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domingo, 2 de julio de 2023

AL QUE MADRUGA, DIOS LO AYUDA

 Hace algún tiempo, partidarios del ex canciller Marcelo Ebrard, de Ricardo Monreal y del ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, solicitaron que el Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) no hiciera un "plan de gobierno 2024-2030" y que no se nombrara a un grupo de "personalidades" -resultaron ser 21- para trabajar en ello porque sería ponerle una "camisa de fuerza" al candidato ganador y, como ya se sabía de nombres, colocar a gente cercana a la candidata Claudia Sheinbaum. Al poco rato, el aparato de MoReNa, en nombre de la "continuidad", hizo exactamente lo que se le pidió que no hiciera.

       Si el borrador del Plan de Gobierno futuro pide un "relevo generacional", no está claro por qué, al nombrar a los 21, lo bloquea, salvo que esté solicitando adeptos o fieles. Es inaudito que entre los 21 se encuentre Paco Ignacio Taibo II, que no le ha volado las neuronas a ninguna ranchería, pero que además se haya agregado a su esposa, Paloma Saiz. Se incluyó a Hugo López-Gatell, quien llevó mal la crisis sanitaria de la Covid-19, y a otro agringado, Lorenzo Meyer, cuya voz denota algo impostado, si no falso y demagogo. Están los infaltables Pedro Miguel y Rafael Barajas, "El Fisgón", de pésimos y oportunistas programas en la televisión pública, o el errático "campesinista" Armando Bartra, y el "identitario" Héctor Díaz Polanco.  Se parece todo más a una clientela que a un grupo de profesionales conocedores de la situación del país. No hay ningún relevo de nada. Es el mismo tipo de selección que podrían hacer Letras Libres, Nexos o el Instituto de Estudios para la Transición Democrática: un grupo de amigotes que garantiza "que me digas lo que quiero oír", sin independencia de criterio. ¿Qué hace entre los 21 Epigmenio Ibarra, que desconoce los problemas nacionales? Más de uno tiene una obvia preferencia para la candidatura de MoReNa.

     El borrador de Plan de Gobierno a consultar en foros con "las bases" es penoso: para "radicalizar" el proceso de la autodenominada Cuarta Transformación, saca temas que ni mandados a hacer para Sheinbaum, por lo menos. En vez de atender los problemas nacionales, el borrador atiende la Agenda 2030 de Naciones Unidas: medio ambiente y energías renovables, feminismo, orientaciones sexo-genéricas, pueblos originarios y otros saberes, guiños a la juventud (mujeres + jóvenes es buena demagogia electoral) y ninguna mención del TMEC (Tratado Mexico Estados Unidos Canadá), ni del aparato Judicial, ni del servicio público, ni de la lucha contra la corrupción (!!!!!), ni de los riesgos del nearshoring, otra apuesta penosa por la mano de obra barata para el extranjero. Ni se puede hacer algo así sin evaluación, balance y diagnóstico, pero, fuera de algunas enumeraciones generales (no exentas de logros), ya ni siquiera se hacen informes de gobierno: no hay rendición de cuentas, sino un inefable "bienestar". Y mientras tanto, el madruguete.

     Dicho sea lo anterior, afortunadamente el periodista -partidario de Ebrard- Ricardo Raphael vió lo meritorio de la actitud de dos mujeres de oposición, Lilly Téllez y Claudia Ruiz Massieu, que no jugaron con reglas torcidas. Según MoReNa, la autodenominada Cuarta Transformación está que "no se va" (da click en el botón de reproducción), para lo que necesitan sacar un grupo texano. Vaya.



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