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miércoles, 19 de julio de 2023

EN EL CAMINO

 A los "demócratas liberales" no les gusta mucho la "cuestión social", aunque a veces la abordan para dar rienda suelta a estereotipos, como "los gobiernos progresistas son fábricas de pobres". No siempre es así. Tal vez no se recuerde que en los años '80 Bolivia se encontraba con Honduras y Haití entre los países más pobres de América Latina. Hoy no es exactamente así. Entre los tres más pobres de la región no está Bolivia. Se decía de este país que "no era viable", pero ha resultado serlo, pese a sus diferencias regionales y el intento de algunos de aprovecharlas para dividir, en particular a la llamada "media luna" de oriente del altiplano con fuerte presencia indígena.

     Entre los gobiernos sudamericanos, cualquiera sea su orientación política, el boliviano de Luis Arce es el que goza de mayor aceptación (52 %), por encima de los muy deteriorados de Dina Boluarte en el Perú o de Gabriel Boric en Chile, pero también de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil. Bolivia es de los países que mejor ha resistido los efectos económicos de la crisis sanitaria de la Covid-19 y de la inflación mundial. Contador y economista, graduado en Inglaterra, Arce fue el artífice del muy buen comportamiento de la economía boliviana durante los gobiernos de Evo Morales.

    Las disputas entre "arcistas" y "evistas" han amainado un poco. Es normal que el Movimiento al Socialismo (MAS) que llevó al gobierno a Arce sea vigilante, en particular en asuntos de corrupción, pero el gobierno boliviano no es "del MAS", aunque tampoco es para "todos los bolivianos", porque no es nacional-popular, y puede entonces tener preferencias. Esas historias de "gobernar con todos y para todos" son nacionales-populares o incluso populistas, al pregonar "armonías" que no son pertinentes si en las urnas se ha hecho una opción, es decir, si se ha preferido a una sobre otra. Si no gusta, ahí están las urnas.

     Igual es posible discrepar con quienes, desde el MAS, no pretenden más que hacer racismo al revés, creyendo en esencialismos: indios buenos contra blancos malos. Más de uno debe creerse obligado a rendirle pleitesía a Morales por confundirlo con algún "Toro sentado" redivivo, pero las virtudes del hoy ex presidente no están en su color de piel, que se sepa, y que además lo haría infalible, sino en sus cualidades de sindicalista y en su capacidad organizativa, que surgió del movimiento cocalero y que retomó la larga tradición combativa de los mineros.

     Entre los logros del gobierno de Arce está el de haber puesto en marcha una industrialización -que ya satisface a Morales por el lugar acordado al litio-  que pretende culimar con la creación de 47 plantas industriales  y el fortalecimiento de la industria química para sustituir importaciones. 

     Bolivia ha tenido una de las inflaciones más bajas del mundo, lo que debiera compararse con lo que sucedía en los 80 en materia de híperinflación. Los indicadores de pobreza están confundidos por la mezcla entre pobreza y pobreza extrema, pero quienes nada más se ocupan de la "cuestión social" para lanzar estereotipos sobre la pobreza no dicen nunca nada de Haití, ni del hecho de que Cuba no esté entre los países más pobres de América Latina. En el año 2005, casi el 40 % de la población boliviana estaba en la miseria (pobreza extrema). En 2019 era poco menos del 13 %.. En 2021 era 11 %. Lo dicho no quiere decir que Bolivia sea un país rico ni nada por el estilo (la pobreza moderada es casi del 37 %).

     Bolivia ha tenido algunas ventajas: un líder bastante consciente como Morales, lo que no lo exenta de errores ni hace "bueno" a "su" pueblo; un ideólogo con visión como el ex vicepresidente Alvaro García Linera, aunque tampoco infalible, y un presidente bastante profesional como Arce. Es una parte del camino al desarrollo. Y da click para los primos.



FANÁTICAMENTE MODERADOS

 En varios países de América Latina, la izquierda, que tiende más bien a ubicarse en el centro-izquierda (del que no queda excluida Venezuel...