No es fácil que suceda. Hace mucho rato que una de las formas favoritas de proceder de Estados Unidos es mandar a gente de la Organización de Estados Americanos (OEA) a "vigilar elecciones" para arreglárselas para señalar presuntos fraudes. Se hizo en 2019 en Bolivia, y a la larga quedó demostrado por estudios hechos en Estados Unidos que no había existido fraude alguno. Se hizo en Panamá en 1989 y fue el preludio de una invasión: lo que nunca se dijo es que Estados Unidos se entrometió en las elecciones mediante radioemisoras en Costa Rica y en el mismo Panamá , en algo que llevó a agarrar a gente en flagrancia, mientras, de manera ilegal, tropas estadounidenses circulaban por territorio panameño. El Tribunal Electoral local determinó que, en una atmósfera así, de agresiones, no había condiciones para elecciones limpias. Violando su propia Carta, la OEA exigió que se entregara el poder a la oposición. Panamá había quedado con un presidente encargado, Manuel Solís Palma, y se buscó turnar el problema a Naciones Unidas y la Corte Internacional de La Haya. En éso Estados Unidos se adelantó, fabricó un pretexto e invadió. De los pocos que han reconstituido los hechos está el panameño Julio Yao Villalaz , cuyos escritos se encuentran en la Web (se publicaron en La Estrella de Panamá). Nunca hubo ningún "golpe de Estado" en Panamá, contra los que han dicho las cosas con tal ambiguedad -rechazando la dizque "dictadura norieguista"- que no queda claro quién dió ese supuesto "golpe". No hubo ninguno, salvo el fallido de Moisés Giroldi , impulsado con contubernio estadounidense. Recientemente, en el Perú, Keiko Fujimori, habiendo perdido las elecciones frente a Pedro Castillo, intentó hablar de "fraude" y que interviniera la OEA. A juzgar por lo que fue a pedir a Estados Unidos la candidata opositora Xóchitl Gálvez -que Estados Unidos vigile las elecciones mexicanas, además de que dicha candidata se entrevistó con Luis Almagro, secretario general de la OEA- , es la enésima vez que se repite el guión, si es que Gálvez -y es un puro supuesto- logra acercarse a la puntera oficialista Claudia Sheinbaum. Parte del guión, además de sugerir que México tiene un "narcopresidente", consiste en decir que se trata este año de "elecciones de Estado", como lo repite por ejemplo el candidato opositor en la Ciudad de México, Santiago Taboada.
Una cosa es el Estado, garante del interés general o de la voluntad general, y otra cosa el gobierno. No es posible pedir evitar "elecciones de Estado" cuando se ha contribuido a debilitarlo y a privilegiar intereses de facción, incluso ligados al crimen organizado y probados, como en el caso de quien fuera secretario de Seguridad Pública con el gobierno de Felipe Calderón (Acción Nacional-PAN), Genaro García Luna, quien no garantizó la seguridad de todos, sino la de por lo menos un Cártel. Los gobiernos del PAN no tuvieron realmente estadistas.
Gálvez podría reparar en la manera en que Santiago Taboada manejó la alcaldía Benito Juárez, hace rato en manos del PAN. Desde 2008, siendo delegado Jorge Romero Herrera, hasta hace poco, ya con Taboada en la alcaldía, se construyó la friolera de más de mil edificios ilegales . De las 841 obras irregulares por tener problemas de colindancia -lo que pone en riesgo la seguridad de los habitantes-, 190 se construyeron con Taboada, según fue denunciado en el portal Sin Embargo (https://www.sinembargo.mx/24-04-2023/4329552), que tiene la ventaja de haber hecho con vecinos un mapa comprobable, calle por calle, de las irregularidades. De remate, se construyeron edificaciones con niveles prohibidos (seis en lugar de tres). Lo dicho significa que quienes adquirieron estas propiedades fueron objeto de fraude. Ya hay un ex jefe delegacional preso por el asunto, Christian Von Roerich (PAN), quien se presentaba de por sí con un nombre estafa: "Von", en alemán, quiere decir "de", y se ostentaba como "Christian Von " (es decir, Christian De). Simplemente, delegación o alcaldía se coludieron con inmobiliarias, autorizando manifestaciones de construcción a cambio de departamentos, y esparciendo que "todo" -lo que fuera- se debía a un bando emitido cuando el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, fue jefe de gobierno capitalino-. Hasta la fecha, es el tipo de tangente por la que se va Taboada, sin importarle que la alcaldía esté "blindada" con más de mil potenciales Rébsamen. Resulta que es lo único que tiene hasta ahora -Taboada- la oposición que ofrecerle a la Ciudad de México. Taboada repite que es "perseguido político", que enfrenta "elecciones de Estado" y que, dado que hay uno que otro anuncio de Russia Today en el Metro, existe "injerencia rusa" (!otra vez: la mano de Putin!). Taboada ya se apersonó en Estados Unidos, con el Consejo de las Américas (Council of Americas), la Cámara de Comercio de Estados Unidos...y Luis Almagro. El mismo guión.
Dentro del bloque opositor, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue estafado, como le ocurrió a Miguel Ángel Mancera, pese a tratar de oponerse, y el PRI va a remolque, mientras otros se pasan a Movimiento Ciudadano (Alejandra Barrales, Claudia Ruiz Massieu). Por ahora, no es predecible lo que vaya a ocurrir en Estados Unidos, pero, de seguir la política actual, no se excluye que se deje caer a los amigos, si es que lo son, y no en realidad simples socios, aunque sea para cooptar a la izquierda: ya se hizo con García Luna o con el presidente hondureño Juan Orlando Hernández, como se hizo con Keiko Fujimori y por cierto que con la Sra. Jeanine Añez en Bolivia. Estados Unidos baraja alternativas según sus intereses, no los de los delincuentes que se le entregan sin condiciones y, por lo mismo, no sirven, salvo para "ablandar" golpeando y buscar orillar a la izquierda al centro o extremo centro. La cosa no es forzosamente entregarse para ser usado, sino negociar para alcanzar lo propio en el reparto, lo que divide en parte a la clase media. Es, cómo decirlo, un llamado al oficialismo a que también se ahorre, en lo que le corresponde, una política de facción. El único problema no son los sobres de Pío y Martinazo -no muy equiparables a las entradas por departamentos de los encargados de Benito Juárez-, los presuntos dineros del narco en campaña (no terminados de probar), o los no probados negocios de Bobby o José Ramón (¿por qué en cambio no puede ser tocado Julio Scherer Ibarra?). Si el piso no es parejo, ni de un lado ni del otro, es que no queda gran cosa de interés general, lo que seguramente explique que hace rato que no se habla del Estado mexicano o de la nación mexicana. (da click en el botón de reproducción: el cantante es muy mexicano...).
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