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miércoles, 12 de julio de 2023

MEDIRLE EL AGUA A LOS CAMOTES

 Como gente con orígenes feudales, bastante arcaicos, los nazi-fascistas ni piensan ni tienen integrado el muy capitalista cálculo de costo/beneficio. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski declaró en octubre del año pasado, ante el Instituto Lowy de Australia: "¿Qué debe hacer la OTAN? Eliminar la posibilidad de que Rusia utilice armas nucleares. Pero, lo importante, vuelvo a hacer un llamamiento a la comunidad internacional, como antes del 24 de febrero: ataques preventivos para que ellos sepan lo que pasará si las utilizan. Y no al revés". Luego, Zelenski se desdijo.

     Ante la reciente reunión Cumbre de la OTAN (Organización para el Tratado del Atlántico Norte), Zelenski quiso apurar la entrada de Ucrania a la organización. Si ocurriera, habiendo conflicto con Rusia, las reglas de la OTAN (un ataque contra uno lo es contra todos) implicarían prácticamente una guerra directa entre la OTAN y Rusia. Habida cuenta de la superioridad militar rusa, Occidente no podría ganar, y en última instancia, en caso de escalada imparable, volaría el planeta. Lo dicho: Zelenski no razona, pero tampoco es capaz de calcular que sus "socios" no tienen mayores deseos de volar por los aires, ni de perder nada. Así, Estados Unidos y Alemania, en pleno imperialismo, le dejaron en claro a Zelenski que no corre prisa. De todos modos, hace rato que hay colaboración militar entre la OTAN y Ucrania y, por lo demás, un gran interés de muchas empresas transnacionales por saquear a los ucranianos (a partir de la Conferencia para la Recuperación de Ucrania y las gestiones de corporaciones como BlackRock y JP Morgan, que armaron un Fondo de Desarrollo para Ucrania, UDF, para invertir en tecnología, logística y transporte, energía verde, recursos naturales, infraestructura, agricultura y alimentación, salud y farmacia, y digitalización). 500 "empresas globales", de 42 países, han firmado ya un Pacto de Negocios para Ucrania., que se dirigirá desde Alemania. Lo que no quieren es que el dinero se pierda en corrupción, asunto nada fácil entre los ucranianos. Lo que ya tienen es un país, el más pobre de Europa, donde se desmanteló toda legislación social, no hay ninguna oposición política y se ha reformado, como parte de ello, la ley de pensiones, por "estado de emergencia", al grado de contravenir lo estipulado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El que se oponga puede ser confinado y amenazado de muerte (como los comunistas hermanos Jononovitch). El actual gobierno ucraniano le quitó por lo demás empresas a los oligarcas locales con la idea de venderlas a extranjeros. Las mejores oportunidades están en la agricultura: Ucrania tiene tierras excelentes para el cultivo de granos que equivalen a más que todo el territorio italiano.

     Por lo que hace a Rusia, mientras la OTAN estrecha el cerco (Suecia ya fue admitida), se seguirá esperando a una improbable implosión o división de Rusia, en cuyo caso, chantaje nuclear de por medio, intentaría intervenir "por motivos humanitarios" y para evitar que "la bomba" caiga en manos de sabrá Dios quién. Es el guión de siempre. Cabe aclarar que, como una persona, un país puede estar en el derecho de lanzar un ataque a otro si se ve ante una agresión, de hecho o inminente, sin que medie provocación del país que ataque, y mediante medios proporcionales. Esto no tiene otro nombre que legítima defensa, que es lo que se reserva la actual doctrina militar rusa. Cualquier agresión de hecho o inminente contra Rusia abrirá la posibilidad de un ataque nuclear defensivo, y de acuerdo con las circunstancias. No queda claro si hay alguien en Occidente que quiera correr este riesgo, a sabiendas de que, como se ha sugerido, el perdedor puede estar del lado no esperado (¿hasta dónde está consciente Occidente de la superioridad militar rusa y lo que implica?), en caso de que no vuele todo (también puede ocurrir que las "ganas" se le acaben al imperialismo y que Rusia tenga que repensar un poco su historia reciente). Es cosa de saber pensar o, por lo menos, de saber calcular, evitando errores demasiado gruesos. Lo que el imperialismo no quiere es que gente como Zelenski, más "política" que otra cosa, eche a perder todo el negocio, o coloque a Estados Unidos o alguna potencia europea ante la situación de recibir un golpe mayúsculo, sin siquiera garantía de ganar la destrucción de Rusia. No habrá guerra mundial, y la OTAN debe cuidarse de que el gran chantaje planeado no termine mal para uno o varios de sus miembros, si los hay que no saben pensar, es decir, estar conscientes de las consecuencias posibles de lo que hacen. Es desde principios de siglo que, retirándose de acuerdos previos, Estados Unidos abrió la puerta a un conflicto nuclear "limitado", en Europa. Puede ocurrir.

    Cabe agregar que Ucrania está siendo utilizada como plataforma para crear violencia en la Unión Europea (UE): armas de las usadas recientemente en suburbios franceses contra la policía llegaron desde territorio ucraniano, lo que confirma la idea estadounidense de servirse de la misma Ucrania contra Rusia y contra la Unión Europea, no se le vaya a ocurrir convertirse en un posible competidor. A ver (da click, tú sabes)



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