Mi lista de blogs

jueves, 27 de julio de 2023

AHÍ VA OTRO

 La izquierda tiene hoy con frecuencia tendencia a ver las cosas como la gente de dinero. Es así que suele creerse que la principal causa del auge de la inseguridad, la delincuencia y el crimen organizado es la pobreza. De entrada, es posible decir que la relación de causa a efecto no es obligatoria: los tres estados más pobres de México, por ejemplo (Guerrero, Oaxaca y Chiapas) no son los más inseguros, al grado que la ciudad de Oaxaca es de las más seguras a nivel mundial para el turismo y Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, es de las más seguras del país.  Entre las ciudades más inseguras del mundo hay varias de México que distan mucho de ser pobres, como Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Cuernavaca y Celaya, Si acaso, una excepción es Puerto Príncipe, en Haití (lugar 20), pero el Ecuador, país menos pobre que Haití, no está lejos de cerrar el año con una violencia peor. En Guerrero, la violencia en el puerto de Acapulco no es ajena al turismo, al igual que en Cancún (lugar 29). Hasta ahora, nadie ha establecido una relación de causa a efecto entre cierto tipo de turismo y delincuencia, aunque Acapulco (lugar 10) y Cancún dicen algo.

     Sugerir que delincuencia es igual a pobreza es estigmatizar al pobre, pero además, exonerar al adinerado, como si la riqueza no pudiera estar vinculada a la delincuencia y el crimen organizado. De entrada, no se explicaría entonces que, sistemáticamente, haya varias ciudades estadounidenses entre las más peligrosas del mundo. Se puede dejar de lado al parecer el delito de cuello blanco o los desmanes criminales de más de un rico. En esta perspectiva, no hay igualdad formal ante la ley: es seguramente así que la evade la gente de dinero en más de un país.

     En esta perspectiva, el presidente chileno, Gabriel Boric, de izquierda (Frente Amplio) y con la popularidad por los suelos, acaba de criticar a su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, supuestamente por no ir al "fondo" de las cosas y hacer correr el riesgo de que "el pan de hoy sea el hambre de mañana". Con 90 % de popularidad, Bukele metió a decenas de miles de pandilleros a la cárcel y tiene a El Salvador como uno de los países más seguros de América Latina. De remate, el izquierdista Foro de Sao Paulo también acaba de condenar a Bukele por "violar los Derechos Humanos", entre otras cosas (además de "remplazar un sistema democrático por uno de partido hegemónico", en el colmo de la desfachatez del Foro: la izquierda no hace más que buscar la hegemonía, lo que es legítimo, o creer que la tiene, cuando los resultados electorales le indican a cada rato que no es así). Pareciera que el derecho de la gente pobre y toda la que vive de manera honrada a la vida no es un Derecho Humano, y que los pandilleros no debieran ser tratados ni como inhumanos, ni como violadores de los Derechos Humanos. Como sea, la relación de causa a efecto sigue fallando: los homicidios en El Salvador se han desplomado, pero la pobreza no, e incluso ha aumentado, a reserva de qué se esté midiendo. Digamos que la ventaja es que se puede ser pobre pero honrado.

     El problema con Boric es que, como la izquierda, no entiende hasta qué grado ha renunciado al interés y el criterio propios. Su pérdida de popularidad se debe, en parte, y vaya qué curioso, al aumento de la inseguridad en Chile, al grado de haberse convertido en la principal preocupación de los chilenos, incluyendo el problema del tráfico de droga y del narcomenudeo. Es una sociedad que se descompone, pero Chile, pese a su enorme desigualdad, no es de los países más pobres de América Latina, a diferencia de El Salvador. ¿Entonces qué sucede que la menor pobreza no es garantía de que no aumente la inseguridad? Según Bukele, a Boric le falta sentido común. Algo pasa que el número de homicidios en Chile ha subido en cinco años de 4.5 a 6.7 por cada 100 mil habitantes. A ver si el mandatario chileno encuentra "los motivos profundos que generan que el narcotráfico tenga espacio donde avanzar". ¿En los pobres? Augusto Pinochet no era pobre y estaba involucrado en el narcotráfico.

     De nada sirve catalogar a la oposición de derecha de "fascista", aunque haya más de uno en Chile con añoranza de la dictadura. Hay gente "de centro", "moderada" y hasta de izquierda que se ha movido a la derecha de José Antonio Kast por rechazo a la manera de Boric y lo que fueron los constituyentes de ir "al fondo": ocupándose hasta la saturación de los pueblos originarios (sin que Boric sea especialmente amable con los mapuches), las mujeres, los jóvenes, la diversidad sexual y "de género" y el medio ambiente. Hay un debate de valores que está ausente, y que la izquierda ha remplazado por el mimetismo con los "demócratas liberales" -los primeros en festejar a alguien como Boric-, los medios de comunicación masiva y los organismos internacionales, porque no hay más que "adaptarse o perecer".

     Poco se habla de lo que ha hecho el gobierno de Bukele en educación, salud e infraestructura, y se cataloga al salvadoreño de manera estereotipada como de derecha, siendo por lo demás que no ha perseguido políticamente a nadie y tiene la adhesión de algunos antiguos miembros del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional). Poco se ha dicho también de algunas medidas de Bukele contra la corrupción. Y ahora, el gobierno salvadoreño acaba de desmantelar una red de estafa de centenares de colombianos, invitados a salir de El Salvador (lo hicieron cerca de 300), sin que ello implique animadversión a Colombia. Un centenar de colombianos fue capturado por pertenecer a una red ilegal de préstamo de dinero.

      Hay un dato que es revelador: desde la llegada de Bukele al gobierno, la emigración de salvadoreños se ha reducido muy notoriamente, en un 44 %. Es un dato que seguramente puede ponerse en relación con las condiciones en que se vive la pobreza -con o sin inseguridad, con o sin oportunidades-: tampoco hay relación causal obligatoria entre pobreza y emigración, como lo prueba en muchos países el deseo de más de un clasemediero de largarse a la brevedad y no hacer nada por su país. Más de una "caravana" de migrantes ha sido creada para provocar. Tampoco hay relación de causa a efecto entre "derecha" (que se le atribuye a Bukele) y "criminalización de la pobreza" bajo la forma de mayor captura de delincuentes: Honduras, de izquierda con el gobierno de Xiomara Castro, se ha estado acercando a un combate a la criminalidad similar al de El Salvador, mientras que en un país como el Ecuador la aristocracia financiera desmanteló los aparatos de seguridad y dió luz verde al accionar de la gente lumpen, La izquierda ni siquiera consigue exhibir la frecuencia con la que en América Latina la derecha se asocia con el crimen organizado, razón por la que, ante las recientes elecciones hondureñas, Bukele llamó a sacar del gobierno a Juan Orlando "Robando" Hernández. Así que, a Boric, va de nuevo (da click en el botón de reproducción):




LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

 La Internacional Progresista (IP) del político Demócrata estadounidense Bernie Sanders se ha tragado a buena parte del progresismo latinoam...