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viernes, 14 de julio de 2023

ECUADOR: ¿SE DECIDEN?

 El 20 de agosto tendrán lugar elecciones en el Ecuador, con opción a segunda vuelta en octubre, y para gobernar por el periodo que dejará trunco el actual presidente de derecha, Guillermo Lasso. Entre el traidor Lenín Moreno y Lasso, ha quedado demostrado que la derecha es incapaz de gobernar, además, otra vez, de estar asociada con el crimen organizado, como ocurre con Lasso, así sea indirectamente. Cuando la había, lo anterior fue denunciado en la Asamblea Nacional por Viviana Veloz, de la Unión Nacional por la Esperanza (UNES, electa por Santo Domingo de los Colorados), partidaria de Rafael Correa. No está de más hacer notar que son delincuentes de cuello blanco quienes han estado velando por la "Justicia" en el Ecuador, inventando casos contra el ex mandatario Correa y sus seguidores. A estas alturas, el Ecuador es casi un Estado fallido.

      La candidata favorita en las encuestas es Luisa González, nacida en Quito, la capital ecuatoriana, pero de padres manabitas (de la provincia de Manabí) y crecida en Manabí, en Chone. Venida de abajo, de origen rural, madre adolescente con una vida dura, González tiene una buena trayectoria en la administración pública y capacidad de concretar en proyectos para la gente de abajo. Lo ha dicho, Correa la asesorará, de ganar ella la presidencia. Ocasionalmente, recita en vez de hablar, porque lo suyo es el trabajo y no la "política" mal entendida. No estaría mal que no fuera demasiado insistente en recordar que, de los ocho candidatos, es la única mujer. María Paula Romo fue ministra de Gobierno con Moreno e hizo desastre y medio. También hay manabitas que se "aclimatan" a la sierra y la capital y juegan el engaño.

      Manabí es la provincia liberal por excelencia en el Ecuador (un poco secundada en la sierra por el Azuay y Loja), bastión de Correa y cuna del prócer Eloy Alfaro. Es posible que la Revolución Ciudadana Lista 5 (de Correa) tenga asegurado un voto abrumador de la costa ecuatoriana. Para vicepresidente fue propuesto Jorge Glas, merecidamente, de Guayaquil (al igual que Correa), ciudad económica más importante del Ecuador. Glas declinó en favor de Andrés Arauz quien, desafortunadamente, también recita, es parte de la Internacional Progresista del estadounidense Bernard Bernie Sanders y hace alianzas internacionales no muy inteligentes. A diferencia de González, Arauz es de formación estadounidense. El problema con Glas es que se prestaba en el caso de ser candidato a la vicepresidencia a otra andanada en contra suya de la "Justicia" y los medios de comunicación masiva. Arauz ya fue candidato y fue derrotado abrumadoramente en la sierra y la Amazonía.

      González, de acuerdo con las encuestas, tendría alrededor del 40 % de las preferencias, estando a la cabeza y buscando evitar una segunda vuelta. Los demás candidatos están muy dispersos y, esta vez, los indígenas están bastante divididos. Yaku Pérez no tendría más de un 10 % de intenciones de voto y Otto Sonnenholzner, ex vicepresidente (2018-2020), algo parecido.

      Dos cosas deben ser tomadas en cuenta. Hasta ahora, Luisa González no tiene mayoría, mucho menos abrumadora. Y, por otra parte, resulta que hay hasta un 38 % de indecisos, como si a todo un sector de la sociedad ecuatoriana no le quedara clara la diferencia en resultados entre la derecha y la Revolución Ciudadana. Esto obliga, al igual que la actitud de los indígenas, a recorrerse al "centro" en algunas propuestas, aunque no es exactamente el caso de Luisa González, a diferencia de Arauz. Los medios de comunicación masiva llevan años confundiendo las cosas y llevando a faccionalismos, con los indígenas u otros, que siguen en el pasado personalista y clientelar, pese a que sea lo que se quiere proyectar sobre Correa, quien en el pasado renunció a manoseos legales para reelegirse. Además de los "históricos" refugiados en México (Gabriela Rivadeneira ya salió de la retórica y ha denunciado el uso de las islas Galápagos como base militar estadounidense), la Revolución Ciudadana ha conseguido el ascenso de algunos buenos cuadros de relevo (como la guayaquileña Marcela Aguiñaga).

      El programa de gobierno ("las doce justicias") es elementalmente bueno y no muy diferente del de Arauz en el pasado. Luisa González considera necesaria una Asamblea Constituyente que refunde instituciones que se encuentran por los suelos, y es algo clave. También lo es recuperar la seguridad. En cambio, en el aspecto cultural, hay el sempiterno desastre, al que no pareciera ser ajeno Arauz. Se repite una y otra vez que cultura y educación son claves, pero no se les logra dar un contenido que no oscile entre lo folclórico y la adaptación acrítica a modelos extranjeros por la tecnología, lo que tal vez, es un decir, tenga que ver con que, hasta ahora, la mayoría de los ecuatorianos persista en mentalidades y prácticas vetustas y en la indecisión, rechazando la igualdad, ajena a las jerarquías conservadoras y los hábitos del engaño y la demagogia (la sierra centro-norte tiene una forma peculiar de engañar desde el silencio). La cosa va, no más, hasta nuevo aviso. Un niño de la sierra (Pujilí) para Luisa González (da click en el botón de reproducción).



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