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viernes, 7 de julio de 2023

NÓRDICOS RESBALOSOS

 La socialdemocracia no es una naturaleza, ni algo que tenga que ver con el clima. Hace rato que lo que se conocía como socialdemocracia se vino abajo, en particular en Francia y en Italia, sobreviviendo un poco en España (con el Partido Socialista Obrero Español- PSOE). La socialdemocracia no está en la genética escandinava. Dentro de poco, ni el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) podrá agarrarse del "modelo escandinavo", y el último líder soviético, Mijaíl Gorbachov, murió siendo declaradamente socialdemócrata, pero tal vez sin mucha idea de lo que significa la palabra. "Socialdemocracia" fue durante bastante tiempo algo así como "centro", con cierto bienestar social, sin socialismo (pese a algunos nombres) y sin hablar demasiado tampoco de capitalismo. Para ser más claros, el lugar lo usurparon desde los años '90 los Demócratas estadounidenses, aunque en realidad son otra cosa.

      En Finlandia acaba de armarse un gobierno de derecha, que incluye a la extrema derecha. Seguramente no haya que temer un proceso de "fascistización": a fin de cuentas, no es la sociedad toda que está siendo arrastrada, contra una voluntad muy minoritaria, sino que es parte de una división en dos, frecuente en distintas partes del mundo. Petteri Orpo, de derecha, es el nuevo primer ministro finlandés, luego de un acuerdo con el Partido de los Finlandeses, de extrema derecha y xenófobo, todo, en el que se dice "el país más feliz del mundo". Los socialdemócratas están fuera, así sea por estrecho margen. El Partido de los Finlandeses reivindica la nacionalidad contra las minorías sami y sueca y contra algunos extranjeros. Tal vez no esté de más decir que Finlandia se había convertido en lugar de paso para rusos que, habiendo logrado entrar al país nórdico, lo usaban de trampolín para viajar dentro de la Unión Europea (UE).

     Finlandia se suma así a Suecia, donde también se acabó la socialdemocracia. La extrema derecha es la segunda fuerza más votada entre los suecos (Demócratas de Suecia) y hace algún tiempo forzó la renuncia de la primera ministra Magdalena Andersson, cuya coalición de partidos de centro-izquierda tuvo que irse (la derecha entró con Demócratas de Suecia, el Partido Moderado, los Demócrata-Cristianos y los Liberales). El primer ministro sueco, de la coalición de derecha, es Ulf Kristersson (Partido Moderado). Lo que tiene la coalición sueca de derecha es que es partidaria del "conservadurismo liberal".

     Lo descrito se ha acompañado de una carrera por entrar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que le urgen estos "socios", porque no renuncia a estrechar el cerco contra Rusia por si acaso ésta se resquebrajara, aunque no parezca probable. Al mismo tiempo, la extrema derecha nórdica es "euroescéptica". No hay que escandalizar demasiado: los partidos de extrema derecha mencionados sirven de apoyo a coaliciones de derecha, pero aquéllos no tienen ninguna cantidad de sufragios apabullante y la derecha triunfa con las justas, a reserva de que la izquierda y el centro-izquierda son cada vez más difíciles de definir. Conviene retener sobre todo que hasta entre los nórdicos las sociedades se parten en dos.

      Los escandinavos nunca fueron todo lo neutrales que se piensa, y si tuvieron tradición socialdemócrata, hoy no es la de antaño. Este es el nuevo himno nórdico (da click en el botón de reproducción):




LO QUE HAY QUE TENER (THE RIGHT STUFF)

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