento en el que es la fuerza de la OTAN la que pende sobre Rusia, salvo que ya no se quiera ni siquiera mirar un mapa y se esté en la confusión entre Austria y Australia, como lo estaba en 1991 la mexicana TV Azteca entre el Báltico y los Balcanes. La personalidad de la época, en su sensación de omnipotencia, es obtusa e ignorante a la vez.

       Por lo pronto, parte de la apuesta es a las energías renovables y algunas nuevas tecnologías (como la Inteligencia Artificial) para relanzar la tasa de ganancia, aunque con riesgos para la fuerza de trabajo. Como parte de la tentativa de salir de la crisis duradera, está la presión de distintas maneras sobre Rusia para que "implosione" o tenga un gobierno como del de Boris Yeltsin en los '90. El resto es, en parte, un lavado de cerebro al que no le importa ni siquiera desafiar la lógica y que procede como el perverso narcisista, con sus rasgos de psicopatía: estando en el error y dañando, al menor argumento logra colocarse como víctima y objeto de daño, con tal de no admitir ninguna pérdida, porque resulta insoportable. El problema no es Rusia y la víctima no es la Tríada: lo penoso es la propagación de una personalidad que, más allá del miedo y la cobardía, no puede aprender porque no procede por reconocimiento de errores. Así las cosas (da click en el botón de reproducción).



sábado, 19 de julio de 2025

FRANCOISE PERUS (ENTRADA)

 Francoise Perus (de nombre completo Francoise Elisabeth Perus Cointet) nació el 23 de noviembre de 1936 en la ciudad de Le Puy en Velay, Haute Loire (Auvergne), Francia. Fue hija de Jean Perus (1908-1996), crítico literario, especializado en literatura rusa y soviética, y Legión de Honor y Medalla a la Resistencia contra la ocupación nazi, en el centro y el este de Le Puy de Dome (Auvergne, Francia).

      Francoise Perus falleció súbitamente el 24 de junio de 2025 en la Ciudad de México, a consecuencia de un aneurisma de aorta abdominal, y luego de un proceso iatrogénico de varios meses.

      Residió en América Latina la mayor parte de su vida adulta; desde 1963 y hasta 1970 en el Ecuador (Quito); de 1970 a 1972 en Concepción, Chile, y desde 1973 en la Ciudad de México, donde comenzó con labores docentes en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Se incorporó al poco tiempo al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, donde trabajó por largos años, y luego al Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC, de la misma UNAM), donde la revista Cuadernos Americanos (no. 189) le hizo un homenaje-entrevista, con motivo de poco más de 50 años de labor ininterrumpida en la UNAM. Esta entrevista, sobre la evolución intelectual de Francoise Perus, se complementa con un texto publicado en una compilación del CEPE (Centro de Enseñanza para Extranjeros)-UNAM, intitulada Horizontes de asimilación cultural: experiencias de académicos en su práctica profesional en México (2023).

       Francoise Perus fue ganadora del Premio (Ensayo) Casa de las Américas en dos ocasiones: 1976, con  Literatura y sociedad en América Latina: el modernismo,  y 1981, con Historia y crítica literaria: el realismo social y la crisis de la dominación oligárquica. El primer libro fue igualmente publicado por Ed. Siglo XXI y por la Universidad Veracruzana, y el segundo, por el IISUNAM. Francoise Perus representa un caso particular al ser prácticamente la única galardonada dos veces con dicho Premio.

        Desde el punto de vista de la teoría literaria, Francoise Perus se interesó por la ideología y sus relaciones con las prácticas discursivas (revista Discurso); tuvo influencia de Michel Pecheux y Mijaíl Bajtín, para evolucionar hacia el estudio de los problemas de la forma literaria y la poética, lo que desembocó en un análisis distante de la crítica literaria latinoamericana al uso, en particular en el libro Transculturaciones en el aire: en torno a la forma artística  en la crítica de la narrativa hispanoamericana (CIALC, 2019), reseñado por Begoña Pulido Herráez.

      La crítica literaria se interesó en especial por México con Juan Rulfo: el arte de narrar (RM/UNAM/Fundación Rulfo, 2012), y la literatura colombiana en De selvas y selváticos: ficción autobiográfica y poética narrativa en Jorge Isaacs y José Eustasio Rivera (1998, Universidad Nacional de Colombia/Uniandes/Plaza & Janés). En numerosos artículos, Francoise Perus publicó sobre los mexicanos Rosario Castellanos, Mariano Azuela y Luis Arturo Ramos, entre otros; los cubanos José Soler Puig, José Martí y Alejo Carpentier; el panameño Joaquín Beleño; los peruanos José María Arguedas y César Vallejo; el argentino Julio Cortázar, y sobre el también crítico literario peruano Antonio Cornejo Polar.

      Además de la UNAM, Francoise Perus enseñó en México en las universidades de Sonora y Veracruzana; Él Colegio de México, en Venezuela (Cumaná); en el Ecuador (Quito, universidad Andina) y en Canadá (Montréal) y Estados Unidos (Southern California). En 1991, en un artículo publicado en Omnia (UNAM), Francoise Perus dejó plasmada parte de su inquietud sobre el presente ("El fin de la Historia: ¿una cortina de humo?"). En entrevista (ya mencionada) para Cuadernos Americanos, la autora señaló la necesidad para el ser humano de contar con tres dimensiones trascendentes: ética, estética y cognitiva.

       Francoise Perus creó la idea de "regímenes de literariedad", lugar de entrecruzamiento de las dimensiones popular, letrada y de masas, y al momento de su repentino fallecimiento, se encontraba trabajando entre otros temas de la tercera parte de su obra (inconclusa) sobre las formas de la alteridad en América Latina, con autores como Vallejo y Edouard Glissant.

      Hizo dos antologías, Historia y literatura, 1994, para el Instituto Mora, de México, y La historia en la ficción y la ficción en la historia (IISUNAM, 2009).

      La Enciclopedia de la Literatura en México, de la Fundación para las Letras Mexicanas, cuenta con varias entradas consultables sobre Francoise Perus (una biográfica y dos de textos de la autora). La mayor parte de la obra puede consultarse en el portal Humanindex, de la UNAM.

(Reproducimos íntegramente el texto originalmente destinado a Wikipedia y que fue en reiteradas ocasiones borrado por este sitio, motivo por el cual se encuentra aquí. El proceso de destrucción repetida del texto en Wikipedia fue largo y da cuenta de los errores frecuentes de este portal, no carentes a veces de mala voluntad e ignorancia a la vez, aunque fue finalmente subsanado con una valiosa ayuda de Aleposta, y en breve se retomará este blog en su forma habitual).

domingo, 13 de julio de 2025

LA ÚLTIMA Y...

 Rusia hizo hace poco un reconocimiento erróneo, al entablar relaciones con el régimen talibán de Afganistán, con el que a China tampoco le va mal. Tal vez el interés ruso sea no tener un problema más en Asia Central, por geopolítica, pero prácticamente nada de loable hay en el actual "gobierno" afgano, como siempre un nido de víboras. Lo único es cierto combate a la producción de amapola, por lo que Afganistán ya no es el líder mundial del opio, lugar que ocupa ahora Myanmar. Dicho de otro modo, como sea es desde la salida de los estadounidenses (con sus límites) que se ha buscado bajar la producción de amapola.

      Como ya se ha sugerido, el conflicto en el Donbás ha cambiado a otra cosa: pese a los esfuerzos de Rusia por negociar, Ucrania se ha puesto a atacar territorio ruso, más allá del mismo Donbás, creando problemas en particular en Rusia central. Como Ucrania es armada por países miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), y como el "presidente" Volodimir Zelenski actúa en parte contra "su" propia población, Ucrania está siendo utilizada como plataforma para poner a prueba a Rusia, de manera indirecta, mientras el país agredido -que no es Ucrania, que recibe respuestas, eso sí, a sus ataques- evita por prudencia atacar a algún miembro de la OTAN. El gobierno estadounidense tiene una política ahora errática. Es la OTAN la que ha encontrado de nueva cuenta el modo de servirse de Ucrania.

       Ya se había observado igualmente en qué consiste la "coalición" de "fuerzas de paz" que algunos países europeos quieren "colar" en Ucrania, siguiendo un guión consabido. Este grupo de países "voluntarios", encabezado por Francia y el Reino Unido, y seguido por Alemania, ha aseverado recientemente tener ya listo un "plan de seguridad" (con "estructuras de mando ya operativas") para el caso de un cese al fuego. Nada de ésto ha sido negociado con Rusia, a quien se deja con la mano tendida en el aire. Resulta que esta "coalición de voluntarios" se propone "regenerar las fuerzas terrestres" ucranianas y asegurar el "espacio aéreo y marítimo" ucraniano. Si se habla en estos términos, no se trata, después de todo, de ninguna "fuerza de paz", sino de seguir armando a Ucrania, metiendo como cuña una fuerza expedicionaria. Dados los países participantes, se trata otra vez de una presencia indirecta de la OTAN, como en los diferentes disfraces previos a 2022, por ejemplo con mercenarios y ejercicios efectivos conjuntos con la OTAN. Simplemente, lo ganado por Rusia es que la OTAN, de manera indirecta, no siga inmiscuyéndose en el 20 % del territorio ucraniano, del Donbás a Crimea. Como se dice coloquialmente en México, esta autodenominada Fuerza Multinacional Ucrania es un intento por "madrugar" para impedir que las fuerzas armadas ucranianas sean neutralizadas por Rusia.

       Rusia ya ha dicho lo suyo. El problema es que, a la reciente reunión de estos "globalistas", fueron un enviado del presidente estadounidense Donald J. Trump,  Keith Kellogg, y el senador republicano Lindsey Graham. Trump no está lejos de una nueva equivocación, si termina de mandar sus Patriots Ucrania, que, dicho sea de paso, no servirán para gran cosa. Encima, Trump ha vuelto al asunto de la lluvia de sanciones contra Rusia. Tampoco es difícil no ver que es una injerencia indirecta de la OTAN, puesto que, para granjearse a Trump, ésta ofreció pagar los Patriots. Como la OTAN pagará "al 100 %", para Trump es "negocio", aunque alguien debiera decirle que esas armas no sirvan para absolutamente nada frente a las capacidades rusas. Es un ademán, un negocito y punto, pero algunos han buscado echarse a Trump a la bolsa ofreciéndole a él las riquezas de Ucrania y no a la gente de BlackRock, que se ha estado echando para atrás. Algunos ya le "tomaron la medida" a Trump.

       Lo intentado es servirse de Trump para, en caso de negociación, utilizarla para el "madruguete" ya indicado. Si acaso hubiera algo parecido a reglas, se trataría de torcerlas para beneficio propio exclusivo y sin considerar a la contraparte, en cuyo caso no hay en realidad negociación, puesto que. mientras Rusia pide que se pare a la OTAN, esta se aparece como puede indirectamente sin renunciar a sus planes ofensivos, y estafando a quien quiera creerse lo de la "amenaza rusa". Es la OTAN tratando de volver a entrar indirectamente en Ucrania, no Rusia agrediendo a Polonia o algún país del Báltico. Los "amiguis" de Francia, el Reino Unido y Alemania no parecen estar muy conscientes de las consecuencias que pudiera traer el "madruguete", si es impuesto al encontrar alguna ocasión. Tampoco es seguro que Rusia la permita. Ya se conoce el truco, así que difícilmente se admitirá al mago. Por lo demás, más allá de cierto punto no tiene caso hablar, e importa más seguir apuntándole a la sien a quien no cree más que en la fuerza y en imponer dándole la vuelta a cualquier acuerdo o símil.

     El reciente acuerdo entre Armenia y Azerbaiyán tampoco ayuda a Rusia. En general, pareciera que se tratar de aislar para, otra vez como se dice en México, "echar montón". Donde no sea que haya error sobre quién es el cobarde (da click en el botón de reproducción).



      

PONTE A AVIONAR

 Está de moda, gracias a los medios de comunicación masiva y a Estados Unidos, ponerse a lo grande, o lo mega, híper, súper o friki. México ...