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viernes, 31 de octubre de 2025

GRANDOTE TU RANCHO

 Como se ha señalado en una que otra ocasión, parte de los errores de la Teoría de la Dependencia latinoamericana, a cuya cabeza estuvieron en particular brasileños y que tiene todavía seguidores (como Claudio Katz y los "bolivarianos" venezolanos) está en no haber detectado a la clase dominante por mucho tiempo, la oligarquía terrateniente, concentrada en unas pocas familias, y que fue entrando en crisis, aunque sin desmoronarse del todo, desde el periodo de entreguerras del siglo XX. Esa oligarquía tenía mucho de rentista y de compartir renta con las ganancias del capital extranjero, fungiendo a la vez como intermediaria y, en lo posible, como acaparadora de "lo nacional", aún con fachada extranjerizante. Se acaparaba desde el poder político para "alquilar" o "concesionar" a nacionales, según criterios clientelistas, y a extranjeros. Esto se repitió en lo que el economista serbio Branko Milanovic ha llamado el "capitalismo político" y que otros han llamado "de amigos".

         La universidad pública, como feudo de un grupo, sigue este patrón. Como ya se ha señalado, está integrada por asalariados del Estado (docentes, investigadores y administrativos) que viven de un derivado de renta, a través del presupuesto público recibido. El estado, con variantes según el gobierno, asigna este presupuesto para actividades que le interesan al capital, pero no directamente: las investigaciones, por lo general tardadas (salvo en la cabeza de algunos rectores, como el que llegó a afirmar que el conocimiento se renueva cada 39 días), antes de dar frutos que le sirvan al sector privado; y la formación de profesionistas que sólo empezarán a "rendir" en el mercado de trabajo, para el capital (salvo empleo en el Estado, lo que no deja de tener un lugar importante), pasados los años preclasistas de educación, incluyendo carreras más o menos largas. Como universidad del Estado, es una función contradictoria: de creación de cuadros para el Estado, como hasta la actualidad, y de subsidio al sector privado, lo que sucede por lo demás con varias empresas estatales. Por lo demás, se entiende que carreras que no son negocio alguno, en particular en Humanidades, son asumidas porque son de interés público, aunque ahora se quieran reducir al "Estado cultural" (según la expresión del estudioso Marc Fumaroli) y la difusión, Como parte del trabajo académico, suceden cosas muy graves que NO se pueden hablar, por la preferencia por "la política" y "el poder".

       Se entienden a la vieja usanza, por lo que se trata desde la universidad pública de "intermediar", considerando que lo último de un organismo internacional es lo mejor, sea Agenda 2030 de Naciones Unidas o por memorándum con la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) del señor José Ángel Gurría: se "repercute" hacia adentro por imitación o por lo que es conocido hace mucho como "efecto demostración", lo que se consideraba un error, pero ya se ha olvidado, en nombre de una "globalización" no debatida, asumida acríticamente y al margen de los grandes problemas nacionales. Primera lección oligárquica: asegurarse el poder político para mediar con el extranjero y, a cambio de formas de renta (en privilegios intocables), ejecutar agendas foráneas. De paso, se puede seguir repartiendo premios, salvo excepciones, con criterios de grupo y a quienes se encargan de ejecutar las "agendas" foráneas. Se cree que es "lo máximo" por ser extranjero, diciendo así que "lo mínimo" es lo nacional.

       Como parte, entre otras cosas, de los premios y del clientelismo para un grupo, está la vocación de acaparamiento, sin el menor recato, incluyendo recompensas a trabajos académicos inexistentes. Es más acentuado en las últimas décadas, y con conexiones externas igualmente externas a la universidad pública. Hay formas de "visibilización", aparte ciertos monopolios extranjeros, que acaparan sin mayor trabajo realmente académico, y que se eternizan según la ley de Mateo: "al que todo tiene, todo le será dado, y al que nada tiene, todo le será quitado", como a la gigantesca infantería de profesores de asignatura. Por cierto, entre los llamados "grandes maestros" hay más de una engañifa, "lo artificioso con apariencia de utilidad".

        Más de uno logró en su momento hacerse en la universidad pública no sólo de seguidores, sino de dependientes (secretarias, asistentes, ayudantes, etcétera) y de "grupo", traficando favores, para sentirse -es toda una enfermedad universitaria- con "poder" y tratar no entre colegas o pares (ya ni se diga entre seres humanos), sino según el "poder" de cada uno en la "corte", hasta las peores mezquindades. No es sólo cuestión de funcionarios: lo es también de sectores de profesores, de distintos signos ideológicos, que por inteligentes que parezcan tienen personalidades completamente atrofiadas, y de investigadores por algo conocidos como "vacas sagradas". Se ha heredado a generaciones intermedias el reforzamiento del acaparamiento vía adulación para tráfico de favores (aquí sí: hoy por tí, mañana por mi), si bien hay diferencias entre sectores "nacionalistas" y otros más "intermediarios", aunque también se confunden. Las costumbres de feudo son parte de un bloqueo generacional de décadas, en nombre de un "no hay dinero" al que no se le ocurrió limitar el despilfarro extranjerizante, al grado de inaugurar los años 2000 con la universidad pública como escandalosa agencia de viajes, además de los negocios de "sudacas" entre el honor del membrete y la victimización política, racial, lo que sea. En situaciones así, "no se hace" hablar de academia.

       Como siempre, la universidad "no se detiene", y ahora, "ni ante amenazas ni presiones", para privilegiar en cambio el "consenso en la diferencia". Primer mensaje: ninguna razón para contestar sobre el reclamo de atender problemas estructurales, y sí en cambio el guiño de ojo a quienes se escudan en "las mayorías". En la academia no se consensúa, o se está de vuelta a la búsqueda de solución "política". Hasta la fecha, en mucho de la ciencia hay poco consenso y mucho debate. Segundo mensaje: para mis 400 amigos que pidieron "mayoritear". ¿Riesgos de polarización y pensamiento único? Ah, es que "políticamente" nos situamos en el "centro" como grupo. Y en plena inversión ideológica, con todo al revés, rechazo la descalificación luego de criticar entre líneas al "pensamiento único" y a quienes "polarizan". El mensaje es para los medios y para que nadie se pregunte cómo aparecen y desaparecen de la noche a la mañana "porros violetas", "bloques negros encapuchados", "amenazas de bomba que parece 'políticamente yucateca'" y uno que otro grupo de estudiantes que, muy a tono, sale a calcar a la universidad de Columbia. que se sumó en desgarriates activistas a otras (Harvard, Princeton, Cornell, Northwestern, por una ley federal que prohíbe la discriminación en programas y actividades que reciben fondos federales, cuando lo que se hace es discriminación positiva para "grupos vulnerables").

       Si uno de los golpeadores usuales, Marco Levario Turcott, tiene pruebas de que Martí Batres, director del ISSSTE (Instituto para la Seguridad Social y Servicios a los Trabajadores del Estado), está detrás de las recientes agitaciones universitarias, sobredimensionadas, debería presentarlas. Si la universidad pública realmente buscó a quienes enturbiaron las cosas, debería dar a conocer resultados, como la Fiscalía capitalina si la universidad pública denunció. Si, como corresponde al actuar clientelista, se va a linchar a Lex Ashton "N" para el ritual del chivo expiatorio, el resultado sumado será el de siempre: como es propio de los feudos y los fueros de los regímenes señoriales, no hay ley, sino componendas y "arreglos en lo oscurito" a modo de "ley". Entonces éso es "lo nacional" y así se lee erróneamente toda la política, para quienes quieren hacerla a su imagen y semejanza, aunque su "poder" sea en gran parte una ilusión ideológica que no es del interés de muchos crecidos ya al margen de las seducciones del "poder" (da click en el botón de reproducción).



GRANDOTE TU RANCHO

 Como se ha señalado en una que otra ocasión, parte de los errores de la Teoría de la Dependencia latinoamericana, a cuya cabeza estuvieron ...